el origen del canal de suez

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INVITACIÓN
LA ASOCIACIÓN Y EL COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS INDUSTRIALES DE MADRID
tienen el gusto de invitarle a la CONFERENCIA – COLOQUIO que sobre el tema:
“Fernando de Lesseps y el origen del Canal de Suez"
Pronunciará D. José Luis Asúnsolo García
Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid
Tendrá lugar el 10 de marzo de 2014 a las 18:30 horas
en el Salón de Actos del COLEGIO OFICIAL DE INGENIEROS INDUSTRIALES DE MADRID
(c/ Hernán Cortés, 13)
Se ruega confirmación:
91 521 40 41 / aiim@aiim.es
En 1869 se inauguró el Canal de Suez; una obra de ingeniería colosal teniendo en cuenta los medios
técnicos de la época. En una ceremonia fastuosa en la que, mezclaban los protocolos occidentales con la fantasía oriental,
Eugenia de Montijo, Emperatriz de Francia, encabezó con su yate "Eagle" un convoy de barcos de todas las nacionalidades que
por primera vez pudieron navegar desde el Mar Mediterráneo al Mar Rojo.
Detrás de las fanfarrias, fuegos de artificio y cabalgatas, quedaban diez años de esfuerzo y dificultades,
además de una considerable pérdida de vidas humanas; el viejo sueño frustrado de Napoleón Bonaparte de unir los dos mares, se
hizo realidad gracias a Fernando de Lesseps para quien los obstáculos más importantes no fueron las rocas, las arenas movedizas
o las epidemias de cólera, sino las reticencias de la banca europea a conceder los créditos necesarios. Además tuvo que
enfrentarse a la oposición del Primer Ministro británico, Lord Palmerston, quien hizo todo lo posible para que Turquía que, en
aquella época era soberana de Egipto, no concediese la licencia para realizar las obras. Tampoco Napoleón III demostró un
excesivo entusiasmo por el proyecto y, sólo gracias a la decidida intervención de Eugenia de Montijo y el apoyo incondicional del
Virrey Said pudieron comenzar los trabajos.
Desde que Fernando de Lesseps concibió la idea de construcción del Canal, ésta pasó de ser una
obsesión a convertirse en una pasión; dedicó a ella todas sus energías y una voluntad de hierro. Antiguo diplomático,
excepcionalmente dotado para las relaciones sociales, recorrió todas las cortes europeas y entidades financieras para hacer
posible su proyecto. El día en que Lesseps pudo ver, al fin, como las aguas del Mar Rojo se unían a las del Mediterráneo en el
centro del Canal, supo que su sueño se había hecho realidad.
El Canal de Suez, excavado a lo largo de más de ciento sesenta kilómetros, no sólo unió dos mares,
acercó además dos mundos y dos culturas diferentes. Los pueblos de las riberas del Mar Rojo a partir de entonces, empezaron a
ver vapores con banderas occidentales. Comenzaba una nueva época.
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