Aterosclerosis en el hombre antiguo Viernes, 17 de Octubre de 2014 14:06 - Actualizado Martes, 04 de Noviembre de 2014 10:26 La aterosclerosis no es una enfermedad moderna. El estilo de vida actual, con el tabaquismo, el consumo de grasas y el sedentarismo, junto a la disminución de las enfermedades infecciosas y el aumento de la esperanza de vida de la población, ha hecho que la aterosclerosis y sus consecuencias sean las enfermedades más extendidas y que mayor mortalidad producen. Sin embargo, la aterosclerosis ya existía en la antigüedad. Las autopsias realizadas a momias egipcias a comienzos del siglo XX ya demostraron la existencia de aterosclerosis en la aorta de estos hombres antiguos. Las biopsias realizadas en momias egipcias en años posteriores, demostraron también aterosclerosis en otras arterias, como las renales y las coronarias. Hallazgos similares se han encontrado en momias de América del sur y de poblaciones esquimales. Los estudios con rayos X también han demostrado la presencia de aterosclerosis en las momias. El desarrollo de la tomografía computarizada en 1971 mejoró sustancialmente la capacidad de evaluar las arterias radiográficamente. Con esta técnica se ha podido demostrar, por ejemplo, la presencia de aterosclerosis calcificada en ambas carótidas, la aorta distal y la arteria ilíaca derecha en Ötzi, una momia Europea que se remonta a 3300 años aC. Su descubrimiento representa la documentación más antigua de la aterosclerosis en los seres humanos. Del mismo modo, se han descrito los resultados de los exámenes con tomografía computarizada de antiguas momias egipcias y se han encontrado calcificaciones arteriales en las extremidades superiores e inferiores. La aterosclerosis se ha considerado clásicamente como una enfermedad del hombre moderno relacionada con el estilo de vida actual, principalmente con el consumo de tabaco, la dieta, el colesterol, el sedentarismo y el estrés. Se sabe que estos factores de riesgo son muy importantes, pero solo permiten explicar el 70% de los casos de esta enfermedad. Existen grandes lagunas en el conocimiento de la génesis de la aterosclerosis. Como se ha comentado arriba, estudios de autopsias de hace unos 100 años ya demostraron que la aterosclerosis estaba presente en los hombres de la antigüedad. Estas personas tenían una amplia gama de dietas y estilos de vida, por lo que los factores de riesgo modernos tradicionales no explican completamente la presencia en ellos de esta enfermedad. Una de las hipótesis que se plantean es que sean otros factores de riesgo los que influyeran en aquellos tiempos, tales como la inhalación del humo del fuego, la infecciones o inflamaciones, los cuales pueden haber sido factores aterogénicos importantes. Parece bastante claro que la base etiológica de la aterosclerosis está en el riesgo genético, sobre el cual actuarían factores ambientales que favorecen el desarrollo de la misma. Según la predisposición genética de cada persona, la actuación de dichos factores induciría mayor o menor grado de aterosclerosis. 1/2 Aterosclerosis en el hombre antiguo Viernes, 17 de Octubre de 2014 14:06 - Actualizado Martes, 04 de Noviembre de 2014 10:26 Actualmente pensamos que gran parte de la enfermedad cardíaca que sufrimos es consecuencia de nuestro estilo de vida, por el sedentarismo, el estrés mental, el consumo de grandes cantidades de calorías y de alimentos ricos en grasas, azúcar y sal, y porque estamos expuestos a altos niveles de toxinas ambientales, como el humo del tabaco. Para prevenir la aterosclerosis se recomienda practicar ejercicio físico regular, mantener un peso corporal ideal, evitar las grasas saturadas, sal y azúcar, no fumar y tomar medicamentos para mantener la presión arterial y los niveles de lípidos y azúcar en la sangre en un rango ideal. En fin, intentar llevar unas costumbres más parecidas a las de nuestros antepasados, que vivieron una vida más pura y no tuvieron que participar en las acciones correctivas para prevenir enfermedades del corazón. Sin embargo, las personas de hace miles de años ya tenían signos de aterosclerosis, a pesar de que tenían constumbres muy diferentes a las nuestras y sus entornos y estilos de vida parece que los protegían contra el desarrollo de esta enfermedad. Estudios genéticos realizados a las momias han permitido descubrir en ellas mutaciones que predisponen al desarrollo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica. Estas mutaciones son idénticas a las identificadas en humanos contemporáneos. El hombre antiguo estaba expuesto a muchas otras enfermedades, como las enfermedades infecciosas, la privación nutricional y los traumatismos, que a menudo resultaban en una muerte a temprana edad, antes de que la enfermedad aterosclerótica se hiciera clínicamente manifiesta. Es posible que, si hubieran tenido una esperanza de vida más larga, hubiesen desarrollado la aterosclerosis de la misma manera que el hombre actual o, al menos, de forma parecida. Los estudios comentados sugieren que la predisposición genética para la aterosclerosis era la misma en el hombre antiguo que en el actual, probablemente porque la diferencia de varios miles de años no es suficiente para hacer cambios demasiado importantes en la evolución genética. Lo único que ha variado son los factores de riesgo, como son la dieta rica en grasas, el sedentarismo, el consumo de tabaco, la hipertensión, la diabetes y la hipercolesterolemia, que son más actuales, mientras que, probablemente, las infecciones contribuyeran más al desarrollo de la aterosclerosis en el hombre antiguo. 2/2