DEPARTAMENT DE LLENGUA CASTELLANA I LITERATURA IES MARRATXÍ CURS 2013-14 El Mester de Clerecía. El Mester de Clerecía. Gonzalo de Berceo inicia en el siglo XIII una nueva forma de narración literaria conocida como Mester de Clerecía (oficio de clérigos), cuyas principales características son: Se trata de narraciones escritas en romance por autores cultos (clérigos), que puedán ser sacerdotes o simplemente poseer una cultura latina, propia de los monasterios. Las narraciones poseen una finalidad didáctico-moral. La estrofa utilizada es la cuaderna vía: cuatro versos alejandrinos con fuerte cesura en medio y rima consonante:14A 14A 14A 14A . La temática es variada (no sólo de carácter religioso) y erudita, proviene de la literatura culta, del saber .custodiado en las bibliotecas monásticas. Aunque se trate de un mester más culto que el de juglaría, recurre a expresiones juglarescas para mantener la atención del público, pues se recita oralmente. Así, encontramos rasgos del estilo oral formulario: epítetos épicos, apelaciones al auditorio, incluso se pide alguna recompensa al final del recitado, como hacían los juglares. Cronológicamente, el Mester de Clerecía abarca desde el siglo XIII hasta finales del XIV. Se distinguen dos períodos: primer periodo (S.XIII) caracterizado por su rigor métrico (cuaderna vía), obras de autores anónimos, excepto en el caso de Berceo. Destaca Milagros de Nuestra Señora de este autor. El segundo periodo (S. XIV) presenta mayor libertad métrica (junto a la cuaderna vía utilizan estrofas más populares, como el zéjel). La obra más importante es el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. El Mester de Clerecía en el S.XIII: Gonzalo de Berceo. Gonzalo de Berceo es el primer autor castellano de nombre conocido. Fue un clérigo, nacido en Berceo (La Rioja) hacia 1195 y el máximo representante del Mester de Clerecía del siglo XIII. Se conservan nueve de sus obras, todas ellas de carácter religioso y escritas en cuaderna vía, entre las que destaca Milagros de Nuestra Señora. En ella se narran veinticinco milagros realizados por la Virgen, con la finalidad de mostrar su beneficiosa influencia, con una ingenuidad rayana en lo naïf. El autor, que se inspira en una colección de relatos marianos escrita en latín, pretende difundir en lengua romance historias de la Virgen María; utiliza para ello un lenguaje familiar y popular (comparaciones del mundo campesino, nombres de utensilios domésticos, a refranes, etc.), así como continuas apelaciones al auditorio. Presumiblemente Berceo escribía sus obras para recitarlas a las gentes de su parroquia y a los propios monjes.