TDAH, Raquel García Ordoñez

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Raquel García Ordóñez
D.N.I. 74915485-T
“TRASTORNO POR DEFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD”.
Esta publicación se ha realizado con el fin de dar a conocer un trastorno cada vez
más presente en nuestra sociedad y está dirigida a estudiantes, educadores, padres
además de toda aquella persona interesada en esta temática.
1.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL TDAH.
El TDAH es un término específico que se refiere a un grupo de trastornos
escolares y no escolares que se manifiesta en la infancia y que se ha descrito desde la
antigüedad, y que ha quedado reflejado en la sociedad a través de documentos literarios
o artísticos.
Algunos autores como H. Hoffman, describe un alumno/a con déficit de
atención e hiperactividad a mediados del siglo XIX. Más tarde, en 1987, Bourneville
describe “niños inestables” caracterizados por una inquietud física y psíquica
exagerada, una actitud destructiva, con un leve retraso mental. En 1901, J. Demoor
señala la presencia de niños muy lábiles comportamentalmente, que precisan moverse
constantemente y que asocian una clara dificultad atencional. Un año más tarde, Still
agrupa esta patología, señalando niños violentos, inquietos y molestos, revoltosos,
destructivos, dispersos...
A partir de 1970, es cuando la Asociación Americana de Psiquiatría en su
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (4ª edición), y la
Organización Mundial de la Salud, (10ª revisión), sustituyen el término disfunción
cerebral mínima por el de “Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad”
(DSM-IV-TR) o el de “Trastornos Hipercinéticos” (CIE-10).
2.- CONCEPTO.
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un
síndrome conductual con bases neurobiológicas y un fuerte componente genético. Puede
darse a lo largo de toda la vida de la persona, pero se manifiesta particularmente en el
período vital comprendido entre el nacimiento y la adolescencia. Este trastorno es
intrínseco a la persona que lo padece, es decir, que es debido a una alteración
neuropsicológica que provoca disfunciones en los mecanismos de Control Ejecutivo del
Comportamiento, que afecta de un modo directo a los procesos psicológicos de atención
sostenida, memoria de trabajo, autorregulación de la motivación y afecto,
internalización del lenguaje y procesos de análisis y síntesis directamente implicados en
las tareas de enseñanza-aprendizaje y adaptación escolar.
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3.- SUBTIPOS DEL TDAH Y SU SINTOMATOLOGÍA.
Se distinguen tres subtipos de TDAH, pero no se trata de entidades unitarias,
cualitativamente distintas, sino de TDAH en el que a veces predomina la inatención,
otras la hiperactividad, y, finalmente, en otras ambas están presentes:
a) Subtipo con predominio del déficit de atención.
b) Subtipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
c) Subtipo combinado.
Los síntomas de los tres subtipos en ocasiones se solapan, de tal modo que las
diferencias se deben más a la interacción con otras variables de la personalidad del
alumno que a las peculiaridades del subtipo.
Subtipo con predominio del déficit de atención.
La capacidad para eliminar estímulos irrelevantes y resistir la distracción
aumenta con la edad. Sin supervisión directa de un adulto:
Hacia los dos años los niños pueden estar atentos a una tarea unos 7 minutos.
Hacia los tres años unos 9 minutos.
Hacia los cuatro años unos 13 minutos.
Y hacia los cinco años unos 15 minutos.
En 1º de Primaria ya se les exigen tiempos superiores a los 30 minutos.
En los niños con TDAH el desarrollo de la atención es más lento y se
caracterizan por:
o Dificultades para reorientar su atención y para mantenerla de modo sostenido tanto
en el trabajo como en el juego.
o Cuanto más rutinaria y/o compleja es la actividad más dificultades de atención.
o Dificultades en la realización de actividades que exigen un procesamiento
secuencial.
o Dificultades para prestar atención a dos actividades simultáneamente.
o En actividades que son de su interés la capacidad de atención se incrementa
significativamente, de ahí que con frecuencia los padres y profesores piensen que se
trata de fallos en la motivación.
o A menudo cometen errores por ignorar los detalles.
o Con frecuencia parecen no oír cuando se les llama.
o Con frecuencia no siguen las instrucciones, y fracasan en la finalización de las tareas
y juegos.
o A menudo tienen problemas para organizar las tareas y las actividades.
o Abandonan frecuentemente las actividades que requieren un esfuerzo mental.
o Constantemente pierden cosas que necesita.
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o Con frecuencia se distraen con ruidos extraños.
o Están a menudo perdido en las actividades diarias.
Seis o más de estos síntomas de desatención deben de haber persistido por lo
menos durante seis meses, con una intensidad que es desadaptativa e incoherente en
relación con el nivel de desarrollo del alumno:
b) Subtipo con predominio hiperactivo-impulsivo.
Este subtipo, se encuentra fundamentalmente en niños preescolares, suele
considerarse como un precursor evolutivo del subtipo combinado, que está mucho más
representado entre los niños en edad escolar. Para que pueda identificarse cuando menos
deben darse seis de las conductas que a continuación se indican; en, al menos, tres
escenarios diferentes, y deben haber estado ocurriendo por lo menos durante los últimos
seis meses.
–
La impulsividad se define como un fracaso de control en el procesamiento de la
información, que no disminuye con la edad, aunque sí disminuya la actividad
motriz. El estilo cognitivo impulsivo de procesamiento rápido e inexacto se
operativiza en términos de: Corta latencia, alta tasa de respuestas y elevado número
de errores. La impulsividad se considera polifacética, de ahí que se hable de
impulsividad cognitiva e impulsividad conductual. Ambas predicen problemas de
rendimiento, pero sólo la impulsividad conductual es un factor de riesgo de
problemas de adaptación social.
Manifestaciones de la impulsividad son:
o A menudo se le escapan respuestas antes de terminar las preguntas
(aparentemente dice lo primero que se le ocurre).
o Tiene dificultad para esperar su turno.
o Con frecuencia interrumpe o se entromete.
o Aunque conozca las reglas (e incluso pueda explicarlas) es incapaz de
pararse a pensar en las consecuencias antes de actuar.
o Con frecuencia recibe castigos de padres y profesores porque consideran
que no siguen las normas de modo voluntario.
o Sacan poco provecho de sus experiencias.
–
La hiperactividad se define en términos de una alta tasa de actividad motriz,
incontrolada, inoportuna y sin finalidad concreta. En los sujetos con TDAH la
hiperactividad se manifiesta también durante el sueño. De los principales síntomas
del TDAH es la que menos repercusiones tiene a largo plazo. Es particularmente
importante hasta los 11-12 años, luego disminuye. Las características de
hiperactividad de los TDAH varían según las situaciones (de tal modo que es mayor
cuanto más exigente, estructurada, compleja, familiar, aburrida, etc. es la tarea) y las
personas (es mayor con extraños y en grupo).
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Manifestaciones de la hiperactividad son:
Se mueve y/o se retuerce de forma nerviosa.
Con elevada frecuencia se levanta de la silla.
A menudo corre o salta cuando no debería (en adolescentes y adultos
puedelimitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
A menudo tiene dificultades para hacer tranquilamente actividades de ocio y de
trabajo.
Siempre “está en movimiento continuo”, como si tuviera un motor.
Habla excesivamente
En adultos con TDAH la hiperactividad suele manifestarse como sentimientos de
inquietud física.
c) Subtipo combinado. Si se presentan conjuntamente las conductas hiperactivasimpulsivas e inatentas de acuerdo con los criterios mencionados para ambos subtipos. A
continuación se presentan las conductas más frecuentes de los alumnos con TDAH
subtipo combinado:
•
No puede prestar atención concentrada por mucho rato
•
Nervioso, sensible o tenso
•
No puede estarse quieto
•
Exige del entorno mucha atención
•
Es desobediente en casa
•
Hace las cosas sin pensar
•
La gusta llamar la atención
•
No hace o hace mal las tareas escolares
•
Fuertes brotes de ira, rabietas, llanto
•
Se enfada con mucha facilidad
•
Discute mucho
•
Es testarudo, mentiroso, tramposo
•
Ruidoso, grita mucho
•
Habla demasiado
•
A veces parece que no se entera
•
Prefiere jugar con niños más pequeños.
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5.- DIAGNÓSTICO.
El diagnóstico de TDAH es complejo, y debe basarse en la evaluación clínica
realizada por un médico experto en el reconocimiento y tratamiento del mismo, como
por ejemplo un neuropediatra, un psiquiatra infantil, un psiquiatra o un neurólogo.
Dicha evaluación debe obtenerse tanto de la observación de la conducta del niño como
de la información obtenida de padres, colegio, otros familiares, etc.
El médico ante un niño con posible TDAH escuchará a los padres y al niño para
que describan la naturaleza de los problemas de su hijo. Además, se recoge la historia
del desarrollo, otros problemas médicos del niño, si tienen alergias, si toma alguna
medicación y otros datos importantes sobre su escolarización ambiente familiar, social,
etc. También se explora si hay TDAH u otros problemas psiquiátricos en familiares del
niño, aunque no convivan con él. Además se explora si hay algún tipo de conflicto entre
los padres, algún factor estresante, algún cambio reciente o tema sin resolver, y el estilo
que tienen los padres para el manejo de los problemas, así como la comunicación entre
los padres. En la entrevista se obtienen los datos más importantes para el diagnóstico, y
no hay test ni pruebas que puedan sustituir a una buena entrevista, detallada y
cuidadosa. Es fundamental que los padres contesten con sinceridad a lo que se les
pregunta, sin ocultarle nada, y no sólo dar detalles de lo que ellos creen que es
importante.
Además el médico puede usar una serie de cuestionarios de síntomas de TDAH
y otros problemas (como ansiedad, depresión, trastorno negativista desafiante). Es
recomendable tener una idea del nivel intelectual del niño con un test WISC, de Leiter o
en niños mayores de Raven, para así descartar posibles problemas de aprendizaje y
cociente intelectual bajo.
El electroencefalograma (EEG) sólo estaría indicado en presencia de signos
focales o ante la sospecha clínica de epilepsia o trastornos degenerativos.
En conclusión, el diagnóstico es clínico, mediante entrevista con los padres y el
niño, evaluación de información de los profesores, examen físico y pruebas
complementarias para descartar otos problema. Todas las pruebas médicas y exámenes
psicológicos sirven para descartar otras causas de hiperactividad e inatención diferentes
del TDAH y para ayudar al diagnóstico de TDAH, pero no hay pruebas definitivas.
Criterios diagnósticos del TDAH según el DMS-IV-TR
A. o Bien 1 ó 2:
1. Seis o más de los siguientes síntomas de desatención han persistido por lo
menos durante 6 meses con una intensidad que es desadaptativa e
incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Falta de atención
A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores
por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades
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A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o en
actividades lúdicas
A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente
A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargo
u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento
negativista o a incapacidad para comprender las instrucciones)
A menudo tiene dificultad para organizar tareas y actividades
A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas
que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o
domésticos)
A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (como
juguetes, trabajos escolares, lápices, libros o herramientas)
A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes
A menudo es descuidado en las actividades diarias
2. Seis o más de los siguientes síntomas de hiperactividad-impulsividad han
persistido por lo menos durante 6 meses con una intensidad que es
desadaptativa e incoherente en relación con el nivel de desarrollo:
Hiperactividad
a) A menudo mueve en excesos las manos o los pies o se
remueve en el asiento
b) A menudo abandona su asiento en la clase o en otras
situaciones en las que es inapropiado hacerlo
c) A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en las
que es inapropiado hacerlo (en los adolescentes o adultos
puede limitarse a sentimientos sujetivos de inquietud
d) A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse
tranquilamente a actividades de ocio
e) A menudo 'está en marcha' o actúa como si 'tuviera un motor'
f) A menudo habla en exceso
Impulsividad
a) A menudo precipita respuestas antes de haber sido
completadas las preguntas
b) A menudo tiene dificultades para guardar turno
c) A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de
otros (p.ej., se entromete en conversaciones o juegos)
B. Algunos síntomas de hiperactividad-impulsividad o de desatención que causaban
alteraciones estaban presentes antes de los 7 años de edad.
C. Algunas alteraciones provocadas por los síntomas se presentan en dos o más
ambientes (p-ej., en la escuela [o en el trabajo] y en casa).
D. Deben existir pruebas claras de un deterioro clínicamente significativo de la
actividad social, académica o laboral.
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E. Los síntomas no aparecen exclusivamente en el transcurso de un trastorno
generalizado del desarrollo, esquizofrenia u otro trastorno psicótico y no se explican
mejor por la presencia de otro trastorno mental (p.ej., trastorno del estado de ánimo,
trastorno de ansiedad, trastorno disociativo o a un trastorno de la personalidad).
6.- TRATAMIENTO.
Los síntomas del TDAH expresan un problema biológico y por lo tanto se
abordan más eficazmente con tratamiento farmacológico, que constituye todavía el pilar
más importante de la terapéutica. Los tratamientos habituales se basan paradójicamente
en estimulantes, de los que muy pronto se observó que modifican positivamente los
síntomas. Entre ellos están la cafeína y la nicotina, con los que a veces se automedican
adolescentes y adultos. El primer informe idóneo avalando el uso de psicoestimulantes,
data del año 1937, cuando Charles Bradley estableció la eficacia y seguridad del sulfato
de anfetamina para el tratamiento de niños hiperactivos.
Actualmente, las sustancias más empleadas en Estados Unidos son el
metilfenidato (principio activo detrás del nombre comercial Ritalina) y la d, lanfetamina (Adderall), seguidas de la dexanfetamina (Dexedrina) y la metanfetamina.
Otros psicoestimulantes, de segunda línea en el tratamiento del TDAH, son la pemolina
(Cylert) y el modafinilo (Modiodal). En los últimos años los fármacos de efecto
inmediato tienden a ser sustituidos por otros preparados que, con los mismos principios
activos, logran un efecto más prolongado, mejorando la calidad de vida de los afectados,
sobre todo los escolares.
Respecto del modafinilo, su eficacia fue comprobada y estuvo a punto de
lanzarse al mercado para tratar el TDAH. Sin embargo, nunca alcanzaría las góndolas
de las farmacias. Habiendo culminado la fase III de ensayos clínicos para ser aprobado
en Estados Unidos con esta indicación, el 21 de octubre de 2005 la Administración de
Alimentos y Drogas (FDA) aceptó la solicitud para comercializar Sparlon (modafinilo)
como tratamiento del TDAH en niños y adolescentes de 6 a 17 años. Se esperaba el
lanzamiento para inicios de 2006.18 Sin embargo, el 8 de septiembre de ese año, la FDA
decidió finalmente denegar la aprobación y solicitó nuevos estudios concernientes a la
seguridad del fármaco. En respuesta a esto, Cephalon anunció que abandonaba el
desarrollo del producto. Con todo, el incidente sirvió para establecer la eficacia del
modafinilo para tratar el trastorno, la cual resultó validada.19
Más recientemente, se aprobó en EE. UU. La prodroga lisdexanfetamina
(Vyvanse), cuya molécula resulta de una amalgama de dexanfetamina con el
aminoácido lisina. Como consecuencia de esa modificación en la estructura, el
organismo demora mucho más tiempo en metabolizar la sustancia, y la acción
terapéutica se prolonga notablemente. Se la considera prodroga porque sus efectos son
debidos a la dexanfetamina, y ésta se separa del aminoácido exclusivamente en el
hígado.
En España el único estimulante aceptado para el tratamiento del TDAH es el
metilfenidato, comercializado con el nombre de Rubifen (efecto inmediato) o Concerta
(liberación prolongada). Otro fármaco disponible es la atomoxetina (Strattera). En
cuanto al modafinilo (Modiodal), carece aún de aprobación expresa para esta
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indicación. Sin embargo, los profesionales de la salud tienen el derecho de recetarlo offlabel para tratar el trastorno, si es pertinente.
El mecanismo de acción de los estimulantes ha sido objeto de múltiples
investigaciones, y derivó en hallazgos neurobiológicos de relevancia clínica.
Probablemente, en el medio plazo, la instrumentación de métodos como la tomografía
por emisión de positrones en el diagnóstico del TDAH, aportará información decisiva
para la validación del esquema farmacológico. Este último ha sido objeto de
controversia debido a investigaciones científicas que asocian los estimulantes (sobre
todo la Ritalina) con una serie de riesgos y complicaciones. No obstante, dentro de la
comunidad científica, existe consenso respecto de los beneficios netos de la terapia con
estimulantes y, en particular, de su eficacia y seguridad, aduciendo la evidencia provista
por 70 años de investigación: más de 200 estudios controlados han demostrado que la
medicación estimulante es un recurso efectivo para tratar el TDAH.7
Aunque los estimulantes son primera línea en la terapéutica de este trastorno,
algunos agentes antidepresivos como la fluoxetina (Prozac), el bupropión (Wellbutrin),
la venlafaxina (Effexor) y la desipramina, han mostrado cierta utilidad, sobre todo
cuando el TDAH cursa con comorbilidades como el trastorno depresivo mayor o
trastornos de ansiedad (por ejemplo, trastorno de ansiedad generalizada).
Están en marcha investigaciones clínicas que buscan ampliar la aplicación de
principios activos adrenérgicos, no estimulantes, tales como la atomoxetina (Strattera,
un inhibidor de la recaptura sináptica de la norepinefrina) o agonistas alfa-adrenérgicos
como la clonidina y la guanfacina. De estos tres, sólo la atomoxetina ha sido aprobada
con esta indicación. Lanzada en el año 2002, la atomoxetina se postula como fármaco
de segunda línea, cuando los estimulantes no son bien tolerados. Su tasa de éxito
terapéutico no supera la de los fármacos tradicionales. Tampoco tendría un perfil más
benigno de efectos secundarios. Por tratarse de una sustancia nueva, se carece de
información completa respecto de los efectos esperables a largo plazo. Recientemente se
ha relacionado a la atomoxetina con riesgos aumentados de toxicidad hepática, aunque
la evidencia en este sentido es preliminar. A esto se sumó, el 28 de septiembre del 2005,
una advertencia de la agencia de salud de Canadá, vinculando el uso de esta droga con
posibles fenómenos de despersonalización, auto-agresión e ideación suicida, entre
pacientes adultos y pediátricos.
Tal como ha sucedido con otras psicopatologías cuyo tratamiento es
preeminentemente farmacológico, tanto la entidad diagnóstica de TDAH como la
viabilidad del tratamiento médico, han sido abiertamente rechazados por movimientos
minoritarios y marginales, partidarios de la denominada antipsiquiatría.
También está aceptado el tratamiento psicológico de los problemas conductuales
asociados. Este tipo de intervenciones es complementaria al tratamiento farmacológico
y normalmente busca una reducción de las conductas disruptivas del niño en los
diferentes ambientes mediante terapias enmarcadas en corrientes cognitivoconductuales. Igualmente puede ser aconsejable una intervención psicopedagógica
sobre los problemas de aprendizaje que suelen aparecer en gran parte de los sujetos con
TDAH. Actualmente se están desarrollando terapias de desarrollo positivo en los niños,
que intentan reforzar los aspectos potenciales de los jóvenes mediante deporte y
dinámicas de grupo. Intervenciones innovadoras como Tatami Terapia donde los
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expertos trabajan con grupos de diez niños mediante el deporte, están dando buenos
resultados. Diferentes investigadores han desarrollado modelos de refuerzo mediante
economía de fichas con grupos de niños con TDAH y se ha establecido que bien
conducido da mejores resultados que la terapia individual. De esta forma se pueden
explorar aspectos como la autoestima y las habilidades sociales.
La complementariedad entre terapias cognitivo conductuales y el seguimiento
farmacológico, parecen hoy en día el mejor tratamiento para el TDAH.
7.- PREVALENCIA.
Establecer con exactitud la prevalencia del TDAH se presume complejo por la
diferencia entre los criterios diagnósticos empleados, los métodos y las fuentes de
información. Esta falta de unanimidad en la definición del problema se ha reflejado en
la inclusión de pacientes dentro del diagnóstico de TDAH; así, dependiendo de las
series y los métodos diagnósticos empleados, la prevalencia de este trastorno se situaría
entre el 1% y el 24%. Las frecuencias más elevadas las observamos en estudios
generalmente observacionales basados en entrevistas estructuradas y pobremente
confirmadas. Debemos señalar que hasta el 40-50% de los varones son etiquetados por
profesores y padres como inquietos o “hiperactivos”.
8.- PERSONALIDADES CON TDAH.
•
•
•
Thomas Alva Edison : Pese a que a sus seis años ya había quemado el granero
de su familia y fue declarado no educable, se convirtió en uno de los más
prolíficos inventores.
Leonardo Da Vinci: artista e inventor. se dijo de él que nunca terminaría nada y
efectivamente de las sesenta y siete obras de arte por él realizadas, sólo terminó
dieciséis.
Albert Einstein: Estudiante mediocre, desordenado, abstraído pero genial fue el
creador de la famosa teoría de la relatividad que relacionaba el espacio y el
tiempo. Era capaz de concentrarse en una cosa pero no era fácil que
posteriormente volviera a la realidad, lo que se conoce como "sobre enfoque".
Estos sintomas se relacionan más con el Trastorno por déficit de atención con
hipoactividad que por hiperactividad, pues los niños hipoactivos tienden a tener
el "sobre enfoque".
9.- CONSEJOS PARA PADRES.
Educar a un hiño con TDAH es una tarea compleja. Debemos considerar las
habilidades y limitaciones del niño y la base de soporte que tiene.
Las siguientes ideas, delineadas por la Asociación Americana de Psiquiatría
(APA, por sus siglas en inglés), son herramientas útiles para trabajar con los padres y
cuidadores de los niños con TDAH.
El primer paso que deben tomar los padres es encontrar el médico apropiado
para las necesidades del niño. Debido a la similaridad entre los síntomas del TDAH y
algunos otros desórdenes psiquiátricos, el diagnóstico del TDAH no es simple. Por lo
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tanto, se debe escoger el médico adecuado que tenga la experiencia en el diagnóstico y
tratamiento de niños con desórdenes psiquiátricos.
Si al niño se le diagnostica con TDAH, sus padres deben discutir el tratamiento
con su doctor. Los padres deben animarse a preguntar para que estén preparados con
todo el conocimiento necesario para tomar las decisiones más precisas sobre el
tratamiento del niño. Los padres deben estar alertas sobre la importancia de un plan de
acción balanceado y redondeado y saber que la medicación ha sido efectivamente
probada en muchos niños, pero debe utilizarse en conjunto con otros tratamientos, no en
lugar de ellos.
Los padres deben tener la confianza para mantener un diálogo abierto contigo y
con otras figuras clave en la vida del niño, incluyendo otros cuidadores y médicos. Es
importante que todos estén pendientes de cualquier cambio en el tratamiento del niño,
particularmente en el inicio, reinicio, o cambios de dosis en el medicamento.
Anima a los padres a felicitar al niño en cambios de los cuales eres testigo en el
salón de clases – pasar año, interacción positiva con los compañeros, etc-. Cuando el
medicamento y la terapia permiten que emerjan las habilidades naturales del niño, el
equipo de gente encargada del cuidado del niño es esencial para ayudar al niño a lograr
el éxito.
El medio ambiente juega un rol crucial en la ecuación. Un salón bien estructurado puede
aliviar la presión que puede ejercer un medio ambiente caótico; tener expectativas
irreales del niño también puede ser perjudicial.
Trata de mantener al niño tranquilo acerca del tratamiento. Debes aclararle que
no está maldito por tener TDAH y que hay algunas otras retribuciones por su mal
comportamiento. Engancha al niño a participar activamente en el proceso de
tratamiento, para que tenga claro cuál es su rol y cuáles son las características que debe
aprender a manejar.
Adicionalmente, se presentan otra serie de consejos para el manejo de los niños con
TDAH:
•
Crear rutinas: Los padres pueden ayudar a su hijo a manejar su vida más
fácilmente cuando tienen una agenda que seguir. Tener actividades específicas
para tiempos específicos diariamente, tales como levantarse, comer, jugar, hacer
la tarea e ir a la cama, hacen sentir al niño más en control sobre su vida. Los
padres deben pegar la agenda en el refrigerador o en el pizarrón de boletines
familiares (si existe alguno en la casa) para que el niño pueda acudir a él como
referencia. No debe hacerse ningún cambio en la agenda sin ser explicado al
niño, para evitar la confusión y angustia.
•
Mantén reglas básicas en casa: Los padres deben explicar cuáles son las reglas,
qué se espera del niño, y cuáles serán las consecuencias de romper las reglas.
Las reglas deben estar documentadas y los resultados de romperlas deben ser
claros. En suma, los padres deberían asegurarse que su hijo entendió
completamente lo que se espera de él. Hablándole claro, con la voz calmada,
expresarle lo que se requiere que haga. El niño debe repetir las instrucciones.
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•
Reforzar el buen comportamiento: el reforzamiento positivo en el salón y en
casa ayudarán al niño a dar el salto, lo cual lo hará más entusiasta.
•
Mantén el ojo en él: Los niños, en general, deben ser observados de cerca. Un
niño con TDAH tiende a ser más impulsivo y por lo tanto necesita mayor
supervisión. Estando con compañeros, hermanos o amigos en casa, observa el
comportamiento social de tu hijo. Se le deben enseñar habilidades sociales para
relacionarse con sus pares.
•
Hacer las tareas largas más manejables: Las tareas que se encargan para hacer
en casa, se dificultan más para los niños con TDAH. Dividir la tarea en partes
más pequeñas, y tener más descansos, sirve para que no vean el trabajo como
una montaña insuperable.
Como educador, tienes un rol muy activo en la vida del niño con TDAH. Debe
haber un equipo de trabajo formado por el maestro, el padre, los médicos. Este equipo
es más efectivo cuando todos los participantes dejan las líneas de comunicación abiertas
y disponibles entre uno y otro. Puedes mantener al corriente a los padres sobre el
desarrollo del niño enviándoles reportes diarios o semanales, con una gráfica que
muestre el progreso del niño.
Es importante ser honesto y realista con los padres: su hijo no se va a curar del
TDAH. Sin embargo, muchos niños logran superar los síntomas con la edad. Con tu
ayuda, la de los padres y doctores, la posibilidad de éxito se incrementa.
10.- CONCLUSIONES.
•
•
•
•
•
El TDAH es un trastorno tratable.
Las terapias, la educación y algunas veces la medicación pueden ser muy útiles.
Tratar con el TDAH puede ser una batalla. Sin embargo, si trabajamos y
desarrollamos buenas estrategias, podemos lograr minimizar los efectos
negativos del TDAH.
Las principales consecuencias psicosociales del TDAH en adolescentes se
centran en el deterioro de áreas como: la familiar, la académica o con los
iguales.
La intervención más exitosa, son aquellas que involucran a la familia, a la
escuela y al paciente de forma integrada.
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BIBLIOGRAFÍA.
LIBROS
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Criterios Diagnósticos. Materiales para la Práctica Orientadora Volumen Nº 1.
Junta de Andalucía. Consejería de Educación. Dirección General de
Participación y Solidaridad Educativa.
Romero, J.F. y Lavigne, R (2006) Dificultades en el Aprendizaje: Unificación de
Criterios Diagnósticos. II Procedimientos de Evaluación y Diagnósticos.
Materiales para la Práctica Orientadora Volumen Nº 2. Junta de Andalucía.
Consejería de Educación. Dirección General de Participación y Solidaridad
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Luque, D.J. y Rodríguez, G. (2006) Dificultades en el Aprendizaje: Unificación
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para la Práctica Orientadora Volumen Nº 3. Junta de Andalucía. Consejería de
Educación. Dirección General de Participación y Solidaridad Educativa.
PÁGINAS WEB
http://www.anshda.org/tdha2004.pdf
http://www.hiperactividadinfantil.com/tdah-diagnostico.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/ADHD
http://www.deficitdeatencion.org/oct_01.htm
12
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