“Escuela de Padres on line” Colegio La Inmaculada Misioneras Seculares de Jesús Obrero (Valladolid) ¡Madre mía!… mi hija solo tiene 13 años y se comporta como si tuviera 18! Ahora caemos en la cuenta de que, desde muy pequeños, les hemos ayudado a correr antes de enseñarles a andar. No somos conscientes, pero nuestros hijos se hacen mayores con mucha más rapidez que antes. Nos hace gracia que tengan novio o novia a los 7 años, que con 5 años manejen el móvil mejor que nosotros, que quieran vestirse como el protagonista de su serie preferida o cortarse el pelo como el futbolista de moda. No es extraño, entonces, que con 12 años tengan novios casi mensualmente o se gasten la paga semanal en maquillaje. Son síntomas que admitimos con benevolencia, hasta con simpatía, como signo de que nuestros hijos se hacen mayores. Pero realmente, ¿maduran o se hacen mayores porque están sometidos a estímulos que los condicionan para que actúen y piensen como mayores? Los niños nacen con la necesidad y capacidad de adaptarse al medio. Si les ofrecemos modelos y estímulos adultos, asimilarán estos modelos y se acomodarán a ellos, saltándose etapas previas necesarias para su desarrollo. Posiblemente crecerán sin madurez, sin base sólida, sobresaturados de estímulos rápidos y cambiantes que no les dan tiempo a asimilar lo aprendido. Protege a tu hijo de un desarrollo precoz artificial. Defiende su infancia y protégela para que tenga tiempo de ser niño y asentar los aprendizajes que “le tocan” y no los que le fuerza a digerir la sociedad. “Escuela de Padres on line” Colegio La Inmaculada Misioneras Seculares de Jesús Obrero (Valladolid) Cinco ideas que pueden ayudar a nuestros hijos a crecer sin prisa: No colabores riéndole las gracias cuando habla o se comporta como un adulto. Todo lo que le refuerzas con tu atención queda aprendido con intensidad en su cerebro. No permitas a tu hijo parecer un adolescente cuando solo tiene 8 años… Reflexiona y negocia para que no sean la moda, la protagonista de su serie preferida o el futbolista de turno quienes decidan por él. Aclárale y aclárate sobre donde están los límites. A veces, somos los padres los que no sabemos hasta dónde dejar y cuándo decir “no”, ya que también estamos influidos por los mismos estímulos. Pregúntate qué tipo de infancia quieres que tenga tu hijo y si quieres permitir que tu hijo actúe “porque lo hacen todos” o, por el contrario, tienes claros ciertos puntos ante los que no vas a ceder. Ayúdale a desarrollar criterio. Enséñale a comparar, a fijarse en los detalles, a preguntarse… Desde que tu hijo es pequeño explícale, adaptándote a su edad, qué hay detrás de los anuncios, de las campañas de publicidad, de las películas… Proporciónale experiencias apropiadas a su edad, controla su tiempo de ocio y llénalo de vivencias ricas, de amigos que compartan sus intereses, de naturaleza, de actividades familiares y de deporte. Adaptación del artículo escrito por Elena Roger Gamir en solohijos.com