La familia y los educadores como agentes formativos de los niños y

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La familia y los educadores como agentes
formativos de los niños y adolescentes con
trastorno de déficit de atención e hiperactividad
(TDAH).
Msc: INGRID RAMONA HEREDIA.
Las brevísimas reflexiones que quiero aportar desde estas líneas, se refieren
a la preocupación que para nosotros supone el objeto de estudio, Los niños y
adolescentes con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), para
muchos profesionales, incluido a los servidor de Trastornos de comportamiento
social en niños y adolescentes. Es esta una cuestión que apreciamos
singularmente en sus aspectos más humanos, como otras muchas que afectan a
nuestro entorno, como investigador preocupado por el acontecer de lo que nos
rodea y de la calidad de vida de las personas a las que servimos ,que junto con
nosotros mismos conforman nuestra sociedad .El motivo que nos mueve no es
una mera razón instrumental, es un profundo sentimiento humano de solidaridad
para con los afectados y para con sus familias y docentes, así como el
convencimiento de poder coadyuvar en su tratamiento.
Los niños que padecen del TDAH necesitan guía y comprensión por parte de
sus padres y maestros para alcanzar todo su potencial y tener éxito en la escuela.
Antes de que se diagnostique el trastorno, frustración, culpa e ira puede haberse
acumulado en la familia. Tanto los niños como los padres puede que necesiten
ayuda especial para superar esos sentimientos adversos. Los profesionales de la
salud mental pueden educar a los padres acerca del TDAH y de qué manera
afecta a una familia. También ayudarán al niño y sus padres a desarrollar nuevas
habilidades, actitudes y formas de relacionarse entre sí. La capacitación para el
desarrollo de habilidades de crianza de los hijos ayuda a los padres a aprender a
usar un sistema de recompensas y consecuencias para cambiar la conducta del
niño. Se les enseña a los padres que brinden comentarios positivos inmediatos
para conductas que deseen alentar e ignorar o reorientar conductas que deseen
desalentar. En algunos casos, se pueden usar el " tiempo fuera " cuando la
conducta del niño se descontrola. En un "tiempo fuera ", el niño es retirado de la
situación que desencadena la ira y se lo sienta solo por un breve periodo de
tiempo para que se calme.
También se les anima a los padres a compartir una actividad placentera o
relajante con el niño, a fin de observar y señalar lo que el niño hace bien y elogiar
las fortalezas y habilidades del niño. Pueden también aprender a estructurar
situaciones de maneras más positivas. Por ejemplo, pueden restringir la cantidad
de compañeros de juego a uno o dos, de manera que el niño no se sobre estimule.
O bien, si el niño tiene dificultades para completar tareas, los padres pueden
ayudarlo a dividir las tareas grandes en pasos más pequeños y más manejables.
Además, los padres pueden utilizar técnicas para aprender a controlar el estrés y
mejorar su habilidad para afrontar las frustraciones, de manera que puedan
responder con calma ante la conducta de su hijo.
A veces, toda la familia puede necesitar terapia. Los terapistas pueden ayudar
a los miembros de la familia a encontrar mejores formas de controlar las
conductas perjudiciales y fomentar cambios conductuales. Finalmente, los grupos
de apoyo y terapias conductuales ayudan a los padres y docentes a conectarse
con otras familias que padecen problemas y preocupaciones similares.
Dentro del sistema educativo no se cuenta con la metodología específica, para
evaluar el trastorno de TDAH; lo anterior, debido a la falta de información
suficiente, como sucede en los otros tipos de trastornos que son atendidos, como:
Problemas de lenguaje, audición, deficiencia mental, trastornos neuromotores
autismo y niños con capacidades y aptitudes sobresalientes.
El ambiente familiar es una entidad formativa en el desarrollo de cualquier niño,
la cual provee factores protectores y, a la vez, actúa como una de las fuentes de
estrés. Ha sido establecido que la calidad de las relaciones familiares y los
patrones de interacción podrían estar relacionados con el desarrollo y curso de
diversos patrones de psicopatología de la niñez.
Existe un número de informes que demuestra que los trastornos de la
conducta (p.ej., trastorno negativita-desafiante, trastorno disóciales y trastorno por
déficit de atención-hiperactividad) son más comunes en las familias disfuncionales
y en ambientes con niveles elevados de adversidad.
La crianza de un niño que es excesivamente inquieto, con falta de atención e
impulsivo ofrece numerosos retos y los padres de niños con TDAH usualmente
reportan altos niveles de frustración en sus intentos de manejar y controlar su
conducta, siendo la gravedad de las dificultades de los niños un factor importante
de la situación estresante. La disfuncionalidad familiar es mayor para los padres
de niños con TDAH que para los padres de otros niños y está consistentemente
asociada con las alteraciones conductuales.
El clima familiar es el reflejo de la dirección del crecimiento personal, enfatizado
en la familia y en las características del sistema organizacional y de
mantenimiento de la misma, mediante las relaciones interpersonales entre los
miembros de la familia.
La dimensión de crecimiento personal, la cual expresa el funcionamiento de la
familia y su permisividad para ayudar a sus miembros, a desarrollarse como seres
humanos únicos, desde el punto de vista de la independencia, la orientación hacia
el logro, la orientación hacia las actividades intelectuales y culturales, la
orientación hacia las actividades recreativas y el énfasis que hace la familia sobre
los aspectos religiosos. Si bien la finalidad de esta investigación, no fue someter
a juicio crítico la forma de tratamiento que se está otorgando dentro o fuera del
ámbito educativo y familiar es palpable que los esfuerzos hasta ahora realizados
por las instituciones oficiales han sido aislados e insuficientes. Por ejemplo, el
sector salud aporta el tratamiento básicamente bajo la visión del modelo médico
ya que no cuenta con la infraestructura necesaria para tratarlo desde el modelo
educativo y Conductual.
FECHA, 30-03-2015.
LOS TEQUES-VENEZUELA.
Referencias
Brown, T. (2003) Trastornos por déficit de Atención y comorbilidades en niños,
adolescentes y adultos. Madrid.
Dr. José Ángel Aldo Díez. Jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología InfantoJuvenil, Hospital Universitaria Sant Joan de Déu, Espulgues de Llobregat,
Barcelona.
Vallés, A. (1998a). Las dificultades de aprendizaje por déficits de la atención.
Dificultades de aprendizaje e intervención psicopedagógica (pp. 395-433)
Valencia.
Ojales, I. (1999), Déficit de Atención con Hiperactividad. Manual para padres y
educadores.
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