Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas i NUEVAS POLITICAS SOBRE LAS MICROFINANZAS; coordinación para su viabilidad en Nicaragua Informe de misión Job Blijdenstein Hans Nusselder Perla Rosales Octubre 2002 Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua ii Contenido 1. Introducción ........................................................................................................................................ 1 2. Condiciones macro-económicas del país ........................................................................................... 2 3. Demanda de servicios financieros...................................................................................................... 5 4. 5. 6. 7. 8. 3.1. Estimaciones del universo de MYPE agrícola y no agrícola........................................................ 5 3.2. Estimaciones de demanda y uso de crédito................................................................................... 6 3.3. Otros productos .......................................................................................................................... 11 La oferta de servicios financieros .................................................................................................... 12 4.1. Tipología de la oferta.................................................................................................................. 12 4.2. La oferta de Primer Piso............................................................................................................. 12 4.3. Indicadores de desempeño.......................................................................................................... 17 4.4. Obstáculos internos en el desarrollo de las IMFs ...................................................................... 21 4.5. La oferta de Segundo Piso .......................................................................................................... 22 Políticas de las agencias de cooperación.......................................................................................... 28 5.1. Introducción................................................................................................................................ 28 5.2. Consideraciones metodológicas ................................................................................................. 28 5.3. Agencias cooperantes y grados de libertad ................................................................................ 29 5.4. Criterios de intervención ............................................................................................................ 30 5.5. Enfoques de intervención............................................................................................................ 31 5.6. Clasificación de agencias ........................................................................................................... 36 Políticas del estado en materia de microfinanzas........................................................................... 38 6.1. Sujetos de regulación y supervisión............................................................................................ 38 6.2. Modalidades de regulación y supervisión................................................................................... 41 6.3. Las iniciativas de regulación y supervisión en Nicaragua ......................................................... 41 6.4. El entorno del Estado ante las microfinanzas............................................................................. 43 Estrategias empresariales de crecimiento y competitividad ......................................................... 46 7.1. Competir o cerrar ....................................................................................................................... 46 7.2. Estrategias de liderazgo en costo y transformación ................................................................... 47 7.3. Estrategias de diferenciación y enfoque ..................................................................................... 51 7.4. Compensación entre competitividad y aspectos sociales............................................................ 52 Coordinación en materia de microfinanzas.................................................................................... 54 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas iii 8.1. Modelos de coordinación............................................................................................................ 54 8.2. La aplicación de los modelos de coordinación........................................................................... 56 8.3. Estrategias para el desarrollo de la oferta de servicios ............................................................. 61 8.4. Estimación de necesidades de financiamiento adicional............................................................ 65 8.5. Mitigación de riesgos en el sector agrícola................................................................................ 66 8.6. Políticas conducentes a una administración eficiente de fondos................................................ 66 Anexos I Bibliografía selecta II Cuadros de estimación de la demanda potencial 1 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 1. Introducción Las microfinanzas en Nicaragua se encuentran en una encrucijada. La amplia presencia de agencias cooperantes en el país y el interés general despertado durante los años noventa, simulan dos caras de una misma medalla. Por un lado se presenta una oferta, ampliada en forma dramática, de recursos de crédito por la vía de Intermediarias Micro-Financieras (IMF) canalizada hacia sectores marginales en áreas urbanas, y en menor grado rurales. Oferta que ofrece un valioso sustituto a la desaparecida banca estatal de los años noventa, y a la modesta atención de la banca privada a los sectores populares del país. El otro lado de la medalla representa un paisaje, donde los árboles del micro-crédito impiden ver el bosque del sector financiero. En el 2002, posiblemente un 20% o más de la población nacional se pueda considerar, en forma directa o indirecta, como usuario de los servicios de una microfinanciera. Mientras que la cantidad de entidades involucradas en el servicio crediticio del país, es desproporcionada frente a su tamaño demográfico aún modesto. Las instituciones formales, orientadas a las microfinanzas, son pocas y de incipiente trayectoria. No existen experiencias de masificación de servicios a través de un número limitado – una o media docena – de intermediarias. Pocas intermediarias crecen y muchas compiten, pero no en el mercado financiero sino ante las numerosas agencias de cooperación. Este informe no es una investigación sobre el cómo y el porqué del crecimiento desmedido de las microfinanzas en Nicaragua. Es un documento de trabajo para la Embajada de los Países Bajos y las agencias de cooperación, reunidas en el Grupo CIPYME, preocupadas por la eficacia de sus esfuerzos en esta materia, dirigidos a los sectores marginales del país. Una primera etapa se lanzó al iniciar el 2002, con el estudio auspiciado por PROMIFIN-COSUDE, “La maduración de las microfinanzas en Nicaragua: oportunidades y desafíos”. Este y el nuevo esfuerzo, tienen en común el interés de combatir la pobreza a través de servicios financieros ofrecidos a sus clientes en volumen apropiado, en forma oportuna y bajo el criterio de sostenibilidad financiera e institucional. Este es el denominador común de las agencias participantes en el Grupo CIPYME. No obstante, con un destino idéntico, los viajeros pueden tener rutas diferentes y su brújula no funciona necesariamente en equilibrio con la de los interlocutores del sector, y tampoco con la del Estado. Este informe pretende estimular el debate entre los partícipes en la coordinación, acerca de los mecanismos y medidas que, según el equipo de autores, pueden contribuir a la viabilidad de las microfinanzas, no para unas pocas entidades, sino para el sector en su conjunto. Este es un desafío que exige la concertación, tanto entre las agencias de cooperación como también entre ellas, los representantes del sector y las autoridades monetarias y gubernamentales. Esta publicación es un resultado de la labor de varias semanas de la misión en el país (Mayo y Junio 2002). Ocasión que permitió captar el sentir de un número apreciable de interlocutores que laboran en instancias estatales, en microfinancieras, en agencias de cooperación o en calidad de consultorinvestigador, en particular el aporte de la Lic. María Hurtado. La información proporcionada, en formal verbal o escrita, ha sido clave para el trabajo de la misión. El informe se presenta en ocho secciones así: 2, resume el desarrollo macro-económico del país; 3 y 4, describen la demanda y la oferta de servicios financieros; 5 y 6 se analizan las políticas de las agencias de cooperación y del Estado; 7 y 8 se presentan las estrategias para las microfinancieras, consideradas como empresas para crecer y competir, así como para las agencias y el Estado. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 2. 2 Condiciones macro-económicas del país Luego de la estabilización macroeconómica lograda en los años noventa, la economía nicaragüense se empezó a desacelerar a partir de 1999. El aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), drásticamente reducido de sus niveles de hiperinflación al inicio de la década, tendió a subir de nuevo después del fenómeno natural Mitch, pero alcanzó un nivel inferior a dos dígitos a partir de 1999. En comparación con la región centroamericana, Nicaragua se destaca en los últimos años por un crecimiento ligeramente superior el promedio de la región, con una inflación claramente en descenso. Cuadro 1: Crecimiento económico e inflación en Nicaragua (1995-2001) Variación 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 Nicaragua 4.3 4.8 5.1 4.1 7.4 5.5 3.0 Promedio regional 4.7 3.5 5.4 5.2 4.8 4.4 2.2 Nicaragua 11.1 12.1 7.2 18.5 7.2 9.9 4.7 Prom regional 14.9 12.2 8.1 11.0 6.2 8.1 6.7 PIB IPC Fuente: CMCA, Informe Económico Regional (2002) Pese al contexto internacional adverso en el 2001, el crecimiento económico por el orden del 3% se atribuyó al mayor nivel de exportaciones y al consumo del sector público y – por el lado de la oferta, – a la expansión de los sectores ganadería, industria y comercio. La relativa desaceleración en el 2001 significó que el crecimiento del PIB per capita, prácticamente permaneciera estable, mientras que la tasa del desempleo abierto se incrementó hasta un 10.7%. La tasa de desempleo real se halló a un nivel superior al 23% (EIU, 2002). El estancamiento del empleo formal en el 2001 se explica, en mayor parte, por la desaceleración en la industria, construcción, servicios1 y el sector agropecuario, cuyo descenso se generó por la crisis del sector cafetalero. En la década anterior, el sector externo se abrió ante las medidas tomadas hacia el libre comercio (reducción de aranceles de importación, eliminación de barreras no comerciales e impuestos de exportación). Las exportaciones respondieron, pero no lo suficiente para compensar las importaciones y contener el déficit de cuenta corriente. Las importaciones más altas fueron financiadas por los ingresos, tanto privados como oficiales. En el 2001 el saldo deficitario de la cuenta corriente subió de nuevo, como porcentaje del PIB y cerró el año a un nivel de 38.8%. Las reservas internacionales bajaron en forma simultánea, y solo cubrieron algo más de dos meses de importaciones, contrario a los tres meses cubiertos en el 2000. Llama también la atención la fuerte diferencia en cuanto al desequilibrio del sector externo, entre los países del Istmo Centroamericano. El cuadro 2 muestra la situación de la cuenta corriente en seis países de la región, tomando el déficit como porcentaje del PIB. 1 En el sector servicios se nota el proceso de saneamiento del sector financiero formal, con el cierre de cuatro bancos durante el 2000 y el 2001, a cuya disolución se atribuye gran parte de los USD 135 millones que el Banco Central debió otorgar por la vía crediticia al Gobierno Central (BID,2001; Informe PROMIFIN-COSUDE, 2002). 3 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Cuadro 2: Estado de la cuenta corriente de pagos (porcentaje PIB) País 2000 2001 (e) 2002 (p) 2003 (p) Costa Rica -5.2 -4.6 -4.9 -4.1 El Salvador -3.2 -1.3 -3.2 -3.5 Guatemala -5.3 -5.8 -5.5 -4.7 Honduras -4.3 -5.3 -5.8 -5.6 Nicaragua -38.7 * -39.6 * -34.9 -28.0 -6.6 -6.0 -6.8 -7.1 Panamá Fuente: Latin America Monitor (Junio 2002) Nota: Según el BCN (2002) los porcentajes son 37.8 y 38.8%, respectivamente. El déficit en la cuenta corriente que ascendió, al final del 2000 y del 2001, a USD 917 y 980 millones respectivamente – tres veces el nivel de Honduras – se ha convertido en la mayor brecha en la retribución de factores financieros. Las exportaciones no solo se contrajeron considerablemente en el 2001, cayendo un 8% para quedarse en un nivel de USD 592 millones, lo cual incidió en el deterioro de la cuenta comercial. También se afectó la cuenta de servicios y renta, con un déficit incrementado de USD 234 millones a 280. Ambos factores fueron compensados, solo en parte, por el aumento de las transferencias privadas, entre las que se consideran las remesas de emigrantes, que en el 2001 ascendieron a unos USD 336 millones. Según el informe del Banco Central de Nicaragua (2002), el déficit en la cuenta corriente se financió con movimiento de capital oficial neto (41.2%); capital privado (39.4%); pérdidas de reservas del mismo BCN (11%); pérdida de reservas del sistema financiero (2.4%) y acumulación de mora en la deuda externa (6%). Por el renglón del capital privado, se destacó en el 2001 el descenso en la inversión extranjera directa, de USD 265 millones a 132.2, que principalmente se ha nutrido con los ingresos de recientes privatizaciones, sin que se presentaran fuentes de inversión espontáneas y relativamente duraderas. El capital privado se registró para el 2001 en un total de USD 386.7 millones, en el cual se detectan USD 110 millones para ONGs y USD 92.4 millones bajo la denominación “otro capital”2. Las transferencias para ONGs se midieron entonces en un nivel comparable al conjunto de las inversiones extranjeras directas, es decir un 83% de las mismas. Las relaciones de causa y efecto en las variables de la cuenta corriente no se pueden determinar con exactitud. Es tentador formular la hipótesis de que la brecha en la cuenta corriente se cubre, en gran parte, con capital oficial neto, o sea con la ayuda de la comunidad de cooperación externa. Este factor impediría el proceso de ajuste “natural” del sector externo, que normalmente se realizaría mediante la devaluación de la moneda nacional, por la reactivación de las exportaciones, más el subsiguiente equilibrio en la cuenta corriente. En esta visión, sería el factor de la cooperación externa el que funcionaría como válvula artificial para obstaculizar el equilibrio en el sector externo. Este fenómeno seria comparable con el de la presencia de las reservas de gas natural en los Países Bajos en los años setenta, cuyos efectos del nivel elevado de la moneda nacional y el estancamiento de las exportaciones, se conocieron como la “enfermedad holandesa” (Informe UE, 2001). 2 No se deja de percibir con mayor precisión la entrada al país de narco-dólares, aunque esto suele ocultarse bajo la denominación “otras transacciones no registradas”. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 4 Contrastando, esta interpretación es la relación entre la cooperación externa y la importación masiva, aunque no cuantificada, de bienes de consumo duradero en Nicaragua, lo cual indirectamente, contribuye al consumo de artículos de tipo no duradero3. Es difícil imaginarse que, de no contar ya con el volumen de recursos de la cooperación externa, se mantendría el nivel de importaciones en cuanto a volumen y variedad. La diferencia con el fenómeno de la presencia de gas es que el factor del movimiento de capital oficial neto tiende a disminuir por una explotación constante del factor. Por el contrario, el carácter permanente en las transferencias oficiales hace improbable que se restablezca el equilibrio en el sector externo por la vía natural. En esta interpretación no sería tanto la imposibilidad de un ajuste en el sector externo, sino el desequilibrio propio del sector externo que, en parte, surge de la ayuda oficial al desarrollo. La noticia más alentadora al respecto es que el servicio efectivo de la deuda externa mejoró ligeramente en el 2001, en relación con el nivel de exportaciones de bienes y servicios (de 19.6 al 18.5%). Esto fue posible por el alivio otorgado por la HIPC- Iniciativa para los Países Altamente Endeudados. De alcanzar el punto de culminación en la HIPC4, posiblemente en el segundo trimestre del 2003, se espera reducir el saldo de la deuda externa del nivel actual de un 250 hasta un 50%, nivel comparable con el de los países industrializados. Al final del 2001, la deuda externa se cifró por un nivel de USD 6,100 millones, del cual se infiere que en la reducción de la deuda externa, se trata de un monto global de USD 5,000 millones. Alcanzar el punto de cumplimiento de la iniciativa HIPC es clave en los pronósticos de la actividad económica para este año y aún más para el 2003. El alivio de la deuda debería de liberar recursos para inversiones sociales, y la inversión extranjera aumentaría significativamente. Es así como el crecimiento real del PIB podría subir hasta un 4%, mientras que el aumento de los precios al consumidor, luego de subir hasta un 7% este año, podría seguir la tendencia descendente hasta un 4% en el 2003. Así Nicaragua se mantendría con un desempeño macro-económico superior al promedio latinoamericano. En síntesis, la apuesta actual es la de un círculo virtuoso donde los parámetros económicos complementan la estrategia para la reducción de la pobreza. De acuerdo con el Banco Mundial (2001) la recuperación económica ha tenido un efecto beneficioso sobre la pobreza. La proporción de la población nicaragüense, que vive bajo la línea de pobreza, decreció ligeramente en los últimos diez años del 50 al 48%, y la población, bajo la línea de pobreza extrema, declinó del 19 al 18%. El reto planteado para el período hasta el 2005 es el de reducir la extrema pobreza a cerca del 14% de la población. 3 Se toma el ejemplo del parque vehicular que circula en la capital, el cual representa una contribución directa a la importación de bienes de consumo duradero, pero cuyo funcionamiento requiere importar bienes de consumo no duradero (combustible) que son difíciles de estimar con exactitud. 4 Se requeriría, entre otros, iniciativas legislativas en materia del tamaño del aparato público y los sistemas de salud y educación. De las tres iniciativas, las dos últimas ya habían sido realizadas. 5 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 3. Demanda de servicios financieros 3.1. Estimaciones del universo de MYPE agrícola y no agrícola Según varias fuentes, la población total estimada de Nicaragua en 1998 fue de 4,808,000 y para el 2001 se estima en 5,200,000. De estos, casi el 25% reside en el área metropolitana de Managua, un 35% en regiones urbanas, y un 40% en áreas rurales.5 Un promedio de unas 5.7 personas integran una familia y habitan el mismo hogar: 5.5 en área urbana y 6.0 en zonas rurales. Por lo tanto, puede estimarse que unas 567,000 familias viven en regiones urbanas, mientras que 350,000 se ubican en el área rural, resultando un total nacional de 917, 000. La cantidad estimada de establecimientos y trabajadores que encuentran empleo en el sector no primario se resume en el Cuadro 3. Cuadro 3: Establecimientos y trabajadores de la micro y pequeña empresa no agrícola (1998) Tipo empresa Establecimientos Trabajadores Micro negocios 359,000 578,000 Micro empresa 63,000 189,000 Auto empleo 296,000 389,000 7,000 122,000 366, 000 700, 000 Pequeña empresa Total MYPE Fuente: La microempresa en Nicaragua en la década de los noventa, INPYME, INEC, PROMICRO-OIT De los datos anteriores, puede estimarse tentativamente que para el 2001, Nicaragua cuenta con casi 400,000 micro-unidades económicas (familiares o individuales) del sector no primario. Para el sector primario (agro-pecuario) se estima una ocupación de 603 mil (Ver cuadro 4). Se supone que los ocupados en el sector tradicional son pequeños productores que forman parte del sector micro empresarial agrícola. Cuadro 4: Ocupados en el sector agropecuario en Nicaragua (1998) Sector Ocupados Comercial 263,000 Tradicional 341,000 Total 603,000 Fuente: La microempresa en Nicaragua en la década de los noventa, INPYME, INEC, PROMICRO-OIT Otras estimaciones (Sánchez, 2001) concluyen que existen unas 275,000 unidades familiares cuya actividad económica principal o exclusiva es la producción agropecuaria en micro o pequeña escala. Un 5 Fuente: Indicadores básicos, Encuesta Nacional sobre Medición del Nivel de Vida, 2001, p. 21. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 6 número mayor se deduce de la población económicamente activa, cuyo tamaño en 1995, permite inferir que en el 2002 alrededor de 450,000 personas tendrían una actividad empresarial en el área rural. Las diferencias actuales se explican, en parte, en que algunos estudios se basan en la población económicamente activa, mientras que otros analizan la unidad familiar. 3.2. Estimaciones de demanda y uso de crédito La información, con respecto a la demanda real de servicios financieros entre los integrantes del sector microempresario y los pequeños agricultores, es sumamente escasa. Esta situación es sorprendente en vista de las sumas considerables de fondos que la cooperación internacional ha aportado al micro crédito. Los estudios sobre la identificación de proyectos de desarrollo rural, consultados al respecto, incluyen poca información en cuanto a los hábitos, las experiencias y las preferencias de la población por atender (grupo-meta) con respecto a servicios financieros en general, y crédito en particular. Existen dos excepciones importantes que cubren gran parte del país, urbano y rural, y se basan en fuentes fehacientes y/o investigaciones de campo propias. 3.2.1. Estudio Banco Mundial El Banco Mundial, con base en la Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición de Nivel de Vida, 1998, INEC (Sánchez, 2001) analiza la demanda de crédito considerando la situación real de los pobladores, con base en la unidad familiar.6 El estudio determina lo siguiente, con respecto al uso de varios tipos de crédito y financiamiento (ver Cuadro 5): • • • • Un 25% de las familias usan algún tipo de crédito. Un 17% de las familias usa préstamos de entidades financieras. Un 11% usa crédito comercial. Un 1% recibe adelantos sobre producción. Además, entre las familias usuarias de crédito: • • • 6 El 84% usa solamente un tipo de financiamiento. El 16% usa dos tipos. El uso de tres tipos de financiamiento virtualmente no sucede. En microcrédito, es costumbre aceptada tomar como base de análisis de solicitudes de crédito y capacidad de pago, los ingresos y gastos familiares. 7 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Cuadro 5: Acceso a productos crediticios diferentes (porcentajes) de familias Nicaragüenses Total Prestatarios Prestatarios por tipo de producto* NoPrestatarios Subtotal Varios productos Un solo producto Préstamos Crédito comercial Adelantos 75.0 24.8 3.8 20.9 17.3 10.6 0.8 70.6 29.2 4.0 25.2 23.0 10.2 0.0 Región Geográfica Managua Urbano Pacifico 69.3 30.5 5.1 25.4 23.0 12.6 0.1 Rural Pacifico 74.2 25.6 5.1 20.4 15.8 14.2 1.0 Urbano Central 72.8 27.0 4.2 22.8 18.4 12.2 0.6 Rural Central 79.9 19.7 3.0 16.7 11.2 8.9 2.6 Atlántico 92.3 7.6 0.4 7.2 3.6 3.8 0.6 Urbano 71.3 28.5 4.4 24.1 21.7 11.1 0.1 Rural 79.8 19.9 3.1 16.7 11.6 9.8 1.7 Extrema pobreza 86.6 13.0 1.9 11.1 6.1 7.4 1.5 Pobreza 80.2 19.4 2.8 16.6 11.1 9.7 1.4 No pobreza 70.4 29.5 4.7 24.8 22.2 11.5 0.4 Urbano / Rural Nivel de Pobreza Sexo Jefe familia Femenino 75.8 24.0 4.2 19.9 17.7 10.1 0.4 Masculino 74.7 25.1 3.7 21.3 17.2 10.7 1.0 Ninguna 83.1 16.7 2.8 13.9 10.3 8.2 1.0 Primaria 73.5 26.1 3.8 22.3 18.5 10.5 1.1 Secundaria 70.2 29.8 4.8 25.0 22.9 11.6 0.2 Superior / Universidad 60.2 39.5 6.2 33.3 28.0 17.8 0.0 Educación Jefe familia Fuente: Sommers, Op. Cit. con base en 1998 Encuesta de niveles de vida Nicaragua Nota: * Anotar posibilidad de varias respuestas Estas estimaciones, que indican poco uso de servicios de crédito en sus varias formas, son similares a las de México y Guatemala. En el cuadro 5 se presentan los detalles sobre el uso del crédito. No sorprende que las regiones de Managua y la urbana en el Pacifico, reporten más uso de crédito que la del Atlántico. En general, la población urbana se acostumbra más a usar crédito que la rural. Tampoco sorprende que la población en extrema pobreza use menos el crédito que los pobres y los no pobres, y que la población más educada acceda más al crédito que los que tienen poca o ninguna educación. Posiblemente es sorprendente, sin embargo, que las familias bajo responsabilidad masculina reporten un acceso y uso de créditos que no es mucho mayor al de los hogares con jefes femeninos. Además, el estudio analiza en mayor detalle las restricciones que se reportan en los hogares, en cuanto a su acceso a préstamos de entidades financieras especializadas. Para tales fines, se distinguen las siguientes situaciones en las personas y familias: • • No tienen acceso al crédito (totally constrained non-borrowers); No tienen/no presentan demanda de crédito (without demand for loans); Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua • • 8 Recibieron préstamo, pero no la suma deseada (restrained borrowers); y Prestatarios satisfechos con la suma recibida (unconstrained borrowers). La figura 1 analiza las restricciones con base en esta distinción. Figura 1. Restricciones en el acceso a préstamos 70 % households 60 61 60 58 58 62 All Households Urban Rural 50 Overall Poor Non-poor 40 30 33 30 23 20 17 16 8 10 10 10 6 5 9 12 11 6 4 0 Totally Constrained NonBorrowers Without Demand for Loans Constrained Borrowers Unconstrained Borrowers Parece entonces que: • Un 60% de las familias nicaragüenses no hace solicitud de crédito, mientras que un 40% si lo hace. Sorprende que esta cifra no varíe en forma significativa, cuando diferenciamos entre los sectores urbanos y rurales, y entre los segmentos pobres y no-pobres de la población. • Un 23% de las familias ha solicitado crédito, pero no lo ha recibido; 8% lo ha hecho, pero recibió un monto inadecuado. Un 9% está satisfecho con el crédito obtenido. • En el área rural, 58% de las familias no solicita crédito, mientras que un 42% si lo hizo. El 30% de las familias que ha solicitado crédito, pero que no lo ha recibido, es más alto que el promedió nacional, al igual que el 6% que ha solicitado y recibido un monto inadecuado, y el 6% satisfecho con el crédito que tiene o ha tenido. • En los sectores pobres, donde está la mayoría de las microempresas y sus trabajadores, y casi la totalidad de la microempresa rural, 33% no reporta acceso al crédito, el 5% si lo tiene, pero no en los montos deseados, mientras que solo el 4% tiene el acceso deseado. Podrían interpretarse estos datos de la siguiente manera: • • Alrededor del 40% de las familias busca crédito, independiente del carácter urbano-rural o pobreno pobre. La necesidad insatisfecha de crédito es total en un 23% de las familias, mientras que el 8% de ellas, reporta una demanda parcialmente satisfecha, o sea que desean aumentos en el monto recibido. Esto es, que el 57% de las familias que solicitan crédito no logra obtenerlo, mientras que un 25% tiene éxito parcial. 9 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas • El grado de éxito en la búsqueda, difiere además en forma considerable: a) El 33% de los pobres son rechazados vs 16% de los no pobres; y b) El 30% de las familias rurales no reciben nada, vs el 17% de las familias urbanas El estudio, sin embargo, no analiza hasta qué punto esta gran demanda insatisfecha, es respaldada por una capacidad de pago adecuada (demanda real), o que simplemente se han registrado los deseos y necesidades percibidas por los encuestados. 3.2.2. Estudios PROMIFIN – NITLAPAN Los estudios realizados por NITLAPAN a finales del 2001 y principios del 2002, con financiamiento de PROMIFIN-COSUDE en seis regiones del país (tres urbanos y tres rurales), también proporcionan información importante con respecto a las experiencias y hábitos de los microempresarios con respecto al crédito. Los estudios se concentran en el análisis de los préstamos ofrecidos por entidades financieras especializadas (bancos, cooperativas, IMFs), ya que esta forma de financiamiento domina el crédito que reciben las microempresas para inversiones y capital de trabajo. El crédito (semi-) formal representa el 90% del total de financiamiento de empresas. Para las regiones urbanas, según el cuadro 6 y 7, los resultados con respecto al uso y no uso del crédito y las razones para ello, fueron los siguientes: Cuadro 6: Uso de crédito en micro empresas en tres regiones urbanas de Nicaragua Chinandega Managua Ocotal Razón (%) Distrito 5 (%) Distrito 6 (%) (%) Ha usado / usa 33 26 30 35 No ha usado / usa 67 74 70 65 Total 100 100 100 100 Fuente: NITLAPAN – PROMIFIN: Seis estudios de mercado de servicios financieros, 2002 Cuadro 7: Razones citadas por las cuales las microempresas no tienen crédito ( tres regiones predominantemente urbanas de Nicaragua) Chinandega Managua Ocotal Razón (%) Distrito 5 (%) Distrito 6 (%) (%) No necesita / no ha solicitado 40 28 35 27 No le gusta endeudarse 28 32 39 29 No hubo respuesta 3 5 1 8 Muchos requisitos 2 6 7 5 No puede pagar / intereses altos 9 13 5 11 Ventas malas 10 14 10 8 Otros factores 8 2 3 12 100 100 100 100 Total Fuente: NITLAPAN – PROMIFIN, 2002 Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 10 Podría concluirse lo siguiente: • • • • El porcentaje de microempresarios que no tienen crédito, porque no lo necesita o no lo ha solicitado, o no le gusta endeudarse, oscila entre el 56% (en Ocotal) y el 74% (en Distrito 6 de Managua) del total de personas que no tienen préstamos; lo cual equivale a, entre el 36 y el 52% del total de microempresarios entrevistados. Esta parte de la población micro-empresarial, por ende, y por el momento, no representa una demanda real insatisfecha. El porcentaje que responde no poder pagar, o ha tenido ventas malas; y por ende, probablemente carece de capacidad de pago, varia entre el 15 y el 19%. Quienes respondieron no poder pagar altas tasas de interés o que fueron frustrados por los requisitos y falta de respuesta, podrían representar una demanda eventual para una IMF que ofrezca condiciones más cercanas a la necesidad y a la capacidad de los clientes. La microempresa urbana parece conocer las fuentes de crédito existentes y sus condiciones. Pocos creen que no tienen acceso por razones tales como falta de garantías, u otras citadas en la literatura de microfinanzas, como las razones por las cuales la microempresa no tiene acceso al crédito. 3.2.3. Cálculos propios La Misión ha intentado cuantificar la demanda potencial y real de crédito, con base en las estadísticas de población, población económicamente activa, estudios de empleo y encuestas de hogares recientes que fueron publicados en el país. Estos cálculos y estimaciones, los cuales se presentan en el Anexo 2, indican que puede existir una demanda de alrededor de USD 100 millones en la micro y pequeña empresa urbana y crédito personal, y más de USD 200 millones en crédito rural. 3.2.4. Conclusiones tentativas En general, el hecho de que solo un 40% de la población solicite crédito, indica una débil demanda para Nicaragua. Esta situación contribuye al hecho de que la oferta de servicios financieros sea muy escasa en regiones rurales. Entre quienes solicitan crédito, el grado de no-éxito todavía parece alto, situación que es más pronunciada entre la población rural y la pobre. En cuanto a éxito, parece existir una contradicción entre los datos de 1998 del Banco Mundial y los de NITLAPAN-PROMIFIN del 2001-2002. Según el primero, la proporción de familias con acceso parcial o total a préstamos de entidades financieras, no alcanza al 10% entre los pobres, y al 21% entre familias urbanas. En el segundo estudio, este porcentaje no es menor al 26%, y en ciertas regiones es aún mayor. Una de las explicaciones a esta discrepancia, es que el crecimiento explosivo logrado por las IMFs entre finales de 1997 y finales del 2001 ha contribuido en forma sustancial al incremento en la cobertura de los servicios de crédito en áreas urbanas. Asimismo, el Banco Mundial estima para 1998 que el 60% de las familias no solicitan crédito. Esta cifra es mayor al 36-52% que estima NITLAPAN-PROMIFIN entre microempresas de varias regiones urbanas para 2001-2002. Es posible que un factor que contribuye a esta diferencia, son la presencia y promoción intensivas de crédito realizadas por las IMFs en los mercados analizados. Puede ser ilustrativo el caso de Ocotal, que reporta tanto el porcentaje más alto de microempresas con crédito, como el más bajo de las no interesadas en el. Hay indicaciones de que, entre los que tienen acceso a préstamos, la mitad no está conforme con el monto recibido. La información disponible no es suficiente para determinar con detalle la demanda real insatisfecha de préstamos en las microempresas. Se estima, en forma cautelosa, que un 45-60% no quiere crédito, y que un 25-35% ya lo tiene (aunque no siempre reciben el monto deseado de la fuente preferida). Existe una diferencia que consiste, en su mayoría, en familias de microempresas con interés en crédito, pero no han solicitado préstamos por varias razones. 11 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Parece que la mayor parte de las microempresas urbanas, ya saben que existe una oferta de crédito a la cual puede tener acceso. Por lo tanto, la clientela que se acerca por primera vez a una IMF buscando este nuevo servicio tiende a desaparecer. La demanda futura adicional de microcrédito en el ámbito urbano y semi-urbano, debe surgir de los siguientes grupos de clientes: a) Crecimiento de la población económicamente activa y la cantidad total de micro empresas; b) Personas y empresas con capacidad y voluntad de pago, con interés en crédito, pero que hasta la fecha no lo han logrado; y c) A mediano o largo plazo, es de esperar que surja paulatinamente una nueva demanda de empresas y familias que no han mostrado interés en préstamos, reduciendo así el porcentaje todavía alto de microempresarios y productores rurales con esta actitud. 3.3. Otros productos 3.3.1. El ahorro La escasa información disponible con respecto a los hábitos de las familias de escasos recursos y de las rurales, en cuanto al uso de su dinero disponible, según (Sánchez , 2001:23) indica lo siguiente: • Solo un 7.6% usa depósitos financieros (libretas de ahorro, depósitos monetarios, depósitos a plazo fijo) mientras que un 5.8% presta dinero a otros cuando tiene excedentes. • En el área rural, el 3.0% ahorra, mientras que el 5.3% presta a otros; o sea que existe más costumbre de prestar a otros que depositar dinero en instituciones financieras. • Entre gente pobre el 2.5% usa depósitos financieros mientras que el 4.6% presta dinero. Los pobres, entonces, tienden más a prestar a conocidos que a ahorrar en entidades. El hábito de invertir dinero mediante ahorros o préstamos, entonces, está aun menos desarrollado que el hábito de usar crédito. Existen al respecto indicaciones siempre más resonantes, de que el acceso a servicios de ahorro, es un factor de importancia para la micro empresa y la población rural, “de hecho, los depósitos son probablemente más importantes para un numero mayor de personas pobres –en particular para los más pobres– que en el pasado7”. El ensayo de Rutherford (2002) los Pobres y su Dinero, ilustra cómo los pobres urbanos emplean ahorros pequeños (diarios) para poder disponer, después de cierto tiempo, de un monto grande y útil, y que si no hay esta posibilidad de ahorrar en forma segura, surge la tentación de gastar el dinero en una forma inútil. Esta importancia de acceso a servicios de ahorro, además es mayormente apreciada por el segmento femenino de la población. Por tanto, podría concluirse que es de gran importancia el acceso a servicios de ahorro en instituciones confiables por parte de población pobre. El tema sigue siendo un desafío no disminuido para las agencias de cooperación. 3.3.2. El seguro Existen indicaciones en Nicaragua, Guatemala y otros países, de que los microempresarios aprecian los servicios de seguro. Esta información proviene, más que todo, de promotores de negocios de IMFs y de cooperativas, los cuales confirman que la inclusión de, por ejemplo, un seguro de muerte en sus productos de crédito y ahorro, es un fuerte argumento de venta. Además, existen encuestas entre usuarios de crédito, que indican que las cuentas de ahorro y seguros en caso de muerte son otros servicios financieros muy apreciados. 7 CGAP, Formato para la Evaluación de las Instituciones Micro Financieras, octubre 1999. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 4. 12 La oferta de servicios financieros 4.1. Tipología de la oferta La oferta de servicios financieros del sector de microfinanzas presenta características diferenciadas según el cliente de dicha oferta. La micro y pequeña empresa y los pequeños productores, constituyen la clientela de la oferta de servicios de primer piso por parte de las IMFs. Estas, a su vez, son clientas de la oferta de servicios financieros de segundo piso, la cual proviene de instituciones financieras formales. La oferta de servicios financieros de primer piso es provista por Instituciones Micro Financieras (IMFs). Nicaragua presenta diferentes formas institucionales tales como: las sociedades financieras sujetas a la regulación de la Superintendencia de Bancos, cooperativas de crédito, Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) y empresas de microcrédito con fines de lucro. En el caso de La oferta de servicios financieros de segundo piso, de acuerdo a la forma de organización, se distinguen dos esquemas: fondos e instituciones. En el esquema “fondo”, éstos pueden contar con personalidad jurídica, como en el caso de los fondos con la figura de fideicomisos - modalidad legal inexistente en Nicaragua - o carecen de ella, como en los casos de: a) fondos canalizados por proyectos; y b) fondos administrados por instituciones financieras o no financieras. Una “institución de segundo piso” es una intermediaria financiera o una red que suministra servicios financieros y apoyo institucional a intermediarios minoristas. El concepto de “institución” permite implementaciones más diversas, de mayor posibilidad de expansión, diversificación y desarrollo institucional, que el de “fondo”, por tanto aquella presenta mejor potencial para el crecimiento sostenible de largo plazo. Las organizaciones de segundo piso pueden operar a nivel nacional, regional o internacional. Según WWB (1995) sus funciones pueden incluir: • La creación de estándares de desempeño financiero, alcance de clientes y prácticas de negocios de los intermediarios minoristas participantes, como criterios de elegibilidad para acceder a los servicios. • El estímulo al intercambio de experiencias y lecciones aprendidas entre las instituciones minoristas participantes y con otras organizaciones, para ayudar al desarrollo de la capacidad institucional y aumentar el alcance. • Servir de mayorista a las IMFs minoristas para obtener: fondos de capitalización, refinanciación de fondos para préstamos y apoyo al desarrollo institucional, mediante acuerdos de participación y de cumplimiento de los estándares de desempeño como bases para diferentes tipos de servicios de apoyo. 4.2. La oferta de Primer Piso 4.2.1. Los servicios financieros ofertados Estos se refieren a la provisión de servicios disponibles en las instituciones financieras o microfinancieras, tales como: préstamos, ahorro, seguros y transferencias. En Nicaragua, los servicios microfinancieros son muy limitados, refiriéndose en el caso de las ONGs solo a servicios de microcrédito, por el marco legal que las ampara. Las sociedades financieras y las cooperativas, son las únicas que legalmente pueden movilizar ahorros. Servicios de depósitos de ahorro: En el sector cooperativo, la captación de ahorros de las cooperativas ha sido poco significativa para la mayoría, a excepción de CARUNA y las 14 cooperativas afiliadas a la Central de Cooperativas Financieras de Nicaragua (CCFN). Las últimas participaron en el programa de asistencia técnica del Consejo Mundial de Cooperativas de Ahorro y Crédito (WOCCU). Algunas retienen como depósito desde el 5 al 10% del crédito, bajo el concepto de fondo de garantía para el 13 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas crédito. El cuadro 8 muestra que la relación de ahorro sobre activos oscila entre el 23.7 y el 43.1%, logrado en parte, con ahorros obligatorios sobre préstamos desembolsados (3 a 5% sobre el monto del préstamo). Esta relación es aun inferior al estándar de los indicadores PERLAS que es del 70-80%. Cuadro 8: Cooperativas representativas de captación de ahorro (Miles de USD) Activos Cartera activa Ahorro CARUNA 4,490.7 2,465.8 1,063.4 23.7 Cooperativas a filiadas a CCFN 4,025.5 2,862.2 1,775.9 43.1 Cooperativa 10 de Mayo de Palacagüina 469.09 383.02 126.00 26.8 Banco Campesino de Pueblo Nuevo 437.86 307.78 124.86 28.5 Cooperativa Ahorro / activo total (%) Fuente: CARUNA, CCFN, Proyecto TROPISEC. Datos de CARUNA a Mayo 2002, Cooperativas de CCFN a dic. 2001. Resto a abril. Servicios de préstamos: El instrumento utilizado por las microfinancieras es mayormente el crédito individual, sin embargo, organizaciones como FINCA, CEPRODEL y PRESTANIC emplean la metodología de grupos solidarios y bancos comunales para permitir el acceso al crédito a los clientes de más bajos ingresos, especialmente a mujeres. Entre los productos ofrecidos, las ONGs microfinancieras más grandes, ofrecen mayor variedad de productos diseñados para satisfacer la demanda, en términos de oportunidad y necesidades propias de sus actividades, tales como préstamos para capital de trabajo, para adquisición de activos, préstamos automáticos o rapicréditos, líneas de crédito, créditos de vivienda, factoraje y seguros de protección de saldos deudor. En cuanto a plazos, las IMFs asociadas a ASOMIF, concentran su cartera en plazos menores hasta 6 y 12 meses, con 22.7 y 34% respectivamente. Por el contrario, CONFIA tiene el 14.7% en préstamos a plazos menores a seis meses, y mayor proporción a plazos mayores a 18 meses (38.4%). Cuadro 9: Plazo y porcentajes de los préstamos de las IMFs Institución Plazo en meses Hasta 6 7 a 12 13 a 18 Mayor de 18 IMF ASOMIF 22.7% 34.0% 16.9% 26.4% CONFIA 14.7% 31.0% 15.9% 38.4% Fuente: Boletín SIB y ASOMIF. Junio 30 2001. Los estudios de demanda de otras áreas del país (NITLAPÁN, 2002 y Rosales et. al., 2000), identificaron entre las sugerencias más importantes de los clientes a las microfinancieras, para mejorar el diseño de sus productos, las siguientes: a) que se ajusten los planes de pago a plazos más prolongados o sea a su flujo de caja, además que con plazos apropiados se logra la capitalización de las unidades de producción; y b) desean tasas de interés más bajas. Otros Servicios: Entre las cooperativas, solo CARUNA ofrece una mayor variedad de servicios financieros, tales como transferencias, remesas familiares, cambios de cheques, cambio de dólares y seguros de protección (de saldos, fúnebre y de ahorro). Las cooperativas afiliadas a la CCFN, además del Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 14 crédito, ofrecen siete productos diferenciados de depósitos de ahorro, seguros de protección de saldos de ahorro y de crédito. Entre las ONGs se han estado considerando modificaciones a los actuales productos de crédito para ajustarlos a las demandas específicas de sus clientes, caracterizadas por los flujos de operación de la clientela y las facilidades para su aprobación, dependiendo de factores de elegibilidad para el sujeto de crédito. 4.2.2. Los oferentes y su participación de mercado El sector microfinanciero ha adquirido gran importancia en la economía nacional. El Informe Preliminar del Inventario de Micro Financieras al 31 de diciembre del 2001, PROMIFIN/COSUDE, da cuenta de 300 organizaciones, de las cuales 278 informaron el saldo de sus carteras de préstamos.8 La cartera total incluyendo ajustes con datos de ASOMIF de sus asociadas, al total informado por las microfinancieras de USD 124.4 millones - asciende a USD 126.6 millones con un total de casi 311,000 clientes (Cuadro 10). Este volumen de cartera equivale al 18% de la cartera total de la Banca Comercial, la cual ascendía a USD 696.0 millones a la misma fecha. Cuadro 10: Cartera por tipo de organización y clientes (Diciembre 2001) N° 180 2 93 3 278 64.7% 0.7% 33.5% 1.1% 100.0% Tipo de Organización Cooperativa Financiera ONG's Sociedad Anónima Total Cooperativa Financiera ONG's Sociedad Anónima Total Cartera US$000 28,158.1 20,738.8 75,138.7 2,517.2 126,552.9 Mujeres N° Clientes Activos Personas Jurídicas Hombres Total 23,040 12,697 142,413 1,337 179,486 36,667 7,272 85,421 2,396 131,756 175 0 46 0 221 59,882 19,969 227,880 3,733 311,463 Estructura Porcentual (%) 22.3% 7.4% 16.4% 4.1% 59.4% 45.7% 2.0% 0.4% 100.0% 57.6% 11.8% 2.3% 27.4% 0.8% 42.3% 0.1% 0.0% 0.0% 0.0% 0.1% 19.2% 6.4% 73.2% 1.2% 100.0% Fuente:1.Elaboración propia con base en Informe Preliminar - Inventario Nacional de Microfinancieras. PROMIFIN - COSUDE. Jun 2002. 2.ASOMIF. Revista Microfinanzas N° 2. Las ONGs participan con el 60% de la oferta de crédito (USD 75.1 millones) y atienden al 73% de los clientes, siendo las ONGs el 33% de las organizaciones. El segundo lugar de importancia como oferentes, son 180 cooperativas con una cartera de USD 28.2 millones para un 22% de participación de la cartera y atención al 19% de los clientes. Las dos instituciones financieras reguladas, especializadas en microfinanzas en el país, CONFIA y FINDE, tienen una cartera de USD 20.7 millones, con un 6% de la clientela. Estas se perfilan como oferentes importantes, por su potencial de crecimiento al ir incrementando su presencia a nivel nacional, solo CONFIA, piensa expandirse este año con tres sucursales. La incursión creciente de oferentes en los servicios microfinancieros, ha sido estimulada por la oferta de recursos de las agencias de cooperación, en la búsqueda de hacer posible el acceso a los fondos de crédito al sector de población más pobre, para aliviar los problemas de pobreza. 8 Al finalizar este informe se estuvo verificando esta información, cuyo resultado ya no se pudo incorporar. 15 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 4.2.3. Estratificación y distribución geográfica de la cartera El cuadro 11 muestra los saldos de cartera de las IMFs, inventariadas de acuerdo al tamaño de su cartera. 24 organizaciones con montos de cartera superior al USD 1.0 millón, poseen el 67% de la cartera total con un 59% de clientes. En tanto que las organizaciones con un volumen de cartera superior a los USD 250,000, son 81 microfinancieras con el 88% de la cartera y el 8% de los clientes. Las intermediarias tienen en promedio 1,120 clientes y USD 455,200 en cartera. Las mujeres constituyen un 58% de la clientela total. Generalmente se considera que un monto de USD 250,000 se acerca al mínimo de cartera que necesita una entidad especializada para ser sostenible, siempre y cuando cumpla otras condiciones como eficiencia operativa, recuperación de cartera, y servicios competitivos. Bajo este criterio el cuadro hace evidente que 197 entidades, o sea el 70% de las intermediarias, se encuentran por debajo de este umbral. En esta categoría se hallan 148 cooperativas (82% del total), las que no alcanzarían el nivel de cartera mínimo para ser sostenible. Cuadro 11: Cartera por tipo de organización, según estratos por tamaño. Saldos de Cartera Estratificada por Tamaño Organización Tipo Clientes N° % Hombres Mujeres Jurídi cos Cartera (US$000) Total % s/Total Monto % Mayor de 10.0 mill. Financiera 1 0.4% 5,025 9,662 0 14,687 4.7% 13,459.4 10.6% De 5.0 mill. a 9.99 mill. ONG's Financiera Total 3 1 4 1.1% 0.4% 1.4% 19,597 2,247 21,844 29,998 3,035 33,033 0 0 0 49,595 5,282 54,877 15.9% 1.7% 17.6% 23,021.4 7,279.4 30,300.8 18.2% 5.8% 23.9% De 2.50 mill. a 4.99 mill. ONG's Cooperativa Total 6 1 7 2.2% 0.4% 2.5% 10,460 3,487 13,947 52,038 4,440 56,478 35 64 99 62,533 7,991 70,524 20.1% 2.6% 22.6% 19,260.8 3,445.3 22,706.1 15.2% 2.7% 17.9% De 1.0 mill. a 2.49 mill. ONG's Cooperativa Sociedad Anónima Total 10 1 1 12 3.6% 0.4% 0.4% 4.3% 20,802 585 260 21,647 20,673 315 313 21,301 0 0 0 0 41,476 900 573 42,949 13.3% 0.3% 0.2% 13.8% 16,014.0 1,024.7 1,122.4 18,161.1 12.7% 0.8% 0.9% 14.4% De 0.50 mill. a 0.99 mill. ONG's Cooperativa Sociedad Anónima Total 11 7 2 20 4.0% 2.5% 0.7% 7.2% 11,552 4,202 2,136 17,889 14,680 1,906 1,024 17,610 11 0 0 11 26,243 6,108 3,160 35,511 8.4% 2.0% 1.0% 11.4% 7,204.8 4,764.0 1,394.8 13,363.6 5.7% 3.8% 1.1% 10.6% ONG's Cooperativa Total 14 23 37 5.0% 8.3% 13.3% 10,506 8,634 19,140 10,568 4,331 14,899 0 43 43 21,074 13,008 34,082 6.8% 4.2% 10.9% 4,573.9 8,480.5 13,054.5 3.6% 6.7% 10.3% Total 24 46 70 8.6% 16.5% 25.2% 7,984 11,836 19,820 10,426 5,944 16,370 0 23 23 18,410 17,803 36,213 5.9% 5.7% 11.6% 4,146.7 6,944.3 11,091.1 3.3% 5.5% 8.8% De 0.25 mill. a 0.49 mill. ONG's De 0.10 mill. a 0.249 mill. Cooperativa 0.7% 25 9.0% 4,520 4,029 0 8,549 2.7% 917.0 2.8% 102 36.7% 7,923 6,104 45 14,072 4.5% 3,499.3 3.5% Total 127 45.7% 12,443 10,133 45 22,621 100.0% 4,416.3 Total 278 100.0% 131,756 179,486 221 311,463 100.0% 126,552.9 100.0% Fuente: 1. Elaboración propia con base en Informe Preliminar. Inventario Nacional de Microfinancieras. PROMIFIN - COSUDE. Junio 2002. 2. ASOMIF. Revista Microfinanzas N° 2. Menor de 0.10 mill. ONG's Cooperativa La distribución departamental de las microfinancieras (Cuadro 12) muestra que las 300 organizaciones inventariadas cuentan con 455 oficinas, cantidad superior al número de sucursales de la banca comercial. Esta cuenta con 171 oficinas principales y sucursales, de las cuales 87 están en la ciudad de Managua y el resto, en cabeceras departamentales. Los departamentos de Managua y Matagalpa absorben el 35% de la cartera de microcrédito a nivel nacional y tienen mayor presencia de microfinancieras, con 66 y 49 oficinas respectivamente. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 16 Algunos directores de microfinancieras opinan que existe saturación de oferta de crédito en Managua. Aunque no se encontró esta saturación en los Distritos 5 y 6 del municipio de Managua a pesar de la gran presencia de microfinancieras (NITLAPÁN, 2002), en el caso de Wanawás–Río Blanco-municipio del departamento de Matagalpa- el estudio encontró fuerte competencia entre microfinancieras por los clientes comerciales del casco urbano. Esta proliferación de agencias, genera una sobreoferta crediticia muy concentrada que facilita el exceso de endeudamiento de la clientela y por ende eleva los niveles de morosidad. En la ciudad de Matagalpa se gestó una asociación de deudores, lo cual sugiere alto endeudamiento, particularmente luego del abrupto descenso del precio del café. El estudio de NITLAPÁN informa que la oferta de micro-crédito cubre aproximadamente entre 18 y 24% de la “demanda solvente” de actividades rurales agropecuarias, pese a la cada vez más creciente presencia de microfinancieras, debido al riesgo del sector. Cuadro 12: Cartera por departamento y tipo de organización ( Miles de USD) Depto Managua Matagalpa Estelí Chinandega Masaya León Nueva Segovia Rivas Chontales Jinotega Boaco RAAS Madríz Granada Carazo RAAN Río San Juan Total general % Participación Cooperativas Saldo N° Ofi Cartera cinas 2,355.3 21 2,791.7 19 3,046.5 15 1,947.5 19 737.2 7 2,294.8 20 3,570.7 16 274.7 5 975.0 11 1,758.5 15 1,862.4 15 1,165.6 5 1,522.4 13 1,000.1 8 705.1 11 863.6 7 497.9 4 27,369.1 211 22.0% Financiera Saldo N° Ofi Cartera cinas 8,280.5 2 3,083.9 4 2,074.1 2 1,100.0 2 1,743.8 2 1,057.3 2 417.3 1 1,707.4 2 842.6 431.9 20,738.8 16.7% 1 1 19 ONG Saldo N° Ofi Cartera cinas 15,972.2 41 9,530.9 26 5,940.7 24 5,753.7 17 6,120.6 14 4,191.9 14 3,517.4 14 3,810.0 12 4,773.6 10 3,912.7 12 2,507.5 4 2,841.3 7 1,291.2 8 1,222.4 4 1,870.6 8 126.9 2 424.5 3 73,808.1 220 59.3% Sociedad Anónima Saldo N° Ofi Cartera cinas 1,515.9 2 99.0 1 794.8 1 107.5 1 2,517.2 2.0% 5 Total General Saldo % de N° Ofi Cartera Saldo cinas 28,124.0 22.6% 66 15,406.6 12.4% 49 11,061.3 8.9% 41 8,801.2 7.1% 38 8,700.7 7.0% 24 7,544.0 6.1% 36 7,505.5 6.0% 31 5,792.0 4.7% 19 5,748.6 4.6% 21 5,671.2 4.6% 27 4,369.8 3.5% 19 4,006.9 3.2% 12 3,608.4 2.9% 22 3,065.1 2.5% 13 3,115.1 2.5% 21 990.5 0.8% 9 922.3 0.7% 7 124,433.2 100.0% 455 100.0% Fuente: Informe Preliminar. Inventario Nacional de Microfinancieras. PROMIFIN - COSUDE. Junio 2002. El cuadro 12 demuestra que las cooperativas tienen mayor presencia en los departamentos de las zonas norte, central y atlántica del país. Su cobertura geográfica es generalmente municipal, a excepción de CARUNA que tiene oficinas a nivel nacional. El 34% de la oferta de las cooperativas se concentra en nueve de ellas con una cartera superior a los USD 500,000 cada una. Aunque -a excepción de estas nueve- la oferta de las cooperativas ha resultado ser vulnerable por debilidades de control interno por la propiedad difusa de sus miembros, lo que se traduce en alta morosidad de su cartera. Esto ha afectado la cartera de proyectos de desarrollo; a septiembre del 2000 los proyectos de IDR, muestran saldos de crédito por USD 12.0 millones en 22 cooperativas, en algunos con el 40 y hasta el 95% de morosidad (TROPISEC, Zona Norte DRI 156 y Polos de Desarrollo). Estos fondos difícilmente retornan al flujo, lo que reduce la oferta de recursos al sector rural. En cuanto a actividades económicas financiadas, el Boletín de ASOMIF a Diciembre del 2001, muestra que 16 microfinancieras con USD 51.9 millones de cartera – 41% de la oferta del crédito nacional concentran el 36% de su cartera en el sector agropecuario, 38% en el comercial y un 16% en servicio y 17 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas consumo. Para la misma fecha la banca comercial tenía menor concentración, 19% en el sector agropecuario y 27% en el comercial (cuadro 13), por lo que su cartera muestra una mayor diversificación. La estructura de cartera de CONFIA, se concentra en un 70% en créditos personales y 11% en el sector agropecuario. Esto destaca que las ONGs microfinancieras, a pesar su baja presencia en el área rural, responden mejor a los pequeños productores. Resultados recientes del III Censo Nacional Agropecuario (INEC, 2002) muestran que solamente el 15% de los 200,000 productores agropecuarios entrevistados, obtuvieron crédito en el ciclo agrícola 2000/2001. Estos datos señalan que las ONGs garantizaron mayormente el acceso con el 36% y las cooperativas participaron con el 15% de ellas. Cuadro 13: Estructura de cartera de IMF vs. otras instituciones financieras Actividad Banca Comercial (%) IMFs (%) CONFIA (%) Personales 30.1 16.1 70.4 Comerciales 27.0 37.7 10.4 Agropecuario 18.6 35.5 11.0 Industriales 11.9 4.8 1.9 Hipotecarios 8.4 2.4 6.4 Otros 3.6 3.5 0.0 Total 100.0 100.0% 100.0% Fuente: Elaboración con base en cifras Boletín de la SIB y ASOMIF. Dic. 2001. CONFIA a Jun2001 No obstante, algunos directores de las microfinancieras más grandes señalan que su estrategia actual es reducir su atención al sector rural, mientras las condiciones existentes prevalezcan. Las condiciones de bajos precios de los principales productos agrícolas, baja rentabilidad de las actividades por su bajo nivel tecnológico, las políticas del gobierno para el tratamiento de la cartera cafetalera morosa, y la regulación de la tasa de interés para las microfinancieras, las ponen en alto riesgo. 4.3. Indicadores de desempeño Acerca del desempeño de grupos de IMFs nicaragüenses se ha analizado una serie de fuentes seleccionadas para este propósito. 4.3.1. Estudio MICRORATE – PNUD El sector de las IMFs en Nicaragua parece haber sufrido a raíz de un informe preparado por MICRORATE para el PNUD Nicaragua en 1998 (Von Stauffenberg, 1999 y Farrington, 1998). Este estudio concluyó que 19 IMFs representan un modelo de ineficiencia que está lejos de acercarse a los niveles de eficiencia logrados por 11 IMFs importantes del continente Latinoamericano. El estudio estima que índices de costos operativos sobre cartera de más del 40% son normales en Nicaragua, mientras que el estándar internacional es del 18%. Además, que un factor importante, aparte de factores como productividad y préstamo promedio, es el valor de la cartera: la mayor parte de IMFs con carteras de menos de USD 5 millones reportan que sus costos operativos anuales son mayores al 25% de su cartera bruta; de USD 5 a 15 millones oscilan alrededor de 20%, mientras que las IMFs con carteras Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 18 mayores de USD 20 millones logran menos de un 20%, lo cual en algún caso aislado, resulta ser menos del 10%. 4.3.2. Boletín Micro Finanzas de ASOMIF En diciembre del 2001, ASOMIF publicó por primera vez un Boletín donde presenta datos estandarizados sobre el desempeño institucional y desarrollo de cartera de sus asociados (cuadro 14). A continuación se extraen algunos datos de dicho Boletín: A finales de la década de los ’90 las IMFs experimentaron un crecimiento acelerado de su cartera, aprovechando el colapso de la banca estatal de desarrollo y la disponibilidad amplia de recursos, generalmente otorgados en forma de donación o crédito blando. Cuadro 14: ASOMIF - Datos básicos de cartera y clientes de las 18 asociadas actuales Fecha (Diciembre) Cartera ‘000 USD Clientes 1997 17,893 45,811 1999 43,853 94,333 2000 52,675 124,938 2001 53,575 130,141 Fuente: ASOMIF; Boletín Micro finanzas No. 1, Diciembre 2001 Llama la atención, que desde 1999, la cartera de créditos creció en forma moderada, mientras que la cantidad de clientes siguió creciendo de manera acelerada. El boletín ASOMIF también publicó por primera vez los estados financieros consolidados (a junio 2001) de la mayor parte (14) de las IMFs asociadas; estos estados se ajustaron para reflejar mejores prácticas de microfinanzas y facilitar la comparación de los resultados de las IMFs. Se calcularon varios indicadores financieros para IMFs pequeñas, medianas y grandes, a fin de comparar el desempeño de estos tres estratos. Los indicadores principales se presentan en el cuadro 15. Las IMFs más grandes reportan resultados financieros y rendimientos de cartera mayores, mientras que las IMFs más pequeñas son más eficientes, productivas y tienen menor mora. Existen diferencias considerables de desempeño entre los integrantes de un mismo grupo. En el caso de los socios de ASOMIF, el valor máximo que se reporta dentro del mismo grupo, muchas veces es dos, tres o hasta cinco veces el valor mínimo reportado. 19 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Cuadro 15: Indicadores IMFs asociados a ASOMIF, medio por grupo ( a junio 2001; en %) GRUPOS I: 3 Grandes II: 4 medianas III: 7 Pequeñas Cartera > $ 5 millones Cartera de $ 2.5 - 4.9 millones Cartera < $ 2.5 millones FDL, FAMA, ACODEP CEPRODEL, CARUNA PRESTANIC, PRODESA FJN, FINCA, FIDESA, FUNDENUSE, ASODERI, 4I-2000, LEON 2000 Cartera en riesgo > 30 días 6.2 13.3 5.6 Autosuficiencia operativa 148.0 118.4 137.5 Rendimiento cartera 52.2 28.1 37.0 Rendimiento patrimonio 31.0 11.0 23.0 Pasivo / patrimonio 180 270 90 Eficiencia operativa * 28.8 20.0 17.0 Clientes / oficial de crédito 233 243 273 Indicador Fuente: ASOMIF: Boletín Micro finanzas No. 1, Diciembre 2001. Nota: *Total gastos administrativos / cartera bruta promedio mensual) 4.3.3. La maduración de las microfinanzas en Nicaragua Este estudio, realizado por CDR-ULA a solicitud de PROMIFIN-COSUDE a principios del 2002, cubre siete IMFs apoyadas por diferentes agencias de cooperación en el país. Su volumen de operaciones, cobertura y clientela se presentan en cuadro 16. Cuadro 16: Resumen institucional de las IMFs del estudio Cobertura Agencias Cartera (millones C$) No de Clientes Avance 1 departamento 2 12.3 1,250 CARUNA Nacional 10 32.5 8,000 FUNDEPYME 4 departamentos 5 9.5 475 FDL Nacional 25 114.4 13,300 FINDE Nacional 14 89.2 5,000 FODEM 2 departamentos 2 7.8 1,325 PRODEL 4 departamentos 7 26.2 5,000 65 292.9 34,500 Total Fuente: Informe PROMIFIN, “Maduración de microfinanzas” (2002). Estas organizaciones se caracterizan por ser especializadas en microfinanzas, al no desarrollar actividades aparte de servicios financieros. Por razones legales sólo FINDE, desde hace poco tiempo, capta fondos del público, mientras que las cooperativas limitan el servicio de ahorro a sus asociados. La participación Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 20 de la mujer en las carteras crediticias es alta, pues ellas, en promedio, constituyen más de la mitad de los prestatarios, y en términos absolutos la participación al 31 de diciembre del 2001 fue del 46%. Con la excepción de las cooperativas CARUNA y AVANCE, las IMFs trabajan principalmente con una clientela ubicada en los cascos urbanos que labora en los sectores de comercio y servicio, en donde las mujeres tienen amplia participación. El desempeño de este grupo se comparó con un grupo de referencia internacional, el cual participa en la iniciativa de Micro Banking Bulletin del CGAP. Este grupo consiste en diez IMFs: ACODEP, FAMA y CONFIA, catalogadas entre las más grandes de Nicaragua y ADRI, BanGente, FIN SOL, FONDECO, OEF, PROEMPRESA, IMF reconocidas en el continente. Resumiendo los resultados del estudio, se puede refleja en el siguiente Cuadro. Cuadro 17: Ingresos y costos operativos y financieros de IMFs (2001; en %) Indicador IMF del estudio IMF de referencia MBB Ingreso sobre la cartera 30.2 42.4 Cartera Afectada (en riesgo) > 90 días 4.7 4.3 Pasivos / patrimonio 300 190 Eficiencia administrativa 19.8 30.8 Eficiencia operativa 38.9 NA 25 198 Productividad agente de crédito * Fuente: Informe PROMIFIN, “La Maduración de las Microfinanzas en Nicaragua ” (2002). Nota :*Préstamos por oficial de crédito) Analizando datos anteriores, así como algunos adicionales que contienen los estudios mencionados, se puede llegar a las siguientes conclusiones tentativas: a) Como grupo, las IMFs Nicaragüenses del estudio de PROMIFIN presenta resultados similares los que reportan las IMFs internacionales más reconocidas (MBB), en aspectos como eficiencia y productividad. b) Los datos de ASOMIF no confirman el supuesto de que las IMFs más grandes en volumen de cartera o cantidad de agencias, produzcan resultados superiores en términos de eficiencia operativa, productividad de personal y control de cartera. c) Aunque no existen diferencias grandes entre el desempeño de distintos grupos en comparación con otros, llama la atención que las diferencias en desempeño generalmente son considerables, entre las IMFs que conforman el mismo grupo (el grupo de análisis de CDR-ULA, y los grupos de IMF pequeños, medianos y grandes de ASOMIF). Es decir, la “desviación estándar” del medio o promedio de cada grupo es alta. d) En efecto, las IMFs más chicas de ASOMIF, como grupo, producen mejores resultados con respecto a eficiencia y morosidad; esto no obstante el hecho de que algunas IMFs mas grandes tienen una orientación urbana y al sector comercio, lo cual normalmente implica costos y riesgos de cartera más bajos. e) Las IMFs medianas con carteras de USD 2.5 a 5 millones en general son las menos eficientes y rentables. f) Las IMFs más grandes de ASOMIF, con carteras que no superan USD 10 millones, posiblemente no han alcanzado todavía un volumen de operaciones que les permite usar plenamente las economías de escala y así incrementar su eficiencia. Generan buena rentabilidad y autosuficiencia porque el rendimiento de su cartera es alto. 21 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas g) La Financiera CONFIA, transformada de ONG a entidad supervisada durante el 2001, reporta una cartera de USD 13 millones a finales del 2001, gastos de administración de USD 3 millones o sea una eficiencia operativa del 23%, y rentabilidad negativa. CONFIA, sin embargo, al igual que FINDE, no ha terminado su proceso de transformación, todavía sufren los gastos altos de este proceso, y por lo tanto, estos datos probablemente no son representativos para su desempeño futuro. h) La relación deuda a patrimonio en todos los casos está en niveles aceptables; esto implica que el patrimonio en principio, es suficiente para obtener créditos u otras fuentes externas de financiamiento remuneradas para financiar la expansión de su cartera. i) Los datos de los estudios recientes indican que en general, el desempeño de las IMFs analizadas ha mejorado considerablemente en comparación con el “modelo ineficiente” que reportó el estudio de MICRO RATE en 1998. j) Los estudios no cubren aspectos como el riesgo potencial que puede implicar la fuerte concentración de cartera en ciertos sectores económicos. k) Los datos anteriores se centran exclusivamente en cifras financieras y de productividad. Desafortunadamente, la información que permitiría ampliar el análisis e incorporar indicadores sociales como crédito promedio, atención a la mujer, el sector rural y el sector agrícola, existe pero no puede incorporarse en el presente estudio. Los resultados diferentes y la desviación alta de los medios que reportan las IMFs pueden ser consecuencia de diferencias en la orientación (rural y pobres), metodologías y productos de algunas IMFs, o efectos externos como los daños ocasionados por el huracán Mitch. Sin embargo, parece inevitable la conclusión de que el factor humano, gerencial y de organización es de gran importancia para poder explicar las diferencias grandes en los resultados que reportan IMFs que en otros aspectos (tamaño, orientación) son similares. FDL por ejemplo es una IMF con orientación rural que logra excelentes resultados financieros, mediante un equilibrio con agencias más urbanas y cartera más diversificada (pero el sector agropecuario siempre representa un 59%). Con respecto a lo anterior, sin embargo, es importante mencionar que la cantidad de información, la cantidad de IMFs en cada grupo todavía son modestas; y que el periodo que cubren los estudios es muy corto. Por lo tanto, los datos disponibles no son lo suficientemente completos como para llegar a conclusiones definitivas. Será sumamente interesante poder comparar los datos anteriores con la información mas actualizada (a diciembre 2002) que contendrá el Boletín ASOMIF # 2, agosto 2002. Esto con fines de analizar la consistencia y posibles tendencias de estos datos; iniciando así un proceso de benchmarking (comparación sistemática de procesos y resultados) entre los socios de ASOMIF y en comparación con IMFs internacionales lideres en el medio. 4.4. Obstáculos internos en el desarrollo de las IMFs Las entrevistas que realizó la Misión con representantes del sector de IMFs, Cooperativas, IMFs individuales, y entidades de segundo piso, indican que muchas de ellas tienen en común los siguientes obstáculos: • Entre todas ofrecen una variedad de servicios financieros y una IMF como ACODEP va ampliando su variedad de productos crediticios, mientras que CARUNA tiene un paquete variado de servicios de crédito, ahorro y otros. Pero en general las IMF ofrecen productos de crédito genéricos, es decir se aplican más que todo métodos de crédito individual, grupos solidarios y bancos comunales; y en forma creciente, crédito para vivienda. En cuanto a ahorro, las Cooperativas más que todo ofrecen cuentas de ahorro corrientes y depósitos a plazo fijo. Existen pocos productos para sectores económicos o usos específicos; y virtualmente ninguna Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 22 diversificación hacia otros servicios. Inclusive las IMFs supervisadas hasta la fecha han hecho pocos intentos de captar ahorros del sector microempresarial. • La elaboración de planes estratégicos es costumbre en una cantidad creciente de IMFs, pero muchos son rudimentarios; y en otras, no existen. • Hay mejoras en cuanto a los sistemas automatizados de procesamiento de datos en varias IMFs, pero en otros casos estos son inadecuados y deben de actualizarse para poder enfrentar un futuro crecimiento. Aunque las empresas de informática ofrecen varios sistemas, no existe consenso en cuanto a la calidad relativa de tecnología y soporte. • Los Sistemas de Información Gerencial rudimentarios: en general, consisten en una cantidad de indicadores financieros. Son escasos los sistemas de análisis de costos (por producto o actividad), buenas bases de datos sobre clientes y la vinculación de estas con los sistemas contables y de administración de cartera. • Los representantes de entidades de segundo piso, incluyendo los bancos de desarrollo internacionales, expresan preocupación en cuanto a ciertas debilidades y riesgos, los cuales, en forma creciente, también son reconocidos por las IMFs: • Auditorias externas que son realizadas por empresas sin especialización en microfinanzas y a veces de poco prestigio. • La falta de personal o departamentos de auditoria interna que son especializados en micro finanzas u otras actividades de control y verificación de operaciones que se adapten al sector de microempresas. • La necesidad de que las IMFs más grandes mejoren sus mecanismos de administración de riesgos. • Problemas de gobernabilidad inherentes a la estructura de ONG y Cooperativa; por ejemplo, el interés financiero directo de los directivos en sus organizaciones, está poco definido (en general es modesto); y los órganos directivos como conjunto, no siempre presentan una calificación adecuada para el manejo de las organizaciones especializadas en microfinanzas. La quiebra de varios bancos centroamericanos en años recientes, sin embargo, indica que riesgos similares también existen en entidades supervisadas. 4.5. La oferta de Segundo Piso 4.5.1. Caracterización de la oferta El cuadro 18 muestra a 11 proveedores de financiamiento a las microfinancieras, con recursos orientados al desarrollo de fuentes de financiación: bilateral, multilateral, del gobierno y de inversionistas sociales, orientados a las microfinancieras, de acuerdo a los instrumentos siguientes: a) Donación directa a las microfinancieras. Es el caso de los fondos de AID y de las embajadas de Noruega y Finlandia transferidos como fondos iniciales y de capitalización.; y b) Préstamos a las microfinancieras, haciendo uso de fondos o de Instituciones Financieras de Segundo Piso. Con respecto a las instituciones del segundo piso, se distinguen los siguientes segmentos: • Donaciones administradas por proyectos de desarrollo rural. Otorgados como préstamos directamente por las Unidades Ejecutoras de los Proyectos a las microfinancieras; como el caso del Fondo de Desarrollo Agropecuario (FONDEAGRO), con recursos de la Cooperación Sueca. En estos casos el Proyecto canaliza los fondos a intermediarias, las que a su vez atienden a usuarios finales. 23 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas • • • • • Donaciones o préstamos al gobierno ejecutadas en proyectos de desarrollo. Canalizados por la banca formal (BANPRO, BANCENTRO, FNI), bajo la modalidad de fondos en administración tipo fideicomiso. Ejemplo: FONDECA/TROPISEC, FONDECA/PROSESUR, con fondos de préstamo del FIDA, fondos de donación de la cooperación bilateral y agencias de cooperación (UE, Noruega, Holanda, España.) Donaciones de agencias cooperantes, administradas por ONGs internacionales. Otorgados como préstamos por éstas directamente a las micro financieras. Ejemplo: Catholic Relief Service, Auxilio Mundial, ACRA. Cooperación bilateral otorga préstamos directamente mediante la Embajada. Ejemplo: Cooperación Austriaca. Inversionistas Sociales. Ejemplo: Nica Fund, formado por fondos de inversionistas, miembros de iglesias de Estados Unidos, los que otorgan préstamos directamente a las microfinancieras. Instituciones Financieras Multilaterales. Provenientes de fondos especiales, orientados como préstamos directos a las microfinancieras. BID/FOMIN. Esta puede ser una institución nacional o de carácter regional, entre las que se encuentran: • La Financiera Nicaragüense de Inversiones (FNI), Institución autorizada por Ley a intermediar fondos solo a instituciones financieras reguladas, intermedia fondos de crédito a las IMFs solo en calidad de fondos en administración. • El Fondo de Crédito Rural (FCR) es la institución estatal responsable de intermediar recursos a organizaciones microfinancieras no bancarias y a instituciones financieras especializadas en el sector rural. • El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), institución financiera de carácter regional centroamericano, que ha abierto líneas de crédito especiales para otorgar crédito a las microfinancieras. 4.5.2. La oferta disponible Los consultores han identificado que al 30 de abril del 2002, los fondos de microcrédito bajo las modalidades detalladas anteriormente, suman USD 94,8 millones. Este monto incluye los fondos en cartera, recursos líquidos disponibles en Nicaragua y recursos programados para su desembolso (cuadro 18). Del total de los recursos disponibles al microcrédito, USD 48,2 millones se encuentran colocados en cartera (51%), USD 14,6 millones son fondos líquidos (15%), previamente desembolsados a las Instituciones Financieras Administradoras o a las Unidades Ejecutoras, y USD 32,0 millones (34%) corresponden a los fondos programados, pero aún no desembolsados. El cuadro 18 muestra al BCIE con una cartera de USD 10 millones colocadas en 11 microfinancieras, lo que lo sitúa como la institución financiera con mayor participación entre las instituciones de segundo piso, con 21%. No se obtuvo información de los recursos líquidos disponibles para el sector. Sin embargo, se pudo conocer que podrían calificar hasta 25 microfinancieras para ser atendidas con recursos del BCIE. El segundo proveedor en importancia, es Bancentro con USD 9,6 millones, colocados en 90 microfinancieras (20% de los saldos de cartera). Estos recursos provienen de 17 fondos (fondos de crédito, proyectos de desarrollo rural y de la PYME), los gerencia como fondos en administración en un departamento de fideicomisos estructurado para tal fin. Cuenta con una disponibilidad líquida de USD 6.1 millones, como consecuencia de la estacionalidad de las colocaciones, fondos comprometidos, más precaución con la colocación y mayor exigencia con las garantías. A esto se suma que las microfinancieras más elegibles han sido financiadas con varias fuentes, adquiriendo importancia el criterio de concentración de fondos en microfinancieras específicas. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 24 Cuadro 18: Recursos para la MYPE y pequeña producción rural. Abril 30, 2002. (Miles de Dólares) N° 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 Fondo o Institución Financiera de Segundo Piso BCIE BANCENTRO ONG's Internacionales Fondo de Crédito Rural (FCR) Proyectos AID BID/FOMIN BANPRO FNI Embajadas IDR Saldos de Cartera N° Monto % IMFs 10,000.0 9,622.8 7,940.0 6,514.1 4,402.7 2,984.8 2,250.0 1,976.6 1,499.9 960.1 ND 20.8% 20.0% 16.5% 13.5% 9.1% 6.2% 4.7% 4.1% 3.1% 2.0% 11 90 13 61 7 15 13 24 8 3 - Disponibilidades Líquidas en Por 1/ Ejecutor Desembolsar Total 6,068.5 800.0 1,489.4 750.1 5,517.1 ND 2,219.0 510.0 20,000.0 4,700.0 2,700.0 560.0 1,300.0 - 8,287.5 1,310.0 20,000.0 4,700.0 4,189.4 1,310.1 1,300.0 5,517.1 Total 48,151.0 100.0% 14,625.1 31,989.0 46,614.1 Fuente: Información suministrada por las Fuentes de Fondos e Instituciones de Segundo piso. 1/: Se refiere a fondos programados por la fuente de financiamiento y aún no desembolsados. Total Fondos Monto 10,000.0 17,910.3 9,250.0 26,514.1 9,102.7 2,984.8 2,250.0 6,166.0 2,810.0 2,260.1 5,517.1 % 10.6% 18.9% 9.8% 28.0% 9.6% 3.1% 2.4% 6.5% 3.0% 2.4% 5.8% 94,765.0 100.0% Las ONGs internacionales, que incluyen a inversionistas sociales, están en tercer lugar de importancia, de acuerdo al monto de cartera que manejan, que asciende a USD 7.9 millones, para una participación de 17%. El FCR, es el cuarto proveedor en orden de importancia, con un saldo de cartera de USD 6.5 millones, colocados en 61 organizaciones microfinancieras y cooperativas de producción, con una participación del 13.5% de la cartera total. Con la venta de ENITEL, esperan que les sean transferidos USD 20.0 millones de capitalización, lo que la convertiría en la institución de segundo piso con más recursos para el sector rural, con 28% de participación. Las líneas disponibles en las instituciones o fondos de segundo piso, que se otorgan bajo la modalidad de préstamos, presentan las características siguientes: • Son dirigidas a determinados segmentos de clientes y zonas geográficas, enmarcados en los objetivos de desarrollo de proyectos. • En su mayoría son fondos para crédito de corto plazo, por lo que no permite plazos más amplios para la capitalización de las unidades de producción. • Presentan políticas y normas de crédito poco coherentes entre sí. La tasa de interés a las microfinancieras fluctúa desde el 2 hasta 14%.9 Los criterios de selección de las microfinancieras, varían desde los rigurosos que se basan en estrictas normas de desempeño hasta los más flexibles, que varían desde criterios laxos hasta los que restringen la admisión a una lista elaborada de antemano. 4.5.3. Las fuentes de fondos Un muestreo en nueve microfinancieras afiliadas a ASOMIF, que facilitaron información de composición de su cartera y de sus fuentes de fondos, para identificar la incidencia de sus políticas en las de las microfinancieras, dio como resultado, que en estas microfinancieras los fondos externos financiaban el 46.9% de los recursos en cartera. Es plausible que las IMFs con un sólido manejo financiero, lleguen a 9 Las tasas de interés tienden a reflejar una estructura inversa entre las categorías de intermediarias reguladas y no reguladas. El BCIE cobra a sus clientes (regulados) una tasa anual inferior al 4% para préstamos en dólares, mientras que las intermediarias no reguladas, incurren en costos financieros mayores al 10% anual (por ejemplo el FOMICRO y el PROSESUR de FIDA). 25 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas manejar una relación de pasivos a patrimonio de 1.13 veces; como referencia dicha relación es de 1.44 veces en el caso de las afiliadas a ASOMIF que publicaron información financiera en el primer Boletín. Otro hallazgo notable, es que entre 29 fuentes de fondos identificadas, están cobrando presencia fondos de inversionistas sociales provenientes de los Estados Unidos de América y de Holanda. A su vez, la evidencia sugiere que las IMFs con mejor administración y calidad de cartera, tendrán a su vez una mayor diversidad de fuentes de fondos. La fuente del 80% de los recursos externos de las IMFs muestreadas, provino de BCIE, NORAD, USAID, Fondo de Crédito Rural, WCCN / Nica Fund, INIFOM/ PRODEL (ASDI), FONDECA/PROSESUR (FIDA), BID y COLAC. Es claro que la principal fuente de las IMFs son Agencias de Cooperación. Salvo el BCIE (30% de los fondos externos de dichas IMFs), las restantes fuentes aportan 1.2% en promedio cada una. La principal consecuencia de este fenómeno es que ninguna fuente en particular tiene sobre estas microfinancieras, una influencia relevante en relación con las otras. Algo fundamental de la importancia del BCIE, es que la disponibilidad de fondos para cualquiera de sus programas puede llegar a ser la disponibilidad total del Banco para las microfinancieras. Un segundo factor no menos importante, es la relevancia que adquieren las microfinanzas con la presencia de un banco de mucha seriedad y trayectoria en el desarrollo. De las condiciones establecidas con estos fondos, se identifica que en su gran mayoría son fondos para crédito de corto plazo. Algunos de estos fondos ofrecen créditos a cinco años de plazo, aunque la reglamentación de los programas especifica que las IMFs pasen primero por asegurar la recuperabilidad de los recursos con fondos de mediano plazo –hasta 18 meses–. Estas son restricciones importantes para el sistema, dado que es muy sentida la necesidad de invertir en activos fijos para alterar sensiblemente la productividad de las actividades financiadas, especialmente en las unidades de producción rural donde se observa una gran descapitalización. También es evidente la ausencia de nuevos instrumentos financieros como: fondos de garantía para el apalancamiento de fondos locales, fondos de capital y arrendamiento financiero. 4.5.4. Fortalezas y debilidades en el Segundo Piso Las instituciones gubernamentales, se han caracterizado por debilidades intrínsecas contenidas en su ley creadora. En el caso del Fondo de Crédito Rural (FCR), constituido con el objetivo de concentrar los fondos de crédito orientados al sector rural y con la finalidad de favorecer al sector, se fijó en la ley creadora algunas particularidades de viejos paradigmas: a) Crédito restringido a las actividades rurales, obviándose su aspecto urbano, b) Sin autonomía administrativa, y c) Imposición de tasas de interés vía restricción del margen de las IMFs al emplear estos fondos al 2 y 0.5% de comisión. La falta de autonomía técnica y administrativa del fondo, permitió interferencias de la política local, lo cual generó una cartera afectada del 40%. Otra debilidad hasta la fecha mostrada son los recursos muy limitados, USD 6.5 millones, los que provienen casi exclusivamente de fondos del Gobierno. En el caso de la Financiera Nicaragüense de Inversiones (FNI), está restringida por ley de financiar a las microfinancieras ya que solo puede prestar a instituciones financieras reguladas por la SIB. Esta institución tiene capacidad técnica por la experiencia adquirida en el manejo de sistemas crediticios de segundo piso y con los fondos en administración. El Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), es un reciente entrante en la escena, ha mostrado hasta el momento una aproximación prudente y mesurada a las microfinancieras, adecuando sus criterios de elegibilidad de instituciones financieras, para dar cabida a la elegibilidad de IMF. Aún es prematuro para sopesar su éxito, pero todo parece indicar que sus colocaciones son sólidas ya que fueron realizadas en IMFs afiliadas a ASOMIF. El BCIE se ha estado guiando por criterios estrictamente basados en la solidez financiera de las IMFs, sin imponer condiciones de segmentos de clientes, segmentaciones geográficas o tasas de interés a usuarios finales, como suele ocurrir con los fondos de Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 26 programas de desarrollo rural. Por su formalidad financiera, difícilmente podrán acceder a fondos del BCIE organizaciones débiles que requieren de acompañamiento, estando estas últimas fuera de consideración en el programa actual del BCIE. Banpro y Bancentro, son los bancos comerciales que han ofrecido la administración de fondos para microcrédito, de acuerdo con las condiciones particulares establecidas de cada fuente de fondos. Esta modalidad ha permitido: a) el avance en la aplicación de criterios de sostenibilidad en la colocación de los fondos de créditos provistos por donantes y proyectos de desarrollo, mediante una mejor selección de las organizaciones microfinancieras; y b) el acceso a grupos meta de bajos ingresos y zonas geográficas específicas, mediante IMFs locales, -únicas con presencia en el área- seleccionadas bajo políticas laxas de los programas de crédito. No obstante, los indicadores de mora de algunos programas de fondos administrados por los bancos, muestran signos de poca sostenibilidad, cuyas causas son las siguientes: a) políticas impuestas por los programas, donde algunos mantienen aún las influencias de las decisiones del personal de los proyectos en los comités de crédito. Esto lo favorece al banco, al no estar expuesto a riesgos financieros, restándoles responsabilidad en sus decisiones y su fortaleza de la imagen de seriedad ante las IMFs clientes; y b) la mezcla del personal de los proyectos en labores de promoción, aprobación y seguimiento, funciones que el banco no ejecuta a plenitud, contribuye aún ante la clientela a la imagen de fondos de donación y a la débil recuperación de los fondos. Todo esto desdice de la sostenibilidad del mecanismo. De hecho, la permanencia de los fondos, dependiendo del diseño de las condiciones de operación del programa. Como fortaleza de la banca comercial, en el manejo de los fondos de segundo piso, se menciona su acercamiento a las microfinancieras. Con su red de sucursales, la banca reduce los costos de transacción. Asimismo, el acceso a los servicios bancarios contribuye a construir nexos. Esta articulación permite al banco un mayor conocimiento de las IMFs y de sus clientes, para el establecimiento de futuras operaciones con recursos bajo riesgo del banco, situación que aún no se visualiza por las condiciones de riesgo percibidas por los bancos sobre el sector de la MYPE. Los fondos en manos de otras instituciones, proyectos de desarrollo y ONGs internacionales, adquieren relevancia en el panorama de segundo piso ya que, en conjunto, son el 27.6% de los fondos e incluyen la disponibilidad por desembolsar. Las características de estos fondos son muy variadas, pero se pueden caracterizar así: • Sus recursos tienen amplia diversidad de costo para las IMFs: del 2 al 10%. • Algunos fondos, terminarán siendo donaciones o “capitalización” de las IMFs. • En algunos casos se emplean mecanismos sui-géneris para la distribución del crédito, las cuales pueden generar prácticas impropias para el microcrédito. • Se han encontrado ONGs que captan fondos de inversionistas sociales extranjeros, miembros de iglesias, dispuestos a invertir en Nicaragua a cambio de un rédito. Estos fondos son de disciplina financiera estricta y objetivamente guiados por rendimiento financiero acorde al mercado. Por ser más flexibles en el objeto del crédito y en el plazo, les ha permitido una alta colocación que asciende a USD 3.0 millones en las IMFs más grandes. En general, estas características no pueden clasificarse a priori como fortalezas o debilidades sin antes identificar la situación deseable o visión operativa de las microfinanzas. Si consideramos adecuado que estas deben basarse en criterios financieros y crediticios sólidos -adaptados a la escala y condiciones de la operación- entonces la amplia divergencia del costo de los recursos, aunada a rigidez en el grupo donde deben colocarse, son un cóctel que alimenta expectativas infundadas de las IMFs para con el resto de los fondos, deteriorando en algunos casos la voluntad de pago. Por otro lado, la existencia de mecanismos sui-géneris para el otorgamiento de crédito, como el empleo extendido de “criterios sociales” sin conexión con la necesidad de sostenibilidad del fondo, tienden a 27 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas perjudicar el funcionamiento de otros fondos en la misma área. Es usual confundir la asistencia a los pobres o la atención de desastres, con el otorgamiento de crédito, creando así un concepto borroso del crédito entre una población con poca tradición empresarial y crediticia. Por tanto, el éxito de dichos fondos en esta área temática es débil y vago en todos los casos. Esta situación es típica de fondos donde hay “beneficiarios” que saben que los fondos deben ser colocados entre un grupo predeterminado, quienes terminan considerándose con derecho a los recursos sin responsabilidad de reembolsarlos. En general, la crítica ha sido por el efecto perjudicial en otros programas y por la falta de sostenibilidad del enfoque empleado. Fuera de esas debilidades, tales métodos pueden aportar ideas originales o métodos poco convencionales, ya que para romper el paradigma del financiero convencional se necesita un microfinanciero no convencional. En términos generales, aunque las debilidades y amenazas, puedan parecer abundantes debido a que los análisis suelen concentrarse en los problemas y debilidades que frenan el desarrollo de un sector. En el caso de las microfinanzas las fortalezas del sector son relevantes para inducirnos a creer que el fenómeno de las microfinancieras se ha establecido en Nicaragua y continuará creciendo por varios años más, y permitirá que aumenten las microfinancieras estables y con buen gobierno. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 5. 5.1. 28 Políticas de las agencias de cooperación Introducción Un objetivo central de la misión ha sido el de examinar las actuales políticas de las agencias de cooperación en materia de servicios financieros. Con los resultados de este examen se pretende facilitar el proceso de coordinación inter-agencial y de armonización de criterios en esta área. Desde el momento en que el tema de microfinanzas10 llegó a ser un área de interés compartido por la cooperación internacional, el sector de instituciones intermediarias ha recibido apoyo de numerosas agencias de desarrollo, en muchos casos, con enfoque y metodología muy distinta. El interés de los donantes en coordinar sus políticas es mucho más reciente. En creciente medida se está tomando conciencia de que la coordinación tendrá una influencia positiva, en el desarrollo del sector, y que para ello se requiere a veces la introspección de políticas – y un eventual reajuste – que beneficiará la coordinación inter-donante en una fase posterior. Esta sección se inicia con una breve descripción del entorno estructural en que se mueven las agencias reunidas en el Grupo CIPYME. Luego se hace una categorización de los estilos de cooperación en materia de servicios financieros. Como conclusión, se hace una descripción de las perspectivas para que, en parte, se armonicen los lineamientos en la materia. 5.2. Consideraciones metodológicas La misión dio importancia a la elaboración de esta sección sobre las fuentes de información disponibles, en forma oportuna, durante sus labores en Managua. Una parte se trata de informaciones compartidas ya entre las agencias. Otro grupo se compone de documentos (internos y cercanos a la confidencialidad), y otra parte se refiere a informaciones transmitidas durante las entrevistas. El carácter disperso de las informaciones impide que, en este análisis, se haga una revisión integral y aún menos, una evaluación del quehacer de las agencias individuales. Otra consideración se refiere al universo en donde inciden las políticas de las agencias, en el nivel tanto individual como colectivo. A pesar de que el Grupo CIPYME reúne no menos de 18 organismos bi- y multilaterales, el área de influencia hasta la fecha no incluye segmentos significativos del sector rural nicaragüense. La coordinación entre agencias cooperantes en este sector es de fecha más reciente y no se han aglutinado los actores sobre los servicios financieros con el mismo afán del Grupo CIPYME. En el sector rural se ejecutan proyectos con fondos de crédito que, solo en parte, pueden ser considerados como sujeto de análisis y coordinación. Un tercer motivo de cautela se relaciona con los fondos de crédito constituidos por recursos provenientes del exterior, los cuales no están registrados por las instancias estatales (Gobernación, Cooperación Externa) ni por las agencias de cooperación oficial. Los interlocutores, sin excepción, confirmaron en las entrevistas, la ausencia de registros y de lineamientos con respecto a las políticas de las instituciones cooperantes en sus países de origen. Lo anterior implica que cuando se trata de analizar y armonizar políticas en materia de micro-finanzas, se deben de reconocer las serias limitantes, existentes en un universo que solo parcialmente se deja analizar e influir. 10 Esta sección se basa parcialmente en los argumentos del informe para PROMIFIN/COSUDE, “La maduración de las microfinanzas en Nicaragua” (Marzo 2002). Nueva en la presente sección es la sistematización en tres enfoques, así como la clasificación correspondiente de las agencias cooperantes. 29 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 5.3. Agencias cooperantes y grados de libertad Las agencias cooperantes se distinguen en políticas y competencias formales en muchos respectos. Su presencia individual es diferente en cada caso, lo cual tiene que ver con el mandato de la representación de la agencia en el país, así como con el conjunto de instrumentos otorgado a la representación nacional para cumplir con las políticas. Las siguientes fuentes reflejan una estructura administrativa que difiere según el caso. Facultades de financiamiento: A pesar de que la mayoría de las agencias cooperantes ha venido operando con fondos de crédito no reembolsable, no todas las agencias suscriben la regla de dotar con donaciones a las organizaciones contraparte. Representaciones de la Unión Europea, Alemania, Noruega, Suecia, Holanda y otras, están facultadas para hacer transferencias en donación. Otras agencias, como FIDA, solo están facultadas para concluir contratos de préstamo en el nivel gubernamental, lo cual requiere una activa participación del Estado en la ejecución de proyectos. Actuación como acreedor: Algunas agencias tienen la competencia para actuar como acreedoras de fondos con respecto a las organizaciones contraparte, como es el caso de Austria. Otras agencias – por políticas establecidas en el país de origen– tienen por norma no actuar como acreedoras directas, sino trasladar esta responsabilidad a una instancia administradora de fondos. Status como partícipe de fondos e instituciones: No todas las agencias de desarrollo tienen el mismo grado de libertad para asumir responsabilidades como partícipe de un fondo o de una institución. Algunas pueden actuar en calidad de accionistas en una institución financiera (p.e. BID, GTZ y COSUDE), mientras que otras agencias (Holanda, Suecia, Finlandia) no están explícitamente facultadas para asumir esta responsabilidad. La libertad para actuar como accionista está por tanto relacionada con su posición estatutaria. Una embajada, en representación de un estado particular, no suele ponerse el sombrero de socia expuesta al riesgo empresarial de una institución. En cambio, agencias especializadas en materia de desarrollo pueden moverse con mayor libertad, incluyendo la posición de proveedoras de capital de riesgo. Grado de descentralización: Casi todas las agencias han venido poniendo el peso en la formulación de políticas en el nivel de las representaciones en Nicaragua. Para la formulación de lineamientos, solo algunos organismos multilaterales (FIDA y BCIE) mantienen su “centro de gravedad” fuera del país, lo cual requiere arreglos especiales en cuanto a la coordinación de los mismos con otras agencias. Por lo general, las agencias de cooperación han descentralizado gran parte de las competencias “al terreno”, lo cual obviamente trae como consecuencia que los lineamientos de un mismo organismo pueden variar considerablemente de país a país. Una posición intermedia es la de DFID cuya presencia en el país está asegurada por un período predefinido. Discrecionalidad de proyectos Las agencias de cooperación se distinguen mucho en cuanto a la toma de decisiones en los proyectos individuales. El caso de Nicaragua presenta ambos extremos: por un lado existen proyectos cuyos directivos gozan de un alto grado de autonomía en la estrategia de implementación. Por otro lado se presentan proyectos donde no solo la estrategia sino también los detalles de la implementación se deciden en el nivel de la propia agencia. Esto tiene que ver con el equilibrio de personal profesional – por una parte técnicos en los proyectos y por otra, los “desk-officers” de las representaciones en Managua – pero también con el nivel de experiencia de personal profesional y su respectiva afinidad con el tema de microfinanzas. Las diferencias en presencia física, posición formal, otorgamiento de facultades, personal efectivo en las agencias y los proyectos, tienen una incidencia en los estilos de entidades cooperantes. Diferencias que no son factores determinantes, pero sí circunscriben el margen de maniobra cuando se espera modificar estrategias de intervención. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 30 5.4. Criterios de intervención Durante la misión, se observó de nuevo que hasta la fecha los donantes demuestran políticas heterogéneas con respecto a los segmentos y estratos atendidos. Si bien es cierto que la mayoría de las agencias ocupan áreas similares en su política de cooperación (desarrollo rural, el sector de pequeña y micro-empresa, gestión ambiental, con ejes transversales de género y gobernabilidad), en la práctica se demuestran diferencias significativas en los ejes de intervención. Estas diferencias tienen que ver con factores de carácter “coyuntural”, ya que dependen, en parte, de los actores individuales – a cargo de la formulación o la evaluación de un programa específico – y en parte, de las tendencias que marcan el enfoque del momento. Definición de los beneficiarios Los donantes se distinguen por su orientación a los beneficiarios de sus programas. Los primeros proyectos con componentes de microfinanzas se dirigieron fuertemente a los estratos menos favorecidos de la población productiva. Durante la década de los noventa se fue enfatizando más el apoyo a las instituciones – bancarias o no bancarias – con la vocación de intermediar recursos financieros. Desde el final de la década se introdujeron los proyectos específicos, dirigidos ya no a una sola institución sino a un conjunto de ellas, en el afán de atender a segmentos o a la totalidad del sector. Actualmente se están implementando proyectos de cada uno de los tipos mencionados. Estrategia de sostenibilidad: Aunque en términos generales, todos los donantes se pronuncian a favor de la sostenibilidad de las entidades que intermedian recursos, los matices se diferencian en la práctica. En primer lugar se presentan las entidades con un mandato propio y con apoyo de su donante patrocinador, orientadas a la incorporación en el sector financiero formal. Ellas buscan la expansión a través de un aumento de su volumen de operaciones, ayudado por una capitalización acelerada. Otros donantes apoyan políticas de intermediarias que buscan la sostenibilidad en otros términos: no de la expansión de la institución, sino de la generación de excedentes que permitan la ejecución de actividades en otras áreas, particularmente la prestación de los servicios no financieros (como de desarrollo empresarial). En consecuencia, la actividad de intermediación se usa como instrumento para buscar la sostenibilidad institucional de la intermediaria, para lo cual los recursos de crédito constituyen un fondo patrimonial. Equidad en políticas financieras: Es evidente que los criterios anteriores inciden en los lineamientos para la captación de intereses y comisiones. Intermediarias y donantes orientados a la atención de los usuarios finales, enfatizan la importancia del acceso a fondos con una tasa de interés “justa”, lo cual significa, no necesariamente, tasas de interés reales negativas, pero sí inferiores a las de otras entidades. Entidades que buscan más la sostenibilidad de intermediarias, tienden a aplicar un régimen financiero más exigente ante los usuarios finales, con el cobro de intereses o comisiones que les permite generar excedentes. Sin embargo, la búsqueda de sostenibilidad no carece de conflictos de interés, sobre todo cuando se trata de programas de crédito con una estructura de pisos. Cuando se promueve la sostenibilidad de las intermediarias de primer piso, las tasas de interés al segundo piso se atenúan para acomodar las intermediarias. En cambio, cuando se busca la sostenibilidad institucional de la entidad a segundo piso, el precio de los recursos se tiende a elevar en favor de la entidad de segundo piso. Esto trae como consecuencia el traslado del “conflicto de interés” al nivel del primer piso. Metodología de asistencia: En algunos casos, el enfoque del donante se limita al apoyo mediante asistencia técnica de manera inmediata, sin proveer recursos para ampliar la cartera de préstamos (caso USAID). Otros donantes prefieren proporcionar recursos para el fondo de crédito de la institución receptora, acompañado por la asesoría de expertos nacionales o internacionales (caso de algunos proyectos de los Países Bajos). Un tercer tipo de donantes prefiere brindar solo apoyo financiero, sin ocuparse de la asistencia técnica a la institución intermediaria (caso de algunos proyectos de Austria). La multiplicidad de criterios de distinción trae como consecuencia que los donantes en Nicaragua demuestran gran variedad de estilos de intervención. En el marco actual, no cabe hacer una tipología 31 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas individualizada, con un análisis de fortalezas y debilidades de cada donante. Sin esta revisión, está claro que en los primeros tres criterios los donantes deberían de concentrarse con mayor intensidad en su visión a largo plazo. Cultura institucional: Ninguna organización funciona sin una cultura interna sobre normas administrativas explícitas e implícitas, para el desempeño de sus recursos humanos. Las agencias cooperantes hoy día tienen en común con las ONGs que son organizaciones “basadas sobre valores” (Edwards y Sen, 2002), y también comprometidas con una “agenda cívica” en la transformación de relaciones humanas. Ello significa que, en la práctica, enfrentan los mismos desafíos que las organizaciones no-estatales, las que para materializar un cambio necesitan pasar por un cambio de valores, basado en una libre opción entre alternativas, lo cual no se daría sin cambio interno de los actores individuales. Un cambio de valores individuales supone también una cultura institucional que fomenta la toma de iniciativas, y un proceso de aprendizaje con impulsos de “abajo hacia arriba” y de “arriba hacia abajo”. En breve, para un proceso de (re-)formulación de políticas se espera un cambio en el sistema de valores propiciado en un entorno institucional, que facilita procesos de evaluación interna, innovación, y también de ensayo y error. De estos distintos criterios y posiciones mencionados, se aplicaría un primer esquema en torno a los ejes principales de las políticas de CIPYME: el desarrollo de la IMF o su proyecto y la orientación al desarrollo del sector de microfinanzas o el desarrollo productivo de los usuarios finales. En calidad de ejemplo en la Figura 2 se han agregado cuatro tipos de proyectos, con la prioridad financiera puesta entre paréntesis. Figura 2 Tipología de criterios de intervención CARUNA /NORAD-Austria (usuarios finales / primer piso) Expansión de IMF Orientación a usuarios finales AECI / FONDETEC (Usuarios finales) Coop. Avance / USAID (primer piso) Orientación al sector de IMF Atención con SDE FOMICRO / Holanda (Segundo piso) Fuente: Informe PROMIFIN / COSUDE, Marzo 2002 5.5. Enfoques de intervención Tomando en consideración los factores estructurales “grados de libertad” y los criterios de carácter coyuntural, el panorama actual demuestra una diversidad en tres categorías globales que se han distinguido para el propósito de la misión. Estas categorías no implican que la clasificación posterior de agencias individuales sea definitiva o categórica, sino que pretende generar las pautas. Primero para establecer un marco genérico de tipificación y luego, para estimular el intercambio de lineamientos, y finalmente para facilitar el proceso de armonización de estrategias y lineamientos. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 32 5.5.1. Orientación al grupo meta de usuarios finales Este enfoque se caracteriza por los siguientes elementos: • El crédito canalizado por intermediarios se considera como instrumento para atender a los grupos meta del programa de la agencia. Atención que es prioritaria y prevalece sobre el interés del desenvolvimiento de las instituciones intermediarias. A menudo se indica que “el crédito no es un fin en si”, reflejando el interés de la agencia en provocar cambios en las condiciones socioeconómicas de la población objetivo y subordinando a ello la sostenibilidad de la entidad intermediaria. • El crédito se considera como instrumento complementario en un conjunto de facilidades de financiamiento. En ciertos casos, ello implica que se considera el instrumento de crédito como “uno entre otros servicios financieros”, los cuales incluyen los subsidios directos, donaciones y programas de generación de empleo. Esta consideración suscita dudas sobre la pertinencia del instrumento crediticio y su separación de las transferencias no reembolsables.11 • En las políticas financieras se hace énfasis sobre la oferta de “condiciones abordables” para los prestatarios. Esto se refleja en tasas de interés moderadas a primer piso, por lo general en un nivel inferior a las tasas pasivas del sistema financiero nacional. • Paralelamente, no se promueve en los programas auspiciados un componente de fomento del ahorro con las instituciones intermediarias, puesto que se considera como fuera del alcance de la estrategia de intervención. La divisa es que “Los pobres se ahorran por si mismos, en su vivienda o en la unidad productiva”. • La oferta de crédito se inscribe en un marco de querer cambiar las condiciones productivas de los usuarios finales. Ello puede ser un cambio en la cédula de cultivo entre los agricultores o la transición en modalidad productiva en talleres del sector (peri)-urbano. La meta es el aumento de los índices de productividad de las unidades productivas al final del período del proyecto. • A la vez se prevé una oferta combinada de servicios financieros y de asistencia técnica a los usuarios finales. El acompañamiento técnico puede ser ligero o intensivo, por lo cual el servicio crediticio se mueve entre el crédito supervisado tradicional o la fórmula de crédito combinado con apoyo técnico. • Numerosos proyectos suelen tener problemas con la transferencia de fondos al final de su vida útil. Al existir cierta reserva respecto a los intereses de la institución intermediaria, no es de esperar que se haya asegurado la capacidad de gestión en cuanto a la estrategia y la administración de un fondo cuya velocidad crucero debería de haberse alcanzado durante el propio programa. El enfoque de crédito para “los grupos meta” tiene como fortaleza el deseo de reducir los costos de transacción para los usuarios finales, quienes no logran insertarse en el sector financiero formal. No obstante, los partidarios de esta visión tienden a confundir la diferencia entre ajustar y desactivar los principios de mercado. En su deseo de asistir directamente a los grupos meta de la cooperación, tienden a introducir mecanismos que afectan el desarrollo de un mercado financiero competitivo, por lo cual la visión cada vez más es considerada como la vía “heterodoxa” en el área de microfinanzas. 11 Enfatiza que el microcrédito es en general, un instrumento apropiado donde existan actividades económicas en proceso, que genera un flujo de caja a nivel del hogar para facilitar el reembolso. De lo contrario se induciría la tendencia al sobreendeudamiento, particularmente en situaciones de emergencia, áreas rurales remotas, con serias desventajas y de destitución crónica (CGAP, Abril 2002). 33 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 5.5.2. Sostenibilidad de una institución microfinanciera Esta visión surgió a mediados de los noventa y difiere considerablemente de la anterior, puesto que prioriza la institucionalidad de una intermediaria financiera (Campbell y White, 2000). Esto se refleja en los siguientes aspectos: • La agencia cooperante pone el énfasis en el crecimiento institucional y financiero de la contraparte, preseleccionada o por crear, en la fase del diseño del proyecto. Comúnmente se trata de una institución especializada en determinado tipo de servicios, sea de vivienda, micro-empresa o en la propia intermediación financiera. En la mayoría de los casos se trata de organizaciones creadas bajo tutela del Estado. • En cuanto al crecimiento institucional, se hace a menudo referencia a los conceptos de crecimiento individual de intermediarias: graduación de entidades no bancarias (“upgrading”), ampliación de las ventanillas bancarias a una clientela más larga (“downscaling”) o la articulación de intermediarias no formales con la banca formal (“linkage”). Estos conceptos tienen en común el interés dirigido a la extensión del servicio financiero, sobre todo el crédito, a usuarios de escasos recursos y así profundizar el mercado financiero. • En políticas financieras, se busca la sostenibilidad de la institución, al menos a mediano plazo, lo cual implica que generalmente los usuarios del crédito son tratados en condiciones del sector financiero formal. Si se trata de una institución de primer piso, se cobran intereses superiores a las instituciones bancarias. Cuando la contraparte opera en el segundo piso, las intermediarias de primer piso enfrentan un costo del dinero superior a la tasa pasiva de la banca. Ello refleja la prioridad otorgada a la perennidad de la institución, por lo que se impone a los usuarios la obligación de participar en el costo de los servicios. • Además, los servicios financieros y no financieros no se ofrecen a los usuarios finales. La institución se hace cargo de la canalización de los recursos de crédito, sea bajo responsabilidad propia o bien a través de administradoras o intermediarias especializadas. En el último caso se libera la capacidad para dedicarse a servicios no financieros, particularmente los Servicios de Desarrollo Empresarial (SDE), los que han tomado bastante auge en el transcurso de los últimos cinco años. • La oferta separada de servicios financieros y no financieros, muchas veces trae como consecuencia que los SDE tienden a ser subsidiados con los intereses generados por el fondo de crédito. El área de SDE todavía no ha generado un común acuerdo sobre el principio de autosostenibilidad como en el área de las microfinanzas. Por más que puedan introducirse sistemas de bono u otras formas de participación, persiste la tendencia de que la capacitación se financia por más fuentes y no solo los usuarios. A veces se concibe un fondo de crédito como la “gallina” cuyos huevos se prestan para financiar estas actividades indirectamente. • La institución beneficiaria de la cooperación suele recibir en propiedad el fondo de crédito al cerrarse el programa. De esta manera se enfatiza que los usuarios finales continuarán teniendo acceso al fondo, pero no como “beneficiarios” sino como clientes de la intermediaria institucionalizada. Los problemas que surgen en el proceso de transferencia requieren una atención particular de la agencia cooperante, a veces hasta el grado de distraer la prioridad del desarrollo de la institución y del sector. La visión se vio fortalecida hasta hace relativamente poco, cuando muchas agencias se dieron cuenta de que establecer cantidad de entidades, no necesariamente contribuye a la racionalidad y competitividad del sector financiero. El creciente establecimiento de nuevas instituciones respondió más bien a una aspiración subyacente en las agencias cooperantes de proyectar su “aroma” que a una necesidad percibida por el sector receptor de la asistencia. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 34 5.5.3. Viabilidad del sector de intermediarias microfinancieras Esta visión es de creación relativamente reciente y aun está en desarrollo, impulsado por aportes, entre otros, del CGAP (Christen y Rosenberg, 2000; Helms, 2002). En síntesis, el enfoque se distingue por los siguientes elementos: • Se enfatiza la importancia de un sector competitivo de instituciones microfinancieras, con capacidad no solo de atender a los usuarios finales con un servicio de crédito a corto y mediano plazo, sino con un paquete amplio de servicios financieros (ahorro, seguro, remesas e inversiones) a mediano y largo plazo, en función de la necesidad de la demanda. Este objetivo no se opone a los de los enfoques A y B, pero agrega el elemento de la consolidación de intermediarias para poder asegurar el acceso a los servicios a largo plazo. • En la estrategia del desarrollo del sector, no solo es ampliar los servicios financieros mediante un creciente número de intermediarias y en forma discriminada. Ya no están en primer lugar los conceptos de graduación, ampliación y articulación de intermediarias individuales, pues con el criterio numérico la cantidad de entidades financieras no bancarias ya logró niveles de saturación. Más bien se busca el ordenamiento y la racionalidad de un sector sobre la base de economía de escala y sinergias entre instituciones, para poder atender a la clientela en forma estandardizada. • En las políticas financieras se refleja la reducción de donaciones y subsidios para las intermediarias. Por otra parte se les deja en libertad para determinar sus propias políticas financieras. Esto puede resultar en un margen más amplio para neutralizar sus costos, los que como regla, están en un nivel más elevado que en el sector bancario (entre 15 y 25 centavos por unidad monetaria en operaciones e incobrables). La tasa cobrada en el segundo piso, generalmente no excede la tasa pasiva que rige en el sistema financiero formal. • No existe una institución identificada o diseñada en particular para la intermediación de recursos de crédito o formas de apoyo no financiero. La asistencia de donantes más bien se dirige a un conjunto de instituciones con trayectoria establecida y potencial probado para un proceso de aumento de escala o diversificación de servicios. El crecimiento de la organización se realiza por la vía del aumento de escala (expansión) o bien sea por la de la gama de servicios (diversificación). • Por el otro lado de la misma medalla, se presenta una serie de instituciones intermediarias, sin trayectoria ni potencial, para seguir ofreciendo servicios financieros por cuenta propia. A este tipo de organizaciones – que en muchos casos han recibido un apoyo de donantes sin el cual no hubieran podido sobrevivir hasta la fecha – les cuesta independizarse de sus respectivos patrocinadores, lo cual resulta en problemas de “destete” en el momento de que un donante inicie su estrategia de salida. • A este tipo de organizaciones se aplican los conceptos fusión, adquisición y salida que gradualmente sustituyen los de graduación, ampliación y articulación. Estos últimos permitieron el aumento indiscriminado de instituciones. En cambio, la estrategia de fusión, adquisición y salida está orientada a un segmento donde abundan las instituciones incipientes o que no pudieron avanzar en la especialización de su oferta. Esto implica un proceso en el cual se promueve, en forma activa, el acercamiento entre intermediarias distintas. • Lo anterior supone la vigencia de un entorno legal e institucional, considerado como facilitador, o al menos no adverso. Ello supone el espacio, no solo para fijar libremente las políticas financieras con respecto a los usuarios finales, a la existencia de facilidades de capacitación, desarrollo institucional y un marco mínimo (de carácter no prudencial) para el registro de las organizaciones con servicios financieros. Este entorno facilitador también podría incluir algunos requisitos considerados como mínimos, por ejemplo la publicación de estados financieros auditados y la afiliación obligatoria a una central de riesgos para intermediarias a partir de una cartera mínima. 35 • Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas La transferencia de fondos de crédito en propiedad se ha reducido fuertemente en el enfoque sectorial. En primer lugar, se hace hincapié en el desarrollo institucional y financiero según principios de mercado, lo cual hace la vía de donaciones menos atractiva. Es más, el elemento de donación a intermediarias en el primer piso se considera como factor de estrujamiento a la movilización de ahorros por otras vías. La diferencia principal entre las dos visiones anteriores y esta tercera, es que la última se preocupa, en mayor grado, del ordenamiento y la arquitectura del mercado financiero, basado en la competitividad emergente entre actores múltiples y la activa participación de los sectores privado y público para promover su alcance y profundidad. 5.5.4. Síntesis de los enfoques En síntesis, el enfoque sectorial se centra en la viabilidad de las microfinanzas en el nivel nacional, más que en la sostenibilidad de una sola institución o en el acceso inmediato del usuario final a los servicios financieros. El cuadro 19 resume las principales diferencias entre los tres enfoques. Cuadro 19: Características de políticas en microfinanzas Enfoques Conceptos Orientación a los usuarios finales Sostenibilidad de la IMF Viabilidad del sector de microfinanzas Objetivo principal Ampliar el acceso a facilidades de financiamiento para cambios económicos Lograr la sostenibilidad financiera e institucional de determinada institución Asegurar la solidez y competitividad de una categoría de intermediarias maduras Conceptos centrales Ampliar el acceso de productores a facilidades de financiamiento Graduación IMF, ampliación de ventanillas bancarias, articulación entre ambos Consolidar el sector vía estímulo a fusiones, adquisiciones y salida de IMF Políticas financieras Prioridad en “condiciones abordables”, i.e. con bajas tasas de interés Determinación según interés de la institución, garantizando continuidad Libertad a primer piso, dejando margen mayor para intermediarias Canalización del apoyo Dirigido directamente a los usuarios finales de los recursos de crédito Dirigido a (través de) la institución contraparte Dirigido a una serie de intermediarias no preidentificadas Servicios no financieros a usuarios finales En estrecha relación con la oferta del servicio de crédito, a veces por la misma entidad Separación formal entre servicios financieros y no financieros, ofrecidos por diferentes entidades No contemplados para los usuarios finales en el mismo programa Papel del entorno Debe circunscribir espacio de intervención para intermediarias Debe facilitar la institucionalidad de la entidad contraparte Debe facilitar a la clientela la oferta de una gama de servicios financieros Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 36 5.6. Clasificación de agencias Los tres enfoques no necesariamente son incompatibles en todos los respectos, ni puede afirmarse que cada agencia o programa responde a las características de una sola categoría. En la práctica, se presentan combinaciones de estilos de intervención, basadas en los factores estructurales y coyunturales ya mencionados. Por esta razón, la caracterización “a vuelo de pájaro” de los estilos de donantes en Nicaragua no es exhaustiva pero sí tentativa, y pretende estimular el debate interagencial en el medio del Grupo CIPYME. 5.6.1. Grupo A: Orientación al grupo meta AECI: La Agencia Española para la Cooperación Internacional está en proceso de cerrar las operaciones de un Proyecto ejecutado en acompañamiento al Fondo de Fomento para el Desarrollo Tecnológico y la Promoción Turística (FONDETEC), con un monto aproximado de USD 400,000. El Fondo ha sido dirigido, desde 1998, a un número limitado de micro-empresarios con rubros productivos específicos y áreas predeterminadas, en el afán de mejorar las condiciones técnicas y económicas dentro de las unidades productivas. Por la vocación del Proyecto y el ámbito de ejecución – la combinación de apoyo financiero y técnico-productivo – el instrumento crediticio se inscribe en la línea de asistencia directa a los usuarios finales. Austria: El Gobierno de Austria mantiene un programa de cooperación técnica en cuatro países (Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica) con 21 proyectos, con un total aproximado de USD 2.6 millones en el 2001. Nueve fondos se canalizan mediante intermediarias especializadas, mientras que 12 se gestionan con entidades contrapartes no especializadas o directamente con los usuarios finales. En algunos casos son organizaciones no gubernamentales austriacas que asumen la responsabilidad de acreedor ante las contrapartes nacionales. Los fondos de crédito no son acompañados por otro tipo de asistencia técnica o institucional a las intermediarias, por lo cual la cooperación austriaca se considera como principalmente orientada a los usuarios finales. Unión Europea La Unión Europea tiene como objetivo primordial de su estrategia, el combate a la pobreza, con una cobertura de intervención a nivel nacional, principalmente en áreas rurales. Dos programas grandes se concentran en la zona septentrional del país (Proyectos Zona Norte y Zona Central Norte) que en conjunto manejan un volumen en recursos de crédito de USD 8 millones. Aunque sus lineamientos oficiales se orientan a establecer “una institución financiera eficiente” (Comisión Europea 2000), con lo cual la UE se ubicaría en el Enfoque B, la práctica demuestra un relativamente alto grado de discrecionalidad en el nivel ejecutivo de proyectos. En este último nivel está en debate la pertinencia de apoyar a intermediarias financieras, dándose la prioridad a la canalización directa de recursos a la población objetivo final. 5.6.2. Grupo B: Sostenibilidad de intermediarias financieras NORAD La cooperación oficial del Reino de Noruega se concentra en el sector rural, con fondos de crédito dirigidos a distintos rubros de pequeños productores (café, artesanos), mientras que se está disminuyendo la cooperación con el Estado. Se ha destacado un programa dirigido a la Cámara Nacional para la Pequeña Industria (CONAPI), del cual se viene institucionalizando la fundación FUNDAPYME, especializada en canalización de créditos a pequeños empresarios. La misión de esta entidad es brindar un servicio financiero que, a mediano plazo, permitiría a CONAPI tanto atender a sus miembros afiliados como contribuir a la solidez de la institución propia. ASDI El eje temático principal de la cooperación oficial sueca es el combate a la pobreza, con énfasis en cooperación en el sector rural. La intervención más importante se está canalizando a través del Programa FONDEAGRO en el centro norte del país. Este cuenta con un fondo voluminoso de recursos de crédito, dirigidos a mejorar los índices de productividad en el sector agrícola, mediante una serie de intermediarias microfinancieras. Recientemente se terminó un programa de apoyo crediticio al sector de vivienda 37 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas (PRODEL), del cual resultó la institucionalización de una entidad especializada. A esta intervención se agrega el apoyo a las intermediarias afiliadas a la Asociación ASOMIF, cofinanciado con la Embajada Real de los Países Bajos. Países Bajos: La política oficial en materia de finanzas de desarrollo se redefinió en 1994, lo cual resultó en un creciente énfasis sobre la profesionalización de servicios financieros, con mayor participación del sistema financiero formal en la prestación de los mismos. La cooperación neerlandesa se destacó en Nicaragua, al inicio de la década pasada por su apoyo a la creación de la Red PAMIC, un conjunto de ONG´s intermediarias, con atención al sector de micro- y pequeños empresarios. Al convertirse el PAMIC en INPYME, los recursos de crédito se fusionaron con otros en el FOMICRO, sobre el cual se ha ido sosteniendo el INPYME hasta la fecha. El apoyo a entidades intermediarias individuales se ha continuado a través del servicio de la cooperación (SNV), que actualmente brinda apoyo a varias organizaciones rurales, enfocadas en la intermediación financiera. 5.6.3. Grupo C: Viabilidad del sector de microfinanzas COSUDE La Cooperación Suiza para el Desarrollo, con oficina de coordinación centroamericana en Managua, está involucrada en más de veinte programas de desarrollo, mayormente en el sector rural. El Programa “Fomento de Servicios Financieros para la Pequeña Empresa y el Pequeño Productor de Nicaragua” pretende contribuir al desarrollo nacional del sector de microfinanzas, mediante asesorías específicas, estudios temáticos y un programa de formación. Para la ejecución de PROMIFIN se implementó un mecanismo de concertación con un conjunto de instituciones intermediarias (“socios” del Programa) mientras que las actividades se coordinan estrechamente con COSUDE. PROMIFIN se implementa únicamente con fondos para el desarrollo institucional de las microfinancieras. La incidencia en políticas que acomoden el entorno del sector cuenta con un creciente interés. USAID La estrategia de USAID en Nicaragua tiene como un objetivo central el desarrollo agrícola y empresarial, en distintos programas enfocados en mejorar el desempeño del sector PYME, sobre todo en la comercialización y financiamiento. Para ello se ejecuta un programa dirigido al sector de cooperativas de ahorro y crédito. En éste participa actualmente una docena de organizaciones. El apoyo no comprende el acceso a fondos externos, sino un apoyo técnico externo (WOCCU) en mejoramiento de la gestión financiera, movilización de ahorros y desarrollo institucional. Pese a que dicha asistencia se limita a 24 cooperativas (el universo es de 180), el programa contribuye al desarrollo de un segmento significativo del sector financiero del país. FINIDA La cooperación oficial de Finlandia, en temas de desarrollo micro-empresarial, se dirige a los rubros específicos de producción forestal y procesamiento de madera, en los cuales se pusieron en marcha distintos fondos de crédito. En la canalización han participado intermediarias no bancarias en diferentes regiones y sub-rubros, despertando el interés de FINIDA en estandardizar los criterios para la selección de administradoras, y transferencia en propiedad de los recursos de crédito. Este interés se relaciona con la preocupación por el entorno facilitador de las instituciones microfinancieras a nivel nacional, su relación con las autoridades monetarias y la participación, en diferentes formas, de agencias de cooperación, como fuente de financiamiento. La clasificación de nueve agencias de cooperación oficial en tres categorías, es solo un primer ejercicio para hacer explícitas las diferencias entre las estrategias en la comunidad cooperante. En realidad, las diferencias son en parte más complejas, matizadas, puesto que responden a las estrategias planteadas en los distintos capitales, y a la demanda de cooperación y los contactos pre-establecidos con organizaciones contrapartes. Las diferencias deberían de completarse con matices. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 6. 38 Políticas del estado en materia de microfinanzas El debate sobre la regulación y supervisión, en que las microfinanzas en Nicaragua entraron nuevamente con el nuevo Anteproyecto de Ley, amerita una reflexión sobre el alcance y los objetivos de estas funciones.12 En varios países latinoamericanos se han ido tomando iniciativas para ajustar el marco legal, en respuesta a la necesidad de reconocer la actividad micro-financiera y ofrecer una vía a algunas instituciones para incorporarse en el sector financiero formal. El proceso de innovación aún no se ha terminado y en algunos países se están evaluando los cambios en el marco legal a la luz de nuevas prácticas de la última década. En esta sección se discuten temas relevantes sobre la regulación y la supervisión: luego de un resumen de los conceptos principales, se describen las principales corrientes en el debate sobre las micro finanzas a nivel nacional. El entorno del Estado comparte su relativa heterogeneidad con las agencias cooperantes. 6.1. Sujetos de regulación y supervisión En los países en desarrollo, no existe un área uniforme en cuanto a la regulación y supervisión. Un enfoque bastante común en Latinoamérica es el de un régimen segmentado, en donde se hace distinción entre categorías de instituciones. Los bancos comerciales forman invariablemente parte del universo de la regulación, autorizados para realizar toda la gama de operaciones financieras a nivel nacional e internacional. Un segundo tipo lo constituyen otras instituciones de crédito (sociedades financieras) que captan depósitos de ahorro del público, pero que no tienen permiso para manejar cuentas corrientes, son autorizadas en algunos países y eliminadas en otros, como en El Salvador. Un tercer tipo de intermediarias son instituciones de micro finanzas con autorización para captar depósitos. Esta categoría se presenta en Bolivia (Fondos financieros privados) y Uganda (Instituciones microfinancieras captadoras de depósitos). Una cuarta categoría es la de instituciones de micro-finanzas, que solo otorgan créditos y no captan ahorros, al menos no voluntariamente. Genéricamente, solo los primeros tres tipos son sujetos de regulación y supervisión externa, según un régimen acorde con el tipo de operaciones realizadas. La regulación segmentada conlleva en muchos casos, una diferenciación del marco legal para cada tipo de intermediario, con leyes bancarias generales que co-existen con leyes especiales para las instituciones no bancarias. Las cooperativas de ahorro y crédito ocupan una posición particular, en el sentido de que en algunos casos están sujetas a una forma de regulación externa estatal (caso de Costa Rica), mientras que en otros países la supervisión se ha delegado a instituciones ápice (El Salvador y Perú). Ello no quiere decir que todas las cooperativas están incorporadas en un marco legal, ya que para estar supervisadas se requiere, en muchos casos, un nivel mínimo de capital social. Fuera de los intermediarios mencionados, en muchos países latinoamericanos operan intermediarios comunitarios, ya sea bancos comunales (Costa Rica, Haití), cajas rurales (Honduras), o bien, asociaciones municipales o departamentales (Guatemala) que se han especializado en la concesión de créditos. Algunas también se dedican a la movilización de ahorros, de carácter voluntario o forzoso. En la mayoría de los casos, el proceso de auto-selección de los miembros hace que se trate de intermediarias a círculo cerrado. Los volúmenes de ahorro movilizados en su conjunto pueden ser relativamente importantes, pero no se conocen casos en donde los intermediarios comunitarios sean incorporados en un marco externo de regulación y supervisión. 12 Sección basada parcialmente en argumentos del informe para PROMIFIN/COSUDE, “La maduración de las microfinanzas en Nicaragua” (Marzo 2002). Nueva en esta sección es la clasificación en grupos de actores cuando se trata del entorno facilitador y el marco regulador para las microfinanzas. 39 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas El carácter de los ahorros captados se relaciona entonces, en muchos casos, con el tipo de intermediario (Cuadro 20). En el caso de bancos comerciales, la situación es bastante simple, ya que solo captan ahorros voluntarios del público. En los casos de instituciones de micro finanzas, cooperativas e intermediarios comunitarios, tanto el origen como el carácter de los ahorros es más difuso. Esto ha conducido a reacciones diversas de las autoridades nacionales, que oscilan entre una actitud permisiva (Bolivia) hasta una prohibición integral de cualquier forma de ahorro no bancario. La prohibición de ahorros voluntarios hace en muchos casos, que los intermediarios se abstengan también de ahorros forzosos que podría servir de garantía en respaldo a préstamos. Cuadro 20: Captación de ahorros según tipo de intermediario Del público Miembros / clientes Tipo de intermediario Voluntario Voluntario Forzoso Si Si No Si/No Si No Instituciones de microfinanzas No Si (FFPs, Bolivia) No (EDPYMEs, Perú) Si (EDPYMEs, Perú) No (Fundaciones, El Salvador) Cooperativas de ahorro y crédito No Si Si (El Salvador) No (Costa Rica) Intermediarios comunitarios No Si (bancos comunales, Haití) No (Malawi) Si (Asoc. Comunales, Guatemala) No (Fundaciones, Guatemala) Bancos comerciales Sociedades financieras Por otro lado, el riesgo de ahorros forzosos para un sistema financiero nacional se considera generalmente como muy limitado, por varias razones: • En la mayoría de los casos, los depositantes de ahorros forzosos son deudores de la institución. La quiebra eventual de la misma reduce el riesgo financiero asumido por ellos. • Los ahorros forzosos son mayormente modestos y el acceso restringido hace que, por lo general, no se les pida masivamente su devolución (Christen y Rosenberg, 2000). • Las instituciones constituyen una pequeña parte del sistema financiero nacional, y el riesgo de contagio de una a otra institución es limitado. Por los motivos mencionados, en círculos del CGAP (2001) se considera oportuno dejar un espacio para el libre desarrollo de los siguientes tipos de organizaciones que ofrecen un servicio de ahorro: • Organizaciones con membresía local que promueven el ahorro de sus asociados y donde ellos tienen un conocimiento y un control personal de las operaciones realizadas; • Organizaciones que movilizan ahorros forzosos como respaldo para el repago de préstamos; y • Organizaciones que desarrollan experiencias piloto con una tecnología experimental, donde los ahorros están enteramente respaldados por una garantía global externa. Aunque estas organizaciones promueven ahorros de un grupo específico de clientes, se las debería de eximir del marco regulatorio a nivel nacional. Pero, la opinión dominante en el debate es que las instituciones de microfinanzas, que solo otorgan créditos, al no captar ahorros, podrían ser sujetos de una Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 40 regulación no prudencial. En este caso, se les podría mantener un registro nacional, exigirles que publiquen estados financieros y claras informaciones sobre las políticas financieras y, eventualmente, participar en una central de riesgos. Esto no implica que estas mismas instituciones deban de ser incorporadas en el sistema financiero formal bajo normas de la regulación prudencial. En cuanto a las reformas del sistema financiero, existe el consenso de que la regulación, preferiblemente, no debería de entrar en demasiados detalles, puesto que cuanto más pormenorizado sea el marco legal, más difícil se torna el proceso de innovación de las instituciones reglamentadas. Por el mismo motivo, se percibe una preferencia a limitar a tres categorías la gama de instituciones sujetas a regulación: bancos comerciales, cooperativas de ahorro y crédito y un tipo de intermediario no bancario (Gonzalez Vega, 2002). Se debate sobre la regulación de aquellos intermediarios que ofrecen servicios de ahorro sin someterse a la supervisión de un banco central o superintendencia. La tendencia entre representantes de autoridades monetarias nacionales es a no permitir esta actividad, con el argumento de que los ahorros no supervisados representan un riesgo para el interés público, mientras que los intermediarios no bancarios son demasiado pequeños para ser supervisados de manera eficaz. Los partidarios de una mayor flexibilidad, argumentan que las instituciones con solidez financiera comprobada (por partes interna y externa), según un marco establecido, deberían de estar autorizadas para ofrecer servicios de ahorro a sus clientes (Wright, 2000). En círculos del CGAP se considera que sería un error prohibir a las organizaciones comunitarias captar ahorros, solo porque son demasiado pequeñas o demasiado remotas para una supervisión eficaz. En el contexto se prefiere permitir que funcione una entidad que capta depósitos de los miembros de una comunidad rural, a quitarles a sus miembros la oportunidad de ahorro (Christen y Rosenberg, 2000). En muchos casos se pone en duda hasta qué grado las instituciones, con solo micro-crédito, deberían de ser sujetos de regulación y supervisión externa de carácter prudencial (Hannig y Katimbo-Mugwanya, 2000). Los argumentos para sustentar esta posición son varios: 1, no hay cuestión de depositantes potencialmente afectados, 2, no existe una amenaza para la integridad del sistema de pago nacional en el caso de quiebra de una microfinanciera, 3, no es posible la supervisión de una entidad a bajo costo, sobre todo por los elevados costos fijos de esta actividad. Por otra parte, se ha notado el interés de instituciones de microfinanzas en llegar a algún marco de regulación, también por diferentes motivos: • • • La aspiración a un nivel reconocido por autoridades nacionales, con el objetivo de obtener recursos externos, particularmente de agencias donantes; La convicción de que la regulación contribuye a su desempeño financiero; y La perspectiva, una vez bajo el régimen de supervisión, de poder ofrecer servicios de ahorro a sus clientes. También entre donantes existe a menudo la tendencia a promover la regulación y supervisión externa, con el criterio de poder ampliar la gama de instituciones especializadas en el sector. No obstante, estos motivos no parecen dar la consideración suficiente al propósito y la base original de la entidad reguladora. 41 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 6.2. Modalidades de regulación y supervisión Genéricamente se presentan diferentes formas de regulación y supervisión en el sector financiero. Están vigentes cuatro modelos en las microfinanzas, con diferentes formas de delegación de responsabilidades (Wright, 2000): a) Regulación en el marco existente: Instituciones de microfinanzas con una trayectoria probada que cumplen con los requisitos del status de bancos comerciales, pueden optar por incorporarse en el actual sector financiero formal. Se han presentado ejemplos con Grameen (Bangla Desh), Financiera Calpiá S.A. (El Salvador) y el mismo Banco Confía (Nicaragua). El capital mínimo social asciende generalmente a más de USD 5 millones, lo cual presenta obstáculos a la mayoría de las instituciones de microfinanzas. Además, la metodología aplicada por las instituciones – basada en crédito sin garantías reales – crea pocas perspectivas para la incorporación de un número sustancial de intermediarios. Sin embargo, se presentan experiencias (Chile) donde los bancos han usado el marco existente para entrar en operaciones micro-crediticias, y ampliar así su clientela (Christen y Rosenberg, 2000). b) Autorregulación: Esta alternativa supone que las instituciones – en forma individual o semicolectiva – se comprometen a suministrar informaciones de manera consistente, uniforme y veraz. Ello supone: a) un dispositivo de auditoría para realizar el arqueo oportuno; b) la vigencia de un marco adecuado de controles internos y políticas de riesgo en las instituciones; y c) una estructura institucional desarrollada para realizar controles, rendición de cuentas y aplicación de sanciones. El modelo se ha aplicado en los sectores cooperativos de Guatemala y El Salvador. c) Combinación de autorregulación y supervisión delegada: Esta opción representa un enfoque híbrido entre, por un lado, la responsabilidad de las instituciones de microfinanzas de cumplir con un conjunto de criterios para la información y el desempeño financiero, y por otro lado, la entidad reguladora contrataría una empresa auditora o consultora para el análisis rutinario de las instituciones. Los inversionistas y depositantes podrían así contar con informaciones públicas y estar mejor preparados para la toma de decisiones sobre el destino de sus recursos. d) Regulación específica de instituciones de microfinanzas: En algunos países (Perú, Bolivia, Uganda) se ha introducido un marco regulatorio particular para el sector de intermediarios microfinancieros. En algunos casos, se han creado unidades técnicas especializadas para la supervisión de los mismos, sea dentro de la Superintendencia o sea delegando la actividad a una entidad externa, bajo auspicios y responsabilidad de la primera. Aunque cada alternativa tiene ventajas e inconvenientes especiales, se presentan mayores argumentos en contra del modelo b). de la autorregulación (González Vega, 2001). No solo se carece de experiencias exitosas al respecto hasta la fecha, sino que se presentan dilemas de conflicto de intereses entre los actores responsables de y los que están sujetos a la supervisión, con el riesgo de que los últimos se conviertan en juez y parte en la actividad. El modelo C (la responsabilidad compartida) tampoco está libre de obstáculos para una supervisión objetiva e imparcial. Sobre todo cuando entidades supervisadas forman parte de la instancia supervisora, aumenta el riesgo de conflicto de intereses. Los analistas advierten enfáticamente contra modelos en donde los entes supervisores estén bajo control directo o indirecto de las mismas instituciones microfinancieras supervisadas (CGAP, 2001). Pues allí se repite el problema de los conflictos de intereses que afectan el carácter objetivo e imparcial de la supervisión. 6.3. Las iniciativas de regulación y supervisión en Nicaragua El equipo de estudio tuvo la oportunidad de discutir el actual régimen de regulación y supervisión con los principales actores dentro de la Superintendencia de Bancos y de las instituciones de microfinanzas que operan en el territorio nacional, reunidas en ASOMIF. Aunque el espacio del presente informe no permite Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 42 un análisis exhaustivo del Ante-Proyecto de Ley de Fomento y Regulación de las Microfinancieras, cabe hacer algunas observaciones. El esquema propuesto y acordado entre las instancias legislativas, la Superintendencia y ASOMIF, descansa en una serie de elementos, que en resumen son: a) Las entidades microfinancieras no captarán recursos del público; b) Se creará una Comisión Reguladora de las entidades microfinancieras, presidida por el Superintendente de Bancos, con participación del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC) y de la asociación de instituciones microfinancieras; c) La Comisión aprobará – entre otros – las normas prudenciales, contables, de funcionamiento, registro y sanciones aplicables, así como los estatutos, reglamentos y organización del sistema de calificación y supervisión de las entidades microfinancieras; d) Las entidades microfinancieras, a través de su organización gremial, propondrán las normas prudenciales, contables, de funcionamiento, así como las sanciones para su discusión y aprobación en la Comisión; e) El sistema de calificación y supervisión será operado a través de la Asociación gremial de las instituciones microfinancieras, o de las Firmas Auditoras Especializadas contratadas para este fin; f) Los costos de operación de la Secretaría de la Comisión serán cubiertos por las entidades microfinancieras a través de su organización gremial. Esencialmente se trata de un esquema que amerita las siguientes anotaciones: a) El sistema se halla en su forma básica entre las modalidades, arriba discutidas, de B. (Autorregulación) y C. (Autorregulación y Supervisión delegada), con el énfasis en la parte autorreguladora. En el análisis de las modalidades se ha señalado el riesgo de conflictos de intereses que puedan surgir en el manejo del sistema, la formulación y sobre todo la aplicación de las normas; b) Por otra parte, se nota la participación – directa o indirecta – de la Superintendencia de Bancos en una Comisión Reguladora. Anteriormente se hizo referencia al carácter no universalmente aceptado, de que la entidad reguladora estatal esté involucrada en un sistema de regulación y supervisión prudencial de instituciones de microfinanzas que solo otorgan créditos. No está comprobado que estas actividades afecten el interés público de depositantes de ahorro en el sistema, ni que la quiebra eventual de un intermediario amenace la integridad del sistema de pago. c) La cuestión fundamental es hasta qué grado se considera deseable que las entidades microfinancieras se separen por la vía legal, y por ende de difícil modificación, de servicios de ahorro, quedándose así excluidas de una función vital en el desarrollo de su industria; y d) El financiamiento del esquema de regulación y supervisión correrá por cuenta de la organización gremial, que a su vez deberá de establecer un mecanismo para trasladar el costo a las intermediarias supervisadas. Los puntos anteriores representan interrogantes clave en cuanto a la arquitectura del sistema planteado, esencialmente porque: a) se propone lo que se desaconseja desde el punto de vista teórico (la supervisión prudencial de intermediarias que solo ofrecen créditos, en la que participa la Superintendencia, como también la supervisión bajo control compartido e indirecto de las intermediarias supervisadas) y b) no se propone lo que sí se aconseja por parte de los observadores externos (mayor libertad en la oferta de servicios de ahorros a nivel local, y un esquema de pago en la supervisión, compartido directamente por las propias instituciones supervisadas). La misión no ha podido comprobar la preparación de un proyecto propiciado por uno o varios bancos regionales de desarrollo (BID, BCIE) en apoyo a la Superintendencia para la eventual reforma del marco 43 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas legal y la puesta en marcha de un sistema adaptado de supervisión prudencial de instituciones microfinancieras. Es cierto que en la comunidad cooperante existen voces para asegurar la adecuada supervisión del sector. Por otro lado, habría que reconocer que tal iniciativa provendría de la necesidad percibida de vigilar el destino y el buen uso de los fondos otorgados en el marco de la cooperación externa. Este interés en velar por el uso de recursos externos, difiere de la preocupación por la reforma del sistema nacional financiero, tema sobre el cual no existe consenso, ni entre donantes ni en los propios órganos del Estado. 6.4. El entorno del Estado ante las microfinanzas Como es el caso en la comunidad cooperante en Nicaragua, dentro del Estado de Nicaragua existen diferencias de enfoques con respecto a las políticas en materia de microfinanzas. Las discusiones se dan no solo sobre el marco legal, sino también sobre el papel que juegan las instituciones microfinancieras en el desarrollo económico del país. En la forma más básica se presentan tres campos diferentes, cuyas plumas invitan a distinguirlos según los principios de otra disciplina. Ornitología en las microfinanzas de Nicaragua El primer asunto en el debate actual sobre las microfinanzas en Nicaragua es el de las “cigüeñas”, quienes mantienen una posición muy afín con el Enfoque A en la comunidad cooperante. Los puntos de partida son los siguientes: a) El crédito es una facilidad importante para la reactivación de los sectores productivos de la economía, por lo que las instancias gubernamentales e internacionales deberían de liberar importantes recursos para lograr la inserción de pequeños productores en el mercado nacional. b) El servicio crediticio requiere un acompañamiento técnico bajo los auspicios del Estado, enfocado tanto a la supervisión de los productores prestatarios, como a la extensión técnica para mejorar los índices de productividad, calidad del producto y su salida contra un “precio justo” en los canales de comercialización. c) Las políticas financieras deberían de acomodar el acceso al crédito de los pequeños productores, por lo que las tasas de interés no deberían de exceder las del sistema financiero formal. d) En el caso de una coyuntura macro-económica adversa, se deberían de considerar planes de reestructuración de deudas previamente contraídas, protegiendo a los pequeños productores contra eventuales prácticas de exceso de intermediarias. e) La existencia de las intermediarias microfinancieras representa un “mal necesario” para la reactivación económica planteada en los sectores marginales del país, y su papel debería de circunscribirse a criterios de representatividad social y política. En el campo de las “cigüeñas” pueden ser considerados algunos institutos especializados del Estado, particularmente el Fondo de Crédito Rural (FCR) y algunas voces dentro del Instituto Nicaragüense para la Pequeña y Mediana Empresa (INPYME). Se explica por si mismo que amplios segmentos en la Asamblea General – en varias bancadas – se han pronunciado en la misma línea. El segundo campo – el de los “halcones” – se distingue por otros puntos de partida: a) El sistema financiero nicaragüense se ha caracterizado por una fuerte inestabilidad, requiriendo esfuerzos considerables de las autoridades monetarias para sanearlo. En un principio el número de intermediarias financieras no debería de aumentar. b) Los ahorros del público están bajo responsabilidad pública cuando son movilizados por instituciones financieras. Ello supone tanto una adecuada capacidad bancaria, como un dispositivo de supervisión suficiente para velar por la calidad de la gestión bancaria. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 44 c) La capacidad de las intermediarias no bancarias ha probado ser insuficiente para autorizarles la facultad de movilizar recursos del público. Solo en algunos casos – p.e. de cooperativas A/C que han recibido apoyo y monitoreo externo – se puede conceder temporalmente un espacio de intermediación financiera. d) En la mayoría de los casos se aplica el criterio de que, intermediarias interesadas en captar ahorros, deberían de transformarse en instituciones reguladas y supervisadas, de lo contrario no les queda remedio sino devolver los ahorros recibidos de sus clientes. e) No es razonable designar a la Superintendencia de Bancos como ente regulador y supervisor en última instancia, cuyos costos de funcionamiento corren por cuenta del Estado, con modestos volúmenes de ahorro a nivel de intermediarias no bancarias. En este campo se encuentran las voces (ex-)directivas de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras, el Ministerio de Hacienda y – en forma moderada – el Instituto de Desarrollo Rural (IDR). Por último, el campo de las “palomas” tiene en síntesis los siguientes puntos de partida: a) Al mostrarse el alcance insuficiente del sistema bancario en la oferta de servicios a amplios segmentos de la población nacional, las intermediarias microfinancieras han jugado un papel complementario a la banca, con una tecnología crediticia adecuada. b) Los fondos de crédito canalizados por intermediarias reflejan una gran dependencia de fuentes de financiamiento externas, mientras que la movilización de recursos por fuentes internas queda atrás, debido – entre otros factores – a la deficiente capacidad de captación de ahorros, sobre todo en el medio rural. c) A más largo plazo habría que pensar no solo en crédito para la producción, sino más bien en servicios financieros, entre los cuales podrían considerarse los servicios de ahorro. d) En caso de reforma del marco legal del sistema financiero, se podría dejar cierto margen con respecto a las intermediarias con probada trayectoria en la gestión crediticia, interés institucional y capacidad instalada para la captación de ahorros. e) Una reforma del marco legal debería de mantener un carácter flexible con respecto a la regulación y supervisión de instituciones no bancarias, en vista de la rápida evolución de este subsector y de la mutua adecuación del dispositivo del ente supervisor y las entidades supervisadas. En este campo se encontraban durante la misión algunos interlocutores en la Financiera Nicaragüense de Inversiones (FNI) y a nivel asesor de la Presidencia de la República. También existen señales de que en el Ministerio de Agricultura (2002) la opinión se oriente en esta dirección. 45 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Recuadro 1: Entorno del Estado y legislación tributaria Como el debate sobre el papel y la estructura del sector de microfinancieras en Nicaragua aún no ha terminado, en el intermedio se producen ocasiones donde corren el riesgo de caer entre la espada y la pared. La discordia más reciente surgió en torno al Proyecto de Ley de Ampliación de la Base Tributaria, la cual adicionará como nuevos sujetos a la carga tributaria “todas aquellas organizaciones [...que...] se dediquen a prestar o brindar servicios financieros de cualquier índole y que estén sujetas o no a la Supervisión de Bancos y Otras Instituciones Financieras”. Se trata de la inminente reforma a la Ley del impuesto sobre la renta, cuyas exenciones ya no se extenderían a las microfinancieras del país. No es de sorprender que sus representantes se hayan ido oponiendo a esta reforma, aún cuando sus esfuerzos puedan quedar sin resultado, igual a cuando se adoptó la Ley 374 sobre las tasas de interés en el 2001. El debate sobre la ampliación de la base tributaria tiene dos aspectos. El aspecto técnico refleja las ambigüedades de las que sufren tanto los partidarios como los opositores de la ampliación. Desde el punto de vista del Estado parece coherente gravar cualquier actividad económica de personas naturales o jurídicas que la ejercen de manera autorizada, registrada y del resto libre en su política empresarial. En otras palabras, las IMFs nicaragüenses cuya actividad no está ni autorizada ni registrada ante el Estado, y tampoco gozan de libertad de poner un precio correspondiente al servicio ofrecido, sufrirán sin duda del fin a la exención que les ha favorecido hasta la fecha. Por otra parte, las IMFs pretenden ofrecer un servicio financiero a amplios segmentos de la población nacional, en libre competencia con las instituciones financieras reguladas. Este servicio se distingue de la asistencia no financiera y es cada vez menos considerada como “bien público”, aunque se sabe que este bien se dirige a los estratos desfavorecidos de la población. La índole de la clientela no necesariamente otorga a las microfinanzas un fin no lucrativo. Al contrario, si las microfinancieras quieren crecer en forma individual y colectiva, su visión será cada vez más empresarial, dejando de lado su fin de no lucrativo y gradualmente inclinados a insertarse en un régimen fiscal. Ambos campos sufren de la visión de microfinanzas que como actividad económica no debería de tener un fin lucrativo. Mientras esta visión predomine, el sector mantendrá su imagen social, con una sostenibilidad financiera deficiente y difícilmente llegará al status públicamente reconocido logrado por las microfinancieras en, por ejemplo, los países andinos. En cambio, el entorno político de Nicaragua es tan poco propicio para el desarrollo del sector, que las microfinancieras se sienten casi obligadas a subrayar su carácter inocuo e inofensivo. Con la imagen de que son capaces de “pelar” a sus clientes, y por el otro lado “mimadas” por las agencias de cooperación, las IMF corren el riesgo de seguir teniendo adversarios en el campo tanto de las “cigüeñas” como de los “halcones”. La coalición entre estos campos ya facilitó la adopción de la Ley 374 y probablemente también del nuevo ante-proyecto de ley. Los temas de la coyuntura política seguirán opacando la estructura del sector de micro-finanzas, mientras que el debate de fondo sobre este sector no ha concluido en cuanto a la posición y la funcionalidad de sus instituciones. La heterogeneidad de opiniones dentro del Estado, paralelamente a la evolución en la comunidad cooperante, ha propiciado la constitución de un equipo de trabajo por iniciativa de la Presidencia de la República, en mayo pasado. En este equipo tomaron parte representantes de la Presidencia y Vicepresidencia del Banco Central de Nicaragua, del IDR, de la FNI, del INPYME y de ASOMIF. Del equipo se formaron algunos comités encargados con temas específicos de organización y de regulación del sector. Se tiene previsto realizar un primer inventario de los resultados de dichos comités en el transcurso del mes de agosto 2002. Esta concertación es prometedora, ya que significaría una nueva fase de intercambio y concertación: un paso hacia la coordinación en el nivel nacional de la que se propone otra iniciativa en la sección siguiente. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 7. 46 Estrategias empresariales de crecimiento y competitividad 7.1. Competir o cerrar Las estimaciones de la demanda y oferta de servicios financieros (Ver Secciones 3 y 4), señalan numerosos oferentes, un volumen total de cartera que creció en forma desmedida hasta fines de los 90, pero que decreció durante los últimos dos años. La cantidad de “tierra virgen”, es decir, regiones en donde no hay oferta seria de crédito, parece que la demanda es cada vez menor que en gran parte de las regiones urbanas, más que todo en la gran área metropolitana (Managua, Masaya, León, Rivas), pero también en otros centros urbanos, el demandante de crédito encuentra abundancia de oferentes. Para el sector de comercio, en especial, le es fácil encontrar fuentes de financiamiento. Además, en regiones rurales que han recibido proyectos grandes de apoyo, con componentes de crédito a veces inmensos, existe ya cierta saturación, la cual va acompañada de una cultura que no siempre contribuye a una recuperación adecuada de cartera. En consecuencia, el cliente de crédito es más sofisticado y exigente en su manejo de relaciones con los proveedores del crédito, y posiblemente menos leal hacia ellos. Las IMFs, en efecto, han observado cada vez más incidencia de competencia para clientes (buenos), y clientes con varios préstamos pendientes a la vez. Por esta razón, los asociados de ASOMIF recientemente fundaron la Calificadora de Riesgos SINRIESGO, S.A. El crédito, pareciera llegar a una situación en donde la demanda real y la oferta urbana se van encontrando y equilibrando, y que el período de expansión explosiva de las carteras de las IMFs puede ser cosa del pasado. La próxima fase de desarrollo del sector, ya no será la que ofrezca un espacio para todos los oferentes. La competencia entre éstos (por clientes y fondos) cada día será más fuerte. En tal situación, el crecimiento de la cartera de una IMF en desarrollo, todavía provendrá en parte, de clientes nuevos que no usaron antes el producto en cuestión, pero en parte también de clientes que anteriormente trataron con otras organizaciones. En esta situación de competencia, las IMFs tienen que competir con éxito, o seguir dependiendo de subsidios, los cuales no son eternos, y eventualmente un día cerrarán sus puertas. Competir con éxito, en todo caso, requiere una especialización en servicios financieros y un alto grado de profesionalismo en las operaciones. Aquellas IMFs, especializadas en crédito u otros servicios financieros, pueden analizar e implementar una de las siguientes estrategias genéricas. Tales estrategias se derivan de los modelos que fueron elaborados por Michael Porter (2000) para otros sectores económicos, pero ya han sido aplicadas por una cantidad creciente de IMFs en los países latinoamericanos, incluyendo Nicaragua: • • • Liderazgo de mercado y en costos, especialmente el crédito, mediante una masificación de las operaciones. Esta estrategia es generalmente una transformación institucional y legal de la IMF hacia una entidad supervisada. Diferenciación; en este caso, la IMF especializada en crédito, se concentra en sectores económicos o segmentos de mercado amplios pero bien definidos, tales como agricultores o asalariados de clase media / baja. Ofrecen productos y un ambiente con plusvalía para sus clientes ya que sus características se adaptan a ellos y se reconocen como tal. Enfoque o alta segmentación, es decir, la concentración en una imagen institucional y productos bien definidos, que son atractivos para segmentos específicos de un mercado que normalmente, tiene limitaciones en cuanto a cobertura geográfica. Al igual que en la diferenciación, el cliente reconoce y aprecia las diferencias de su entidad financiera comparada con otras. Es evidente que no se puede generalizar la mejor respuesta a estas alternativas, ya que no existe una formula mágica o solución, aplicable en forma universal. Más bien, las decisiones al respecto son 47 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas decisiones empresariales, que cada organización toma con base en el análisis de su propia situación (fortalezas y debilidades), perspectivas que observa, y filosofía social o empresarial, y el mercado que desea atender. La influencia directa de la Cooperación Internacional, sobre las decisiones estratégicas de las IMFs con mayor grado de madurez, es limitada. Estas ya disponen de una diversificación de recursos y situación financiera que les permite ser más independientes en sus decisiones. En forma indirecta, es posible fomentar ciertos procesos de crecimiento, formalización y eficiencia de estas IMFs, y abrir o sostener un dialogo más abierto sobre sus prioridades y estrategias. Es también posible asignar recursos de apoyo financiero y no–financiero a las que cumplan requisitos y normas financieras y sociales estrictas y uniformes. En el caso de muchas de las 200 IMFs de microcrédito más pequeñas y vulnerables, es importante que la Cooperación Internacional parta del principio de que la calidad, eficiencia y sostenibilidad de los servicios financieros son factores más importantes para sus grupos–meta (que son clientes de las IMFs u otras organizaciones que apoyan la cooperación para canalizar créditos) que las consideraciones de lealtad institucional, representatividad o participación. Tales consideraciones parecen haber llevado a apoyos continuos, pero poco eficaces en el pasado. 7.2. Estrategias de liderazgo en costo y transformación 7.2.1. De ONG a entidad regulada: transformación institucional En el ámbito mundial, el crecimiento sostenido de una ONG especializada en crédito de éxito, ha tenido como implicación que una ONG se ha transformado en una entidad regulada y supervisada dentro del marco de la Superintendencia de Bancos. El ejemplo más conocido en la región es la transformación de CREDI-AMPES en Financiera Calpiá en El Salvador. El objetivo de esta transformación es lograr eventualmente un crecimiento de cartera que resulta en economías de escala, mediante las cuales se logre una reducción relativa de costos operativos. Esto le permite a la IMF regulada, establecer un liderazgo en costos atendiendo a un mercado relativamente masivo (el cual siempre consiste en su mayor parte de micro y pequeños empresarios/as, pero no tiene a este sector como mercado único). Las ventajas de esta estrategia, como el mayor acceso a fondos externos, transparencia, y más amplia gama de productos que se pueden ofrecer, son obvias. Las desventajas relacionadas con los costos de supervisión, son menos conocidas y analizadas: Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 48 Recuadro 2: Beneficios y costos de la regulación Un número creciente de IMFs está considerando la posibilidad de cambiar su condición legal por la de intermediario financiero formal, en la esperanza de atraer un flujo significativo de ahorros, de financiamiento externo nacional y extranjero, y de fondos de capital. Sin embargo, los costos del cambio, tanto temporales como permanentes, tienden a ser considerables e incluyen: • • Estudios de factibilidad y consultas legales y financieras / contables, La inscripción implica pago de honorarios legales, inversiones, y derechos de registro La IMF tendrá que ceñirse a las Leyes que se aplican al sector regulado y supervisado. Estas pueden contribuir a la profesionalización de la IMF, como a sujetarse a estándares más rigurosos en cuanto a desempeño, reportes, provisiones, etc. Sin embargo, las normas pueden implicar restricciones en cuanto a: • • • • • • • • • Horas y días para efectuar operaciones, Apertura, manejo y equipamiento de sucursales, Contratación, compensación y cese de empleados, Creación de una auditoria interna, Mayores requerimientos de informes, Requisitos de reserva de capital, Pago de impuestos, Restricciones sobre las garantías permisibles, y Exigencias de diversificación de cartera. Además, la IMF cargará con: • • El costo de la supervisión (pagos al Supervisor) el cual en principio, debe de cubrir la Entidad Supervisada, El costo que implica la aplicación de los reglamentos y normas que prescribe la entidad Supervisora. Fuente: Adaptado de Waterfield y Sheldon. Manual de planificación de negocios y proyecciones financieras para IMFs (1999) La decisión si una IMF decide transformarse depende también de los detalles del mecanismo regulador, y de la visión estratégica de la IMF. En Nicaragua, dos ONGs ya han decidido tomar el camino de sujetarse a una regulación bancaria: • • La Financiera CONFIA se creó mediante una “fusión” entre la ONG CHISPA (fundada por MEDA) especializada en microcrédito urbano, y la Financiera INTERFIN, especializada en vivienda. Como resultado de la regulación y transformación a S.A, CONFIA ha logrado atraer nuevos inversionistas internacionales como PROFUND, IMI y Fundación DOEN, los cuales han reemplazado los anteriores inversionistas de INTERFIN. Esta, virtualmente ha desaparecido, y CONFIA en este momento se especializa en microcrédito. La Financiera FINDESA surgió de dos transformaciones: primero las actividades crediticias de la ONG INDE (las cuales se iniciaron con el apoyo de GTZ) se independizaron de esta ONG, resultando en FINDE. Varios años después, ésta se transformó en FINDE, S.A. INDE existe aun como ONG activa en servicios de desarrollo empresarial. En ambos casos, el resultado en términos financieros, es difícil de evaluar en este momento, ya que las entidades están todavía en pleno proceso de cambio, y los posibles beneficios en términos de costos, 49 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas acceso a recursos, cobertura y reducción eventual de costos, todavía no se reflejan en los estados financieros. El proceso de transformación, realizado con el apoyo técnico y financiero del BID, y en especial, la cooperación y el entendimiento mutuo con la Superintendencia de Bancos, parece haber sido fluido. Sin embargo, ambas entidades se especializan en crédito individual y manejan poca o ninguna cartera grupal. En ambos casos, la transformación se realiza en un momento cuando las instituciones todavía manejan una cartera realmente pequeña, en donde se aplican comparaciones con entidades financieras reguladas en otros países: CONFIA y FINDESA manejan carteras que apenas superaron los USD 10 millones en el 2001. En comparación, BANCASOL en Bolivia maneja una cartera de USD 75 millones, mientras que algunas FFP Bolivianas y la Financiera Calpiá manejan entre USD 30 y USD 50 millones. Por lo tanto, puede suponerse que tendrán que crecer en forma considerable para poder alcanzar un volumen de operaciones que permita realizar las economías de escala que normalmente se esperan de una entidad bancaria. Si no logran este crecimiento y reducción eventual de costos, la transformación habrá sido exitosa en términos técnicos, pero no al aplicar criterios empresariales de rentabilidad. Existen perspectivas de que otras IMFs sigan este camino con éxito? Por el momento, no es muy activo el interés de las IMFs más grandes, con un volumen de cartera similar al de CONFIA y FINDESA, y que permitirían una transformación (ACODEP, FDL y FAMA), teniendo cada IMF sus razones al respecto, en las cuales pueden influir las opiniones y visión de sus autoridades; el temor de tener que abandonar parte de la clientela ya establecida; y las características del régimen de regulación de IMF que eventualmente existirá en Nicaragua. Además, y dado que se espera que CONFIA y FINDE implementen una estrategia de crecimiento agresiva, basada en la masificación de sus productos de crédito urbanos, puede dudarse que el mercado permita más de una o dos IMFs adicionales que compitan directamente con ellos en mercados similares. 7.2.2. Ampliación de servicios por parte de entidades reguladas De la ampliación de servicios de instituciones bancarias (down-scaling) existen varios ejemplos, tal como la del Banco del Café, Guatemala, que ha incorporado programas y servicios de microfinanzas en sus operaciones. Estos bancos entran al mercado de microfinanzas con fines eminentemente empresariales y lucrativos, pero al mismo tiempo son conscientes de que este proceso requiere ajustes en la tecnología de crédito, la organización, actitudes y remuneración de personal, procedimientos descentralizados y sistemas de información que son costosos y toman tiempo. La estrategia, entonces, es una de mediano y largo plazo con metas ambiciosas, y el banco que entra al mercado pensando resolver así sus problemas más inmediatos, sin duda fracasará. Esta estrategia empresarial por el momento no se ha observado en Nicaragua, aunque algunos bancos, aprovechando iniciativas como la del Banco Mundial, han sido activos en el establecimiento de agencias en áreas rurales. Agencias que, más que todo, han sido captadoras de depósitos, pero que no han contribuido a incrementar la oferta de crédito rural. En vista de la competencia actual de dos IMFs reguladas, la variedad de las no reguladas, y los problemas financieros y debilidades institucionales que todavía afectan al sistema bancario del país, no es de esperar que un Banco del sistema entre en serio en el negocio de microcrédito en un plazo cercano. 7.2.3. Crecimiento acelerado sin transformación legal Una parte de las IMFs Nicaragüenses sin fines de lucro, aparentemente siguen buscando un crecimiento sostenido a través de un mayor acceso a fondos externos ofrecidos por entidades internacionales como el BID, BCIE y nacionales como FNI y FCR. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 50 Bajo este modelo, se desea mantener la actual estructura legal y personería jurídica; y lograr mejoras graduales en su organización, administración, control interno y sistemas de información. La respuesta a la pregunta de si esta estrategia puede ser exitosa, obviamente depende de la anuencia de estas fuentes para financiar a entidades no supervisadas, o a ONG reguladas bajo régimen propio; la experiencia internacional indica que las IMFs exitosas que manejan carteras superiores a los USD 20 millones, normalmente son Sociedades Anónimas, bajo la superintendencia de su país, y normas bancarias o financieras (Bancosol, Bolivia, Financiera Calpiá, El Salvador); o bajo un régimen propio pero estricto como los regímenes de Bolivia y Perú (caja Municipal Arequipa, Caja los Andes o PRODEM). Algunas microfinancieras con buen desarrollo formal requieren, para continuar expandiéndose, un mayor acceso a fondos externos, para ampliar su gama de productos, los cuales requieren instrumentos de apoyo más sofisticados. En esta forma expandir su cobertura, mejorar su presencia en el área rural y en actividades económicas prometedoras. Será necesario también que reduzcan su costo de intermediación a fin de fortalecer su capacidad de sostenibilidad y de crecimiento con recursos internos; y que generen confianza en sus operaciones e invitar formas más agresivas de financiación y la posibilidad futura de recaudar fondos en el mercado local. Para ello se requieren acciones encaminadas a mejorar el entorno institucional externo y el aspecto operacional de las IMFs, lo cual también supone un cambio en las políticas de instituciones de segundo piso. No solo cabría contemplar la ampliación del mandato de la FNI, hacia canalizar recursos a entidades no bancarias, sino que las instituciones de segundo piso podrían converger sus políticas financieras, armonizando la tasa de interés cobrada a sus clientes que hoy día demuestra fuertes diferencias. 7.2.4. Otras estrategias de crecimiento acelerado Fusiones entre IMFs: Existen pocos ejemplos exitosos de este tipo de estrategia en la región centroamericana y fuera del sector bancario. El caso de CONFIA es único, ya que en realidad el resultado final de la fusión fue que la ONG MEDA /Chispa adquirió la licencia de INTERFIN; como consecuencia, éste eventualmente desapareció. En el caso de Asociaciones sin fines de Lucro, la fusión es entre administraciones, sin que medie el capital accionario como vara de medición; lo que dificulta el proceso. Será deseable crear algunas reglas básicas y encontrar al sustituto de capital accionario como medida de magnitud para facilitar el proceso. Compras de Cartera: Mediante este mecanismo, el cual aún no se ha aplicado en Nicaragua, una IMF (supervisada o no) adquiere la cartera de otra ONG, lo que normalmente resulta en el cierre de sus operaciones crediticias. En muchos casos, la ONG sigue manejando otros programas de fomento de la MYPE. Por ejemplo, CARE de Guatemala vendió su cartera de Bancos Comunales en Chimaltenango a Génesis Empresarial. En Bolivia, IDEPRO y FADES fueron dos de las cinco ONGs de crédito que vendieron cartera al nuevo Fondo Financiero Privado ECOFUTURO, S.A. FFP en el cual tienen gran parte de las acciones. IDEPRO mantiene parte de su cartera, pero más que todo es reconocido por sus servicios de desarrollo empresarial. Cooperación estratégica entre entidades reguladas y ONGs: Este tipo de alianza puede ser importantes para resolver la oferta de servicios adicionales al crédito y también la innovación de productos crediticios. Vale la pena analizar casos como la experiencia de Honduras con su Fundación BANHCAFE. Aquí la Fundación maneja experimentos como productos innovadores que el banco por su estatus supervisado, no puede o no quiere realizar. Bajo este concepto, la Fundación funciona como departamento de investigación y desarrollo del Banco. Otro ejemplo es la Central de Riesgos que fue establecida en Guatemala, con dos bancos del sistema y la Red de Instituciones de Microfinanzas REDIMIF como accionistas. Este tipo de cooperación requiere un alto grado de confianza entre ambas partes. 51 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Las entrevistas que sostuvo la Misión, indican que una confianza tan grande entre los varios tipos de entidades de microfinanzas de Nicaragua, todavía es escasa. Las IMFs supervisadas por ejemplo, no están convencidas de que las ONGs IMF realmente sean transparentes, gobernables, y empresariales. Muchas Cooperativas de Ahorro y Crédito tienen una filosofía de autoayuda basada en el ahorro propio. Filosofía que es diferente a la orientación de las IMFs especializadas en crédito. En principio, sin embargo, existe un potencial obvio de cooperación y complementación entre ellas. Las IMFs sin fines de lucro defienden su mística y filosofía social-empresarial. Finalmente, las IMFs no bancarias con frecuencia tienen cierto temor de que una cooperación estratégica con bancos, pueda resultar en una pérdida eventual de clientes a estos bancos, ya que ofrecen un gama de servicios más amplia. Las perspectivas de que las IMFs apliquen esta estrategia, entonces, son de mediano y largo plazo, y requieren un proceso previo de concertación entre las partes involucradas. Además de esta modalidad, se podrían explorar posibilidades de alianzas entre ONGs grandes nacionales y pequeñas de proyección local, con fines de expandir servicios financieros a las regiones rurales y aisladas del país. 7.3. Estrategias de diferenciación y enfoque Existe una línea de pensamiento importante que proclama que para las IMFs, la cuestión es crecer rápidamente mediante una masificación de los servicios (de crédito) o sufrir estancamiento institucional e ineficiencia (mora y gastos altos). Las IMFs pequeñas no serían sostenibles y, por ende, dependerían continuamente de donaciones. Los datos presentados en seccioness anteriores no respaldan esta conclusión: existen IMFs relativamente pequeñas que son eficientes. No hay duda, sin embargo, que una gran parte de las IMFs pequeñas son poco rentables, tienen poca clientela y limitadas perspectivas de sobrevivir sin apoyos externos. Probablemente, muchas ONGs, asociaciones de productores y cooperativas pequeñas que proporcionan crédito, se encuentran en esta situación. Muchas veces, este modelo de continuidad subsidiada proviene del deseo de los donantes de crecer rápidamente y causar un impacto tangible en el horizonte de un proyecto. Crecimiento que requiere grandes inyecciones de capital. Por el otro lado, un donante puede mantener la filosofía de seguir trabajando con sus “socios”, aun cuando estos no logren resultados técnicamente aceptables. Ambos casos resultan en una dependencia financiera y mental de estas ONGs frente al donante, resultando en indecisión organizacional entre los directivos y personal de las ONGs (el termino IMF no siempre se justifica porque, en muchos casos, no se puede hablar de entidades especializadas). Resulta un apoyo continuo por parte del donante a una ONG, que no parte de objetivos claros en cuanto a su visión del futuro, objetivos y valor agregado para sus clientes. Los medios de apoyo financiero y no financiero, entonces, tampoco se aplican en función de esta visión y objetivos. Sin embargo, sería un error grave concluir que todas las IMFs pequeñas y locales y, en especial, aquellas representativas que han sido preferidas por la Cooperación, sean organizaciones estancadas y sin valor agregado, y cuyo cierre solo sería lamentado por su personal y donantes. Al contrario, si este análisis de oferta y demanda de servicios indica algo, es que hasta la fecha el énfasis en la oferta ha sido hacia una oferta adecuada de microcrédito de corto plazo para micro empresas urbanas y algunas zonas rurales; y que IMFs especializadas pequeñas pueden ser eficientes. La maduración de la oferta de servicios financieros en Nicaragua definitivamente requiere de: • • Mayor penetración de mercados eminentemente rurales. Oferta más variada de productos que vayan dirigidos a demandas especificas de varios tipos de microempresas y personas de escasos recursos. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 52 Es dudable que las IMFs que aplican una estrategia de crecimiento de liderazgo de costos en un mercado a mediano plazo, atenderán a la población que representa esta demanda potencial de servicios. La tendencia es que cada IMF que crece en forma acelerada masificando sus servicios, se concentra en segmentos accesibles de mercado, conocidos y de bajo costo para mejorar sus resultados financieros. Por ejemplo, una IMF supervisada como CONFIA, no atiende a grupos de clientes si no maneja exclusivamente préstamos individuales, y tiene poca presencia rural. En este caso, las IMFs pequeñas pueden atender la demanda que para las más grandes es marginal. Así se complementan estos servicios y se logra una más amplia gama de ellos, para un mercado muy diverso de micro y pequeños empresarios y pobladores pobres, urbanos y rurales. Por lo tanto, existe potencial de negocios para las IMFs que logran especializarse, concentrarse en ciertos tipos de clientes y/o diferenciar sus productos para que sus clientes conozcan y reconozcan la superioridad frente a su situación y demanda especifica. Estas estrategias de enfoque requieren que la IMF se dedique, primero a algunos servicios financieros genéricos, tales como crédito y ahorro; que tenga conocimiento profundo de segmentos de mercado bien definidos; que se concentre en ciertas regiones geográficas; y que desarrolle productos específicos atractivos para ellos; tales como vivienda productiva y crédito de inversión. El desarrollo de una imagen local también es vital. En este sentido, a partir de las entrevistas con los directores de las IMFs, así como por el examen de su situación estratégica, se han identificado acciones para mejorar la capacidad de las IMFs y para implementar los productos y diversificar los mercados, tales como: • • • • • • Incentivar la formación de ventanillas en mercados rurales con baja presencia de IMFs, Cofinanciar investigaciones de mercado, operaciones, evaluación de impacto social y económico, Pruebas piloto de nuevos productos para segmentos de mercado específicos, Reducir el riesgo que afrontan las IMFs en el financiamiento agrícola anual, mediante asistencia técnica externa y el acceso a predicciones agrícolas por cada región del país, Proveer asistencia técnica a las IMFs para que amplíen la diversidad de su cartera, investigando las actividades económicas en las localidades de intervención de las IMFs, condiciones apropiadas del crédito para las actividades económicas financiadas, etc, y Financiar la inversión en infraestructura de las IMFs con base en la implementación de nuevos productos financieros. Estas estrategias pueden requerir apoyo intensivo y especializado de la Cooperación para que algunas organizaciones pequeñas logren éxito duradero. Si la Cooperación no establece una política de apoyo, condicionado a un progreso hacia la sostenibilidad o la atención a grupos especialmente difíciles de atender, el resultado puede ser una ayuda continuada a ONGs, con poco valor agregado que requiere subsidios continuos y afecta el entorno competitivo o la desaparición de muchas de las que no logran establecer una razón de existir a los ojos de sus clientes (y no desde el punto de vista de los directivos y empleados). 7.4. Compensación entre competitividad y aspectos sociales Para cada IMF existe una compensación “trade off”, entre la necesidad de ser competitiva y rentable, y el aspecto social de atención a una clientela más vulnerable o difícil de atender. Puede ser necesario, por ejemplo, que el FDL u otras IMFs con clientela rural y cartera agrícola como PRESTANIC y FIDESA, equilibren esta clientela más costosa y supuestamente más riesgosa, con una clientela urbana de bajo riesgo o con usuarios rurales que no son agricultores, pero que dependen de la agricultura, como por ejemplo asalariados de clase media y baja. 53 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas En algunas IMFs, la rentabilidad o sostenibilidad prevalece sobre aspectos sociales y de profundidad. Las IMFs no gubernamentales con mayor vocación social, en muchos casos definitivamente no podrán ofrecer ciertos servicios de alto riesgo como la inversión en diversificación agrícola o de alto costo (como el ahorro juvenil entre los estratos sociales más bajos o el crédito, que debe ir acompañado de mucha capacitación, para mujeres de bajo nivel educativo) sin recibir algún tipo de subsidio que sea por lo menos temporal. En estos casos, sin embargo, es importante establecer que en todo caso ha de ser tarea de la IMF que realmente esta prestando un servicio que tiene plusvalía social; y que no existen otras IMFs que pueden prestar el servicio en forma mas eficiente. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 8. 54 Coordinación en materia de microfinanzas Desde el momento en que el tema de microfinanzas llegó a ser un área de interés compartido por la cooperación internacional, el sector de instituciones intermediarias ha recibido el apoyo de numerosas agencias de desarrollo, en muchos casos, con enfoque y metodología muy distintos13. El interés de los donantes para coordinar sus políticas es mucho más reciente. El propósito de la coordinación es el de adecuar las intervenciones y formular lineamientos que sirvan para el desarrollo y la competitividad del sector de microfinanzas en su conjunto. Por tanto, su objetivo va más allá del simple intercambio de informaciones de utilidad para cada una de las agencias. La coordinación inter-institucional representa un área relativamente nueva, por lo cual la sistematización de las experiencias no es exhaustiva hasta la fecha. La evaluación de experiencias es a veces un asunto delicado para los analistas del sector, ya que como regla general, los organismos de cooperación prefieren no exponerse a una evaluación externa en la misma forma como se les exige a las instituciones microfinancieras. Además, los mismos analistas tienden a observar una mayor cautela cuando analizan los factores que obstaculizan el acercamiento de donantes individuales, por temor de que tal análisis no sea del agrado de las agencias contratantes. No obstante, se está tomando conciencia, en creciente medida, de que la coordinación tendrá una influencia positiva en el desarrollo del sector, y que para ello se requiere a veces la introspección de políticas. En esta sección se analiza el marco general dentro del cual se coordinan las políticas de los donantes, desde un nivel incipiente hasta uno consolidado y avanzado. Se analiza también el marco de la coordinación en el caso de Nicaragua y su aplicación en diferentes niveles de formulación de políticas. Se explica por si mismo que un cambio en el enfoque de políticas incidirá en la estrategia de transferencia de fondos, como también en el acompañamiento de las instituciones, temas que concluyen el informe. 8.1. Modelos de coordinación La coordinación se puede desarrollar globalmente según las dimensiones de amplitud y grado de formalización entre las agencias. Estas pueden aglutinarse alrededor de un proyecto o programa individual, o pueden buscar la amplitud del sector de microfinanzas en forma parcial o integral. En la otra dimensión, los donantes pueden desarrollar su coordinación de manera incidental y/o informal. También pueden buscar la coordinación sobre una base más sistemática, formalizada y orientada a las políticas de largo y mediano plazo. Esta requiere obviamente, un esfuerzo con mayor compromiso en el nivel personal e institucional. Una tercera dimensión es el método y la coordinación, y su forma deontológica. Por un lado, pueden concebirse mecanismos que se limitan a la estricta coordinación entre agencias “a puerta cerrada”, con el fin de buscar la uniformidad de lineamientos ante interlocutores externos. Por otro lado, existen mecanismos de coordinación que incluyen otros actores del sector, en particular, las instancias del Estado y los representantes de las mismas instituciones microfinancieras. A la par existen modelos segmentados, donde la coordinación entre donantes se realiza en una plataforma, y el intercambio con actores del Estado y del sector en otra. Esta forma se discute más adelante en el caso del país de referencia. A continuación se presenta una tipología que se limita, por el momento, a la Coordinación entre Donantes dentro del País (CDDP), donde se distinguen cuatro modelos14. Estos modelos suponen la presencia física 13 Sección basada parcialmente en los argumentos del informe para PROMIFIN/COSUDE, “La Maduración de las Microfinanzas en Nicaragua” (Marzo 2002). En esta sección es nueva la aplicación de los enfoques en los lineamientos de agencias individuales (coordinación estratégica), al seno del Grupo CIPYME (coordinación sustantiva) y en el nivel nacional (coordinación sectorial informal) respectivamente. 14 Esta tipología se basa en gran parte en Wright,2001, CGAP Focus Note 19). 55 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas de la agencia en el propio país, o al menos en la región, para poder realizar sus aportes en el proceso. Esto es más factible para las agencias de la cooperación oficial (un Estado) que para agencias co-financiadoras, que suelen financiar instituciones y proyectos con una modalidad de financiamiento y seguimiento a larga distancia. Sin embargo, su participación incidental en la coordinación puede enriquecer el proceso, sobre todo en las dos primeras modalidades. Coordinación entre agencias: Esta coordinación se aplica en el nivel de donantes que apoyan o auspician un programa específico. Ello supone un acuerdo entre agencias donantes sobre el carácter y el volumen de la asistencia que brinda cada una, así como en las condiciones y el plan operativo. En algunos casos, se establece un consorcio de donantes o un comité directivo, en el que puede participar una entidad estatal. Entre más amplio sea el proyecto, mayor envergadura tendrá la coordinación entre los donantes. En Centroamérica no hay muchos ejemplos de este tipo de coordinación con un consorcio de donantes, aunque existen casos en donde organismos multilaterales auspician proyectos en el sector de microfinanzas (El Salvador), con un organismo en calidad de prestamista y otro como donante de una parte de la asistencia técnica. Coordinación sectorial informal: En esta modalidad las agencias donantes inician el apoyo coordinado al sector, a través de reuniones informales entre ellas para compartir contactos sobre actividades recientes, y estrategias individuales en contactos con instancias del Estado e instituciones intermediarias. Por lo general, se cuenta con una disposición variable de cada donante para participar en reuniones. Las agencias siguen persiguiendo iniciativas de manera individual, sin tomar en cuenta necesariamente, las inquietudes de otros participantes. Un factor determinante para la incidencia recíproca en las políticas de donantes, es su grado de descentralización de sus respectivas “casas matrices”, de su gobierno central. En la década de los noventa, algunos donantes iniciaron un proceso de descentralización de su aparato hacia las regiones y los países con concentración de recursos de la cooperación técnica. Otros siguieron recientemente o mantienen el nivel de toma de decisiones en la capital del país donante. Mientras más centralizada sea la agencia de cooperación, es más probable que se mantenga un estilo individual en la programación de proyectos. Por otra parte, el proceso mismo de descentralización puede implicar que, durante un lapso considerable, un donante se “desconecte” de otras agencias con las que se pretende coordinar en la CDPP. Coordinación sectorial sustantiva: Esta modalidad tiene bastante más peso que las dos anteriores, en vista de que no solo se mantiene un esquema de reuniones más regular, sino que se hace también un esfuerzo para actualizar el conocimiento en forma continua, tanto de la evolución como de las metodologías del sector, entre los profesionales representantes de las agencias. Se cuenta además con mayor grado de armonización en los programas ejecutados en el sector, se evita la competencia y se busca la adopción de mejores prácticas y el análisis de prácticas “heterodoxas” (Wright, 2001). Con esto se refiere a la conformidad con el mercado de las políticas financieras de los programas y la eliminación gradual de los subsidios otorgados a los costos operativos de las intermediarias. Los donantes del tipo heterodoxo suelen aceptar la aplicación de tasas de interés reales negativas, y siguen apoyando el aparato de intermediarias también en el caso de que no haya perspectiva de lograr la sostenibilidad, ni financiera ni institucional. Otro requisito para entrar en la fase de la coordinación sectorial, es la disposición de los donantes a compartir en este nivel las lecciones del pasado, positivas y negativas de sus estrategias de intervención. Son pocas las agencias dispuestas a analizar ambos lados de su medalla de cooperación, lo cual comprende su interés de poner la “mejor cara” frente a sus interlocutores en la coordinación. En este sentido, la coordinación se compara con el proceso entre instituciones intermediarias de formar entidades de segundo grado, donde los partícipes también prefieren no mostrar un “trapo sucio” a otros socios institucionales. Aunque la coordinación entre donantes no es similar a la formación de una entidad de segundo grado, el proceso gana en profundidad y lealtad recíproca cuando los partícipes se atrevan a volverse más vulnerables al mostrar algo más que solo los éxitos de su intervención. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 56 Coordinación sectorial estratégica: En esta modalidad se cristalizan los elementos para un enfoque concertado del sector, donde los donantes se ponen de acuerdo sobre los elementos relevantes para el desarrollo del sector. En este nivel se logra una posición común ante los representantes (del conjunto) de las instituciones microfinancieras y el Gobierno del país receptor. La coordinación estratégica es más comprometedora que las dos anteriores, en los siguientes respectos: • • • Se establecen e implementan acuerdos entre las agencias para no ejecutar programas en las mismas áreas geográficas o con instituciones bajo parámetros financieros divergentes; Se constituyen mecanismos ante las instituciones y el Gobierno para plantear lineamientos e inquietudes en común, con respecto a la liberalización del mercado financiero (p.e. desregulación de las tasas de interés) y el marco de regulación y supervisión al sector. Para este y otros temas se pueden conformar determinados sub-grupos, encargados de elaborar lineamientos que luego se sancionan a nivel general; y Se procede a la activa limitación de prácticas “heterodoxas” dentro de los programas bajo su responsabilidad, y en general, promover la conformidad al mercado de los programas existentes. La coordinación estratégica es la más difícil las tres modalidades, puesto que en ella se requiere un elevado grado de habilidad para poder manejar intereses opuestos que inevitablemente se presentan en los distintos niveles. No es sin razón que se considera que la experiencia está “salpicada de conflictos a nivel táctico” (Wright, 2001). El éxito de esta forma de coordinación depende mucho del compromiso de funcionarios individuales para poder operar con una combinación sana de querer estandardizar lineamientos en un área, al tolerar la divergencia de opiniones en otra. Se destaca que la coordinación inter-donante no es un fin en si, sino un medio para propiciar el desarrollo del sector. En resumen, las políticas orientadas a la coordinación requieren un proceso de acercamiento entre las agencias donantes, que por un lado descansa en la – a veces subestimada – iniciativa personal de funcionarios individuales, y que por otro lado requiere el compromiso y la voluntad política de los partícipes institucionales, tanto de la comunidad donante como del país en donde se lleva a cabo la CDDP. Uno de los principales beneficios de la coordinación inter-donante es que gradualmente se construyen mecanismos para evaluaciones mutuas de lineamientos individuales. El estilo tradicional en el sentido “el donante siempre conoce mejor” se remplaza por un mecanismo de “rendición de cuentas” donde se logra discriminar entre las políticas más y menos favorables para el desarrollo del sector (Oberdorf, 1999). 8.2. La aplicación de los modelos de coordinación Los modelos arriba descritos no son directamente aplicables de manera irreflexiva para la consolidación – o al menos un proceso de racionalización – de las microfinanzas en Nicaragua. El reto principal en las agencias, los órganos del Estado y las entidades representativas del sector, será el de identificar el mecanismo más idóneo para lograr una coordinación adecuada acorde con los objetivos que se plantean para cada nivel. En orden revertido se puede pensar en las siguientes formas de coordinación. Coordinación estratégica: Este mecanismo puede servir para la reformulación de la política neerlandesa en materia de microfinanzas en Nicaragua. Particularmente, con respecto a los proyectos ejecutados sea con recursos propios de la Embajada o bien, con recursos de las agencias cofinanciadoras, se recomienda hacer un análisis caso por caso, del costo-beneficio relacionado con cada intervención. Según los elementos planteados en la sección 4 (Políticas de agencias) el enfoque sectorial comprende algo más que solo la sostenibilidad de instituciones individuales. Por cierto, la viabilidad del sector de microfinanzas descansa en la sostenibilidad de un buen número de intermediarias sostenibles. Pero ello, no siempre se puede justificar la continuidad del apoyo a las intermediarias con recursos humanos y financieros al referirse a una futura sostenibilidad que todavía está por vislumbrarse. Puesto de manera 57 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas más positiva, la asistencia debería de dirigirse a aquellas intermediarias con desempeño probado y potencial de competitividad. Segundo, de implementarse políticas o proyectos que pretenden aplicarse para la totalidad del sector, se debería de mantener el carácter universal de la intervención. La regla debería ser que los beneficios de una contribución sean accesibles para todos, mientras que las obligaciones deberían de ser compartidas entre todas las instituciones beneficiarias. En la jerga económica: las externalidades de la intervención deberían de aplicarse a todos los partícipes y no ser apropiadas para uno o varios de ellos. El ejemplo más directo se presenta con la puesta en marcha de una central de riesgos, cuyos beneficios son mayores cuando participan un máximo de intermediarias y por ende, la participación en costos e ingresos debería de tomar la forma más amplia posible. En tercer lugar, la política de transferencia de fondos puede sujetarse a un conjunto de reglas del juego, parte de las cuales se sugieren más adelante. En su formula básica, estas reglas indican que la transferencia en forma no condicionada, puede distorsionar el mercado financiero local y solo se debería de proceder a ésta cuando exista una seguridad razonable del buen uso de recursos. Recuadro 3: Acabar con las transferencias sin condiciones La transferencia de fondos de crédito, en la fase de cierre de proyectos, se ve muchas veces dificultada por la falta de reglas con incentivos y desincentivos, acordadas mutuamente antes de iniciar el programa. En la vía de la coordinación estratégica, se recomienda estandarizar los lineamientos para la transferencia de fondos. A pesar de la dificultad de uniformizar códigos de conducta, un modelo base podría considerarse para anticipar a dilemas no deseados al final de un programa de cooperación Transferencia condicionada: En esta modalidad, la agencia donante se compromete a soltar la propiedad de los recursos destinados a los servicios de crédito de la intermediaria. Por su parte, la institución acepta una serie de acciones realizadas bajo control del donante, tales como: • • • Un monitoreo financiero, periódico e intensivo. Este no se limitaría a los fondos del donante, sino a la totalidad de los activos manejados bajo su responsabilidad. Un desempeño financiero según criterios cuantitativos predefinidos y aceptados. En comparación con el desempeño de instituciones similares, la intermediaria debería de mostrarse al nivel o por encima de los índices de referencia. Una transferencia en etapas, de los recursos de crédito. Como es más fácil guardar el dinero por parte del donante que recuperarlo entre usuarios finales morosos, se explica por si mismo que no se debería transferir la totalidad de los recursos, sino guardar una parte significativa hasta que finalice el programa. Esta modalidad trae como consecuencia, que si el desempeño no es satisfactorio, la agencia cooperante transfiere la propiedad del fondo a una tercera institución, dentro o fuera del país receptor. Transferencia convertible: Una alternativa a la opción anterior, es que se establezca al inicio de un proyecto, el acuerdo de que los recursos transferidos tengan un carácter reembolsable. Desde un principio se trata entonces de un contrato de préstamo entre el donante y la institución receptora. Por ende, el donante tiene que cerciorarse de que la institución cuente con la capacidad de reembolso en caso de fracasar la inyección de recursos frescos. Además, la institución receptora tendría que poner en garantía real bienes físicos que sirvan de respaldo para poder rembolsar. Es evidente que las agencias donantes no cuentan con capacidad para hacer que la institución haga un pago coactivo. En tal caso sería preferible involucrar un banco privado al que se da el poder de representar a la agencia donante para asegurar la recuperación de los recursos. Recién al final del programa, cuando se haya demostrado que la institución intermediaria cuenta con la capacidad requerida para administrar el fondo (según los mismos criterios de la opción A) el donante podría considerar la posibilidad de convertir el préstamo en una donación. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 58 Continuación Recuadro 3 Esta opción es claramente más problemática, por varias razones. Primero, los donantes no suelen actuar desde una posición de acreedor, ni culturalmente ni de manera presupuestaria (los fondos han sido asignados a nivel del gobierno central como donación y no como préstamo). Segundo, los fondos se transfieren con frecuencia a nivel intergubernamental, lo cual complicaría un cobro coactivo eventual. Tercero, la transferencia se efectuaría en condiciones financieras blandas, lo cual incidiría desfavorablemente en la competitividad del sector. Transferencia reembolsable: La modalidad aplicada por muchas agencias cofinanciadoras – y en menor grado por parte de donantes estatales – es la de establecer contratos de préstamo con las instituciones microfinancieras. Esto puede hacerse en forma directa o indirecta, es decir, a través de un banco en el país de la agencia. Los préstamos se otorgan en moneda extranjera estable, a menudo, con tasas de interés semi-comerciales (8-10%). Desde el inicio se tiene claridad sobre el carácter reembolsable de la transferencia, documentada y formalizada, sin perspectivas de conversión en donación. Las agencias donantes en representación estatal, no siempre tienen el mandato de otorgar préstamos, por lo cual es difícil generalizar esta alternativa sobre la línea de las agencias. Las tres opciones demuestran cada una sus ventajas, y algunas desventajas. Por los obstáculos encontrados, está en descenso el uso de fondos financieros destinados a ser transferidos al final de un programa. Sin embargo, el caso de la cooperación neerlandesa amerita una revisión de las reglas de la transferencia en cada uno de los programas que están por terminar. Coordinación sustantiva: Este mecanismo de coordinación se prestaría adecuadamente para profundizar el trabajo del Grupo CI-PYME. El resultado de este grupo es mixto: lo positivo es haber logrado una plataforma de intercambio, reflexión y debate. El otro lado es que – como en cualquier grupo de interlocutores – se nota el temor de entrar en una sistematización de lo que une y lo que divide los participantes del grupo. El ejercicio de contrastarse en cuanto al enfoque de intervención es una actividad imprescindible para poder avanzar en el debate sobre el futuro del sector y el papel más idóneo de la comunidad cooperante. El Grupo CIPYME no debería de escapar a este auto-examen. Es evidente que la introspección de las agencias requiere un análisis de los factores estructurales y coyunturales en cada una, para poder captar el porqué de la posición particular de una agencia. Con tal ejercicio se pretende llevar el intercambio más allá del nivel de los temas priorizados y las áreas de intervención. Para ello es necesario que las agencias se vuelvan “vulnerables” en un proceso de apertura recíproca. Como resultado de la sistematización, el segundo paso será el de la clasificación de las prácticas heterodoxas discutidas en sección 5 y 6, las cuales ponen en cierto riesgo el funcionamiento de los mercados financieros en el sector urbano y rural. Sobre todo, en ciertas áreas rurales es preocupante observar que algunas de las intermediarias más maduras del país no pueden, ni diversificar sus servicios ni penetrar su mercado a raíz del enfoque escogido discrecionalmente por representantes de una agencia determinada con un importante volumen de recursos. 59 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Recuadro 4: Medidas en el marco de la coordinación sustantiva. En el caso de las IMFs de avanzada, muchas de ellas afiliadas de ASOMIF, su desarrollo institucional induce a favorecer los factores financieros más que los sociales, a fin de facilitar una capitalización acelerada de estas instituciones. Para estimular este proceso, se sugiere como lineamiento de estrategia para la comunidad cooperante, el desarrollo de actividades para generar consensos moderados sobre: • • • • • • • • Balance entre el apoyo a la eficiencia y la rentabilidad de la IMF, y el apoyo a los micro empresarios y productores. Tipo de metodología crediticia a promover, para lograr el objetivo de crecimiento de rentabilidad de las IMFs entre la micro empresa urbana y el pequeño productor rural. Promocionar entre las Agencias de Cooperación, el objetivo de desarrollar en las IMFs valores de formalidad y rigurosidad. Normalizar y promover modalidades de transferencia de fondos a las IMFs, que eviten distorsiones en costo y modalidades de la oferta de fondos.· Segregar del concepto “crédito,” los recursos parcialmente recuperables y la asistencia no reembolsable, facilitados para capitalización del productor. Promover que las IFs de segundo piso, desarrollen una oferta de programas globales de financiamiento en torno a los ejes de las políticas de desarrollo económico, en lugar de administrar colecciones de fondos con características heterogéneas y de oferta segmentada. Comprometer en la evaluación del desempeño financiero de las IMFs, que el logro de las metas de los indicadores sociales, adquieran la plenitud de su valor siempre que se logren mínimos satisfactorios en los objetivos de sostenibilidad y crecimiento. Se sugiere que las IMFs, a iniciativa propia y en consonancia con las acciones tomadas por la comunidad cooperante, desarrollen actividades tendientes a: − Implementar los nuevos productos financieros sugeridos en la sección anterior a fin de reducir el riesgo sistemático y ampliar la base de ingresos de la IMF. − Comprometerse a una reingeniería tendiente a reducir, sustancialmente, gastos de operación sin afectar calidad y adecuación del servicio, a fin de mejorar estructuralmente el índice de sostenibilidad. − Desarrollar actividades conjuntas de investigación de mercados y ensayos piloto de productos, que permitan identificar ventajas competitivas de las microfinanzas según actividades económicas, localidades y modalidades financieras. − La viabilidad y voluntad de concentrar los fondos de segundo piso en una sola entidad. − La viabilidad de homogeneizar los mecanismos de análisis y evaluación de la IMF y las condiciones que se aplican bajo varias líneas con fuentes distintas. En el caso de las IMFs locales y de pequeña escala, especialmente las Cooperativas de ahorro y crédito, que han logrado desarrollarse y se reconoce su excelencia, es de importancia estratégica que se prolongue la continuidad de los fondos y actividades de los programas que dieron vida a dichos éxitos. Coordinación sectorial informal: Este mecanismo es el más apropiado para el arranque de una mesa redonda en materia de microfinanzas en Nicaragua. En casi todas las entrevistas realizadas por la misión se enfatizó que la prioridad en el nivel nacional, es contar con una plataforma para el intercambio de informaciones sobre el estado actual y futuro de las microfinanzas en el país. En una serie de eventos se podría crear el espacio para conocer: a) las características del sector microfinanciero, b) las opciones de regulación o de no regulación y c) los principales ejes, resultados y limitantes de la cooperación. En una segunda fase, estos se podrían profundizar en los siguientes temas: Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua • • • • 60 la necesidad de consolidar el sector sin afectar la variedad y profundidad de los servicios ofrecidos; el análisis de las modalidades de regulación y supervisión; las (des)ventajas de los servicios de intermediación más allá de la oferta crediticia; la designación de una calificadora única y generalmente aceptada en el sector. El mecanismo de la coordinación sectorial informal se presta oportunamente para invitar un número de instancias estatales (de diferente “plumaje”), así como un número de agencias cooperantes con un compromiso particular en el sector y, sobre todo, los interlocutores representativos del sector de microfinanzas. Estos encuentros contribuirán sin duda a que se conozcan y se valoren en mayor grado los avances logrados hasta la fecha. Recuadro 5¿Una calificadora única para las microfinanzas en Nicaragua? Desde mediados de la década de los noventa, varias agencias de desarrollo han promocionado la creación de una entidad calificadora para el sector de microfinanzas. Luego de esfuerzos considerables, un debate intenso sobre el carácter público o privado de tal entidad, hasta 1999 el anuncio casi público de una “alianza estratégica” entre actores nacionales e internacionales, la calificadora única aún no ha podido arrancar. Por varias razones cabe preguntarse si establecer una agencia calificadora es pertinente y viable. En primer lugar, no existen todavía instrumentos de evaluación financiera e institucional generalmente aceptados. En un reciente Boletín Micro Finance Best Practices, se nota que entre 190 variables, solo 25 se aplican con cierta regularidad, pese a la falta de consenso sobre cuáles si y cuáles no. Segundo y más importante, la calificación parece considerarse en la comunidad cooperante como una especie de certificación, que le brinda a las microfinancieras una etiqueta comparable a otras de uso en el sector corporativo internacional. La realidad económica e institucional es más compleja: en Nicaragua caen instituciones financieras con una, aparentemente, buena solvencia; en Centroamérica entran en dificultades microfinancieras reguladas con trayectoria establecida; y en el mundo quiebran empresas financieras con consecuencias imprevisibles. Un certificado de salud financiera para microfinancieras tendría un carácter efímero. Una tercera consideración, se vincula con el pago por los servicios. Por cierto, las agencias internacionales de calificación (Giraffe, MicroRate, Acción) obtienen parte de sus ingresos de las mismas microfinancieras evaluadas, pero la mitad o más de los ingresos, proviene hasta hoy día de agencias de la cooperación internacional. Una calificación que surja de la demanda real del mercado financiero aún no se ha dado. Por último, el debate sobre los frutos de la calificación es a veces incómodo, a veces penoso. Se ha pasado mucho tiempo sobre la cuestión de si la propiedad de la información financiera sobre la IMF debe ser estatal o privada. Si es privada, la información puede caer en manos no autorizadas, con todo interés en lucro particular. Si es estatal, las IMFs pueden objetar contra el riesgo de un control estatal con una tendencia “Orwelliana”. Un mecanismo de calificación, entonces, debería de ser manejado por una entidad independiente, imparcial y de alta credibilidad por todas las partes. Empero, para tener éxito y aceptación entre las IMFs, debe de tener cierto “peso” frente a ellas. El interés principal de las IMFs en sujetarse a estos mecanismos sigue siendo el acceso continuado y creciente a fondos financieros de mayor volumen. Estas IMFs ya no dependerían de donaciones y tienen capacidad para absorber cantidades adicionales de crédito para financiar su crecimiento. Por lo tanto, la estrategia más apropiada para poder evaluar, calificar y dar seguimiento al desempeño de las IMFs en forma consistente, es cuando la entidad evaluadora y calificadora goza de credibilidad ante – posiblemente en vinculación con - una entidad de segundo piso que concentre fondos de crédito a nivel nacional. Para asumir esta responsabilidad, la entidad debería de ser autónoma, de propiedad preferiblemente mixta, de duración indefinida o permanente, profesionalizada, y poder atender IMFs de varios tipos y estructuras legales. 61 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas 8.3. Estrategias para el desarrollo de la oferta de servicios 8.3.1. Estructuración, ordenamiento y saneamiento de la oferta Es obvio que las 275 IMFs identificadas, “especializadas” en servicios financieros, representan una cantidad abundante para un país como Nicaragua. Anteriormente, se identificaron 80 IMFs que manejaban una cartera de más de USD 250,000 y por este volumen podrían tener capacidad de sobrevivir y crecer, siempre y cuando cumplan criterios de eficiencia, recuperación de cartera, y ofrezcan productos y servicios idóneos para sus clientes. Esta cantidad todavía puede ser alta, ya que siguen existiendo muchas IMFs ineficientes que se mantienen a nivel de subsistencia institucional, y con base en donaciones y prerrogativas fiscales. La cantidad de oferentes de crédito, en especial, puede reducirse sin afectar la cobertura del servicio. Además, la cantidad de agencias identificadas indicaría que la cobertura geográfica de las IMFs va creciendo y casi puede hablarse de una cobertura nacional; podría argumentarse, y experiencias previas lo confirman, que para ampliar esta cobertura geográfica en regiones no cubiertas, es más viable inducir a las IMFs ya existentes y viables para que hagan presencia en estas regiones, que establecer nuevas organizaciones o tratar de reactivar aquellas que no han mostrado resultados en el pasado. El punto de partida para desarrollar el sector y promover una mejor oferta, a los ojos de los clientes, ha de ser que este pueda ofrecer, más que antes: • • • • Una mayor gama de servicios adaptados a los clientes Cobertura geográfica y alcance social amplios Calidad del servicio a los ojos del cliente Eficiencia operativa que permita reducir costos y por ende, tasas de interés activas. Además, idealmente ha de existir una competencia entre varios oferentes, que permita al cliente comparar y seleccionar entre oferentes que, en principio, cumplen la exigencia de ser sostenibles en términos financieros y organizativos. Una estructura futura que puede implementar estos objetivos podría consistir en: • • • Unas pocas (2-4) IMFs “bancarias” o sea supervisadas por la Superintendencia. Estas habrán crecido mucho en comparación con su situación actual, ofreciendo productos de crédito, y eventualmente otros servicios, a la microempresa urbana y semi-urbana y otros pobladores de escasos recursos, en forma masiva y buscando establecer una red de agencias que permite una cobertura (casi) nacional. Otras pocas IMFs que son relativamente grandes y que ofrecen una variedad de productos diferenciados. Estas serían ONGs y Cooperativas de Ahorro y Crédito, que pueden atender una clientela semi–urbana y rural, buscando también cubrir una parte importante del territorio nacional. Otro grupo más grande de IMFs y Cooperativas de Ahorro y Crédito más pequeñas, pero eficientes; cuya diferencia radica en un alto grado de especialización de sus productos para ciertos sectores, y/o la identificación con la población local (resultando en la identificación por parte de esta población con la IMF); o posiblemente una identificación social e inclusive religiosa. Entre ellas también pueden haber algunas organizaciones especializadas en innovación de productos. 8.3.2. Fortalecimiento institucional de las IMFs Los datos dela Sección 4 indican que la capacidad de gestión de una IMF es un factor vital para realizar sus objetivos en forma eficiente. Para lograr la consolidación de una industria eficiente, con alcance y diversificada, es importante que la Cooperación siga apoyando a aquellas IMFs que muestran Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 62 sostenibilidad o potencial al respecto; o tienen plusvalía para sus clientes en el sentido de que su desaparición dejaría un vacío que no sería llenado por otras IMFs. Para poder desarrollarse conforme una de las estrategias competitivas mencionadas, podrían recibir apoyo en las siguientes áreas organizativas: • • • • • • • Planes estratégicos y de negocios como base para desarrollar la IMF. Mejorar y estandarizar los sistemas automatizados de procesamiento de datos en varias IMFs. Auditorias externas realizadas por empresas especializadas en microfinanzas. Fortalecer los mecanismos de control y auditoria interna; incluyendo o especialmente con fines de reducir posibilidades de fraude. Paulatinamente, con el crecimiento de cada IMF, es importante mejorar sus mecanismos de administración de riesgos; especialmente para aquellas IMFs que captarían ahorros. Encontrar una estructura legal y de recursos humanos que reduce los problemas de gobernabilidad inherentes a la estructura de ONG y Cooperativa. Un campo de atención especial en cuanto al fortalecimiento institucional ha de ser el apoyo en la diversificación del paquete de productos. 8.3.3. Políticas de género Actualmente operan en el país unas cuatro intermediarias no bancarias, especializadas en la oferta del servicio crediticio, algunas equipadas con sucursales en distintas regiones. Las organizaciones tienen en común la atención priorizada a clientes femeninos y la organización de mujeres en torno a temas específicos para el desarrollo económico, cultural y social de su clientela. Ello se manifiesta en actividades que acompañan al servicio crediticio, en particular los cursos y las charlas sobre los temas de empoderamiento y autoestima de mujeres en la producción, el comercio y la economía del hogar. El interés de las IMFs y de las agencias de cooperación en el papel activo de la mujer en la economía, ha sido un factor de gran importancia para lograr que hoy día casi el 60% de usuarios de crédito, es de mujeres. Sin embargo, esta situación no justifica ninguna complacencia por parte ni de las agencias ni de las propias IMFs especializadas en el crédito para mujeres. En primer lugar, la cobertura de crédito se limita mayormente al sector urbano: la mujer rural hasta la fecha no parece ocupar un lugar significativo en la cartera de las organizaciones. Segundo, sería un malentendido pensar que el servicio financiero, por si solo, resuelve la problemática de la falta de equidad entre los sexos en la economía. Una mayor equidad puede conducir a una mayor participación de mujeres en servicios de crédito y de ahorro, y viceversa. La participación en servicios financieros por si sola, no es una condición ni necesaria ni suficiente para lograr esta equidad. Una tercera limitación de las actividades de la IMF radica, hasta la fecha, en la falta de poder ofrecer el servicio que más se necesita para mujeres de estratos pobres: el ahorro individual y colectivo. Como el sector financiero ha sido inestable, los costos de transacción para depositar ahorros son elevados, y también la distancia cultural es grande, las mujeres están desprovistas de ventanillas formales, mientras que las IMFs no reguladas, no tienen facultadas sustitutivas. Una cuarta limitación se presenta en el nivel institucional: las IMFs que operan con temas de género, tienen cada una acceso a agencias cooperantes que, en parte se traslapan y, en parte difieren la una de la otra. Recientemente se inició un proceso de acercamiento incipiente entre las IMFs, pero las agencias y programas todavía no están preparados para integrar el tema de género en una mesa interinstitucional. Es cierto que estas cuatro limitaciones – la mujer rural, la complementariedad de servicios, el ahorro y la coordinación – son temas que no se permiten una solución en el corto plazo. Al mismo tiempo se trata asuntos serios que requieren la atención de los partícipes en un proceso de coordinación en el nivel de la cooperación bilateral, en el CIPYME y más aún, en el nivel nacional. En el mejor de los casos, se lograría 63 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas el acercamiento entre IMFs con miras a la expansión conjunta de servicios financieros en el sector rural. En el peor de los casos, se repetirían y duplicarían iniciativas de un intercambio sin compromisos reales, con elevados costos de oportunidad. 8.3.4. Apoyo en la diversificación de productos y mercados La diversificación de productos es un componente indispensable para implementar estrategias de diferenciación y especialización o enfoque, la cual le permite ampliar mercados a las IMFs. Para los donantes, obviamente son de importancia aquellos productos accesibles e interesantes para los sectores más vulnerables de la población, o aquellos mediante los cuales las empresas pueden generar beneficios sociales grandes, en términos de generación de empleo. Productos de crédito y productos de colocación: En crédito, las IMFs aplican principalmente métodos de crédito individual, grupos solidarios y bancos comunales; otorgando préstamos de corto plazo al sector comercio. Entre los productos nuevos para los sectores económicos o usos específicos, parecen ser prometedores los siguientes: • • • • • • • • • Mejoras de vivienda y vivienda popular, en especial la vivienda productiva Crédito para varios tipos de productos agrícolas Crédito y otros apoyos para la inversión y diversificación rural Crédito comunitario para infraestructura o explotación forestal sostenible El producto “capital de riesgo”, para la inversión de recursos de mediano y largo plazo de las IMFs, en sectores económicos con mayor necesidad de capitalización para generar escalas productivas y mejorar la productividad. Fondos de largo plazo para implementar el arrendamiento financiero de: 1) Equipo liviano genérico, para la microempresa urbana o para equipar laboratorios, consultorios o despachos de profesionales jóvenes en municipios pobres; 2) Pequeños lotes de ganado ovino y vacuno de calidad genética para incidir directamente en la productividad pecuaria. Financiar la inversión privada, en infraestructura pública de apoyo a la producción. Financiar a comerciantes locales, en el acopio y liquidación de productos agrícolas y pecuarios en las subastas establecidas. Desarrollar instrumentos de apoyo y fondos para el financiamiento de preexportación y corresponsalía – a ser posible – con IMFs en otras naciones centroamericanas. La importancia del ahorro: Aun las IMFs supervisadas a la fecha, han hecho pocos intentos para captar ahorros del sector microempresarial, dejando el campo a unas pocas Cooperativas de Ahorro y Crédito. No obstante, la importancia reconocida del servicio, se deben expresar algunas ideas de precaución, en cuanto a la participación de la Cooperación internacional en este campo, como las siguientes: autores del CGAP15 concluyen que apoyar instituciones que movilizan depósitos, puede ser de alto riesgo, ya que implica que, en forma indirecta, el donante asuma la responsabilidad de dar confianza a los pobres que sus ahorros están seguros. Por lo tanto, la participación de donantes en la promoción de ahorros en forma conjunta con entidades financieras (las cuales obviamente deben de estar autorizados para proporcionar este servicio) se justifica solamente cuando son más elevados los riesgos que enfrentan los ahorrantes al depositar su dinero con alternativas del sector informal. En caso de que un donante disponga de la capacidad especializada para promover ahorros en forma responsable, y esté dispuesto a asumir un compromiso de largo plazo que implica alto riesgo, se debería 15 CGAP, Developing saving services for the poor, preliminary guidelines for donors. (Draft, July 2001). Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 64 de tomar en cuenta, en la selección de posibles contrapartes para fomentar el acceso de la población más pobre, factores como: • • • • La estructura legal, Solidez y experiencia como entidad financiera, Interés en captar muchos depósitos muy pequeños; y Otras prioridades del donante y del grupo meta, por ejemplo cobertura amplia vs profunda, seguridad, costos, y la participación de la entidad financiera en el desarrollo de las comunidades en donde tiene presencia. Los criterios consensuados que se aplicarán en el análisis y la evaluación del desempeño de IMFs de crédito, no necesariamente son iguales a los que un donante debería aplicar al analizar un IMF para determinar su capacidad e idoneidad para captar depósitos de asociados o del publico en general. Los instrumentos principales que puede aplicar un donante son: 1) Promoción de políticas nacionales de estabilidad y seguridad financiera y física que fomenten el ahorro financiero. 2) Uso apropiado de donaciones, más que todo, para apoyo técnico en la captación de ahorros, mejoras de infraestructura, y diseño de productos diferenciados (del producto general de cuenta de ahorro y depósito monetario). 3) Préstamos a instituciones a un costo superior al de captar depósitos, en casos excepcionales. La Cooperación, entonces, podría enfatizar más el aspecto de ahorro en sus estrategias de proyectos; trabajando, obviamente, con entidades sólidas, autorizados para captar depósitos. Para un futuro cercano por ejemplo, se podría pensar en apoyo a FINDESA o CONFIA, cuando estas entidades se dediquen con mayor rigurosidad a la promoción de este servicio entre los pobres urbanos, o a las cooperativas afiliadas a CARUNA. Productos mixtos: Se pueden diseñar y promover combinaciones de productos, tales como el crédito o ahorro con seguro de muerte, incendio u otros percances que dejan cargas excesivas para los clientes de las IMFs o sus familiares. El ahorro programado es otro ejemplo: bajo esta modalidad, un cliente que desea recibir un crédito para vivienda, antes de obtener el crédito, ahorra una cantidad mensual que es igual o mayor a la cuota que pagará sobre su préstamo, una vez que lo haya recibido. Esta facilidad se podría estimular mediante cooperación entre el Estado y una o varias IMFs con trayectoria comprobada. 8.3.5. Información sobre demanda y oferta de servicios financieros El recién terminado Inventario de IMFs y los esfuerzos de ASOMIF para publicar los resultados financieros de sus miembros, contribuye mucho a la transparencia de la oferta y el uso de crédito para el sector de la microempresa. Es importante que la Cooperación siga apoyando, profesionalizando, sistematizando y combinando estas iniciativas con el fin de mantener un sistema de información actualizada. Con respecto al inventario de oferentes, probablemente será más importante concentrar el esfuerzo en las 80 IMFs más grandes, identificadas; actualizando las estadísticas principales que se presentan anualmente, e incorporando otros servicios, especialmente la cartera de ahorros. Para el análisis de desempeño financiero y de estadísticas de cartera más detallado, es importante seguir apoyando los esfuerzos de ASOMIF y WOCCU para poder presentar datos financieros de sus asociados, que sean estandarizados y comparables (dentro de cada grupo). Asimismo, y una vez institucionalizados dichos esfuerzos, podría producirse documentación que resuma los resultados de IMFs, Cooperativas e IMFs supervisadas; comparando resultados en la medida en que las estructuras y sistemas contables y de reportes lo permitan. Semejante mecanismo ya contaría con una base de alrededor de las 40 IMFs más grandes e importantes del país, las cuales en este momento aglutinan un 65% de los clientes de crédito y representan un 70% de la cartera total de créditos. 65 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas En cuanto a las posibilidades de análisis de la demanda y la cobertura de servicios financieros entre las MYPE urbana y rural, agrícola y no agrícola, la situación no es tan alentadora: apenas existen mecanismos que permiten calcular, con un grado mínimo de exactitud, la cantidad existente de trabajadores por cuenta propia, microempresarios y pequeños empresarios, o la población económicamente activa en varios sectores económicos y áreas del país. En cuanto al sector microfinanzas, entre donantes y entidades involucradas, se recomienda ejecutar, en forma periódica, encuestas urbanas y rurales, con preferencia e inicialmente a nivel nacional, para determinar el grado de uso de varios tipos de servicios financieros, las fuentes que los proporcionan, las razones principales por las cuales los entrevistados usan o no el servicio, y en caso afirmativo, cómo lo han usado. Obviamente, la cantidad de entrevistados debería de ser lo suficientemente grande, como para poder llegar a datos desagregados confiables que permiten analizar los resultados por tamaño o estructura legal de la empresa, sector económico, ubicación geográfica, y sexo del entrevistado, como mínimo. La actualización de tal sistema de información sería un reto para las agencias de cooperación e instancias del Estado, por ejemplo el INEC. Finalmente, el análisis de la oferta y el uso de los servicios, debería de basarse, idealmente, en estadísticas de cartera e investigaciones de usuarios que pueden distinguir entre: • • • Ubicación geográfica, urbana – rural de los usuarios Profesión (actividad económica) del usuario Destino (uso) de los créditos otorgados según sectores predefinidos 8.4. Estimación de necesidades de financiamiento adicional El saldo de cartera de las microfinancieras identificadas, según datos provisionales de Hurtado ( 2002), se ha inventariado en USD 126.5 millones. Adicional a dicho monto, se estima un potencial de crédito de USD 183.8 millones (Cuadro 21, con base en las estimaciones del Anexo II), en la micro y pequeña empresa, préstamos personales o de consumo y préstamos en el área rural, incluyendo actividades adicionales a las agropecuarias. La mayor parte de esta demanda se encuentra en el área rural. Aún considerando la disponibilidad de USD 46.6 millones para colocaciones en el sector, se estima aún requerimientos de financiamientos que deberán ser gestionados a la medida de las necesidades. Cuadro 21: Estimación de la demanda potencial de créditos Sector Mercado Micro y Pequeña Empresa Urbana 70.9 Crédito Personal 29.0 Crédito Rural Total de Demanda Potencial 207.9 307.8 Cartera de Micro Financieras 126.5 Potencial de mercado 181.3 Fuente: Estimación preliminar con base en estudio INEC (1998), Hurtado (2002). Se excluyen de esta primera estimación, préstamos para vivienda y construcción de infraestructura, tema que el BID incluirá en su nuevo programa de préstamos con Nicaragua e incorpora a microfinancieras para su ejecución (estimado en USD 20 millones). Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 66 Para que las IMFs tengan, eventualmente, una estructura financiera y recursos que puedan cubrir una demanda, cercana a la estimación anterior, el otorgamiento de donaciones, créditos o líneas de crédito, ha sido el instrumento más usado por la Cooperación. En el futuro sería conveniente argumentar cada decisión de financiamiento según criterios de la siguiente índole: 1) La donación, como mecanismo de financiamiento de una IMF, debería de limitarse a situaciones en donde la clientela que el donante desea servir, sea en realidad difícil de atender, por representar gran riesgo (diversificación agrícola), altos costos u otros problemas. En estos casos, la donación debería de ser claramente temporal, y enmarcar como complemento una estrategia institucional o empresarial de la IMF para que el servicio proporcionado sea sostenible. El receptor debería de ser la IMF con mayor capacidad para dar continuidad a lo que se pretende lograr con el financiamiento. 2) El crédito será, o seguirá siendo, en el futuro cercano, la fuente más importante de recursos, para las IMFs (supervisadas o no) que puedan manejarlo y desean crecer. Conviene que estos créditos sean otorgados y administrados por entidades especializadas de segundo piso. 3) Se confirme la necesidad de que las IMFs autorizadas para hacerlo, capten ahorros en volumen importante (comparado con su cartera de créditos). 8.5. Mitigación de riesgos en el sector agrícola La problemática rural en algunas regiones, y en especial los productores más pobres de productos tradicionales, es de gran importancia; los mecanismos mencionados de ninguna manera apoyan la reducción del riesgo que asumen las IMFs que prestan a estos sectores. Para que las IMFs incrementen su cartera agrícola, incurriendo en riesgos que no afecten su sostenibilidad, se podrían considerar mecanismos tales como Fondos de Garantía para créditos, dirigidos a préstamos para la diversificación agrícola u otros tipos de inversión empresarial: a) Fondos de Garantía para Carteras de Crédito rural o agrícola; b) Mecanismos de seguro contra percances o fluctuaciones exageradas en los precios de productos agrícolas; c) Mecanismos que apoyen la estabilización de los precios de productos agrícolas; d) El empleo de asistencia técnica externa; e) La elaboración y adquisición de predicciones agrícolas por región del país. Algunos de estos mecanismos ya están bajo consideración o preparación en agencias como AID y DFID. Algunos no tienen relación directa con el ámbito de las microfinanzas si no encajan con políticas sectoriales para el desarrollo rural o la microempresa. 8.6. Políticas conducentes a una administración eficiente de fondos Del análisis expuesto sobre los diferentes vehículos de financiación, se observa que tal diversidad no contribuye a un crecimiento ordenado del sector, por lo cual se sintetizan algunas recomendaciones de políticas para promover una buena administración de los fondos. En este sentido, las propuestas aquí planteadas siguen el esquema de la tipología de la oferta de servicios financieros. 8.6.1. La oferta de servicios financieros de primer piso Para contribuir al ordenamiento de la oferta de servicios microfinancieros, los instrumentos de políticas pueden permitir la salida de experiencias fallidas con IMFs, y el fortalecimiento de las exitosas; se recomienda trabajar sobre consensos en torno a: • Promocionar la aplicación de criterios técnicos que permitan el balance de los indicadores de sostenibilidad y de cobertura de los grupos meta, en la selección de IMFs, sin que uno de los criterios subordine al otro. • Adoptar una actitud de inversionista, desde el punto de vista del riesgo en la colocación de los fondos, a fin de promover la autosostenibilidad de las IMFs. • Proporcionar fondos de capitalización, de desarrollo institucional, líneas de crédito para las IMFs que puedan llegar a los clientes de la MYPE y pequeños productores. 67 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas • • • • • Promover la aplicación de tasas de interés reales y positivas de mercado. Fomentar estructuras jurídicas y organizacionales que conduzcan a la transparencia, actitudes empresariales, y sostenibilidad, tomando en cuenta la misión de la IMF. Estimular a un número de IMFs sólidas que permitan la atención de requerimientos de los clientes de la MYPE y especialmente, la pequeña producción rural, buscando un efecto catalizador. Promover que los apoyos directos a productores, sean estos en forma de donación o como créditos fuertemente subsidiados, no sean administrados por las IMFs sino mediante sistemas de administración distintos e independientes. Promover el desarrollo de normas para la industria de microfinanzas, con el fin de estandarizar la competencia y permitirles su enfoque en las áreas de: 1) Normas de identidad de productos financieros; 2) Sistemas de monitoreo y evaluación del desempeño de la IMF; 3) Sistemas de medición de impacto. 8.6.2. La oferta de servicios financieros de segundo piso Las instituciones de segundo piso y los fondos en fideicomiso, podrían jugar un papel importante en el período que dure el proceso de consolidación del sector de las microfinanzas y contribuir a su ordenamiento, mediante la aplicación de los siguientes principios: • • • • • • • • • La definición de estándares de desempeño financiero y prácticas mínimas, de las IMFs, como criterios de elegibilidad para acceder a los servicios. Definición de estándares de alcance y profundidad de clientes que pueden influir en la asignación y condiciones de los financiamientos que se otorgan. Aplicación de tasas de interés consistentes, por parte de entidades de segundo piso, nacionales e internacionales, y las cuales no desincentivan la promoción del ahorro interno nacional, y garanticen un trato uniforme con respecto a las IMFs. Estímulo al intercambio de experiencias y lecciones aprendidas entre las IMFs. Contribución al diseño de instrumentos de financiación, para adecuar las condiciones de los recursos financieros a las demandas del mercado de las IMFs. Promover que se incorpore en la futura ley de microfinanzas, una reforma a la ley creadora de la FNI, para que las IMFs puedan ser sujeto de crédito directo de la FNI, para administrar fondos para préstamos a largo plazo. Promover que las IFs de segundo piso, desarrollen una oferta de programas estructurados en torno a las políticas de desarrollo económico, en lugar de administrar una variedad de fondos con características heterogéneas. Constituir un fondo que complemente los recursos de las IMFs para su fortalecimiento institucional, administrado por la institución de segundo piso. Proveer fondos, mediante la aplicación de los diferentes instrumentos de financiación: fondos iniciales, capitalización, líneas de crédito, arrendamiento financiero, fondos de garantía, para que las IMFs puedan recaudar fondos en la bolsa de valores de Nicaragua, “capital de riesgo”, a ser administrado por las intermediarias de segundo piso y otorgado por las IMFs a sus clientes. La variedad de instituciones y fondos en fideicomiso con objetivos, criterios y políticas distintas, que se tornan en resultados financieros variables, no conduce a un ambiente consistente y equitativo para las IMFs que desean aplicar a los fondos disponibles; y no ha promovido una relación de largo plazo entre las entidades de segundo piso y las IMFs minoristas, condición importante para la sostenibilidad de los fondos. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua 68 Por lo tanto se recomienda con cierta cautela, promover consensos en cuanto a la deseabilidad de que la comunidad cooperante sea un catalizador en el fomento y establecimiento de una institución de segundo piso que, eventualmente incorpore los fondos disponibles en las instituciones y fideicomisos existentes, dirigidos a la microempresa y productividad rural. Esto en la medida en que lo permiten las leyes, contratos y convenios existentes. Esta institución de segundo piso debería de cumplir las siguientes condiciones: a) Tener como objetivo el fomento de las microfinanzas y finanzas rurales, antes que el servicio de cualquier sector económico específico. b) Estar supervisada por la superintendencia de bancos. c) Tener una estructura empresarial y capital mixto, con una estructura abierta, con posibilidad de incrementar capital y aceptar a nuevos inversionistas (inter)nacionales. d) En esta estructura la propiedad de las acciones se reflejará en la composición de la Junta Directiva. e) Tener autoridades cuya composición refleje la propiedad del capital y el valor de las acciones. f) Con independencia política, pero con objetivos sociales, y criterios empresariales que tomen en cuenta los que tienen los planificadores del desarrollo económico. g) Estar autorizado para realizar operaciones con varios tipos de intermediarios financieros, bajo criterios estrictos de desempeño, y aplicar varios mecanismos de financiamiento y condiciones que pueden reflejar objetivos sociales consensuados entre sus autoridades. En efecto, algunos donantes y proyectos de desarrollo del sector microempresarial han considerado la opción de invertir en una entidad de segundo piso para la transferencia de sus fondos: En lugar de donar un fondo de crédito a la IMF o a los beneficiarios, preferirían usar el fondo como una inversión de riesgo en una entidad de segundo piso, y conseguir así, acciones a nombre de la IMF o de dichos beneficiarios. Ninguna de las entidades que operan hoy como segundo piso y manejan un volumen importante de fondos, cumple los criterios mencionados. Las alternativas serian entonces, la transformación de una entidad o fondo ya existente, o la creación de una nueva. Dada la dificultad de establecer nuevas organizaciones con fuerte exposición a la coyuntura económica y política actual, puede ser más realista buscar la conversión o transformación de una entidad existente, mediante una selección minuciosa y una definición consensuada del mecanismo apropiado de transformación, y promover la transferencia eventual de los recursos disponibles a esta entidad. Obviamente, tal iniciativa debe de contar con el interés y la capacidad de los dueños actuales de los recursos en las instituciones, fondos y fideicomisos, con la perspectiva legal de transferir parte de estos fondos, a un mediano plazo y de preferencia en efectivo, en forma eficaz, y con una perspectiva real de poder atraer fondos frescos del Gobierno, de donantes y de proyectos existentes. Esto requiere un consenso que puede surgir de una coordinación estratégica entre donantes y autoridades nacionales en el legislativo y ejecutivo. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Anexo I: Bibliografía selecta ASOMIF. Boletín No.1 (2001); y No.2 ( 2002). Blijdenstein, J. y P Rosales. (2001). Propuesta para un sistema de monitoreo. PROMIFIN-COSUDE, FACETA Central. Christen, R.P. y R. Rosenberg. (2000). The Rush to Regulate: Legal Frameworks for Microfinance. USA. CGAP. Occasional Paper: No. 4. Farrington, T. (1999). Efficiency in Micro Finance Institutions, CGAP - MBB González-Vega, C. (2002). Estrategia para la profundización de los mercados financieros rurales en los países Andinos y del Caribe. Washington D.C. Banco Interamericano de Desarrollo, Departamento Regional de Operaciones 3. División de Finanzas e Infraestructura Básica. Campion, A. y V. White. (1999). Institutional Metamorphosis: Transformation of Microfinance NGO´s into Regulated Financial Institutions. The Microfinance Network, Occasional Paper No. 4 Encuesta Nacional sobre Medición del Nivel de Vida Hannig, A. y E. Katimbo-Mugwanya. (Eds.) (2000). How to regulate and supervise microfinance? Key issues in an international perspective. Kampala, Uganda. FSD-Financial Systems Development Series Nº 1. PROMIFIN–COSUDE. (2002). Inventario nacional de microfinancieras. Informe Preliminar. Nicaragua. INEC. (1998). La estructura de las empresas en Nicaragua. Análisis del censo económico urbano nacional. Resumen ejecutivo. Nicaragua. INEC. (1997). Población. Nicaragua. Municipios. Vol 4. VII Censo de población y III de vivienda, 1995. INEC. (2002). III Censo Nacional Agropecuario. Nicaragua. Nitlapán. (2002). Demanda de Servicios Financieros en 6 Zonas de Nicaragua. PROMIFIN–COSUDE. Nicaragua. Nitlapan–PROMIFIN. (2002). Estudios de Mercado de Servicios Financieros en seis regiones. Nusselder, H. y A. Sanders. (2002). La Maduración de las Microfinanzas en Nicaragua. CDR-ULA, Estudio para PROMIFIN-COSUDE. Rosales, P et. al. (2002). Estudio de mercados financieros en zonas seleccionadas de Rivas y Carazo. INPYME/PNUD/PROSESUR. Nicaragua. Trejos, J. (2001). La microempresa en la década de los noventa. Costa Rica. OIT. Helms, B. (1997). Anatomía de una operación de micro financiamiento: El nuevo enfoque para invertir en las instituciones de micro financiamiento. CGAP. Rutherford, M. (2000). The poor and their money, Oxford University Press. Sánchez, S. (2000). Financial markets in Nicaragua. Washington DC. Banco Mundial. Women’s World Banking.(1995). Los vínculos que faltan: Sistemas que funcionan para la mayoría. Wright, G. A. N. (2001). Principles and practice: Myths of regulation and supervision. USA. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas Anexo II: Cuadros de estimación de la demanda potencial La estimación de la demanda potencial de créditos, emplea los criterios de: • • • Demanda es lo que el consumidor quiere y puede pagar. En cuanto al préstamo promedio potencial, asumimos que este es mayor que el promedio actual, por cuanto existe un potencial de aumentar el monto del préstamo en virtud de un mayor conocimiento del cliente y el control que pueda desarrollarse sobre los factores de riesgo. Se excluyen de estas estimaciones, la demanda potencial de crédito para vivienda y crédito al sector privado para construcción de infraestructura pública de apoyo a la producción, son temas que el BID está considerando para su inclusión en un nuevo programa de desarrollo. Se excluyen además, otros sectores económicos como la pesca, que obtienen la financiación de su capital de trabajo y en ocasiones, la de activos, por parte de sus acopiadores o compradores. Se hacen estimaciones de la demanda de crédito para la mediana y pequeña empresa (1 a 5 empleados), que son básicamente urbanas. Los datos para la estimación provienen de la investigación de la OIT (Trejos, 2001). Cuadro 22:. Mercado potencial del crédito en la MYPE (Millones de Dólares) Sectores Activos USD Préstamo Empresarios Cobertura Demanda USD Cantidad Micro y Pequeña Empresa 578 459 372,245 Pequeña Empresa Moderno Acumulación ampliada Acumulación simple 1,123 1,677 1,564 423 786 1,174 1,095 296 4,527 1,940 647 1,940 Micronegocios Microempresa Autoempleo 750 1,668 662 610 1,168 463 242 169 Subsistencia % Millón USD 70.9 66.0% 59.4% 52.8% 2.2 1.5 0.4 0.3 238,718 49,718 189,000 46.2% 39.6% 61.5 26.8 34.7 129,000 33.0% 7.2 Nota: Se asume que se financia el 70.0 % del valor de los activos. Trejos, J: La Microempresa en Nicaragua en la Década de los Noventa , OIT, 2001, Costa Rica INEC, La estructura de las Empresas en Nicaragua, 1998, Nicaragua. Se parte del monto en activos, incluidos en la encuesta de medición de nivel de vida, para emplear esta variable como referencia del financiamiento potencial. Se supone que se podría llegar a financiar, como máximo, hasta un 70% del valor de los activos. Si bien, este es un parámetro generoso, no es infrecuente en microfinanzas, situaciones como esta. La cobertura, que varía desde el 66 hasta un 33% de la cantidad de clientes potenciales, disminuye en la medida en que el ingreso del estrato disminuye (cuadro 22). Para la estimación de la demanda potencial de préstamos personales, se parte de las mediciones mediante encuesta, incluidas en el trabajo mencionado de la OIT. A esto se añade un múltiplo del ingreso mensual en exceso del salario mínimo (C$ 600). A esa consideración, se agrega que pueden considerarse como clientes potenciales quienes reciban ingresos mayores a una desviación estándar del promedio. Coordinación para su Viabilidad en Nicaragua Cuadro 23: Estimado del mercado potencial de préstamos personales (Millones de Dólares) Sueldo Medio Sectores Sueldo– Demanda Asalariados Sal Min Potencial USD USD Cantidad 1,662,000 29.0 517,000 60,000 177,000 280,000 15.1 7.2 3.1 4.8 127 882,000 701,000 177,000 3,000 1,000 13.9 13.9 - - 263,000 102 Crédito Personal Trabajador Independiente Patronos Cuenta Propia - Negocio Cuenta Propia 148 431 111 111 Micronegocios Empleado/Obrero Jornalero/Peón Miembro Cooperativa Otro 105 119 51 56 184 Millón USD 374 54 54 62 Familiar no remunerado Límite de Crédito en Múltiplos de Sueldos Fracción que puede ser clientela de crédito 2.00 16.00% Trejos,J: La Microempresa en Nicaragua en la Década de los Noventa , OIT, 2001, Costa Rica La estimación de la demanda potencial de créditos en el área rural, la conforman dos fuentes. En primer lugar está la demanda de los clientes actuales. Las entrevistas realizadas por el equipo consultor y la encuesta de demanda (Nitlapán, 2002), señalan que los actuales montos de financiamiento son insuficientes para los clientes de las IMFs. Para incluir esta situación, se ha considerado que en la medida en que se desarrolle una relación de mayor confianza entre cliente e intermediaria, el monto del préstamo podría aumentar y dicho potencial se estima que sea equivalente a una desviación estándar. La fuente de datos para los préstamos promedios, es el censo de microfinancieras, trabajo de reciente ejecución (Hurtado, 2002). La Figura 3, presenta el histograma del monto promedio del préstamo: Figura 3: Estimación de préstamos promedio P ré s ta m o P ro m e d io 80 72 70 61 Cantidad de IMF 60 58 50 42 40 38 30 21 20 14 12 10 10 7 9 7 4 4 0 0 0 6 5 0 250 500 750 1000 1250 1500 1750 D ó la r e s p o r C lie n te 2000 1 3000 2 4 1 4000 1 0 5000 Nuevas Políticas sobre las Microfinanzas El potencial de clientes sin créditos, se estima a partir de la población económicamente activa con actividades empresariales. Cuadro 24: Estimación del mercado potencial de préstamos en el área rural (millones de dólares) Clientes Sectores Potenciales Cobertura Inventario de Micro financieras Factibles 287,569 Clientes no Servidos Empleado por cuenta propia Patrono o empresario 1 Cooperativas Clientes Actuales de Micro Financieras Personas naturales Personas jurídicas Préstamo 189,807 179,707 9,930 170 2 20% 20% 20% 37,961 35,941 1,986 34 249,608 249,524 84 USD 3 Demanda Millón USD 723 207.9 328 1,856 9,839 15.8 11.8 3.7 0.3 768 5,707 192.1 191.6 0.5 Fuentes: Hurtado, María: Inventario Nacional de Micro financieras, PROMIFIN, 2001, Nicaragua INEC: Población Municipios vol IV , 1997 y La Estructura de las Empresas en Nicaragua , 1998, Nicaragua. Notas: 1: Estimado a partir del número de integrantes de las cooperativa, a razón de 30 integrantes por cooperativa. 2: Es el número de clientes censados, excluyendo los del Departamento de Managua. 3: El préstamo para los clientes nuevos, es el valor mediano derivado del inventario de IMF. El potencial de los clientes actuales, se estima como el promedio más un desvio estándar.