Estrategias de habilidades académicas Ajustar los objetivos curriculares a las necesidades del alumno/a. Establecer expectativas realistas, de acuerdo con sus características. Generalmente, sólo necesitan adaptaciones metodológicas. Necesitan supervisión y feedback constante: saber cómo lo hacen y recibir indicaciones. Según aprendan las rutinas, retirar la asistencia paulatinamente. (Alerta a las recaídas). Anticipar los cambios en la rutina. Mandar las tareas de una en una, para no sobrecargar y hacerlo manejable. Dividir las tareas en pasos/actividades más cortas y simples, en las que pueda visualizar el fin del trabajo y se vea capaz de terminarlo. Limitar la duración de las tareas (usar temporizador). Permitir tiempo extra para completar las tareas o reducir su número y/o extensión, para que coincidan con su tiempo de atención. Reducir la cantidad de deberes para casa. “Menos es más”. Establecer objetivos a corto plazo, realistas y que el alumno pueda realizar. Permitir la movilidad cada 30/40 min. (con alguna excusa: sacar punta, tirar un papel a la papelera, enseñar la tarea al profesor/a, etc.). Permitir la entrega fuera de plazo de tareas, trabajos, etc. Enseñar estrategias cognitivas: planificación, organización, autoinstrucciones, demora de la respuesta y de la gratificación, técnicas de estudio, reglas mnemotécnicas, etc.. Permitir el acceso fácil a un cuadro de autoinstrucciones (pegado en el pupitre), para que sigan los pasos en sus tareas. Observar los errores que cometen, para subsanarlos con estrategias: desorden secuencial, distracciones, dificultades para relacionar, comparar, lectura impulsiva e incompleta…