La baja en redención no es una consecuencia automática de determinadas conductas. Por ejemplo, la evasión (articulo 73-1 del Reglamento de Servicio de Prisiones) puede dar lugar a un quebrantamiento de condena ( con efectos penitenciarios de pérdida de redenciones) o constituir la fuga de un preso preventivo (sin esos efectos). Otro ejemplo la comisión de dos faltas graves o muy graves (art. 73-2 del citado reglamento) sólo producirá la pérdida de redención si esa ha sido su calificación definitiva tras los recursos que hayan podido interponerse y siempre que al cometer la segunda falta no sea invalidable la sanción por la anterior (art. 66-3b del propio reglamento). Ello quiere decir que tiene que existir una propuesta razonada de baja en redención y seguidamente un auto motivado del Juez de Vigilancia que la apruebe (art 76-2c de la ley Orgánica interpretado "contrario sesu", disposición transitoria segunda del Regalmento Penitenciario de 1989 y disposición transitoria primera del Real Decreto 190/96 de 9 de febrero que aprueba el reglamento vigente). Esta propuesta y este auto deben producirse dentro del plazo de cancelación de las sanciones pues canceladas estas, el interno toma a estos efectos a una situación igual a si no las hubiera cometido (art. 123 del reglamento derogado y 262 del actual). Es verdad que el reglamento anterior se refería más ampliamente a los efectos penitenciarios y el actual sólo a los disciplinarios pero también lo es que canceladas las faltas no pueden tenerse en cuenta a efectos de valorar la mala conducta reiterada, como se ha dicho, con lo cual el cambio terminológico no afecta al fondo del asunto. Por tanto si no existió propuesta en su momento y no existió resolución judicial no puede salvarse esa omisión meses o años después de la cancelación de las faltas a modo de indirecta y extemporáneo sanción y simplemente no se podrá acordar esa baja ni descontar redención. Ahora bien, si existió resolución judicial aprobando la baja en redenciones y todo lo ocurrido es que no se ha notificado, la falta de notificación no da derecho sino a la notificación hecha en forma y con expresión de los recursos que caben contra la resolución. Ello es lo que ha ocurrido en el presente caso en que el Juez de Vigilancia aprobó la baja en redención pero no consta la notificación al interesado. Deberá notificarse ese auto con expresión de que contra el mismo caben los recursos de reforma y apelación. El penado se queja de que el tiempo transcurrido desde entonces entorpece su defensa. Pero ello no tiene por qué ser así. Puede ser que ocurra eso y también lo contrario pues de momento es la Administración la que tiene que demostrar la base fáctica de la baja en redenciones. Al respecto el auto del Juez sólo esta motivado por la remisión a la propuesta de la Administración de suerte qué dicha propuesta (y los datos en que se funde) habrá de ser examinada previa su incorporación al expediente para control auténtico de su legalidad real pluralidad de infracciones, no rehabilitación o cancelación de las primeras etc- y en todo esto el transcurso del tiempo no perjudica al recurrente. Por tanto el auto de 18/10/00 que estimó el recurso de reforma contra el auto de 29/06/ es correcto y debe ser confirmado. AUTO 893/01, 17 mayo 2001, JVP nº3, Exp. 1014/93