Aperturistas, si. Oportunistas, no Se ha publicado en M adrid el número 1 de una nueva revista. SISTEMA, edi­ tada por el Instituto de Técnicas So­ ciales de la Fundación Fondo Social U niversitario, presenta un selecto car­ tel de colaboradores, de cuyas buenas intenciones dem ocráticas, en la línea del catolicism o liberal-conservador, es garantía el nom bre del presidente, Joaquín Ruiz Giménez. Según nos dice en su presentación, SISTEMA se propone „un tratam iento serio, riguroso y objetivo de los temas en ella abordados“ , que son prefe­ rentem ente de sociología, ciencia po­ lítica, filosofía, metodología, historia social, etc. Sus vuelos se remontan a esferas intelectuales demasiado ele­ vadas por la personalidad científica de sus colaboradores, en su mayoría catedráticos de Universidad, em inen­ tes en sus materias. De todos los artículos, muy buenos, profundos y eruditos, nos ha llam ado especial­ mente la atención el de Luis García San Miguel, de la Universidad Com­ plutense de M adrid. En dicho artículo, quizá el más asequible para form a­ ciones generales, y el más actual para quien siga de cerca los temas p olíti­ cos españoles del momento, García San Miguel realiza un acertado aná­ lisis de las diversas fuerzas que in­ ciden desde el poder, e Incluso fuera del mismo, en la vida política de España. San Miguel apunta que lo que por sim plificación llamamos „ré ­ g im en“ no es el bloque m onolítico aparente en el e je rcicio del poder hacia afuera, sino que en el seno del sistema de Franco influyen diversas corrientes, tan opuestas, dentro de la común postura autoritaria, como pue­ den ser la Falange o el Opus. Tam­ bién puede hablarse de un ala extre­ ma, centro y liberal entre los com po­ nentes del gobierno, anotando el autor la necesaria m atización en este contexto del térm ino „lib e ra l“ . Muy acertadas, por lo demás, las observa ciones acerca del Opus y de su argu­ mento, tan a menudo esgrim ido, de que el Opus no es una organización política. Muy interesante es el apar­ tado en que se introducen los té rm i­ nos evolucionistas, inmovilistas e ¡nvolucionistas. Los prim eros, podrían subcatalogarse en dos grupos: evo­ lucionistas desde el propio sistema y evolucionistas fuera de él, to lera ­ dos y no tolerados. A la categoría de los inm ovilistas, que no desean que las cosas cambien, ni en un sentido EXPRES ESPAÑOL / Marzo 1973 ni en otro, García San Miguel añade el „in vo lu c io n is ta “ que sería el que pretende evolucionar hacia atrás, hacía los orígenes del régimen en Julio de 1936. Com únm ente se viene designando a estos últim os como „u ltra s “ : Blas Piñar e Iniesta Cano, por citar solo un par de nombres pertenecerían a esta categoría, apun­ tamos nosotros. Todos los caminos son validos R efiriéndose a la oposición, en ella San Miguel ve, en su mayoría, refor­ mistas, dentro y fuera de la legalidad, y aunque no lo explícita, creem os aquí mentalm ente incluidos a los socialdem ócratas e Incluso com unistas españoles ortodoxos, que, aun recha­ zando el régimen desde su raiz, y aspirando a su derrum bam iento, no desean recu rrir para ello a métodos revolucionarios violentos. García San Miguel, con bastante acierto, no con­ cede demasiada efectividad en el actual contexto español de fuerzas a las posturas revolucionarias. Como ejem plo típico cita la ETA. Puede llegar a inquietar al sistema, pero sus posibilidades de derribarlo por la acción directa armada son escasas, dados los medios de defensa de que el régimen dispone (Ejército, policía, m ovilización de los medios de com u­ nicación social, etc.). A otros revolu­ cionarios, García San Miguel los pondría entre com illas, teniéndoles por „re fo rm is ta s “ que en la im pacien­ cia recurren al extrem ism o verbal. García San Miguel, con la honradez del intelectual critico , deja sentado desde un com ienzo que „p o r el mo­ mento, las posibilidades de cambio realm ente existentes, y no sim ple­ mente deseadas o temidas, se dan en el sistema m ism o". En una aprecia­ ción analítica de las actuales circu ns­ tancias del Poder en España, al a rti­ culista le parece poco m enos que im­ posible un cam bio desde fuera del sistema. Los límites de un cambio, situados hipotéticam ente en la pers­ pectiva hacia un sistema distinto, parecen a G. San Miguel, en su posi­ bilidad extrema, un sistema co nsti­ tuido por la dem ocracia capitalista, es decir, del tipo de los actualm ente establecidos en el mundo llamado occidental. Para G. San Miguel que­ dan analíticam ente excluidas otras hipótesis, como por ejem plo „la d ic­ tadura del p roletariado". Como no era difícil adivinar, siguien­ do la línea de pensam iento del a rti­ culista, él se sitúa personalm ente en el grupo de los evolucionistas, que creen poder conseguir un máximo dentro del mínímo de oportunidades, actuando dentro de la legalidad, em­ pujando desde dicha posición cons­ tantem ente al sistema hacia el límite de su elasticidad (tolerancia o intole ­ rancia), bien en la prensa (cita la efectividad de YA o de „In fo rm a cio ­ nes“ en com paración con el panfleto clandestino), bien en otras acciones de la vida so ciopolítica cotidiana. Aquí podríam os hacer observar a Gar­ cía San Miguel que el régimen de­ muestra tener límites de elasticidad muy estrechos, y que, como un hueso calcinado, poco se deja estirar, sin peligro de quebrarse. De ahí que el régimen u tilice los esfuerzos, que no le resulten peligrosos, de los evo­ lucionistas en la legalidad, para darse a su costa un aspecto de liberalism o y de dem ocracia de puertas para afuera, sin co rrer ningún riesgo. La efectividad de dichos esfuerzos viene, además, m edida por la réplica del régimen, así como por el mayor o m enor distanciam iento en que el régimen sitúa a los evolucionistas con respecto a los polos de la legalidad y la ilegalidad. Un ejem plo claro; y reciente, las elecciones para la ¡unta de gobierno en el C olegio de Aboga­ dos de M adrid. Tendencias o esfuer­ zos en la legalidad, que lleguen a ser dem asiado efectivos, y por ende, peli­ grosos, son em pujados por el propio régimen al campo de lo ileqal (por ej.: frecuentes secuestros de la revis­ ta CUADERNOS PARA EL DIALOGO). Por lo tanto, muchos de los que hoy se encuentran en la ilegalidad, no lo están por considerar esta postura pre­ dilecta, sino porque la leqalidad del régimen está en sí viciada de ileg ali­ dad. si utilizam os estos térm inos no en el sentido de la legalidad intrín ­ seca que se atribuye a sí mismo el propio régim en, sino partiendo del principio de leqalidad que inspira la acción social y política de las m is­ mas tendencias, prohibidas en Espa­ ña. en el resto de la Europa dem o­ crática. Resumiendo: un acertado artículo el de Luis García San Miguel, con un correcto análisis que perdería un tanto de su pesimism o crítico si no fuera excluyente: todos los caminos conducen a Roma, podría decirse, con tal que todos deseen ir a la m is­ ma Roma: que en este caso es Europa. Manuel Moral 13