TEXTO VIDEO RELACIÓN La relación sobre la vida del Instituto narra su crecer y operar entre luces y sombras. Narración en la que se entrelazan y se sintetizan seis años de camino. El icono de Pentecostés y la casa están en el horizonte. «Continuidad y novedad son los dinamismos que atraviesan la Programación 2009-2014, junto a la categoría del encuentro y la convicción de que el amor 'es mayor que todo", como leemos en el himno a la caridad de S. Pablo (cf. 1 Cor 13,1-13). El amor es también el dinamismo que impregna el Sistema preventivo [... ]Por esto, en el sexenio nos hemos comprometido a reavivar la identidad carismática: una identidad abierta y profética en el mundo de hoy, donde queremos estar presentes, como comunidad, con la audacia del da mihi animas cetera tolle». El camino de los seis años se ha enriquecido con los documentos del magisterio del Papa Benedicto XVI y del Papa Francisco, de los del Rector Mayor, de los aniversarios y eventos que han marcado la vida del Instituto. El tema del amor y la misericordia puntualizados por los dos Papas ha potenciado las convicciones presentes en las llamadas a los caminos de conversión expresadas en el CG XXII y la sucesiva programación del Consejo general. Después de expresar su gratitud a las Hermanas del Consejo General, a las Inspectorías y a cada hermana, a las Comunidades Educativas y a los diversos grupos de la Familia Salesiana, la Madre ofrece una visión general de la presencia numérica de las FMA y sobre las obras en los diferentes continentes. Las FMA, al 31 de diciembre de 2013, son 12.959 con una disminución respecto al Capítulo pasado, debido principalmente a la disminución de las profesiones religiosas. «Agradezco a las Inspectorías y a las comunidades por haber acogido con gratitud la propuesta del CG XXIII y las líneas para la animación del Consejo general; por la apertura de corazón hacia mi persona, hacia la Vicaria, las Consejeras Visitadoras y las Consejeras de los Ámbitos. En cada ocasión la resonancia ha sido positiva y estimulante. Agradezco a las comunidades, siempre sensibles al compromiso de estar cerca de los pobres para escuchar su grito, que hoy se eleva también desde lugares geográficos y existenciales que hace un tiempo eran considerados confortables. La misión en la comunidad, aun con la disminución de fuerzas en algunos contextos, está siempre atenta a las exigencias y a las pobrezas de los jóvenes. La creatividad es muy grande en todo el mundo». Después de la parte introductoria de la Madre, la Vicaria y las Consejeras de los Ámbitos presentan los procesos transversales relativos a la Programación del Consejo que se han centrado en el acompañamiento, el hacer experiencia, el sentido de pertenencia al Instituto y a la comunidad eclesial en camino. Se ha cuidado la dimensión mariana, la mentalidad de proceso, tratando de actuar la coordinación entre los Ámbitos y la sinergia dentro del Consejo y en colaboración con las Consultoras. La formación, la comunicación, la inculturación y la interculturalidad, la solidaridad en la atención a los más pobres, el voluntariado, la ecología, han hecho de telón de fondo a los diferentes caminos. A continuación, las Visitadoras dan su aportación de lectura de la vida de las comunidades y la Secretaria general repasa los pasos hechos por la Secretaría y el Archivo general en este sexenio. Antes de concluir, la Madre focaliza algunos elementos que necesitan ser fortalecidos. Una casa para expresar la identidad "Se advierte la exigencia de ser casa de puertas abiertas donde testimoniar en el cotidiano el absoluto de Dios viviendo como personas enamoradas de Jesús. Nuestras comunidades serán proféticas si viven y comparten la identidad mística, fundada en sólidas raíces carismáticas. (...) Estamos llamadas a expresar hoy la identidad de mujeres consagradas que inciden no por la eficiencia, sino por la pasión de un corazón enamorado". Una casa abierta a la comunión El Espíritu Santo simplifica y crea relación, da dinamismo de novedad a la casa, abre a la profecía de la fraternidad, del espíritu de familia, del apoyo mutuo. Despierta el testimonio de la fuerza humanizadora del Evangelio y abre a la misericordia, a la hospitalidad, a la interculturalidad, a vivir con alegría de pobres; nos hace disponibles a acoger a los jóvenes más pobres. (...) Nos provoca la urgencia de ser comunidades vocacionales que son "memoria de Dios" y son capaces de despertarla en el corazón de los demás. Una casa en salida misionera El impulso del da mihi animas cetera tolle exige hoy una conversión pastoral auténtica, para que los jóvenes vuelvan a ser, como indica el Papa Francisco, no sólo nuestra preocupación, sino nuestra principal ocupación pastoral. Esto nos desafía a construir una casa en salida misionera que testimonia y anuncia a Jesús con los jóvenes y para los jóvenes, especialmente los más pobres, en un mundo que tiene sed de Él y de su Evangelio. (...). Sentimos la urgencia de priorizar, en cada relación, la cultura del encuentro en un clima de alegría y de esperanza". Una casa con rostro mariano "La casa que estamos comprometidas a construir tiene un rostro mariano en el que prevalecen actitudes de maternidad, de servicio, de autenticidad, de genuina humanidad y caridad. Una casa con un rostro mariano potencia la libertad del don, exhorta al compromiso de promover la vida y su dignidad, de estar al lado de las mujeres jóvenes, especialmente en los lugares donde son explotadas, humilladas y discriminadas" Una casa siempre en construcción "Nuestra casa es una cantera abierta en la que el Espíritu Santo edifica, orienta a una profunda formación espiritual, intelectual, comunitaria y apostólica, guía a la autoformación, da luz para una mejor calidad de las propuestas formativas ordinarias y extraordinarias”. El espíritu de Dios habita nuestra casa... y la hace misionera!