Los nuevos modelos comunicativos Maria Ripoll Cera Internet está desarrollando un lenguaje propio, que tiene en el hipertexto, la interactividad y la multimedia sus principales características. Como todo nuevo medio que se inicia, su lenguaje en general se limita todavía a una mera trasposición de lo offline a lo online… Sin embargo, ya existen experiencias e iniciativas que nos llevan a un nuevo terreno, que nos exigen reaprender códigos comunicativos (como explica Sinapsis Diseño) y, especialmente, reflexionar sobre sus logros (Sinapsis Tecnología insiste en ello). El texto que nunca acaba La hipertextualidad representa la capacidad de llegar más allá de los límites impresos. Es un nodo de enlaces que nos hacen ir de un lugar a otro por medio de asociación, aportándonos información sobre cada tema que vemos y ramificándolo quizás hasta el infinito. ¿Qué aporta la hipertextualidad a nuestras webs de principios del siglo XXI? La posibilidad de ofrecer información ad infinitum a nuestros usuarios, sin tener que escribirla nosotros mismos La relación entre la información de un mismo sitio web, de modo que ninguna quede oculta o relegada y que al relacionarse se den el máximo sentido Relacionar con sentido categorías distintas de información: productos de un catálogo con información sobre sus autores o sobre su morfología Sentido de la aventura, del juego o de comunidad: “Nadie sabe bien cuándo puede dejar de encontrar enlaces, sólo el tiempo de cada quien es el que decidirá cuánto tarde en averiguarlo” En realidad, la hipertextualidad es un cambio radical de la relación humana con la información, cambio que ya empieza a hacerse inteligible, aunque no somos apenas capaces todavía de realizar. La gramática del lenguaje digital se basa en la estructuración de la información como espacio navegable. Crear un hipertexto es “escribir” una propuesta de estructuras, el comienzo de una cadena de modificaciones, cuya "forma" final no es posible prever. Su esencia subvierte otro de los principios a que estamos acostumbrados: “Yo escribo, tú me lees”. Quien recibe un hipertexto sabe que el texto es apenas un esbozo frente al cual debe reaccionar. Es cómo sigue la cadena y lo que puede agregarle lo que dará valor a su lectura, y el hecho de que cuando vuelva a ella, habrá sido ampliada y mejorada por un nuevo "jugador". Cada individuo puede seguir el itinerario y obtener la información que desee. La idea no es la de hacer "clik" por el simple placer de elegir. Se trata de que el pulsar un enlace sea como abrir un libro que nos adentra en una ficción. Es el lector entendido, el crítico el que en definitiva juzgará y conocerá lo que hay más allá de un clik, y sentirá la necesidad de hacer las opciones acertadas que lo conduzcan a un producto especial. Por lo tanto, el lector ha de prepararse a encontrar en esas páginas poca argumentación, que implica un gran esfuerzo en cambiar nuestra base, y buena cantidad de arte de navegar o de orientarse. Cómo no, y la pregunta es: ¿Hay que reaprender a leer y a escribir, o la herramienta hipertextual “facilita la forma natural como el cerebro humano funciona” y simplemente hemos de acostumbrarnos? Hipertexto es sinónimo de “acceso a la información”. Mediante enlaces, adentrarse en una noticia puede ser un camino infinito. Hipertexto es también una nueva forma de organizar y presentar la información, como la de las infografías. Construir un relato como fragmentos que puedan navegarse de más de un modo y que aún así permita al usuario experimentar una lectura con sentido, es el arte de la escritura hipertextual. El nuevo usuario crítico, bien informado y participativo La interactividad es la capacidad de participación del usuario en el proceso comunicativo, no solo respondiendo sino también generando información. Internet está renovando el sentido de la comunicación al proporcionar a emisores y receptores mayores posibilidades de relación, participación y, también, de mutua interacción. ¿Qué aporta la interactividad a nuestras webs de principios del siglo XXI? Crea espacios virtuales. Un sitio web es un lugar virtual dentro del cual los usuarios realizan actividades: se informan, se entretienen, se encuentran con otros usuarios, compran, se educan, comparten información, opinan, etc. >Desaparece el clásico sujeto “pasivo” que recibe la información. La “audiencia” es cada vez más un ente crítico, bien informado y participativo, que puede opinar sobre la calidad de los contenidos o servicios e incluso organizar poderosas campañas de opinión. La política o las empresas están más sujetas a la opinión, acción y presión de los diversos públicos que demandan una mayor responsabilidad. El usuario es incluso fuente de información o proveedor de contenidos. Internet ha facilitado mucho el acceso del público a los medios de comunicación: feedback, emails a los periodistas, comentarios del lector a las noticias o la posibilidad de añadir nuevos detalles a las noticias, disponibles para los otros usuarios. Los sitios webs hechos para y por los propios usuarios o los weblogs son ejemplos paradigmáticos. Pero también las listas de distribución, los grupos de noticias o los foros. Sabemos qué le interesa al usuario en tiempo real, algo único hasta ahora. Esto es una gran posibilidad para las empresas que quieren vender sus productos y a la vez, informativamente, también es un riesgo: ¿hay que ofrecer, como la telebasura, sólo lo que acepta la audiencia?¿Por qué elaborar documentales con un coste elevado que tendrán poco rate?… El usuario se convierte en el eje del proceso de comunicación: su capacidad de elección permite ofrecerle informacion y servicios “a la carta” u ofertas comerciales “a medida”. Se trabaja con información en tiempo real, continuamente actualizada. Los usuarios se enfrentan a un nuevo uso de la información, que les permite decidir a qué hora visualizar la información y consultarla continuamente para saber más. Las empresas y organismos tendrán que ofrecer una imagen de marca consistente y abierta a múltiples formatos, una comunicación focalizada en el usuario y continuamente actualizada. El principal objetivo es favorecer que los lectores se identifiquen con el medio y, por tanto, fidelizarlos. Se están creando nuevos lenguajes, nuevas culturas, nuevos productos y procesos que es imprescindible conocer Y la pregunta es: ¿Es Internet un nuevo medio de comunicación, o simplemente un nuevo canal para los medios de comunicación establecidos? ¿Llegará la interactividad a cambiar la participación ciudadana en la esfera pública, en el debate público y en la toma de decisiones? Open-source journalism, el experimento La interactividad empieza a exigir la redefinición de la función de los periodistas profesionales, que se convierten en organizadores de espacios virtuales donde tienen lugar diálogos reales abiertos a los usuarios. El periodismo deja de entenderse como una "conferencia" para verse como "una conversación o un seminario". Las audiencias, lectores, espectadores, televidentes, se han convertido en una parte sustancial del proceso comunicativo. Su voz suena ahora junto a las voces "profesionales", y a veces, hasta con más fuerza. El dilema de los nuevos profesionales consiste en redefinir el alcance y los contenidos de su autoridad en un entorno interactivo. El de la pieza informativa digital, el de dar un nuevo paso: El titular y la entradilla han de llevar al lector a una noticia que crece en información, multimedia, documentación y comentarios cada momento. El modo de informarse heredado del papel quedará entonces dinamitado. Slashdot es el ejemplo de mayor éxito. Este sitio informativo sobre tecnologías de la información –obligado para los interesados en el tema– está constituido por artículos, comentarios o comentarios a comentarios de los usuarios. A la pregunta que cómo verifican las noticias, responden “We don´t. You do”: los mismos comentarios se encargan de corroborar o refutar una historia.