Análisis Europa Brexit: pesadilla en Downing Street La opción de que Reino Unido abandone la UE (Brexit) no es todavía el escenario más probable (ver Consecuencias de un Brexit). No obstante, en las últimas semanas, su probabilidad se ha incrementado: las encuestas muestran una situación de empate técnico entre los partidarios de seguir en la UE y los de dejarla. La clave son los indecisos, que se sitúan en torno al 20% del electorado. Las alternativas para Reino Unido en caso de Brexit son varias, pero para tener acceso al mercado único de bienes y servicios tendría que cumplir casi todas las reglas de la UE, además de aportar fondos al presupuesto comunitario no muy inferiores a los actuales. En definitiva, costes parecidos a los que asume por ser miembro de la UE, pero sin capacidad para influir en las decisiones políticas: beneficios dudosos y costes seguros que deben inclinar, finalmente, la balanza a favor de seguir en la UE. Es imposible estimar el impacto aproximado que tendría a largo plazo un Brexit para Reino Unido y para el resto de la UE, como demuestra el excepcionalmente amplio rango de las estimaciones realizadas hasta la fecha1. Al menos a corto plazo, es previsible que suponga un shock negativo intenso, especialmente para Reino Unido. Por el momento, la respuesta de los mercados ha sido moderada: la libra es el único activo que ha reflejado este riesgo, depreciándose un 10% con el euro desde junio de 2015. No obstante, si el escenario de Brexit termina concretándose, la libra se debilitaría sustancialmente, al menos, un 15% adicional frente al dólar, hasta 1,20 gbp/usd, completando un ajuste superior al 25% desde los máximos de junio de 2015 (cercano al observado en la crisis del Sistema Monetario Europeo en 1992 y de Lehman en 2008). Frente al euro, la depreciación podría acercar su cotización hasta niveles de 0,88-0,90 eur/gbp, lo que supondría una pérdida de, aproximadamente, un 10% adicional. El impacto potencial sobre el bono británico a 10 años es incierto: por un lado, la posible salida de inversores no residentes (poseen el 25% de la deuda en circulación, cuota no muy elevada en comparación con otros países de su entorno) presionaría al alza las rentabilidades, pero, por otro, su condición de activo refugio para los inversores residentes y las probables compras del Banco de Inglaterra (a través de una ampliación de su QE) limitarían el recorrido al alza. Por todo ello, no vemos probables rentabilidades muy por encima del 2% en el plazo a 10 años. En cuanto a las consecuencias del Brexit para los mercados de la UEM, es previsible que el euro recupere la tendencia de debilidad frente al dólar y se acerque a niveles de 1,05 eur/usd (no pudiéndose descartar la paridad). En el caso de los bonos, el impacto puede ser desigual: positivo para los bonos refugio (el bund alemán a 10 años puede mantenerse con una rentabilidad cercana a cero de forma persistente) y negativo para los periféricos. Un Brexit supondría una mayor debilidad económica y política para la región, si bien el BCE puede contener la subida de las rentabilidades: las primas de riesgo de España e Italia podrían repuntar hasta los 200-250 pb. A medio plazo, el peligro reside en que los mercados vuelvan a cuestionar la viabilidad de la UEM, en cuyo caso las primas de riesgo de los países periféricos podrían sufrir fuertes tensiones aunque sin llegar a los niveles de 2012 por la presencia del BCE. 1 Para el PIB, el BoE recoge que estas estimaciones para Reino Unido se encuentran entre una mejora del 4,5% y una caída del -20%. Ver http://www.bankofengland.co.uk/publications/Documents/speeches/2015/euboe211015.pdf. 12 de abril de 2016 http://www.bankiaestudios.com/estudios/ Página 1 de 1