Cinema de terror | 19 de febrer de 2015 | Horari: 21:00 h Rosemary’s baby (La semilla del diablo, 1968) Roman Polanski Sinopsi Un matrimoni de Nova York decideix instal·lar-se a un pis nou tot i els avisos d’un amic que els alerta que allà hi recau una maledicció. Aviat, Rosemary se n’adonarà de que hi ha quelcom estrany en el seu embaràs i començarà a sospitar de tothom. Fitxa artística Mia Farrow. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rosemary Woodhouse John Cassavetes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Guy Woodhouse Ruth Gordon. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Minnie Castevet Sidney Blackmer. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Roman Castevet Maurice Evans . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Hutch Ralph Bellamy. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Dr. Sapirstein Fitxa tècnica Director . . . . . . . . . . . . . Roman Polanski Guió. . . . . . . . . . . . . . . . . Roman Polanski Basat en la novel·la. Ira Levin. Productor. . . . . . . . . . . . William Castle Música Original . . . . . . Christopher Komeda Fotografia . . . . . . . . . . . William A.Fraker Muntatge. . . . . . . . . . . . Bob Wyman Vestuari. . . . . . . . . . . . . Anthea Sylvert Durada. . . . . . . . . . . . . . 136 minuts País. . . . . . . . . . . . . . . . . EUA Génesis del film Tras desautorizar el montaje de El baile de los vampiros, Polanski se sentía decepcionado con Ransohoff y con la Metro cuando recibió la llamada de un joven productor de la Paramount, Robert Evans. Quería que rodase el guión del Descenso de la muerte, pero en realidad el motivo de la llamada era otro: la lectura de una novela llamada Rosemary’s baby, escrita por Ira Levin. Polanski viajó de París a Nueva York dispuesto a no perder la oportunidad. En cuanto leyó la novela aceptó de inmediato, tal vez porque reconoció en la historia algunas constantes de su cine, especialmente de Repulsión. El proceso de producción fue rápido para aprovechar el tirón popular de la novela, un best seller que antes del rodaje ya había vendido más de dos millones y medio de ejemplares. Polanski escribió su primer guión en solitario (para un largometraje) en un tiempo récord. Para el papel de Guy Woodhouse se pensó en Robert Redford, Warrem Beaty, y por entonces un desconocido Jack Nicholson. Al final se optó, como solución de urgencia, por John Cassavetes. Es sumamente curioso que la solución menos pensada sea uno de los mayores aciertos, porque la actuación ambigua de Cassavetes es uno de los grandes logros de la película. Encontrar a la protagonista femenina fue igual de complicado. El papel de Rosemary iba a ser para Jane Fonda, pero al final recayó en Maria de Lourdes Villiers Farrow, conocida como Mia Farrow, una chica proveniente de la serie de televisión Payton Place. La elección de Mia Farrow fue de lo más acertada, porque en la vida real cumplía el perfil de la chica católica que encarnaba en la película. Crítica ¿Cómo definir en una frase La semilla del diablo? La más aproximada podría ser la siguiente: variación satánica del tradicional dogma cristiano de la Inmaculada Concepción. Aquí reside la fuerza del film, su subyugante credibilidad entre los más variados espectadores, sobre todo entre aquellos de origen y formación cristianos, sean creyentes o no. Si Dios pudo engendrar a Jesucristo en el vientre de una mujer, ¿por qué Satanás no podría hacer lo propio en el útero de una no-virgen como Rosemary? ¿No es tan milagrosa una inmaculada concepción como una posesión sexual? Temas tan fascinantes como estos, el sexo y el concepto del pecado, y la culpa, producto de la educación religiosa, son retazos que gravitan en el universo del film. Polanski no visualiza la presencia del Diablo, sino que la sugiere mediante sombras, sonidos, diálogos que encierran dobles sentidos y otros elementos casi siempre fuera de campo. Esa incertidumbre, de la que habla el director, se consigue no mostrando reiteradamente los aquelarres, sino dejando que ocurran fuera del campo de la cámara, ya que casi toda la confabulación de fuerzas maléficas y la demonología son elementos off screen y ello aporta esa ambigüedad a los planos y ese desasosiego del que cae preso el espectador. Se piensa siempre en la influencia de Tourneur, pero también en el realizador canadiense Mark Robson. Como todo autor que se precie, Polanski repite algunas constantes narrativas. Amplía en La semilla del diablo, un conjunto de temas que ya había expuesto en Repulsión, y que llevará hasta el extremo en El quimérico inquilino, formando una especie de tríada que se ha venido a llamar “la trilogía de los apartamentos”. Desde el inicio el espectador siente que no está viendo una película al uso, aunque no sepa bien por qué. La larga panorámica de los títulos de crédito a través de Central Park continúa en forma de “s” hasta acercarse a los tejados y acaba en un plano casi zenital del imponente edificio Dakota, acompañados por una aterradora canción infantil. La entrada en el edificio nos produce una sensación claustrofóbica nada más subir al ascensor. Éste no es un film de terror, sensu stricto, sino de suspense hitchkockiano, que es algo muy diferente. Polanski no busca asustar sino inquietar, él no cree en los efectismos, sino en crear atmósferas casi irrespirables–nuevamente uno piensa en Tourneur–. Sólo cuando el relato está ya muy avanzado se transforma en un film de terror que infunde verdadero miedo, aunque el miedo que se tiene es mayor en el recuerdo posterior que durante la proyección en si. Extret de MOLDES, Diego. Roman Polanski. La fantasía del atormentado. Ediciones JC: Madrid, 2005.