0056-2010

Anuncio
CREDITO, REDENOMINACION, UPAC, UVR
Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. M. P. Arturo Solarte Rodriguez. Sentencia
del 29 de enero de 2010. Referencia 1100102030002010-00056-00.
Síntesis: La acción constitucional se dirige contra la sentencia que resolvió la segunda
instancia del proceso ejecutivo que el establecimiento de crédito accionante entabló en el
sentido de revocar la decisión adoptada por el Juzgado con fundamento en que existe una
desarmonía entre el título ejecutivo presentado con la demanda, un pagaré, cuya obligación
tiene por objeto pagar una cifra determinada en UPAC, mientras que las pretensiones de la
demanda reclaman el pago coactivo de otra en UVR. Encuentra la Corte que en la señalada
actividad jurisdiccional se incurrió en un proceder susceptible de protección tutelar, pues
apoyaron la inviabilidad de la acción ejecutiva en reflexiones que soslayan lo previsto por el
artículo 38 de la Ley 546 de 1999, así como lo plasmado en los elementos de persuasión
aportados al proceso y que era preciso examinar para emitir el respectivo pronunciamiento
judicial.
«(…)
CONSIDERACIONES
1.
Es preciso reiterar, como punto de partida, que la acción de tutela es un mecanismo
particular establecido por la Constitución Política de 1991 para la protección inmediata de los
derechos fundamentales de las personas, frente a la amenaza o violación que, en cuanto a
ellos, pueda derivarse de la acción u omisión de las autoridades públicas o de los particulares,
sin que se constituya o perfile en una vía sustitutiva o paralela de los medios ordinarios de
defensa que la misma norma superior y la ley consagran para la salvaguarda de tal clase de
derechos.
Igualmente que, en línea de principio, el amparo no se abre paso respecto de providencias o
actuaciones judiciales a no ser que en ellas se hubiere incurrido en un proceder arbitrario, a la
par que ilegítimo, o desconectado del ordenamiento jurídico, si no es posible removerlo a
través de los medios ordinarios previstos en la ley, esto es, “...siempre que el afectado no
posea otro medio de defensa judicial para obtener su restablecimiento” (sent. de 11 de mayo
de 2001, exp. 0183), pues, en tal circunstancia, es pertinente que el juez constitucional actúe
con el propósito de conjurar el agravio que con la actuación censurada se haya podido causar a
las partes o intervinientes en el proceso.
2.
La presente acción constitucional se dirige contra la sentencia de 13 de octubre de
2009, que resolvió la segunda instancia del proceso ejecutivo que el establecimiento de crédito
accionante entabló contra los señores (…) y (…), en el sentido de revocar la decisión adoptada
por el Juzgado Treinta Civil del Circuito de Bogotá y “negar in integrum las pretensiones de la
demanda” incoada, con fundamento en que existe “una desarmonía entre el título ejecutivo
presentado con la demanda, un pagaré, cuya obligación tiene por objeto pagar una cifra
determinada en UPAC, mientras que las pretensiones de la demanda reclaman el pago
coactivo de otra en UVR [y] si bien la conversión a esta última unidad de cuenta operaba por
ministerio de la ley; para darle claridad a sus aspiraciones procesales correspondía al actor
explicar las operaciones verificadas para la redenominación, acreditar idóneamente de donde
surgen las cifras que en UVR depreca” (fls. 95 y 96).
Precisado lo anterior, encuentra la Corte que, efectivamente, en la señalada actividad
jurisdiccional se incurrió en un proceder susceptible de protección tutelar, pues lo cierto es que
los funcionarios acusados apoyaron la inviabilidad de la acción ejecutiva materia de análisis,
en reflexiones que, en puridad, soslayan lo previsto por el artículo 38 de la Ley 546 de 1999,
así como lo plasmado en los elementos de persuasión aportados al proceso y que era preciso
examinar para emitir el respectivo pronunciamiento judicial.
En efecto, la Sala de Decisión competente al examinar en concreto los requisitos que, en
relación con el título ejecutivo, reclama el artículo 488 del Código de Procedimiento Civil,
consideró que aunque con la demanda se acompañó el pagaré No. 85553-5 que los
demandados otorgaron por $25.397.071, equivalente en su momento a 2435.3639 UPAC, el
banco pretende recaudar 9660.6775 UVR como cuotas vencidas, y 474544.6202 UVR por
concepto de capital acelerado, simplemente con base en “el comentario del actor” acerca de
que se verificó la correspondiente redenominación del crédito, “pues no milita un soporte
documental de tal operación (…) para la fecha del desembolso del crédito”, ni se aportó
tampoco “constancia acerca del saldo del crédito en UPAC, para el 31 de diciembre de 1999”
(fls. 94 y 95).
Examinado lo anterior, resulta claro que el Tribunal determinó la imposibilidad de que la
ejecución continuara, a partir de exigir la presentación de unos soportes de carácter
documental que en manera alguna se requieren para formular unas pretensiones coercitivas
con fundamento en un título valor que, por registrar las señaladas características, ha de regirse
por lo establecido en el artículo 38 de la Ley 546 de 1999 que dispone que “todas las
obligaciones expresadas en UPAC se expresarán en UVR, según la equivalencia que
determine el Gobierno Nacional”, actividad en la que se inobservó, igualmente, que en la
demanda que dio origen al proceso ejecutivo, así como en el escrito con el que se corrigieron
los motivos que soportaron la inadmisión del citado libelo, la entidad demandante de manera
expresa, detallada, y con fundamento en la fórmula que dio a conocer, explicó la forma como
se llevó a cabo la redenominación de la correspondiente obligación dineraria de UPAC a
UVR, labor respecto de la cual la misma parte ejecutada, al ejercer el derecho de defensa,
manifestó su conformidad, puesto que directamente indicó que dicho proceder “estaba de
acuerdo con la ley” (fls 31 a 40 y 69 a 71).
Lo anteriormente señalado conduce a que se constate una efectiva vulneración del derecho
fundamental al debido proceso de la entidad bancaria accionante y a que se le cercene el
derecho de acceso a la administración de justicia, toda vez que por la inadvertencia que se ha
mencionado, consistente en inaplicar el señalado precepto para reclamar un elemento de
prueba que la ley en parte alguna prevé, se desestimó la ejecución instaurada para hacer
efectiva la deuda incorporada en el título valor allegado con la correspondiente demanda de
cobro coactivo.
La Corte precisa que lo relacionado con el monto de la prestación dineraria que efectivamente
adeudan los demandados por concepto de capital e intereses, es un asunto que deberá
examinar el Tribunal a partir de lo que revelen los elementos probatorios legalmente allegados
al proceso, campo en el que, entonces, no puede adoptarse determinación alguna, dado que se
trata de una temática que por ahora el Tribunal no ha abordado, en cuanto que su actividad,
como quedó visto, se concentró en el examinar los requisitos formales del titulo ejecutivo.
3.
Se impone, entonces, para poner a salvo los derechos reclamados, ordenar que los
acusados, en punto al recurso de apelación que interpusieron los ejecutados (…) y (…) contra
la sentencia dictada por el Juzgado Treinta Civil del Circuito de Bogotá, en el proceso
ejecutivo que les entabló la entidad financiera accionante, luego de dejar sin efecto la decisión
materia de la censura, adopten la providencia judicial que corresponda, teniendo en cuenta lo
expuesto en precedencia.
DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley, CONCEDE el amparo
constitucional incoado por el (…). a través de la acción de tutela a que se refiere esta
providencia, respecto de la decisión que profirió la Sala Civil del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá el 13 de octubre de 2009, en el trámite del recuso de apelación
interpuesto por los señores (…) y (…) dentro del proceso ejecutivo que aquélla entidad les
promovió en el Juzgado Treinta Civil de Circuito de Bogotá.
ORDENA, en consecuencia, a la Sala Civil del Tribunal Superior del Distrito judicial de
Bogotá, integrada por los Magistrados (…) y (…) que, en el término de cuarenta y ocho (48)
horas, contadas a partir de la fecha en que se reciba del respectivo Despacho el expediente,
tras dejar sin efectos la mencionada decisión, examine en forma integral las circunstancias que
resultan necesarias para resolver la segunda instancia del citado trámite coercitivo, teniendo en
cuenta las consideraciones contenidas en la parte motiva de esta providencia.
Devuélvase a la oficina judicial de origen el expediente que fue suministrado a la Corte para
resolver la acción de tutela propuesta.
Comuníquese telegráficamente lo aquí resuelto a las partes. En oportunidad, remítase el
expediente a la Corte Constitucional para que asuma lo de su cargo.
(…).»
Descargar