Poder Judicial de la Nación CN/ 42.948 “Inc. de apelación en autos NN s/delito de acción pública” Juzgado N/ 2 - Secretaría N/4 Reg. 402 /////////////nos Aires, 07 de mayo de 2009. Y VISTOS Y CONSIDERANDO: I- Llegan las presentes actuaciones a conocimiento y decisión de este Tribunal, en virtud del recurso de apelación interpuesto por el Sr. Fiscal a fs. 3vta, contra la resolución de fecha 22 de diciembre de 2008, en la cual el Juez subrogante a cargo del Juzgado Federal n/ 2, resolvió declarar la incompetencia en razón de la materia y remitir las actuaciones también por razones de conexidad, al Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción n/41, Secretaría n/112. El representante del Ministerio Público se agravia por entender que la solución adoptada por el Dr. Martínez De Giorgi atenta contra el principio de legalidad procesal, puesto que al expedirse en los términos del art. 180 del C.P.P.N. había postulado la desestimación de la denuncia, toda vez que los hechos descriptos no encuadrarían en algún tipo penal. II- La Sra. Gladys Alicia Vergara denunció a fs. 2/vta del cuerpo principal, que en el año 2007 habría realizado una presentación contra quien conocía como el “paraguayo Martín”, toda vez que éste habría amenazado de muerte a su hija Anaís Estefanía Vergara mediante el uso de un arma de fuego. De la certificación actuarial de fs. 6 del cuerpo principal, se desprende que en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción n/ 41, Secretaría n/112, tramita el sumario nro. 53428/07 seguido contra Martín González Martínez, por haber tenido en su poder un arma de guerra y haber proferido amenazas de muerte en perjuicio de Anaís Estefanía Vergara. Dicho expediente se habría formado como consecuencia de los testimonios extraídos de la causa n/1046/08 del registro del Tribunal Oral en lo Criminal Federal n/ 3, en la cual Gladys Vergara relató en su declaración testimonial que su hija y una amiga habían sido amenazadas de muerte con el uso de un arma por parte del imputado Martínez. III- La Dra. Eugenia Anzorreguy, Fiscal General Adjunta, mantuvo el recurso interpuesto por el Dr. Jorge Felipe Di Lello bajo los mismos argumentos y agregó que lo que debió hacer el Juez Federal, ante el desacuerdo con la postura del Fiscal, era elevar en consulta el conflicto a la Cámara Nacional de Apelaciones (posiblemente por aplicación analógica del art. 348 del C.P.P.N.) pues la decisión recurrida, le estaba vedada en virtud de la prohibición de proceder de oficio (cf. fs. 9/10). IV- El Tribunal entiende que corresponde declarar la nulidad del resolutorio en crisis, por las razones que se expondrán a continuación. En primer lugar, hemos de señalar que el presente conflicto se enmarca en un principio constitucional que rige la estructura tríadica del proceso como garantía orgánica en protección del justiciable, según el cual las funciones de perseguir y acusar por un lado y la de juzgar por el otro, se encuentran a cargo de órganos diferentes. “La separación formal de estas funciones -acusar y juzgarfue necesaria para garantizar la defensa individual: ella se reputó imposible sin crear un acusador (contradictorio) que circunscribiera la imputación concreta que el imputado estaba facultado a resistir y contestar... el respeto de esta distribución de funciones por las leyes procesales gobernadas por el principio de oficialidad, conforme al sistema penal que realizan, su conformación es harto conflictiva, en situaciones jurídicas de extrema tensión. Por ejemplo: si no se Poder Judicial de la Nación quiere conceder al ministerio público un poder discrecional sobre la persecución penal (principio de oportunidad), es indispensable el control de sus dictámenes cuando conducen a la clausura de la persecución penal”. (Julio B. J. Maier, “Derecho Procesal Penal I.-Fundamentos” 2da edición, Buenos Aires 2004, Ed. Editores del Puerto, pág. 826). En consecuencia y por aplicación del principio ne procedat iudex ex oficio sólo un representante del Ministerio Público Fiscal se encuentra facultado para iniciar la acción penal (cn/ 38.122 “Palacios, M. J.” rta el 30/11/05, reg. 1392). “Característica del poder judicial es la de no poder actuar más que cuando se recurre a él, o según la expresión legal, cuando se apela a él... Por naturaleza el poder judicial carece de acción. Es preciso ponerle en movimiento para que se mueva... El poder judicial violentaría en cierto modo esa naturaleza pasiva si actuase por sí mismo...” (Luigi Ferrajoli, “Derecho y Razón”, ed. Trotta, Valladolid, pág. 644) Ahora bien, nos encontramos frente a un caso en el cual la denuncia ha sido desestimada por el Fiscal sin intervención de particular alguno, por lo cual, más allá del acierto o error, el Juez a quo no se encontraba legitimado para actuar por su cuenta. En este sentido, el magistrado Federal dispuso la declaración de incompetencia del Tribunal a su cargo, sin contar con acción penal ni un eventual pedido de incompetencia o de aplicación de las reglas de del art. 106 del Reglamento para la Jurisdicción, sino con una expresa opinión en contrario. Es decir, relativa a que no existía un “caso” en los términos del art. 180 del C.P.P.N. V- Lo expuesto no implica la imposibilidad del Juzgador de controlar el dictamen fiscal mediante una adecuada revisión de su legalidad y razonabilidad en el proceso penal (ver cn/ 37.543 “Cirielli, Ricardo” rta. 18/07/07 reg. 803; cn/ 38.122 “Palacios” rta. 30/11/05 reg. 1392; cn/ 38.644 “A.N.S.E.S.”rta. 23/05/06 reg. 443; cn/40.132 “Ramos, Nicolás” rta. 05/06/07 reg. 502; 40340 “García, Jose” rta.27/08/07 reg. 934 , entre otras). Todo lo expuesto nos permite respaldar la nulidad que hemos de declarar, toda vez que del actuar del magistrado surge que las garantías amparadas por el mandato constitucional de separar las funciones de juzgar y acusar (art. 18 y 118 de la CN) se encuentran vulneradas. Luigi Ferrajoli enseña que: “La garantía de separación... representa, por una parte una condición esencial de la imparcialidad (terzietá) del juez respecto a las partes de la causa, que, como se verá es la primera de las garantías orgánicas que definen la figura del juez; por otra, un presupuesto de la carga de la imputación y de la prueba, que pesan sobre la acusación, que son las primeras garantías procesales del juicio...”(Luigi Ferrajoli, “Derecho y razón”, Ed. Trotta, 5ta. edición, Madrid, 2001, p.567, citado en el precedente “Palacios”). Asimismo, lleva dicho esta Sala que: “...aún cuando persistan en nuestro proceso fuertes elementos inquisitivos, lo cierto es que las funciones en pugna han sido puestas en cabeza de órganos estatales diversos de allí su carácter mixto-, de modo de preservar, cuanto menos, uno de los aspectos de la imparcialidad objetiva...” (cn/ 40.340 “García Iglesias José”, Sala I, CCCF). En definitiva, la omisión por parte del Juzgador de revisar la razonabilidad y legalidad de la pretensión desestimatoria del Fiscal provocó la confusión de funciones prohibida constitucionalmente, razón por la cual, todo lo actuado por el Juez a quo queda viciado de una nulidad de orden general, por violación de garantías constitucionales (art. 167 inc. 2, 168 2do párrafo, 172 y cctes. CPPN). En consecuencia, corresponde anular la resolución de fs. 1/2 y reenviar las actuaciones con el fin de que el Juez ejerza el control omitido. Poder Judicial de la Nación Lo expresado no obsta, claro está, a la consideración de las medidas de protección sugeridas por el Sr. Fiscal a fs. 8/vta del cuerpo principal in fine. En virtud de ello, el Tribunal RESUELVE: I. ANULAR la resolución de fs. 1/2 incidente y reenviar las actuaciones al Juzgado interviniente con el fin de que se expida conforme a derecho (arts. 167 inc. 2, 168 2do párrafo. 172 y cctes. CPPN) Regístrese, hágase saber a la Fiscalía General y devuélvase a la anterior instancia a fin de que practique las restantes notificaciones. Sirva la presente de atenta nota de envío. Fdo: JORGE L. BALLESTERO EDUARDO G. FARAH Ante mi: SEBASTIÁN CASANELLO Secretario de Cámara