“pretensiones de validez” de nuestras actuaciones lingüísticas. Además de necesitar ir aperados de nociones fundamentales de la teoría Habermas-eana como “conocimiento e interés” y las “pretensiones de validez”, para intentar esta aproximación a la teoría de la “acción comunicativa” se exige tener alguna claridad sobre los conceptos de Acción, Racionalidad, Acción Racional, Acción Racional Intencional. Corresponde entonces empezar por enfrentarnos ante los conceptos de Racionalidad y Acción para comprender el concepto de “acciones humanas”, acotando que gran parte de ellas parece repetirse por parte de los hombres dentro de unas rutinas ritualizadas y de las cuales no se tiene una comprensión racionalizada, según los dos criterios que dan Sentido general a las Acciones: “Orientación” y “Región del Mundo”. Acciones según su “orientación”, son aquellas acciones no sociales y sociales orientadas hacia el éxito, hacia el logro de ciertos propósitos y hacia el entendimiento y al acuerdo con otros hablantes; Acciones según la “región del mundo”, son aquellas referidas al mundo natural y a otros seres humanos. La Acción no social orientada al éxito más desarrollada es la “acción instrumental”; la Acción social orientada al éxito más desarrollada es la “acción estratégica”; la Acción social orientada hacia llegar a un entendimiento o acuerdo consensual no coactivo con el otro más desarrollada es la “acción comunicativa”. De todas las “acciones humanas”, ahora nos ocupamos de aquella “intencionalidad” (de la conciencia) de comprender al “otro”, lo que visto desde la misma Fenomenología nos exige que antes de valorar o juzgar al otro tengamos que suspender nuestro propio juicio, para poder así llegar a comprender el “mundo de la vida” del otro, mundo éste que además de su componente de realidad objetiva comprende sus contextos históricos, políticos, culturales y emocionales. Jürgen Habermas se encamina a demostrar la viabilidad de la reconstrucción racional de las condiciones universales de la razón, a la luz de una ciencia social crítica que dilucide la gramática profunda y las reglas del conocimiento preteórico. Esto es, nuestras “acciones” (humanas) sólo tendrían sentido en la medida que estuviesen orientadas hacia el entendimiento y el acuerdo con otras culturas (hablantes), puesto que no sólo necesitamos comprender al otro en su diferencia, autonomía y dignidad como interlocutor válido y legítimo, sino pensar más allá de lo que puede conocerse. Como lo racional está estrechamente relacionado con el saber o adquisición de conocimiento, Habermas precisa que, más que con éste, la “racionalidad” tiene mucho que ver con la forma en que los sujetos capaces de “lenguaje y acción” hacen uso de dicho saber, estructurado en proposiciones. Es decir, si no hay sujetos competentes lingüísticamente, si no hay comunicación o interacción, difícilmente podría hablarse de racionalidad. Nos dice Habermas que, debido a la estrecha relación existente entre saber y racionalidad, es válido sospechar que la racionalidad de una emisión o de una manifestación depende de la fiabilidad del saber que encarna; que una emisión cumple los presupuestos de racionalidad si y sólo si encarna un saber falible guardando así una relación con el mundo objetivo o con los hechos. Podemos llamar racionales a los hombres y a las mujeres, a los niños y a los adultos, a los ministros y a los cobradores de impuestos, pero no a los peces, a los sauces, a las montañas, a las calles o a las sillas; y llamar irracionales a las disculpas, a los retrasos, a las declaraciones de guerra, a lo decidido en alguna reunión, pero no al mal tiempo, a un accidente, a un premio de lotería o a una enfermedad.879 Problemática de la Racionalidad La problemática de la “racionalidad” es analizada por Habermas con base en los fundamentos racionales de la teoría de la acción, con el propósito de desarrollar un concepto de racionalidad capaz de emanciparse de los supuestos subjetivistas e individualistas que han atenazado la filosofía y teoría social moderna; es desarrollada a la luz de las teorías de la ciencia, la acción, el lenguaje y la argumentación. A partir de que las pretensiones universales de validez de la esfera cognoscitiva o del conocimiento empírico-teórico son la verdad, de la esfera del saber práctico-moral son la rectitud normativa y la justicia y de la esfera expresiva (comunicativa) o saber estético son la autenticidad y la veracidad, 879 Ibíd. Pág. 24. 984 Pragmática Antropogógica