PALABRAS DE SR. ANDRÉS CONCHA RODRÍGUEZ, AL ASUMIR COMO PRESIDENTE DE SOFOFA Santiago, miércoles 27 de mayo 2009 Para mí es un gran honor asumir esta tarea. Estoy profundamente agradecido por la confianza que han depositado en mí. Asumo esta tarea con la humildad de quien conoce la trayectoria de quienes me han precedido. Con algunos de ellos, los últimos, he trabajado en forma muy cercana. Sé, al ver de cerca su labor, que no da lo mismo cómo se haga este trabajo. Y es por eso que me quiero poner sobre los hombros de los gigantes que han construido la historia de la Sofofa, para poder mirar desde lejos y tener una mejor perspectiva. Trabajando desde cerca, y mirando desde lejos, les confieso que me gustaría ser el presidente de la Sofofa, no de la crisis, sino de la recuperación. Me gustaría que esta etapa que estamos viviendo, con una economía deprimida, sea una forma de tomar vuelo para saltar más alto. Creo que podemos lograrlo, y que sólo depende de nosotros hacerlo. Porque si algo distingue a los empresarios chilenos es su capacidad de mirar más lejos y ver posibilidades donde otros ven problemas. Creo que en estos 125 años, la Sofofa se ha hecho grande porque, como los pioneros, hemos sabido ir creciendo a pulso, con una especial combinación de perseverancia, creatividad y rigor, de la que el país ha sido testigo. Con obstáculos, y una geografía que nos desafía, los empresarios no nos hemos sentado a esperar que otros jueguen el partido: nos ha interesado jugar siempre en la delantera más allá de los vaivenes políticos, respondiéndole al país, a nuestros accionistas, a los trabajadores y a la comunidad. El acta de Constitución de la Sofofa, firmada por distinguidos antepasados nuestros el día 7 de Octubre de 1883, es la respuesta a una solicitud del Supremo Gobierno de la época, que solicitó impulsar una iniciativa destinada a crear nuevas industrias y generar empleos. Ese mismo espíritu emprendedor explica por qué seguimos juntos dando respuesta efectiva a esta centenaria solicitud. Al mirar el Hall de la entrada, en donde está desplegada la galería de los Presidentes, uno percibe el fuerte vínculo que existe entre cada uno de ellos. 1 La Sofofa, tal como yo la he aprendido a apreciar, no es el edificio, ni sus oficinas y ni siquiera muchas de las cosas que hacemos a diario. La Sofofa es un impulso de vida que anima a un conjunto de seres humanos que tienen la convicción de que el engrandecimiento de Chile pasa por el mundo del trabajo, por la generación de riqueza, estimulando la creatividad y generando empresas. Para que la fórmula funcione, se requiere de un marco que la estimule. Libertad para emprender, derechos de propiedad, certeza jurídica y mercados competitivos, son parte de los ingredientes principales que deben estar presentes en nuestra institucionalidad. La Sofofa representa este anhelo de materializar el emprendimiento que se ha venido transmitiendo sin cesar a lo largo de varias generaciones. El esfuerzo desarrollado por la Sofofa lo he visto reflejado en múltiples episodios ocurridos en nuestro pasado contemporáneo. Recuerdo cómo Orlando Sáenz luchaba en contra de la requisición de las empresas; cómo, posteriormente, Don Raúl Sahli y Don Eugenio Heiremans buscaban maneras de restablecer el funcionamiento de muchas empresas paralizadas y recuperar la operatividad de otras muy deterioradas a consecuencia de la crisis institucional vivida en esos años. Recuerdo también los tremendos esfuerzos de Domingo Arteaga y Hernán Daroch por promover el desarrollo industrial en el marco de las profundas reformas que se estaban introduciendo en el país, a pesar de lo conflictivo que este tema significaba para los socios. También del esfuerzo de Bruno Casanova por enfrentar la profunda crisis a comienzo de los años 80. Y luego, la figura de uno de los gigantes de nuestra historia institucional, Don Ernesto Ayala, luchando por preservar el régimen de apertura de la economía al comercio internacional en medio de la profunda crisis que experimentó la economía en los años 80. Para ello, nada más adecuado que orientar los esfuerzos empresariales hacia las exportaciones y, en particular, buscar abrir los enormes mercados asiáticos. Recuerdo una reunión en el salón del edificio de Agustinas en donde se daba un almuerzo de recepción a una delegación de empresarios chinos; un discurso muy emotivo de Don Ernesto Ayala, que se interrumpía con unos brindis en favor de la amistad chileno china y en contra del Oso Polar (Unión Soviética). ¡Cómo olvidar los mensajes que otro grande, Don Hernán Briones enviaba por los diarios al entonces ministro de Hacienda, Alejandro Foxley, en los años que se iniciaba 2 el complejo período de la transición! Un día Don Hernán logró enfurecer al Ministro, que hizo una declaración muy dura en su contra. Don Hernán respondió al día siguiente que le recomendaba tomarse unos días en las Termas de Mamiña. Tuve que ir al mapa a ver dónde estaban esas termas. Recuerden ustedes que, a pesar de esto, Don Hernán era muy respetado en los círculos de Gobierno. Al ingresar a la Sofofa, hace ya más de una década, y la primera vez que fui al Comité Ejecutivo, tuve la mala idea de plantear que el presupuesto era insuficiente para los objetivos que se habían trazado. Respondió rápidamente Don Nicolás Abumohor, quien me explicó cómo, sin pedir un peso a nadie, él había surgido en la vida. Fernando Agüero fue otro Presidente que demostró gran espíritu de emprendimiento gremial. La materialización del proyecto del Edificio de la Industria se logró realizar gracias a las condiciones de Fernando quien, junto a Alfonso Swett, Juan Eduardo Errázuriz y otros distinguidos consejeros, lograron convencer a varios gremios para que formaran parte de esta iniciativa. No sólo la Sofofa y su gremio sacaron cara nueva, sino que, a partir de ello, se logró impulsar un verdadero Manhattan en Vitacura. En el caso de Pedro Lizama, la defensa de nuestros principios le significó recibir del entonces Ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, una reprimenda por criticarle la excesiva expansión del gasto público. “Zapatero a sus zapatos”, le dijo el ministro en una memorable Cena Anual de la Industria. En los años en que el Banco Central subía las tasas de interés, con Felipe Lamarca y Jorge Ortúzar inventamos la imagen del Titanic para ilustrar los peligros que corríamos. Al día siguiente, Lamarca estremeció al país señalando que la economía chilena iba de frente a colisionar con los témpanos. Poco tiempo después, las tasas comenzaron a bajar. Me acuerdo también cuando fuimos por primera vez con el flamante nuevo presidente de Sofofa, Juan Claro, a ver al Presidente Lagos a la Moneda. Juan le planteó el tema de la Agenda Pro Crecimiento, y Lagos respondió que lo pensaría. Sin embargo, al despedirnos, el ex Presidente Lagos invitó a Juan a ver la escultura de su abuelo, Don Gabriel González Videla. A la salida, comentamos que si la idea de la Agenda Pro Crecimiento era asumida por el Gobierno, ello seria producto de la intercesión del espíritu de Don Gabriel. Con Bruno hay mil anécdotas, pero una de las más graciosas para mí fue cuando vino a Chile la Presidenta de la India que, al subir al escenario, tropezó, lo que hizo palidecer a la Presidenta Bachelet que la seguía de atrás. A la hora del coctail, Don Bruno se acercó a la Presidenta Bachelet y le dijo que ella no podía hacer algunas cosas. La Presidenta, sorprendida, le preguntó: “¿A que cosas se refiere usted, 3 Bruno?”. “Empujar a la Presidenta de la India”, le respondió Don Bruno, lo que hizo reír mucho a la Presidenta. Así se ha ido gestando una gran historia de un puñado de hombres que, a lo largo de muchos años, han buscado fórmulas para abrir espacio al emprendimiento, a pesar de las dificultades que provocan los cambios, las crisis y de las estigmatizaciones que muchas veces somos víctimas. Estamos inflamados por ese espíritu, y con la voluntad de colaborar con trabajo, consejos, reflexiones oportunas o alguna idea destinada a reimpulsar este proyecto más que centenario. Así, como cada día tiene su propio afán, cada presidencia tiene sus desafíos. Identifico al menos cuatro de ellos: 1.- Amortiguar el impacto de la crisis mundial Por momentos se nos pierde el horizonte. No sabemos bien cuánto más dura esto. Todo apunta a que en el segundo semestre de este año podríamos estar remontando la caída. Sin embargo, existen muchos riesgos, y la probabilidad de retroceder no es igual a cero. Es una época de mucho riesgo para el sector exportador, no solo por la caída de la demanda, sino por las prácticas proteccionistas que están surgiendo. Tenemos que proteger la estabilidad de las empresas y buscar fórmulas ingeniosas que permitan sobrellevar los tiempos, haciendo más eficientes los procesos, capacitando a nuestro personal, refinanciando pasivos y evaluando los cambios que se están gestando con motivo del impacto de la crisis. 2.- Vivir el ciclo electoral Nuestra institucionalidad democrática requiere que los ciudadanos se pronuncien periódicamente a fin de elegir las nuevas autoridades. Este es un período en que las partes tienden a polarizarse y en que los problemas que enfrenta el desarrollo del país se abordan desde visiones diferentes, tanto respecto del diagnóstico como de las soluciones. En esto, los empresarios tenemos un rol que jugar a fin de esclarecer los problemas reales que enfrentan nuestras empresas y pedir a los candidatos que consideren en sus propuestas estas inquietudes. 4 Estamos muy conscientes de que podremos seguir en la senda del desarrollo sólo si en nuestra comunidad política existe consenso respecto de las principales reformas que es necesario realizar a futuro: educación, modernización del Estado, capitalización de recursos humanos, entre otros. 3.- El desafío del empleo La autoridad y la comunidad nos solicitan que retengamos el mayor número posible de trabajadores en nuestras empresas. No nos cabe duda alguna de que este esfuerzo se esta realizando en todas las empresas. Lamentablemente, algunas han debido paralizar y otras postergar proyectos de inversión ante la drástica caída que ha experimentado la demanda agregada. Por otra parte, mientras caen los ingresos de las empresas, están aumentando los costos laborales por los reajustes pactados de remuneración conforme a la inflación pasada y la aprobación de leyes como la semana corrida y el pago del seguro de invalidez y sobrevivencia. Aún no sabemos si ocurrirá lo mismo con el ingreso mínimo. Además, nos preocupa el exceso de trámites que aún existen en los procesos de inversión, y el rezago que ello provoca. La preocupación por el empleo no es solo de unos, sino de todos quienes pueden colocar su aporte de colaboración para que el impacto social sea lo menor posible 4.- Impulso a la Productividad y Competitividad Una vez que comencemos a salir de la crisis, deberemos acelerar nuestro ritmo de crecimiento en un escenario más competitivo. Existe mucha capacidad instalada en el mundo que hoy esta desocupada y que se pondrá en movimiento en la medida que la demanda comience a repuntar. Muchos países contarán con el impulso de monedas más depreciadas que la chilena, ya que nuestra economía, en términos relativos, ha tenido mejor comportamiento en la crisis. Esto significa que habrá más competencia para los exportadores y para quienes compiten en el mercado local con productos importados. Para generar más y mejores empleos, en particular para las mujeres y jóvenes, necesitamos promover la inversión en este contexto. Para ello, debemos trabajar mucho, y bien focalizados en programas que permitan ganar productividad y competitividad en las empresas. Necesitamos impulsar, entre otras materias, iniciativas que estimulen la formación y capacitación de recursos humanos, acceso a la tecnología, energía a menores costos, más y mejor infraestructura, banda ancha para todos, uso intensivo de las tecnologías de la información, mercados financieros mas profundos, modernización del marco laboral, tributación pro inversión, medidas ambientales compatibles con un desarrollo sustentable y, sobre todo, menos trámites. 5 Para enfrentar estos grandes desafíos en el curso de los próximos dos años, vamos a necesitar la colaboración de todos nuestros consejeros y de las directivas y planas ejecutivas de nuestras empresas y gremios asociados. Antes de finalizar estas palabras, quiero reiterar los agradecimientos a Bruno Philippi. A lo largo de los últimos cuatro años, él entregó gratuitamente su talento, su prestigio, su tiempo, su experiencia, sus valiosas redes de amigos, entre otras contribuciones, en beneficio de nuestra Sociedad. Sin duda será difícil poder superar los niveles de interactividad que logró construir con las autoridades de gobierno, círculos políticos y empresariales, pero, por sobre todo, en el complejo y sofisticado mundo de la educación superior, de la ciencia e investigación tecnológica. La nueva directiva sabrá apreciar todo esto, y es seguro que solicitaremos que Bruno siga colaborando con nosotros a fin de poder capitalizar muchas de las iniciativas que gracias a sus conocimientos y diagnóstico certero, están en proceso de implementación para potenciar la competitividad de los sectores productivos chilenos. Consciente de que yo no tengo el virtuosismo de muchos de los que me antecedieron en el cargo, al iniciar este mandato de dos años, me voy a permitir, con el permiso de los que no son creyentes, invocar al Espíritu Santo y solicitar su apoyo a fin de poder materializar adecuadamente este difícil, pero motivador mandato. Igualmente, y más que nunca, pido el más decidido respaldo a las personas que trabajan en la administración de Sofofa, cuya colaboración y profesionalismo conozco de cerca, y sin la cual sería imposible implementar tantas iniciativas que se canalizan en esta Institución. Las crisis tienen como virtud hacernos ver lo que somos. A partir de esas raíces podemos volver a crecer. Estos son momentos decisivos de nuestro país, donde la impronta y el carácter del empresario chileno hacen la diferencia. Queremos ser parte de la diferencia y mirar hacia el futuro, sin olvidar lo que hemos sido y creado entre todos. Esta es una Sofofa que quiere poner el acento en la audacia, sin perder los principios. A ese desafío los invito, y para esta tarea les pido su apoyo. Muchas gracias. 6