Cirugía del conducto auditivo MVZ Samantha Maerker Directora del área de cirugía del Centro Veterinario México México D.F. Resección de la pared lateral del conducto auditivo Esta cirugía esta indicada para facilitar la exposición del canal vertical u horizontal en casos de neoplasias benignas y poder realizar una escisión local del tumor. También esta indicada en casos de otitis crónica para facilitar la limpieza, drenaje y aplicación tópica de medicamentos en el conducto auditivo. En pacientes con hiperplasia del canal esta técnica no funciona. Se prepara la región de la oreja para cirugía y se lava profusamente el conducto auditivo para disminuir la contaminación y la carga bacteriana. Para iniciar la cirugía se introduce una pinza de hemostasis curva para identificar el extremo ventral del canal vertical. Se realizan 2 incisiones paralelas iniciando una del pre-­‐ trago y la otra de la incisura del intertrago. Se extienden ventralmente una y media veces la longitud del conducto vertical. Se conectan las insiciones y se diseca la piel y subcutáneo reflejándola dorsalmente hasta su unión con el trago. Se continúa disecando el subcutáneo hasta el cartílago. El cartílago se incide con dos líneas paralelas cuidando de no converger ya que el canal se va haciendo más estrecho. Las incisiones se continúan ventralmente hasta donde termina el conducto vertical e inicia el horizontal. Se refleja la pared del cartílago ventralmente y se corta dejando una porción para que facilite el drenaje e impida el crecimiento de pelo dentro del conducto auditivo. El epitelio y el cartílago se suturan a la piel. Se fijan primero las esquinas del cartílago que funcionara como dren y posteriormente se suturan las dos incisiones longitudinales dorsales. Se recomienda utilizar sutura monofilamentosa no absorbible de 3-­‐0 a 4-­‐0. Es recomendable colocar un collar isabelino para evitar la automutilación. Ablación total del conducto auditivo y osteotomía de la bulla La cirugía consiste en retirar todo el conducto vertical y horizontal del canal auditivo y epitelio secretor, incluido el que se encuentra dentro de la bulla timpánica. Esta indicado en casos de enfermedad inflamatoria irreversible que se caracteriza por presentar epitelio proliferativo, hiperplasia, estenosis o colapso del conducto y zonas de calcificación. Otras indicaciones son daño al conducto por trauma severo, neoplasias, malformaciones o colesteatomas. Si hay evidencia de otitis media o si se sospecha de una neoplasia, se recomienda tener un diagnostico de imagen como estudios radiográficos, resonancia magnética o tomografía axial computarizada, para saber si hay lisis o proliferación de la bulla timpánica. Durante la preparación del paciente es importante la administración de antibióticos y analgésicos, ya que la zona quirúrgica puede estar muy contaminada y la recuperación puede ser muy dolorosa. Se debe lavar el conducto auditivo lo mejor posible y repetidas veces para disminuir la carga bacteriana y eliminar detritos celulares y secreciones. Se posiciona al paciente en decúbito lateral. Se colocan campos y se inicia la cirugía realizando una incisión en forma de T. Se realiza disección elevando dos colgajos de piel para exponer el canal vertical. La disección continua proximal y medial al canal, tratando de permanecer lo más cerca posible al cartílago para evitar daño a la irrigación. Se corta la porción medial del canal vertical con tijeras de Mayo hasta separar la apertura del canal en su totalidad. Se termina de disecar todo el tejido que rodea al canal vertical y horizontal hasta llegar al anillo óseo del meato auditivo. El nervio facial se puede encontrar separado o entrampado en el aspecto caudal del conducto horizontal. Se debe liberar el nervio y mantener aislado para no generar daño permanente. Se secciona el canal horizontal en su inserción al hueso y se retira. Se debe lavar continuamente la zona de la cirugía para eliminar contaminante y prevenir así una infección postquirúrgica. Se lava la bulla timpánica y se extra todas las secreciones y el epitelio de la pared ventral y lateral. Se debe evitar la disección justo rostral al meato auditivo para no dañar la vena ventroauricular. Se remueve el aspecto ventral del hueso de la bulla con rongeurs y se termina de retirar todo el epitelio, y se lava nuevamente con solución salina. El aspecto rostral de la cavidad se revisa cuidadosamente para ver que no quede epitelio, ya que en esa zona se encuentra la apertura del canal auditivo. La parte dorsal de la cavidad no se curetea para evitar daño al area del promontorio. Si hubo mucha contaminación o queda espacio muerto se coloca un dren, ya sea activo o pasivo. Se sutura el subcutáneo con cuidado de no dañar el nervio facial con un súrgete continua simple. Se realiza una sutura continua en subdérmico y piel. Literatura Recomendada Fossum, T.W.: Small animal surgery. Third edition. Mosby-­‐Elsevier. St Louis Missouri, USA Monet, E.; Small Animal Soft Tissue Surgery, Wiley-­‐Blackwell, USA, 2013 Rodríguez G.J.; Martínez S.M.J.; Graus M.J.: Cirugía en la clínica de pequeños animales, el abdomen craneal. Servet Editorial. España 2009 Rodríguez G.J.; Martínez S.M.J.; Graus M.J.: Cirugía en la clínica de pequeños animales, la parte posterior. Servet Editorial. España 2005 Slatter D.: Textbook of small animal surgery. Third edition. Saunders. USA 2003 Thrall D. E: Tratado de diagnostico radiológico veterinario. Editorial Intermédica. Quinta edición. Argentina 2009 Tobias, K.M.: Manual of small animal surgery, Wiley-­‐ Blackwell. USA 2010 Tobias, K.M, Johnston,S.A; Veterinary Surgery Small Animals, Saunders, USA 2012