42 Expansión Viernes 8 julio 2016 Opinión Política y empresa de Estado en materia educativa que conecte con las necesidades actuales del mundo económico. Ello incluye desarrollar con seriedad un modelo de Formación Profesional auténticamente dual, reconsiderar nuestro actual sistema de investigación universitario, tradicionalmente endogámico, y orientarlo hacia las necesidades concretas de las empresas y de la sociedad, con el fin de poner en valor todo ese esfuerzo científico y contribuir de esta manera a reforzar la competitividad de las empresas y del país en su conjunto. EN PRIMER PLANO Inés Juste Efe Mauricio Skrycky L os resultados emanados de las urnas clarifican algo el panorama político en España, pero en ningún caso proporcionan el escenario de estabilidad que necesita la sociedad para abordar los grandes retos que tenemos planteados. Retos, sobre todo en materia económica, que no pueden aguardar mucho más tiempo de inacción, ya que existe el riesgo de que los indicadores financieros y de actividad comiencen a retroceder. No hace falta recordar que prácticamente los dos últimos años no han contribuido a acelerar las reformas. En 2015 apenas hubo avance, y en lo que llevamos de 2016 no se ha aprobado medida alguna, bien por la cercanía de las elecciones, bien, una vez fallida la última legislatura, por la interinidad del Gobierno. Es cierto que aún contamos con el colchón de un crecimiento notable, en niveles del 3%, lo que sin duda será una buena herencia para quien gobierne. Pero no podemos pensar que esta inercia se mantendrá durante los próximos trimestres, porque hay ciertos nubarrones que sólo podrán capearse con un Gobierno dotado de estabilidad y que tenga muy claras cuáles son las auténticas prioridades. No en vano, a tenor de los datos que nos proporcionan los analistas, el próximo ejercicio asistiremos en el mejor de los casos a una moderación de esa tasa de crecimiento, que se situará en el entorno del 2,5%, en consonancia con la tónica mundial y en un contexto de volatilidad política internacional acentuada todavía más por el fenómeno del Brexit. Mariano Rajoy, presidente en funciones del Gobierno. Ahora es el momento de que los partidos unan fuerzas para investir a un presidente de consenso Nuestros actuales gobernantes y quienes aspiren a ocupar su lugar tienen que ser muy conscientes de que ha sido la disciplina fiscal y las reformas como la del mercado laboral o el saneamiento del sistema financiero las que nos han llevado a superar la crisis. Y no entenderlo así nos avocará irremediablemente a sufrir nuevamente los errores del pasado. Por cierto, esa laxitud fiscal que ha acompañado a este prolongado periodo preelectoral y electoral ya nos ha costado el pasado año una desviación de nueve puntos en el cumplimiento del objetivo de déficit, y ello a pesar del fuerte crecimiento conseguido. Pedro Sánchez, secretario general del PSOE. A partir de este análisis, ahora es el momento de que los partidos constitucionalistas unan fuerzas para investir a un presidente de consenso y pacten un programa de reformas estructurales que vuelvan a restaurar la confianza ciudadana. El grave problema del desempleo, con seguridad el primer reto que tenemos planteado como país y como sociedad, no se solucionará por la vía de que sea el Estado el que cree los puestos de trabajo. En cualquier economía sana son las empresas las que crean empleo, y para que eso ocurra es necesario construir un marco normativo seguro, previsible y favorable a la creación de empresas y a la contratación. De igual manera, resulta prioritario consolidar la estructura productiva actual, contribuyendo a que las empresas incrementen su tamaño y su músculo financiero para ser más El desempleo no se solucionará por la vía de que sea el Estado el que cree puestos de trabajo competitivas, abordar nuevos mercados y crear más puestos de trabajo. Ahora bien, ganar tamaño no es un objetivo que se consiga sólo mediante la voluntad de las empresas por crecer. Es necesario desarrollar legislaciones que no penalicen a las empresas que desean hacerse más grandes por cuestiones relacionadas con la normativa laboral o fiscal, lo mismo que un marco jurídico que facilite la transmisión de las empresas a las nuevas generaciones, algo de vital importancia para las empresas familiares. La otra palanca para abordar el problema del desempleo es la formación. Necesitamos un gran pacto Generar riqueza En esta nueva coyuntura, sería muy importante que todas las fuerzas constitucionalistas unieran fuerzas y fueran capaces de identificar los auténticos obstáculos que limitan la proyección futura de nuestro país. Porque el auténtico objetivo, no lo olvidemos, es generar riqueza a través de un tejido productivo fuerte, cada vez más grande y competitivo, y que sea capaz de generar empleos y asegurar el reparto de rentas y la financiación de los servicios fundamentales del Estado de bienestar. Siempre he dicho que mi modelo ideal de Estado sería aquel que se gobernara como una empresa familiar, una gran empresa que basa su conducta en la prudencia y la excelencia, y que planifica sus actuaciones en el largo plazo, cuidándose mucho de satisfacer las necesidades y expectativas que en él depositan las personas con que se relaciona. Pues bien, ojalá que estas ideas calen en los planteamientos de los partidos a la hora de cerrar pactos y consigamos como sociedad estar a la altura de los grandes desafíos que tenemos por delante. Presidenta de la Asociación para el desarrollo de la empresa familiar de Madrid Una confluencia extraña de factores VISIÓN PERSONAL Álex Fusté L a reciente secuencia de eventos ha dado lugar a la confluencia de una serie de factores que, combinados, resultan en una llamativa locura barroca. Veamos: 1. El Brexit supone otro shock deflacionario. En Europa (sobre todo en Reino Unido) probablemente se retrasen algunas inversiones o se cancelen adquisiciones de inmuebles (varios gestoras han suspendido los reembolsos de sus fondos inmobiliarios tras las importantes salidas de la semana pasada). Esos fondos han tenido que revisar a la baja el valor de los inmuebles en que habían invertido. Eso es deflacionista. 2. El Brexit no tiene por qué ser un momento Lehman. Sí, ya sé que algunos difieren aquí, pero un evento de la magnitud de Lehman se da cuando las creencias estructurales del mercado se rompen. En la era Lehman, la creencia que se rompió fue la idea de que la sindicalización del riesgo (trocearlo y venderlo en porciones pequeñas a través de estructurados) era una buena idea que reducía el riesgo global. Esa creencia quedó hecha trizas. No creo que ninguna creencia del mercado se haya roto hoy. Además, a diferencia del episodio Lehman (en donde la caída de un gran banco obligatoriamente debía arrastrar a otros), aquí está por ver si la salida de Reino Unido (si es que acaba pasando algún día) puede arrastrar a otros Estados miembros de la UE. 3. El dólar ha sido incapaz de romper de forma convincente el rango en el que venía cotizando (especialmente contra el euro), y eso, a pesar de las noticias, a priori, extremadamente favorables para los flujos que buscan refugio –es decir, el dólar–. Debo reconocer que esto me ha desconcertado profundamente. Tanto es así que, en estos momentos, empiezo a concebir el dólar como un activo que no se beneficia de los factores favorables y que, en cambio, reacciona de forma adversa con factores desfavorables. Esta asimetría sugiere que todas las posibles noticias favorables para el dólar estarían ya puestas en precio. Si esto es así, podría darse el caso de que el rally que el dólar inició ha- Podría darse el caso de que el rally que el dólar inició hace dos años esté ya en su fase final ce dos años esté ya en su fase final. Alcanzar los 1,05 euros va a costar más tiempo de lo que se creía (si bien es cierto que ese nivel ha sido siempre un objetivo fundamental). Desplazamiento 4. Un nuevo foco, desde el análisis de balances a la búsqueda de renta. Si es verdad que el dólar ha finalizado su ciclo alcista, los inversores ya pueden dejar de preocuparse por posibles quiebras corporativas de empresas endeudadas en dólares en el mundo emergente (algo bueno tenía que salir de todo esto, ¿no?). Esto significa que podemos ver un desplazamiento del foco de atención, desde el análisis sobre la fortaleza de los balances, hacia la búsqueda de renta (income). 5. La gran mayoría de las autoridades monetarias en el mundo emergente reaccionará con reducciones en sus tipos de interés (ya que en la mayoría de casos queda mucho margen para el uso de la política monetaria). Este recorte de tipos en emergentes, junto a la nueva realidad en todo el mundo occidental ante un nuevo shock deflacionario (tipos bajos durante más tiempo), aumenta de forma automática el potencial de revalorización de los activos de deuda de los mercados emergentes (pues se verán influenciados por recortes de TIR en los tramos más cortos de la curva). La combinación de estos cinco factores perfectamente podría dar como resultado un mayor atractivo de los activos financieros en los mercados emergentes, lo que ayudaría a explicar el reciente comportamiento de los bonos en países como Turquía, Brasil, México, Indonesia, India, etc… Economista jefe de Andbank