Reseñas Kohut, Heinz. The Restoration of the Self, International Universities Press, Inc, Nueva York, 1977, 345 pp. Heinz Kohut es uno de los más distinguidos investigadores y teóricos contemporáneos en el campo del psicoanálisis. Junto con Otto Kenberg y otros, pertenece a lo que pudiéramos llamar la vanguardia psicoanalítica, ese grupo de investigadores que ha cubierto nuevos panoramas sobre la condición humana a partir del esfuerzo por enfrentarse a casos antes considerados como no analizables. Entre estos casos se encuentran las manifestaciones del narcisismo patológico. En su famoso libro anterior (Kohut, H. The Analysis of the Self, Nueva York: International Universities Press, 1971), Kohut adopta la definición de narcisismo desarrollada por Heinz Hartmann, es decir, concibe el narcisismo como la investidura libidinal de la representación de sí mismo (self); en ese libro clasifica las manifestaciones del narcisismo patológico como, por una parte, "desórdenes narcisistas de la personalidad" en que el paciente manifiesta sensaciones de hipocondría, depresión y autodevaluación así como una excesiva propensión a la vergüenza, y, por otra parte, "desórdenes narcisistas de la conducta", en que el individuo no solamente siente malestar consigo mismo, sino que actúa entregándose a diversas perversiones, adicción a las drogas y a prácticas definitivamente sociopáticas. Es importante recordar aquí que Kohut ha propuesto varias modificaciones importantes a la teoría psicoanalítica tradicional. Una de éstas tiene que ver con el origen y desarrollo de la libido narcisista. Según la teoría establecida, la libido pasa del autoerotismo al narcisismo para luego desembocar en el amor objetal. En su famoso estudio "Forms and Transformations of Narcisism" (Journal of the American Psychoanalitic Association, 14:243272), Kohut propone la tesis de que el narcisismo no se transforma en amor objetal sino que sigue, en condiciones propicias, un desarrollo paralelo a éste para llegar a madurar en cinco virtudes nobles: 1. la creatividad, 2. la capacidad para ser empático, 3. la capacidad para contemplar su propia transitoriedad y limitación, 4. el sentido del humor, y 5. la sabiduría. En el libro que aquí reseñamos, The Restoration of the Self, Kohut retoma todas sus ideas anteriores para avocarse a insistir en la necesidad de dar un lugar preferente al concepto del self dentro de la teoría psicoanalítica. Hasta ahora, dice Kohut, el análisis se ha centrado en las neurosis estructurales y el conflicto que ellas entrañan, concibiendo el aparato psíquico como un campo donde interactúan fuerzas pulsionales que entran en conflicto entre sí, así como con el yo y el super yo, que se ven forzados a utilizar mecanismos de defensa contra tales fuerzas. Pero, insiste Kohut, es necesario volver los ojos al campo mismo donde interactúan las fuerzas pulsionales, olvidándose, por un momento, de los conflictos que ellas puedan generar. Este campo es el self, la autoconcepción de la persona, lo que hace que el individuo se conciba como un todo articulado. El tipo de neurosis al que se enfrenta Kohut es aquel en el que el self está fracturado y el paciente se presenta como afectado por baja autoestima, hipocondría, depresión, desgano ante las tareas de la vida y un temor vago a la desintegración del self. La tesis central de Kohut es que el psicoanálisis debe ampliar su concepción psicológica para que, sin despreciar las pulsiones y sus conflictos, tome también en cuenta el campo donde éstas interactúan, es decir, el self. Kohut se propone explicarnos en este libro cómo se debe proceder para restaurar un self fracturado por experiencias traumáticas ocurridas en su periodo formativo, es decir, por heridas narcisistas que han dejado huellas profundas no cicatrizadas en el self del paciente. ¿Cómo sugiere Kohut que debe llevarse a cabo la restauración de un self fracturado pra que se realice la cicatrización profunda? Kohut propone el método que llama empáticointrospectivo. La empatía, dice el autor, es para la vida psicológica del individuo lo que el oxígeno para la vida biológica. La herida narcisista ha sido producida por un objeto-self de la infancia del paciente que ha tenido una falla notoria de empatía para con él. Objetos-self son aquéllos que consideramos como parte de nosotros mismos, usualmente el padre, la madre o sus surrogados. El psicoanalista, en un esfuerzo por lograr la cicatrización de la herida narcisista del paciente, entabla con él una relación en la que la empatía es el ingrediente primordial, es decir, en la que el terapista se convierte en un nuevo objeto-self del paciente, creando una atmósfera favorable para que éste regrese a etapas tempranas de su vida e idealice al terapeuta como debió idealizar a sus padres, y manifieste igualmente su grandiosidad exhibicionista infantil tomando al terapeuta como espejo de esa grandiosidad; en este doloroso y arduo proceso regresivo se produce lo que Kohut llama internalizaciones transmutantes mediante las cuales las heridas del self del paciente van cicatrizando progresivamente y el narcisismo, estancado en etapas tempranas, logra llegar a su madurez en las cinco virtudes que quedaron esbozadas arriba. Kohut logra en este libro presentar un argumento convincente y rico en referencias a casos de la experiencia para justificar su posición teórica. De ninguna manera rompe con la ortodoxia freudiana, pero tampoco la toma como un dogma que debe ser protegido de cualquier desviación. Insiste en que el psicoanálisis es una ciencia que, siguiendo el método empático-introspectivo, va poco a poco develando el objeto de su estudio, es decir, la naturaleza humana, y que en tal propósito sigue una actitud juguetona y alegre, tratando de reconstruir el rompecabezas con esta o aquella pieza, sin convertirse en fanático defensor de la verdad establecida. Bien vale que sea esta actitud juguetona y alegre la que inspire toda nuestra labor científica. Edgar Llinás