Cátedra Sociología de las Instituciones educativas – Comisión 2 Profesorado en Tecnología Colegio Superior N° 1 de Rawson Prof. Iole P. de Mascotti LA EDUCACIÓN COMO VIOLENCIA SIMBÓLICA. BOURDIEU -PASSERON ALGUNOS DE SUS APORTES PARA EL TRABAJO DOCENTE SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN Introducción El presente trabajo tiene como objetivo realizar una síntesis de los principales aportes de la teoría de la reproducción de Bourdieu- Passeron, que son de gran utilidad para el trabajo docente. Ubicamos está teoría dentro de la sociología del conflicto. La sociología del conflicto se basa en las desigualdades sociales, en donde una categoría de personas ejercen su dominación sobre otras. Para esta sociología las estructuras sociales no hacen que las sociedades funcionen como un todo orgánico, sino por el contrario lo que hacen es una perpetuar una distribución desigual de los recursos económicos y políticos entre la población. Un investigador que trabajase desde la sociología del conflicto estudiaría cuantas personas procedentes de minorías étnicas o de familias con pocos recursos han llegado a la universidad En 1970, los autores, publican la obra "La Reproducción", la cual recoge los resultados de una investigación de estudiantes de Letras de la Universidad de París ,donde reflejan la influencia del origen social del alumnado en el rendimiento académico. Los principales obstáculos que encuentran los estudiantes de clase baja, en su trayectoria escolar, son más de tipo cultural que económico. Los contenidos y prácticas educativas, no son neutros, sino el resultado de la dominación de unas clases sobre las otras que se expresa a través de la imposición cultural. El habitus como mediación entre la teoría y la práctica. Habitus "sistemas de disposiciones duraderas: estructuras - estructurantes predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes” Analizando lo anteriormente expuesto, el habitus, es un sistema de disposiciones, una manera de ser, un estado habitual del cuerpo, una predisposición, una inclinación. Actúa como una estructura, que se manifiesta en la forma de actuar del individuo, la forma de interactuar con el otro. En la conformación del mismo, juega un papel fundamental la familia, mediante la acción socializadora, es a través del proceso de socialización que el individuo realiza una reabsorción del mundo objetivo en el interior de la conciencia, de tal modo, que las estructuras de ese mundo objetivado determinan las estructuras subjetivas de ésta. El habitus entendido como un sistema de disposiciones duraderas y transferibles, al integrar todas las experiencias pasadas, funciona como matriz de percepciones y acciones futuras. El habitus está en la unión del pasado y del futuro que genera: "Asegura la presencia activa de experiencias pasadas, que, depositadas en cada organismo bajo la forma de esquemas de percepción, de pensamiento y de acción, tiende de manera más segura que todas las reglas formales y todas las normas explícitas, a garantizar la conformidad de las prácticas y su constancia a través del tiempo" (Bourdieu, 1980) (1) Habitus de clase " Sistema de disposiciones (parcialmente) común a todos los productos de la misma estructura" Todos aquellos elementos que son comunes a una clase o grupo, es el resultado de condicionamientos estructurales idénticos a que se han sometido lo individuos que constituyen un ente colectivo común. La clase social no es definida solamente por el lugar que ocupan los individuos en las relaciones de producción, sino también lo que Bourdieu denomina " casualidad estructural de una red de factores" , es decir, otros indicadores tales como profesión, ingresos, nivel de instrucción, costumbres, modos de vida, estilos de vida. Las clases sociales se diferencian por estilos de vida distintos y distintivos, que viven de forma diferente los individuos de una clase social u otra. El trabajo pedagógico debe contribuir a la integración de grupos y clases sociales, tratando de conformar un habitus común legitimado por la sociedad. Está pedagogía de la familiarización es tan importante, que cuando se dice que alguien es "bien educado o mal educadoª, significa que posee las maneras y los estilos adecuados para una sociedad, o legitimado por la clase social que tiene el poder. Es preciso tener en cuenta, en el trabajo pedagógico, la distancia existente entre el habitus que se pretende inculcar y el habitus adquirido por herencia familiar. La educación como violencia simbólica La cultura se adquiere por educación familiar y por trabajo pedagógico. El trabajo pedagógico escolar tendrá una productividad diferencial en los educandos según la clase social de origen. Cuando existe una distancia cultural considerable entre el habitus de entrada del alumno (habitus natural y los contenidos curriculares que se quieren inculcar, la relación pedagógica, si quiere ser eficaz debe imponerse arbitrariamente, para vencer la resistencia que opone el habitus natural. Está cultura, que es relativa y arbitraria, logra imponerse como cultura legítima y universal. La arbitrariedad cultural para presentarse como universal necesita la fuerza que proporciona la violencia simbólica. "Toda acción pedagógica es objetivamente una violencia simbólica en tanto que imposición, por un poder arbitrario, de una arbitrariedad cultural (Bourdieu-Passeron, 1977) Todo poder de violencia simbólica, o sea, todo poder que logra imponer significaciones e imponerlas como legítimas disimulando las relaciones de fuerza en que se funda su propia fuerza, añade su fuerza propia, es decir, propiamente simbólica, a esas relaciones de fuerza (Bourdieu-Passeron,1977) (2) De lo expuesto anteriormente se desprende que la imposición cultural se realiza sutilmente, el dominado no la percibe así, sino como una cultura objetiva que debe esforzarse para lograrla. El trabajo del docente está legitimado para realizarlo de esa forma, el docente transmite los contenidos curriculares impuestos por la clase dominante, como algo normal, disimulando la fuerza de esa imposición. Como consecuencia de esto la acción pedagógica garantiza la interiorización del fracaso escolar del individuo como fracaso estrictamente personal. El sistema educativo, dispone de cierto grado de autonomía, para cumplir con la función última para lo cual fue creado la reproducción social. Es decir, que el sistema educativo cumple no sólo con la función de inculcación de un arbitrario cultural sino también el de reproducción social. Mientras que antes la escuela se analizaba como una institución natural que contribuía a la reproducción de los saberes y como eje de movilidad social, la sociología crítica de la educación, la redefine como un instrumento de reproducción de las relaciones de poder y como reproducción social y cultural. La educación, del alumno de la clase dominada, pasa a ser una deculturación, no se valora ni se tiene en cuenta su bagaje cultural adquirido en su familia y en su clase social, para el alumno de la clase dominante, la educación es una reeducación, porque el trabajo del docente es una continuidad de lo aprendido por la herencia familiar. ..." el sistema escolar actúa como un algoritmo de clasificación objetivado, distribuye a los individuos que le son propuestos en clase tan homogéneas como sea posible y tan diferentes entre sí como sea posible desde el punto de vista de ciertos criterios determinantes. de este modo, contribuye a reproducir y a legitimar el conjunto de las diferencias que constituyen, a cada momento, la estructura social, contrarrestando la tendencia ala entropía niveladora que implicaría una real independencia estadística de las posiciones en el espacio escolar frente a las posiciones en el espacio social " (3) Bourdieu y Passeron cierran de este modo el círculo de la reproducción cultural y de su relación con la reproducción social, no dejando espacio para la lucha y el cambio educativo que apunte a la transformación del individuo. En síntesis No podemos dejar de reconocer el valor de sus investigaciones educativas y de su teoría, para guiar nuestra práctica docente y tratar de no ejercer la violencia simbólica en ella, por eso es necesario reflexionar diariamente, desde una óptica crítica, sobre nuestro quehacer educativo. Centrar nuestra tarea en el reconocimiento de la diversidad sociocultural de la que provienen nuestros alumnos, trabajar desde esa realidad para acercarlo al conocimiento. El desafío al que se encuentran enfrentadas todas las instituciones educativas es que sólo pueden trabajar sobre la base de lo que cada individuo trae consigo como capital cultural que es parte de su identidad cultural. 1. Extraído de La escuela va a examen Anne Van Haecht. Editorial Biblos 1999 2. Xavier Bonal Sociología de la Educación Editorial Paidós 3. La escuela va a examen Anne Van Haecht Editorial paidós 1999