Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Teoría del Conflicto Unidad 3: Causas de los Conflictos Hasta aquí hemos trabajado con la elaboración de un concepto de conflicto y con las distintas posibilidades de clasificar los conflictos. En esta unidad nos ocuparemos de las causas que motivan los conflictos. “Dos hermanas” Somos dos hermanas, mi hermana es un poco mayor que yo. De verdad que siempre nos hemos llevado bien, hemos compartido una linda infancia, nuestros padres nos dieron con generosidad muchas cosas, y nuestras vidas han sido bastante felices. Me casé, tuve mis chicos, que hoy están terminando sus carreras, he dedicado a ellos buena parte de mi vida, y ahora ellos están comenzando a independizarse, de hecho, el mayor está yéndose a estudiar afuera, el segundo ya no vive conmigo y sólo vive en casa mi hija menor. Mi padre era escribano, una institución en este pueblo, frente a él desfilaron todos los acontecimientos trascendentes de la vida de las personas. Compras de campos, de casas, testamentos. Siempre nos sentimos con alguna aureola de prestigio especial. Papá murió el año pasado y mi hermana trabajó con él los últimos años. De hecho ella condujo la escribanía. Jamás he preguntado nada acerca de su trabajo. La semana pasada tuvimos una difícil conversación que me gustaría contarles: llegué como muchas tardes a su casa, y como ella estaba ordenando cosas viejas, despejando la casa, comenzamos a mirar fotografías de la familia. Verdaderamente fue revivir un poco toda nuestra vida. La tarde era apropiada así que eso dio motivo a conversar con tranquilidad. En un momento, algo sucedió: entre las fotos que mirábamos. Vimos una foto de mamá en una fiesta en el club, sonriente, elegante, con un vestido azul y un collar de perlas. Se me ocurrió preguntarle por el collar, me dijo que lo tenía guardado. Le pedí verlo, lo trajo, después de una exploración larguísima y misteriosa, como quien trae las joyas de una reina egipcia. Le dije que me gustaría que mi hija lo usara para su graduación. Me dijo que esas cosas valiosas mejor no moverlas demasiado en estos tiempos peligrosos, le dije que no tiene sentido tener las cosas guardadas, que para eso mejor lo tasábamos y o vendíamos. Una palabra lleva a la otra, se ofuscó: Cómo se me ocurre venderlo?? El collar?? El collar de mamá??. | Teoría del Conflicto 1/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Insistí, quizá fastidiada por esa idea tan inmodificable: las cosas valiosas se guardan como una reliquia no se usan. Y además un aire eterno de “yo sé cómo se hacen las cosas”·. Y sucedió lo increíble. Forcejeamos con el collar, lo estiramos y se rompió y las perlas quedaron repartidas rodando por el suelo. La escena fue terrible. Nos miramos un poco horrorizadas. Y entonces saltó lo que quizás veníamos ocultándonos una a la otra: mi hermana me dijo que no volviera a poner los pies en la escribanía, que esas averiguaciones que yo estaba haciendo mostraban desconfianza, algún interés espurio, seguramente aconsejada por mi marido. Le dije que efectivamente estaba queriendo involucrarme en las tareas de la escribanía, sus movimientos de dinero, por otro lado nunca suficientemente claros, para poder tener una nueva ocupación. Dijo que no, que ella me asignaba mi parte, pero ella conduce la escribanía. Que debía respetarse la voluntad de papá. Que así eran las cosas, y que ella como hermana mayor dispondría estas cosas. Que así fue siempre, así lo acepté toda la vida y no podía yo de buenas a primeras modificar la forma en que nos habíamos manejado. Que esto afectaría nuestro prestigio, ya bastantes beneficios me había dado mi padre permitiéndome no trabajar con anticipos de la herencia. La conversación fue terrible, no lo hubiera imaginado. Ambas dijimos cosas atroces, cosas que nos pasaron desde los tres años… Hemos quedado dolidas y mortificadas…Y todo por un collar de perlas! ¿Qué sucede aquí? ¿Qué se está discutiendo en esta situación, sobre qué versa este conflicto? | Teoría del Conflicto 2/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Las Causas de los Conflictos en Akland Una vez más si bien los abordajes pueden ser muchos, y las clasificaciones de las causas o motivos que dan lugar a los conflictos también, seguiremos el esquema de Akland, a cuya lectura invitamos. Akland distingue cuatro causas básicas de los conflictos: Bienes Territorio Relaciones Principios 1. Bienes: las personas pueden mantener desacuerdos con relación a sus bienes. Entendemos aquí por la expresión bienes tanto los físicos o materiales (cosas, objetos, dinero) como los inmateriales (derechos), y tanto las cosas que tiene un valor económico como las que guardan un valor moral o afectivo. 2. Territorio: es el espacio, tanto físico como psicológico en que las personas se manejan, por ejemplo, el cuarto de cada uno, su casa, el ámbito de su oficina , el uso de ciertos objetos privados: una máquina de fotos, una computadora, la agenda, sus competencias laborales, el área de sus decisiones. Desde el punto de visita internacional se suele hacer mención al territorio en sentido físico, una expresión más próxima a los bienes. El territorio es una zona donde las personas se perciben seguras, conforma un ámbito natural de desempeño. Cuando un conflicto aparece la seguridad con la que alguien se desenvuelve cotidianamente o en algún aspecto de su vida suele verse amenazada, es uno de los primeros impactos del conflicto. 3. Relaciones: las personas establecen vínculos con otras, de distinta naturaleza, laborales, vecinales, comerciales, familiares, amistosos. En funciòn de estos lazos se establecen convenciones sobre las formas de estos vínculos, algunas implícitas, otras no. El quiebre de estas presuposiciones de comportamiento del otro, genera un cambio en el vínculo que da lugar a conflictos, que van desde la susceptibilidad, desconfianza, tensión, hasta la agresión incluso en sus formas más violentas. Mirado por ejemplo desde el punto de vista de la mediación que como sabemos es solo una metodología mas, el cuidado de la relación pasa a ser un tema muy importante. La mediación se ocupa predominantemente del cuidado de los vínculos personales, y de poner el foco de atención sobre los mismos más que sobre las cosas que puedan | Teoría del Conflicto 3/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual obtenerse o las soluciones que puedan alcanzarse. Particularmente existe una corriente clamada de “mediación transformativa” cuyo sentido principal es enfatizar la transformación que debe operarse en las relaciones personales afectadas por los desacuerdos, y sostiene que sólo el trabajo puede permitir no solo la superación personal de los sobre la relación es lo que protagonistas sino también progresivamente de la sociedad. En el plano de las relaciones el significativo el peso que tiene el concepto de “poder”, que desarrollaremos al final de esta unidad. 4. Principios: a veces el desacuerdo está generado en valores que conforman la identidad de las personas. Cuando en un conflicto están en juego los valores, se “ rigidiza”, y su salida se vuelve más difícil, porque es ilusorio suponer que las personas dejarán de lado creencias que hacen a sus convicciones personales de todo orden: éticas, religiosas políticas , asociadas a su formación tanto individual como por influencia de su entorno. Si el conflicto se establece en el nivel de una causa, su abordaje se vuelve complejo porque la ubicación de las personas se identifica con la defensa de esos principios difíciles de soslayar o modificar, además de verse potenciados por la tensión del conflicto. Sin embargo, “no todo lo que reluce es oro”. Es decir, a veces hay situaciones planteadas al nivel de las causas que solo lo son en apariencia o que tienen que ver con la grandilocuencia con que son presentadas. Veamos el texto que sigue, extraído del libro “Mediación-Diseño de una Práctica” (Caram, María Elena, Eilbaum Diana y Risolía Matilde, Ed. Histórica), que quizá nos ayude a analizar mejor qué pasa con lso valores en los conflictos. “Mediación - Diseño de una Práctica” (Caram, María Elena, Eilbaum Diana y Risolía Matilde, Ed. Histórica) Frecuentemente al desagregarse los elementos constitutivos de un conflicto el mediador encuentra cuestiones más ligadas a los valores que a los intereses o necesidades concretas de las partes con relación a su disputa. A los efectos de este enfoque y teniendo en mira la finalidad práctica de este trabajo, entenderemos por valores, “las creencias profundas de los individuos, basadas en su religión, ideología u orientación cultural, de carácter más permanente”(1). Estos valores –tomados en este amplio sentido– y sus conjuntos, constituyen en muchos sentidos la identidad de las personas, y están enraizados en la estructura individual de pensamiento y sentimiento de una manera vigorosa. Quizá, siempre con la utilidad funcional expresada, diremos que pueden distinguirse los valores, por esta naturaleza más arraigada, ya sea por razones cognoscitivas o emotivas, a diferencia de los intereses que consideramos más puntualmente conectados con esta disputa. Somos conscientes que definir la categoría de valor en función de una característica tan vaga como el arraigo, la permanencia o el vigor constitutivo en cada sujeto, | Teoría del Conflicto 4/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual es sugerir un criterio de muy escasa precisión, aunque tal vez por ello, más flexible. Como generalmente los valores están más bien implícitos, sólo pueden ser advertidos por el mediador al adentrarse en la disputa. Es muy útil que al percibirlos, los confirme, haciéndolos transparentes, siempre en su función de ayudar a las partes al esclarecimiento de su desacuerdo. Si considera que los valores son compartidos, los enfatizará; si observa que las partes sienten, piensan y actúan en función de valores encontrados, hará expresa su imposibilidad de trabajar con ellos para su eventual modificación o transformación dentro del ámbito acotado de la mediación. Suele decirse que “los valores son innegociables”. Pero esta expresión no clausura algún tratamiento de los mismos en el plano sustancial dentro de la mediación, ni del lenguaje que los denota, como veremos en 1) y 2). Ayuda al mediador recordar que: a) Siempre hay valores personales o colectivos sustentando los intereses o necesidades en juego; b) De advertirse, su existencia e importancia deben ser transparentadas porque quizás marcan el límite o los márgenes dentro de los que es posible negociar, y c) Esos valores pueden ser traducidos a cuestiones prácticas y concretas, que probablemente se instalen en el plano de las necesidades. Es muy posible que el mediador observe en el conflicto sobre el que trabaja diferentes formas en que aparecen los valores, y aunque existan principios establecidos respecto a su innegociabilidad, no debe adelantarse a presuponer que no será posible avanzar con el proceso. El caso traído debe trabajarse. El amplio espectro posible de formas en que se deslizan los aspectos valorativos se compone desde meros usos retóricos de palabras que hacen referencia a la axiología particular de las personas, hasta verdaderas divergencias sobre estos aspectos que pueden incluso, en sus manifestaciones más categóricas, llevar a la no mediabilidad del caso(2). Reiteramos nuestro pensamiento en el sentido de que el mediador debe ingresar al conocimiento del desacuerdo, y no dejarse llevar por las primeras impresiones, para decidir la imposibilidad de avanzar. En todo caso, a nuestro criterio, la “innegociabilidad” está referida a la improbabilidad de que se puedan manejar concesiones recíprocas entre las personas con relación a sus valores, o a suponer ineficazmente que los modificarán o dejarán fácilmente de lado. Pero no significa levantar un muro inexpugnable alrededor del conflicto en función de la naturaleza valorativa de las cuestiones en juego. Todavía hay, seguramente, mucho por hacer. Veamos bajo qué formas suelen aparecer las cuestiones relativas a los valores. 1) Los valores en el plano del lenguaje. Un primer aspecto a tener en cuenta es la utilización de términos que hacen referencia a valores que frecuentemente son usados sin un sentido literal especifico(3), ya sea para expresar con más fuerza una postura, o para producir mayor impacto en el interlocutor. En | Teoría del Conflicto 5/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual ambos casos se recurre al significado emotivo(4) de las palabras, tanto en su aspecto expresivo como persuasivo, desligado de su contenido literal. En tal supuesto, seguramente tomemos en cuenta las palabras elegidas, porque por algo son elegidas(5), pero no las interpretamos como representativas de un valor conceptualmente constitutivo del conflicto. A veces, sencillamente, la utilización del término más allá de su semántica, dota al discurso de cierta grandeza, pero esta finalidad retórica no tiene que ver con la presencia de valores definiendo la naturaleza de la disputa. Por supuesto que en esta apelación que las personas hacen a la resonancia cultural que surge del valor emotivo de las palabras, no sólo aparecerán términos que intenten una atmósfera positiva (justicia, paz, verdad, lealtad) sino otros que busquen, naturalmente con referencia al otro, crear una imagen negativa (injusticia, mentira, traición). Tal como se analizó en oportunidad de describir la técnica del parafraseo(6), pensamos que deben ser rápidamente desplazadas del lenguaje de la sala. La diferencia entre una y otra - el valor y el disvalor - es que si el efecto positivo puede ser capitalizado a favor del proceso, es más probable que mantengamos las primeras, mutualizándolas. Pero ello no quiere decir que su uso transforme la disputa en una cuestión valorativa. Un segundo aspecto contempla las referencias directas que los participantes hacen a ciertos valores que pretenden obtener en el proceso, mediante el uso de ciertas palabras: “sólo busco la paz, garantizar la seguridad, recuperar la confianza, yo vengo con la verdad y espero la verdad, el acuerdo será equitativo”.El mediador cuenta con recursos comunicacionales eficientes para pasar de la naturaleza abstracta, general o universal que caracteriza a esos valores, a significados específicos para esta situación concreta. Cuando la parte expresa en forma grandilocuente - no por eso menos auténtica – “Sólo busco justicia”, el mediador hará una clásica pregunta desagregadora: “¿Qué significa para Ud. en este caso, aquí y ahora una posibilidad justa?(7)” Aún sin abrir juicio acerca de la naturaleza objetiva o subjetiva de los valores en cuanto a su existencia o posibilidad de conocimiento, probablemente subyace en el mediador el presupuesto de que la mera mención de palabras que denotan valores no implica coincidencia entre los asistentes en cuanto a su contenido. Seguramente ambas partes sostengan que les importa por encima de todo alcanzar la justicia, aunque cada uno le asigne sentidos diferentes a esta proposición. Ciertas frases a menudo escuchadas en las mediaciones familiares son: “Lo único que quiero es lo mejor(8) para los chicos” o “Creo que acá nos estamos olvidando que lo importante es lo mejor para los chicos”. La expresión es ilustrativa por su uso recurrente. Pero además, y sobretodo, porque no sólo hace referencia a un principio de categoría normativa como es la protección de los intereses de los menores, de acuerdo con las normas internacionales y su recepción en nuestro derecho interno, sino porque envuelve un contenido ético de vigoroso efecto al ser utilizada en la conversación. Los participantes, mediador incluido, parecen quedar atrapados al escucharla en una obligación nítida y fundamental que los comprende y cualquier movimiento que se interprete como un desvío de este principio, coloca a quien lo | Teoría del Conflicto 6/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual intente en un lugar condenable e inhumano, desde el que nunca se hará lo suficiente para beneficiar el destino de estos niños. El deber parece tan claro y, sin embargo, en escasos segundos las partes estarán discutiendo acerca de los diferentes sentidos individuales que cada uno asigna a la frase. El mediador no presupone - aún a riesgo de parecer ingenuo - ni mucho menos expresa, en ningún caso, el significado que debieran tener estas afirmaciones abstractas, siempre busca el que le atribuyen las partes, y su capacidad de sorpresa se verá regocijada frente a la altísima diversidad de las respuestas nacidas al amparo de la misma expresión. Sabemos también que esto no significa una asepsia espiritual del mediador, ni indiferencia alguna frente a los hechos a los que lo convoca su profesión; por supuesto que el mediador cuenta con su propio universo de valores, a la luz del cual forja sus impresiones frente a lo que sucede en la sala de mediación: la cuestión se establece en el espacio que dentro del proceso asigna a las mismas, y su no interferencia con las de las partes, siempre protagónicas en sus asuntos, aun en sus apreciaciones más disímiles con el sentir o pensar del mediador. Su tarea, como hemos dicho, lo compromete a trabajar para que ellas acerquen sus perspectivas, y no para que se adapten a las del mediador. De cualquier modo, siempre en un punto extremo de contradicción máxima con su propios valores, el mediador tendrá la posibilidad excepcional de no acompañar a las partes en el acuerdo, o eventualmente, dar por terminada la mediación(9). Esta distinción no es meramente teórica: en ninguno de los dos casos mencionados divergencias valorativas entre las partes o con el mediador - es útil que el mediador dé margen a una discusión acerca de la verdad o falsedad de los enunciados que contienen estas expresiones o a la validez o vigencia de los valores involucrados, porque la intencionalidad puesta en su uso no está referida, en rigor, a la descripción de ninguna situación fáctica - aún suponiendo que los términos valorativos tengan referencias objetivas -, sino a razones de emotividad, en el primer caso, y a abstracciones, en el segundo. 2) Los valores en el plano sustancial. Pero no siempre los valores aparecen sólo como una cuestión de lenguaje. A veces el conocimiento del conflicto nos conduce a advertir que los desacuerdos se centran en reales diferencias de valores. El: La otra cuestión sobre la que debemos ponernos de acuerdo es con relación a la educación de los chicos. Yo quiero que los chicos vayan a una escuela religiosa, yo mismo estudié en el Colegio…. Y me parece que es la única forma de que los chicos vayan teniendo una formación espiritual, en medio del bombardeo de mensajes tan diferentes. Ahora le toca al mayorcito, pero después la nena, también tendrá que seguir el mismo camino… Ella: Este es un punto en el que siempre hemos disentido…Mi padre era maestro y defendía la educación pública y laica, y yo fui a una escuela pública y laica. No digo que no le demos formación religiosa, pero no en la escuela. | Teoría del Conflicto 7/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Cuando ello es así, hacemos evidente esta situación y nuestra dificultad para intentar modificaciones recíprocas en estos aspectos vinculados con las convicciones personales de cada uno. Podría sugerirse una intervención así: M: Ambos tienen ideas diferentes sobre la incidencia de la religión en la educación de sus chicos, lejos está de mi intentar influir para que alguno de ustedes cambie su pensamiento. Pero sí los llevo a la cuestión práctica, ¿cómo salvamos estos distintos enfoques frente a la inminencia de esta decisión, de modo que ambos puedan sentir que acompañan razonablemente a gusto la formación de sus chicos? Ahora analicemos otro diálogo en otra situación: El: Es verdad que tenemos religiones diferentes, y no es fácil compatibilizar qué educación darle a los chicos. Pero de allí a que no me consulte y abruptamente inscriba a los chicos en una escuela católica, despreciando cualquier idea que yo o mi familia podamos tener en ese sentido. Los chicos tienen mucho contacto a través de mis padres con la comunidad judía, y este cambio los puede afectar mucho. Ella: Le pedí que averiguara escuelas posibles, no tuve respuesta, siempre con dilaciones. Fui y los anoté, y listo…Y ni siquiera busqué el más caro…que bien que los hay… Este segundo diálogo sugiere una discusión muy diferente, donde no parece que el tema de los valores respecto de la índole de la educación sea el predominante. Otras serán las intervenciones, en respuesta a la aparente inacción o falta de propuestas del otro. Un ejemplo como el presentado en primer término es exactamente la situación a la que entendemos hace referencia la frase: “Los valores no se negocian”. Comprender este tipo de conflicto, alivia al mediador de su exigencia de buscar salidas para todos los puntos de la disputa, pero le requiere trabajar en la búsqueda de propuestas prácticas que soslayen estas diferencias. …….. Otra situación diferente, pero conexa, la constituyen aquellos conflictos en los que la postura de cada parte se ha transformado en una causa. Como la adopción de una causa implica, cuando es auténtica(10), valores subyacentes muy fuertes, probablemente significará una imposibilidad de avanzar para el mediador. También en este caso, habrá que transparentar frente a las partes la imposibilidad de trabajar de manera útil para ellos. Dos padres trataban la posibilidad de mantener la tenencia compartida de sus hijos y, entre otros temas, las formas de distribuir sus obligaciones y horarios con relación a los chicos. Al tiempo supimos que el padre integraba una entidad que defiende la igualdad en los derechos de los padres no convivientes con sus hijos. Más allá del loable deseo de atender intensamente a los niños por parte de ambos padres, era muy difícil suponer que podíamos obtener concesiones reciprocas dentro del marco de una disputa profundamente relevante para la causa en juego y con obvia repercusión institucional. | Teoría del Conflicto 8/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual En todos estos supuestos donde de una u otra forma aparecen cuestiones valorativas, los mediadores observamos si éstas tiñen la totalidad del conflicto, o si existen, a pesar de ello, aspectos particulares que puedan ser tratados. La experiencia muestra que la mayor parte de las veces ello es posible; es más, a veces el tratamiento de todas las cuestiones permite acordar muchos o todos los puntos específicos, aun dejando a salvo la diferencia axiológica entre las partes. Pero no siempre es posible: Volvamos al caso de aquellos hermanos que disputaban con quien había sido el compañero llamémoslo Juan - de su hermano fallecido la partición de una casa en la que ambos habían convivido los últimos años. Cuando el recorrido en la mediación había avanzado hacia una posibilidad razonable de acuerdo, Juan reemplazó su letrado por una abogada conectada con la defensa de derechos humanos. El caso tomó entonces otro cariz: en lugar de tratarse de una cuestión civil de partición hereditaria o eventualmente de reconocimiento de derechos sobre una propiedad, de acuerdo con el enfoque dado al conflicto hasta ese momento, pasó a desplegarse como un caso de discriminación basada en la homosexualidad del requirente, con la amenaza de trasladarse la controversia a los organismos internacionales de protección de los derechos humanos. La militancia implícita en esta nueva óptica llevó probablemente a efectuar la publicación que en su momento mencionamos, y que motivó el cierre de la mediación por haberse violentado la confidencialidad del proceso. Pero una vez que esta divergencia valorativa auténtica es percibida y evidenciada, el mediador no hace ningún movimiento para transformarla en su aspecto sustancial, porque si la adhesión a los valores es genuina, no merece otra cosa que respeto, porque como dice De Bono, es al mismo tiempo terrible y optimista que los valores puedan ser cambiados por la percepción(11). (1) HIGHTON, Elena y ALVAREZ, Gladys, “Mediación para resolver conflictos”, Ad Hoc, Bs. As, 1995, pág. 42. No ingresamos a los efectos de este texto en las profundas distinciones y elaboraciones formuladas alrededor de los valores dentro del campo de la axiología a lo largo de la historia de la filosofía respecto de su naturaleza, sus características, su carácter objetivo o subjetivo y la forma de acceso a los mismos. Tampoco ingresamos en los temas propios de la ética o la metaética, que exceden la naturaleza de este trabajo. (2) Sobre mediabilidad e inmediabilidad ver Cap. XII. (3) Naturalmente, soslayamos la discusión abierta en metaética respecto del significado de los términos éticos y la naturaleza de ese significado. (4) GUIBOURG, Ricardo; GHIGLIANI, Alejandro y GUARINONI, Ricardo, “Introducción al conocimiento científico”, Eudeba, 1985, pág. 73; HOSPERS, John, “Introducción al análisis filosófico”, COPI, Irving M., “Introducción a la lógica”, Eudeba, Bs.As.1962, pág.47. (5) Tal vez son recogidas por la escucha y se verá si es útil incluirlas en el parafraseo. (6) Ver Cap. VI. (7) Ver Cap. VI. (8) La expresión “lo mejor” no denota en si misma un valor, pero se ubica en un plano más genérico | Teoría del Conflicto 9/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual que parece abarcar todos los valores. (9) No hacemos referencia en este caso a la no mediabilidad de un caso, que es un tema diferente. En este último supuesto, el mediador considera que imposible acercar a las partes en función de sus discrepancias de fondo en materia de valores, mientras que el no acompañamiento que el mediador hace en el párrafo que se comenta se refiera a una discrepancia valorativa tan fuerte de él con las partes que lo lleva a no suscribir el acuerdo y/o cerrar la mediación. “Tengo muy en claro que no hay justificación alguna para anteponer lo que un sujeto considera conveniente para otro a lo que éste considera conveniente para sí mismo” dice el padre. SCHLINK, Bernhard, “El Lector”, Anagrama, Barcelona, 2000, pág. 134. La situación planteada en la novela da lugar a una reflexión interesante acerca del “derecho” a actuar más allá de lo que el supuesto beneficiado por esa intervención permite. El protagonista debe decidir si pone en evidencia ante el tribunal que una acusada de haber dejado que murieran prisioneras en un incendio en un campo de concentración, no sabe leer ni escribir, a pesar de que ella desea ocultarlo, y con ello permitir que su pena se ajuste a esa condición, o convalida el deseo de ella de ocultar esa limitación. Sin embargo, concluye su padre: “Si alguien tiene una responsabilidad en el asunto, esa persona debe actuar. Si sabe lo que le conviene a otro y éste se niega a verlo, debe intentar abrirle los ojos. El otro tendrá siempre la última palabra, pero hay que hablar con él. Insisto, con él, y no, con otra persona a sus espaldas”. (10) La exploración del mediador abarca también la posibilidad de que ciertos desacuerdos sean presentados con la grandeza de las causas, pero en rigor no sean tales. Desde el punto de vista conceptual, lo que aparece es un gran énfasis en las posiciones y cierta grandilocuencia en la expresión. La búsqueda de los intereses aparece como imprescindible para distinguir los elementos del conflicto y poder compartir con las protagonistas la visión del mismo. (11) DE BONO, Edward, “Conflictos”, Planeta, Bs. As. 1990, pág. 91. “Mirado de una manera algo no es atractivo. Mirado de otra se torna atractivo. Es terrible porque esta facilidad abre paso a todo tipo de abusos… Es optimista porque sugiere que los choques de valores con frecuencia pueden ser resueltos mediante un esfuerzo de proyecto que produzca un resultado capaz de reconciliar los valores”. | Teoría del Conflicto 10/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual La complejidad de las causas o motivos de los conflictos Como puede advertirse en algunos de los ejemplos mencionados, particularmente en el caso de las dos hermanas, los conflictos frecuentemente no se generan en un solo motivo, sino en muchos. Los operadores vamos analizando y desagregando los distintos elementos que integran los conflictos y vamos viendo cuáles son las causas predominantes. Ejercitación Vuelva a leer atentamente el caso “Dos Hermanas” y analice cuáles son, a la luz de la clasificación de Akland, sobre qué versa este conflicto. | Teoría del Conflicto 11/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Entelman: clasificación de los objetivos en juego en los conflictos Los conflictos enfrentan a las personas en el esfuerzo por alcanzar objetivos que se percibe como incompatibles. Entelman clasifica estos objetivos en concretos, simbólicos y trascendentes, ofreciéndonos otro criterio de categorización. Objetivos concretos son aquellos más o menos tangibles, de alguna manera susceptibles de ser pensados como divisibles. Su obtención importa la automática satisfacción de las pretensiones de los protagonistas. El valor económico u otro que se les atribuye es inseparable del objeto mismo. Obtener una suma de dinero al cobrar un crédito, lograr una modalidad de encuentros con los hijos, etc. e da al actor que obtiene su objetivo un aumento de sus bienes valiosos. Objetivos simbólicos son aquellos en los que el objetivo exhibido como tal no es la única meta deseada por el actor en conflicto, sino más bien éste representa otra. Por ejemplo, pensemos en la búsqueda de un mayor capital accionario, con miras a la obtención del poder de decisión en una empresa. También puede ser más que obtener el bien, provocar una pérdida en el adversario, y el primero no ser más que un símbolo de lo segundo Objetivos trascendentes: son aquellos en que el valor mismo está puesto como objetivo porque no se encuentra anexo a un objeto tangible ni divisible. En un reclamo de devolución de dinero, lo que se busca es por ejemplo un principio de equidad o justicia, o que el otro no pague es una injusticia o una inmoralidad. Como estos objetivos se conectan en algún sentido con los valores los conflictos que provocan se vuelven más rígidos, de difícil tratamiento como ya hemos analizado. Ejercitación Intente clasificar los motivos de la disputa en “Dos hermanas” a la luz de este criterio. | Teoría del Conflicto 12/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Las causas de los conflictos en Pruitt El rol de la carencia o privación relativa La divergencia de intereses es a menudo descubierta como el resultado de la dura experiencia en que la parte fracasa en lograr sus aspiraciones. Esta experiencia se llama privación relativa: ante la frustración en la obtención del logro se percibe el conflicto. Esta frustración tiene dos efectos: 1. Alerta al sujeto de la existencia de intereses incompatibles, que en su percepción son un obstáculo para el logro de los fines. 2. La frustración y la indignación asociadas a la privación relativa son una fuente de energía que aumenta la probabilidad y vigor de la búsqueda de alivio. Si el otro es pensado como responsable por la privación relativa de una parte, esta energía toma la forma de enojo, que probablemente conduce a la acción contenciosa. Imaginemos que alguien desea un ascenso para alcanzar un puesto laboral que le resulta importante. No lo logra, por las razones que sean. El desencanto lo lleva a visualizar a quienes son su posibles competidores (al menos percibidos así por él), y dirigir su confrontación hacia ellos. Frecuentemente no se advierte el conflicto hasta que no se da la privación de la expectativa. Si lo hubiera alcanzado, no hubiera atendido a la divergencia, al no hacerlo, se advierte la carencia. O tal vez si otro lo obtuvo, hubiera podido obtenerlo yo. Si la privación relativa continúa, puede aparecer un sentimiento de desesperanza. Éste usualmente disminuye la conducta conflictiva, y en consecuencia, el conflicto manifiesto, pero no la frustración. La razón para más probable es que la parte ajusta sus aspiraciones para que corresponda a la realidad, reduciendo la percibida divergencia de interés. Dice Pruitt: “El rol de la privación relativa es tan común en el desarrollo del conflicto que algunos teóricos lo ven como un sine qua non para la emergencia del conflicto. Diferimos con este punto de vista, ya que creemos que la parte puede extraer conclusiones acerca de la divergencia de interés de otras evidencias que la que le provee la privación relativa, incluyendo aseveraciones de otro acerca de sus motivos o pérdida de confianza en el otro” | Teoría del Conflicto 13/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Y agrega: “El término confianza tiene muchos significados, pero en este contexto significa una creencia de que el otro está positivamente preocupado acerca de los intereses de una parte. La preocupación no necesita ser genuina, en el sentido de estar basada en sentimientos positivos hacia la otra parte. Es bastante posible para la parte confiar en el otro porque cree que el otro depende de la parte y por esta razón no desea arriesgarse a un enojo de ésta. Desconfianza es lo opuesto de confianza. Es la creencia de que el otro es hostil o indiferente a los intereses de la parte, en otras palabras, una percepción de que hay una divergencia de intereses con el otro. La desconfianza alienta la percepción de que los aspiraciones del otro son incompatibles con los de la parte.” (Social Conflict Pág. 15) | Teoría del Conflicto 14/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Fuentes del conflicto intergrupal Cuando los grupos- más que los individuos - están en conflicto, varios mecanismos entran a jugar. El apoyo del grupo puede hacer que la gente se sienta más confiada en la legitimidad de sus aspiraciones, reforzando la probabilidad del conflicto. Cuando varias personas con intereses latentes similares comienzan a conversar con otros, pueden comenzar a desarrollar y perseguir nuevas aspiraciones, que pueden conducir al conflicto con otros cuyos intereses son opuestos a esas aspiraciones. Un resultado así es particularmente probable si comienzan a identificarse a si mismos como un grupo separado de los otros grupos. Para el desarrollo de un conflicto intergrupal, se necesita una sentido de vínculo grupal. Una de las más importantes fuentes de ello es la percepción que el otro es un miembro del grupo al que la parte también pertenece. Una buena cantidad de investigación experimental ha sido hecha sobre la relación entre este fenómeno y el etnocentrismo, la tendencia a favorecer al grupo interno más que al externo y rechazarlo. Aun la más mínima pertenencia al grupo común- ser clasificados por los observadores con algunas personas y no con otrastiende a producir etnocentrismo. La gente luce mejor, piensa más elevado y discrimina a favor de la gente con quien está clasificado, sin considerar las bases de esta calificación. Es la categorización social o efecto de “grupo mínimo”. Ayuda a explicar por qué el etnocentrismo es tan universal como característica humana. Los conflictos pueden ser más habituales en relaciones entre grupos que en relaciones entre individuos, y más comunes en relaciones entre individuos que no se visualizan como pertenecientes a un mismo grupo común que entre los que sí. La evidencia favoreciendo la primera de las dos generalizaciones (mayor escalada entre grupos que entre individuos) ha sido encontrada en dos estudios…. Así el conflicto intergrupal es más probable que se desarrolle cuando existe identidad grupal. Esta a su vez es más fuerte cuando los grupos son homogéneos y cuando la estructura del grupo parece inmutable sin oportunidad de transición hacia otro grupo. La identidad del grupo conduce las aspiraciones del grupo de la parte. Esto sienta el escenario de la privación fraternal, el sentido en que un grupo ha sido privado, que ha sido identificado empíricamente como la mayor fuente de conflicto intergrupal. El resultado es a menudo el desarrollo de una lucha del grupo consistente en personas que siguen una causa común. | Teoría del Conflicto 15/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Condiciones que alientan el conflicto Pruitt enumera a continuación condiciones que alientan el conflicto, como diferencia percibida de intereses. Mencionaremos algunas a manera de ejemplos. Muchos de ellos que referidos a situaciones grupales, también pueden pensarse para situaciones individuales. 1. Periodos de rápida expansión de logros: la gente se entusiasma cuando las cosas mejoran y crecen sus aspiraciones, que a veces pueden desconectarse de la realidad. No quiere decir que sus aspiraciones no sean legítimas, sino que se vuelven incompatibles con las de las otras personas. 2. Ambiguedad acerca de poder relativo: el conflicto es especialmente probable cuando es ambigua la naturaleza del poder, de modo que cada parte puede concluir –a través de un proceso de pensamiento y deseo– que es más fuerte que el otro. Este estado de cosas tiende a producir aspiraciones incompatibles, conduciendo al conflicto. 3. Comparación entre los individuos. El conflicto está también alentado cuando una parte desarrolla la conciencia de que el otro no es mucho más meritorio que él, aunque si gane haya ganado gran privilegio. Esto conduce a las comparaciones individuales, en las cuales las aspiraciones surgen de ambas razones realistas (porque parece razonable que una parte lo pueda hacer tan bien como el otro) e razones ideales (porque la parte piensa que sus resultados podrían ser tan buenos como los del otro). La importancia de la comparación en el desarrollo de los conflictos puede verse en la obra de Henrik Ibsen, “Casa de Muñecas”. La heroína Nora es un ama de casa tradicional dominada por su marido. Ella conoce a Cristina, una mujer mas liberada y el contraste entre las dos condiciones lleva a Nora a aspirar a mas libertad y privilegio. Esto trae conflicto con su marido, a quien finalmente deja. 4. Inconsistencia del status. Las comparaciones individuales son particularmente probables cuando hay inconsistencias en el status. Esta (llamada también desequilibrio en el rango) existe cuando hay múltiples criterios para el valorar el mérito o las contribuciones, y alguna gente es mejor según ciertos criterios y peor según otros. En nuestra sociedad por ejemplo, experiencia y educación son fuentes de status laboral. La gente con experiencia tiende a creer que la experiencia aporta la mayor parte, y otros que la educación. Cuando estas dos clases de personas trabajan juntas cada uno es probable que se sienta más merecedora de reconocimiento que el otro y el conflicto es posible que se desarrolle. 5. Debilitamiento del consenso normativo. Las sociedades y los grupos dentro de | Teoría del Conflicto 16/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual ellas están constantemente desarrollando reglas para gobernar la conducta de sus miembros. Las reglas más amplias y duraderas son llamadas normas. La mayor función de tales normas es frenar las aspiraciones de los oponentes potenciales y así reducir las posibilidades de conflicto. Un ejemplo es la norma contra el robo. Si esta norma no existiera, el conflicto seria severo y la sociedad no podrían funcionar. Las normas son relevantes para el conflicto porque especifican los resultados en los que la parte esta limitada y en consecuencia las aspiraciones a las que la parte tiene derecho. Cuando las aspiraciones basadas en las normas de una parte son incompatibles con las aparentes metas del otro, el resultado a menudo es explosivo. Los puntos pueden implicar que el conflicto es particularmente común cuando las normas sociales son débiles y cambiantes. En tales periodos, una parte es probable que desarrolle su propia idiosincrasia acerca de sus derechos, puntos de vista que no coincidan con los del otro. 6. Pensamiento de suma cero. La mirada de que la ganancia del Otro es la pérdida de la otra parte y viceversa, es el pensamiento de suma cero (asunción del pastel fijo, es decir que la materia del conflicto es única). Esta es otra importante condición que alienta el conflicto. A menudo los temas son realmente de suma cero por naturaleza, por ej cuando las partes discuten por recursos limitados: lo más que obtiene uno es lo que pierde el otro. Sin embargo a menudo el conflicto es alentado no porque los temas sean de suma cero por naturaleza, sino porque son tratados así por las partes. Una de las características de muchos conflictos en escalada es que las aspiraciones de las partes prefieren el daño al otro cuanto más sea posible. En este tipo de motivación, el pensamiento suma cero es un lugar común. 7. Comunicación entre los miembros del grupo. Cada una de las fuentes de conflicto intergrupal descriptas antes en este capitulo, es alentada por la comunicación entré los miembros del grupo. Esto significa que el conflicto es especialmente probable que se produzca entre miembros de un grupo que están en proximidad uno con el otro, incluidos en actividades comunes y con acceso a la comunicación. Correlativamente enumera también las condiciones que desalientan el conflicto. Basta con dar vuelta los conceptos de lo que sí alienta el conflicto. 1. Consenso acerca de las normas. 2. Falta de información acerca de los logros de los otros. 3. Segregación física y psicológica.(-“divide y reina”). 4. Movilidad Social. 5. Barreras físicas y sociales de la comunicación. Recordemos que en el Primer Módulo hemos visto que la supresión total del conflicto en una sociedad implica un estancamiento de las búsquedas personales y sociales que tiende a su osificación. | Teoría del Conflicto 17/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Algo más sobre la relación de poder Al hablar dentro del esquema de Akland de las relaciones como causa de los conflictos nos quedo por analizar el concepto “poder”, relevante por el peso que adquiere en la gestación y desarrollo de los conflictos. Detengámonos ahora un poco en eso. Nuevamente nos encontramos con un concepto difícil de definir, por sus múltiples sentidos posibles. Entelman se pregunta –al igual que con el concepto conflicto– si podremos encontrar un concepto universal de poder, que abarque las distintas manifestaciones del mismo: poder militar, bélico, gremial. También se habla de poder de la naturaleza: de un tornado, del tsunani o el poder de un motor o un máquina, es decir, de las cosas. Existen además los calificativos que a menudo adjetivan el poder: despótico, tiránico, abusivo, legítimo, humano, etc. También está próximo el concepto influencia al que debemos agregar además la idea de coerción, fuerza, autoridad. Ejercitación Pensar en qué situaciones de la vida particular de cada uno se ejerce poder sobre otros, y en cuáles se recibe de otros. Analizar intuitivamente en qué consiste Vayamos gradualmente, siguiendo a Entelman, quien cita los conceptos y autores que siguen: 1. Una primera aproximación al complejo concepto de “poder” la da Mario Stoppino al definirlo como la capacidad o posibilidad de obrar de producir efectos sobre otros, grupos, objetos 2. Lukes avanza un paso más y dice que la relación de poder implica: a. Forma de control de A sobre B b. Acatamiento y sumisión de B respecto de A Se incluyen los conceptos de coerción, autoridad, fuerza y manipulación, a lo que debe agregarse la amenaza de sanciones para tal sumisión. Se asocia a la idea de posibilidad de influencia basada en la posibilidad de aplicar sanciones. Como vemos este concepto incorpora la cuestión relacional, característica de esta noción, | Teoría del Conflicto 18/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual además de irla centrando en las personas 3. DAHL avanza más: A tiene poder sobre B hasta el punto en que A puede obtener lo que B no hubiera hecho de otra manera. Y luego agrega: 4. A tiene poder si puede modificar las alternativas entre las que B puede elegir, es decir, de imponer la que A prefiere Esta noción abarca la persuasión Debemos comprender todo en el concepto: coerción, persuasión, influencia extendiéndolo a premios o gratificaciones o promesas de ellos para obtener determinados comportamientos. (Threoffer: combinación de threat: amenaza y offer: oferta) 5. ENTELMAN: Conjunto de recursos de que un actor dispone para lograr sus objetivos Abarca todos los recursos disponibles: amenazas, ofertas, propuestas, convicción, persuasión, autoridad moral, prestigio, hasta recursos como armas, etc. Por qué no reemplazar los recursos por las palabras en qué se desagrega el concepto? Porque la palabra “poder” tiene un sentido unificador de todos ellos y una fuerza propia irremplazable en el uso común del lenguaje.(la palabra “poder” tiene poder…) | Teoría del Conflicto 19/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual Dos propiedades del poder a. Relatividad: El poder es un concepto relacional: se da siempre en relación de alguien con alguien. Puede aparecer en distintas ubicaciones según la relación y su contexto, pero siempre hay dos términos en la relación b. Posibilidad de Medición: El poder es susceptible de ser medido, los criterios pueden ser muchos y distintos. Por ejemplo: Cálculo de probabilidades de que se produzca el efecto Número de destinatarios a que está dirigido el poder De acuerdo con ciertos criterios, hay poderes mayores o menores: el conocimiento, la fuerza, etc. Grado de modificación que produce en la conducta, es decir, por sus efectos. Grado de restricción de las alternativas del controlado Recordemos por último, la importancia de la PERCEPCIÓN en la medición del poder, porque si en definitiva el eventual destinatario del poder percibe ese poder como mayor o menor esto es lo que definirá su conducta, al menos, en el corto plazo. Digo en el corto plazo, porque si se equivoca en la medición de la posibilidad efectiva de aplicación de poder, probablemente, sufrirá las consecuencias que hará que la amenaza u oferta gravite en la próxima oportunidad. | Teoría del Conflicto 20/21 Universidad Nacional de Tres de Febrero untrefvirtual El poder en la negociación En su oportunidad veremos que el concepto poder está ligado a lo que en Teoría de la Negociación Colaborativa es la “alternativa”: es decir qué puede hacer cada una de las partes en un proceso de negociación, si no acuerda con la participación del otro. Y veremos cómo influye en este proceso de negociación el poder grande o pequeño con que cada uno cuenta. Ejercitación: 1) Analice alguna situación de poder en la que Ud. se sienta participe a la luz de estos criterios de medición. 2) Relacione la idea de poder con estas expresiones Eficiencia Crecimiento Mantenimiento Control Responsabilidad Prestigio Exhibicionismo Ambición Reputación Influencia Resistencia Liderazgo Concentración Persuasión Carisma Ascenso Decisión Intimidación Veto Tiranía Poder Sutil Apariencia | Teoría del Conflicto 21/21