Universidad de Ciencias Médicas de La Habana Facultad de Ciencias Médicas "General Calixto García" Comportamiento de las fracturas mandibulares en el Hospital Universitario "General Calixto García", 2010-2011 Autor: Dr. Yurian Gbenou Morgan Residente de Cirugía Maxilofacial Tutor: MSc. Dr. Francisco Álvarez Quintana Profesor auxiliar Máster en Urgencias Estomatológicas Asesor: MSc. Dra. Miriam M Madiedo Fernández Máster en Epidemiología Trabajo de Terminación de Residencia para optar por el título de Especialista en 1er grado de Cirugía Maxilofacial La Habana 2012 "No existe mejor oportunidad u obligación con la humanidad que la labor del médico. En el cuidado del que sufre se necesitan habilidades técnicas, conocimiento científico y sensibilidad humana. Quien lo aplica con valentía, humildad y sabiduría, favorecerá al hombre con el único servicio que necesita". Tinsley Harrison Dedicatoria A la memoria de mi abuelo Santiago Morgan Carbonell Agradecimientos A mi padre desde lo más profundo de mi ser por su constancia, ejemplo y por señalarme el camino a seguir en la vida. A mi madre con toda la fuerza de mi alma por su entrega total, incondicionalidad y sus sabios consejos. Al Sr. Menard, Sr. Grégoire, Sr. Moutario y Sr.Doussou las infinitas gracias por formar parte indisoluble de este sueño. Mi más sincero agradecimiento a mi familia por la ayuda en todo momento. A mi otro padre Victor Lesme y su familia por sus muestras constantes de cariño y comprensión. A mis inigualables profesores de la Facultad de Estomatología" Raúl Gonzalez Sánchez". A los profesores Dr. Mario Montalvo, Dr. Humberto Sarracent, Dr. Alberto James, Dra. Yamina Sarracent, Dr. Oviedo Pérez, y al Dr. Orlando Guerra por su gran dedicación a la enseñanza de las nuevas generaciones de especialistas en Cirugía Maxilofacial. Mi mayor admiración y respeto a todos los miembros del departamento de Cirugía Maxilofacial del Hospital " Calixto García" por contribuir al salto en mi formación académica y personal. A todos los integrantes del Servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital "Hermanos Almejeiras", del Hospital Pediátrico "Centro Habana" y del Servicio de Cabeza y Cuello del INOR. A todos mis compañeros de residencia, en especial al Dr. Bartolomeu Francisco Domingos por su lealtad y gestos de amistad. A todos mis amigos y amigas por su paciencia. Resumen Se realizó un estudio descriptivo, de corte transversal y prospectivo en el servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Universitario " General Calixto García " de la Habana, en el período comprendido del primero de Noviembre del 2010 hasta el 31 de Octubre del 2011, cuya muestra estuvo representada por 50 pacientes que presentaron fractura mandibular no patológica. Con el objetivo de caracterizar los pacientes afectados por esta entidad se obtuvo que el grupo etario más afectado fue el de 18 a 30 años (34%); hubo un predominio del género masculino (80%); el cuerpo mandibular constituyó el sitio anatómico más afectado (29%) y la agresión física se comportó como el principal factor etiológico (34%).Se encontró que de la serie estudiada el presentándose la frecuente. 58% de los casos recibió tratamiento quirúrgico maloclusión como la complicación posoperatoria más Índice Pág. Introducción Objetivo ............................................................. 1 ............................................................... 4 Diseño metodológico .................................... 17 Análisis y discusión de los resultados.......... 21 Conclusiones ................................................................... 28 Recomendaciones 29 ........................................................ Referencias bibliográficas............................................... 30 Anexos 36 ............................................................................ Introducción La mandíbula es un hueso prominente y expuesto que sufre traumas muy frecuentes y sus fracturas son unas de las más comunes en la región maxilofacial. Las principales causas de estas son las agresiones personales, los accidentes del tránsito, laborales, domésticos, las caídas y la práctica de deportes. (1) La perspectiva histórica sobre el manejo de las fracturas mandibulares se remonta al siglo XVII a.n.e. con el hallazgo de un tratado egipcio escrito con jeroglíficos, por un médico asociado a los constructores de las pirámides donde describe 48 casos quirúrgicos organizados sistemáticamente.(2) Después de Hipócrates y por muchos siglos, surgieron pocas ideas nuevas en el tratamiento del traumatismo mandibular. Los autores siguientes en realidad solo modificaron lo que fue y sigue siendo el método hipocrático. (3) En cuanto a los vendajes y a la fijación de los segmentos fracturados, no fue hasta el siglo XIX cuando John Rea Barton (1819) describió el vendaje que hoy se conoce con su nombre.(4) Thomas Brian Gunning (1986) fue el primero en utilizar una férula adaptada a los dientes del paciente para inmovilizar los segmentos. Las férulas de Oliver, son las utilizadas en la actualidad (erróneamente denominadas de Ivy) en la fijación temporal de las fracturas mandibulares y/o maxilares. (5) Dentro de las fracturas de la región maxilofacial, las mandibulares son después de las nasales, las más frecuentes y representan entre el 10 y el 25 % del total. Internacionalmente la mayor parte de los estudios realizados al respecto consideran al grupo etario entre 20 y 34 años como el más afectado y estiman una relación de casos en hombres vs mujeres de hasta 5:1. (6) En Cuba , según Saleh (7) , los accidentes de tránsito (41,5%) constituyeron la primera causa de fracturas mandibulares entre noviembre de 1999 y noviembre de 2002 en pacientes ingresados con diagnóstico de fractura mandibular en el Hospital Universitario "General Calixto García." El orden de frecuencia del sitio de fractura varía en dependencia del país o la zona geográfica donde se realiza el estudio; no obstante son mayoría los reportes que colocan al ángulo mandibular y el cóndilo entre los sitios fractutarios más comunes. (8) El tratamiento depende del tipo y la localización de la fractura. Puede ir desde una reducción cerrada con fijación intermaxilar, para las fracturas condilares y conminutas, hasta reducciones abiertas, como frecuentemente ocurre en región de parasínfisis y ángulo mandibular, la cual permite una adecuada fijación de los fragmentos óseos con alambres intraóseos o con placas de osteosíntesis. (9) Las consecuencias físicas, psicológicas y funcionales a nivel individual, días de incapacidad, así como su impacto a nivel familiar y social, al igual que la cantidad de recursos hospitalarios y del paciente que es necesario asignar para la atención y rehabilitación de la oclusión funcional, justifican ampliamente el desarrollo de investigaciones con el fin de determinar la distribución epidemiológica que tiene dicha entidad en las diversas poblaciones (10). Los datos epidemiológicos que se refieren a fracturas de mandíbula son abundantes en la literatura extranjera, sin embargo, en Cuba son escasos los estudios actualizados disponibles que se hayan realizado sobre este tipo de lesiones específicamente. A pesar de que se han hecho numerosos estudios sobre los distintos aspectos de estas fracturas, la mayoría han sido retrospectivos, por tanto los datos en la mayoría de los estudios no reflejan actualidad en los elementos evaluados. Teniendo en cuenta que desde hace más de 10 años no se realiza un estudio estadístico sobre esta entidad patológica en nuestro servicio, surge la necesidad de contar con un estudio prospectivo más actualizado sobre este tema que pueda determinar el comportamiento de las fracturas mandibulares atendidas en el departamento de Cirugía Maxilofacial del Hospital Universitario "General Calixto García” entre noviembre de 2010 y octubre de 2011. De ahí, el planteamiento de la siguiente pregunta científica, ¿Cómo determinar el comportamiento de las variables asociadas a las fracturas mandibulares? Objetivo general Caracterizar las fracturas mandibulares en el Hospital Universitario "General Calixto García “en el período correspondiente al 1 de Noviembre de 2010 hasta el 31 de Octubre de 2011. Objetivos específicos 1. Caracterizar la distribución de las fracturas mandibulares según la edad, sexo, etiología del trauma, localización anatómica y tipo de fractura. 2. Identificar los diferentes tipos de tratamientos empleados. 3. Precisar las complicaciones postoperatorias en relación con el tratamiento realizado. 4. Valorar los resultados en el posoperatorio mediato. Marco teórico y referencial. A lo largo de la historia de la cirugía bucal y maxilofacial se recoge los diversos criterios y aportes realizados por el hombre desde las primeras etapas de la humanidad a cerca del manejo terapéutico de las fracturas mandibulares, por lo cual se refleja a continuación los principales hallazgos sobre dicha temática: En la Edad Antigua, el "Papyrus quirúrgico", de Edwin, actualmente en la Biblioteca de la New York Academy of Medicine; manuscrito que data del Egipto del 1.600 al 1.700 a.C., se presentan 22 lesiones de la cabeza que incluyen la descripción de fracturas y dislocaciones mandibulares, lesiones de los labios y del mentón, e indica el diagnóstico, tratamiento y pronóstico. Hipócrates (460-377 A.C.), padre de la medicina, describe en los libros de la Colección Hipocrática o Corpus Hippocraticum un inmenso caudal de sus saberes médicos; realizaba los vendajes hipocráticos cuando la fractura era de mandíbula y la sostenía con pequeñas tablillas. (5) En el Período Medieval, la primera Escuela de Medicina se estableció en Salerno en Italia, y Guglielmo Salicetti en 1275 dio en su Praxeos Totius Medicinae, instrucciones precisas sobre el tratamiento de las fracturas de la mandíbula. Estas son esencialmente similares a los definidos primeramente por Hipócrates, pero en una edición posterior del tratado de Salicetti, que fue impresa en Lyon en el año 1492, se retoman los métodos tradicionales de alambrado de los dientes de la mandíbula con el maxilar. (7) En la primera parte del siglo XVIII muchos avances en los conocimientos anatómicos y fisiológicos se habían hecho, y la era de la odontología como Ciencia fue anunciada con la publicación de un libro, en 1728, por Pierre Fauchard, titulado "Traite de Chirurgie Dentaire". Aunque Fauchard no hizo ninguna contribución especial para el tratamiento de las fracturas de la mandíbula, el impulso que dio a la elaboración de prótesis dentales estimuló a otros a desarrollar técnicas para el control odontológico de los fragmentos que por el uso de la ligadura simple de los dientes y el apoyo de un vendaje. Chopart y Desault en su "Traite des Maladies Chirurgicales" publicado en París en 1779, describieron una férula que era esencialmente un canalón de hierro que se invierte y se coloca a las superficies oclusales de los dientes inferiores en ambos lados de la línea de fractura, siendo más estrictas con el contacto firme con tornillos que actúan sobre barras de conexión a una placa de metal en hierro en el dispositivo intraoral. El movimiento de los fragmentos fue impedido por la compresión entre las superficies oclusales de los dientes y el borde inferior de la mandíbula. (13) Las variaciones de este principio se emplearon durante casi cien años, se introdujeron en Alemania por Rutenick en 1799, quien aplicó una mayor estabilización por medio de un arnés en la cabeza; en Inglaterra, Lonsdale lo introdujo en 1833; y en Holanda por Hartig y Grebber en 1840. Para 1944, el Dr. John Erich (1907-93) y Louis T. Austin escribieron e ilustraron en un libro de 600 páginas titulado "Traumatic Injuries of Facial Bones", donde proveyó el marco para el diseño del arco-barra con ganchos siendo predecesor de la comúnmente llamada férula de Erich usada a nivel mundial para la fijación maxilo-mandibular. Brown McDowell, en dos trabajos bien documentados realizan las fijaciones de las partes fracturadas por medio de fragmentos de clavos Kirschner, prefiriendo el acero inoxidable, con ocho décimas a 2 mm de diámetro. (14) Traumatismos faciales Las fracturas faciales son asociadas con una severa morbilidad, pérdida de la función, estética y altos costos en su tratamiento. (15) El esqueleto facial está conformado por huesos dotados de diferentes resistencias. El frontal constituye el hueso más resistente de la cara siendo capaz de soportar entre 400 y 1000kg antes de fracturarse. En el extremo opuesto se encuentran los huesos propios nasales capaces de resistir solo de 12 a 30 kg. Las cifras correspondientes al malar son de 90 a 300kg, el maxilar soporta entre 100 y 200kg y la mandíbula 400 a 450 kg en un impacto anteroposterior sinfisiario y de 95 a 350kg en impactos laterales sobre el cuerpo. A pesar de su elevada resistencia intrínseca, la mandíbula se fractura con frecuencia en el curso de los traumatismos faciales, debido a su situación prominente. La mandíbula no posee espesor uniforme por lo que hay zonas más débiles que otras como: el segmento cercano al agujero mentoniano, el ángulo de la mandíbula y el cuello del cóndilo; o bien se hallan debilitadas por alguna otra causa como es la ausencia de dientes o la presencia, en su espesor de un diente retenido e incluso una patología como tumores, quistes e infecciones. (16) Anatomía quirúrgica de la mandíbula La mandíbula está situada en la parte inferior de la cara. Se distinguen en ella tres partes, el cuerpo y dos partes laterales, las ramas que se alzan en los extremos posteriores del cuerpo. El cuerpo está incurvado en forma de herradura. Presenta una cara anterior convexa, una cara posterior cóncava, un borde superior o alveolar y un borde inferior libre. Cara anterior: la sínfisis mandibular es la huella de la unión de las dos piezas laterales que integran la mandíbula. La sínfisis mandibular termina inferiormente en un vértice triangular de base inferior, la protuberancia mentoniana.De ésta nace la línea oblicua que se dirige posterior y superiormente y tiene continuidad con el labio lateral del borde anterior de la rama mandibular. Superior a la línea oblicua se encuentra el agujero mentoniano. Este orificio se sitúa a la misma distancia de los dos bordes de la mandíbula y en una vertical que pasa entre los dos premolares; el cual da paso a los vasos y nervio mentonianos. Cara posterior: Se aprecian en la parte media y cerca del borde inferior las espinas mentonianas. Las espinas superiores sirven de inserción a los músculos genioglosos, las inferiores a los músculos genihiodeos. De las espinas mentonianas nace a cada lado una línea oblicua milihiodea. La línea milohiodea se dirige superior y posteriormente y termina en la rama mandibular formando el labio medial de su borde anterior, sirve de inserción al músculo milohiodeo. Inferior a ella se halla el surco milohiodeo, por el que pasan los vasos y el nervio del mismo nombre .La línea milohiodea divide la cara posterior del cuerpo de la mandíbula en dos partes. Una superior, la fosita sublingual y aloja la glándula sublingual. La otra, inferior, la fosita submandibular, que ocupa la glándula submandibular. Borde superior o alveolar: está excavado por cavidades, los alvéolos, destinadas a las raíces de los dientes. Borde inferior: es grueso, obtuso y liso. Presenta un poco por fuera de la línea media, la fosa digástrica, en la cual se inserta el vientre anterior del músculo digástrico. Las ramas de la mandíbula son rectangulares, alargadas de superior a inferior y presentan dos caras, una lateral y otra medial y cuatro bordes. Cara lateral: Se aprecian en su parte inferior las crestas rugosas, oblicuas inferior y posteriormente, en las cuales se insertan las láminas tendinosas del masetero. Cara medial: existen también en la parte inferior de la cara medial crestas rugosas, oblicuas inferior y posteriormente, marcadas por la inserción del músculo pterigoideo medial. En la parte media de esta cara se encuentra el orificio de entrada del conducto mandibular en el cual penetran los vasos y nervios alveolares inferiores. El también llamado conducto mandibular está limitado anteriormente por la língula mandibular (espina de Spix), sobre la cual se inserta el ligamento esfenomandibular. Bordes: El borde anterior está comprendido entre dos crestas o labios, uno medial y otro lateral. El labio medial limita inferiormente con el labio lateral. Su extremidad inferior se continúa más o menos directamente con la línea milohiodea del cuerpo de la mandíbula. Superiormente, el labio medial asciende sobre la cara medial de la rama mandibular y de la apófisis coronoides formando la cresta temporal.En el canal que limitan inferiormente los dos labios del borde anterior se observa la cresta buccinatris, que sirve de inserción al músculo buccinador.Los dos labios del borde anterior sirven de inserción a los fascículos tendinosos del músculo temporal. El borde posterior es grueso y romo y describe una curva en forma de "S", muy alargada. El borde inferior tiene continuidad con la porción inferior del cuerpo mandibular. Cuando se une con el borde posterior de la rama de la mandíbula forma el gonion o ángulo de la mandíbula. En su porción anterior lo cruza una depresión transversal debida al paso de la arteria facial. El borde superior presenta dos salientes, uno posterior, la cabeza de la mandíbula (cóndilo), y otro anterior, la apófisis coroinoides, separados entre sí por la escotadura mandibular. El cóndilo es una eminencia oblonga, que por debajo de su extremo lateral se inserta el ligamento lateral de la articulación temporomandibular. La cabeza está adherida a la rama mandibular por el cuello de la mandíbula, que presenta medial y anteriormente una fosita rugosa en la que se inserta el músculo pterigoideo lateral. (17) La apófisis coronoides es triangular .Su cara lateral es lisa. Su cara medial presenta la cresta temporal. Su borde anterior tiene continuidad con el labio lateral del borde anterior de la rama mandibular. Su borde posterior, limita anteriormente con la escotadura mandibular. La apófisis coronoides sirve de inserción al músculo temporal. (18) Arquitectura y configuración interna. La mandíbula está formada por una gruesa capa de tejido compacto y de tejido esponjoso. El conducto mandibular lo atraviesa de lado a lado. Este conducto comienza en la cara medial de la rama mandibular y se dirige inferior y anteriormente. (19) Fracturas mandibulares Las fracturas mandibulares son las más frecuentes en traumatología facial tras las fracturas nasales, siendo motivo de numerosas consultas en los Servicios de Urgencias. Su etiología viene determinada por impactos en el tercio inferior de la cara siendo los más frecuentes los accidentes de tráfico y las agresiones físicas, si bien las caídas, accidentes domésticos, armas de fuego, explosiones o la práctica de deportes de alto riesgo, constituyen causas de menor frecuencia. (3) Las fracturas mandibulares suelen localizarse en regiones que presentan cierta debilidad (ejemplo el cóndilo mandibular) y en las que la estructura ósea tiene una menor resistencia o existe un edentulismo o presencia de dientes retenidos, quistes o largas raíces dentales. El agente puede ocasionar la fractura por mecanismo directo (produciéndose la fractura en el lugar del traumatismo) o indirecto (muy frecuente la fractura condílea en fuertes traumatismos sinfisarios). (20) A pesar de existir diversas clasificaciones de fracturas mandibulares a criterio del autor las más ilustrativas para el manejo de las fracturas mandibulares en general son las realizadas por Kruger, Digman y Fry respectivamente. Según Kruger (11), las fracturas se clasifican en varios tipos, dependiendo de la gravedad de la fractura y de si ésta es simple, en tallo verde, expuesta o conminuta. Una fractura simple es aquella en la que el integumento que la recubre está intacto. El hueso se ha roto por completo pero no está expuesto al medio externo .Puede ser desplazada o no. Una fractura en tallo verde es aquella en que un lado del hueso está roto, mientras que el otro está doblado. Una fractura expuesta es aquélla en que la rotura de hueso se asocia con una herida externa. Una fractura conminuta es aquella en la que el hueso está fragmentado o aplastado Puede ser simple (es decir no abierta a los contaminantes externos) o expuesta. Dingman (5) en 1964, según las regiones anátomicas donde se localizan, las clasificó de la siguiente manera: sinfisiarias, parasinfisiarias, de cuerpo, de ángulo, de rama, de cóndilo o apófisis condilar y de apófisis coronoide. Fry y cols (12), clasificaron las fracturas de la mandíbula como "favorables" y "desfavorables", dependiendo de que la línea de fractura estuviera o no en dirección tal que permitiera el desplazamiento muscular. Estos desplazamientos se producen en el plano horizontal y por lo tanto se emplean la expresión favorable horizontal y desfavorable horizontal.Una fractura horizontalmente favorable se presenta si el borde inferior de la fractura se produce más hacia adelante y la línea de fractura se extiende en dirección distal, provocando una traba mecánica en el fragmento posterior para soportar la tracción muscular ascendente.Sin embargo , si la fractura se extiende hacia adelante hacia el reborde alveolar desde un punto posterior del borde inferior estaremos en presencia de una fractura horizontalmente desfavorable. Si la mandíbula pudiera visualizarse directamente desde el maxilar, de manera que las caras oclusales de los dientes se vieran en un plano, se vería que una línea de fractura desfavorable vertical se extiende desde un punto posteroexterno hasta otro anterointerno. No existe obstrucción a la tracción muscular hacia la línea media. Una fractura favorable vertical se extiende desde un punto anteroexterno a uno posterointerno. El desplazamiento de una fractura de mandíbula es resultado de los siguientes factores: Tracción muscular: se pierde la acción de equilibrio entre grupos de músculos y cada uno de ellos ejerce su fuerza sin ser antagonizada por otro grupo muscular. Los músculos masetero y pterigoideo interno, desplaza el fragmento posterior ayudado por el músculo temporal. La fuerza opuesta, es decir, la de los músculos suprahiodeos, desplaza el fragmento anterior hacia abajo.Estas fuerzas deberían equilibrarse entre sí si estuvieran insertadas en un hueso entero. Dirección de la línea de fractura: dependiendo de que la línea de fractura estuviera o no en dirección tal que permitiera el desplazamiento muscular. Fuerzas: la fuerza en sí puede puede desplazar a las fracturas alejando a los extremos óseos, impactándolos o empujando los cóndilos fuera de sus cavidades. Factor dentario: existe una mejor distribución de las cargas tras un impacto en pacientes dentados que en pacientes edentes pues la oclusión actúa como una barrera física limitando el desplazamiento de los segmentos. Diagnóstico Anamnesis: Un buen interrogatorio es de gran ayuda en el diagnóstico de las fracturas mandibulares. Lo que nos aporta darán una idea de la dirección e intensidad del impacto y, por ende, del posible tipo de fractura, las lesiones encefálicas asociadas, el grado de infección que puede existir según el tiempo transcurrido y las condiciones ambientales. (21) Examen físico: La inspección y la palpación serán realizadas tanto intraoralmente como extraoralmente. La inspección revelará equimosis y deformidad en el sitio de la fractura, así como falta de alineación de los dientes. Cuando el paciente trate de hacer su mordida habitual se apreciará una maloclusión más o menos acentuada. La palpación se comienza desde la región del cóndilo, y se manda al paciente a hacer movimientos de apertura, cierre y lateralidad y se continúa a todo lo largo del borde posterior de la rama ascendente, la región del ángulo y todo el borde inferior del cuerpo de la mandíbula hasta la región del mentón. Esta palpación debe hacerse bimanualmente de manera que sirva como medio de comparación. Cuando se sospecha fractura condílea, resulta útil la maniobra de introducir los dedos meñiques con los pulpejos hacia delante en ambos conductos auditivos externos y pedir al paciente que haga movimientos mandibulares para detectar cualquier anormalidad o falta de movilidad de la cabeza del cóndilo. Así mismo, es donde único se puede aplicar la auscultación para detectar crepitación, chasquido o ausencia de ruídos articulares. Finalmente la mandíbula se debe tomar suave pero firmemente por ambos lados de la zona sospechosa de fractura, lo cual permite descubrir cualquier movimiento anormal o la existencia de crepitación. Medios auxiliares de diagnóstico: La radiografía es un elemento complementario de gran valor para el diagnóstico de estas fracturas. Las proyecciones posteroanteriores y laterales oblicuas de mandíbula, permiten una visión completa de la mandíbula desde la región canina o de premolares hasta la región condílea. La proyección de Towne es especialmente útil también para detectar fracturas condileas.A nivel de la región mentoniana resulta de gran utilidad la radiografía dental de tipo oclusal para evitar la interferencia de esta región con las vertebras cervicales en la vista posteroanterior. También, la ortopantomografia constituye una vista muy valiosa en el diagnóstico de estas fracturas. En algunos casos hace que no sea necesario realizar el resto de las vistas tradicionales. Los cortes bidimensionales de Tomografía Axial Computarizada (TAC) y los multicortes tridimensionales del tercio inferior facial resultan herramientas muy efectivas en la corroboración del diagnóstico clínico. A demás, la implementación de diferentes softwares a fines y el empleo de la estelolitografía contribuyen a un diagnóstico certero. (22) Tratamiento La conducta terapéutica aplicable al tratamiento de las fracturas de la mandíbula depende de la cantidad de dientes existentes, su distribución , el sitio del foco fractutario y si se trata de una fractura horizontal o verticalmente favorable o desfavorable .Como principio general, el tratamiento estará encaminado a la reducción y fijación de la fractura, teniendo siempre como fundamento la restitución de la oclusión habitual del lesionado antes del trauma; esto es tanto más importante cuanto mayor sea la superficie masticatoria, de acuerdo con el caso se lograrán estos objetivos mediante distintos tipos de suturas de alambre intraóseas. (23) En ocasiones se puede realizar el tratamiento de una fractura mandibular usando solamente férulas dentarias que pueden ser confeccionadas en acrílico o con arcos vestibulares, o por el método de las férulas coladas o coronas. Usando entonces tracción elástica entre el maxilar y la mandíbula, se obtiene la reducción de la fractura su fijación y la oclusión deseada. En los casos en que son necesarias la reducción y la fijación de la fractura por la técnica de la sutura de alambre intraósea, el procedimiento se complementa siempre con la tracción elástica maxilomandibular mediante una de las formas ya explicadas. De esto último depende la normalización de la función masticatoria. Solamente se apartan de los principios generales planteados hasta ahora las fracturas del cóndilo, en estas se sigue, la mayoría de las veces, un tratamiento conservador de tipo dinámico, con el que se trata de producir una pseudoartrosis a nivel de la fractura. Esto se logra restituyendo la oclusión habitual del lesionado por medio de las tracciones elásticas ya mencionadas, y añadiendo ejercicios de apertura y cierre de la boca, una vez por semana, durante un período de un mes y medio. (21) Medios de fijación Fijadores externos: Los fijadores externos tienen indicaciones limitadas en las fracturas mandibulares. Son utilizados en pérdidas de sustancia ósea, fracturas conminutas, heridas altamente infectadas en las que no se debe interponer material extraño y en traumatismos con pérdida de partes blandas que impida la cobertura del material de osteosíntesis. Fijación intramedular: Se trata de una técnica prácticamente abandonada y sustituida por la osteosíntesis con placas, que se emplea para tratar fracturas del cuello articular en pacientes con edentulismo total o parcial. Alambre de acero: Produce una coaptación para mejorar la estabilidad en las fracturas mandibulares. Es muy útil en el ajuste de una reducción y en traumatismos con varios fragmentos que después pueden ser reforzados o no con miniplacas. Mantienen poco contacto con el hueso y resisten mal las fuerzas de torsión y compresión. (24) Osteosíntesis de estabilización funcional: Técnica que permite una consolidación primaria sin formación de callo óseo mediante el alineamiento de los fragmentos, reparándose la fractura antes que en el proceso secundario. El material utilizado es acero resistente a la corrosión, titanio o vitalio. Estos materiales tienen una gran compatibilidad tisular que permite su integración y el que no sea necesario su retirada si no presenta intolerancia el paciente. El acero inoxidable posee una gran rigidez y es utilizado raramente hoy en día. Del mismo modo se ha ido abandonando paulatinamente el uso de vitallium y de las aleaciones de titanio en favor de las placas de titanio puro de mayor plasticidad, fácil manejo y osteointegración. (21) A partir de los estudios diseñados por la asociación Suiza para la fijación interna (ASIF: Asociation for the Study of Internal Fixation) se crea un nuevo sistema AO (Asociación para la Osteosíntesis) que es modificado y desarrollado para la osteosíntesis de la región maxilar por Spiessl, Schilli y Niederdellmann. Por otro lado Luhr, Becker y Machtens crean un sistema de maxiplacas de aleación ligera (Vitallium). Sistema AO de placas: Existen dos tipos de placas con tornillos como son la placa de compresión dinámica (DCP: Dynamic Compression Plate) y la placa con orificios de deslizamiento por tensión (EDCP: Excentric Dynamic Compression Plate) con efecto de compresión horizontal y vertical. Las placas se fijan cerca del reborde basilar con tornillos bicorticales evitando las raíces dentarias y el canal mandibular. (3) Así mismo conviene doblar la placa en contacto con la línea de fractura de forma que la concavidad permita que los tornillos aproximen también la parte lingual. Estas placas se suelen colocar por vía extraoral a excepción de la región mentoniana. Las DCP realizan una fuerza de compresión sobre las líneas de fractura y una fuerza de tracción sobre la placa. En fracturas en la arcada dentaria será necesario utilizar un cerclaje para la tracción. Si ésta se encuentra fuera de la arcada se absorben las fuerzas de tracción con una sutura con alambre o con otra placa pequeña sin efecto compresivo. Las EDCP presentan unos orificios para ejercer la presión sobre la placa y otros oblicuos y más alejado de la línea de fractura que realiza la compresión sobre la apófisis alveolar y así evitar disyunciones a nivel del reborde alveolar. Este sistema está indicado en pacientes edéntulos. (25) Miniplacas: En un primer momento Michelet y con posterioridad Champy comenzaron a utilizar miniplacas sobre las líneas de fuerza mandibulares (líneas ideales de osteosíntesis). Las miniplacas se fijan por tornillos monocorticales de 2 mm de diámetro y longitud variable. Existen unos tornillos de recuperación de 2´3 mm. Las miniplacas tienen un grosor de 1 mm y las microplacas de 0´5 mm con tornillos de 1 mm de diámetro. Los tornillos de fijación bicortical (Compression Lag Screw Fixation) se emplean en fracturas oblicuas realizando una gran fuerza de compresión sobre todo al colocar los tornillos perpendiculares a la línea de fractura. Son de titanio y autoroscantes y su longitud se elige dependiendo del grosor de la cortical y la resistencia del hueso. Normalmente es necesario emplear al menos dos tornillos para la fijación ya que la utilización de uno sólo no permite soportar grandes fuerzas de rotación. También, existen placas en tres dimensiones (3D) o en malla. Así mismo, en la actualidad se utilizan materiales de osteosíntesis reabsorbibles con una elasticidad semejante a la del hueso que no precisan ser retirados, entre ellos encontramos el poliglactín y el ácido pliglicólico o polidiaxonona. (23,26) Abordajes quirúrgicos Intraoral: Esta vía de abordaje permite un campo quirúrgico más limitado pero con una mejor tolerancia cicatrizal y estética. Permite acceder a fracturas parasinfisarias y del cuerpo mandibular, si bien la prolongación de la incisión puede exponer cualquier región anatómica. Extraoral: Se utiliza en fracturas de ángulo, rama o cóndilo. A pesar de dejar una cicatriz residual tiene la ventaja de evitar contaminaciones o inoculaciones bacterianas propias de la flora oral. Vía preauricular: permite acceder a la cabeza del cóndilo. Vía submandibular o de Risdon: permite abordar el ángulo y la parte inferior de la rama. Vía retromandibular o de Hinds: permite acceder al cuello del cóndilo (fracturas infracondíleas). (20, 22,24) Complicaciones Las complicaciones más frecuentes que se producen en estas fracturas son: la pseudoartrosis, la maloclusión dentaria y la osteomielitis. En las fracturas condileas la complicación más grave es la anquilosis temporomandibular. (27) Diseño metodológico Se realizó un estudio prospectivo de corte transversal y descriptivo en el servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Universitario “General Calixto García” en el período comprendido del 1 de Noviembre de 2010 hasta el 31 de Octubre de 2011. El universo de estudio estuvo constituido por los pacientes mayores de 19 años atendidos en el servicio con diagnóstico clínico-radiográfico de fractura mandibular por traumatismo en región facial, Para dar solución adecuada al problema científico planteado se recurrió a la aplicación de diferentes métodos que respondieran a las exigencias del estudio. Por ello durante el desarrollo de la investigación se aplicó el método empírico: entrevista, encuesta, observación y examen físico. Para evaluar los resultados cuantitativos se empleó el método estadístico, a través de los paquetes Microsoft Excel y el SPSS 11.5. A demás se efectuó un análisis documental a partir de la literatura de la especialidad y de las principales experiencias reportadas en textos, publicaciones seriadas y electrónicas. Los pacientes fueron encuestados y examinados. Luego de explicarle al paciente las consideraciones bioéticas de la investigación y la firma de la planilla de Bioética médica, se procedió a llenar la Tabla de recolección de datos. Consecutivamente, se le realizó un seguimiento por 3 meses después de instaurado el tratamiento correspondiente, con una frecuencia semanal durante el primer mes de status postoperatorio mediato y mensual hasta completar los 3 meses. Momento en que se evalúan los resultados del tratamiento empleado. Esta investigación destaca el comportamiento de las fracturas mandibulares como eje conductor, lo cual constituye el objeto de estudio. La unidad de observación es el Hospital Universitario " General Calixto García”. El aporte teórico de esta investigación lo constituye la revisión bibliográfica actualizada del tema, pues los elementos considerados en el marco teórico son de utilidad para la docencia y la investigación. La recopilación estadística del trauma mandibular ocurrido en el Hospital Universitario “General Calixto García", en el período comprendido del primero de noviembre de 2010 al 31 de octubre de 2011 deviene en aporte práctico y la novedad científica lo determina el desarrollo de un estudio prospectivo enfocado en este aspecto de la traumatología maxilofacial. Definición operacional de las variables Variables Escala Definición Edad Cuantitativa Años continua cumplidos Indicador 18-30 31-40 41-50 51-60 Variables Escala Definición Indicador 61 y + Sexo Etiología Cualitativa Según sexo nominal biológico Cualitativa Causa fractura -Accidentes de tránsito traumática Femenino Masculino -Agresiones físicas -Caídas de altura - Accidentes de trabajo - Accidentes deportivos - Iatrogenia Clasificación de Cualitativa Región Dingman según nominal anatómica localización mandibular Sínfisis y parasínfisis Cuerpo Ángulo Rama ascendente Cóndilo Apófisis coronoides. Clasificación de Cualitativa Dirección de Horizontal y verticalmente Variables Escala Definición Indicador Fry según grado nominal líneas de favorables o desfavorables de fracturas y el desplazamiento efecto de la acción muscular en los segmentos fracturados Clasificación de Cualitativa Dependiendo Kruger de gravedad según nominal Simple. En tallo verde. gravedad de la de la fractura y fractura. de si está simple, Expuesta. Simple conminuta. expuesta o Expuesta conminuta conminuta Complicaciones postoperatorias Cualitativa nominal Todo evento Inmediatas: Maloclusión, patológico que sepsis, trastornos de la altere la ATM, hemorragia, curación de las dehiscencia fracturas Mediata: Maloclusión, trastornos de la ATM, Variables Escala Definición Indicador pseudoartrosis, anquilosis, osteomielitis Tratamiento. Cualitativa Tratamiento Conservador: Fijación conservador y maxilo- mandibular. quirúrgico Colocación de tutores Gunning. Tratamiento higiénico dietético Quirúrgico: Abordaje de foco de fractura y reducción con placas u osteosíntesis alámbrica Tratamiento empleado. Cualitativa Según resultado el Satisfactorio: buena del oclusión y correcto tratamiento alineamiento de los empleado fragmentos óseos fracturados Insatisfactorio: maloclusión e incorrecto alineamiento de los fragmentos óseos fracturados Análisis y discusión de los resultados El universo de trabajo de este estudio estuvo constituido por 50 pacientes. Tabla 1. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según edad. A través de la misma se constató que los grupos etarios que más presentaron fracturas mandibulares fueron los de 18 a 30 años, seguido por el de 30 a 40 años con un 34 y un 30% de pacientes afectados respectivamente con dicha patología. Lo cual coincide con el estudio realizado por Avello (28) quien señala que el 72% se enmarca entre los 20 y 40 años de edad. También, en concordancia con Ayquipa (19) el cual resalta en su investigación que el grupo etario más afectado es el de 15 a 34 años con un 61.62% comportamiento lógicamente dado por ser una edad reportada en la cual se tiene mayor riesgo de estar involucrado como conductor de automóvil o motocicleta, en estado o no de embriaguez y a demás vinculado en actos violentos como peleas, asaltos y /o la práctica de deportes en general. (29) Grafico 1. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según sexo. En relación con el sexo el autor encontró predominio en el género masculino representado en un 80% de los examinados. En consonancia con lo anterior, Hernández (1) muestra en su serie que el sexo masculino es más vulnerable que el femenino con el 89,5 %. Además, Marí (30) , es del criterio de que la mayoría de fracturas mandibulares se dan en sujetos varones en una proporción aproximada de 3:1. Esta proporción es muy variable en función de los estudios, desde 9:1 a 2:1. Esto podría ser explicado por el mayor número de varones conductores así como en mayor proporción son los varones los que se ven envueltos en agresiones y altercados. Tabla 2. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según etiología del trauma. Al analizar la etiología de las fracturas mandibulares se observó que la agresión física fue el factor etiológico más frecuente presente en el 34% (N=17) de los encuestados, seguido de las caídas para un 28%(N=14). Los resultados encontrados por el autor son similares a los que publica Guyana, donde Hernández informa que (1) en un estudio realizado en la causa más común de las fracturas mandibulares es la agresión personal (68.6%) Igualmente en México, Pacheco (6) , reafirma en su serie de casos como causa más frecuente de fractura la violencia urbana con (41%), seguida por los accidentes automovilísticos (29%), caídas(17%), actividades deportivas (5%) y atropellamiento por vehículo automotor (3%). Este resultado coincide con los estudios similares realizados en otras grandes ciudades, como el de Ogundare(31) , llevado a cabo en Washington DC, quien encuentra como primera causa de fractura de mandíbula el asalto con violencia (79%); o como el de Dongas (32) , efectuado en Tasmania , Australia; donde 55% de los casos ocurren a partir de un asalto. Algo semejante reportan estudios realizados en Toronto, por Sojot 53,5% y en Queensland, Australia por Schon (34) (33) de un (78%), donde el asalto y la violencia interpersonal respectivamente, constituyen la primera causa de estas lesiones. En cambio, Rojas (4) y colaboradores hallan en Chile, que los accidentes automovilísticos son la principal causa (46%), algo parecido se encontró en estudios realizados por Klenk (35) y Subhashraj (36) en países del Medio Oriente, que reportan a esos accidentes como primera causa (59 a 90, 15%) Los accidentes de tránsito son la principal causa en las fracturas mandibulares en España. (37) Así mismo, Martíni (38) , da a conocer los resultados de un estudio realizado en São Paulo, Brasil sobre fracturas mandibulares; en el cual los accidentes de motor determinan la mayor causa de fracturas, seguidas de las agresiones físicas y caídas. Lo anterior, concuerda con los datos aportados por Saleh (7) , quien encuentra que los accidentes de tránsito son el principal factor etiológico de esta entidad en la Habana. Gráfico 2. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según localización anatómica. En esta gráfica se recopilaron 69 fracturas, teniendo en cuenta que en un paciente puede tener una o varias fracturas en una misma localización anatómica como en más de una de ellas e incluso bilateralmente, el segmento anatómico más afectado fue el cuerpo mandibular con 29% (N=20) y en segundo lugar el ángulo y el cóndilo mandibular para un 22% (N=15) respectivamente. En el curso de la investigación fue significativo que el autor no reportó ningún caso con fractura de coronoides y solamente se diagnosticó un caso con fractura en región de rama ascendente. En total acuerdo con los datos recopilados por el autor en Santo Domingo, República Dominicana, un estudio realizado por Diloné (39) en 1989 se registra que el cuerpo de la mandíbula representaba un 48%, constituyendo el sitio más afectado. Marí (31) en España en 2002 constata que las fracturas más frecuentes se dan en el cuerpo (29%) y cóndilo mandibular (26%), Parreira (40) en el 2006 presenta los resultados de un estudio realizado en Brasil sobre fracturas mandibulares como la zona anatómica más afectada el cuerpo. Por otro lado, se concuerda con Carrillo (18) , quien plantea que las fracturas de apófisis coronoides son poco frecuentes; avaladas por una serie de casos donde estas representan solo de 1 al 2% respecto a todas las fracturas mandibulares. Se discrepa con los resultados encontrados por Hernández (1), en Guyana en el año 2005, recopilación publicada en La Habana donde se concluye que la región anatómica más afectada fue el ángulo mandibular con el 67,4 % del total de casos y en ese orden le siguió el cuerpo mandibular con el 19,8 %. Crestanello (41) en Uruguay halla en el 2008 a la región condilar (22%) como la más afectada en su estudio seguido por el cuerpo mandibular (19,4%). También, en Colombia, Velázquez (8) , en 2008 confirma que las fracturas más frecuentes son de ángulo mandibular con 19% seguidas por las de parasínfisis (16%) en su estudio. Así mismo, Oribe (42) , describe que el orden de frecuencia de estas fracturas por regiones favorece al ángulo mandibular (31%) y en segundo lugar el cóndilo (18%). Tabla 3. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según número de focos de fracturas. Esta tabla agrupa a los pacientes según el número de fracturas a tratar. A través de ella se expone el grado de complejidad y las posibles variantes terapéuticas a tener en cuenta para el tratamiento integral del paciente con diagnóstico de fractura mandibular. En esta muestra se recogió que el 66% (N=33) presentó solamente un foco fractutario a realizar fijación y reducción. Todo lo anterior simplifica la conducta terapéutica tanto para el paciente como para el cirujano. De esta manera se obtienen resultados similares al estudio realizado por Rojas (4) ya que el 57,5% de los pacientes presenta una fractura mandibular, 33,7%; dos fracturas 6,8%; tres fracturas y sólo 1,8% de los pacientes presenta cuatro fracturas. También Crestanello (41) uno solo, 74 pacientes (40,2%) , registra que 86 pacientes (46,8%) con tuvieron dos focos fractutarios, con tres líneas de fracturas 21(11,4%) y con cuatro focos a tratar 3 pacientes (1,6%). Los resultados obtenidos por el autor difieren del resultado que encuentra Pacheco (6) pues obtiene en los pacientes incluidos en una muestra de 41 examinados un total de 65 fracturas mandibulares, de los cuales 21 (51,2%) tuvieron más de una, mientras 20 (48,8%) tuvieron una sola fractura. Es importante considerar la causa de la lesión, ya que a mayor magnitud de las fuerzas involucradas, es mayor la probabilidad de fractura. (43) En los accidentes automovilísticos numerosos artículos han demostrado la reducción significativa de la mortalidad y de lesiones graves con el uso y la incorporación de airbags frontales y laterales. (44) En la casuística internacional se reporta un aumento de la incidencia de los traumatismos por agresiones. (45) Las agresiones por golpes de puños no se describen como traumatismos de alta energía pero pueden generar lesiones complejas. Se constata que pueden causar una, dos, tres y hasta cuatro fracturas de mandíbula. Se debe destacar que las caídas, accidentes deportivos o laborales es un área donde es posible implementar mecanismos de prevención a través de la realización de estas actividades con medidas de seguridad adecuadas. (46) Tabla 4. Distribución porcentual de pacientes con fracturas mandibulares según la clasificación de Fry. En dicha tabla el autor observó que el 56% (N=56) de las líneas de fracturas descritas en los focos de fracturas fueron vertical y horizontalmente favorable y el 44% se comportaron como desfavorable en ambos sentidos. En correspondencia con la revisión que realiza Morejón (47) , la frecuencia de fracturas mandibulares según el grado de desplazamiento tanto en sentido vertical como horizontal, el mayor número de fracturas se clasifican en favorables 83,4 %, y un 16.6 % en desfavorable Sin embargo existen otros autores como Carling (48) y Bradley (49) que reportan una mayor incidencia de fracturas desfavorables. Tabla 5. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según clasificación de Kruger. La siguiente tabla distribuye los focos de fracturas según su grado de complejidad, donde el autor obtuvo un 56% (N=28) de los focos fractutarios con exposición al medio bucal o al medio externo; seguido de las simples para un 36%.Las conminutas simples y complejas tuvieron una baja incidencia representando el 4% respectivamente. Lo anterior concuerda con una la serie de casos recogida por Kruger (11) mandibulares donde obtiene una incidencia de un 74% de fracturas expuestas y solo un 23% en las simples o no expuesta. Contrario al criterio de este autor Avello (28) nota que la mayoría de los pacientes encuestados (42%) de sus casos tienen fracturas simples. Grafico 3. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según tipo de tratamiento. Esta gráfica muestra la relación del método terapéutico empleado en la reducción y fijación de los sitios de fractura. En el período en que se enmarca la investigación el autor observó un ligero predominio de la terapéutica quirúrgica sobre la conservadora, siempre teniendo en cuenta las especificidades e indicaciones terapéuticas en cada paciente. El 58% de los encuestados recibieron tratamiento quirúrgico. Se comparte la opinión de Figueroa (50) , quien plantea que el tratamiento de las fracturas mandibulares en la actualidad se encamina hacia la reducción abierta y la estabilización con medios de fijación rígidos o semirígidos (68,9% de las fracturas), lo que permite un alta precoz evitando el bloqueo maxilo mandibular (BMM) y los problemas que esto implica, en especial el riesgo de obstrucción respiratoria y dificultad de alimentación e higiene bucal. En su experiencia, el sistema AO ha demostrado su eficiencia en el tratamiento quirúrgico de los pacientes. Varios son los autores que reportan las reducciones abiertas como la técnica más común hasta en un 80% (51) y 85 % (52) . En otros países como Irán se reporta lo contrario, pues Kalantar (53) relata que el 56% de las reducciones de fracturas mandibulares fue realizado de manera cerrada. Tabla 6. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según complicaciones posoperatorias .En la siguiente tabla se observó que dentro de las complicaciones posoperatorias que cuatro pacientes (57.1%) presentaron maloclusión, la sepsis, dehiscencia y trastornos de la ATM se reportaron con un caso (14.3%) respectivamente. Este criterio se reafirma a través de los resultados de Rojas (4) pues en su experiencia en el tratamiento de las fracturas mandibulares la complicación más frecuente es la maloclusión (23,5%) estrechamente vinculada con dos situaciones: pacientes con fractura subcondilar y pacientes en los que se emplean placas compresivas. La infección (9,2%) fue la segunda complicación más observada en este estudio, con quince fracturas de los cuales siete correspondían a fracturas del ángulo mandibular, tres fracturas parasinfisiarias, tres fracturas de cuerpo y dos fracturas de sínfisis. Sin embargo, en la literatura internacional se recoge un estudio realizado por Serena (37) acerca de las complicaciones post-operatorias, en el cual obtiene la mayor casuística en los casos con infección posoperatoria en 32 pacientes (59,2%), seguido por 13 casos (24%) de mala unión, y un paciente con limitación de apertura bucal por interposición de un fragmento óseo en fractura de cóndilo mandibular. Así mismo, en un estudio prospectivo, James (54) evalúa 253 pacientes consecutivos y encuentra infección postoperatoria en el 6.95% sin tener relación la infección postoperatoria con la extracción o no del diente situado en la línea de fractura. También, Limchayseng (55) estudia 158 fracturas de ángulo mandibular y encuentra infección a pesar de tratamiento antibiótico postoperatorio; observa mayor número de infecciones en las fracturas moderadas o muy desplazadas. Además, nota que las fracturas tratadas con medios de fijación rígidos y/o semirígidos tienen una mayor incidencia de infección (28%) que las tratadas con reducción abierta y fijación alámbrica (6%). Gráfico 4. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según resultados del tratamiento. En la siguiente tabla el autor recopiló la información de que el 94% (N=47) de los pacientes recibió un tratamiento evaluado de satisfactorio y solo el 6% (N=3) presentó maloclusión y/o una incorrecta alineación de los fragmentos óseos fracturados. Flores (56) obtiene igualmente evolución satisfactoria en un 78% de los pacientes, en los cuales no afrontaron ninguna complicación, en un 2% no fue satisfactorio el tratamiento y en el 20% restante no se consignó este acápite en los expedientes por abandono a las consultas de control dado que el 95% de los examinados presentaban una situación socioeconómica desfavorable y viven en lugares distantes al hospital. Li (10) en un estudio retrospectivo de 10 años en fracturas mandibulares se contabilizan 135 casos de mala unión. Los pacientes que fueron víctimas de lesión por proyectil de arma de fuego, en su mayoría presentaron complicaciones post-operatorias de este tipo, por lo que podemos suponer que la intensidad del trauma es factor para el desarrollo de complicaciones, así como también el tipo de fractura ya que más de la mitad de los pacientes con historia de complicación post-operatoria se constatan fracturas múltiples de mandíbula. La severidad y etiología del trauma maxilofacial son factores que influyen en una unión anormal y dificulta el tratamiento de las fracturas mandibulares. Conclusiones 1. Las fracturas mandibulares fueron más frecuentes en el grupo etario de 18 a 30 años y en el género masculino. 2. La agresión física fue el principal factor etiológico. 3. El cuerpo mandibular fue la región anatómica más afectada. 4. La mayoría de las fracturas mandibulares se clasificaron como favorables y compuestas. 5. Predominó el tratamiento quirúrgico. 6. La complicación posoperatorias más frecuente fue la maloclusión dentaria. 7. La mayoría de los pacientes tratados obtuvieron satisfactorio al ser evaluados según el tratamiento recibido. resultado Recomendaciones Continuar desarrollando los análisis estadísticos de la traumatología mandibular. Así mismo, tener en cuenta los resultados y experiencias de esta investigación en futuros estudios descriptivos con este perfil. Potenciar el aumento del número de publicaciones sobre la casuística a nivel nacional y en nuestra provincia. Referencias bibliográficas. 1. Hernández L. Incidencia de fracturas mandibulares en Guyana. Rev Cubana Estomatol [en línea]. 2007; 4(2):1. [Consultado: 6 Enero 2010].Disponible en: http://scielo.sld.cu / scielo.php? 2. Espinosa JA. Generalidades de las fracturas faciales. Revista de Otorrinolaringología Cirugía Maxilofacial. [En línea] 2005. 39(3):1-4. [Consultado: 1 Octubre 2006].Disponible en: http://www. encolombia. com/medicina. 3. Yeste LE, Hontanilla B, Bazán A. Manual de Cirugía Plástica. Tema 45. Fracturas mandibulares. [En línea]. Navarra: Secpre, 2008. [Consultado:2 Mayo 2010] Disponible en: http// www.secpre.org /documentos %20% 2045 .html. 4. Rojas RA, Julián G, Lankin J. Fracturas mandibulares: experiencias en un hospital de traumatología. Rev MedChil 2005; 130(5):537-43. 5. Coiffman F. Cirugía plástica, reconstructiva y estética. Tomo 1. 2da edición. Bogotá: Ed. 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Yo _____________________________________________ejerciendo mi libre poder de determinación y voluntariedad, estoy de acuerdo con participar activamente en la investigación titulada: Comportamiento de las fracturas mandibulares en el Hospital Universitario "General Calixto García ", 20102011.Con el fin de ser parte de una encuesta y ser sometido a un examen bucal. Se me explicó el objetivo del estudio en cuestión, de participación absolutamente voluntaria, sin sufrir presión alguna y sin temor a represaría en caso de rechazo de esta propuesta. Se me ha explicado que la información es de carácter confidencial, salvo al investigador; mis datos personales y demás aspectos concernientes al estudio no podrán ser divulgados. Así mismo, la gratuidad de todos los procedimientos a realizar durante la investigación, por tanto autorizo a que me incluyan en la investigación, de acuerdo con su voluntad de salir. __________________ _________________ Firma del paciente Testigo _______________ Firma y cuño del residente ANEXO 2 Tabla de recolección de datos Nombre y apellidos. Dirección particular H. Clínica Edad Marca con una X Sexo 18-30 M 31-40 F Raza 41-50 B M N 51-60 Localización anatómica 61 y + Sínfisis Etiología Marca con una X Parasínfisis Accidentes de tránsito Cuerpo Agresión física Angulo mandibular Caídas de altura Rama ascendente Accidentes de trabajo Cóndilo Accidentes deportivos Apófisis coronoide Tratamiento Marcar con una X Número de focos de fracturas Conservador 1- 3- Quirúrgico 2- 4 y más Fracturas según desplazamiento Vertical Favorable Horizontal Desfavorable Favorable Desfavorable Fractura según gravedad Simples En tallo verde Compuestas Conminutas simples Conminutas complejas Complicaciones postoperatorias Inmediatas Mediatas Sepsis Pseudoartrosis Dehiscencia Maloclusión Hemorragia Osteomielitis Maloclusión Anquilosis Trastornos de la ATM Trastornos de la ATM ANEXO 3 Tabla 1. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según edad Grupos de edad # % 18-30 17 34 31-40 15 30 41-50 10 20 51-60 1 2 61 y más 7 14 Total 50 100 Gráfico 1. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según sexo Tabla 2. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según etiología del trauma Etiología # % Agresión física 17 34 Caídas 14 28 Accidentes de tránsito 10 20 Accidentes laborales 5 10 Accidentes deportivos 3 6 Armas de fuego 1 2 Total 50 100 Gráfico 2. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según localización anatómica Tabla 3. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según número de focos de fracturas # de focos de fracturas # % 1 33 66 2 12 24 3 3 6 4 y más 2 4 Total 50 100 Tabla 4.Distribución porcentual de pacientes mandibulares según la clasificación de Fry con fracturas Clasificación de Fry # % Horizontalmente favorable. 31 31 Horizontalmente desfavorable. 19 19 Verticalmente favorable. 25 25 Verticalmente desfavorable. 25 25 Total 100 100 Tabla 5. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según clasificación de Kruger Clasificación de Kruger # % Compuesta 28 56 Simple 18 36 Conminuta compleja 2 4 Conminuta simple 2 4 Total 50 100 . Grafico 3. Distribución de porcentual de pacientes con fractura mandibular según tipo de tratamiento Tabla 6. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según complicaciones posoperatorias Complicaciones posoperatorias # % Maloclusión 4 57.1 Sepsis 1 14.3 Trastornos de la ATM 1 14.3 Pseudoartrosis 1 14.3 Total 7 100 Gráfico 4. Distribución porcentual de pacientes con fractura mandibular según resultados del tratamiento ANEXO 4 Caso clínico 1 Fractura mandibular de cuerpo (izquierda). Tratamiento quirúrgico. Abordaje intraoral combinado con vía percutánea para realizar osteosíntesis estable con placa de titanium 2.7 y tornillos bicorticales. Fig1. Apariencia frontal. Fig2. Apariencia intraoral. Fig3. Rx PA Mandíbula. Fig4. Fijación intermaxilar con tornillos de fijación intermaxilar. Caso clínico 2 Fractura de cóndilo mandibular (bilateral). Tratamiento quirúrgico. Abordaje retromandibular o de Hinds (derecha). Se realiza afeitado condilar para inducir pseudoartrosis(del lado derecho). Fig1.Apariencia frontal. Fig2.Rx Towne invertida de mandíbula. Fig3. Fijación intermaxilar con tracción elástica. Fig4.Oclusión en postoperatorio mediato (21 días). Caso clínico 3 Fractura de ángulo (derecho) y parasínfisis (izquierda) mandibular. Fijación intermaxilar. Tratamiento quirúrgico. Se realiza abordaje intraoral y osteosíntesis alámbrica en ambos focos de fracturas. Fig1.Apariencia frontal Fig 2. Rx PA Mandíbula en postoperatorio mediato de 2meses. Fig 3. Apariencia intraoral y control de la oclusión en posoperatorio mediato de 2 meses.