NACE UNA MARINA DE GUERRA (1822-1830) A las 04:45 del 27 de febrero se escuchó una descarga de fusilería que hizo suponer que el Escuadrón Cedeño había sido descubierto por el enemigo. Por tal razón, se destaca al batallón “Rifles” en su auxilio. A consecuencia de la oscuridad se produjo una escaramuza entre las fuerzas amigas que inmediatamente fue superada. Al clarear el día se inició el ataque en dirección del ala derecha de la posición del enemigo, a través del bosque, para envolver el flanco izquierdo de la posición peruana. Cuando la división del general Plaza estaba completamente batida, apareció el grueso de las fuerzas peruanas al mando del general La Mar e inmediatamente entraron en combate. Así quedaron empeñados en la lucha los 5.000 hombres de la Infantería peruana contra los 1500 hombres de la I División del Ejército de Sucre. Con este refuerzo, el enemigo consiguió hacerse fuerte en las breñas del Portete de Tarqui. Mientras esto acontecía, a considerable distancia apareció la II División colombiana y la compañía de “Cazadores del Cauca”, rápidamente dominó a las fuerzas parapetadas en las breñas orientales del Portete de Tarqui, permitiendo que el resto de la I División, inclusive el “Escuadrón Cedeño”, se lanzara a la carga derrotando al enemigo definitivamente. La persecución la realizaron el “Escuadrón Cedeño” y los batallones “Yaguachi” y “Caracas”, causando pánico y numerosas bajas en el adversario. Entre tanto el batallón “Rifles” capturó a los fugitivos que se habían parapetado en el bosque. Fiel a su espíritu magnánimo, Sucre ordenó suspender la persecución, salvando al invasor del aniquilamiento total. El resultado final del combate fueron 2500 bajas entre muertos y heridos del ejército peruano, frente a 360 bajas del ejército del Distrito del Sur. Después de su triunfo inapelable en el combate, el general Sucre propone al general La Mar, firmar un armisticio, producto de lo cual se firma el llamado Tratado de Girón que contemplaba: El Ejército invasor deberá desocupar todos los territorios del estado de Quito; deberá realizarse la desocupación el 2 de marzo de 1829 y terminar en el plazo improrrogable de 20 días; en el tratado definitivo que deberá celebrarse en Guayaquil, se resolverán todos los reclamos de Colombia; deberá desocuparse Guayaquil, levantándose el bloqueo del norte; y para los asuntos limítrofes, se tomará como base el principio del Uti Possidetis Juris de 1809. El Perú violó el Tratado al no desocupar Guayaquil por dos razones: manifestó que el Tratado celebrado con el general La Mar no era válido, ya que ese tema debía conocer solo el Congreso; y su intención de no terminar la guerra, a pesar de su derrota en Tarqui, porque teniendo el control de las comunicaciones en el Teatro de Operaciones Marítimo, podía abastecer a las tropas que ocupaban Guayaquil y reforzarlas; movilizar y desplegar su ejército para emprender nuevas operaciones. El resultado de la actitud magnánima del general Sucre fue que el general La Mar, una vez desembarazado de este espinoso momento pretendió seguir con sus planes estratégicos, iniciándose la campaña conocida como Buijo, nombre del lugar donde el Libertador Bolívar, estableció su cuartel general. La campaña del Buijo duró cinco meses. Las tropas vencedoras de Tarqui desalojaron gradualmente a las guarniciones peruanas en las poblaciones de Babahoyo, Baba, Daule, Zamborondón y Yaguachi. 87