PERSPECTIVA FILOSOFICA DE LAS COMPETENCIAS —LUDWIG

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PERSPECTIVA FILOSOFICA DE LAS COMPETENCIAS
—LUDWIG WITTGENSTEIN Y JURGEN HABERMAS—
(Versión Preliminar)
Por LUIS FERNANDO MARIN ARDILA
Profesor Universitario e Investigador
Has de tener presente que el juego de lenguaje es, por decirlo de algún modo, algo imprevisible.
Quiero decir: No está fundamentado. No es razonable (ni irracional).
Está allí —como nuestra vida.
Wittgenstein
Si es verdad que la utilización del lenguaje orientada al entendimiento exige de los participantes
en la comunicación una orientación por pretensiones de validez que en principio son susceptibles
de crítica; y si tiene sentido reconstruir el concepto filosófico de razón recurriendo al papel que
esas pretensiones de validez juegan en los procesos de entendimiento de tipo cotidiano y tipo
argumentativo, entonces el telos inmanente al lenguaje, es decir, el telos que representa el
entendimiento, puede calificarse, por analogía con la terminología kantiana, de «hecho de la
razón»
Habermas
El presente ensayo tiene como propósito recordar algunos aspectos filosóficos
del concepto de competencia tomando como referencia pasajes de la obra de
Ludwig Wittgenstein y de Jürgen Habermas.
En el caso del pensador vienés la utilización del vocablo competencia no es
explícita, en Habermas es utilizada un buen número de veces cuando se refiere
a la competencia comunicativa y a la competencia interactiva. Vamos a aludir
en el caso de Wittgenstein, a su teoría de los juegos de lenguaje en relación
con el hecho de que todo juego posee reglas y éstas a su vez son practicadas
por los jugadores competentes. Con Jürgen Habermas aludiremos a la
competencia comunicativa y a la interactiva, tal como las ha argumentado a lo
largo de su teoría de la acción comunicativa.
WITTGENSTEIN: JUEGOS DE LENGUAJE
¨No piensen. Vean!¨
Inmersos como estamos todos en contextos culturales, en formas de vida , en
culturas, en redes de significado, en comunidades lingüísticas, vivimos en una
integralidad de la vida material, el lenguaje y el pensamiento. La exhortación de
Wittgenstein es no hacer una filosofía que argumente desde la corrección o el
deber ser de lo que las proposiciones o las palabras significan. No podemos
afirmar que un juego de lenguaje —en el que necesariamente se involucran
reglas—sea más verdadero o más falso que otro. ¿ Cómo llega el pensador
vienés a estas consideraciones? Veamos:
Es conocido en los círculos filosóficos el modo en que Wittgenstein realiza un
movimiento transformador de su pensamiento desde su obra Tractatus logico—
philosophicus hasta su libro póstumo Investigaciones Filosóficas. En su gran
mayoría los autores coinciden en señalar que la diferencia gira en torno a las
consideraciones —que en uno y otro— se esgrimen en relación con la
naturaleza del lenguaje.
En el Tractatus el lenguaje era una especie de copia fiel de la realidad o como
dice el filósofo una pintura de los hechos del mundo. El lenguaje tiene un
carácter pictórico —representacional—. Cada vez que usamos el lenguaje lo
que estamos haciendo es retratando hechos através de las proposiciones.
Esta teoría representacional del lenguaje acarreó muchas controversias desde
el momento mismo en que en el ambiente filosófico y científico de la tercera
década del siglo XX fue asumida por los famosos integrantes del Circulo de
Viena (neopositivistas). Ellos se apoyaron en el Tractatus para construir una
filosofía que se constituía en la protectora del sentido, entendiendo por ello la
ciencia expresada en proposiciones sintáctica o lógicamente rigurosas. Sólo un
lenguaje formal, aséptico de polisiemias y ambigüedades podía garantizar que
las proposiciones tuvieran sentido. La otra parte de la estructura proposicional,
el contenido de las proposiciones, se podía verificar empíricamente. A este
respecto el mismo Tractatus les seguía prestando una valiosa ayuda ya que en
él se había concebido un isomorfismo entre la estructura de la proposición y la
estructura del hecho.
En 1952 y 1953 cuando aparecen sus Investigaciones Filosóficas todo el
pensamiento wittgensteiniano asociado con los positivistas va a desaparecer.
Ahora la naturaleza del lenguaje es otra —quizá sería mejor decir , desde ya,
que la naturaleza o la esencia del lenguaje no existe—. Si el significado era
concebido desde una lógica proposicional rigurosa en el Tractatus, en las
Investigaciones el significado es el uso, el lenguaje está integrado por un
conjunto de juegos de lenguaje y cada juego tiene unas reglas de su existencia:
Leamos en el fragmento 7:
“¨En la práctica del uso del lenguaje una parte grita las palabras, la otra
actúa de acuerdo con ellas; en la instrucción en el lenguaje se encontrará
este proceso: El aprendiz nombra los objetos. Esto es, pronuncia la
palabra cuando el instructor señala la piedra. — Y se encontrará aquí un
ejercicio aún más simple: el alumno repite las palabras que el maestro le
dice —ambos procesos se asemejan al lenguaje. Podemos imaginarnos
también que todo el proceso del uso de palabras es uno de esos juegos
por medio de los cuales aprenden los niños su lengua materna. Llamaré
a estos juegos “juegos de lenguaje” y hablaré a veces de un lenguaje
primitivo como un juego de lenguaje... Llamaré también “juego de
lenguaje” al todo formado por el lenguaje y las acciones con las que está
entretejido”
Podemos decir que si el significado estaba vertebrado en los positivistas por la
existencia de un lenguaje sintácticamente impecable, donde lenguaje y lógica
se confundían necesariamente, en Investigaciones Filosóficas no es a partir de
una lógica que damos cuenta del significado sino desde una pragmática, que
no es otra cosa que la observación del uso del lenguaje en los diferentes
juegos lingüísticos. Podemos decir que el significado no está dado ni por una
sintaxis a apriori, ni por una intencionalidad —subjetiva o privada— ni por un
contrato social o convención explícitamente fundada sino por una actividad
significativa, definida por un contexto o forma de vida, leamos los fragmentos
19, 23 y 241:
Puede imaginarse fácilmente un lenguaje que conste sólo de órdenes y
partes de batalla. —O un lenguaje que conste sólo de preguntas y de
expresiones de afirmación y de negación. E innumerables otros. —E
imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida. Fr. 19.
La expresión ‘juego de lenguaje’ debe poner de relieve aquí que hablar el
lenguaje forma parte de una actividad o de una forma de vida. Fr. 23.
«Dices, pues, que la concordancia de los hombres decide lo que es
verdadero y lo que es falso?»—Verdadero y falso es lo que los hombres
dicen; y los hombres concuerdan en el lenguaje. Ésta no es una
concordancia de opiniones, sino de forma de vida. Fragmento 241.
Ahora bien, los diversos lenguajes hay que comprenderlos como ‘’juegos
lingüísticos’’, que poseen sus propias reglas, precisamente de acuerdo a su
contexto o forma de vida. Estas reglas son de uso y/o de comunicación. por
ende, no tiene un origen individual o privado, se erigen en contextos sociales
determinados. Como no existe lenguaje que tenga el carácter de privado,
digamos que nuestra vida en el lenguaje es una vida conforme a reglas pero
éstas no son reglas a priori, son reglas de uso, de comunicación, de
interacción.
Por tanto ‘seguir la regla’ es una práctica. Y creer seguir la regla no es
seguir la regla. Y por tanto no se puede seguir ‘privadamente’ ¨la regla,
porque de lo contrario creer seguir la regla sería lo mismo que seguir la
regla. Fragmento 202.
A propósito de este fragmento y abordando el asunto de las competencias nos
interesa el concepto de seguir una regla, la capacidad de seguir una regla.
Las expresiones que emplea Wittgenstein a este respecto son las de
adiestramiento y no las de explicación. Se aprende por adiestramiento. Lo que
otra vez quiere decir, que el proceso de enseñanza-aprendizaje no está basado
en una metodología deductiva o inductiva. Quizá habría que hablar aquí de
pedagogías analógicas y no de deducciones axiomáticas. En Sobre la certeza
se nos dice:
Qué es ‘aprender una regla’? —Esto.
Qué es ‘cometer un error al aplicarla’?—Esto. Y lo que se señala es algo
indeterminado. Fragmento 28
La práctica de usar la regla muestra también qué es un error en su
utilización. Fragmento 29
Las reglas no son suficientes para establecer una práctica; también
necesitamos ejemplos. Nuestras reglas dejan alternativas abiertas y la
práctica debe hablar por sí misma’ Fragmento 139.
Según esto ¿ podemos afirmar la existencia de una competencia para seguir
una regla o la existencia de una competencia general de regla ? En cuanto a lo
primero es imposible afirmar una competencia exterior al uso mismo de la regla
o reglas y en cuanto a lo segundo, es imposible señalar la existencia de una tal
competencia general. ‘’Fijémonos en lo que sucedió cuando aprendí a sumar.
Primero, pudo haber habido o no un momento especificable, probablemente
durante mi niñez en el cual de pronto sentí (¡ Eureka!) que había aprehendido
la regla para la adición. Si no hubiera existido dicho momento, sería muy difícil
ver en qué podría consistir la supuestamente especial experiencia de mi
aprendizaje. Inclusive si hubiera habido un momento particular en el cual yo
hubiera gritado ‘’¡Eureka!’’ —con toda seguridad, el caso excepcional— ¿en
qué consistió la supuesta experiencia? Probablemente, en la consideración de
algunos casos particulares y un pensamiento —’’¡ ya lo tengo!— o algo
semejante.’’ 1
Podemos entender que un lenguaje, es decir una forma de vida —entendida
como relación entretejida de lenguaje, pensamiento y acciones— es un
sinnúmero de juegos de lenguaje que coexisten, se entrecruzan, se influencian,
etc. Esta multiplicidad de los juegos de lenguaje no pueden jeraquizarse desde
un supuesto ajuste especial de uno de ellos con la realidad. No olvidemos
que el significado es el uso y éste no puede definirse de antemano o a priori .
La idea de Wittgenstein es que vemos múltiples juegos de lenguaje, pero
cuando pensamos en la esencia de dichos juegos, se nos escapa la posibilidad
de decir algo, ya que no encontraremos una respuesta o un conocimiento de
las reglas universales —esenciales— del lenguaje o de los juegos del lenguaje.
¿Qué hace que esos juegos podamos identificarlos como juegos de lenguaje?,
¿Qué es lo común a todos ellos? Si los juegos de lenguaje los asimilamos a
juegos de enunciados o de proposiciones, podemos preguntar ¿Cuál es la
estructura general del enunciado? —¿del juego de lenguaje?—, ¿Cuál es la
forma general de la proposición?, ¿Cuál es la forma o estructura general —
subyacente— del lenguaje?.
Estas preguntas conducen a Wittgenstein a observar que no existe algo como
la esencia del lenguaje o la estructura general del mismo o la forma general de
la proposición y del lenguaje. El significado — de las palabras, de las
proposiciones, de los lenguajes— es el uso. No existe una realidad por fuera
del uso, trascendental, subyacente, innata: “No piensen. Vean”
Si abordamos el tema de las competencias desde estos planteamientos
podríamos decir que no es posible, desde la teoría de los juegos de lenguaje,
separar una capacidad o conocimiento general de una realización o actividad
particular. Ahora bien, esta actividad particular, este uso significa en un
contexto, en una forma de vida, en una cultura. Seguramente habrá
inconmensurabilidad de unos juegos frente a otros; aunque también podremos
1
KRIPKE, Saúl, Wittgenstein: Reglas y Lenguaje Privado, Universidad Nacional Autónoma de
México, México, 1989.
advertir la posibilidad de traducciones de ellos entre sí.
Tanto la
inconmensurabilidad como la traducción no afectan el planteamiento de
Wittgenstein sobre la inexistencia de una estructura general del lenguaje, es
decir, sobre la existencia de un metalenguaje que definiría a todos los demás
juegos de lenguaje. La inconmensurabilidad hace alusión a la total o parcial
imposibilidad de la traducción, precisamente por la existencia de múltiples y
heterogéneos juegos de lenguaje; y la traducción alude a una posible
comunicación, diálogo y analogía entre juegos de lenguaje, sin que ello
signifique la postulación de un lenguaje base donde las diferencias de los
distintos juegos de lenguaje se disuelvan. En últimas la traducción alude a la
posibilidad de decir algo parecido —parecidos de familia dice Wittgenstein—
que no equivale a decir lo mismo, mediante otro juego de lenguaje.
JURGEN HABERMAS: PRAGMATICA UNIVERSAL
En gracia de brevedad podríamos tomar del libro de Habermas Pensamiento
Postmetafísico el pasaje donde el autor sintetiza toda una línea de reflexión
perteneciente al ‘giro lingüístico’ del pensamiento Occidental. Allí se nos dice
que la teoría del significado — ya sea de los enunciados, las proposiciones o
el lenguaje— es reconstruible desde una sucesión de ‘etapas’ o momentos :
teoría referencial del significado, teorías sintácticas, teorías semánticas y
teorías pragmáticas.
Según la teoría referencial del significado, el lenguaje se cerciora de la
realidad, como el nombre se cerciora del objeto. Son los nombres o
descripciones definidas los que establecen el contacto entre lenguaje y
realidad. Ante esto las teorías formales y/o sintácticas del lenguaje, esgrimen
no un vínculo entre significado-significante que recurre a la relación del
símbolo con el designatum ( el objeto designado) como la hace el
referencialismo, sino que la correcta comprensión de una expresión depende
de la estructura formal o propiedades formales y leyes de formación de la
expresión misma. En esta posición es ubicable la sintaxis pura de los
neopositivistas que ya hemos mencionado.
Opuesta, punto por punto, a la semántica formal se encuentra la semántica
intencional o intencionalista. Para esta perspectiva el lenguaje es un
instrumento. El hablante hace uso de los signos y eslabonamientos de ellos en
pos de dar a entender algo. El sujeto con su capacidad de representarse
objetos, otorga significado o sentido. Si el significado proviene de la intención
significante de los sujetos usuarios, quiere ello decir que no existe autonomía
originada en una estructura interna o formal del lenguaje. Esta descripción nos
coloca a punto entre dos teorías opuestas del significado: una subjetivistaintencional y otra objetivista-formal. Ahora bien, en la sucesión que va del
segundo Wittgenstein a Searle y Austin, este dualismo es superado y la
semántica formal hace el tránsito del análisis de las oraciones al análisis de las
acciones lingüísticas.
Es la teoría del lenguaje como uso la que permite aprehender los aspectos
pragmáticos de las expresiones lingüísticas. Podríamos afirmar que con ello
estamos asistiendo al tránsito de un análisis del lenguaje in vitro a una
observación del mismo como comunicación. Se hace caso omiso de la
corrección o no de un enunciado conforme a un estructura formal o una sintaxis
pura, para darle paso a la pertinencia en el contexto comunicativo
correspondiente. 2
Habermas se inscribe en esta línea de develamiento. Su intención es tomar
estas investigaciones para erigir una teoría de la acción comunicativa en la que
se consideran a los actores como hablantes-oyentes que se refieren mediante
sus expresiones a algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo
subjetivo, entablándose de este modo pretensiones de validez —que pueden
ser aceptadas, rechazadas o no respondidas temporalmente—. Habermas va a
basar toda su teoría en el estudio de que significa ‘entender-se con- alguienacerca de algo’.
Ahora bien, Habermas ha asumido la critica a la sintaxis, la critica a la
semántica tanto intencional como a la semántica formal. Desde la pragmática
afirma que la teoría del significado pasa del análisis de oraciones al estudio de
las situaciones de habla, del empleo del lenguaje y de los contextos de empleo.
Y también a la advertencia como componentes del significado de los roles, las
pretensiones y las posturas de hablantes-oyentes en contexto. Habermas
admite que el significado es el uso y que el lenguaje está conformado por un
conjunto de juegos de lenguaje, pero además:
‘’El paso siguiente es el análisis de los presupuestos universales que han
de cumplirse para que los participantes en la interacción puedan
entenderse sobre algo en el mundo. ’’3
Este además es el que nos interesa en orden a referenciar la teoría
habermasiana de las competencias. El estudio de Habermas se muestra más
inclinado, en este punto, por la lingüística de Noam Chomsky que por la teoría
de los juegos de lenguaje de Wittgenstein, veamos:
Los juegos de lenguaje tienen unos presupuestos universales, unas
condiciones universales de su posibilidad. A esto es a lo que Habermas llama
la pragmática universal, en Notas sobre el desarrollo de la competencia
interactiva se nos dice: ‘’El empleo de la expresión «competencia interactiva»
señaliza la hipótesis básica, de la que voy a partir, de que las capacidades del
sujeto que actúa socialmente pueden investigarse desde el punto de vista de
una competencia universal, es decir, independientemente de ésta o aquélla
2
HABERMAS, Jürgen, Teoría de la Acción Comunicativa, T.1, págs. 351ss. Ver Pensamiento
Postmetafísico, págs.108ss ‘’ Una intuición distinta es la que subyace, a su vez, a la teoría del significado
como uso que Wittgenstein desarrolló a partir de su crítica a la concepción representada por la semántica
veritativa. Wittgenstein descubre el carácter de acción que tienen las emisiones lingüísticas. Desde su
punto de vista la función expositiva del lenguaje pierde su posición privilegiada en medio de la pluralidad
de formas de uso. El medio que representa el lenguaje no sirve en primera línea a la descripción o
constatación de hechos; antes sirve asimismo a dar órdenes y a resolver acertijos, a contar chistes, a dar
las gracias, a maldecir, a saludar y a pedir. Austin analizará más tarde, valiéndose de estos verbos
realizativos, el doble entendimiento de los actos de habla, con los cuales el hablante, diciendo algo, hace
a la vez algo’’ Ver pág. 113 y 114.
3
HABERMAS, Jürgen, Pensamiento Postmetafísico, Edit. Taurus, Madrid, 1990, págs. 57ss.
cultura, al igual que sucede con las competencias de lenguaje y conocimiento
cuando se desarrollan con normalidad. Partimos de que puede probarse la
existencia de cualificaciones básicas anejas a la participación en sistemas de
interacción, a la solución de problemas interpersonales y al aprendizaje en el
ámbito comunicativamente accesible de una realidad simbólicamente
preestructurada, como es la sociedad, y hacérselas derivar de estructuras
universales.’’ 4
La pragmática universal es una ciencia reconstructiva, es decir, una
interpretación que tiene como finalidad identificar y reconstruir las condiciones
universales del entendimiento posible. El mismo Habermas habla de
«presupuestos universales de la comunicación»5. De este modo y como base
de validez del habla, el hablante tiene que elegir una expresión inteligible,
tener la intención de comunicar un contenido proposicional verdadero, además
tiene que desear expresar sus intenciones de forma veraz y, finalmente elegir
una manifestación correcta por lo que hace a las normas y valores vigentes.
Con el cumplimiento de estos principios lograríamos el pleno entendimiento con
los demás. Es subrayable que Habermas con esto está reconstuyendo una
supuesta competencia universal 6
El interés de Habermas es el de afirmar la existencia de estas condiciones
universales de posibilidad de la comunicación, entendida como competencia
comunicativa. Contrario a este interés Wittgenstein investiga la existencia de
múltiples juegos de lenguaje conformados cada uno de ellos por reglas. Ahora
bien, jugar el juego, participar de una comunidad de lenguaje o pertenecer a
una cultura requiere para Wittgenstein seguir la regla o las reglas. Se hablaría
de saber seguir la regla o de tener competencia de regla. Obedecer la regla
significa seguir la misma regla y eso no puede hacerse en privado sino
públicamente. Hasta este punto sólo está insinuada la diferencia entre el
planteamiento de Habermas y el de Wittgenstein. Para el autor de las
Investigaciones Filosóficas seguir una regla es compartir un juego de lenguaje
o convivir en una forma de vida, para el pensador de Frankfurt —interpretando
al vienés— la identidad de una regla no se puede reducirse a regularidades
empíricas, depende de la validez intersubjetiva, es decir, que los desvíos o
errores que cometan sujetos guiados por reglas son susceptibles de ser
corregidos, criticados como violación de dichas reglas. 7
4
HABERMAS, Jürgen, Teoría de la acción comunicativa: comentarios y estudios previos, edit.Cátedra,
Madrid, 1989, p.161ss.
5
Ibidem,p.299.
6
En el apartado titulado El lenguaje como «hecho de la razón» Habermas afirma tajantemente la
existencia de una esencia del lenguaje contrariamente a la posición de Wittgenstein. Habermas dice:
‘’Con Wittgenstein estoy convencido que «lenguaje» y «entendimiento» son conceptos co-originarios,
conceptos que se explican mutuamente. Cuando, manteniendo una cierta analogía con la crítica kantiana
de la razón, tratamos de dar respuesta a la pregunta de cómo es posible una utilización del lenguaje
orientada al entendimiento, nos topamos con el saber intuitivo de sujetos capaces de lenguaje y acción,
que el muchacho ha de aprender para aplicarlos como adulto en la acción comunicativa. La
reconstrucción racional de ese saber preteórico puede hacerse desde una perspectiva universalista de
investigación,, lo mismo si las investigaciones se dirigen a competencias universales relativas a la
gramática que relativas a la pragmática del lenguaje, competencias que hemos de suponer
hipotéticamente’’.
7
“Por esta vía introduce Wittgenstein la relación interna entre significado y validez con independencia de
la referencia del lenguaje al mundo. De ahí que no ponga en conexión las reglas de significado de las
La diferencia se nota cuando a Wittgenstein no le preocupa tematizar en
términos de una relación de los juegos de lenguaje con el mundo. El sólo
introduce intrajuego una relación interna entre significado y validez. Habermas
crítica que este proceder imposibilita la referencia a una validez que trasciende
los juegos de lenguaje. De este modo se abre paso una teoría de la acción
comunicativa que establece una pragmática universal como el meta-contexto o
metajuego de lenguaje que garantiza validez intersubjetiva para pretensiones
con relación al mundo objetivo, al mundo social y al mundo subjetivo.
BIBLIOGRAFIA
HABERMAS, Jürgen, Teoría de la acción comunicativa, T. I y II, Edit. Taurus.
————————— , Pensamiento Postmetafísico, Edit. Taurus.
————————— Teoriá de la acción comunicativa: complementos y
estudios previos, Edit. Cátedra.
KRIPKE, Saúl, Reglas y lenguaje privado, Edit. UNAM.
WITTGENSTEIN, Ludwig, Investigaciones Filosóficas,
——————————— , Sobre la certeza, Edit. Gedisa.
apalabras con la validez veritativa de oraciones. En vez de eso, compara la validez de las convenciones
semánticas con la validez social de usos e instituciones y asimila las reglas gramaticales de los juegos de
lenguaje a normas sociales de acción. Pero con ello abandona toda referencia a una validez que pueda
trascender los juegos de lenguaje. Las emisiones sólo son válidas o inválidas conforme a los criterios del
correspondiente juego del lenguaje. Y, así, casi imperceptiblemente, se pierde la referencia que el habla
constatadora de hechos hace a la verdad.” Habermas, Pensamiento Postmetafísico, p.120ss.
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