Las realidades del Póker ¿El póker es suerte? Naufragando anoche por internet y buscando alguna lectura divertida me encontré con un artículo muy interesante que me hizo acordarme de las timbas de los viernes en casa del Maestro y en casa de Perico y sobre todo de mi amigo Carlos, que insiste muy a menudo que en más de un 70% el póker es un juego de suerte. No le falta razón... pero según en que tipo de partidas, torneos y... me ha convencido el artículo, la clave está en la duración. Aquí os lo dejo, el artículo es cortito. ¿El póker es suerte? Si tienes AA puede ganarte el peor jugador con un 72 – No, el póker es habilidad. ¿Podrías nombrar a 10 de los mejores jugadores de bingo del mundo? No lo creo. De póker sí. ¿Cuántas veces hemos discutido esto? Hasta en el legendario largometraje Rounders hay un dialogo parecido. ¿El póker es habilidad? ¿El póker es suerte? Para poder jugar este precioso juego debemos entender las realidades del póker. El póker no es suerte y lo es; el póker no es habilidad y lo es. Podemos comparar el póker con el ajedrez, pero en el póker tenemos información incompleta, no hay tan solo una jugada correcta en cada decisión. Podemos comparar el póker con el blackjack, pero jugamos contra personas y no contra la casa. ¿Cual es la verdad? El póker es suerte. En el corto plazo, el póker es suerte. Tenemos que entender esta realidad. El resultado de una mano en particular depende casi exclusivamente de la suerte y no de la habilidad con la que la hemos jugado. Muchos saben esto y hasta lo repiten como maquinas pero no lo comprenden. Pierden un pote de 100$ por un bad beat y golpean la mesa. Pierden dinero y se descontrolan. No comprenden que el póker es un juego de decisiones y no de dinero. Ya hablaremos un poco mas de esto. El póker es habilidad. En el largo plazo, el póker es dominado por la habilidad. Esto lo veo mucho en mis mesas de NL cash. Llega un pez a la mesa y en un par de minutos convierte sus 50$ en 300$ a base de bad beats. El tipo aquí normalmente hace una de dos cosas. Sigue jugando para continuar su racha de suerte o se retira de inmediato después de un gran pote. Por supuesto junto mis manos y le pido a quien esté arriba o al lado que lo haga reaccionar… y lo deje jugar un poco más. Cuando ocurre esto el jugador estará una hora más aproximadamente en la mesa… antes de perder todo. Es aquí cuando recuerdo por qué juego póker. Juego póker por el largo plazo. No me interesa si gano este o ese pote, me interesa tomar la decisión que en el largo plazo me haga ganar la mayor cantidad de dinero. Lo que me lleva a…. El póker no es un juego de dinero… es un juego de decisiones. Debemos dejar de pensar en el dinero que estamos jugando. Desensibilizarse del dinero es una de esas actitudes que convierte a los buenos jugadores en excelentes jugadores. Si solo nos enfocamos en tomar las mejores decisiones y no en el dinero que queremos/podemos ganar en una mano empezaremos a mejorar nuestro juego de una forma increíble. Un buen amigo estaba en 10NL hace unos días con un bankroll de 300$. Un par de jornadas más tarde me pedía consejos desde 5NL con 45$ de bankroll. Después de diálogos extensos dimos en el problema. Una de las cosas que más le importaban era subir a 25NL, era su único pensamiento al entrar a la mesa. Como no tenía bankroll suficiente solo pensaba en acumular dinero para poder ascender y esto lo llevó a tomar pobres decisiones, buscar proyectos mejorando sus verdaderas implícitas y pensar en la mano en una burbuja y no en el largo plazo. Al notar lo que estaba haciendo nuevamente empezó a tomar decisiones y no a ganar dinero. Cuando entras a una mesa, le dije, no entras con 10 dólares, entras con 100 ciegas. Piensa todo en ciegas, no en dinero. Al parecer mi psicoanálisis de telenovela funcionó. En menos de un mes se encontró con 25NL. Es bueno ponerse objetivos, no me malentiendan, pero estos objetivos no deben nunca ser en el corto plazo. ¿Por qué? Simplemente porque como jugadores de póker no nos interesa el corto plazo, siempre pensaremos en el largo plazo. Entender las ventajas del póker. Debí ganar esa mano, tenía una ventaja de 65%. He escuchado esto muchísimas veces. ¿No les parece contradictorio? Este tipo está diciendo “esa mano la debí ganar yo” y luego, en la misma oración, te dice “la ganaré el 65%”. ¿Cómo es? ¿La tenías que ganar o la ibas a ganar el 65%? Una ventaja del 65% quiere decir que ganarás solo el 65% y tu oponente ganará el 35%, es decir, tú no la debías ganar. Tu solo la debías ganar el 65% de las veces. Por favor entendamos esto. Las manos nos son de nadie hasta que el croupier acerca las fichas a ti. Si no la ganaste, no la ganaste porque para que el tipo tenga una ventaja del 35% tiene que ganarla alguna vez. Si estas ventajas no existieran, el póker no existiría. Si te gusta el póker te tienen que gustar estas ventajas, sino, ahí tienes el ajedrez. Luego, como hemos dicho anteriormente, si hemos tomado la mejor decisión para maximizar nuestras ganancias al largo plazo no hay por qué molestarse si el tipo gana una de sus 35 veces cada 100. Es mas, después de poner todo el dinero en la mesa con una ventaja del 65% mejor nos vamos a tomar un mate (gracias otra vez César, mira que buenos que me están quedando ahora) y a leernos un libro porque el resultado no nos importa. Fuente: pokernews.com