Aspirante al Título de Especialista en Clínica Médica María Quillén López Jové Carrera de Especialización en Clínica Médica. Universidad Nacional de La Plata Sede Policlínico Neuquén Neuquén, Año 2011 Trabajo Final: Proyecto de investigacion Morbimortalidad y factores pronósticos de hemorragia subaracnoidea en una unidad de terapia intensiva. INTRODUCCIÓN La hemorragia subaracnoidea (HSA) corresponde al sangrado producido directamente dentro del líquido cefalorraquídeo que rodea al cerebro y a la médula espinal (1). Está comprendido en la Clasificación Internacional de Enfermedades, décima revisión (CIE-10), dentro de las enfermedades del sistema circulatorio: enfermedades cerebrovasculares, con el código I60, dividiéndose en subcategorías según la localización (2). Las enfermedades cerebrovasculares se encuentran entre la tercera y quinta causa de muerte a nivel mundial (3), los cuadros hemorrágicos corresponden al 20%, y de éstos el 50% corresponden a hemorragia subaracnoidea (4). La mayor letalidad corresponde a los cuadros hemorrágicos (3). La HSA por rotura aneurismática se estima en 3 a 30 pacientes cada 100.000 habitantes según las distintas poblaciones estudiadas (3, 5, 6, 7), la distribución según sexo es variable en las distintas poblaciones (aunque la mayoría de los estudios lo refiere más frecuentemente en mujeres) (5, 6, 7, 8), como así también en una edad promedio de 55 años (8, 9). La mayoría de los cuadros son causados por rotura de aneurismas saculares, otras causas incluyen traumatismo, malformaciones arterio-venosas, vasculitis, disección de arterias intracraneanas, angiopatía amiloidótica, diátesis hemorrágica y uso de drogas ilegales (especialmente cocaína y anfetaminas)(4). Los aneurismas intracraneales son lesiones comunes; las autopsias indican una prevalencia en la población adulta entre 1 y 5 % (5), algunas estadísticas refieren hasta un 6,8% en la población general, que asciende a un 10,5% en aquellos con historia familiar de HSA (6); en un 20 a 30% de los pacientes se encuentran múltiples aneurismas (4). Factores congénitos y adquiridos se consideran importantes en el desarrollo de aneurismas; han sido asociados a trastornos del tejido conectivo (síndrome de Marfan, síndrome de Ehlers-Danlos, pseudoxanthoma elasticum y coartación de aorta) (10) y a riñón poliquístico. Los factores adquiridos que pueden contribuir a su formación son ateroesclerosis, hipertensión arterial y estrés hemodinámico (6). Aproximadamente del 80 a 85% se localizan en la circulación cerebral anterior (7). El riesgo de rotura depende del tamaño y la localización de los aneurismas (11), el tamaño crítico asociado con mayor probabilidad de hemorragia es de 10 mm aproximadamente (10), las variaciones dependen de la localización (11). Dentro de los factores de riesgo para el desarrollo de HSA se encuentran: hipertensión arterial, tabaquismo, etilismo severo (6) e historia de HSA en familiares de primer grado (6, 12, 13). La presentación clínica más frecuente se corresponde con un cuadro de cefalea intensa de comienzo súbito que puede acompañarse de nauseas, vómitos y síncope (6); el meningismo suele sucederse luego de algunas horas (2). La HSA no suele presentarse con signo de foco, pero puede manifestarse con parálisis del tercer par craneal (por compromiso de l arteria comunicante posterior), parálisis del sexto par (por aumento de la presión intracraneana) (11). Los casos subdiagnosticados de HSA son frecuentes debido a que no todos los pacientes manifiestan el cuadro típico y los síntomas que presentan se superponen con otras patologías prevalentes en la consulta diaria (14). 3 El estado clínico del paciente se evalúa con la escala de Hunt y Hess (15), entre otras, que se correlaciona con la severidad de la hemorragia y contempla síntomas, presencia o no de meningismo y signo de foco y estado de consciencia (4, 5, 15, 16). El diagnóstico se confirma por tomografía computada sin contraste que evidencia el sangrado con una sensibilidad del 100% en las primeras 6 horas, disminuye a un 85% y 50% a los 3 y 7 días respectivamente, limitando así el diagnóstico tardío; otra limitación la constituye la presencia de volúmenes pequeños de sangrado (7) El volumen y la localización del sangrado se correlacionan con la producción posterior de vasoespasmo y el consecuente pronóstico por medio del score de Fisher (5, 6, 17). Cuando el diagnóstico tomográfico es negativo, y persiste la sospecha clínica, se continúa con la determinación de xantocromía en líquido cefalorraquideo obtenido por punción lumbar (4). Para diagnosticar la etiología aneurismática, localizar la lesión y evaluar tratamiento se utiliza la angiografía o angioresonancia, de todos modos, en muchos casos puede no demostrar la causa y es necesario repetir el estudio posteriormente (6). Aproximadamente el 10% de los pacientes con hemorragia subaracnoidea muere antes de llegar al hospital, 25% en las primeras 24 horas (4). Presentando una mortalidad a los 28 días de 41,7%; de estos casos fatales el 37% muere en las primeras 24 horas, 60% a las 48hs y 75% en una semana (9). Las complicaciones neurológicas de estos pacientes son: resangrado, vasoespasmo e isquemia cerebral tardía, hidrocefalia, aumento de la presión intracraneana y convulsiones; las complicaciones no neurológicas más frecuentes son: hiponatremia, anormalidades cardíacas y disfunción hipotalámica e insuficiencia hipofisaria (4, 18). Otras complicaciones no neurológicas que se han determinado son anemia, hipertensión, arritmias (19) y fiebre, con influencia sobre la mortalidad (20). Ciertos trabajos demuestran la relación de hiperglucemia (21) y respuesta inflamatoria sistémica (22) o leucocitosis como factor independiente (23), en relación al pronóstico. De las complicaciones neurológicas, el resangrado y el vasoespasmo condicionan mayormente el pronóstico. El resangrado es una complicación frecuente en las primeras 24 horas, más importante en las primeras 6 horas, y hasta 72 horas después; suele manifestarse con deterioro abrupto del sensorio y se evidencia con nuevo sangrado en la tomografía, se lo relaciona más frecuentemente con un alto grado de Hunt y Hess de ingreso, mayor diámetro de los aneurismas y presencia de cefalea centinela (4, 6, 7). El vasoespasmo se produce en un 20 a 30% de los pacientes y es una importante causa de morbimortalidad a partir del tercer día, siendo más importante al séptimo día, se manifiesta por deterioro neurológico incluyendo signo de foco. La presencia de esta complicación se encuentra relacionada con la localización y la extensión del sangrado (4, 6, 7). La intervención para la reparación del aneurisma se realiza por cirugía a cielo abierto o terapia endovascular, la posibilidad de aplicar esta terapéutica a la brevedad mejora sustancialmente el pronóstico (6), la diferencia en cuanto a resultados entre las dos modalidades es variable según las distintas publicaciones (4, 6, 18). En la mayoría de los estudios evaluados se mencionan como importantes determinantes pronósticos el estado neurológico de presentación, edad, resangrado, isquemia por vasoespasmo (7, 11, 20), extensión y localización del sangrado inicial (5, 24). 4 Este trabajo se realizará para establecer estas últimas complicaciones y la morbimortalidad en los pacientes internados en la terapia intensiva de una Institución de salud, como así también determinar otras variables relacionadas con el pronóstico, que pueden ser determinadas en función de la base de datos disponibles, a los fines de lograr una aproximación a nuestros propios datos estadísticos. El objetivo del trabajo consiste en evaluar morbimortalidad y factores pronósticos de hemorragia subaracnoidea en los pacientes que ingresaron a una unidad de cuidados críticos desde junio de 2006 a junio de 2009. MATERIALES Y MÉTODO Se considerará como área de estudio la sala de médicos de la terapia intensiva (donde se encuentra la base de datos), sito en la ciudad de Neuquén capital de la provincia del mismo nombre, en el periodo comprendido entre julio de 2009 y marzo de 2010. Se aplicará en el desarrollo del estudio un análisis no experimental, retrospectivo y transversal de las historias clínicas de todos los pacientes ingresados a terapia intensiva desde junio de 2006 a junio de 2009, con diagnóstico de hemorragia subaracnoidea. Se considerará a la población, teniendo en cuenta los siguientes criterios de inclusión: pacientes mayores de 18 años de edad, de ambos sexos, con diagnóstico tomográfico de hemorragia subaracnoidea de causa no traumática. Se excluirán aquellos pacientes con diagnóstico de hemorragia intraparenquimatosa de cualquier origen, hematoma subdural o extradural y cualquier otra causa de deterioro del sensorio o lesiones ocupantes de espacio no relacionadas con la causa antes mencionada. Con respecto a los principios éticos aplicados, el acceso a la base de datos de las historias clínicas se realizará con previa autorización del jefe de servicio, respetando la confidencialidad de los datos de cada paciente. Las variables de estudio son morbimortalidad y factores pronósticos de HSA. Se entiende por mortalidad a la tasa de muertes producidas en una población durante un tiempo dado, en general o por una causa determinada; y por morbilidad a la proporción de personas que enferman en un sitio y tiempo determinado (25). Sus indicadores son: la mortalidad del paciente durante la internación, el alta sanatorial con secuelas neurológicas (signo de foco, alteración de la escala de Glasgow) (8) y el alta sanatorial sin secuelas (20, 22). El indicador de estos componentes es el registro de éstos en la historia clínica. Con respecto a factores pronósticos el término "pronóstico" hace referencia a los posibles resultados de una enfermedad y a la frecuencia con la que pueden producirse; una multitud de características en relación con la enfermedad, los antecedentes del paciente, el tratamiento o las condiciones sociales del paciente, sean conocidas o no, condicionan la evolución, estas características se denominan factores pronósticos (26). En este trabajo se toman en cuenta las siguientes dimensiones o aspectos de los factores pronósticos: Edad del paciente cuando ingresa a la unidad de terapia intensiva, cuyo indicador es el registro de la misma en la historia clínica (3, 8, 20, 22). 5 Extensión y/o localización de la hemorragia subaracnoidea objetivada en la tomografía de ingreso, de acuerdo al score de Fisher (cuadro 1, ver anexo), el indicador es, en primera instancia, el registro de tal puntuación en la historia clínica, de no encontrarse constatada se puede recurrir a la imagen tomográfica como indicador (8, 20, 22). Evaluación clínica al ingreso, de acuerdo al estado neurológico según escala de Glasgow (cuadro 2, ver anexo) (8, 20, 21, 22) y a la evaluación de signos y síntomas asociados (cefalea, meningismo, presencia de foco neurológico y estado de consciencia) según score de Hunt y Hess (cuadro 3, ver anexo). Ambas puntuaciones se encuentran registradas sistemáticamente en la historia clínica del paciente, que será utilizada como indicador (3, 20, 21). Presencia o ausencia de resangrado durante la internación, consignada como evidencia de nueva hemorragia objetivada en la tomografía de control asociada a deterioro neurológico agudo, los indicadores de ambas situaciones los constituyen la redacción de tales eventos en la historia clínica y las imágenes tomográficas en cuestión (4, 8). Presencia o ausencia de vasoespasmo, se define al mismo como vasoconstricción de la circulación cerebral generada por lisis de los productos de la sangre extravasada que se manifiesta por deterioro neurológico (incluyendo signos de foco), la misma debe ser considerada por sospecha clínica a partir del tercer día, consignada en la historia clínica, ya que la institución carece, al momento de la recolección de datos, de otros métodos específicos de diagnóstico para detectar este fenómeno; por lo tanto se utilizará la historia clínica como indicador (4, 8, 21, 22). Intervención realizada al paciente, ya sea drenaje quirúrgico (8), resolución quirúrgica del aneurisma a cielo abierto o terapia endovascular; procedimientos consignados en la historia clínica, que se utilizará como indicador (3, 8, 21, 22). Método de recolección de datos: la fuente de información corresponde a documentación y el diseño de la encuesta corresponde a historias clínicas. En la tabla 1 (ver anexo), se recolectarán los datos de las variables y sus dimensiones mencionadas precedentemente según la información consignada en la historia clínica de cada paciente, aquellas variables que fueren nominales se les asignará una codificación numérica para cada posibilidad, como así también se utilizará este recurso para las opciones dicotómicas. La evaluación de las historias clínicas con la consiguiente colecta de datos se llevará a cabo dentro de la institución (en la sala de médicos de la terapia intensiva, donde se encuentra la base de datos) en los tiempos consignados según el cronograma. La edición, carga y análisis de la información se realiza con el uso de una planilla electrónica ® (Microsoft Excel ). 6 Se aplicarán técnicas estadísticas epidemiológicas de indicadores de riesgo/pronóstico, para determinar los factores pronósticos. La evaluación de morbimortalidad se realizará mediante la utilización de estadísticos vitales epidemiológicos: tasas de mortalidad y morbilidad. El financiamiento del anteproyecto se concretará con recursos propios. Cronograma de actividades: Julio 2009 Actividades F as e 1: In tr o d u cc ió n F as e 2: M at er ial y m ét o d o s Fase 3: Res ultad os, disc usió Definición del problema Agosto 2009 del X Justificación anteproyecto del X Redacción de objetivos Identificación de la población. Criterios de inclusión, exclusión o eliminación. X Operacionalización variables. X de Diciembr e 2009 Enero 2010 Febrero 2010 X X Marzo 2010 X X Aplicación éticas. Noviembre 2009 X Tipo de diseño de Octubre 2009 X Antecedentes problema Definir área y periodo de estudio Septiembr e 2009 X normas X X Mediciones e instrumentos. Colecta de datos. X X Análisis estadístico de los datos. X Expresar los resultados, confeccionar tablas y figuras. X Relacionar los resultados con los de otros estudios. Destacar aspectos nuevos y relevantes. X X X 7 ny conc lusio nes F a s e 4: . Di v ul g a ci ó n ci e nt ífi c a Explicar el significado de los resultados. X X Justificar las conclusiones a partir de los datos. Evaluar la correspondencia entre objetivos, resultado y conclusiones. X X Trabajo final Publicación revistas de especialidad. X en la X REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1- Caplan LR. Classification of stroke. Up To Date 17.1; March 25, 2008. 2- World Health Organization. International Statistical Classification of Diseases and Related Health Problems. 10th Revision. ICD-10. http://www.who.int/en/ 3- Bembibre R, Soto A, Díaz D, Hernandez A. Epidemiología de la enfermedad cerebrovascular hemorrágica en la región central de Cuba. Rev Neurol. 2001;33:601-4. 4- Singer RJ, Ogilvy CS, Rordorf G. Etiology, clinical manifestations, and diagnosis of aneurysmal subarachnoid hemorrhage. UpToDate 17.1: January 23, 2009. 5- Brisman JL, Song JK, Newell DW. Cerebral Aneurysms. 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Lectura crítica de un artículo sobre pronóstico.12 de febrero de 2008 - Guías Clínicas 2008; 8 Supl 1: 1 www.fisterra.com/guias2/FMC/pronostico.asp ANEXO Tabla 1: Variables a evaluar. Factores pronósticos: dimensiones Paciente (Asignado con número) E d a d G l a s g o w : 3 a 1 5 H u n t y H e s s : F i s h e r : 1 Resangrado 1- si 2- no Sospecha clínica de vasoespasmo 1- si 2- no Morbimortalidad Intervención Dimensiones: 1-no se realizan intervenciones; 2drenaje quirúrgico; 3-terapia endovascular; 4- cirugía a cielo abierto. 1-Mortalidad 2-Alta sanatorial secuelas. 3-Alta sanatorial secuelas. c/ sin a 4 1 a 5 10 Cuadro 1: Score de Fisher. Grado I Sin sangre detectable. Grado II Disposición difusa de la sangre en el espacio subaracnoideo sin coágulos localizados con una capa vertical menor a 1 mm. Grado III Coágulos localizados en el espacio subaracnoideo o una capa vertical de sangre mayor o igual a 1 mm. Grado IV Sangre intraparenquimatosa o intraventricular. Cuadro 2: Escala de Glasgow. Apertura ocular (E) Respuesta verbal (V) Respuesta motora (M) Espontánea: 4 Al estímulo verbal (al pedírselo): 3 Al recibir un estímulo doloroso: 2 No responde: 1 Orientado: 5 Confuso: 4 Palabras inapropiadas: 3 Sonidos incomprensibles: 2 No responde: 1 Cumple órdenes expresadas por voz: 6 Localiza el estímulo doloroso: 5 Retira ante el estímulo doloroso: 4 Respuesta en flexión (postura de decorticación): 3 Respuesta en extensión (postura de descerebración): 2 No responde: 1 Cuadro 3: Score de Hunt y Hess. Grado I Ausencia de síntomas, cefalea leve o rigidez de nuca leve. Grado II Cefalea moderada a severa, rigidez de nuca, paresia de pares craneales. Grado III Obnubilación, confusión, leve déficit motor. Grado IV Estupor, hemiparesia moderada a severa, rigidez de descerebración temprana o trastornos neurovegetativos. Grado V Coma, rigidez de descerebración. 11 12