El Acorazado Potemkin Una película fundamental en la historia del cine FICHA TÉCNICA: Título original: Bronenosets Potyomkin Nacionalidad: URSS Año: 1925 Dirección: Sergei M. Eisenstein Guión: Sergei M. Eisenstein, Nina Agadjhanova Producción: Jacob Bliokh Dirección de Fotografía: Eduard Tisse Montaje: Sergei M. Eisenstein Dirección Artística: Vasili Rakhals Música: Nikolai Kryukov Reparto: Alexander Antonov (Vakulinchuk), Vladimir Barsky (Comandante Golikov), Grigory Alexandrov (Oficial Gilyarovsky), Mikhail Gomorov (Marinero Matyushenko), Levchenko (Contramaestre), Repnikova (Mujer en las escaleras), Marusov (Oficial), Alexander Lyoshin (Oficial mezquino), Beatrice Vitoldi (Madre con carrito de bebé), I. Bobrov (Soldado humillado) Duración: 80 min. (B/N) Estudio: TBA SINOPSIS: En junio de 1905 Rusia sufre las sacudidas de la fiebre revolucionaria. El acorazado de la flota del Zar “Príncipe Potemkin de Táurida” se encuentra fondeando frente al puerto de Odessa. Dos marineros de la tripulación incitan a sus compañeros a sumarse a la revolución. Después de una dura batalla consiguen apoderarse del barco. Toda la población de Odessa desfila en el muelle, en señal de dolor por los marineros muertos, y dan víveres a los rebeldes. El almirantazgo ordena al ejército cargar contra el pueblo, provocando una matanza a la cual responderá el acorazado Potemkin, gobernado por los rebeldes, luchando contra toda la escuadra del Zar. HOJA INFORMATIVA Nº 83 Octubre 2005 COMENTARIOS: Sergei Mikhailovich Eisenstein nació en Riga, Latvia, en 1898 en la entonces Rusia zarista y murió en Moscú, en Febrero de 1948, a los cincuenta años, bajo la tiranía de Stalin. Esta película es la segunda de este director. Potemkin, como se llama en ruso, es la historia de uno de los tantos episodios trágicos de la revolución popular de 1905 que se llevó a cabo en su país, como respuesta a los abusos de los zares. Fue un encargo del gobierno de la revolución para conmemorar los hechos acaecidos, por lo que suponemos un cierto condicionamiento a la hora de contar, de hecho existen críticos que no le perdonan ese servilismo de su arte. De hecho, lo que se cuenta en ella, salvo la rebelión de los marineros del acorazado en el puerto de Odessa, no sabemos si fue verdad o invento. Aunque así sea, Eisenstein pone al servicio de su buen hacer cinematográfico un juego de luces y contrastes que es un placer contemplar. A través de esos juegos y las expresiones de gravedad de los actores, las escenas que se nos cuentan son lógicas, hiladas con gran coherencia por lo que la historia es de gran dramatismo. La escena de la matanza por los soldados en las escaleras de Odessa es un ejercicio de cine que marcó una pauta para tratar la fuerza del ejército y así lo han venido haciendo muchos directores en sus películas, no sólo de guerra como El Puente Sobre el Río Kwai (David Lean, 1957), para demostrar la ferocidad de los nipones, sino en películas del Oeste, con grandes directores como Ford que fotografiando las botas de los soldados a caballo, indicaba la ferocidad del momento. Otra escena memorable en las mismas escaleras es la del bebé en el carrito que se desploma, inevitablemente hacia el abismo, en una toma larga, para que la angustia del momento entre en el espectador. Recuerden la escena de la estación de tren de Los Intocables de Elliot Ness (Brian de Palma, 1987), pero en esta película el fantástico Kevin Costner se juega la vida y salva al bebé, momentos distintos de la historia y lugares geográficos diferentes. La manera de darnos a entender que el sufrimiento era lo que tenían aquellos ciudadanos, bajo la bota de los dictadores es un canto al derecho de los pueblos a rebelarse y vivir como desean (Lenin dixit). Coherente con el encargo de ensalzar la revolución rusa, Eisenstein se sale de los pasos estrictos de la historia para recrearse en su arte y lo hace muy bien. Esta película está considerada una joya del arte cinematográfico, sin embargo a Europa llegó en los años cincuenta y si vamos a España, se pudo visionar en los cines vanguardistas en los sesenta. Recuerden que en España había una dictadura que no amaba la cultura. Como decíamos, El Acorazado Potemkin fue la segunda película de Eisenstein (tras La Huelga, 1924, y antes de Octubre, 1927), y está considerada, no sólo como su obra maestra, sino también como uno de los máximos logros del cine mudo. El director soviético, quien concibió el filme en un guión de una sola página, pretendía que Potemkin fuera parte de una serie de ocho películas orientadas a narrar la mayor parte de las acciones revolucionarias. En los años veinte, un conjunto de jóvenes cineastas soviéticos, entre los que se encontraba Eisenstein (deudor declarado de Griffith), intentaban construir una teoría fílmica sobre la que sustentar sus producciones. En ese sentido, con el El Acorazado Potemkin, Eisenstein sienta algunas de las bases del lenguaje cinematográfico y el montaje (recordemos el uso alternativo de imágenes fuertemente contrastadas –escenas de ganado sacrificado junto con escenas de trabajadores fusilados por soldados zaristas– que hizo Eisenstein en La Huelga, para suscitar intensas reacciones emocionales entre los espectadores) a través del uso paralelo de primeros y medios planos, sin apenas movimientos de cámara, para crear un tiempo y un espacio artificial que contribuye al elemento dramático de la acción. Un estudio detallado de los planos revela cómo se utiliza el primer plano para destacar una serie de personajes, a los que el director diferencia de la masa, con los que el público acaba identificándose. Asimismo, a través del encuadre (una herramienta quizá más sutil que el montaje), Eisenstein incide en la idea de la maldad de los soldados zaristas o de los oficiales del Potemkin, mostándolos siempre sin cabeza, a través de sombras aterradoras, en suma, deshumanizándolos. Por todo ello, pese a ser un trabajo “propagandístico”, El Acorazado Potemkin es una clase magistral sobre el montaje, el movimiento de la cámara y la narración. Eisenstein entró en Europa donde conoció a Joyce, Cocteau, Abel Gance, Marinetti, Einstein, Le Corbusier y Gertrude Stein. En 1930 llegó a EEUU donde se hizo muy amigo de Chaplin y ambos hicieron un proyecto para una película sobre la historia trágica de ese país pero pareció difícil y arriesgado. A la vuelta a su país fue “invitado” a ensalzar otros hechos históricos de su país como la revolución contra las invasiones alemanas del siglo XIII o la historia de Iván el Terrible. Eisenstein pudo realizar su cine pero fue criticado por esa visión particular que no era del agrado del gobierno revolucionario y menos de Stalin, por lo que fue perseguido, quizá zá fue lo que desencadenó que muriera joven de un ataque cardíaco, debatiéndose entre su país admirado y los resultados de una revolución no del todo gloriosa. Que disfruten de esta maravilla.