Resolución sobre el uso de herbicidas administraciones públicas canarias por parte de las EQ. 0658/2012. Sugerencia al Cabildo Insular de Gran Canaria, a efectos de aumentar sus esfuerzos por operar un cambio en sus prácticas, minimizando así el impacto negativo que puede tener la aplicación de herbicidas altamente tóxicos para la salud y el medio ambiente. Excmo. Sr. Presidente: Nuevamente nos dirigimos a V.S. en relación al expediente de queja que se tramita en esta Institución con la referencia más arriba indicada (EQ 0658/2012), referente a la utilización de herbicidas por parte de las administraciones públicas en nuestro Archipiélago. Una vez llevada a cabo la correspondiente investigación de oficio, constan los siguientes ANTECEDENTES I.- Con fecha 24 de abril de 2012, recibimos una carta de un ciudadano expresando su preocupación por el uso que hacen de los herbicidas algunas empresas de mantenimiento contratadas por las instituciones públicas canarias, en espacios públicos tales como, jardines, áreas de recreo, parques, campos de fútbol, zonas adyacentes de carreteras, paradas de autobús, etc. Al parecer, su composición se basa en el glisofato o productos similares, muy tóxicos. Dichas sustancias son altamente contaminantes y existen estudios científicos que avalan su peligrosidad para la salud de los seres humanos y el medio ambiente, por lo que este tipo de prácticas, tan habituales en Canarias, están prohibidas en algunos países europeos. II.- Por ese motivo, este Diputado consideró conveniente iniciar una investigación de oficio para tratar el tema con mayor profundidad, para lo cual mantuvo diversas reuniones con varios alcaldes y, finalmente, decidió cursar petición de informe a todos y cada uno de los Cabildos de nuestras islas. Todos las Corporaciones Insulares nos remitieron su informe al respecto, entendiendo por tanto satisfecha nuestra solicitud. III.- Hay que señalar que, en líneas generales, la política seguida por todas esas administraciones, en un intento de proteger al máximo nuestro entorno más inmediato, es prohibir o impedir la aplicación/utilización de cualquier producto que pueda contribuir a dañar nuestro medio, utilizando medios manuales y mecánicos. No obstante, si bien la aplicación de normas preventivas goza de una aceptable implantación en el medio agrícola, su divulgación y aceptación en C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org los espacios urbanos de nuestro Archipiélago presenta carencias, de ahí que los ciudadanos sensibilizados hayan presentado denuncias al respecto. IV.- De los diferentes informes recibidos se extrae que, actualmente, los Cabildos, dentro de sus competencias, utilizan en las tareas de control y erradicación de vegetación invasora de los márgenes de las carreteras insulares, herbicidas libres de glisofato, resultando que la aplicación de los mismos se realiza con estricto cumplimiento de la normativa de seguridad, y atendiendo a los cánones dictados por los manuales de buenas prácticas ambientales. Sin embargo, hemos observado que, pese a que la tendencia actual es la de erradicar la vegetación invasora y aquella que molesta a la seguridad vial, especialmente en determinadas épocas del año, utilizando productos sin glisofato, lo cierto es que nos ha sorprendido la respuesta ofrecida por ese Cabildo, al afirmar que se lleva a cabo una aplicación mecánica controlada de productos fitosanitarios (pulverizando desde un vehículo los márgenes de la carretera), empleando como herbicida un producto tóxico, compuesto por glisofato, aplicado por personal especializado. Asimismo, explica en su informe que las labores de desbroce sin aplicar herbicida tienen un coste más elevado, es menos efectivo y conlleva a mas actuaciones, por lo que, en el contexto de recortes en el que se encuentra la Administración, es del todo inviable eliminar el uso de herbicida en la actualidad, por el elevado coste económico que conlleva. V.- A nuestro entender, su intención de limitar el uso del mismo en las zonas más sensibles no basta, sino que es preciso mostrar una mayor sensibilidad con el rechazo que genera en la población la aplicación de ese producto y proceder, cuanto antes, a técnicas de control alternativas, respetuosas con el medio ambiente, que no originen ni supongan un riesgo para la salud de los ciudadanos. Toda vez que debe garantizarse que el personal que se encarga de esas tareas dispone de una formación adecuada y cuenta con los equipos de protección individual requeridos por la normativa de Seguridad y Salud. A la vista de los hechos reseñados, esta Institución estima necesario realizar las siguientes CONSIDERACIONES Primera.- La protección de los derechos a la salud y al medio ambiente. Nuestra Constitución proclama en sus artículos 43 y 45 los derechos a la salud y a un medio ambiente adecuado para el desarrollo de las personas, los cuales se configuran como principios rectores de la política social y C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org económica, por lo que su reconocimiento, respeto y protección han de informar la legislación positiva, la práctica judicial y la actuación de los poderes públicos. El Estado, como principal defensor del interés colectivo, tiene la obligación de prevenir y controlar factores que puedan deteriorar el medio ambiente y reprimir las acciones que atentan con él. En este sentido, hay que señalar que el derecho a un medio ambiente sano, no es un derecho particular, sino de toda la humanidad, y resulta del todo imposible comprender su dimensión si no se tiene claro que se está frente a un bien que pertenece a todos, incluso a generaciones futuras. Segunda.- La normativa Europea La Directiva 2009/128/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 21 de octubre de 2009, establece el marco de actuación comunitaria para conseguir un uso sostenible de los plaguicidas, con el objeto de reducir los riesgos y los efectos de su utilización. (L 309/78 Diario Oficial de la Unión Europea 24.11.2009) El medio acuático es muy sensible a estos productos, por lo que es necesario prestar especial atención para evitar la contaminación de la aguas superficiales y subterráneas. De este modo, la referida Norma establece en su artículo 11 que: los Estados miembros velarán por que se adopten medidas apropiadas para la protección del medio acuático y del suministro de agua potable de los efectos de los plaguicidas. Estas medidas complementarán las disposiciones pertinentes de la Directiva 2000/60/CE y del Reglamento (CE) nº 1107/2009 y serán compatibles con ellas. Las medidas previstas incluirán: (...) d): la reducción, en la medida de lo posible, o la eliminación de las aplicaciones en, o a lo largo de carreteras, líneas de ferrocarril, superficies muy permeables y otras infraestructuras próximas a las aguas superficiales o subterráneas, o en superficies selladas con riesgo elevado de llegar por escorrentía a las aguas superficiales o a la redes de alcantarillado. Asimismo, su artículo 12 trata la reducción del uso de plaguicidas o de sus riesgos en zonas específicas, señalando que: los Estados miembros, teniendo debidamente en cuenta los requisitos necesarios de higiene y salud pública y la biodiversidad, o los resultados de las evaluaciones de riesgo pertinentes, velarán por que se minimice o prohíba el uso de plaguicidas en algunas zonas específicas. Se adoptarán medidas adecuadas de gestión de riesgo y se concederá prioridad al uso de productos C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org fitosanitarios de bajo riesgo con arreglo a lo definido en el Reglamento (CE) nº 1107/2009 y a las medidas de control biológico. Dichas zonas específicas serán: a) los espacios utilizados por el público en general o por grupos vulnerables, con arreglo a lo definido en el artículo 3 del Reglamento (CE) nº 1107/2009, como los parques y jardines públicos, campos de deportes y áreas de recreo, áreas escolares y de juego infantil, así como, en las inmediaciones de centros de asistencia sanitaria; b) las zonas protegidas que define la Directiva 2000/60/CE u otras zonas señaladas a efectos de establecer las necesarias medidas de conservación de acuerdo con lo dispuesto en la Directiva 79/409/CEE y en la Directiva 92/43/CEE; c) las zonas tratadas recientemente que utilicen los trabajadores agrarios o a las que estos pueden acceder. Tercera.- La salubridad pública, principio de precaución. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud no es sólo ausencia de enfermedad, sino también es el estado de bienestar somático, psicológico y social del individuo y de la colectividad. En consecuencia, los poderes públicos deben proteger a la población que, aun estando sana, es vulnerable a la enfermedad y reducir o eliminar cualquier posible riesgo con su intervención, adoptando todas las medidas preventivas y correctivas que sean necesarias ante una actividad que amenace la salud humana o el medio ambiente, y tomando decisiones de control que eviten la degradación de la naturaleza. La protección del medio ambiente puede hacerse bien desde un Derecho reactivo (daños ya producidos), bien desde un Derecho que quiere prever y evitar daños desconocidos e inciertos. Así, mediante resolución tomada por el Consejo Europeo en diciembre del 2000 en Niza, los estados miembros de la Unión Europea precisaron el principio de precaución, convirtiéndose éste en un elemento estructural del derecho ambiental que trata de evitar los daños graves o irreversibles que puede sufrir el medio ambiente, imponiendo medidas precautorias donde no hay certeza sobre la afectación que el desarrollo de una determinada actividad pueda causar en los recursos naturales. Este principio de cautela se justifica porque en materia ambiental, los efectos nunca son inmediatos, sino que es preciso que transcurra un tiempo, para saber cuál fue la afectación real y cierta. Con ello, se establece un marco de protección en el que se permite a las autoridades públicas equivocarse “en favor de la seguridad”, es decir, un C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org cambio de valores donde prima el respeto por los derechos de los ciudadanos y el entorno natural. La normativa vigente impone la obligación de aplicar este principio, lo cual significa que deben ponerse a salvo los recursos naturales, sin tener en cuenta las consecuencias sociales, económicas o científicas que esto represente, asumiendo este principio como una verdadera garantía de la conservación de la especie humana y no como un ejercicio caprichoso y arbitrario. Cuarta.- La convivencia Las actividades humanas (veces por ignorancia, veces por indiferencia) pueden involucrar riesgos, por lo que todos debemos proceder de una manera más cuidadosa, especialmente, los organismos públicos, porque de ello depende nuestro bienestar. Sin embargo, esas medidas precautorias, no deben entenderse como un freno a la acción, de manera que, en el caso que nos ocupa, el Estado no debe dejar de actuar en materia de erradicación de las malas hierbas, sino que debe actuar cumpliendo con la normativa ambiental y buscando nuevas soluciones que contribuyan a prevenir las consecuencias del uso del glisofato. Evidentemente, resulta imposible valorar los beneficios de un medio ambiente saludable o los costes por efectos personales y sociales indirectos. Desde ese punto de vista, puede que, a corto plazo, prescindir del uso de estos productos resulte más caro y menos eficiente pero, a medio y largo plazo, estas alternativas son mas sanas y seguras, asumiendo un compromiso de futuro con todas las formas de vida del planeta. Por este motivo, diversas administraciones canarias, conocedoras de los efectos negativos de estos plaguicidas, han aprobado declaraciones institucionales prohibiendo esos sistemas de control de hierbas, sumándose posteriormente otras corporaciones a este tipo de iniciativas, con el objetivo principal de velar por la salud de la ciudadanía y el medio ambiente. A su vez, algunas administraciones han asumido un uso sostenible de los mismos, aprobando para ello un “protocolo de actuación” que establece una serie de medidas especificas para proteger el medio ambiente, minimizando los riesgos, e incluso, prohibiendo su uso en determinadas zonas. Toda vez que el Parlamento de Canarias aprobó el 06.06.2012 una Proposición No de Ley (8L/PNL-0085) sobre el uso sostenible de los plaguicidas en parques y jardines de las islas, siendo posteriormente publicada en el BOP. No obstante, la Administración Pública, debe actuar en defensa de la legalidad vigente y está obligada a la estricta observancia de las normas existentes al respecto. Por ello, pese a que se trata de productos de bastante efectividad, en cuanto a la erradicación de las malas hierbas, hay C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org que tener presente la preocupación suscitada en un sector de la población por este tipo de prácticas. En consecuencia, debemos concluir que la tranquilidad es un bien jurídico protegido por nuestro Ordenamiento Jurídico, debiendo prevalecer el respeto al derecho a la salud y a un medio ambiente adecuado, a la salubridad y la seguridad. En esa misma línea, todas las decisiones que se adopten deben ser interpretadas en función de la exigible protección de la salud pública y del medio ambiente, no de el coste económico que, a corto plazo, pueda suponer para el erario público. Lógicamente, en estos casos, no es fácil adoptar de modo eficaz las medidas correctoras más adecuadas, puesto que se trata de una actividad al aire libre que puede afectar a la salud humana, además de generar otros efectos aditivos en nuestro entorno (agua potable, especies de insectos, etc), por lo que hay que tener en cuenta las condiciones climáticas, época del año, etc. en el momento de su aplicación, en aras de evitar cualquier riesgo medioambiental sobre los recursos naturales y la población. En virtud de los antecedentes y de las consideraciones expuestas, de conformidad con lo dispuesto en el art. 37.1 de la Ley 7/2001, de 31 de julio, del Diputado del Común, he resuelto remitir a V.S. la siguiente Resolución del Diputado del Común: RESOLUCIÓN Somos conscientes que la propia orografía, tan característica de algunas de nuestras islas, hace necesario un esfuerzo considerable en cuanto a mantenimiento y conservación de las vías, dado que muchos de los recorridos se encuentran delimitados por fuertes desmontes, taludes con pendientes, etc. y que en zonas de cumbres, la vegetación produce en su entorno próximo gran cantidad de residuos vegetales que pueden provocar situaciones de riesgo, sobre todo en cuanto a incendios se refiere. Todo esto nos conduce a pensar que resulta imprescindible reducir o eliminar la incidencia de las plagas pero, obviamente, ello no puede generar peligro para la población y nuestro ecosistema. La utilización de ciertos herbicidas (compuestos de glisofato) puede tener incidencias irreversibles no sólo sobre la salud de las personas (es cancerígeno), sino en los recursos naturales, especies animales y vegetales, por lo que es preciso adoptar las medidas adecuadas, especialmente en aquellas zonas sensibles de nuestras ciudades y pueblos. Sin que la actual coyuntura económica pueda servir de excusa a los organismos públicos para continuar utilizando estos productos. C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org Por tanto, dado que no existe duda alguna en que el control de las malas hierbas resulta imprescindible para una mayor seguridad en las carreteras, en caso de incendio, etc., le sugiero a esa Administración que aumente sus esfuerzos por operar un cambio en sus prácticas, con objeto de minimizar el impacto negativo que puede tener su aplicación. Al mismo tiempo, le sugiero que remueva los actuales obstáculos, y alcance los acuerdos necesarios para fomentar el uso sostenible de los plaguicidas, adoptando los correspondientes protocolos de actuación conforme a la normativa europea, limitando su uso en las zonas urbanas de contacto con la población, especialmente en áreas donde pueda haber niños. Asimismo, le sugiero que, dé prioridad a la aplicación de técnicas alternativas no contaminantes, con el objetivo de compatibilizar el bienestar de los ciudadanos con el efectivo control de hierbas y plagas, manteniendo un ambiente sano, minimizando la exposición a todo tipo de contaminantes y sus efectos en la población y el medio ambiente. Y por último, le sugiero que, cuando su uso resulte inevitable, se exija una mayor prudencia y la adopción de criterios de control racionales en cuanto a gestión del riesgo. De conformidad con lo previsto en el art. 37.3 de la citada Ley 7/2001, deberá comunicar a este Comisionado Parlamentario si acepta o rechaza la presente Resolución del Diputado del Común, en término no superior al de un mes. En el caso de que acepte la Resolución, deberá comunicar las medidas adoptadas en cumplimiento de la misma. En caso contrario, deberá remitir informe motivado del rechazo de la Resolución del Diputado del Común. Para su conocimiento, le comunico que esta Resolución será publicada en la página web institucional (www.diputadodelcomun.org), cuando se tenga constancia de su recepción por ese organismo. C/. O´DALY, 28 - 38700 SANTA CRUZ DE LA PALMA - TELF 922 416 040 – FAX 922 415 228 www.diputadodelcomun.org - diputadodelcomun@diputadodelcomun.org