ÍNDICE 1) Centros Comerciales: Uno de los sectores de mayor crecimiento. 2) Colombia, mercado atractivo para el sector en el contexto Latinoamericano. 3) Totto, la marca ‘made in Colombia’ con acento global. 4) Gerencia de crisis. 5) América Latina, a hacer las cosas diferentes. 1) Centros Comerciales: Uno de los sectores de mayor crecimiento. Si bien es cierto que en el país la construcción hoy es uno de los motores centrales de la economía, la actividad de los centros comerciales, con su innovación y la implementación de usos mixtos, más la inversión que se prevé para los próximos años, establecen que es un dinamizador real. La situación actual del país, que está en franco desarrollo (es la segunda economía que más crece en Latinoamérica y la sexta que más se expande en el mundo), hacen que paralelamente el sector de los centros comerciales crezca. Ese buen momento del país, con un mayor empleo y un control de la inflación, se refleja en que el ciudadano aumenta su poder de compras, especialmente en la clase media. De acuerdo con el análisis de un estudio de la firma investigadora Raddar, solo en la clase media del país las compras mensuales por hogar (que representan el 66 % del consumo en Colombia) son de 1’780.000 pesos, donde el vestuario ocupa 36%, mobiliario del hogar 21% y tecnología, 17 %. “Y esas compras, hoy en día por los hábitos del consumidor, se hacen en buena parte en los centros comerciales del país, donde hay una amplia oferta de servicios y por eso las personas prefieran ir allá: todo está en el mismo lugar y por eso se han convertido en grandes centros de consumo”, afirma la economista Mónica Marcela Galvis Pineda. Leopoldo Vargas Brand, gerente general de Mall & Retail –empresa que asesora a centros comerciales– dice que estos complejos el año pasado movieron 33,4 billones de pesos, con un crecimiento de 7,7 % con relación al 2013, cuando alcanzó los 31 billones. Un estudio llamado ‘Modelo de referenciación competitiva’, de Mall & Retail, estableció, por ejemplo, que los 21 centros comerciales más importantes del país sumaron ingresos por 245.482 millones de pesos, siendo Unicentro el más representativo con el 14 % de los mismos. Para Vargas, “la participación de centros comerciales del total de ventas del comercio es relativamente baja con solo el 11,8 %, en contraste con Estados Unidos, donde alcanza el 58 % y en España, 32 %. Sin embargo, sostiene, crecen y seguirán captando mayor porcentaje, gracias, según la Asociación Colombiana de Centros Comerciales (Acecolombia), a los 12 centros comerciales que durante este año y en el 2016 se abrirán en ciudades intermedias. Y el futuro sigue mostrando nuevas y mejores oportunidades. El propio gremio de los centros comerciales afirma que actualmente se invierten unos 4.000 millones de dólares en 75 nuevos proyectos, que elevarán a 4,2 millones de metros cuadrados el área de ventas en todo el país. Los sectores Los centros comerciales son el punto de encuentro de diversas empresas dedicadas a sectores diferentes, tales como recreación, textil, comidas, etc. En 2014, 82% del Producto Interno Bruto colombiano (PIB) se dio por el consumo y, según el economista Luis Fernando Iriarte Castillo, en el aumento tiene gran incidencia las compras de los hogares. Para Leopoldo Vargas Brand, todos los sectores de ventas han tenido crecimientos satisfactorios y, por supuesto, las ventas en los centros comerciales no son la excepción, pues en ellos, aunque hoy en día hay complejos especializados, se amalgaman todas las ofertas de bienes y servicios. “Los sectores de mayor crecimiento fueron los artículos de ferretería e informática con el 13,2 %, favoreciendo tiendas por departamento como Falabella, Homecenter, Easy y Panamericana; vehículos, 12,9 % ; productos para el aseo del hogar, 10 % (supermercados); alimentos y bebidas no alcohólicas, 7%; prendas de vestir y textiles, 5 % y calzado y artículos de cuero, 4 % , apuntó Vargas. Para Carlos Hernán Betacourt, director ejecutivo de Acecolombia, el buen momento de la industria de los centros comerciales y de las ventas en los mismos es un factor incidente, además, en el desarrollo y progreso de las ciudades y en la renovación urbana. “Los centros comerciales han sido y serán polo de desarrollo y renovación urbana, además de la generación de empleo”, sostiene Betancourt. En efecto, apunta Vargas, los centros comerciales para 2014 ocuparon un total 407.444 empleos. “Si se tiene en cuenta que las cifras del Dane del año anterior señalan que hubo 21,1 millones de personas ocupadas, los centros comerciales generaron el 1,93 % del empleo del país, cifra que en los próximos cuatro años se elevará debido a los proyectos que se ejecutan”, puntualiza. La concentración Según un reciente estudio de Fenalco sobre los centros comerciales, en Colombia hay 480 complejos (incluyen los de todo tipo de área comercial), de los cuales 50 por ciento se califican como galerías comerciales, es decir, que no tienen un almacén ancla, cuentan con locales informales y una oferta de bienes y servicios populares, de arquitectura poco formal, incluso con adaptaciones, y se ubican en sectores de nivel socioeconómico mediobajo y bajo. Este informe estableció que solo 2 % de los centros comerciales en Bogotá, Medellín y Cali (las principales ciudades del país) superan los 500 locales, que el 33 % tiene menos de 50 y el 28 % hasta 100. Las dos terceras partes del área comercial de los complejos en estas ciudades son de menos de 5.000 metros cuadrados. Fuente: El Tiempo. 2) Colombia, mercado atractivo para el sector en el contexto Latinoamericano. Colombia está bien posicionada en el sector comercial dentro de Latinoamérica. Entre Brasil, México, Colombia, Argentina, Perú y Chile, han abierto 326 nuevos centros comerciales, un 32% de la oferta rentable de la región. En los últimos años la industria de los centros comerciales en América Latina ha reportado una tendencia de crecimiento, pero así mismo, genera interrogantes como: ¿Ya hay suficientes? ¿Existe sobreoferta? Si bien, frente a países como los Estados Unidos aún existen distancia y diferencias, entre ellas las socioeconómicas, en Suramérica ya hay algunos países con los que se puede comparar la actividad comercial de este tipo y el análisis afirma que salimos bien librados. Es el caso de Argentina, que no obstante tener el mismo índice de población urbana de Colombia, tiene en la actualidad menos área dedicada a los centros comerciales. Entre Brasil, México, Colombia, Argentina, Perú y Chile, han abierto 326 nuevos centros comerciales, es decir, un 32 por ciento de la oferta de metros cuadrados rentables en la región, con una cifra cercana a los 10 millones de m2. A este total, Colombia aporta el 9 por ciento; Brasil y México 71 por ciento y Perú, cerca del 20 por ciento, apoyado por Argentina y Chile, Un informe del Grupo de Inteligencia de Mercado del International Council of Shopping Center para América Latina, publicado durante el Simposio de Inteligencia de Mercado en Latinoamérica, que se realizó en Ciudad de México. ¿Qué es lo que esperan? Se estima que para el año 2025 ingresarán 27 millones de m2 rentables en 830 centros comerciales nuevos. Para Colombia, particularmente se proyectan 339 inauguraciones, que sumarían 8,3 millones de m2 de área, lo que elevaría el ratio urbano hasta 18 m2 por cada 100 habitantes. Es por ello que nuestro país se está convirtiendo en un mercado atractivo para los inversionistas y por ende, franquicias y otras marcas de productos y servicios están orientando sus prioridades hacia Colombia. “Lo que ha llamado la atención de la comunidad empresarial es la convergencia de muchos indicadores positivos con consecuencias directas sobre el consumo y la venta minorista. Colombia apunta a un alto crecimiento de la economía, tiene una atmósfera de negocios amigable, un incremento de los ingresos de los consumidores y a la vez, de los gastos destinados al consumo, al mismo tiempo que las ventas minoristas han registrado un crecimiento real y constante en los últimos años”, indica el reporte entregado por la ICSC. Un continente muy comercial Desde los gigantes tradicionales hasta las economías en crecimiento, en Suramérica cada país posee características comerciales que lo hacen particularmente atractivo: México: Es el territorio con más metros cuadrados dedicados al espacio rentable; son 16,2 millones distribuidos en 584 centros comerciales, su ratio comercial urbano es de 16,9 m2 por cada 100 habitantes y el tamaño promedio de cada una de las construcciones es de 28.000 m2. Brasil: A pesar de ser el de mayor número de habitantes en toda Latinoamérica, es el segundo en la oferta de centros comerciales: 511. Tiene un ratio comercial urbano de 7,8 m2 por cada 100 habitantes, el tamaño promedio de sus centros comerciales es de 26.000 m2 y durante los últimos cinco años, reportó un crecimiento del 33 por ciento, al adicionar 107 nuevos complejos comerciales. Argentina: Tiene el menor ratio comercial (5,4 m2 por cada 100 habitantes). Entre el 2010 y este año inauguró 28 centros comerciales, que sumaron cerca de 754.000 m2 de espacio rentable. El tamaño promedio de los comercios es de 18.600 m2. Perú: Allí, cerca de 40 centros comerciales han abierto sus puertas al público en los últimos años, llegando a superar el millón de m2 de espacio rentable. Los centros comerciales peruanos dedican en promedio, unos 29.500 m2 para este uso y el país tiene un ratio comercial urbano de 0,2 m2 de comercio por cada 100 habitantes. Chile: A pesar de tener solo 17,7 millones de habitantes la oferta es alta; tiene un ratio de 22,2 m2 por cada 100 habitantes, pero a la vez reporta un crecimiento reducido, pues en los últimos años solo ha construido cinco nuevos centros comerciales que suman 179.000 m2 de área rentable, cada uno con un promedio de 44.500 m2 comerciales. Colombia: Es uno de los casos más representativos ya que cuenta con 4,2 millones de m2 de espacio rentable y un ratio comercial urbano de 10,8 m2. El tamaño promedio de sus centros comerciales es de 21.500 m2 y vale la pena destacar que a diferencia de otros países de la región, sus centros comerciales son tradicionalmente desarrollados para ser vendidos. Hoy, el modelo colombiano cuenta con el 83 por ciento de estas unidades en modalidad de multipropiedad o propiedad concentrada, y solo el 17 %, funciona como centros comerciales operados por un solo propietario. De todas maneras, la economía nacional está cambiando e independientemente del modelo que se tome, la idea es ser más competitivos. Fuente: El Tiempo 3) Totto, la marca ‘made in Colombia’ con acento global. La historia de Nalsani SA Totto, comenzó a escribirse hace 28 años. Una de las marcas más reconocidas en Colombia y América Latina inició en una pequeña fábrica de manufacturas de cuero ubicada en Bogotá. El empresario Yonatan Bursztyn con tan solo 28 años de edad, fue quien le apostó al desarrollo de esta empresa que en poco tiempo logró entrar a la escena global. Hoy los maletines, ropa y accesorios Totto tienen presencia en más de 30 países, en dos continentes y es la primera marca colombiana en tener más de 510 puntos de venta a nivel global. Sus ingresos operacionales superan los $300.000 millones y emplea más de 3.000 personas directamente y unas 7.000 en todos sus canales de distribución. La marca ha logrado varios reconocimientos. En 2003, fue reconocida por el Instituto MEPT como la mejor empresa para trabajar en Colombia. También recibió el año pasado el premio E-commerce Award, otorgado por la organización internacional de Comercio Electrónico y Negocios por Internet de América Latina por tener el mejor canal de ventas online; así como el premio Accenture Innovación y el premio Licencia Disney, entre otros. Para este año, la meta de Totto es seguir expandiéndose en los mercados internacionales, precisamente, Bursztyn quien fue merecedor del premio al Emprendedor Máster del Año en 2012, habló sobre los proyectos que tiene la compañía entre los que se destacan el proceso de consolidación en México y Chile y crecer en el continente europeo a través de franquicias. Pero quizá el proyecto más importante que tiene contemplado Bursztyn es ingresar al mercado de Estados Unidos, pues a su juicio, no se puede calificar a una empresa como global sino se tiene presencia en un mercado tan competido y exigente como el norteamericano. ¿Cuál es el balance que hace de la compañía de 2014? 2014 fue un año muy especial para nuestra marca, fuimos reconocidos por distintas organizaciones, en diversos campos por la excelencia de nuestros procesos. Cada galardón que recibimos, refleja el esfuerzo y compromiso de nuestra gente, de todas las áreas y por eso todos nos sentimos orgullosos y partícipes de estos resultados. Logramos un crecimiento superior a 14% con la entrada a nuevos países y el fortalecimiento de nuestros canales comerciales. Así mismo, con la apertura de nuestro gran CEDI en Mosquera, conseguimos estar al nivel de las grandes marcas de mundo para poder abastecer rápidamente nuestros canales, mejorando la efectividad en los tiempos de respuesta. El E-Commerce fue otro gran acierto de 2014, superamos expectativas de nuestros consumidores con estrategias comerciales exitosas y fuimos reconocidos por la Organización Internacional de Comercio Electrónico y Negocios por Internet, por contar con el mejor canal de ventas online de Colombia. ¿Cuáles son los proyectos de inversión de Totto para este año? Este año los proyectos más importantes son internacionales. Queremos consolidar operaciones en países donde estamos en proceso de consolidación como México y Chile. En los próximos 3 años nuestro proyecto importante está basado en Europa, donde hoy ya estamos presentes en España, Portugal y Grecia, y nos interesa seguir desarrollando este mercado. Buscamos consolidar nuestra operación y abrir nuevos países en Europa a través de nuestra franquicia en España. Nosotros como casa matriz apoyamos estos proyectos y los dirigimos, buscamos franquiciatarios y ellos se encargan de su operación. Así mismo, seguiremos invirtiendo en el mejoramiento en toda nuestra cadena de distribución, en innovación y por supuesto, uno de mis principales intereses es continuar aportando al país, generando empleo, desarrollando a nuestra gente y seguir aportando a la educación a través de Totto al Tablero, nuestro programa bandera de responsabilidad social. ¿Cuánto tiene presupuestado invertir en estos proyectos? Estos son proyectos que hacen las franquicias, nosotros los apoyamos y los dirigimos, esa es nuestra función, buscamos los franquiciados, no son operaciones directas nuestras por lo que no me puedo referir a una inversión puntual. ¿Ha pensado ampliar más adelante las líneas de negocio? No. Por ahora tenemos suficientes líneas de negocio, en ese sentido estamos es consolidando las que tenemos. Dentro de nuestros proyectos está trabajar muy fuerte en la consolidación de la marca Totto Tú, que es para niños y jóvenes entre los 4 y 14 años, se trata de una marca muy joven, lleva apenas 6 años en el mercado. De las metas que se propuso cuando inició su negocio, ¿cree que le falta alguna por cumplir? Lo que yo tenía cuando inicié, era un sueño pequeño, nunca en mi vida pensé tener una compañía con 3.000 empleados, más de 510 tiendas en toda la red o que estuviéramos presentes en más de 35 países. Uno va trazándose metas y va cumpliendo y va soñando cada vez más arriba, pero nunca tuve un sueño de tener una compañía del tamaño que es hoy Totto. Este es un sueño que se ha venido construyendo a través de los años, de ir cumpliendo metas. Ahora nuestro sueño y en lo que estamos trabajando es convertir a Totto ya no en una multilatina, que ya eso lo pasamos, sino en una marca de reconocimiento global, en eso estamos trabajando, conquistando nuevos países, esperamos en 2017 empezar el proyecto de Estados Unidos, no se puede ser marca global si no se está en Estados Unidos. ¿Cuáles fueron los factores que le dieron tal éxito a su compañía? Lo primero ha sido la gente, tener claridad y estrategia. Fue haber creado una marca, lo tenía muy claro, fue la primera buena decisión, una cosa es poner una marca, otra cosa es construir una marca. Los maletines son la mina de oro. Si bien la compañía se ha destacado por su liderazgo en el diseño y producción de maletines, ropa y accesorios, Yonatan Bursztyn reconoce que el reconocimiento de la compañía se lo han ganado con los morrales y por eso son “la mina de oro” del negocio. Totto, ha sabido mantenerse a través del tiempo, no solo por la calidad de sus productos, sino por la innovación y aceptación entre sus clientes. En 2012 se lanzó TOTTO Lab para ofrecer a sus clientes la oportunidad de diseñar, personalizar y ponerle su firma a cada morral, convirtiéndolo en un producto único, auténtico e inspirador. Caso empresarial Si algo tenía claro Yonatan Bursztyn desde temprana edad era que quería hacer empresa, aunque nunca imaginó, según cuenta, que su éxito iba a llegar a tal nivel. En su búsqueda encontró la oportunidad de adquirir Bonreal, empresa que ya tenía su propia marca Land, de artículos de cuero, y que estaba en manos de los bancos por insolvencia financiera. El 1 de diciembre de 1987 asumió la gerencia general de la compañía. Pese a la condiciones de Bonreal, los Bursztyn cambiaron de razón social, llamaron la empresa Nalsani S.L., luego paso a ser en 1994, Nalsani S.A. Con 38 empleados, de la antigua fábrica, Bursztyn, empezó a conocer sobre materiales y proveedores, visitó diferentes ferias de moda, y en 1988 en la feria de Mipel, Milán, una colección inspiró su visión de crear una marca especializada en productos de lona, fue entonces cuando su sueño cobró vida, y nació en Colombia la gran multilatina Totto. Debido al éxito de la marca, en 1989, en la misma fábrica se abrió el primer punto de venta. En 1990 presentó su primera colección de ropa. Solo a 3 años de haberse creado ya contaba con 5 tiendas. Más adelante logró sus primeras franquicias, en Colombia, la primera la abrió en Cali, en 1991, luego en 1992, en Costa Rica, (su primera franquicia internacional). Con este modelo Totto, entre 1999 y 2003, ya contaba con once franquicias, y para 2008, eran 31. A la fecha, Totto ya hace presencia en más de 35 países, y en Colombia cuenta con cerca de 272 tiendas propias, así las cosas, el reto de Nalsani S.A. es seguir creciendo en el mercado nacional e internacional. Fuente La Republica. 4) Gerencia de crisis. Quienes hacemos análisis económico estamos asediados por empresarios ansiosos por la perspectiva coyuntural del país. Cada día es más claro que se avecinan tiempos económicos difíciles. Sumados los factores externos, los internos y la inacción del Gobierno, es claro que vamos para un periodo de crecimiento lento, mayor desempleo y demanda frágil. No se descarta que algunas burbujas, como la de la vivienda, empiecen a desinflarse con el efecto que ello tiene en la sensación de riqueza de los consumidores. Dado el entorno complejo, lo mejor es adoptar medidas gerenciales preventivas. Sobrevivir a una crisis económica es un asunto de método. Existen metodologías que permiten preparar a una organización para un ciclo de menor crecimiento o crecimiento negativo. Lo importante es aceptar que las cosas están cambiando y, por lo tanto, hay que adaptarse a nuevas circunstancias. El objetivo es capear el temporal que durará algunos años para luego aprovechar el nuevo ciclo de expansión. Los que sobrevivan serán los grandes beneficiarios de la crisis, pues habrán desaparecido muchos competidores y la empresa estará en un nivel de eficiencia máximo. ¿Cómo no crecer y seguir ganando dinero? Esta es la primera pregunta que hay que resolver. Venimos de un largo periodo de expansión (2002-2015), en el cual el crecimiento ha sido la norma. Ahora, entramos en un ciclo diferente en el que el crecimiento no será garantizado. Lo importante es, entonces, focalizarse en no perder dinero. Todas las acciones deben estar encaminadas a mantener en negro esa última línea del balance. Ello exige un conjunto de acciones coordinadas para proteger las fuentes de ingreso, reducir egresos y sobre todo flexibilizar la organización para que se adapte al nuevo entorno. La ecuación básica de todo negocio es: productividad+competitividad=rentabilidad. La gerencia de crisis exige tomar medidas en materia de productividad (hacer de forma más eficiente los bienes y servicios que producimos) y competitividad (vender mejor lo que producimos). Una revisión metodológica de estas dos dimensiones del negocio debe permitir identificar áreas de reducción de costos y gastos que protegerán la rentabilidad. Existen productos para la crisis que hay que desarrollar y pueden ser interesantes substitutos en estos momentos. Para identificarlos, nada reemplaza tener un buen conocimiento de las necesidades de los clientes. Contar con un buen sistema de información es vital en estos tiempos. Sin datos oportunos y fiables es imposible anticipar las características de las amenazas que trae el nuevo ciclo empresarial. Demasiados negocios reaccionan tarde cuando las tendencias han tomado la delantera y los daños son irreparables. Por ello, el primer error es no querer aceptar que los buenos tiempos están quedando en el pasado y que se requieren otras prioridades de gestión. Los tiempos de crisis visibilizan las fortalezas y debilidades reales de las empresas. Son, por así decirlo, momentos de verdad, donde la calidad de los procesos, el compromiso del equipo de trabajo y la claridad del liderazgo se ponen a prueba. Sobrevivir a la crisis es un objetivo posible. Pero requiere, antes que nada, una clara conciencia en los altos niveles de responsabilidad de la empresa de que en administración no existen problemas que se resuelvan solos. Fuente: Miguel Gómez Martínez. Profesor del Cesa para Portafolio. 5) América Latina, a hacer las cosas diferentes. La asamblea anual del BID evalúa las vías de reducir la brecha comercial con Corea del Sur. La historia ha sido contada en múltiples oportunidades: en 1960 los países latinoamericanos y Corea del Sur tenían niveles similares de desarrollo y una situación de pobreza muy parecida. Más recientemente, en 1980, unas 15 naciones de la región tenían un ingreso por habitante superior al de su contraparte asiática. Hoy en día las cosas son distintas. Con un producto per cápita cercano a los 26.000 dólares, los coreanos entraron a la categoría de economía industrializada. Más aún, si hace cinco décadas largas, uno de cada dos habitantes del país asiático era pobre, hoy en día esa tasa es inferior al 5 %. Los elementos del llamado ‘milagro coreano’ estarán en el centro de las deliberaciones de la Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo que tendrá lugar este fin de semana en el puerto de Busán, localizado a 450 kilómetros al sur de Seúl. Muchos de los venidos del otro lado del Pacífico quieren escuchar las fórmulas que se usaron para que esta nación de 50 millones de habitantes, que sigue técnicamente en guerra con su vecino del norte, se convirtiera en una potencia exportadora, con un elevado énfasis en la tecnología. El interés es genuino, dado el viento en contra que sopla para América Latina. “Este año apenas vamos a crecer por encima del uno por ciento y si las cosas siguen como van, no estaremos muy lejos del tres por ciento anual”, señala José Juan Ruiz, economista jefe del BID. La razón, no solo del pobre desempeño actual, sino de la brecha que se abrió con Corea es una: la productividad en nuestra región se ha estancado, mientras que en el país asiático ha aumentado sin cesar. Elementos como la educación, las instituciones, las regulaciones laborales y la inversión pesan mucho en el resultado. Más que una fórmula precisa, el mensaje que espera ser transmitido en Busán es que hay que hacer las cosas en forma diferente. En ese propósito los coreanos quieren aportar una mano, como lo señaló Heenam Choi, del ministerio de Estrategia y Finanzas. Se mantiene el desequilibrio en la balanza comercial En los pasados 25 años el comercio bilateral entre Corea del Sur y Latinoamérica ha crecido a una tasa anual compuesta del 17 por ciento y en el 2014 superó los 54.000 millones de dólares. Además, la inversión coreana acumulada desde el 2003 llegó a 10.300 millones de dólares. No obstante, los desequilibrios son notorios, en favor de los asiáticos. “Si América Latina quiere equilibrar la balanza, la única manera de hacerlo es comenzar a hacer la tarea”, concluye el presidente del BID, Luis Alberto Moreno. Fuente: Ricardo Ávila Director de Portafolio Busán, Corea del Sur Para ampliar información sobre este y otros artículos, síguenos en www.mallyretail.com.