Jesús Calma la Tormenta – Marcos 4:35-41

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Lección 24 ‐ Historias para vivir ‐ Jesús Calma la Tormenta Jesús Calma la Tormenta – Marcos 4:35‐41 En la lección anterior vimos a Jesús conversando con Nicodemo y explicando que el nuevo nacimiento era una experiencia espiritual. Tambien hemos visto a Jesús sanando y salvando a individuos como el paralítico y el ciego. Claramente, Jesús demostró su poder para perdonar pecados y su poder sobre las enfermedades y que la relación íntima con Dios no dependa de una religión de reglas y tradiciones humanas. La historia de hoy la encontramos en la Biblia en los libros de Mateo, Marcos y Lucas. Hoy, nos enfocaremos en el relato que encontramos en Marcos capítulo 4, versículos 35 hasta el 41. En esta lección veremos el poder de Jesús sobre la naturaleza. Relato: Un día al anochecer, Jesús subió a una barca con sus discípulos para cruzar el mar de Galilea. También partieron otras barcas para acompañarlo. El mar era bien grande y mientras navegaban, Jesús se durmió. De repente llegó una tormenta sobre el mar de modo que la barca comenzó a inundarse y estaban en un gran peligro. Mientras tanto, Jesús estaba en la popa de la barca durmiendo. Los discípulos temieron por sus propias vidas y, en su desesperación, despertaron a Jesús gritando, “! Maestro! ¡Maestro!¿no te importa que nos ahoguemos?” Jesús se levantó y reprendió al mar y al viento diciendo, “¡Silencio! ¡Cálmate!” El viento se calmó y todo quedó completamente tranquilo. Cuando todo estaba en completa calma, Jesús habló a sus discípulos preguntandoles, “¿Por qué tienen tanto miedo? ¿Todavía no tienen fe?” Pero ellos se asombraron y se preguntaban el uno al otro, “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?” Preguntas: Durante la tormenta en aquel día, ¿quiénes estaban en la barca? Aunque otras barcas partieron con ellos, cuando llego la tormenta parece que solamente Jesús y sus discípulos estaban en la barca. ¿Por qué se levantó una tormenta tan grande sobre el lago justo cuando ellos estaban navegando? Realmente nadie sabe. Puede ser que no era nada fuera de lo común porque en el mar las tormentas fuertes son muy continuas. También, podría ser que esta tormenta era otro esfuerzo de Satanás para tratar de destruir al Hijo del Dios. En verdad no podemos decir con certeza la causa de la tormenta. Es igual en la vida diaria, cuando se levantan las tormentas por dificultades o pruebas, muchas veces no podemos adivinar la causa. De todas maneras, lo que si es seguro es que, como Jesús utilizó la ocasión para enseñar, asegurar, y mostrar quien era, Él es capaz de hacer lo mismo hoy en día atrevez de las tormentas y pruebas en nuestra vida. A nadie le gusta las tormentas en la vida pero Jesús es capaz de usarlas para enseñarnos grandes cosas. Entonces, ¿Por qué se atemorizaron los discípulos de la tormenta? En breves palabras, los discípulos se olvidaron quien estaba en la barca con ellos. Estaban en una gran lucha contra la tormenta y estaban tan enfocados en la tormenta que se habían olvidado que Dios ve todo, sabe todo y tiene cuidado de los suyos. No había nada más en que pudieran confiar pero se olvidaron del poder de Jesús. © Radio Ondas de Esperanza 2011 Lección 24 ‐ Historias para vivir ‐ Jesús Calma la Tormenta ¿Piensan que los discípulos estaban trabajando duro? Sin duda hicieron todo lo posible para salvar sus vidas. Como hablamos antes, parece que todo su enfoque estaba en la tormenta. Entonces, por supuesto estaban luchando con todo su esfuerzo e inteligencia para salvar sus vidas. Me imagino que lucharon un largo tiempo y gastaron toda su fuerza antes de clamar a Jesús. Así somos nosotros como seres humanos, luchamos duro para sobrepasar las tormentas y pruebas de la vida. Gastamos toda la fuerza e intentamos todas las opciones y nos metemos en mayores problemas Al final, cuando no aguantamos más y no tenemos otro recurso, clamamos al Señor. En el caso de los discípulos, ¿pudieron salvarse através de su propia fuerza? Claro que no. Era imposible. Hemos visto lo mismo en varias historias del Antiguo Testamento. vimos en la historia de Noé que era sólo atravez de Dios que Noé se salvo del diluvio. También en la historia de Sodoma y Gomora aprendimos que LOT sobrevivió solamente porque Dios envió dos ángeles para llevarles de la mano fuera de la ciudad. También hemos visto un ejemplo espiritual, que los Israelitas, atravez de sus ritos y tradiciones religiosas, tampoco pudieron salvarse de sus pecados. Es lo mismo en nuestra vida diaria y nuestra vida espiritual. Tampoco nosotros podemos salvarnos en forma física ni podemos salvarnos de nuestros pecados por nuestros propios esfuerzos. Pero, cuando Jesús se levantó y reprendió al mar y al viento, se calmó y todo quedó completamente tranquilo. ¿Por qué? ¿Por qué le obedecieron a Jesús el viento y el mar? Porque Jesús y Dios son la misma persona. Dios es él que creó el viento y el mar. La naturaleza no obedece a otras personas sino sólo a Dios. Como aprendimos antes, Dios es todo poderoso entonces no existe algo de la naturaleza que Él no pueda controlar. Por eso Jesús podía dormir tan profundamente en la tormenta. El tuvo completa confianza en el cuidado y el poder de su Padre celestial. Nosotros podemos tener la misma confianza cuando vienen las tempestades en nuestras vidas si ponemos nuestra fe en Jesúcristo como Salvador. Por último, sí usted hubiera estado en la barca, ¿qué hubiera hecho? La respuesta es personal y cada uno respondería un poco diferente. Lo mas sabio es clamar al Señor desde el principio. La verdad es que nosotros ya estamos en nuestra barca de la vida. Nuestra barca es pequeña, y las olas pueden ser grandes en el mar de la vida. La mayoría luchan con todo el esfuerzo, e inteligencia para salvar sus vidas física y espiritualmente pero siguen hundiendose porque no tienen a Cristo en la barca de su vida. En cambio, él que pone su fe en Cristo puede tener completa confianza en el cuidado y el poder de su Padre celestial. Sí, va a pasar por las tempestades de la vida, con Cristo, puede estar seguro que el viento y las tempestades pasarán y no lo destruirán. Es impresionante ver, en Jesús, un Dios todopoderoso que puede controlar la naturaleza pero aun es mas impresionante ver un Dios de compasión que cuida a los suyos. En la próxima lección estudiaremos acerca de Jesús y su poder sobre las fuerzas espirituales malignas. Antes de estudiar acerca de la liberación de un endemoniado, les anímo leer de antemano en su Biblia, Lucas capítulo 8, versículos 26 hasta el 39. © Radio Ondas de Esperanza 2011 
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