''Está el simple hecho de que las generaciones subsiguientes crecerán también dentro de una fonna de vida en la que aquello fue posible. Nuestra propia vida está ligada al contexto vital en el cual Auschwitz fue posible, no debido a circunstandas contingentes, sino de modo intrinseco. Nuestra fonna de vida está conectada con la de nuestros padres y abuelos a través de una red de tradiciones familiares, locales políticas e intelectuales que es difícil desenredar, esto es, a través de un medio hist6rico que hizo de nosotros lo que somos. Ninguno de nosotros puede escapar a este medio, pues nuestras identidades, a la vez como individuos y como alemanes, están indisolublemente entretejidas con él" (p. 35) Analizando la forma romo la relación entre fundamentalismo y terrorismo ha estado mediada por la violencia, Habermas se la atribuye a una "patología comunicativa". "La espiral de la violencia comienza como una espiral de comunicadón deformada Que conduce, a través de la espiral efe ra desconfianza reáproca incontrolada, al colapso de la comunicadón" ( ... ) señala a continuación Giovanna Borradori como las sociedades occidentales con sus diferencias sociales, de discriminación y marginalizadón la comunicación se hace cada vez más distorsionada, no hay diárogo ni encuentro de "camaradas o parientes". (p. 47) Anota Borradori como para ambos filósofos la globalización posee un gran papel con respecto al terrorismo. Habermas considera Que la modernizaciÓn acelerada incrementa la desigualdad y Derrida la considera favorable en unos casos como por ejemplo en la democratización de los países del este de Europa, los antiguamente pertenedentes a la Unión Soviética, pues la televisión, la comunicadón de imágenes, de mercanáa informativa ayudaron a esto. Pero de otro lado a Derrida le preocupa el papel de la globalización en la dinámica de la guerra y de los conflictos~ '1..a guerra de imágenes y de discursos va a un ritmo cada vez más rápido en todas las hondas, disimulando y extraviando cada vez con mayor rapidez la verdad que revela" (p. 49). Analizando lo sucedido con el atentado a las Torres Gemelas Habermas habla de la "destrucción a un icono en el hogar de las imágenes de la nación americana", en el imaginario colectivo encarnaban el poderío económico de esta nadón y simbolizaban la voluntad de futuro. La presenda de los medios con sus cámaras hicieron de este hecho local un acontecimiento global, fue así como los televidentes de todo el mundo fuimos testigos oculares, simultáneamente pasaban dichos atentados. ''Quizás pueda hablarse del 11 de septiembre como el primer acontecimiento histórico mundiaJ, en el estricto sentido de la palabra: el choque, la explosión, el lento derrumbamiento, todo eso que no estaba ocurriendo en Hollywood de modo irreal, sino que era una crlJel realidad, se consumo Liter:aJmente a los ojos de la opinión publica mundial". (p. 57 Y 84) Habermas habla de la lmportanda de una comunicaciÓn efectiva con los demás, partiendo de un buen conocimiento de nosotros de los otros (un qUiebre en este aspecto pueda ser una de las causas para que se den hechos terroristas en las naciones). Le concede un jmportante papel al modeJo hennenéutico en la comunicadón, donde ambas partes posean una similar actitud en la manera como asuman diversas perspectivas, siendo ingredientes importantes, más no suficientes la ausencia de violencia y una buena intención. Sin relaciones dominantes de poder que impongan sus principios, intereses o ideologías (p. 69s a 81) Plantea además el "abismo irreductible que se da entre un hecho y su representación, o la perspectiva que hay tan diferente al presenciarlo de primera a tercera persona" (p. 83). Y la fuerte presencia del silencio que deja el vacío donde estaban las Torres, como si quedara el eco de las sirenas remplazándolas. Es otra experiencia posterior a lo sucedido que las imágenes de televisión no logran comunicar. El hecho de llamar al 9/11 "primer aoontecimiento histórico mundial" posee implicaciones históricas, pero Habermas prefiere que sea la historia la que le de su importancia relativa. Cita la teoría sobre la historia efectual de Gadamer, específicamente la relación entre el pasado y el presente a través de la "fusión de horizontes" (p. 84) El planteamiento filosófioo de Habermas -Que privilegia la oomunicación se opone a la actitud Norteamérica que frente al terrotismo busca un apoyo incondicional de los países no sólO aliados, sino de todo er llamado mundo civilizado, acompañado de una actitud de total desoonfianza frente a los extranjeros. Generando así una antipática reladón con todos sus visitantes, independientemente de su lugar de procedencia. Considero importante resaltar el papel de la hermenéutica y sus implicadones en las problemáticas mundiales, pues Ja imagen violenta se genera en gran medida como registro del terrorismo y este a su vez es la oonsecuencia de una inadecuada oomunicación entre las nadones: "Para deshacerse de todos los atavismos, el pensamiento político tiene que abandonar la idea de que la política es algo distinto a un intercambio oomunicativo cuyo requisito clave es alcanzar un acuerdo radonal sobre lo que queremos decir cuando nos hablamos mutuamente. Hablantes y oyentes suscriben implícitamente este acuerdo cada vez que se comunican sobre ruaJquier escenario, privado O público, étioo o político". (p. 89) ( ... ) "Su argumento crucial es que cada vez que nos comunicamos nos comprometemos automáticamente con la poSibilidad de llegar a un acuerdo dialógioo libremente conseguido en el cual el mejor argumento será el que prevalezca" (p. 99) Derrida analiza el atentado a las Torres Gemelas de otra forma a Habermas. Considera como al desestabilizar la imagen de una superpotencia mundial corno los Estados Unidos que "cumple con el papel de salvaguardar el orden mundial", todo el mundo pierde su estabilidad incluso los países enemigos de ellos. Y el efecto que se produce es de una profunda cicatriz que afecta no tanto el pasado cercano, ni el presente sino el porvenir, es la incertidumbre de la espera de lo que va a llegar. Anota a continuadón Derrida como el papel de los medios contribuye a las emociones que los hechos terroristas susciten: "En una situación y una cultura determinadas, siempre y cuando la repercusión mediática no espectacularice el aamtecimiento, la muerte de miles de personas en un tiempo muy breve puede provocar menos efectos psíqUiCOS y políticos que el asesinato de un solo individuo en otro país, otro cultura7 otro Estado-:nación sobre eqUipado desde el punto de vista mediático ( ... ) que habría sido el "11 de septiembre" sin la televisión? (._) hay que recordar que la mediatizadón máxima era un interés común de los organizadores del "11 de septiembre", de los "terroristas" y de quienes, en nombre de las víctimas, ansiaban dedarar "la guerra contra el terrorismo". (P. 159s) Con los medios de por medio este ataque logró, no sólo la muerte de miles de personas sino la exposiciÓn de la wlnerabilidad de la imagen de los Estados Unidos ante los espectadores de todo el mundo. "Al recitar "9/11" como una letanía, nos repetirnos a nosotros mismos lo que necesita permanecer en el silencio: el sentimiento de dolor incondicional por la pérdida de vidas humanas V la -vulnerabilidad del sistema que, se suponía, debía protegemos. Este sistema está encamado por una figura paternal, los Estados Unidos de América, que son a la vez el lugar de los ataques y el depositario del orden mundial. Los Estados Unidos, en su papel de la mayor potencia temocientífica, capitalista y militar, simbolizan el orden mundial, la legitimidad de Derecho Internacional y la diplomacia, y el poder de los medios. El orden mundial, dice Derrida, está basado en la solidez, la confiabilidad y la credibilidad de la potencia norteamericana. Exponer la fragilidad de la superpotencia significa exponer la fragilidad del orden mundial." (p. 213s)