procedimiento. detención. nulidad del acta.

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PROCEDIMIENTO.
NULIDAD DEL ACTA.
DETENCIÓN.
Incumplimiento de los arts. 138,139,284 y 23º bis del
CPNN. Remisión a los votos vertidos en causas
“SCHAUMEYER”,”DE ANTONIO”, “LESCANO” y
“CASTRO”. (DR. SCHIFFRIN)
Adhesión con remisión a los votos expresados en causas
“MEDINA”, “PERALTA” y “HERRERA” (DR.
COMPAIRED)
DISIDENCIA: remisión a resoluciones de Sala II causas
“LARROCA”, “BOGADO” y “MEDINA”. Existencia
de indicios y/ o circunstancias que razonable y
objetivamente justificaron el accionar policial para
considerar la posibilidad de encontrarse ante un
eventual ilícito (Art. 23º bis CPPN). Exigencias
formales. Finalidad. Conciliación con el principio de la
interpretación restrictiva de las nulidades procesales.
Exceso de ritual manifiesto incompatible con el buen
servicio de justicia. Demostración del efectivo perjuicio
ocasionado ((DR. FLEICHER)
///Plata, 28 de octubre de 2008.- RS2 T 94n f*261/264
VISTO: Este incidente, registrado bajo
el N° 4838,
caratulado “G., W. O. S/INF. ART. 292 C.P.”, procedente del
Juzgado Federal de Primera Instancia de Quilmes.
Y CONSIDERANDO:
EL DOCTOR FLEICHER DIJO:
I. Que las presentes actuaciones
llegan a conocimiento de esta Alzada, en virtud del recurso de
apelación interpuesto… por la Sra. Defensora Pública Oficial,i, en
representación de G., contra la resolución… por la cual no se hace
lugar a la nulidad que impetrara oportunamente.
El recurso es concedido… y
mantenido…..
II. La defensa se agravia de la
decisión en crisis por considerar nula el acta de procedimiento
glosada… y todo lo actuado en su consecuencia, dado que se ha
efectuado la requisa de su asistido sin orden judicial y sin haberse
verificado previamente un estado de sospecha objetivo
Asimismo, señala que dicho
procedimiento fue realizado sin la presencia de los dos testigos
hábiles que exige el código de rito.
III. Luego de un minucioso estudio
de las piezas que conforman este expediente, concluyo que el
procedimiento llevado a cabo no se encuentra viciado de nulidad.
En efecto, la detención y requisa del
imputado estuvo precedida de circunstancias que razonable y
objetivamente justificaron el accionar policial, dentro del marco del
art. 230 bis del Código Procesal Penal de la Nación.
Cabe para ello examinar brevemente
los hechos que se encuentran plasmados en el acta….
De la lectura de la misma surge que
esta causa tiene su inicio el día 28 de febrero de 2007, siendo las 12
hrs. cuando el teniente 1ro.,,, dependiente de la Comisaría… de la
Provincia de Buenos Aires, en circunstancias en que se hallaba
recorriendo la jurisdicción en prevención y represión de delitos, al
llegar a la intersección de las calles… observó a una persona, quien
se encontraba muy nerviosa mirando en todas las direcciones, ante
lo cual el agente preventor solicitó ayuda a un móvil policial
identificable, constituyéndose en el lugar el subteniente… y el
oficial…, quienes al arribar al lugar, advirtieron que el joven
sospechoso intentó eludir el accionar policial, subiendo a un puente
peatonal existente allí, motivo por el cual, procedieron a
interceptarlo y requerir la presencia del testigo hábil…, ante quien
se identificó a la persona aprehendida como G., secuestrándose en
su poder el DNI…con una foto inserta del mismo y recibos de
sueldo correspondientes a la firma …, todo ello a nombre de J. R.
Chi..
Asimismo, debo manifestar que en
el momento en que el personal policial le requirió un documento
identificatorio al imputado, éste en forma espontánea se habría
identificado como J. R. Ch., nombre obrante en el DNI cuestionado
y que el papel del DNI era distinto al de los originales, debido a lo
cual el personal policial le preguntó nuevamente sobre su identidad
al joven, quien manifestó que “...es un arbolito y que el DNI se lo
había hecho un peruano...” (v. declaración testimonial …).
A todo ello debe aunarse el
testimonio de…, empleada de la empresa…, quien refirió que el día
de los hechos se presentó una persona en dicho comercio, con
intención de comprar una moto en cuotas, recordando que era de
apellido Ch., y quien exhibió un DNI, que presentaba
irregularidades. Explicó que ante ello, el dueño del local decidió
llamar a la policía, haciéndose presente un personal vestido de civil,
a quien le indicaron al sospechoso, siendo el mismo interceptado en
el puente peatonal….
De todo lo expuesto se puede inferir
que el personal policial actuante, en ejercicio de sus funciones
prevencionales, fue alertado de la posible comisión de un delito,
motivo por el cual, se constituyó en las inmediaciones del comercio
referido, observando al sindicado, quien se encontraba muy
nervioso, mirando en todas las direcciones, quien al advertir la
presencia policial intentó eludir a los mismos, subiendo a un puente
peatonal, lo que motivó su interceptación.
IV. Ahora bien, es dable destacar
que, tal como lo ha expresado este Sala en reiteradas oportunidades,
antes de proceder a un registro o una detención, la Policía debe
contar con una justificación o causa que sirva de fundamento a la
acción intrusiva, de manera que se equilibre el interés en el
cumplimiento efectivo de la ley y el respeto a la libertad individual
(conf. in re “L., S. F. s/ inf. ley 23.737" del 11.10.2001 (1); “B., R.
A. s/ Inf. Ley 23.737", de esta Sala II, entre otros).
La causa probable encuentra
fundamento en una serie de hechos y circunstancias que están en
conocimiento del agente del orden, que permiten inferir a cualquier
persona razonable que un individuo ha cometido un crimen, o posee
objetos relacionados con aquél (ver expte. N°3596 “M., A. M. s/pta.
infracción ley 23.737", fallado el 14.11.06).(2)
En este sentido considero que
existen en la causa varios indicios, y/o circunstancias que razonable
y objetivamente justificaron el accionar de los funcionarios
policiales para considerar la posibilidad de encontrarse ante un
eventual ilícito (art. 230 bis C.P.P.N.).
En efecto, el personal policial, en
cumplimiento de sus funciones de prevención y dentro del marco de
su tarea, interceptaron a un sujeto quien fue sindicado por el dueño
de un comercio al haber intentado defraudar, mediante la utilización
de un DNI a nombre J. R. Ch. con el objeto de adquirir una
motocicleta, induciendo a error al empleado de la empresa
mencionada que lo atendiera. Ante dicha circunstancia, se requirió
la presencia de los funcionarios actuantes, quienes procedieron a su
interceptación y requisa, en presencia de un testigo hábil,
secuestrándose en un poder un documento nacional de identidad
apócrifo. Tal como puede colegirse, la sospecha de los agentes
policiales, basada en su experiencia y su propia función preventora,
no fue en vano.
Sumado a ello, la actitud adoptada
por el imputado, esto es, el nerviosismo exhibido por el mismo ante
la autoridad policial y su intención de eludir el accionar policial,
constituyen indicios vehementes que permiten inferir su posible
participación en el delito.
No debe soslayarse que, en el
momento en que el personal policial le requirió un documento
identificatorio al imputado, éste en forma espontánea se habría
identificado como J. R. Ch., nombre obrante en el DNI cuestionado
y que el papel del DNI era distinto al de los originales, debido a lo
cual el personal policial le preguntó nuevamente sobre su identidad
al joven, quien manifestó que “...es un arbolito y que el DNI se lo
había hecho un peruano...” (v. declaración testimonial…).
V. Respecto al agravio referido a la
ausencia de testigos hábiles en el procedimiento de marras,
corresponde su rechazo.
En efecto, cabe destacar que las
exigencias formales establecidas para el caso en que deban
documentarse actos irreproducibles y definitivos, tales como
secuestros, inspecciones oculares o requisas personales, están
encaminadas a tutelar la regularidad en la formulación de tales
actos, en una clara posición garantista para con el o los imputados.
(Conf. C.N.C.P., Sala III, reg.107, “González, Norberto A. s/recurso
de casación”, del 10 de abril de 1996, reg.336, “Costa, Juan Carlos
s/recurso de casación”, del 24 de octubre de 1996, Sala IV, reg. 568,
“Núñez, Juan Carlos s/recurso de casación”, del 19 de abril de 1996,
Sala I, c.2101, “ Duzac, Fabián A. y otros s/recurso de casación”,
del 5/3/99, Sala IV, c.569, “Scaccia, Oscar Alberto s/recurso de
casación”, del 20.06.97.).
Lo expuesto, sin embargo, debe ser
conciliado con el principio de que las nulidades procesales deben ser
interpretadas restrictivamente, pues su declaración por el sólo
interés del formal cumplimiento de la ley constituye un exceso ritual
manifiesto incompatible con el buen servicio de justicia.
Consecuencia de lo expuesto es que, aún tratándose de nulidades de
carácter sustancial, quien las alega debe demostrar el efectivo
perjuicio ocasionado. (Conf. C.N.C.P., Sala IV, “Nicolao, Elsa
Angélica s/recurso de casación”, c.392, del 1.10.96, Sala IV,
“Corrao, Raquél Margarita s/recurso de casación”, c.544, del
5.03.98, Sala II, “ Nodar, María de los Ángeles s/ recurso de
casación”, c.1812, del 10.05.99., Sala III, “Suñe, José María
s/recurso de casación”, c.928, del 17.03.97; “Guillén, Alejandro
s/recurso de casación”, c.1011, del 2.05.97, SalaIV, “Piromalli,
Rubén Pascual s/recurso de casación”, c.546, del 30.04.97).
Asimismo, repárese que … -testigo
del procedimiento- ratificó el instrumento atacado… y, que el
teniente… brindó un pormenorizado relato de los hechos, el cual se
condice con las constancias del acta….
En base a tales motivos, entiendo
que el procedimiento policial que se encuentra plasmado…resulta
válido, por lo que debe confirmarse la resolución apelada.
Así lo voto.EL DOCTOR SCHIFFRIN DIJO:
I. Disiento con el voto de mi colega
preopinante, pues, en mi opinión, cabe razón a los agravios de la
defensa, en cuanto solicita la nulidad de la requisa efectuada sobre
el imputado de autos, así como del acta… que da cuenta de dicho
procedimiento, y de todos los actos procesales que son consecuencia
del mismo.
II. En efecto, de la lectura del acta
obrante…, confeccionada por personal de la Comisaría…, surge
que el Teniente Primero…pretendió justificar su intervención
expresando que el 28 de febrero de 2007, siendo las 12.00 horas del
mediodía, en momentos en que se encontraba realizando tareas de
prevención de delitos, al llegar a la intersección de las calles …., “el
suscripto notó la presencia de un sujeto de sexo masculino ..., el
cual actuaba en forma nerviosa mirando en todas las direcciones,
por lo que el suscripto al notar esta clase de actitud anormal
solicita el apoyo de un móvil policial”. Al hacerse presente en el
lugar un móvil policial, el sujeto ascendió al puente peatonal que
cruza la Avenida…, donde fue interceptado, “por lo que para
requisarlo se requiere la presencia de un testigo”, hallando en
poder del demorado, G., un Documento Nacional de Identidad a
nombre de J. R. Ch., con signos de adulteración.
Pues bien, lo narrado no parece que pueda
constituir una circunstancia objetiva y razonable, que habilite, de
manera válida, a su detención. En consecuencia, me permito
realizar aquí las mismas consideraciones que tuve oportunidad de
efectuar in re 2190 “S., C. A.”, de fecha 22 de mayo de 2003, a las
que me remito brevitatis causa.(3)
Cabe recordar que no resulta suficiente el
presupuesto básico de que los preventores actúen de buena fe, y que
sinceramente sospechen del afectado, sino que su decisión debe
apoyarse en hechos concretos, contemporáneos a la diligencia
policial que alcancen para convencer a un observador objetivo
acerca de encontrarse ante la posible comisión de un delito.
En este sentido, la Sala I de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Criminal Federal de
Capital Federal, en recientes fallos ha reafirmado la nulidad de
procedimientos como el de autos, en que los funcionarios judiciales
proceden a la detención de personas sin el cumplimientos de las
exigencias formales prescriptas en los art. 284 y 230 bis del
C.P.P.N.; en el sentido de que “...las meras corazonadas a veces
incluidas dentro del vago concepto de “olfato policial” que no
superan el ámbito interno del funcionario -subjetividad- quedan a un
margen y no bastan para legitima la conducta invasiva...”(causa
37.727, “Sidero, Fernando s/procesamiento”, del 29 de junio de
2005, doctores Vigliani, Cavallo y Freiler).
Dicha Sala explica que “Para que puedan
darse en la práctica, y resulten válidos estos dos supuestos
(detención y requisa), deben existir, y es requisito esencial, ‘motivos
previos’. Los motivos previos que deben presentarse, se refieren a la
sospecha que genera una persona respecto de la posible comisión de
un hecho ilícito, en consonancia con los parámetros reseñados
anteriormente -flagrancia, indicios vehementes de culpabilidad”
(causa 36.989 “Cipolatti, Hugo s/Procesamiento” , del 7 de junio de
2005).
En el caso de autos, no puede alegarse que
los policías hayan podido creer que se encontraban ante la posible
comisión de un delito, a partir de las declaraciones de la…,
empleada de la empresa…, quien en su declaración… manifestó que
ese mismo día (28/2/07) se había presentado un joven
identificándose como de apellido Ch., a solicitar un préstamo para
adquirir una moto en cuotas. El dueño del comercio, luego de notar
que la documentación presentada mostraba signos de adulteración,
llamó a la policía, haciéndose presente en el lugar, un agente vestido
de civil. Según los dichos de la Sra…., una vez arribado el agente
policial al comercio, se le devolvió al presentante la documentación
aportada informándole que no podía entregársele la moto ni el
crédito solicitado. Ante ello la persona se retiró del lugar sin
efectuar protesta alguna, y los empleados del comercio le señalaron
al policía -de quien recuerda que se llama S.- quién era la persona
sospechada de portar documentación adulterada, procediendo el
agente del orden a seguir al individuo señalado, para interceptarlo y
requisarlo finalmente sobre el puente peatonal ubicado a metros del
comercio en cuestión.
Pues bien, ni, en el contenido del acta de
procedimiento glosada…, ni, en la declaración testimonial del
agente…, se menciona que la persona demorada y requisada en el
puente peatonal que cruza la Avenida…, el día 28/2/07, haya sido
denunciada previamente por ciudadano alguno ante las fuerzas
preventivas por la posible comisión de un ilícito, justificando así su
posterior requisa.
IV. Asimismo, asiste razón a la defensa, respecto
a la nulidad pretendida sobre el procedimiento de marras, en base a
que el mismo se realizó con la presencia de un solo testigo hábil, el
….
Efectivamente, la nulidad debe prosperar, pues
en el caso de autos, el personal policial no indicó causa alguna por
la cual no se observó lo establecido en el art. 138 y 139 del
C.P.P.N., máxime cuando el hecho de autos sucedió un día hábil
(martes) a las 12 horas del mediodía en una zona céntrica de
abundante circulación tanto peatonal como vehicular (v. entre
muchos otros, mi voto in re “D. A., J. C. s/ Inf. ley 23.737", expte.
N° 14.431 del 20 de abril de 1995, con voto del Dr. Dugo y
adhesión del suscripto,(4) y “L., C.”, expte. N° 15.131, del 22 de
agosto de 1994).
Por otra parte, no existe declaración ante el juez
del testigo independiente que, en todo caso, de reunir requisitos
materiales de especial verosimilitud, podría suplir el vicio de
referencia (v. mi voto in re “C., H. y otros s/ Infr. arts. 210 y 282
C.P.”, expte. N° 1.009, del 2 de noviembre de 1999). (5)
En razón a los argumentos expuestos, ante la
falta de circunstancias objetivas y razonables que hayan habilitado
el actuar policial, y la carencia de dos testigos hábiles que
cumplimenten lo establecido por el art. 138 del C.P.P.N.,
corresponde revocar la resolución apelada…., declarando la nulidad
del acta de procedimiento…y de todo lo actuado en su
consecuencia, dictándose el sobreseimiento respecto de G..
Así lo voto.
EL DOCTOR COMPAIRED DIJO:
Coincido con la solución propuesta por el doctor
Schiffrin, toda vez que el procedimiento instrumentado por medio
del acta que obra…se encuentra viciado de nulidad.
En primer lugar cabe destacar que la detención del
imputado no estuvo precedida de circunstancias que razonable y
objetivamente hayan justificado tal medida, y la falta de precisión
acerca de los motivos expuestos por el efectivo policial actuante,
impide convalidar el procedimiento en cuestión, dada la
imposibilidad de valorar si su accionar se ajustó a las pautas
previstas por los artículos 184 y 284 del Código Procesal Penal de la
Nación, en tanto reglamentan en que casos excepcionales puede
procederse a la detención de personas en la vía pública sin una
orden judicial previa (conf., en análogo sentido, lo resuelto por esta
Sala en autos “M., A. M.”, expte. 3596, resuelto el 14 de noviembre
del corriente año).(2)
Por otra parte, no constan en dicho instrumento los
motivos por los cuales no fueron debidamente cumplidos los
requisitos formales previstos por el código de rito (arts. 138, 139 y
140, del C.P.P.N.).
En tal sentido, debe destacarse que dadas las
circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se produjeron los
acontecimientos relatados en el acta, el personal policial actuante
podría haber adoptado las medidas necesarias para garantizar las
formalidades del procedimiento, por lo cual no resulta razonable
convalidar el incumplimiento de las exigencias que establece la ley
procesal vigente (ver, en análogo sentido, mis votos en los
precedentes de esta Sala II, “P., J. s/ encubrimiento”, expte. 2947,
fallado el 6 de julio de 2006, (6) y “Herrera, Serio Jorge”, expte.
4843, del 12 de agosto de 2008, entre otros).
En orden a lo expuesto, corresponde revocar la
resolución apelada y declarar la nulidad del acta obrante… y de todo
lo actuado en consecuencia, dictando el sobreseimiento de G..
Así lo voto.
Por ello y por mayoría, el Tribunal RESUELVE:
I.- Revocar la resolución apelada…., declarando la nulidad del acta
de procedimiento…y de todo lo actuado en su consecuencia,
dictándose el sobreseimiento respecto de G..
II.- Regístrese, notifíquese y devuélvase.-Firmado jueces Sala II
Dres. Gregorio Fleicher-Leopoldo Schiffrin-Carlos Compaired.
Ante mí. Dra. Ana Russo. Secretaria.
NOTAS:
(1): SE TRANSCRIBE A CONTINUACIÓN:
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN Rtrto.S. 2 T f*
La Plata, 11 de octubre de 2001.
VISTO:El presente expediente 1723, caratulado :”L. S. F. S/INF.
LEY 23.737!, procedente de Juzgado Federal de Primera Instancia N* 1 de
junìn.
Y CONSIDERANDO:
EL DOCTOR FRONDIZI DIJO:
I.
Que las presentes actuaciones llegan a conocimiento de esta
Alzada,
en virtud del recurso de apelación interpuesto…., por la Sra. Defensora Oficial,
…, en representación de L., contra la resolución… por la cual se resuelve
procesar a este último, por considerarlo autor del delito previsto y reprimido por
el art. 14, párrafo segundo, de la ley 23.737 (tenencia de estupefacientes para
consumo personal).
El recurso Es mantenido….II.
La recurrente se agravia de la decisión en crisis, pues a su
entender
en el presente sumario no se han resguardado las garantías individuales de su
defendido, violándose las garantías de defensa en juicio, seguridad jurídica y
debido proceso de raigambre constitucional, asimismo considera que en el
procedimiento reflejado en el acta… no se dan los supuestos de flagrancia (art.
285 C.P.P.N.) requeridos a tal fin. Destaca que los acontecimientos
documentados no configuran la situación de urgencia a fin de realizar la requisa
sin orden judicial, y que el imputado al prestar indagatoria expresó que los
hechos no sucedieron de la forma en que se narran en el presente sumario,
situación que se ve agravada al no existir testigos que ratifiquen lo vertido en el
acta. Concluye sosteniendo que el acta no es prueba ni indicio de que el
estupefaciente secuestrado fuera de L., puesto que el mismo fue hallado en un
lugar público, y que los testigos de la misma no indican que la droga haya
tenido vinculación con su defendido. En este marco, subraya que nos
encontraríamos ante un cuadro de orfandad probatoria que obstaría a
responsabilizar al encartado por la tenencia del material que se le reprocha.
Finaliza su presentación solicitando se revoque el auto apelado, y en
su reemplazo, se sobresea a su defendido.
III.
De las constancias obrantes en estos actuados surge que el
día
13 de septiembre de 2000, siendo las 17 horas y diez minutos, personal de la
Delegación de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad … se
encontraba abocado a observar un taller de motos ubicado en …debido a que la
persona que atendía en dicho lugar estaría infringiendo la ley 23.737. Con el
fin de no ser vistos se instalaron a una distancia prudencial y observaron que el
hombre que atendía el local se encontraba en la vereda con otra persona del
mismo sexo, quien pasados unos minutos se retiró en un vehículo marca Siena
de color gris . Luego de unos instantes arribó al lugar un automóvil marca
Wolswagen Gol de color azul cuyo conductor se bajó del mismo y realizó una
serie de movimientos típicos de la comercialización de estupefacientes. Ante
ello, el personal policial decidió interceptar al vehículo a unas cuadras del lugar
para no generar sospechas allí, hecho que ocurrió en la intersección de las calles
…, siendo alrededor de las 19 horas. Al identificarse como policías el conductor
se detuvo y “ al abrir la puerta del lado izquierdo, es decir la del conductor, con
la mano izquierda arroja un envoltorio debajo del mismo, siendo observado
dicho movimiento por la totalidad de la dotación…”. Acto seguido se requirió
la presencia de dos testigos…, para realizar la identificación del conductor y
requisa personal del mismo, la que arrojó resultado negativo. Al solicitársele la
documentación del rodado el mismo manifestó no poseer nada que acreditara la
propiedad del vehículo, agregando que la utilizaba para repartir mercaderías de
la empresa… para lo cual trabajaba. Se registró el rodado con resultado
negativo. Luego se encontró debajo del vehículo, a la altura del panel izquierdo
y sobre el empedrado de la calle, un envoltorio de nylon transparente, el cual
contenía en su interior una sustancia de similares características a la Cocaína,
por lo que se procedió a su secuestro. Acto seguido, se trasladaron hasta el
asiento de la delegación de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad
…donde , en presencia de los testigos y de L., se llevó a cabo el pesaje de la
sustancia incautada (2,1 gramos). Luego se realizó la pericia orientación sobre
la misma, la que demostró la presencia de Clorhidrato de Cocaína en el
secuestro…..
IV. Si bien la recurrente sostiene la nulidad del acta que
documenta lo sucedido, en rigor, su agravio se encuentra dirigido no al
incumplimiento de las formalidades exigidas por el código de rito para este
instrumento, sino más bien a la irregularidad del accionar policial. Adelanto
que al requisa practicada en autos nos e encuentra viciada de nulidad. Como
tampoco lo está el instrumento que la documenta toda vez que se encuentra
labrada conforme a las disposiciones de los arts. 138, 139 y ccts. del C.P.P.N..
En cuanto a la ausencia de razones de peso que habilitaran la
intervención policial y, en particular, la producción de los registros, cabe
destacar que el personal policial de calle en cumplimiento de su misión
específica tiene y debe tener un particular entrenamiento, que lo capacita para
detectar situaciones irregulares que pueden escapar a la percepción de l mayor
parte de los ciudadanos, basado en su experiencia profesional, en la preparación
recibida y en la inteligente observación de los hechos.
Merece recordarse que la Corte Suprema de Justicia de la
Nación, en reciente jurisprudencia (vide “Fernandez Prieto, Carlos A. y otro”,
fallado el 12/11/98) habilita la requisa en casos en que exista una “actitud
sospechosa” basándose en que “el procedimiento penal tiene excepcional
relevancia y debe ser siempre tutelado el ‘ interés público que reclama la
determinación de la verdad en el juicio’ ya que aquél no es sino el medio para
alcanzar los valores más altos: la verdad y la justicia”. Por otra parte, el Alto
Tribunal consideró que, al haber actuado la policía en base a un examen de la
totalidad de las circunstancias del caso para determinar si subsistía causa
probable o mediaban sospechas razonables de la comisión de los ilícitos que
justificaran su propia actuación, no había transgredido la doctrina sentada por la
propia Corte en cuanto a que no son utilizables las pruebas obtenidas en
violación a las garantías constitucionales.
En el precedente mencionado, se cita la doctrina de la
Suprema Corte de los estados Unidos de Norteamérica en cuanto sostuvo en el
caso “Terry v. Ohio” 392, U.S. 1, (1968), que “ cuando un oficial de policía
advierte una conducta extraña que razonablemente lo lleva a concluir, a la luz
de su experiencia, que se está preparando alguna actividad delictuosa (…) tiene
derecho para su propia protección y la de los demás en la zona, a efectuar una
revisación limitada de las ropas extremas de tales personas tratando de
descubrir armas que podrían usarse para asaltarlo.”
En igual orden de ideas se expidió la Cámara Nacional de
Casación Penal, sala III, in re “Longarini, Rubén E. s/recurso de casación”,
fallado el 27/4/94 cuando consideró que la exigencia irrestricta de orden
judicial para todos los casos constituiría un exceso ritual que llevaría a vulnerar
el equilibrio entre el interés social por perseguir los delitos y el respeto por las
garantías individuales. Tal limitación formal podría derivar en la
obstaculización de los poderes atribuidos al Estado, al efecto del cumplimiento
de sus fines del modo más beneficioso para la comunidad.
En el caso sub examine cabe analizar si existe causa probable
o sospecha razonable que habilitara la intervención policial.
Los conceptos de “causa probable” y “sospecha razonable”
han sido tomados de la jurisprudencia de la Suprema Corte de los estados
Unidos de Norteamérica. En este sentido cabe destacar que ese Tribunal ha
intentado compatibilizar la exigencia de “causa probable” establecida en la 4*
Enmienda con el accionar desplegado en la práctica por las fuerzas policiales en
el cumplimiento de sus funciones. La citada norma impone que antes de
proceder a un registro o a una detención, la Policía debe contar con una
justificación o causa que sirva de fundamento a la acción intrusiva, de manera
que se equilibre el interés en el cumplimiento efectivo de la ley y el respeto a la
libertad individual.
Como ya lo sostuviera al pronunciarme en la causa n* 625/00
“S.,C. E. s/inf. ley 23.737” el 23 de marzo de 2001, en oportunidad de actuar
como juez subrogante en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N* 2 de La
Plata,la “causa probable” encuentra fundamento en una serie de hechos y
circunstancias que están en conocimiento del agente del orden, que permiten
inferir a cualquier persona razonable que un individuo ha cometido un crimen,
o posee objetos relacionados con aquél. La mentada información debe estar
constituida por hechos específicos – como rumores, observaciones personales
etc.- y no por meras conjeturas o corazonadas, La causa probable supera lo que
es una mera sospecha, pero no alcanza a constituir una prueba ( Conf. Corte
Suprema, Aguilar vs. Texas,378 U.S. 108 (1964);Spinelli vs. United States, 393
U.S. 410 (1969); United States v.Freitas, 716 F 2d 1216 (9th Cir.1983);Illinois
v. Gates,462 U.S. 213 (1983), pronunciamientos donde trató la causa probable
en función de los informantes). En el caso del registro o arresto, se debe estar
en presencia de una “causa probable”, extremo no requerido para las simples
detenciones o interrogaciones cumplidas en procedimientos de rutina que
constituyen intrusiones menores regidas por el principio de la “sospecha
razonable”,concepto abordado en Terry v. Ohio,392 U.S. 1 (1968) donde la
Corte lo situó por debajo de la causa probable, pero por encima de la mera
corazonada. La sospecha razonable puede surgir de información menos
confiable de la exigida para constituir causa probable.
Los conceptos señalados no poseen márgenes rígidos y concretos, sino
que deben ser analizados en su conjunto. A través de pronunciamientos recaídos
en distintos casos se han ido analizando diferentes supuestos de hecho a efectos
de valorar su inclusión en una u otra categoría, con miras al análisis de la
legalidad de la intrusión policial (Conf.United States v:Cortez,449 U.S.
411,417(981);United States v:Sokolov,490 U.S. 1 (1989);Adams v:William,407
U.S. 143 (1972);Alabama v:White,496 U.S. 325 (1990,)Delware s.Prouse,440
U.S. 648 (1979);Pennsylvania v:Mimms,434 U.S. 106/1977); United States
v.Piace, 462 U.S.,696 (1983);United Sates v: Van Leeuwen,397, U.S. 249
(1970).En este sentido considero que existen en la causa varios indicios que
denotan que en el caso, los funcionarios policiales bien pudieron considerar la
posibilidad de encontrarse ante un eventual ilícito. En efecto, repárese que los
mismos se encontraban abocados a la vigilancia encubierta de un taller de
motos, dado que la persona que lo atendía estaría infringiendo la ley 23.737; y
que observaron que el imputado, arribado a dicho taller, efectuaba junto con el
sospechado “movimientos típicos de posible comercialización de
estupefacientes” (sic), por lo que decidieron detenerlo y realizar los registros
correspondientes.
V. Por otra parte, la recurrente sostiene que los testigos no manifestaron
que el estupefaciente secuestrado haya tenido vinculación con su defendido, y
que la droga se encontraba en la vía pública lo cual es cierto. Pero no puede
soslayarse, el hecho de que la totalidad de la dotación observó el momento en
que, al abrir la puerta del auto, L. arrojó el envoltorio de nylon que contenía
cocaína….
VI. Consecuentemente, estimo que se encuentran reunidos los extremos
necesarios para considerar, con el grado de certeza exigido por la etapa procesal
que se transita , que el imputado resulta responsable del delito que se le endilga.
Por lo expuesto, y encontrándose ajustada a derecho y a las circunstancias que
la informan, voto por que se confirme la resolución apelada.EL DOCTOR DUGO DIJO:
Que adhería al voto del doctor Frondizi.
Por ello el Tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR la resolución apelada….
Regístrese, notifíquese y, oportunamente, remítase. Firmado Jueces
Dres. Sergio O. Dugo.Román Julio Frondizi.Leopoldo Héctor Schiffrin (en
disidencia).
(2): a continuación se transcribe la resolución:
La Plata,14 de noviembre de 2006.R.S2T83f*125/128
VISTO: Este expediente 3596, “M., A. M. s/ pta. infracción ley
23.737", procedente del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo Criminal y
Correccional n° 2 de Lomas de Zamora.
Y CONSIDERANDO:
LOS DOCTORES SCHIFFRIN Y COMPAIRED DIJERON:
I. Llegan estas actuaciones a conocimiento de la Alzada en
virtud del recurso de apelación interpuesto por la Sra. Defensora Oficial,…, en
representación de M., contra la resolución que decreta el procesamiento del
nombrado en orden al delito de transporte de estupefacientes, previsto por el
artículo 5°, inc. “c”, de la ley 23.737….
II. La defensa sostiene que las circunstancias que dieron lugar a
la detención del imputado M. resultan sumamente confusas y equívocas, y en
razón de ello no sería posible responsabilizar únicamente a M. en relación a la
sustancia estupefaciente que fuera secuestrada.
Por otra parte, sostiene que los testigos de actuación no
presenciaron el momento en el cual se produjo el hallazgo de la droga por parte
del personal policial, sino que arribaron al lugar cuando los detenidos se
encontraban reducidos sobre el suelo, por lo cual sus testimonios nada pueden
aportar para esclarecer los hechos que son materia de investigación.
III. Ahora bien, más allá de los agravios expuestos por la
apelante, el Tribunal advierte que el procedimiento que dio inicio a las
presentes actuaciones se encuentra viciado de nulidad, toda vez que la
detención del imputado no estuvo precedida de circunstancias que razonable y
objetivamente hayan justificado dicha medida por parte del personal policial.
Conforme surge del contenido del acta…, el día 5 de diciembre
de 2005 personal perteneciente a la División Delitos Económicos de la Policía
de la Provincia de Buenos Aires se encontraba recorriendo la calle… en un
móvil no identificable, y siendo las 17.05 horas, a la altura de las arterias …,
observaron que cruzaban la calle tres sujetos del sexo masculino en dirección a
…, mostrando una “actitud sospecha” (sic). En atención a ello, y después de
requerir el apoyo de otros efectivos que se encontraban cerca del lugar en un
automóvil particular, procedieron a interceptar la marcha de los individuos y a
revisar los elementos que portaban, produciéndose el hallazgo de sustancia
estupefaciente.
Las circunstancias descriptas precedentemente conducen a
sostener que los motivos que fueran expuestos por el personal actuante no
resultan suficientes para convalidar el procedimiento que diera origen a la
presente causa, por cuanto no fueron detalladas en el acta en cuestión las
razones que llevaron a los funcionarios policiales a considerar “sospechosa” la
actitud asumida por parte de las personas detenidas.
Por otra parte, los dichos que expusieron los efectivos en sus
respectivas declaraciones testimoniales tampoco alcanzan para verificar la
supuesta “actitud sospechosa” y por ende no pueden tenerse en cuenta para
convalidar tal proceder….
Por consiguiente, dada la imposibilidad de valorar si el accionar
policial se ajustó a las pautas previstas por los artículos 184, 284 y 230 bis del
Código Procesal Penal de la Nación, en tanto reglamentan en que casos
excepcionales puede procederse a la detención y requisa de personas en la vía
pública sin una orden judicial previa, corresponde declarar la nulidad del
procedimiento… y de todo lo obrado en consecuencia y, ante la ausencia de
otra línea de investigación independiente, dictar el sobreseimiento de M..
Así lo votamos.
EL DOCTOR FLEICHER DIJO:
I. Que disiento con mis colegas preopinantes, ya que entiendo el
procedimiento llevado a cabo no se encuentra viciado de nulidad.
En efecto, la detención y requisa del imputado M. estuvo
precedida de circunstancias que razonable y objetivamente justificaron el
accionar policial, dentro del marco del artículo 230 bis del Código Procesal
Penal de la Nación.
Cabe para ello examinar brevemente los hechos que se
encuentran plasmados en el acta….
De ella surge que el día 5 de diciembre de 2005, a las 17.05
aproximadamente, en… el Teniente Primero,… y el Subteniente … mientras se
encontraban recorriendo en móvil particular la calle…observaron a tres
personas de sexo masculino cruzando una de las arterias, mostrando una actitud
sospechosa, circunstancia que motivó que el personal policial requiriera la
asistencia de otros dos agentes para que brinden apoyo, a fin de lograr la
identificación de las mencionadas personas sospechadas. Así las cosas, en la
calle…a la altura de…interceptaron a las tres personas mencionadas y observan
que uno de ellos -posteriormente identificado como M.- al ser requerido por el
grupo preventor con la voz de “alto policía” entrega rápidamente la remera -que
a simple vista contenía algún elemento en su interior- al menor …, quien al
advertir la presencia policial, se descarta de la remera, la que al caer a la vereda
se observa a simple vista que contenía en su interior tres bolsas de nylon con
varios envoltorios en su interior.
En virtud de lo sucedido, y al notar que los elementos que
portaban los sospechosos podrían infringir la ley 23.737, se requirió la
presencia dos testigos hábiles, quienes prosiguieron durante el resto del
procedimiento. En cada una de las bolsas que se encontraba dentro de la
remera, se hallaron 96, 100 y 99 envoltorios respectivamente, con clorhidrato
de cocaína.
II. Cabe destacar aquí, y en la inteligencia de lo descripto por el
grupo preventor como “actitud sospechosa”, que el personal policial de calle en
cumplimiento de su misión específica tiene y debe tener un particular
entrenamiento, que lo capacita para detectar situaciones irregulares que pueden
escapar a la percepción de la mayor parte de los ciudadanos, basado en su
experiencia profesional, en la preparación recibida y en la inteligente
observación de los hechos (conf. in re “L., S. F. s/ inf. ley 23.737" del
11.10.2001; “B., R. A. s/ Inf. Ley 23.737", de esta Sala II, entre otros).
Asimismo, merece recordarse que la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, (vide “Fernández Prieto, Carlos A. y otro”, fallado el 12/11/98)
habilita la requisa en casos en que exista una “actitud sospechosa”basándose en
que “el procedimiento penal tiene excepcional relevancia y debe ser siempre
tutelado ‘el interés público que reclama la determinación de la verdad en el
juicio’ ya que aquél no es sino el medio para alcanzar los valores más altos: la
verdad y la justicia”. Por otra parte, el Alto Tribunal consideró que, al haber
actuado la policía en base a un examen de la totalidad de las circunstancias del
caso para determinar si subsistía causa probable o mediaban sospechas
razonables de la comisión de ilícitos que justificaran su propia actuación, no
había transgredido la doctrina sentada por la propia Corte en cuanto a que no
son utilizables las pruebas obtenidas en violación a las garantías
constitucionales.
De ellos se impone que, antes de proceder a un registro o a una
detención, la Policía debe contar con una justificación o causa que sirva de
fundamento a la acción intrusiva, de manera que se equilibre el interés en el
cumplimiento efectivo de la ley y el respeto a la libertad individual.( v. “ L.” y
“B” cit.)
La causa probable encuentra fundamento en una serie de hechos
y circunstancias que están en conocimiento del agente del orden, que permiten
inferir a cualquier persona razonable que un individuo ha cometido un crimen,
o posee objetos relacionados con aquél. La mentada información debe estar
constituida por hechos específicos - como rumores, observaciones personales,
etc.- y no por meras conjeturas o corazonadas. La causa probable supera lo que
es una mera sospecha, pero no alcanza a constituir una prueba.
En este sentido considero que existen en la causa varios indicios,
y/o circunstancias que razonable y objetivamente justificaron el accionar de los
funcionarios policiales para considerar la posibilidad de encontrase ante un
eventual ilícito (art. 230 bis C.P.P.N.).
En efecto, el personal policial, en cumplimiento de sus funciones
de prevención y dentro del marco de su tarea, observó que sospechosamente
una de las tres personas indicadas tenía en su mano una remera -haciendo las
veces de bolsa- denotando que llevaba algún elemento en su interior,
circunstancia que motivó el requerimiento de mayor apoyo policial. Así las
cosas el grupo preventor se dirigió a las tres personas referidas, y al advertir que
ellos eran policías -ante la voz de “alto policía”-, el imputado M. intentó
descartarse de lo que posteriormente se determinó eran aproximadamente 300
envoltorios con clorhidrato de cocaína. Tal como puede colegirse, la sospecha
de los agentes policiales, basada en su experiencia y su propia función
preventora, no fue en vano.
Por tales consideraciones, entiendo que el procedimiento policial
… no se encuentra viciado de nulidad.
III. Ahora bien, se observa en autos, que el imputado M. no
contó con asistencia letrada en el acto de prestar declaración indagatoria.
Ahora bien, teniendo en consideración lo resuelto por esta Sala
en causa n° 3314 caratulada “G., Oscar R. s/ Inf. Ley 23.737", del 02/02/2006,
considero que, en aquellos casos en los cuales la declaración indagatoria es
llevada adelante sin la presencia del defensor técnico, corresponde adoptar la
solución allí propuesta.
En tal sentido, cabe destacar que la garantía de defensa en juicio
requiere que el proceso penal se desarrolle en paridad de condiciones con quien
ejerce la acción pública. En consecuencia, resulta necesario que el imputado
sea asistido por un defensor en el acto de prestar declaración indagatoria, para
que, de este modo, se haga efectiva la garantía mencionada.
Por lo expuesto, corresponde declarar la nulidad de la
declaración indagatoria prestada por M., dejar sin efecto el procesamiento
dictado en su perjuicio y ordenar al a quo se le reciba nueva declaración
indagatoria, en los términos que resultan de la presente resolución,
manteniendolo detenido, en el plazo de los artículos 294 y 306 del Código
Procesal Penal de la Nación, a partir que el juez de la primera instancia reciba el
expediente con la presente decisión (conf. “G., O. R.”, supra citado).
IV. Por tales consideraciones y normas legales citadas propongo
al Acuerdo declarar la nulidad de la declaración indagatoria prestada por M.,
dejar sin efecto su procesamiento, ordenando al a quo se le reciba nueva
declaración indagatoria en los términos que resultan de la presente resolución,
manteniendolo detenido, en el plazo de los artículos 294 y 306 del Código
Procesal Penal de la Nación, a partir que el juez de la primera instancia reciba
el expediente con la presente decisión.
Así lo voto.
Por ello, el Tribunal RESUELVE:
I. DECLARAR la nulidad del procedimiento instrumentado a fs.
1/3 vta. y de todo lo obrado en consecuencia.
II. Dictar el SOBRESEIMIENTO de M., ordenando su
inmediata libertad que deberá hacerse efectiva a través del juzgado de origen.
III. Regístrese, notifíquese y remítase al juzgado de origen a los
fines de su inmediato cumplimiento.Firmado Jueces Sala II, Dres. Gregorio
Julio Fleicher (en disidencia).Leopoldo Héctor Schiffrin.Carlos Román
Compaired.
Ante mi:Dra. Ana Miriam Russo.Secretaria.
NOTA (3) se transcribe a continuación:
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN Rtro.S. II T. f*
La Plata, 22 de mayo de 2003.
VISTO: El presente expediente 2190, caratulado "S., C. A. S/
INF. LEY 23.737", procedente del Juzgado Federal de Primera Instancia en lo
Criminal y Correccional N° 1 de esta ciudad.
Y CONSIDERANDO:
EL DOCTOR SCHIFFRIN DIJO:
I. Llegan estos autos a la Alzada en virtud del recurso de apelación interpuesto
a fs. 94, por el Sr. Defensor Público Oficial… contra el auto que decreta el
procesamiento del …S., en orden al delito de tenencia simple de
estupefacientes, tipificado por el art. 14, primera parte, de la ley 23.737….
II. El letrado discrepa con el encuadramiento dado por el a quo a la conducta
del imputado, la que, desde el punto de vista de la apelante, debería ser
calificada como tenencia de estupefacientes para consumo personal (art. 14
segunda parte de la ley 23.737).
III. Adelanto que, a mi entender, las presentes actuaciones resultan nulas desde
su inicio, la detención del imputado en autos fue realizada de manera arbitraria
y en violación a mínimas garantías constitucionales. Pero antes de referirme a
las razones en las que fundo mi criterio, conviene efectuar un breve relato de
los hechos que conforman la causa.
En este sentido, según lo manifestado en el acta policial…, el procedimiento
que dio origen a las actuaciones tuvo lugar el 24 de junio de 2000, a las 20:10
hs., y fue realizado por personal de la comisaría… En la ocasión, habría
llamado la atención a los policías actuantes, una persona, quien posteriormente
sería identificada como S., que, según dicen los preventores, estaba en "actitud
sospechosa" y "trató de marcharse del lugar" al notar su presencia.
Ante estas circunstancias, el personal policial dice haber solicitado la presencia
de dos vecinos de la zona,…, para que oficiaran como testigos del
procedimiento y, después de ello, detuvieron a S. y lo requisaron -sin contar con
la orden judicial que los autorizara -encontrando entre sus ropas una bolsa de
nylon con "una sustancia verdusca de aparente origen vegetal".
Sin embargo, en un sentido diametralmente opuesto a lo que los policías relatan
en el acta…, desmintiendo su contenido, ambos testigos independientes, al
declarar en sede judicial, sostuvieron que ellos habían concurrido a la
Comisaría…para denunciar que habían sido robados en la vía pública, y que
después de concurrir a efectuar la denuncia, salieron en un patrullero, junto con
algunos policías, para intentar identificar a los asaltantes. En esos momentos,
según lo expresa el testigo…, "...estaban efectuando dicha recorrida cuando de
pronto se paró el vehículo y pusieron contra la pared una persona de sexo
masculino que iba caminando por el lugar... pudo observar que al muchacho le
encontraron dentro de un bolsillo del pantalón, una bolsa de nylon conteniendo
una sustancia vegetal..."…. En el mismo sentido, la testigo… manifestó que
"...de vuelta hacia la dependencia, el vehículo se detiene, bajan los policías y
ponen a un muchacho que iba por la vereda contra la pared... que al requisarlo
le sacaron algo del pantalón..."….
Asimismo, el imputado, al declarar ante las autoridades judiciales, describió las
circunstancias en las que fue detenido, de un modo similar a como lo hicieron
los testigos.
Finalmente, digamos que el material hallado en poder del imputado, según la
pericia efectuada por la División Laboratorio de la Policía de la Pcia. de Buenos
Aires…, pesaba 21,30 gramos y se trataba de Cannabis sativa Lineo, pero no
pudo determinarse la cuantificación de principio activo de dicha sustancia,
puesto que, según se manifiesta en el informe pericial, el laboratorio carecía de
los elementos necesarios para hacerlo. Solo se advirtió mediante dicho informe,
que, a partir de los ensayos cromatográficos que se habían realizado, podía
opinarse que el material incautado contenía la cifra promedio consignada por la
O.M.S. es decir, el 1% de principio activo.
IV. Ahora bien, como fue adelantado en el apartado III, de la descripción de los
hechos se desprende que el personal policial pretendió justificar la detención y
la requisa del imputado, que, como se dijo, fue realizada sin que existiera una
orden judicial que la autorizara, atribuyéndole una mera "actitud sospechosa", y
sin embargo, no han manifestado razones objetivas que pudieran fundar
sospecha alguna.
Durante la vigencia del régimen anterior a la reforma del C.P.P.N. (ley 25.434),
el juego de los arts. 2, 184 inc. 5 y 230 del C.P.P.N., hacía surgir claramente la
nulidad de las requisas en condiciones como las descriptas, y así lo entendí en
numerosas oportunidades (v. mis voto, entre otras, en las causas B., C., exp.
n°13.911, de 11/6/93 y C., C. A. s/inf. ley 23.737, expte. 14.371, de 30/5/95).
Pero la modificación efectuada mediante la referida ley, hace que debamos
analizar nuevamente la cuestión atinente a los límites que se imponen a los
funcionarios policiales para la legitimidad de las detenciones y requisas
practicadas sin que una orden judicial los autorice a hacerlo.
Al respecto, a partir de la inclusión en el código de rito del art. 230 bis y de la
modificación de su art. 184, se ha conferido a la policía la facultad de requisar a
las personas sin la mencionada orden judicial, cuando medien circunstancias
que "razonable y objetivamente" permitan justificar la medida, quitándose de
este modo, el requisito de la "urgencia" que exigía el régimen anterior, para
otorgar la misma facultad.
Ahora bien, teniendo en cuenta que la realización de este tipo de actos implica
un considerable avance sobre los derechos a la intimidad y a la libertad física de
las personas, ambos garantizados por el art. 18 de la Constitución nacional y
por declaraciones y tratados internacionales con su misma jerarquía (arts. 1 y 5
D.A.D. y D.H., arts. 3, 9 y 12 D.U.DD.HH., art. 7 y 11 C.A.DD.HH., arts. 9 y
17 P.I.D.C y P), resulta fundamental, para la efectiva vigencia del estado de
derecho, establecer los límites precisos a estas nuevas atribuciones otorgadas a
los empleados policiales, y para hacerlo, deben interpretarse estas facultades de
manera restrictiva, tal como lo exige el art. 2 del C.P.P.N. (ver las causas
citadas en este mismo apartado).
En este orden de ideas, las expresiones que utiliza el art. 230 bis del código de
rito, tiene manifiesta relación con la idea de "causa probable" para la detención
y la requisa que aparece en la Cuarta Enmienda de la Constitución de los
Estados Unidos. La jurisprudencia constitucional de los Estados Unidos en ese
punto, así como también la del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, han
sido objeto de cuidadoso análisis en el voto del Dr. Bossert de Fallos: 321:2947.
El perfil que se obtiene de ese análisis es que no resulta suficiente el
presupuesto básico de que los preventores actúen de buen fe, y que
sinceramente sospechen del afectado, sino que su decisión debe apoyarse en
hechos concretos, contemporáneos a la diligencia policial, que alcancen para
convencer a un observador objetivo acerca de encontrarse ante la posible
comisión de un delito.
Del mismo modo, señaló el Dr. Bossert, citando a la Declaración Universal de
Derechos Humanos en su art. 12 y el art. 17 inc. 1 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, que los funcionarios que intervengan en hechos
que comprometan las garantías consagradas en tales preceptos, cargan con el
deber de fundar sus actos de modo tal que no se frustre la necesaria revisión de
su razonabilidad.
Ahora bien, de acuerdo con la reseña de los hechos efectuada más arriba, las
condiciones de razonabilidad mencionadas no se presentan en autos, por lo cual
cabe concluir la invalidez, tanto del arresto como de la requisa, teniendo en
cuenta también la doctrina establecida por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación in re "Daray, Carlos Ángel", fallos: 317:1385 ()publicado en La Ley
1995-B, pags. 351 y sgtes, con la nota de Alejandro Carrió Detenciones
Arbitrarias y las reglas de exclusión; ver también Colautti, Carlos E., Derechos
Humanos Constitucionales, Rubinzal Culzoni Editores, Santa Fe, 1999, capítulo
V: El Derecho a la Libertad Personal, pags. 99 y sgtes). Jurisprudencia que he
seguido en numerosos casos tramitados en la Sala de la Cámara que integro, de
los cuales me remito a "G., L. L. – N., D. C. (menor) s/inf. ley 23.737", expte.
n°647, de 31 de agosto de 1999; "I., M. Á.", expte. n°614, de 2 de febrero de
1999; "R., G. J. s/inf. ley 23.737", expte. n°923, de 10 de agosto de 2000.
V. Por otra parte -dejando de lado por el momento la nulidad del secuestro
mencionada en el apartado anterior- no se ha determinado de un modo preciso
el grado de toxicidad de la sustancia secuestrada, con lo cual se crea un manto
de dudas sobre la afectación pudiera producirse a la salud pública, y, por lo
tanto, no podría considerarse que la conducta de S. sea típica (v. mi voto in re
C. G. G., exp. n°14.607 de 14/6/94).
En consecuencia de todo lo expuesto, voto por que se revoque la decisión
apelada, dictándose el sobreseimiento del …S..
EL DOCTOR DUGO DIJO:
I. Llegan estas actuaciones a conocimiento de la Alzada en virtud del recurso de
apelación interpuesto por el Sr. Defensor Oficial,…, en representación de S.,
contra la resolución que decreta su procesamiento en orden al delito de tenencia
simple de estupefacientes, previsto por el artículo 14, primera parte, de la ley
23.737….
II. Los agravios de la defensa están centrados en su discrepancia con la
calificación legal atribuida a la conducta de S., que, en su opinión, debería ser
encuadrada en la figura de tenencia de estupefacientes para uso personal,
prevista por el artículo 14, segunda parte, de la citada ley 23.737.
III. La causa se inició a raíz de un procedimiento llevado a cabo por personal de
la Comisaría…. En dicha oportunidad, fue detenido S., quien tenía en su poder
una bolsa de nylon conteniendo "... una sustancia verduza de aparente origen
vegetal...", y al ser sometida a la denominada prueba de orientación se obtuvo
resultado positivo para la presencia de marihuana….
La pericia química realizada sobre el material secuestrado determinó que
"Corresponde a plantas de Cannabis sativa (n.v. marihuana) en el que se ha
comprobado la presencia de Tetrahidrocannabinoles, principios activos
responsables de la actividad psicotóxico (alucinógena) de dicho vegetal."….
Al prestar declaración indagatoria, S. reconoció la tenencia de la sustancia
secuestrada. Al respecto precisó que "... es consumidor de ?marihuana? y que lo
hace en una cantidad de 4 ó 5 cigarrillos por día, aunque desde que está
detenido no lo hace. Que su adicción no es compulsiva, pero de todas maneras,
como ya está pronto a quedar en libertad su esposa está iniciando los trámites
para que pueda llevar adelante un tratamiento de rehabilitación para terminar
definitivamente con el consumo de la mencionada sustancia.".
A pesar de admitir que tenía marihuana en su poder, S. rectificó el contenido
del acta de procedimiento, refiriendo que "... nunca vio a los testigos, ni vio
cuando hicieron la prueba química y ni siquiera leyó el acta ni se la leyeron,
como así tampoco la firmó, ya que la firma que se le exhibe no le pertenece,
sólo es similar a l propia..." ….
Del informe del estudio médico que se le practicó, surge que no se comprobó la
existencia de "signología propia de la toxicofilia", aunque se aclara que su
carencia "es compatible con la modalidad toxicológica y el tiempo prolongado
de abstención."…...
IV. Ahora bien, antes de tratar los agravios del apelante estimo necesario dejar
sentada mi discrepancia con los planteos de nulidad introducidos de oficio por
el distinguido colega preopinante.
En primer lugar cabe señalar, conforme lo he hecho -aun antes de la reforma
introducida por la ley 25.434- en mis votos en autos "K.", expte. 15.574, fallado
el 18 de enero de 1995, y "P.", expte. 15.503, del 18 de julio del mismo año, a
cuyos fundamentos me remito, que la policía tiene la facultad de practicar
requisas sin orden judicial previa, siempre y cuando se observen en los hechos
determinadas circunstancias que las hagan procedentes (ver, asimismo, lo
resuelto en los exptes. 14.431, "D. A., J. C.", del 20/4/95; 14.361, "C., C. A.",
del 30/5/95; 14.353, "G., S. G. y otros", del 6/6/95; 15.415, "C., G. F.", del
6/7/95; 15.503, "P., C. M.", del 18/7/95; 16.195, "R., W. E.", del 3/10/95;
15.977, "D., M. E. y otro", del 24/11/95; 15.791, "R., J. Á. y otra", del
24/11/95; y 16.363, "Ch., A. M.", del 22/2/96; entre muchos otros. Conf.,
también, C.N.C.P., Sala II, autos "G., V. W.", del 26/2/96, "A., H. y otros", del
11/3/96, y "R., L. A.", del 19/4/96).
Pues bien, en el acta… aparecen descriptos, de manera razonable, los motivos
que condujeron al personal preventor a llevar a cabo la requisa del sospechoso y
su posterior detención.
Las pautas reseñadas y el examen de las circunstancias que rodearon al
procedimiento, permiten establecer que las medidas realizadas por la
prevención resultan válidas, máxime teniendo en cuenta que la sospecha inicial
fue después corroborada con el hallazgo de la sustancia estupefaciente, cuya
tenencia fue reconocida por el propio imputado. (Ver lo resuelto por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el caso "Fernández Prieto, Carlos A. y
otro", fallado el 12 de noviembre de 1998).
Respecto a la pericia del material secuestrado entiendo que, si bien no se
determinó con exactitud su grado de toxicidad, resulta suficiente para
comprobar la existencia del cuerpo del delito y, por ende, para acreditar la
afectación del bien jurídico tutelado por la ley 23.737 (ver el criterio seguido
por esta Sala en los exptes. 16.713, "Incidente por recurso de apelación
interpuesto en favor de C. M. A.", del 2/4/96; 14.651, "H., J. G.", del 5/11/96;
entre otros).
Sin perjuicio de ello, estimo necesario que el a quo ordene un nuevo estudio
pericial químico, a fin de precisar el dato faltante (conf., entre otros, el expte.
16.801, "K., M. Á.", del 14/5/96).
V. Sentado lo anterior, y después de analizar detenidamente los elementos de
juicio de la causa, he llegado a la conclusión de que los agravios del apelante
deben tener curso favorable.
En efecto, los propios dichos de S., la cantidad de sustancia incautada, las
conclusiones del estudio pericial médico, y las restantes circunstancias del caso,
conducen a afirmar -al menos con la certeza exigida para esta etapa del procesoque la droga que tenía en su poder el nombrado estaba destinada a su exclusivo
consumo (conf., en tal sentido, lo resuelto por esta Sala en las causas "C., M. y
otro", expte. 13.989, del 20/7/95, y "E., O. y otro", expte. 16.683, del 19/12/96,
entre otros).
Por consiguiente, opino que su conducta encuadra, prima facie, en la figura
prevista en el artículo 14, segunda parte, de la ley 23.737.
VI. Por último, cabe indicar al magistrado de primera instancia que deberán ser
investigadas las particulares circunstancias puestas de manifiesto por el
imputado al prestar declaración indagatoria, respecto a supuestas
irregularidades en las actas labradas por la prevención.
VII. En orden a las consideraciones que anteceden, corresponde modificar la
resolución apelada, encuadrando la conducta de S. en la figura prevista por el
artículo 14, segunda parte, de la ley de estupefacientes, indicando al señor juez
de grado que deberá ordenar las medidas señaladas en los puntos IV y VI de
este voto.
Así lo voto.
EL DOCTOR FRONDIZI DIJO:
Que adhería al voto del doctor Dugo.
Por ello, el Tribunal RESUELVE:
MODIFICAR la resolución apelada, encuadrando la
conducta de S. en la figura de tenencia de estupefacientes para uso personal,
prevista por el artículo 14, segunda parte, de la ley de estupefacientes,
indicando al señor juez de grado que deberá ordenar las medidas señaladas en
los puntos IV y VI de los considerandos del voto del juez Dugo.
Regístrese, notifíquese y, oportunamente, remítase.Firmado Jueces Sala II
Dres.Román Julio Frondizi,Sergio O. Dugo.Leopoldo Héctor Schiffrin (en
disidencia)
NOTA (4);se transcribe a continuación:
///Plata, 20 de abril de 1995.
Rtro.S.II T. F*
VISTO: El expediente n * 14.431, caratulado "D. A., J.
C. s/ inf. ley 23.737", proveniente del Juzgado Federal en lo Criminal y
Correccional n* 1 de esta ciudad.
Y CONSIDERANDO:
El Dr. Dugo dijo:
I. Que llegan las actuaciones a esta Alzada en virtud del
recurso de apelación deducido por la defensora oficial del imputado… contra la
resolución del señor juez a quo que decreta el procesamiento de D. A. por
hallarlo "prima facie" responsable del delito previsto y penado en el art. 14,
segundo párrafo, de la ley 23.737….
II. Que los agravios de la defensa…y los del Agente
Fiscal –quien…adhiere al recurso del imputado -…se circunscriben a propiciar
la nulidad del acta de requisa… -y de todo lo actuado en consecuencia - por dos
razones.
Por un lado, de los tres testigos del procedimientos, sólo uno refiere haber
presenciado el momento en el cual los agentes de la prevención incautaron de
entre las prendas íntimas de D. A. un pequeño papel de nylon conteniendo,
presuntamente, clorhidrato de cocaína…; los otros dos dicen haber visto el
envoltorio ya en el piso…. Tal circunstancia provocaría la invalidez del acta en
cuestión en virtud de lo prescripto por los arts. 138 y 139 C.P.P.N. Por otro y,
con fundamento en el art. 230 del Código adjetivo, entienden que la policía no
puede efectuar la requisa sobre el cuerpo y pertenencias de una persona sin contar con una orden judicial que los autorice.
III. Es respecto del primero de los agravios mencionados
que asiste razón a los apelantes. En tal sentido es claro el art. 138 en cuanto
exige que sean dos los testigos corroboren lo asentado en un acta labrada por
personal policial. La falta de tal requisito acarrea, salvo hipótesis de excepción,
la nulidad de dicha constancia y, por resultar dicha pieza la acreditación de la
existencia
misma
del
ilícito
-negado
por
el
imputado
en
su
declaración…-,determina que la resolución apelada deba ser dejada sin efecto.
En relación al segundo motivo, corresponde remitir a lo
expuesto en la causa n* 15.874, caratulada: “K., O. y otros s/Inf. Ley 22737",
fallada el 18 de enero de 1995. Allí se sostuvo que “dicha requisa debe
diferenciarse de la “requisa personal” prevista en el art. 230 CPPN, La primera
responde a una necesidad de prevención general y debe ser llevada a cabo con
estricta observancia de criterios de razonabilidad y respeto; incluso debe
preexistir un grado de sospecha suficiente que habilite su procedencia. La
segunda tiene como presupuesto la existencia de motivos suficientes para
presumir, razonable y fundadamente , que el sujeto oculta en su cuerpo cosas
relacionadas con un delito…Que, por lo tanto , luego de verificados los
extremos que se acaban de reseñar, no corresponde requerir orden judicial para
requisar las ropas que posea la persona pues, además de no tratarse del caso que
regula el art. 184 inc. 5* del Código de forma…Que, por otra parte, la exigencia
irrestricta de orden judicial para todos los casos constituye un exceso ritual que
vulnera el equilibrio
que debe existir entre el interés social de perseguir los
delitos y el respeto a las garantís individuales. Tal limitación formal puede
derivar en la obstaculización de los poderes atribuidos al estado, al efecto del
cumplimiento de sus fines del modo mas beneficioso para la comunidad
(CNCP, sala III, registro n* 134, causa n* 120 “Longarini, Ruben E. s/recurso
de casaciòn”, ta. 27/4/94, considerandos quinto, sexto y octavo)
Así lo voto.
El Dr. Schiffrin dijo:
Que por compartir las razones expuestas en el voto
precedente, en el sentido de que la falta de dos testigos que corroboren lo
asentado en el acta labrada por el personal policial, produce la nulidad de dicho
instrumento, adhiero a la conclusión a la que arriba el colega preopinante (v.
“C., J.”, expte. N* 12.531,de 31/12/91, “A. F.”, expte. N* 14.139 de
1/12/93;”G. G. A.”, expte. 14.863, de 26/4/94. “L., C.”, expte. 15.131 , de
22/8/94 y C., N.del Valle”, expte. N* 14.181,de 22/8/94).
En consecuencia voto porque se revoque la resolución
apelada, y se sobresea a D. A. del delito que se le imputaraPor ello el Tribunal RESUELVE:
1
REVOCAR la resolución apelada y DECLARAR la
2
SOBRESEER a D. A. del delito que se le imputara.
nulidad del acta….
Regístrese,
notifíquese
y,
oportunamente,
de-
vuélvase.Firmado Jueces Sala II,Dres.Leopoldo Héctor Schiffrin.Sergio O.
Dugo.
Dr. Carlos L. Sanchez Viamonte.Secretario.
NOTA (5) se transcribe a continuación
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN rtro.S.II T. f*
La Plata, 2 de noviembre de 1999
VISTO: El presente expediente 1009,caratulado:”C. H. y otros
s/inf.arts. 210 y 282 C.P.”, procedente del Juzgado Federal de Primera Instancia
n* 1 de Junín.
Y CONSIDERANDO:
EL DOCTOR DUGO DIJO:
I Que llegan las actuaciones a la Alzada en virtud del recurso de
apelación interpuesto por la defensa de C. R. C. contra la denegación del
sobreseimiento que solicitara, por parte del señor juez a quo ….
II Que esta Sala tuvo oportunidad de revisar la situación procesal de
C. en el momento en que la defensa recurriera ante la Alzada el auto de
procesamiento dictado respecto de su pupilo…, y confirmó la resolución
dictada su respecto, que lo consideraba autor, “prima facie” responsable de la
comisión de los delitos previstos en los arts. 210, 282, 286 y 299 del C.P., en
concurso real).
Ahora bien, con posterioridad, la defensa solicitó el
sobreseimiento de C. a raíz de que las declaraciones indagatorias ampliatorias
de los coimputados Ce.. y V. referirían que no lo conocen, con lo cual
pretendería desvincularlo de la asociación ilícita.
En el mismo escrito, cuestiona las escuchas telefónicas
practicadas en las actuaciones pues Ce. refiere que el C. con el que hablaba no
era C.. Al respecto señala su “inutilidad procesal” y requiere que para que
puedan ser tomadas en cuenta ,sean hechos “…bajo la fe pública del
secretario…”.
Cuestiona, por último, el allanamiento practicado en la forrajeria
de C. en virtud de que, según la declaración indagatoria del imputado B., a
quien se le dictara la falta de mérito por ser sólo un empleado de C., los testigos
habrían ingresado después que el personal policial comisionado al efecto.
III. Que las nuevas cuestiones introducidas por la defensa no
pueden prosperar.
En efecto, el Tribunal entiende que las nuevas declaraciones de
Ce. y V., quienes a su vez niegan conocerse con los restantes imputados y entre
sí, sólo apuntan al legítimo ejercicio de su derecho de defensa enderezado , en
el caso, a desvincularse de la comisión del delito de asociación ilícita.
En cuanto a la señalada inutilidad de las desgrabaciones
telefónicas, a esta altura del proceso resultan suficientes como indicios para
sustentar el procesamiento. Será el Tribunal de juicio quien, en definitiva, y
conforme a las reglas de la sana crítica, evaluará el alcance de las mismas. Por
lo demás, se debe resaltar que el Código de forma no contiene reglas específicas
para la desgrabación de las escuchas, por lo cual en cada caso concreto deberá
evaluarse si han sido practicadas y transcriptas en debida forma y si se
encuentran correctamente aseguradas e identificadas, de modo tal que
resguarden el derecho de defensa del imputado. Debe dejarse constancia
asimismo, que C. se negó a declarar en un primer momento …y que una
posterior declaración, con la que esta Cámara no contaba al momento de
confirmar el procesamiento, C. desconoce las conversaciones mantenidas con
V..
Por último, el Tribunal observas que aún no han sido escuchados
por el juez los testigos del procedimiento cuestionado, practicado en General
Pacheco, provincia de Buenos Aires – declaraciones que deberían ser
producidas sin tardanza – aunque esta Sala tiene dicho que la ausencia de
declaraciones de los testigos en sede judicial no invalida el acta de secuestro,
toda vez que, cumplidos los recaudos establecidos por los arts. 138 y 139 del
C.P.P.N., las actas labradas por funcionarios policiales son instrumentos
públicos y hacen plena fe hasta que sean argüidos de falsos por acción civil o
criminal (ver c- “Araujo, José Antonio, del 17/5/95 entre otras).
Así lo voto.
EL DOCTOR SCHIFFRIN DIJO:
En atención a que los testigos del acta de registro domiciliario
aún no han sido escuchados por el señor juez a quo, corresponde decretar la
falta de mérito de C..
En efecto, no corresponde otorgar a esta clase de actas el valor
que le atribuye el colega preopinante pues su contenido debe ser corroborado
por los intervinientes en el acto ante el juez de la causa. Hasta tanto esta
circunstancia se produce, el acta no es más que un mero relato sin valor,
confeccionada por el personal policial y que refleja lo que según ellos habría
sucedido en el momento en que un acontecimiento se produce.
Así lo voto.
EL DOCTOR PACILIO DIJO:
Que adhería al voto del doctor Dugo.
Por las razones expuestas, el Tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR la resolución apelada.
Regístrese, notifíquese y, oportunamente, remítase.Firmado:
Jueces Dres. Sergio O. Dugo. Leopoldo Héctor Schiffrin (en
disidencia).Antonio Pacilio.
NOTA (6) se transcribe a continuacion:
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
//Plata, 6 de julio de 2006.
VISTO: este expediente, registrado bajo el número 2947, caratulado: “P.,
J. s/ ENCUBRIMIENTO”, procedente del Juzgado Federal de Primera
Instancia en lo Criminal y Correccional n* 1 de lomas de Zamora.
Y CONSIDERANDO:
El doctor Schiffrin dijo:
I. Llegan estas actuaciones a la Alzada en virtud del recurso de apelación
interpuesto… a favor de P., contra la decisión…, que ordena su procesamiento
en orden al delito tipificado en el art. 277, inc. “c” del C.P..
II. La defensa se agravia de la decisión pues a su parecer no se encontraría
probado el elemento subjetivo que requiere la conciencia de que el objeto que
recibe proviene de un hecho ilícito, no siendo suficiente la sospecha o la duda
de su origen.
Por lo demás, indicó que su asistido “actuó de buena fe, en la creencia de
que, efectivamente, quien le vendiera el rodado era su legítimo propietario. Y
si, como dice V.S., no tomó recaudos suficientes, ello ocurrió justamente, por
comportarse con total confianza de que, la compra venta que estaba ralizando,
era legítima”.
III. adelanto que habré de adoptar una solución liberatoria pues no se han
observado las garantías mínimas y necesarias que determinen que el
procedimiento del secuestro del rodado y detención del imputado se ha llevado
observando la legislación vigente.
Pero previo a dar los fundamentos que me llevan a sostener tal criterio,
conviene realizar una breve síntesis de las principales circunstancias de la causa
que tuvo inicio en fecha 1/10/2002, en la localidad de… cuando personal
policial perteneciente de la comisaría… en circunstancias en que se hallaban
recorriendo el lugar en prevención de delitos y faltas contravencionales,
observaron un automóvil Citroen, domicio…,con varios ocupantes en su
interior, en las calles…“Que es por ello” que los funcionarios de policía
solicitaron información, vía radial, a la Departamental…, que informó que
sobre dicho vehículo pesaba pedido de secuestro por la Comisaría n* 43 de
Capital Federal.
Por dicho motivo, el personal policial hizo descender a los ocupantes
quienes fueron identificados como S. D. A. y su concubina Y. I. P., quienes se
encontraban junto a sus hijos. Debe destacarse que el procedimiento descripto
fue realizado sin la asistencia de ningún testigo hábil….
Si bien en ese momento el principal sospechado era A., en su
deposición policial indicó que su suegro, J. P., había comprado el automóvil
referido y que su tenencia se debía a que algunas veces lo usaba, pero aclaró
que no sabía a que poseía pedido de secuestro….
IV. La Fiscalía de Instrucción n* 24 de Capital Federal,…(con
intervención del juzgado de Instrucción n* 18) instruyó respecto de la denuncia
de hurto de automotor, del que resultó víctima E. Ch., quién según las
fotocopias de la cédula verde automotor que figuran…, sería el titular del
rodado en cuestión.
No obstante ello, la secretaría de dicha Fiscalía, …indicó a las
autoridades prevencionales que dieran intervención al Juzgado de Lomas de
Zamora, motivo por el cual la instrucción se delegó a la Unidad Funcional de
instrucción n* 7, de dicha localidad,… con intervención del Juzgado del
Garantías de Lomas de Zamora…..
Entre el Juzgado de Garantías de Lomas de Zamora, a cargo del doctor
Viggiano y el Juzgado Nacional de Instrucción n* 18 a cargo del doctor Grispo,
que entendía en el hurto de automotor, se suscitó una contienda negativa de
competencia que fue resuelta por la C.S.J.N. a favor de la Justicia Federal de
Lomas de Zamora….
En lo que hace al procedimiento seguido ante el magistrado federal, resulta
de interés señalar que el señor Fiscal requirió instrucción vinculando
principalmente a J. P., quien en su declaración indagatoria – sin la asistencxia
de su defensor – manifestó, en lo sustancial, desconocer el orígen ilícito del
rodado….
V. ahora bien, como lo adelanté, en el procedimiento referido no se han
respetado las garantías consagradas en la legislación vigente al no haber
efectivamente asistido al menos un testigo ajeno a las fuerzas de seguridad. (art.
138 del C.P.P.N.).
Como lo he manifestado reiteradamente, las actas labradas por la autoridad
preventora tienen un valor probatorio sólo relativo, toda vez que, como lo he
expresado en varias oportunidades, “...su contenido debe ser corroborado por
los intervinientes en el acto ante el juez de la causa. Hasta tanto esta
circunstancia se produce, el acta no es más que un mero relato, confeccionada
por el personal policial y que refleja lo que según ellos habría sucedido en el
momento en que un acontecimiento se produce” (v. Mis votos, entre otras, en
las causas “C., H. y otros s/inf. Arts. 210 y 282 C.P., expte.n*1009,de 2/11/99 y
“L., J.L. s/inf. Ley 23.737”,expte.n* 1044, de 25/4/00).
En el subjudice, no han asistido al procedimiento testigos que puedan
corroborar que los preventores hayan actuado regularmente observando las
garantías mínimas y necesarias,y, en consecuencia, siendo un vicio no
subsanable, deberá declararse la nulidad del acta…y dictarse el sobreseimiento
de J. P..
Por lo expuesto, propongo revocar la resolución apelada, declarar la
nulidad del acta…,y consecuentemente, dictar el sobreseimiento de J. P..
El doctor Compaired dijo:
Coincido con la solución propuesta por el doctor Schiffrin en el
voto que antecede, toda vez que el acta… no contó ni siquiera con la presencia
de un testigo de actuación independiente y no constan en dicho instrumento los
motivos que imposibilitaron cumplir con los requisitos formales previstos por el
código de rito.
En tal sentido debe destacarse que dadas las circunstancias de
modo, tiempo y lugar en que se produjeron los acontecimientos relatados en el
acta, el personal policial actuante podría haber adoptado las medidas necesarias
para garantizar las formalidades del procedimiento (conf. arts. 138, 139 y 140,
del C.P.P.N.).
En efecto, los efectivos interceptaron el automóvil bajo sospecha
después de que se les comunicó por vía radial que dicho vehículo registraba un
pedido de secuestro de la Comisaría 43 de Capital Federal de la Policía Federal
Argentina, y después de ello hicieron descender a sus ocupantes -una pareja
joven y sus dos hijos menores de edad- y se trasladaron hasta la dependencia
policial a los fines de labrar el acta respectiva. Vale decir que los uniformados
contaron con las facilidades y el tiempo suficientes para requerir la presencia de
testigos, por lo cual no resulta razonable convalidar el aludido incumplimiento
de las exigencias que establece la ley procesal vigente.
Por lo expuesto, corresponde declarar la nulidad del acta… y de
todo lo actuado en consecuencia, y dictar el sobreseimiento de J. P..
Así lo voto.
Por ello, e tribunal RESUELVE:
DECLARAR la nulidad del acta…., y de todo lo actuado en
consecuencia,y dictar el sobreseimiento de J. P.,declarando que la formación de
este proceso no afecta su buen nombre y honor.
Regístrese, notifíquese y devuélvase al juzgado de origen.Firmado jueces
Sala II, Dres. Leopoldo Héctor Schiffrin.Carlos Román Compaired.
Ante mi: Dra. Ana Miriam Russo.Secretaria.
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