CAPITULO QUINTO --------------- 1 .- Hipsfpila en Lemnos 8.- El crimen de las Lemnias. b Llegada de loa Argonautas a Lemnos, .- 11 .- Muerte de Ofeltes. 226 I . - HIPSÍPILA EN LEMOS a,- El primen de las Lemnias Una vez que los argivos han aplacado su àed, - Adrasto pide a Hipsípila, a quien considera salvadora de los guerreros, que les diga cuál es su familia, su patria, quién su padre. No duda que su linaje debe ascender a los dioses, pues sus rasgos, aunque afligidos, muestran la no bleza de su sangre y una majestad propia de las divinidades t20-27): "at tamen, o quacumque es", ait, "cui -gloria tantauenimus inniimerare fato debere cohortes, quem non ipse deum sator aspemetur honorem, die age, quando tuis alacris absistimus undie, quae domiis aut tellus, animam quibus hauseris astris? dio, quis et ille pater? ñeque enim tibi numina longe, transierit fortima licet, maiorque per ora sanguis, et adflieto spirat reuerentia uultu, Hipsípila, en palabras que nos recuerdan las pri meras que Eneas dirige a Dido en Eneida I I , 3: Infandum, regina, iubes renoviare dolorem comienza su relato; hace alx;isi<5n a la locura que se apode 227 r<$ de las mujeres de Lemnos y la llegada posterior de los Argonautas. Se presenta como la linioa lemnia que ha salvado a su padre de la masacre. Pero, pensando que los ar givos tienen prisa, considera suficiente decirles que es Hipsípila, la hija de Toante, ahora cautiva de Licxirgo (29-39): "immania uulnera, rector, integrare iubes, Furias et Lemnon et artis a m a inserta toris debellatosque pudendo ense mares; redit ecce nefas et frigida cordi Eumenis. o miserae, quibus hic ftiror additxis! o nox! o pater, illa ego nam, pudeat ne forte benignae hospitis, illa, duces, raptum quae sola parentem ocoului. quid longa malie exordia necto? et uos arma uocant magnique in corde parattis. hoc memorasse sat est: claro generata Thoante seruitum Hypsipyle uestri fero capta Lycurgi". Sin embargo, sus palabras despiertan curiosidad en el ejército argivo. Todos quieren escuchar su historia y sobre todos Adrasto, quien insta a Hipsípila a relatar las desgracias que le han ocurrido, pues a los desgraciados, dice Adrasto, les resulta grato recordar sus a n t i — guos dolores (4-0-47) í Aduertere ánimos, maiorque et honora uideri parque operi tanto; cunctis tune noscere casus ortus amor, pater ante alios hortatur Adrastus: 228 "immo age, dum primi longe damus agmina uulginec facilis Nemee latas euoluere uires, q.uippe obtenta oomis et ineluctabilis umbrapande nefas laudesque tiaas gemitusque tuoriim, unde hos aduenias regno delecta labores". E s t a d o nos va a relatar a continuacidn el furor que domina a las mujeres lemnias, furor instigado por Veniis, y su decisión de matar a todos los hombres ; también nos va a decir cémo Hipsípila salvó a su padre de la matanza acordada, con la ayuda de Baco; la llegada de los Argonautas a Lemnos, los dos hijos habidos de la unión de Hipsípila y Jasón, el descubrimiento por - parte de las lemnias de que Hipsípila no había matado a su padre y la apresurada huida de la reina que, al no contar en esta ocasión con la ayuda de Baco, es apresada por unos piratas que la venden como esclava. Las fuentes más directas de Estacio en esta leyenda han sido Apolonio de Rodas y Valerio Placo, aunque, 2 como afirma Moerner , hay más divergencias que semejanzas entre ellos. En los versos de Estacio, Hipsípila comienza ha ciendo una descripción de Lemnos (49-50): 1,- DÜMEZIL, G.- Le crime des Lemniennes. Paris 1924. 2.- MOERNER.- De P. Papinii S t a t u Thebaide quaestiones Diss. Königsberg 1891, p. 19 ss. 229 Aegeao premitur circumfliia Nereo Lemnos, versos que Aricô'^'considera pueden relacionarse con Eurí­ pides Hipsípila fr. 3 col. 2,5 (cf. Bond fr. I, II líneas 25­28): μναμοσΰνα άέ σοι τδς άγχςάλοιο Λήμνου τ&ν ΑίγαΓος έλίσσων κυμοκτΰπος αχεί Lemnos es la isla donde Vulcano descanâa de sus fatigas de la fragua del Etna. Se halla frente a las co£ tas de Tracia, tan cercana que el Atos la cubre con su ­ sombra. Isla floreciente que nada tenía que envidiar a ­ Délos ni a las otras islas del Egeo (50­56): ubi ignifera fessus respirât ab Aetna Mulciberj ingenti tellurem proximus m b r a uestit Athos nemorimique obscurat imagine pontiam; Thraces arant contra, Thracum fatalia nobis litera, et inde nefas, florebat diues alumnis terra, nec illa Samo fama Deloue sonanti peior et innmeris qviaa spumifer adsilit Aegon, La sombra que proyecta el monte Atos la encentra 1.­ art. cit. ρ, 65 230 moa también mencionada por Apolonio Argonautica I, 601­604: ' ü p i 6è v^ααo^iévotαtv "A-^W ¿véxeXXe HoXtfivn epTil'HÍTi, r\ xóaaov inónpo^i A?í|ivov ¿ouoav, uaaov EQ evóíov eCoToXog éXxfltg áv<3aaat, i5:HpoT(ÍTp Hopufp OHtifet, nal íadxpi MupívnCo Valerio Flaco nos habla de Lemnos como isla de Vulcano en Argon. II, 78­80: et iam summis Vulcania surgit Lemnos aquis tibi per uarios defleta labores, ignipotens; Pero los dioses quisieron turbar la paz de la ­ isla. Hipsípila reconoce que sus habitantes no estaban ­ exentos de cxalpa, puesto que no había ningán templo ni ­ altar consagrado a Venus ( 5 7 - 5 9 ) : dis uisum turbare domos, nec pectora culpa nostra uacant; nuiles Veneri sacrauimus ignis, nulla deae sedes; De la expresión "pectora nostra" puede deducirse que para Estacio^ eran culpables de no honrar a Venus to­ aos los habitantes de la isla, tanto hombres como mujeres. Lo mismo podemos pensar que se desprende de los 1.­ DELARDE, P.­ La haine de pp. 446­448. VeniAS. "Latomus" XXIX, 1970, 231 versos de Apolonio, segán el cuál los hoiabres de L emnos aborrecen a sus legítimas esposas ( I, 611-612): At) γ&ρ κουριδίας μέν άπηνήναντο γυναίκας άνέρες έχθήσαντες porque loe perseguía la ira de Venus, ya que hacía mucho tiempo que no la honraban con sus ofrendas (614-615): έπΙ χ<5λος αίνδς οπαζεν Κΰπριδος, ούνεκα μιν γεράων έπΙ δηρί>ν ατισσαν Ιο que vuelve a repetir en 802-805, versos en los que Hi£ sípila explica a los Argonautas por qué L emnos está desier ta de varones: ο6λομένης 6fe θεδς πορσΰνετο μτ^τις Κΰπριδος, ητε σφιν θυμόφορον εμβαλεν ατην. Δή γ&ρ κουριδίας μί:ν άπέστυγον, έκ δε μελάθρων ^ μαντίρ ειζαντες άπεσσεύοντο γυναίκας. Εη todas estas citas no encontramos ni una sola palabra que especifique que son las lemnias y no toda la isla quienes caxosen la ira divina. También en Valerio Flaco II, 98-102, se dice que no honran a Venus. Nos da la caiisa de esa irreverencia, lo que Estacio no hace: Lemmos es la isla dedicada a Vtilcano; por ello, cuando el dios sorprendió el adulterio de 232 su esposa con Marte, los altares de la isla permanecieron fríos, sin víctimas. No son s<5lo las mujeres, sino toda ­ la población, la que no honra a Venus: contra Veneris stat frigida semper ara loco, meritas postquam dea coniugis iras horruit et tacitas Martem tenuere catenae, quocirca struit illa nefas lemnoque merenti exitium furiale mouet; Es interesante observar, además, que Talerio Pia co no menciona como causa de que los hombres vayan a Tra­ cia el horror que sienten por sus mujeres. Su expedición al pais vecino parece ser una campaña guerrera normal. Segán el escoliasta de Homero a Ilíada VII, 467, que recoge la opinión de Asclepiades en sus TragodOT5mena (cf. P.H.G. MOller III, 303) los lemnios, que no ofrecían a Afrodita los sacrificios habituales, prepararon su pro­ pia ruina: Λήμνιοι τΛς έξ εθους Άφροδίτρ θυσίας μί) απο­ δίδοντες καθ'αύτων θάνατον ένομοθέτησαν, Asclepiades de Trágilo, que en su obra Tragodoúmena resume las leyendas ilustradas por los grandes trági. eos hasta su ópoca (vivió en la segunda mitad del siglo IV, puesto que fue discípulo de Isócrates y contemporáneo de Pilócoro), nos da la seguridad de que en estas obras 1.- WENTZEL, G.- "Asklepiades aus Tagilos" en R.E. II, 1896, col 1628 233 la impiedad y castigo concierne tanto a las mujeres como a los hombres de Lemnos, Segiin Delarue"^ el que a partir de la época hel£ nística se considere culpables sélo a las mujeres, se de_ be a la contaminacién de dos leyendas que en un principio eran independientes. Por un lado, el castigo a los lemnios. Por otro, la leyenda de Hipsípila y svia desventuras. Veamos ahora lo que nos dice Estacio en boca de Hipsípila: la lemnia reconoce que algunas veces el resen timiento agita el corazón de los dioses, lo que provoca que los castigos se acerquen a paso lento. Por ello Venus abandonó Pafos, donde tenía cien altares dedicados,y cambiando su aspecto y alejando de sí las aves de Idalia, se arma con dardos y antorchas distintos a los suyos. Rodeada por las hermanas tartáreas, se desliza como una Euménide entre las cámaras nupciales. Siembra por to das partes el espanto, obligando a los amores a huir, sin tener compasión para los pueblos de Vulcano. Odios, Furor y Discordia se apoderan de los lechos conyugales. Los - hombres ya no tienen mayor preocupación que luchar contra los pueblos de Tracia y abandonar a sus esposas. Ellas, solas, se lamentan, se consuelan entre sí y contemplan las costas tracias recordando a sus esposos: (61-76) illa Paphon ueterem centumque altarla linquens nec uultu nec crine prior soluisse iiagalem 1.- art. cit. pp. 448-449 234 cestón et Idalias procul ablegasse uolucres fertixr. erant certe, media quae no et is in umbra diuam alios ignes maioraque tela gerentem Tartáreas inter thalamis uolitasse sórores uulgarent, utque implicitis arcana domorum anguibias et saeua formidine nupta replesset limina nec fidi populum miserata mariti protinus a Lemno teneri fugistis Amores, mutus Hymen uersaeque faces et frigida iusti cura tori! nulla redeunt in gaudia noctes, nullus in amplexu sopor est. Odia aspera ubique et Ptiror et medio recubat Discordia lecto, cura uiris túmidos aduersa Thracas in ora eruere et saeua beliando frangere gentem. No tiene en cuenta Estacio, como tampoco Apolonio ni Valerio, otra versión de la leyenda según la cual, la causa del abandono de las mujeres lemnias por sus mari dos se debe al fétido olor que les produjo Afrodita en 2 - castigo a su irreverencia, Fetidez que, segiSn Ihmiezil , constitiiía xmosde los más antiguos elementos de la tragedia y que para Delarue^ remonta a Esquilo, aunque de su tragedia Lemnios sólo nos queda el título. 1.- 0. JESSEN en su artículo "Hypsipyle" en R^E, IX, 1914 realiza im importantísimo estudio de la impiedad y castigo lemnios. Menciona las dos versiones. En la c£ lumna 437 nos habla de la versión que incluye el féti^ do olor, y en la 438 una segunda versión en todo sem^e jante ("andere erzShlen ganz dasselbe") pero que pres_ cinde del episodio de la "dysosmia", 2,- op, cit, 3.- art. cit. p. 449 235 Apolodoro recoge este aspecto de la leyenda en I , 9, 17. Según él, las únicas causantes del castigo fueron las mujeres de Lemnos: ai A%vi.at xi\v Άφροδίτην ο6κ έτίμων. ή òt αίταΧς εμβάλλει, δυσοσμίΤαν· De este olor nos habla así mismo el escoliasta a Pindaro Píticas 88 b: ταΓς Λημνίαις γυναιξίν άσεβως διακειμέναις περί τ&ς τ%ς Αφροδίτης τιμά,ς ήθεδς δυσοσμίαν προσέπεμφε, καΐ οϋτως αύτ&ς ο£ άνδρες επεστράφησαν· Εη los escolios a Apolonio Argonautica I , 609 vemos que las lemnias descuidaron los cultos a Afrodita y provo carón su desagrado. Por ello les envid un olor fétido, con lo q.ue no agradaba a sus maridos que, para alejarse de - ellas, declararon la guerra a Tracia: at Λήμνιαι γυναίκες έπιπολί) των της Αφροδίτης τιμών κατολιγωρήσασαι καθ'έαυτων τί)ν θεον έκίνησαν, πάσαις γάρ δυσσοσμίαν ένέβαλεν, ώς μηκέτι α6τ&ς τοις άνδράσιν άρεσκε ι ν, τδν òk προς θρ({^κας εχόντων πόλεμον ΕΙ escolio al verso 615 nos da las dos versiones: por un lado sólo nos dice que durante mucho tiempo no se 236 honró a la diosa: δτι ατιμον αύτί)ν έπΙ πολί>ν χρόνον εποίησαν Por otro, nos da las versiones de "otros", que hablan de la "dysosmia": των òt δλλων £στοροΰντων δτς κατδί χόλον της Αφροδίτης αι Λημνκίδες δύσοσμοι έγέ[ΐοντο, Ε incluso nos da la versión aberrante de Mirsilo (cf. P.H.G. IV, 458) que en su primer libro de las - lesbica atribuye a Medea la responsabilidad de esta fetj^ dez: Μυρσίλος έν πρώτφ Αεσβικών διαφέρεται καί φησι τί)ν Μΐ^δειαν παραπλέουσαν δι& ςηλοτυπίαν ριφαι είς τί)ν Λτίμνον φάρμακον, καΐ δυσοσμίαν γενέσθαι ταις - γυναιξιν. versión completamente inaceptable por su anacronismo. La leyenda de las lemnias es cronológicamente anterior a la llegada de los Argonautas a la isla y, por tanto, tiene lugar mucho antes que las relaciones entre Medea y Jasón. El litógrafo Vaticano Primero, 133» dice que - las mujeres de Lemnos, cuando ofrecieron el diezmo anual de sus cosechas a los dioses, dejaron de hacerlo en honor de Venus. La diosa, airada, envió un olor fétido que obligó a los maridos a despreciar a sus mujeres y aband£ 237 nar Lemnos: Lemniades quum diis omnibus décimas frugum annis singulis soluerent, solam Venerem praetermittendam esse dixerunt. Quae irata his odorem immisit hircinum, Quas mariti exsecrantes, deserta Lemnio odio coniugum. El Mitdgrafo Segundo, 144, es más explícito: como en Valerio Flaco, la causa de no honrar a Venus es el adulterio, descubierto por el Sol y castigado por - Vulcano, cometido por la diosa con Marte: Veneris et Martis adulterio a Sole detecto postquam Vulcanus ambos in lecto catenis minutissimis in Lemno insula, ubi ipse colitur, cinxit: quum diis omnibus decimas frugum annis siluerent singulis, s_o lam Venerem mulleres, in honorem Vulcani ob adulter i m damnantes, praetermittendam esse dixerunt. Quae irata his odorem immisiti hircinum. Unde maritis - earn exsecrantes, deserta Lemno coniugum odio, Thracas petiuerunt. testimonio que encontramos también recogido en Lactancio Plácido' a Tebaida V, 29 y que vuelve a mencionar en su comentario a V, 5 9 : NULLA DEAE SEDES quia adulterium Veneris in honorem Vulcani damnauerant, inde nulla Veneris sedes in - Lemno est. unde iratum numen immisit odorem feminis 238 hircimjm, ob quam horruisse uiri dicuntiir xuxorea, igitur pergentes ad Thraciam... Hipsípila continúa relatando su historia en los versos de Estacio: en un cielo sereno suena cuatro veces el trueno, cuaAto veces los antros de Vulcano lanzan lia mas y el Egeo golpea las costas. Todo ello es precedente del furor que domina a Polixo quien, como una Tiade del Teumeso, recorre la desierta ciudad, golpea los umbrales y reúne a sus compañeras ( 8 5 - 9 8 ) : Sol operum medius somno librabat Olympo lucentes, ceu staret, equos; quater axe sereno intonuit, quater antra dei fumantis anhelos exseruere ápices, uentisque absentibus Aegon motms et ingenti perciossit litera ponto: cum subito horrendas aeui matura Polyxo tollitur in furias thalamisque insueta relictis euolat, insano ueluti Tevunesia thyas rapta deo, oxm sacra uocant Idaeaque suadet bujcus et a summis auditus montibus Euhají: sic erecta genas aciemque effusa trementi sanguine desertara rabidis clamoribus urbem exagitat, clausasque domos et limina pulsans concilixam uocat; Es la primera víctima de la locura inspirada por Venus, lociira que va a insuflar en sus compañeras cuando, reunidas en el templo de Palas, se dirige a ellas y les - 239 dice que, si dejan de guardar fidelidad a sus maridos, ella ha encontrado el medio de rendir culto a Venus, Ya han pasado tres años desde que sus maridos las abandona*» ron y no han tenido n i n g m a dicha en los lechos conyugales (104-116): rem summam instinctu superum meritique doloris, o uidixae -firmate ánimos et pellite sexum,Lemniades, sancire paro; si taedet inanes aestemum seruare domos turpemque iuuentae flore situm et longis steriles in luctibus annos, inueni, promitto, uiam -nec niamina desuntqua renouanda Venus: modo par insumite robur luctibus, atque adeo primum hoc mihi noscere detur, tertia canet hiemps; cui conubialia uincla aut thalami secretus henos? cui coniíage pectus intepuit? cuius uidit Lucina labores, dicite, uel iustos cuius pulsantia menses uota tument? Les da los ejemplos de las Danaides que, conven cidas por su padre, han matado a sus maridos (116-119): potuitne ultricia Graius uirginibus dare tela pater laetusque dolorum sanguine secures iuuenum perfundere somnos: y el de Progne, que ha vengado su cama mancillada haciendo que su marido coma la carne de su propio hijo (121-122): 240 ecce ánimos doceat Rhodopeia coniunx, ulta manu thalamos pariterque spulata marito. De estos ejemplos se sirve la a n d a n a lemnia pa ra convencer a las otras mujeres de que tamìDién ellas ma ten a sus maridos cuando vuelvan de Tracia. Ella misma,que tiene una descendencia numerosa, será la primera en matar no sólo a su marido sino a todos los varones de su familia (vv 124-129): plena mihi domus atque ingens, en cernite, sudor, quattuor hos una, decus et solacia patrie, in gremio, licet amplexu lacrimisque morentur. transadigam ferro saniemque et uulnera fratrum miscebo patremque simul spirantibus addam. ecqua tot in caedes animum promittit? Polixo iba a seguir hablando. Pero, a lo lejos, se ven las velas de la flota lemnia que volvía de Tracia. A su vista, Polixo considera que los dioses las asisten y, para decidirlas a seguir su consejo, les asegiu^a que ha sido la propia Venus la que le ha aconsejado que expulsen a sus maridos de sus casas, pues les promete formar para ellas otros lazos conyugales más felices ^132138 )'> superisne uocantibus ultro desumus? ecce rates. deus hos, deus ultor in iras adportat coeptisque fauet. nec imago quietis 241 uaná meae: nudo stabat Venus ense, uideri Clara mihi somnosque super "quid perditis aeuum?" inquit "age auersis thalamos purgate maritis, ipsa faces alias melioraque fcederà iungam". Las lemniades, finalmente influidas por Polixo, participan con ella del mismo furor, lodas sienten el deseo incontenible de destruir a los varones (niños, ¿6^ venes y viejos) que encuentren ( I 4 8 - I 5 I ) : furor omnibus idem, idem animus solare domos iuuenumque senumque praecipitare colos plenisque adfrangere paruos uberibus ferroque omnes exire per amnos, En un bosque sagrado, que estaba cerca del templo de Minerva, en el que se han reunido, las lemnias se comprometen con un juramento: Hic sanxere fidem (v, 155). Los lemnios llegan a la costa. En agradecimiento a su victoria y a no haber encontrado la muerte en la lucha con los tracios, ofrecen sacrificios a los dioses; en todos los altares hi;imea una llama negra, funesto presagio, y en ninguna de las víctimas se manifiesta el dios (174176): alta etiam superum delubra iiaporant promissasque trahimt pecudes: niger omnibus aris ignis, et in nullis spirat deus integer extis. 242 Celebran festines en los bosques sagrados (186188): iam domibus fusi et n e m o r m per opaca sacrorum ditibus indulgent epulis uacuantque profundo aurvan immane mero, festines en los que participan las esposas con g u i r n a l d a s en la cabeza (190-192): nec non, manus impia, nuptae serta inter festasque dapesquo máxima c u l t u qijaeque iacent; Cuando cesan los coros y los murmullos y el Sueño rodea los muros de la ciudad y vierte sobre los hombres un descanso que va a ser tiArbado muy pronto, las mujeres velan y se disponen a llevar a cabo la masacre. Mientras que para Estacio la causa de esta masacre es la locura de las mujeres provocada por Venus, en Apolonio y Valerio la matanza es causada por la presencia de las concubinas tracias que han traído los lemnios. Así Apolonio I, 612-614: Ixov 6*¿icl \T]Xd&eaaiv TpT)x6v epov, &s aCiTol ¿yfveov ávTtic¿pT)'&ev epTll*HÍT)V ÓTJOOVTEC» Según Valerio Elaco, las lemnias son víctimas - 243 de ­una equivocación. Los maridos, que muestran alegría al volver a su casa (no olvidemos que ellos no han re­ chazado a sus esposas) no traen concubinas, sino escla vas para ofrecérselas a sus mujeres (II, I I 3 - I I 4 ) : " o patria, o uariis coniunx nun anxia curis, has agimus longi fámulas tibi praemia belli" pero Venus ordena a la Fama que haga creer que las traen como concubinas (127­134): "uade age et aequoream, uirgo, delabere Lemnon et cunetas mihi uertere domos, praecurrere qualis bella soles, c m mille tubas armataque campis agmina et innijmerum flatus confingis equoriim. adfore iam luxu turpique cupidine captes fare uiros carasque toris inducere Thressas. haec tibi principia, hinc rábidas dolor undique^ma­ ins timulet: mox ipsa adero ducamque paratas". Apolonio dice que mataron a sus maridos y concu­ binas en sus lechos, mientras dormían. Y, para evitar ser castigadas por este asesinato, mataron también a todos los hombres y niños (617­619): θ6κ οίον obv τρσιν έοΙ>ς έρραισαν άκοίτας άμφ'εύν^, παν δ'αρσεν όμου γένος, ώς κεν όπίσσω μή τίνα λευγαλέοιο φόνου τίσειαν άμοιβήν. 244 y en 818-823 muestra c<5mo las mujeres, obsesionadas por el asunto de la» concubinas, decidieron matarlos tan - pronto como regresaran: Άλλ'οΙαι xotJpai ληϊτιδ§ς έν τε δόμοισιν εν τε χοροϊς άγορ^ τε καΐ είλαπίνρσι μέλοντο· εΙσόκε τις θεός αμμιν ύπέρβιον εμβαλε θάρσος, αφ ανερχόμενους θρρκδν απο μηκέτι πΰργοις δέχθαι, Ιν'η φρονέοιεν &περ θέμις, ήε πη δλλρ αύταις ληϊάδεσσιν άφορμηθέντες ικοιντο los versos de Valerio hablan de la masacre de las mujeres inspiradas por Venus, la propia diosa agita la antorcha y participa en ella (196-198): Ipsa Venus qmssans undantem txirbine pinim adglomerat tenebras pugnaeque adcincta trementem desilit in Lemnon; versos que pueden haber influido en Estacio 280-283, pues en ellos es la diosa quien incita a las lemnias: illa, quq, rere silentia, porta stat funesta Venus ferroque accincta furentes adiuuat -\mde manus, unde haec Mauortia diixae pectora? Valerio Placo nos dice que xmaa mataron a sus ma 245 taron a sus maridos cuando todavía estaban somnolientos a ca\isa de los manjares y el vino ( 2 2 1 ) : pars ut erant dapibus uinoque séporos, otras, armadas de grandes antorchas, a los que estaban in somnes y lo contemplaban todo, pero, paralizados por el •miedo, no huyen ni toman las armas para defenderse ( 2 2 2 225): pars conferre manus etiam magnisque paratae cum facibus, quosdam insomnes et cuneta tuentes; sed temptare fugam prohibetque capessere contra arma metusj Hermanas, esposas y madres, se afanan en llevar a cabo la masacre ( 2 2 9 - 2 3 0 ) : hoc sóror, hoc conitmx, propñorque hoc nata parenssaeua ualet. La sangre se extiende dentro y fuera de las casas. También las tracias encuentran la muerte y se m e z — clan los gemidos y el griterío de las que suplican en lengua extranjera ( 2 3 3 - 2 4 1 ) : it crúor in thalamis et anhela in pectore f\imant uulnera seque toris misero luctamine trunci deuouunt. dirás aliae ad fastigia taedas - 246 iniciimt addrintque domos: pars ignibus atris effiagiimt propere, sed dura in limine coniunx obsidet et uiso repetunt incendia ferro, ast aliae Thressas labem ca\isamq.ue furerie diripiunt; mixti gemitus clamorque precantum barbarus ignotaeque implebant aethera uoces. Indudablemente Valerio Flaco ha influido en la descripcidn de la masacre de Estacio, aunque la de éste es más extensa y tiene mayor énfasis, puesto que Hipsípila nos da los nombres de los lemnios que mueren y de las mujeres que les asesinan. Así nos dice que Edimo exhalaba en el sueño los va pores del vino cuando Gorge le aparta la tela de sus ve£ tidos y busca camino para su espada. El se despierta y rodea con sus brazos a su esposa, a la que buscan sus - ojos y su voB todavía acariciante. Pero ella, sin compasidn, le hinca la espada hasta el fondo del pecho. Elimo muere con los brazos todavía alrededor del cuello de Gor ge (207-217): Elymum temeraria Gorge euinctum ramis altaque in mole tapetum efflantern somno erescentia ulna superstans uulnera disiecta rimatur ueste, sed ill"um infelix sopor admota sub morte refugit. turbidus incertumque o calis uigilantibiis hostem occupât amplexu, nec segnius illa tenentis pone adigit costas, doñee sua pectora ferro 247 tangeret. is demim sceleri modus; ora supinat blandus adhuc oculisque tremens et murmure Gorgen quaerit et indigno non soluit bracchia collo, Licaste, al contemplar a su hermano Cídimo, deja caer la espada, Pero su madre, que ya va manchada con la muerte de su marido, la excita con amenazas y clava e ella misma la espada en su hijo (226-230): flet super aeqiiaeuum sóror exarmata Lycaste Cydimon, heu similes perituro in corpore uultus aspiciens floremque genae et quas finxerat auro ipsa comas, cum saeua parens iam coniuge fuso adstitit impellitque minis atque ingerìt ensem. El hecho de que en los tres autores, Apolonio, Valerio y Estacio, las lemnias maten a los hombres diaran te su sueño (y en los poetas romanos tras haber celebrado un festín puede estar inspirado en Eurípides Hipsípila fr, 4 col 2 76-78 (fr. 64 Bond):"'' ίώ τέκνον, ola τε Γοργάδες έν λεκτροις Εκατόν εύνέτας. Veamos lo que nos dicen las otras fuentes sobre estos hechos. 1,- cf. Aricó, art. cit. p. 62 248 La primera alusión conocida al crimen de las lem nias aparece en Píndaro Píticas IV 205, pero no menciona las caasas de la masacre ni cómo se llevó a cabo: Λαμνιαν·... γυναικδν άνδροφόνων Los escolios nos hablan de la decisión de las mu jeres de Lemnos de matar a sus maridos: καΐ δΙ; συνθεμένα ι. πρδς εαυτές έξ έπιβο*λ?)ς χο\)ς άνδρας άνειλον, y en escol. a Píticas IV 449 se nos amplía la información. Nos hablan del rechazo a que se vieron sometidas por sus maridos, que declararon la guerra a Tracia, donde hicieron concubinas a sus habitantes; menciona así mismo el crimen de las lemnias^ aC των Αημνίων γυναίκες άσεβήσασαι, άεΐ είς τήν Άφροδίτην διηνεκδς Ισχον μηνιωσαν τί}ν θεόν· μ ί ­ σος γΛρ α6ταις πρδς χο\)ς άνδρας προσετρίφατο, καΐ ούτως εκείνοι, πρδς τοΙ)ς θράκας πολεμοίίντες κάκ τοΖ πολέμου τΛς αίχμαλωτίδας λαβόντες παρεκοιμωντο· εφ* φ ζηλοτυπήσασαι αί γυναίκες έφηφίσαντο έκ θρί^κες υποστρέφοντας το\;ς άνδρας δνελεϊν, δπερ καΐ περιιί^ κασιν. Heródoto V I , Ι 3 8 nos habla del origen del epíte- 249 to "Lemnia" en toda Grecia cuando se habla de ima maldad enorme. La causa es doble: la decisión de los pelasgos, en el siglo V, de matar a los hijos de sus concubinas áti cas así como a sus madres, y la más remota, basada en la leyenda que comentamos: άπδ τοΰτου δε του έργου καΙ του προτέρου ταυτων, τδ έργάσαντο αι γυναίκες το\)ς &μα θόαντι άνδρας σφε τέρους άποκτείνασαι, νενόμισται άν& τήν ελλάδα τ& σχέτλια εργα πάντα Α'ήμνια καλέεσθαΙ De esta expresión nos habla Dídimo en Escolios a Eurípides Hecale 887, referido al mal olor de cuerpo y bo ca: Λΐίμνια κακ&, Λημνι^ χειρί, Δημνιον βλέπων, Αημνια δίκη· δυσωδία ε^ς τε τί|ν αιδώ καΐ εΐ τδ στόμα Υ Eustacio, a su vez, nos dice que se llama Αΐ^μviov κακδν al mal dlor de boca y, aún más, a la muerte irremediable; su origen es el castigo de las lemnias y la muerte de stis maridos: Αιίμνιον κακδν ^ άπδ τ?5ς κατίκ στόμα δυσωδίας τ(3ν Λημνκίδων η μάλλον άπδ τίδν θρυλλουμένων φόνων. Asclepiades en Escolios a Ilíada VII, 467 (cf. 250 Müller III, 303) asegura que Afrodita, irritada, impulsd a los lemnios a olvidar a sus esposas y desear a las tra cias. Por ello pasaron a Tracia y cohabitaron con sus mu jeres. Durante este tiempo, poseyó a las lemnias una ra­ bia tal q.ue resolvieron exterminar a todos los hombres ­ de la isla, y llevaron a cabo su venganza: Tfiv ydp θε6ν λέγεται 6ργισθεΓσαν τοις μέν άνδρά­ σιν ιμερον τινα τ(3ν θρ^κίων έμβαλεϊν γυναικών, τίδν δέ ίδίων άμελ?5σαι καΐ καθέζεσθαι έφ'ήσυχίας, Δ ι έ — βαινον οδν είς τί)ν θρ|κην περιέποντες καΐ συμμιννΰ μενοι ταις ένταί5θα. Ταις bt γυναιξί των Αημνίων εκ τόπον λΰσσαν έμπεσεϊν ωστε φηρίσασθαι πάσας άνδροκ τονεΐν, καΐ μί\ της έπιβουλί}ς ταύτης άποτυχειν· ΕΙ escoliasta a Apolonio I, 609 nos dice que los hombres de Lemnos, apartados de sus esposas por la fetidez que desprendían, declararon la guerra a Tracia donde hici£ ron prisioneras y se apartaron de s\is esposas a causa - del resentimiento de Afrodita. Las lemnias decidieron, me diante votación, matar a sus maridos dxirante la noche. Y no sólo hicieron osto sino que, además, temiendo que los hijos desearan vengar a sus padres, mataron a todos los varones : καΐ πολλάξις εκείθεν αιχμαλώτους λαμβανόντων καΐ άποστρεφομένων τ&ς γνΐ^σίας γαμετ&ς κατ& τήν της θεοϊ5 όργήν, έφηφίσαντο αι γυναΤκες νΰκτωρ τοΙ>ς άνδρας - - 251 άνελεΤν καΐ oh μόνον τοΰτου εποίησαν, άλλ& καΙ τ&ς αιχμαλώτους άνεΤλον, χαΐ δεδοι,κυίΓαι, μί} οΐ παίδες 5;_ν δρωθέντες τιμωρίαν πατρων ζητήσωσι,, παν έμοΰ τδ αρσεν γένος άνειλον. Apolodoro I, 9, 17 nos dice también que los lem nios tomaron a las tracias como concubinas y por ello las esposas, desdeñadas, mataron a sus padres y maridos: oí γήμαντες αύτ&ς, έκ τ!5ς πλησίον Θράκης λαβόντες αίχμαλωτίδες, συνευνάζοντο αύταΐς. άτιμαζόμεναι òt αί Αήμνιας τούς τε πατέρας καΐ τοΙ>ς άνδρας φονεΰουσι. Menciona la muerte de los lemnios a manos de sus esposas E^istacio a Ilíada ρ. 1 5 8 , 1 3 : αί γυναίκες, αί τοϊς άνδράσιν έν Αΐ|μνφ είς φόνον έπιβουλέυσαν. Nicolás de Damasco (Müller III, 368, 18) habla del abandono de las lemnias por sus maridos. Pero nada dice del asesinato: oí òt δνδρες ^òr\ κατέλιπον τ&ς γυναίκας ύπδ ζη­ λοτυπίας, δτι ταΤς θρ^σσαις έμίγνυντο καταλιμπάνοντες ταΰτας. •'^η los autores latinos también encontramos alusiones al crimen de las lemnias. Así Ovidio en Arte de - 252 Amar III, 672 piensa q.ue quizá sus enseñanzas suministren armas a las mujeres de Lemnos y provoquen su propia ruina: Lemniasin gladios inm mea fata dabo En la Heroida VI (carta de Hipsípila a Jasón), V. 53, dice que las lemnias supieron vencer a los hombres: Lemniadesque uiros, nimiumque queque, uincere norunt Y en Ibis, 396 habla de aquellos a los que la tur ba lemnia entregó a la cruel muerte: Quoaque ferae morti Lemnia turba dedit. Séneca se refiere a Lemnos en Agamenón 556 llamándola "scelere nobilem". Por su parte, Higino ofrece la misma versión que encontrábamos en Apolonio y Valerio Placo: habla de las concubinas tracias, pero no del fétido olor. Las lemnias, impelidas por Venx;u3, mataron a todos los hombres que había en la isla (fáb. 1 5 ) : In insula Lemno mulleres sacra aliquot annos non fecerant, cuius ira uiri earum Thressas uxores duxe runt et priores spreuerunt. at Lemniades eiusdem Ve neris impulsu coniuratae genus uirortim omne quod - 253 ibi erat interfecerunt, Sin embargo, el Mitdgrafo Vaticano Primero, 133, sí nos menciona la "dysosmia", como ya hemos visto. Por su causa, los lemnios se apartaron de sus mujeres y toma ron a las tracias como concubinas. Bajo el impulso de V_e ñus, las lemnias deciden matar a todos los hombres, lo que llevan a cabo cuando sus maridos vuelven de Tracia: Thracas petiuernmt, eorumque filias sibi asciuere coniugio. Quod ubi Lemniadibus compertiam est, sti mulante Venere, in omne genus liirile cojurant, remeantesque ex Thracia uiros omnes interemerunt. El mitógrafo Segundo, 144, y Lactancio Plácido a Tebaida V, 29 recogen la misma versión que I, 133: En su comentario a V, 59, Lactancio nos habla de las concubinas tracias que tomaron los lemnios al - apartarse de sus mujeres a causa de su fetidez, verdad que, como dice Lactancio, desdeña Estacio: ob quam causam horruisse uiri dicuntur uxores. ig_i tur pergentes ad Thraciam eorum filias sortiti sunt. que dolore commotae Lemniades reuersos uiros uniuersos peremerimt. sed hanc ueritatem poeta declinauit. Volvamos a la historia relatada por Estacio. Cuando Hipsípila, segdn sus propias palabras, ve a una 254 de las lemnias, Alcímeda, llevar la cabeza de su padre,que ha separado del tronco, se horroriza. Le parece que Alcímeda es ella misma (236-240): ut uero Alcimeden etiamnum in murmure truncos ferré patris uultus et egentem sanguinis ensem conspexi, riguere comae atque in uiscera saeuus horror iit; meua ille Thoas, mea dira uideri dextra mihi! Rápidamente se dirige al palacio de Toante, que desde hacía tiempo se preocupaba de quá podría ser ese ruido que llegaba hasta su mansión a pesar de lo lejos que está de la ciudad (240-244): extemplo thalamis turbata paternis inferor. ille quidem dudum -quis magna tuenti somnus? agit uersans secum, etsi lata recessit urbe domus, quinam strepitus, quae murmura noctis, cur fremibunda qxiies? La joven dice a su padre la causa de tal estrépito y le ruega que la siga para tratar de salvarse (244247): trepido scelus ordine pando, qiais dolor, unde animi: "uis nulla arcere furentes; hac sequere, o miserande; premunt aderuntque moranti et mecum fortasse cades". 255 Atraviesan la ciudad, donde se ofrecen a su vista multitud de caittáveres amontonados, atravesados por lan zas y espadas y mezclada su sangre con el vino que se de£ liza de las copas usadas en los festines. Yacen jóvenes, ancianos (que debían haber sido respetados) y niños en el m b r a l de la vida (258-261): hic iuuenum manus et nullis uiolabilis armis turba senes, positique patrum super ora gementum semineces pueri trepidas in limine uitae singultant animas. Entonces, en medio de las tinieblas, se aparece Baco que, en el áltimo momento, venía a socorrer a su hl jo Toante"'' (265-267): Tune primum sese trepidis sub nocte Thyoneus detexit, nato portans extrema Thoanti subsidia. versos que pueden estar inspirados en Eurípides Hipsípi2 la fr, 64, 104 ss Bond : EYN. edag {>io|ifí;ei, abq itaTÍJp* óuoív Téxvw BYK. Bo^OJEilou] ye jnixavatg 1 , - Toante es hijo de Dioniso y Ariadna. cf. Apolod, Epít,9 2,- El propio Bond, op, cit, p, 135 defiende esta teoría. 256 Hipsípila reconoce al dios, a m q u e sus sienes no llevaban las guirnaldas habituales ni sus cabellos e£ taban entrelazados de racimos, sino que su frente estaba sombría y sus ojos húmedos de llanto (268-270): adgnoui: non ille quidem turgentia sertis tempora nec flaua crinem destrinxerat una: nubilus indignumque oculis liquentibus imbrem Baco aconseja a Hipsípile que confíe a Toante al mar y que él lo cuidará (283-284): "tu lato patrem committe profundo, succedam curis". La joven sigue las indicaciones del dios y embarca a su padre, recomendándolo a los dioses y vientos del mar Egeo (287-289): qixa data signa, sequor; dein curuo robore clausum dis Palagi Ventisque et Oyciadas Aegaeoni amplexo commendo patrem. También en Apolonio I , 620-623, Hipsípila es la iSnica de las lemnias que no cumple lo acordado y trata de salvar a su padre haciéndolo embarcar. No se menciona la intervencién de Baco: 257 o t r i 6 * l x naaétúv Y e p a p o u i t e p t f e f a a T o natpbq *Y<j>m<»Xeta S d a v i r o c , o 6tj xaTà 6?ÌtiOV a v a o a e v » XZtpvaxi 6*¿v xoCX^ fiwv 6wep-&*áX6g ijne tpépea-^at, a£ HE ftSyp Valerio Placo recoge a su vez la leyenda de la salvación de Toante por Hipsípila. La joven le insta a h huir de la masacre, que no es producida por el enemigo, sino por las propias lemnias ( 2 4 9 - 2 5 3 ) : "fuge protiniis urhem meque, pater; non hostis", ait, "non moenia laeti Thraces habent; nostrim hoc facinus; ne quaerere, quis auctor iam fuge, iam dubiae donum rape mentis et ensem tu potius, miserere, tene" Tampoco en el autro romano de los Argonautica se habla de la intervención directa de Baco, sino de que Hipsípila lo conduce al templo del dios y allí lo esconde durante la noche ( 2 5 3 - 2 5 9 ) : tune excipit artus obnubitque caput tacitumque ad conscia Bacchi templa rapit, primoque manus a limine tendens "exime nos sceleri, pater, et miserere piorum rursias" ait. tacita pauidum tune sede locauit sub pedibus dextraque dei; late ille receptus ueste sacra; 258 Después de estas súplicas a Baco para que los -pro teja y exima a Hipsípila del crimen, la joven viste a su padre con las vestidi^ras del dios. ^1 día siguiente, haciendo creer que Toante es una estatua de Baco que necesi. ta purificación lo lleva a través de la ciudad, simulando los delirios de ima bacante, hasta vm claro del bosque, y allí prepara su huida de Lemnos en barco (279-295): iamque senem tacitis saeua procul urbe remotiam occulerat siluis, ipsam sed conscius ausi nocte dieque pauor fraudatque turbat Erinys. non similes iam ferré choros (semel orgia fallunt) audet, non patrios furtis accedere saltus, et fuga diuersas misero quaerenda per artes; uisa ratis saetiae defecta laboribus undae, quam Thetifii longinqua dies Glaucoque repostam solibus et canis urebat luna pruinis. hue genitorem altae per opaca silentia noctis praecipite, siluis rapit et sic maestà profatus: "qixam, genitor, patriam, quantas modo linquis inanes pube domos, pro dira lues, pro noctis acerbas exitium. talin possum tantis retiñere periclis? soluimus heu serum furti scelus! adnue uotis, diua, soporíferas quae nunc trahis aequore bigas. Vessey, que no tiene en cuenta las posibles influencias de la Hipsípila, dice que quizá Estacio se basé en la alusión de Valerio al templo de Baco para dar al - 259 dios un papel principal en su narración. Pero, además, piensa que sigue muy de cérea a Virgilio en la escapada de Eneas de Troya"^, Nosotros no vemos tan clara esa estrecha relación, pues, si bien es cierto que encentra— mos muchas similitudes entre el libro I I y el relato de Hipsípila, a saber: como ya hemos indicado, las primeras palabras de Hipsípila a los argivos son semejantes a las De Eneas a Dido; al igual que Sinón, Hipsípila se interrumpe cuando empieza a contar su vida, lo que provoca gran interés por conocerla tanto en los troyanos de la Eneida, como en los argivos de la Tebaida; sin embargo, no creemos que la salvación de Toante y la de Anquises tengan paralelismo, como tampoco la aparición de Héctor es similar a la de Baco, pues Héctor aconseja al caudillo Eneas que se marche de Troya, mientras Baco aconseja y promete ayuda. En cuanto a la posible influencia de Valerio Placo, sí estamos de acuerdo con Vessey. Estacio se basa en la protección que Hipsípila pide al dios en los Argonautica para hacer a Baco copartícipe de la s a l v a — ción de Toante. También creemos que ha influido en esto la Eneida en general, pues así como Venus trata siempre de proteger a Eneas, su hijo, de los peligros que le - acechan, Baco se preocupa por su hijo. También debemos de tener en cuer ta que Estacio trataría de presentar este pasaje, ya relatado por su contemporáneo Valerio Flaco y conocido por aua oyentes, 1.- art. cit. p. 47 260 con las suficientes variantes para provocar interés por sus versos. De ahí que en toda su obra encontremos nue­ vos ingredientes del mito, destinados a conseguir ese ­ interés. Apolodoro, I , 9 , 17 nos dice que Hipsípila li­ bré a su padre escondiéndolo. Sigue, pues, la misma ver s i e n que Valerio Flaco: μόνη δ'έσωσεV Ϋφιπΰλη τδν ίαυτ^ς πατέρα κρΰφασα θόαντα Los escolios a Apolonio I , 620 nos dicen que, en primer lugar. Toante se salvé porque su padre (baco) le dié la salvación debida, como en Estacio: πρώτον μ&ν διότι πατήρ, Εδωκε τί)ν βφειλομένην τψ θόαντι σωτηερίαν, y en segundo lugar lo salvó la propia juventud de las lemc; nias porque no era culpable ni había cooperado con el li­ bertinaje de los otros lemnios: δεΰτερον òt Òiit τί)ν ήλιπίαν, καΐ ούκ αίτιος ^ν αύτδς ohòt συνεργδς τίίς των δλλων Αημνίων άσελ γείας Higino Fábulas 15 nos ofrece la misma versión - 261 que Apolonio y Estacio: Hipsípila colocó clandestinamente a su padre en una nave: praeter Hypsipylen, quae patrem ssum Thoantem clam in nauem imposuit. En la fábula 254 nos dice que Hipsípila concedió la vida a su padre, sin especificar los medios de que se sirvió: Hypsipyle Thoantis filia patri, cui uitam concessit. El BütÓgrafo Vaticano Primero, 133» afirma que Hipsípila condujo a su padre a la orilla del mar y allí Baco socorrió a Toante. La influencia de Estacio en este mitógrafo es diáfana: ínter quas Hypsipyle patri Thoanti sola subuenit, ut ei non solum parceret, uerum etiam fugientem pro» sequeretur ad litus. Tunc Thoanti Liber occurrit. El Segundo, 144 (cf. Lactancio Plácido a Tebaida V, 29) es más extenso, como es habitual en ól, aimque dice exactamente lo mismo: ínter quas Hypsipyle sola, patris Thoantis miserta, non solum ei pepercit, uerum etiam fugientem ad litus prosecuta est. Tunc Thoanti Liber (scilicet pater eius) occurrit. 262 Al día siguiente Hipsípila vuelve a Lemnos y en el interior de su palacio levanta una falsa pira, sobre la que arroja el cetro, las armas y los vestidos, símbolos de la realeza, de Toante. Ante esta pira se detiene, con una espada ensangrentada en la mano; llora y suplica a los dioses que aparten de su padre estos tristes presagios ( 3 1 3 - 3 1 9 ) : ipsa quoque arcanis tecti in penetralibus alto molior igne pyram, sceptrum super armaque patris inicio et notas regim uelamina uestes, ac prope maestà rogum confiosis ignibus adsto ense cruentato, fraudemque et inania busta piango metu, si forte premant, cassumque parenti omen La pira está basada en la que Dido levanta para ella misma en los liltimos versos del libro IV de la Eneida. Con esta astucia conquista la confianza de las mujeres lemnias que, para recompensarla, le ofrecen sentarse, como reina, en el trono de su padre (320-322): his mdhi pro meritis, ut falsi criminis astu parte fides, regna et solio considere patrissupplicium! satur. anne illis obsessa negarem? accessi. En Estacio se hace una leve referencia al remor- 263 dimiento de las lemnias (326-329): iam magis atque magis uigiles dolor angere sensus, et gemitus clari, et paulatim inuisa Polyxo, iam meminisse nefas, iam poneré manibus aras concessum et multum ciñeres iurare sepultos. En cambio Apolonio no dice nada de ello, sino que, por el contrario, las lemnias encuentran mayor ale gría en dedicarse a los trabajos viriles que a las labo res propias de mujeres (I, 627­630): ΤαΓσι δε βουκόλιαι τε βοων χάλκειά τε δύνειν τεΰχεα πυροφόρους τε διατίί^ίξασθαι άροΰρας ^ηίτερον πίσρσιν Άθηναίης πέλεν έργων, οϊς αΐεΐ τοπάροιθεν ομίλεον Abundando en si el castigo recayó sobre los lem nios o las lemnias (de lo que ya hemos tratado supra), pea 1 2 "" sames como Dumezil y Delarue que acaeció mucho más sobre los hombres, ya que encuentran la muerte, Pero ellas lo que consiguieron fue aplacar a Venus y que a s t a , como había prometido a Polixo, les concediera nuevos compañeros: los Argonautas, 1 , - op, cit. p, 19 2,- art. cit. pp. 445-446. 264 En Apolonio I , 8 5 0 - 8 5 2 , Vulcano apacigua a Afro dita y la diosa consiente en que la isla se llene de nue vo de hombres: Κΰπρις γ&ρ έπΙ γλυχΙ)ν ιμερον δρσεν Ήφαίστοιο χάριν πολυμήτιος, δφρα κεν αδίκως ναίηται μετόπισθεν άκ^ίρατος άνδράσι Ατίμνος al igual que Valerio Placo I I , 315: ni Veneris saeuas fregisse Muloiber iras. En lo que concierne al significado de la inclu­ sión de este pasaje en la Tebaida, Vessey"^ considera que están equivocados los que ven una desconexión entre el relato de Hipsípila y el tema principal de la obra. Antes bien, afirma que es el punto central de la Tebaida. Los cambios radicales que Estacio hace en el re lato, con relación a sus modelos, tienen un gran signify cado: los argivos escuchan de boca de Hipsípila una lección sobre su destino, que no aciertan a comprender. Así la descripción de Lemjios con la que Hipsípila comienza su relato señala ya un paralelismo. L e m — nos, rica y feliz, es otra Argos. Ambas eran demasiado ricas, según el convencional pensamiento romano de que las riquezas llevan en sí la semilla de la destrucción. 1.- art. cit. p. 44 265 y deoimos convencional, porque este aserto se basa en las afirmaciones de los poetas de la época augiSs tea que seguían la política del Princeps contra el inmoderado deseo del oro. Quizá en la época de Augusto los poetas estaban seguros y convencidos de sus afirmaciones, pero no así sus continuadores, aunque es un tema que encontramos en todos ellos, sobre todo en los dos grandes estoicos Séneca y Lucano. Por otro lado, no es sélo la ira de Venus la que causa el crimen de las lemnias. También las mujeres, por escuchar y aceptar el consejo de Polixo, comparten la culpa"^. Es un reflejo de la doble causa de la guerra entre Eteocles y Polinices, instigada por la discordia sembrada por Tisífone, pero que no hubiera tenido lugar si ellos no hubieran querido llevarla a cabo. Sin embar go, hay ligeras divergencias, pues mientras las lemnias obran libremente, los hijos de Edipo son víctimas de la maldicidn paterna. Los hombres de Lemnos toman la determinacién de atacar Tracia, decisién que va a tener fimestas consecuencias para ellos. La decisién de Adraste de enviar m ejército contra Tebas es un error no menos trágico. A través de este error, el plan de Júpiter de destruir Tebas y Argos se realiza. Tanto en la accién general de la Tebaida como en el relato concreto de Hipsípila, los dioses actúan a través de los h m a n o s . Vessey hace un paralelismo entre la obra de 1 . - VENINI, Furor e psicología... p, 203 26$ Estacio y el pasaje de Hipsípila esquematizado así: Ira de Júpiter Ira de Venus Edipo invoca a la Pu: ria Ven'us se manifiesta como Puria Polinices forzado al exilio por la discor dia con su hermano Los hombres lemnios van a Tracia a causa de la discordia con sus esposas. Polinices vuelve a su patria y muere Los lemnios vuelven a la isla y mueren También los protagonistas del poema épico están representados en el pasaje de Hipsípila. Polixo es equivalente a Edipo , Sin la accién de Polixo no hay razén para pensar que los hombres l e m — nios no hubieran vivido en armonía con sus esposas. El deseo de Edipo de destriiir a sus hijos es tan asesino co mo el de la anciana lemnia. En la descripcién de la masacre se prefiguran detalladamente los acontecimientos en que los argivos - van a tomar parte. Los guelrreros tóbanos no reconocen el presagio que supone el oir hablar de tanta muerte y tanta sangre. Toante es otro Adrasto, -^bos, reyes de sus ciu dades, se desvelan al oir un extraño tum-ulto fuera de su palacio, Pero, sobre todo, el paralelismo más evidente e£ 1.- SCHETTER, W.- Untersuchungen zur epischen Kunst des P. Papinius Statius. Klass. Phil. Stud. Wiesbaden I960, p. 7 t& en que tanto uno como otro son los únicos que escapan de la muerte. Pinalmente, la pira que Hipsfpila levanta en ho nor de Toante, anticipa el funeral de Ofeltes y la pietas de htfgonea. y Argfa en el libro XII 268 b.- Llegada de los Argonautas a Lemnos Guando las lemnias empiezan a sentir remordimientos por la muerte que han infligido a sus esposos, padres e hijos, de pronto avanza el navio que conduce a los Argonautas, procedentes del monte Pello, nuevo hués_ ped en el mar"*" ( 3 3 5 - 3 3 7 ) : Ecce autem aerata dispellens aequora prora Pellas intacti late suhit hospita ponti pinus, Al dejar de remar los navegantes, se alza una voz desde el centro de la nave más dulce que el canto del ei_s ne al morir y que la lira de Apolo, Es Orfeo, el hijo de Eagro, que de ese modo hace olvidar a sus compañeros sus peligrosos trabajos ( 3 4 0 - 3 4 5 ) : ast ubi suspensis siluerunt aequora tonsis, mitior et senibus cygnis et pectine Phoebi 1,- Los argonautas salieron del puerto de Págasas, en Te salia. Su primera escala fue Lemnos. De ahí que Hipsípila llame a la nave Argo "intacti hospita ponti". 269 uox media de puppi uenit, maria ipsa carinae accedunt. Estos versos pueden estar inspirados por la Hip sípila de Eurípides, ya que en el fr. 3 col. 3 , 8 ss (of. Bond, fr. I,III, 8 - 1 5 ) la lemnia, dialogando con el coro, evoca el momento de la llegada de la nave Argo y el canto de Orfeo: μέσψ òt παρ'ίστφ Άσιάδ'ελεγον C^tov θρξσσ'έβόα κίθαρις Όρφέως μακροιι<$λων πι,τύλων έρέτρσι κελεΰσματα μελπομένα, τότε μέν ταχύ πλουν, τ<5τε δ'είλατίνας άνάπαυμα πλ<£τας Las lemnias, creyendo que son los tracios que les llevan la guerra, se precipitan hacia sus casas (34-7-348) nos Thracia uisu bella ratas uario tecta incursare tumultu Trepan a los lugares más altos de la isla, suben a sus elevadas torres y allí amontonan piedras, pieles bruñidas y armas. Las lemnias se atreven incliiso a vestir las corazas de los hombres que han asesinado, pr_o vocando con su audacia el enojo de Palas y la sonrisa de Marte ( 3 5 0 - 3 5 7 ) : 270 portus amplexaque litus scandimus et celsas tiarres; huo saxa sudesque armaque maestà uirum atque infectos caedibus enses subuectant trepidae; quin et squalentia testa thoracum et uoltu galeas intrare soluto non pudet; audaces rubuit mirata caferuas Pallas, et auerso risit Gradiuus in Haemo, También en Apolonio, cuando las lemnias ven que se acerca la nave, se visten las araas y se extienden a lo largo de la playa, pues creen que les atacan los tra­ cios. Incluso Hipsípila toma las armas de Toante. Pero ­ el miedo les impide actuar ( w . 6 3 3 - 6 3 9 ) : Τφ καΐ δτ'έγγΰθι νι^σου έρεσσομένην Γδον Άργδ), αντίκα πασσυδίι^ πυλέων εκτοσθε Μυρίνης δΐίΐ'α τεΰχεα δΰσαι ές aíyiaXóv προχέοντο, euiáotv ώμοβόροις ίκελαν φ&ν γάρ που ίκάνειν θρ<ίίΓκας· ή δ'δμα χησι θοαντιδ:ς *Υφιπΰλεια δυν'ένΙ τεΰχεσι πατρός, Άμηχανίιρ δ'έχέοντο αφθογγοι· τοΤον σφιν έπΙ δέος '§|ίρειτθβ Εη Ovidio nereidas V I , 51-52) Hipsípila habla de su primera decisión de, con la ayuda de las mujeres, arrojar a los hombres de la isla: certa f;iii7 primo (sed me mala fata trahebant) hospita femínea pellere castra manu. 271 Ningún mitdgrafo, a excepcidn de Estacio, menciona la tormenta que Júpiter provoca cuando la nave ea tá ya cerca de la costa: el sol desaparece, las aguas se oscxirecen, los vientos agitan el mar que, embravecido, levanta enormes olas. El navio zozobra violentamente, el mástil se rompe y cae (361-375): iamque aberant terris, quantum Cortynia ciarrimt spicula, caeriileo grauidam cum luppiter imbri ipsa super nubem ratis armamenta Pelasgae sistit agens; inde horror aquis, et rapttis ab omni sole dies mis cet tenebras, qxzis protinus imda concolor; obnixi lacérant caua nubila uenti diripiuntque fretum, nigris redit m i d a tellus uerticibus, totumque notis certantibus aequor pendet et arquato iamiam prope sidera dorso frangitur, incertae nec iam prior impetus alno sed labat exstantes rostris modo gurgite in imo, nunc caelo Tritona ferehs. nec robora pros-unt semideum heroum, puppemque insana flagellât arbor et instabili procxmbens pondere curuas raptat aqtias, remique cadunt in pectus inanes. Entonces las âemnias lanzan dardos contra la na ve. Los héroes tienen que defenderse del doble ataque de tierra y mar; mientras unos oponen sus escudos para evitar que los disparos de las lemnias dañen el barco, otros se dedican a achicar el agua que lo ha inundado a causa 272 del embite de las aguas. Los dardos y piedras que lanzan las mujeres de la isla son cada vez más certeros y abimé dantas y, aunque caen tanto dentro de la nave como en el mar, su acción y la de la tormenta merman la resistencia de los argonautas y el navio está en peligro de desgajar se (383-389): ast alii pugnant, sed inertia motu corpora, suspensaeque carent conamine tiires, instamxis iactu telorum, et ferrea nimbis certa hiemps, uastaeque sudes fractique molares spiculaque et multa crinitum missile fiamma nunc pelago, nimc puppe cadunt, dat operta fragorem pinus, et abiunctis regemunt tabulata cauernis. Pero cuando Jápiter lanza un rayo entre las nubes y pueden ver el imponente aspecto de los héroes, las fuerzas de las lemnias flaquean (394-397): ut uero elisit nubes loue tortus ab alto ignis et ingentes patuere in fulmine nautae, deriguere animi, manibusque horrore remissis arma aliena cadunt, rediit in pectora sexus En un extremo de la nave está Jasen que, levantando la rama de olivo que ciñe las sienes de Mopso, y a pesar de la oposicién de sus compañeros, pide la paz (416419): 273 donee ab extremae cuneo ratis Aesone natus Palladlos oleae, Mopsi gestamina, ramos extulit et socium turba prohibente poposcit foedera; Se concede una tregua al combate, Al mismo tiem po, la tormenta se calma y los cincuenta guerreros saltan a la playa. De sus rostros, que muestran la nobleza de sus padres, ha desajifirecido el temor y la cdlera que tenían mientras luchaban y se defendían (420-426): tune modus armorum, pariterque exhausta quierunt flamina, conf-usoque dies respexit Olympo. quinquaginta lili, trabibus de more reiiinctis, eminus abrupto quatiunt doiaa litera saltu, magnorum decora alta patrum, iam fronte sereni noscendique habitu, postquam tumor iraque cessit uultibus. La tormenta, de una voracidad no natural, que d£ saparece tan pronto se decreta la tregua, sdlo aparece en Estacio, lo que nos hace pensar que Vessey tiene razdn al considerar su significado simbdlico^. En efecto, represen ta las pasiones violentas que hah actuado y aún actúan en la mente de las lemnias. Y recuerda las tribulaciones de Polinices en su camino a Argos que, en medio de xana tormén ta similar y furioso a su vez, lamenta su destino. 1.- art. cit. p. 47 274 Nada nos dice Estacio de la asamblea que, tanto en Apolonio como en Valerio Placo, tienen las lemnias pa ra decidir si dan hospitalidad o no a los extranjeros. ­ En esta asamblea es decisiva la opinión de Polixo, que ­ convence a sus compañeras para que acojan a los argonau­ tas . Estacio ha adelantado la asamblea. Las lemnias se han reunido para decidir la muerte de los varones, Y también, como hemos visto, ha sido decisiva la interven ci<5n de Polixo. A pesar de que el nombre de Polixo aparece en los tres poetas (y no cabe duda que los romanos lo han toma­ do de Apolonio), en cada uno de ellos pertenece a perso­ nas distintas. Ya hemos visto que en Estacio el nombre ­ pertenece a la anciana esposa de Coropeo, instigadora de la masacre. En Apolonia es la nodriza de Hipsípila; en ­ Valerio Placo, una sacerdotisa de Apolo, inspirada en el personaje de Eidotea en Odisea IV, 3 6 5 . En los Argonautica de Apolonio, Hipsípila conv£ ca a las lemnias y les dice que ha decidido que se lleven presentes a la nave, víveres y vino dulce, para que los extranjeros estén siempre lejos de sus murallas, no conoz^ can sus acciones y no divulguen su fama ( 6 5 3 - 6 6 3 ) í ΑημνιύΤδες δί: γυναίκες ávflc πτόλιν ίζον Ιονσαι είς άγορ·ί|ν· ahxì] γΛρ έπέφραδεν Ύφιπύλεια· καΐ ^*δτε δί) μάλα πασαι όμιλαδδν ήγερέθοντο, αδτίκ'ίίγ'ένΐ τ^σιν έΐϊοτρΰνουσ'άγόρευεν· 275 "•^Ω φίλαι, εί δ'αγε 6ti μενοεικέα δίδρα πόρωμεν άνδράσιν, οίά τ'εοικεν αγειν έπΙ νηδς έχοντας, íiVa καΐ μέθυ λαρδν, ιν'εμπεδον εκτοθι πύργων μίμνοιεν, μηδ'αμμε κατδί χρειδ) μεθέποντες άστρεκέως γνιδωσι, κακί) δ'έπΙ πολλδν ικηται βάξις· επεί μέγα έργον έρέξαμεν, ουδέ τι ρκίιίπαν θυμηδές κεν τοΓσι τόγ'εσσεται, ει κε δαεΤεν. Pero si alguna de ellas puede aconsejar algo me jor que lo haga, pues para eso las ha convocado (665-666) ύμέων δ'ει τις αρειον επος μητίσεται αλλη# έγρέσθω· του γ&ρ τε καΐ εινεκα δεϋρο κάλεσσα. Se levanta entre ellas la anciana Polixo, nodri za de Hipsípila, tambaleante a causa de la edad (668-669) αύτδίρ έπειτα φίλη τροφδς δρτο πολυξίΰ, γήραΓ δή ^ΙκνοΓσιν έπισκάζουσα π<5δεσσιν, y, sitixándose en medio de la asamblea, les aconseja que tengan en cuenta que son sdlo mujeres expuestas a los ataques de cualquier enemigo y, cuando mueran las que ahora están en la edad madura, las más jdvenes llevarán ima desgraciada vejez. Llegará un momento en que nadie pueda uncir s-us bueyes, arar ni cuidar las cosechas (683668): Εδτ'αν 6\\ γεραραΙ μέν άποφθινύθωσι γυναίκες. 276 κουρότεραι δ'αγονοι στυγερδν ποτΙ γήρας ϊκησθε, πδίς τήμος βώσεσθε δυσάμμοροι; βαθείαις αυτόματοι βόες υμμιν ένιζευχθέντες άρούραις γειοτόμον νειοΤο διειρΰσσουσιν αροτρον, καΐ πρόκα τελλομίνου ετεος στάχυν άμήσονται; Por eso les sugiere que eviten esa calamidad ad mitiendo a los extranjeros y conviviendo con ellos ( 6 8 9 696): *H μέν έγδ)ν, εί καΐ με ταν!;ν ετι πεφρίκασι Κίίρες, έπερχόμενόν που δίομαι είς ετος ίίδη γαΐαν έφέσσεσθαι, κτερέων άπδ μοιραν έλουσαν, α&τως ξ θέμις έστί, πΛρος κακότητα πελ<£σσαι. *Οπλοτέρρσι 6t πάγχω τάδε φράζεσθαι αγώνα, Nyv γΛρ δ!] παρά ποσσΙν έπΐίβολος εστ'άλεωρί), ει κεν έπιτρέφητε δόμους καΐ ληίδα πασαν ύμετέρην ξείνοισι καΐ άγλαδν αστυ μέλεσθαι. Si a todas place este consejo, Hipsípila asegura que mandará una mensajera a la nave (700­701): EÍ μΕ:ν δί) πάσρσιν έφανφάνει ηδε μενοινή, ηδε κεν μετδ: vfía καΐ αγγελον δτρΰναιμι Υ, efectivamente, Ifinoe lleva el mensaje a Ja­ són anunciándole que los argonautas pueden entrar en la isla (703-707): 277 "Ορσο μ ο ι , Ίφινόη, τοΰδ'άνέρος άντιόωσα, ήμέτερόνδε μολείν, Οστις στόλου ηγεμονεύει, δφρα τί οι δίΪμοιο έπος θυμίίρες ένίσπω» καΐ δ*αοτοΙ)ς γαίης τε καΐ αστεος, αι κ'έθέλωσι, κέκλεο θαρσαλέως έπιβαινέμεν εύμενέοντας. Valerio Flaco sigue muy de cerca e l relato de Apolonio, También convoca Hipsípila una asamblea tan pron to como ven la nave. Según el autor, habrían tomado las armas si Vulcano no hubiera apaciguado ya las iras de Vei nus ( 3 1 1 - 3 1 5 ) : Ecce procul ualidis Lemnon tendentia remis arma notant; rapitur subito regina ttaaultu conciliumque uocat. non illis obuia tela ferre nec infestos deerat furor improbus ignes, ni Veneris saeuas fregisset Mulciber iras. Entonces Polixo, sacerdotisa de Febo (316): tunc etiam uates Phoebo dilecta Polyxo aconseja que se les de acogida, pues esta nave llega enviada por el destino y la propia Venus consiente en ello (322-325): "portum demus" ait, "fatis haec, crédite, puppis aduenit et melior Lemno deus aequore flexit hue Minyas; Venus ipsa uolens dat corpora lungi 278 d m xiires utero materna que sufficit aetas" Como en Apolonio, el consejo de Polixo agrada a las lemnias y envían a Ifinoe de mensajera (326­327): dicta placent portatque preces ad litora Grais Iphinoe Coinciden los tres autores , Apolonio, Valerio y Estacio, en hablar de la restauración del culto a Ve­ nus y los nuevos amores que ésta inspira en los corazo­ nes de las lemnias. Así Apolonio, 850, nos dice que la Cipria pro­ dujo ­un dulce amor: Κΰπρις γ&ρ έπί γλυκών ίμερον δρσεν y que la ciudad áe llenó con el humo de los sacrificios ofrecidos a Vulcano y Venios, que se aplaca definitivamen te merced a estos honores ( w . 857-860): khxCv.a δ'αστυ χοροϊσι καΐ είλατιίν^σι γεγήθει, καπνφ κνισσήεντι περίπλεον έξοχα δ'αλλων αθανάτων Ή ρ η ς υΐα κλυτδν f\òt καΐ αυτήν Κΰπριν άοιδ^σιν θυέεσσί τε μειλίσσοντο Εη Valerio Placo, Venus aleja de los corazones de los argonautas el temor del lugar (327): 279 tollitque loci Cytherea timorem, lo que les decide a presentarse ante las lemnias, Y así el altar de Venus arde con la primera novilla (331)í et hac prima Veneris calet ara iuuenca Estacio, igualmente, insiste en que Venus y Amor ciñen de nuevo, con secreta llama, el feroz corazón de - las lemnias ( 4 4 5 - 4 4 6 ) : Ergo iterum Venus et tacitis corda áspera flammis Lemniadum pertemptat Amor, y que por primera vez el fuego se enciende en los altares y se olvidan los temores ( 4 4 9 - 4 5 0 ) : tune primus in aris ignis, et infandis uenere obliuia curis; Los argonautas -eonviven con las lemnias y engen dran nuevos hijos, Estacio da una versión diferente que los autores de los Argonautica en lo que respecta a los amores de Hi£ sípila y Jasón, Mientras Apolonio y Valerio Placo indican que se enamora de Jasón, como lo demuestran en el alejan drino las lágrimas que vierte la reina lemnia cuando los Argonautas anuncian su marcha (886-887): 2§0 "Ως òt καΐ Ύφιπΰλη ίρΐ^σατο χεΤρας ελοΧιοα Αίσονίδεω, τα. δέ οι ^έε δάκρυα χήτει ιόντος. Υ en Valerio, que no sdlo se ha inspirado en Apo Ionio sino en el pasaje de Dido y -^neas de Virgilio, Hip­ sípila se enamora de Jasdn i|iientras lo contempla en la oe lebracidn del banquete que las lemnias ofrecen a sus hud£ pedes. Como Dido a Eneas, Hipsípila pide a Jasdn que les relate sus aventuras y propdsitos ( 3 5 1 - 3 5 6 ) : praecipueque duels casus mirata requirit Hypsipyle, quas fata trahant, quae regis agat uis aut unde Haemoniae molem ratis: unius haeret adloquio et blandos paulatim colligit ignes iam non dura toris Veneri nec iniqua reuersae, et deus ipse moras spatiumque indulget amori. Sin embargo, en Estacio Hipsípila pone por testi, gos a sus antepasados de que no se ha unido voluntariamen te a Jasdn, pues los dioses saben que el hdroe es hábil en someter a nuevas vírgenes ( 4 5 4 - 4 5 7 ) : ciñeres furias que meorvum testor: ut extemas non sponte aut crimine taedas attigerim -scit cura deum- etsi blandus lason uirginibus dare uincla nouis. La Hipsípila de Estacio está muy lejos de la Dido 281 virgiliana y de la propia heroína que nos presenta Ovidio ®^ Heroidas VI, 55, que se enamord de Jasdn tan pronto c£ mo lo vio: Urbe uirum uidi, tectoque animoque recepì. En las restantes fuentes encontramos la infonoa­ cidn de que minios y lemnias cohabitaron, pero no hablan de los sentimientos que Jasdn proveed en Hipsípila. Asclepiades dice que Hipsípila convencid a Jasdn para que cohabitara con ella (Escolios a Ilíada VII, 467; cf. MOller III, 303): λέγεται τδν 'itíEoova μετΛ της *Αργο!5ς έξοκείλαντα τρ κρατίστρ πασί3ν μιγηναι Según Apolodoro I, 9, 17, los argonautas, al Ile gar a Lemnos, gobernada entonces por mujeres, se unen a ellas: προσχόντες οδν τdτε γυναικοκρατουμένρ τ^ Λΐ^μνψ, μίσγονται ταΤς γυναιξίν· Εη opinidn de Nicolás de Damasco (Mtlller III 368, 18) cuando los argonautas llegaron a Lemnos, gobernada por mujeres, de la que era reina Hipsípila, ésta envid presentes a Jasdn y le convencid de que conviviera con ella y - los demás argonautas con las otras lemnias. Y así lo hici_e 282 ron: έπεί έγένοντο év Αήμνφ ύτιο γυναικών τότε οίκοΰμενρι Ύφιπΰλη έβασίλευεν, έρχεται είς λόγους Ίάσο VI Ύφιπΰλη· καΐ δωρα δοΰσα επεισεν αύτρ συγκοιμηθτΐναι, καΐ τοΙ>ς άλλους πεΤσαι ταις λοιπαΐς συνευνασθαι, ώς αν έγεννήσειαν παΐδας έξ αοτΐ3ν· Ό òt έπίσθη, %αΙ συγγίνοντα ταΐς Αημνίαις οί *Αργοναι5ται· Nonno en Dionisiaca XXX, 205, habla de Lemnos como lugar de las bodas de Hipsípila y Jasón: Δημνον Ίησονίης νυμφήιον Ύφιπυλείης Para Higino, Pábulas 15, cuando los Argonautas arribaron a Lemnos, Ifínoe, guardiana de la puerta, comu nicó inmediatamente a Hipsípila su llegada. La anciana Polixo aconsejó que se les diera hospitalidad: Interim Argonautas praenauigantes Lemno accesserunt; quos ut uidit Iphinoe cuetos portas, nimtiamt Hypsipylae reginae, cui Polyxo aetate constituta dedit consilium ut eos laribus hospitialibus obligaret hospitioque inuitaret. El Mitógrafo Vaticano Primero, 1 3 3 , sólo nos dice que los Argonautas fueron recibidos por las lemn.ias y se unieron a ellas. Lo que repiten el Mitógrafo Segundo 141 y Lactancio Plácido en su comentario a Tebaida V, 29! 283 Lemnon Argonautae uenerunt, quos Lemüiiades suscipientes hospitio cum his concubuerunt, Hipsípila dice a los argivos que, al cabo de un año, ya Lemnos resuena con los griteríos de nuevos niños. Ella ha tenido dos hijos de Jasdn, producto de una unidn forzada. En sus hijos ha hecho revivir el nombre de su abuelo. Después se ha visto obligada a abandonarlos y no sabe qué ha sido de ellos, que estarán acabando el quinto lustro de su vida (459-466): iamque exuta gelu tepuerunt sidera longis solibus, et uelox in terga reuoluitur annus, iam noua progenies partusque in uota soluti, et non speratis clamatur Lemnos alumnis. nec non ipsa tamen thalami monimenta coacti enitor gemines, durQjque sub hospite mater nomen axrl renouo; nec quae fortuna relictis nosse datur, iam plena quater quinquennia pergunt, versos que, segán Aricó"'", pueden estar relacionados con Eurípides Hipsípila fr. 41 col. 2, 93 (cf. fr. 64 Bond) y que explicarían la estancia de los Argonautas durante xm año en Lemnos, pues en la obra de Eurípides Euneo dice a su madre que él y su hermano embarcaron en la nave Argo y fueron conducidos hasta Coicos: 1.- art. cit. p. 61 284 EYN. Άργώ με καΐ τύνδ'ηγαγ'είς Κόλχων πόλιν Aricd no acepta la teoría de ¡Dolombo"'" de que Ja s<5n volvid de nuevo a Lemnos, recogid a sus hijos y regre sd a Cdlquide con ellos. Nada dicen las fuentes que apoye la opinidn de Colomho, Los autores no se ponen de acuerdo al establecer el tiempo que los argonautas estuvieron en Lemnos ni el número de hijos, así como sus nombres, que tuvo Hipsípila de Jasdn. Homero, Ilíada VII, 468, nombra a Euneo, rey de Lemnos, hijo de Hipsípila y Jasdn: 'ίησονίδης Ευνηος, τδν ρ'ετεχ* Ύφιπΰλη ύπ'Ίήσονι ποιμένι λαων y en XXIII 747 vuelve a hablar de Euneo, el hijo de Jasdn: Ύησονίδης Ευνηος Asclepiades no especifica el tiempo que estuvie­ ron, pero sí que de esta unidn de Hipsípila y Jasdn nacid un hijo: Euneo Ιξ ί|ς φασί γενέσθαι Ευνηον 1.- COLOMBO, Μ,Τ.- L^Ipsipile di Euripide. "lioniso", 1948, ρ. 4 9 . 285 Tampoco Apolodoro menciona la duracidn de esta estancia en la isla. Hipsípila y Jasdn tuvieron dos hi203% Euneo y Nebrofdn (I, 9, 1 7 ) : 'Y<i>m<5XTj òt òaQf EBVTJOV nal 'láoovt ouveuváiJeTaL, x a l yevva naZ- Ncppocpdvov Nicolás de Damasco sdlo nombra a Euneo y dice que estuvieron poco tiempo (Müller III, 368, 1 8 ) : nal Tj 'Y<t.nt<}XT| i t a t ó a e o x e v E u v e o v xal (lefvavTeg ¿\ÍYOV XpdvoV, W(£XtV ^XOVTO Qiiinto de Esmirna nos habla solamente de Euneo: EuvTioc 'iTidovoc. En Ovidio Heroidas V I , 119-122 Hipsípila, en la carta que dirige a Jasdn, le escribe que ha dado a Iviz dos mellizos (como Eurípides, Apolodoro y Estacio), pero no da los nombres. Al contrario que en Estacio, Hipsípila se muestra feliz de haberlos tenido, ya que son hijos de Jasdn: Nunc etiam peperi; gratare ambobus, lason! Dulce mihi grauidae fecerat auctor onus Felix in numero quoque sum prolemque gemellam pignora Lucina bina fauenti dedi. En el verso 56 de esta misma Heroida, Ovidio ha 286 dicho que los Argonautas estuvieron dos años en Lemnos: Hic tibi bisque aestas bisque cucurrit hiemps ^stacio no dará los nombres de los hijos de Hi£ sípila hasta el libro VI, 343-344 en que nos dice que Hi£ sípila llam<5 a uno Toante por el nombre de su abuelo j(lo que ya ha adelantado en este libro V) y al otro Euneo, feliz augurio para la nave Argo: nomen auo gentile Thoas atque omine dictus Euneos Argoo. Como vemos, el nombre de Euneo es común a todas las fuentes. También aparece en Higino, que nos dice que Hipsípila tuvo de J a s e n a Euneo y Deípilo (fábula 15) y que los argonautas estuvieron muchos días en Lemnos, sin especificar cuántos: Hypsipyle ex lasone procreaxiit filies Euneum et Deipylum. ibi cum plures dies retenti essent..,. Sin emTirargo, el nombre de Toante, el otro hijo de Hipsípila, sdlo aparece en Pínádro Nemeas hypoth. 2, cuando nos habla del encuentro de Hipsípila con sus hijos, como veremos más adelante, en Nemea. Y en la Antología Palatina 111,10: 287 Ευνοος γεγλυμμένος καΐ θ(5ας, ους έγένησεν Ύφιπΰλη Los Mitdgrafos Vaticanos Primero, 133» y Segun­ do 1 4 1 , así como Lactancio Plácido a Tebaida V, 29 n o m — bran a los hijos de Hipsípila con los mismos nombres 4ue Estacio, pues indudablemente se basan en éli Hypsipyle ex lasone dúos filies procreauit, Euneum et Thoantem y nos dicen, como Higino, que los Argonautas estuvieron muchos días en la isla: Quum autem Argonautae plurimis ibi diebus detenti essent. No hemos mencionado hasta ahora las opiniones ­ de Apolonio ni de Valerio Placo a este respecto. En Apo­ lonio, los Argonautas estuvieron pocos días. Cuando Ja­ són se marcha aconseja a Hipsípila, que está grávida, ­ que si a él los destinos le impiden volver a Grecia, en vie el niño que habrá tenido, si es varón, a Yolco jun­ to a sus padres, si todavía viven, para que, ausente el hijo, el nieto cuide de sus abuelos (904­909): EI δ*οδ πέπρωται ές Έλλίίδα γαϊαν ικεσθαι τηλοΰ άναπλώοντι, ob δ*αρσενα παΐδα τέκηαι, πέμπε μιν ήβιΙ^σαντα ίίελασγίδος ένδον Ίωλκοΰ, πατρί τ'έμφ καΐ μητρί δΰης άκος, ^ν αρα τους γε 288 τέτμρ ετς ζίδοντες, ίνα ανδιχα τοΤο ανακτοα σφοΤσιν πορσΰνωνται έφέστιοι έν μεγάροισιν. Para Valerio Placo la estancia es también corta: cuatro meses. No menciona que Hipsípila y Jasen tuvieran hijos ( 3 6 7 ) : et lunam quarto densam uidet imbribus ortu Una vez que los Argonautas se han ido, llega a Lemnos la noticia de que Toante bo ha muerfo, sino que reina en Quíos (donde residía su hermano Enopién, hijo, como él, de Baco y Ariadna), que Hipsípila no es culpa­ M e de crimen y que en vano ardié la pira que había le­ vantado ( 4 8 6 - 4 8 8 ) : Pama subit portus, uectum trans alta Thoanta fraterna regnare Chic, mihi crimina nulla, et uacuos arsisse rogos. SegiSn Apolonio, a Toante lo condujeron unos pe£ cadores a la isla Enoe, luego llamada Sicino, del nombre del hijo que tuvo la náyade Enoe con Toante ( 6 2 3 - 6 2 6 ) : καΐ τδν μ^ν ές Οίνοίην έρύσαντο πρόσθεν άτ&ρ Σικινόν γε μεθΰστερον αύδηθεισαν νησον έπακτηρες, Σικίνου απο, τόν ρα θόαντι ΝηΓΛς θ£νοίη Νύμφη τέκεν εύνηθεισα. 289 Valerio Placo II, 300-302 dice que Toante llegd a Táuride: ille procul trunca fugit anxius alno, Taurorumq[ue locos delubraque saeua Dianae aduenit. lo que también afirma Higino en la fábiila 1 5 : quem tempestas in insulam Tauricam detulit. Los Mitdgrafoe Vaticanos Primero, 1 3 3 , Segiando 1 4 1 , y Lactancio Plácido a Tebaida V, 29 afirman, como Estacio, que llegd a Quíos: eianque ad insulam Chion prospera nauigatione perduxit. Las lemnias piden cuentas a Hipsípila por no ha ber seguido su ejemplo. Espantada, la joven trata de huir usando los mismos medios que su padre, pero Baco no acude a socorrerla y es apresada por unos piratas que la - llevan como esclava ( 4 9 4 - 4 9 8 ) : uaga litora furtim, incomitata sequor funestaque moenia linquo, qua fuga nota patrisj sed non iterimi obuius Euhan, nam me praedonum manus huc adpixlsa tacentem abripit 290 Apolodoro no dice en lll, 6, 4, q.ue fue apresada, sino vendida como esclava por las propias lemnias: αίσθ(5μεναι γδίρ αι Λ^ίμνιαι ύστερον θόαντα σεσωσμένον, εκείνον μέν εκτειναν, τί)ν δ& 'Υφςπύλην άπεμπώλησαν. Segoin Higino, Fáb. 15, cuando las mujeres de Lem nos supieron que Toante se había salvado, trataron de ma~ tar a Hipsípila, que se dio a la fiaga. Unos piratas la wo gieron y la entregaron como esclava a Lico: Lemniades autem postquam scierunt Hypsipylen patrem suum seruasse, conatae sunt eam interficere; illa fuga se mandauit. hanc praedones exceptam Thebas deportarunt et regi Lyco in seruitutem uendiderunt. fábula en la que Higino demuestra tener conocimientos muy confusos de la leyenda, pues en lugar de decir que los piratas la vendieron a Licurgo, rey de Remea, como todas las fuentes, afirma que lo hacen a Lico de Tebas. Sin du da el mitógrafo conocía la importancia que en la leyenda de los Siete tenía el encuentro de Hipsípila con los argivos y, puesto que ellos marchaban a Tebas, ubica en - esa ciudad a la lemnia. De la situación de Hipsípila como esclava de Li. curgo y ""urídice ya hemos hablado. 291 II.- MUERTE DE OFELTES A partir del verso 499 de este libro V, Estacio vuelve a s i t m r la accidn en Nemea, pero no junto al Lan gia, donde Hipsípla relata a los argivos su pasado, sino en el lugar en que Ofeltes está echado en el césped. Hi£ sípila se ha olvidado de él, pues así lo habían decretado los dioses ( 4 9 9 - 5 0 1 ) : Talla Lemaeis itérât dxm regibus exsul Lemnias et longa solatur damna querella, immemor absentis -sic di suasistis!- alxamni También se ha olvidado Hipsípila, según Cazzaniga , de la indicacién de Virgilio en G-eérgicas III, 435-439» que aconseja no quedar dormido ni dejar a un niño sobre el césped c m n d o el "hydros" de Calabria Ba mudado su piel: ne mihi tum mollis sub diuo carpere somnos neu dorso nemoris libeat iacuisse per herbas, cum positis nouus exuuiis nitidusque iuuenta uolxiitur, aut catulos tectis aut oua rellnquens, arduiis ad solem et U n g u i s micat ore trisulcis 1 . - CAZZANIGA, I.- Alcuni "colori" nicandrei in Stazio e Claudiano (Theb. V, 505: Gigant. II, 2 5 ) . "Acmé" XII, 1959» p. 127 n. 4 292 El niño, que había empe25ado a deslizarse por en tre las hierbas, como veíamos en el libro IV, finalmente se duerme apresando con sus manos el césped ( 5 0 2 - 5 0 4 ) : ille graues oculos languentiaque ora comanti mergit humo, fessusque diu puerilibus actis labittir in somnos, prensa manías haeret in herba lo que nos recuerda el verso 655 del libro IX de las Metamorfosis de Ovidio, pues también Biblis muere sujetando las hierbas: Muta iacet uiridesque suis tenet tmguibus herbas Byblis, Al igual que con relacién al verso 486 del libro IV, Reussner, Piehn, Aricó y Bond ven en los versos 502-504 una influencia de Eurípides Hipsípila fr, 754 N . Pero Vessey, como veíamos, vuelve a insistir en que hay un paralelismo, provocado por Estacio, con el pasaje de Lino y, por tanto, una reminiscencia de Calimaco A.itia fr, 27 Pfeiffer. Una serpiente enorme que llena estos parajes de un silencio religioso, arrastra sus enormes pliegues y deja tras sí largos anillos (505-507): Interea campis, nemoris sacer horror Achaei, terrigena exoritur serpens, tractuque soluto immanem sese uehit ac post terga relinquit. 293 Sus ojos lanzan un fuego sombrío, su garganta hinchada se eolorea con la espuma de im veneno verdoso; su lengua hace vibrar sus tres dardos, las tres hileras de dientes se muestran amenazadores y la frente se eleva terrible y majestuosa(508-510) H u i d a fax oculis, tumidi stat in ore ueneni spuma \airens, ter lingua uibrat, t e m a agmina adun ci dentis, et auratae crudelis gloria fronti prominet. Grenfell-Hunt comparan estos versos con el fr, 16, 1-4 (cf, fr. 18 Bond) de la Hipsípilat 6p(fH4>v it<ipotw|c opinidn que comparte Aric^''", aunque, como veremos, encuentra más significativa la influencia de Ovidio. 2 En la descripcidn de la serpiente Gazzaniga - cree que en esta tradicional asociacidn de "ojos llamean tes" y "vibracidn de la lengua" quemuestra Estacio pueden haber influido Euforidn (fr. 5 1 , de las serpientes de Cerbero: 1.- Stazio e l^'Ipsipile,.. 2 . - art. cit. p. 125 6-7 Power) al hablar 294 Xoi XwxjjiSvTo itcpl icXeup^at ópdfxovTec. *Ev nal pXefapote MiíavíS ^axpdnxío^ 5aae. y de Nicandro, a?heriaka, 227: yX^vea tpoivCaae, Te-^oufiévog, 6è SÌnpii YXáaon Xi.x^(f(;wv v£aTov 0HII»X^TCTéTai oèp^f. y encuentra ima influencia totalmente nicandrea en los versos 508-509: la expresión "tumidi stat in ore ueneni spuma uirens" está tomada de Ther. 443-444: vépqjE ò£ «aytov a l e v í>m*ávdepeSvt xoXofpa<po€ puesto que "spuma ueneni uirens es equivalente a xoXo<i- pa(f>o€. así mismo en los versos 5 0 9 - 5 1 0 , " t e m a agmina adun ci dentis", hay una clara imitación de Ther. 441-442: Tp^CTOtXOl énáTEp^E UEpiaTOXÓWOlV ¿ÓÓVTEe Aricó''', aun considerando mviy interesante y di^g na de crédito la opinión de Gazzaniga, hace notar que - 1 . - ARICO, G.- Ovidio in Stazio. Theb. V, 505 ss. "Aevum" XXXVII, 1 9 6 3 , 1 2 1 ; insiste en que Ovidio es el linico model en Stazio e l^Ipsipile....p. 66 295 los versos de Estacio corresponden mucho más a tres ver sos de Ovidio Metamorfosis III, 32-34, semejanzas q.ue ya habían descubierto Helm y Legras"'": Martius anguis erat, Cristis praesignis et au*o; igne mi cant o culi, corpxis turne t omcne ueneno; tresque uibrant linguae, triplici stant ordine dentea y así considera que no es necesario recurrir a los Ther. de Nicandro, ni a Euforidn, como tampoco cree que sea preciso tener en cuenta a Virgilio Gedrgicas III, 433: flammantia lumina torquens y III, 439: U n g u i s micat ore trisulcis 2 que Gazzaniga había considerado como intermediario. En lo referente a "spuaa iiirens" Aricò"^ también considera innecesaria la influencia de Nicandro, pues - piensa que Estacio se ha basado igualmente en Ovidio M e tamorfosis III, 74: 1.- HEIM.- De P. Papinii Statu.... p. 58 ss.; LEGRAS, op. cit. p. 72 s. 2.- art. cita. p. 126 3 . - art. cit. p. 122 296 spumaque pestíferos circtanfluit albida rictiis Nos parece muy interesante toda la argmentación de Aricó pero, a nuestro entender, Nicandro influyó, directa o indirectamente, en Estacio. Si, como dice Cazzaiiiga, la descripción de la serpiente reptando es tradicio nal, es posible que Estacio conociera la de Nicandro, máxime cuando, seglSn podemos apreciar de la lectura de su obi*a, Estacio conocía a los alejandrinos perfectamente"'". Y han sido ellos los que han infl-uído de manera definit_i va en la literatura latina. Si no directamente, Nicandro puede haber inflxií do en Estacio a través de intermediarios. Intermediarios que puede haber sido Ovidio y, sobre todo, Virgilio, pues ya conocemos la gran admiración que por él sentía Estacio, Ovidio puede haber imitado a Nicandro. También lo puede haber hecho Virgilio. Y Estacio, al tener en cuenta la descripción de los dos poetas romanos, ha imitado indirectamente, como decimos, a Nicandro. El mismo Gazzaniga en su Storia della letteratura Latina afirma que Estacio utilizó a Nicandro siempre de segunda mano, a través de 2 Ovidio y Virgilio . Pero sigamos con los versos de Estacio y las opi niones de estos autores. La serpiente, de enormes propor clones, como lo muestra la afirmación de Estacio de que 1.- No olvidemos la influencia que sobre algunos pasajes de su obra tiene Calimaco. 2.- CAZZANIGA;I.- Storia della Letteratura Latina. Milán 1962, pp. 672 ss. 297 a veces se extiende sobre los rios y toca las dos orillas y las a g m s hierven golpeadas por sus escamas ( 5 1 6 - 5 1 7 ) : saepe superfluuios geminae iacet aggere ripae continuus, squamisque incisus adaestuat amnis, versos que, segiSn Gazzaniga, están inspirados en Geórgicas III, 428-431"'': qui, dum amnes ulli rumpuntur fontibus et d m uere madent udo terrae ac pluuialibus Austris, stagna colit ripisque habitans hic piscibus atram improbus ingluuiem ranisque loquacibus explet; Pero ahora que, a causa de la sequía provocada por Baco, la tierra se muestra árida y las Ninfas se ocul tan en el polvo, la serpiente es más feroz que en otras ocasiones, replegándose sobre sus costadosy su espalda y ewtá enfurecida por el fuego de su veneno desecado. Se desliza por entre los estanques, lagos y fuentes secas (520-523): saeuior anfractu laterum sinuosa retorquens terga solo siccique nocens furit igne ueneni. stagna per arentesque lacus fontesque repressos uoluitur et uacuis fluuiürim in uallibus errat 1 , - art. cit. p. 1 2 7 , n. 4 298 Otra imitación evidente de Virgilio Geórgicas III, 432­434: postquam exusta palus terraeque ardore dehiscunt, exsilit in siccum, et flarnaantia lumina torquens sauit agris asperque siti atque exterritus aestu En su ansiedad tanto levanta la cabeza, tratan do de absorber la humedad del aire, como, arrasando las llanuras gimientes, extrae el jugo de las verdeantes ­ hierbas (524­527): incensusque siti liquidum nunc aera lambit ore supínate, nunc arua gementia radens pronus adhaeret humo, si quid uiridantia sudent gramina. Según Gazzaniga''", los versos 526­527 están basa­ dos en Nicandro Ther. 296; y así "gementia arua radens" está basado en δφοφβρέων καλάμης χΰσιν οία óiiípitsiy - "pronus adhaeret humo" en yatij άπιβλίβων νηδΰν 2 Aricó piensa que, aunque la reducción de la expre Sion griega a la latina "aruia gementia radens" no obstaCTilizaría la legitimidad de la comparación pues, además de tener el "valor de una conquista formal" para Estacio 1,- art. cit. p. 125 2,- art. cit. p. 120 299 (como dice Gazzaniga) sería im toello colorido musical de acuerdo con la tècnica acostumbrada por Estacio, sin emfi bargo no es necesario recurrir a Nicandro cuando Ovidio III, 75 influye más directamente: terraque rasa sonat sq\iamis donde el elemento acústico está relacionado en los tármi nos: sonat (Ovidio), gementia (Estacio); y hay una perfe_c ta correspondencia léxica entre rasa-radens, Bs más l e ^ timo pensar, insiste, en la influencia de Nicandro en Ovi dio y de éste en Estacio, que directamente de Nicandro en Estacio, Aricó que, como ya indicábamos, no encuentra con vincente la mediacién de Virgilio entre Nicandro y Estacio, todo el episodio de la serpiente nemea está basado en Metamorfosis III, 28-94, opinién que coincide con la de Vessey^ aunque éste dice que Estacio no ha olvidado la muerte de Laoconte y sus hijos en Eneida II, Aimque Aricó no lo dice, quizá se haya basado para su afirmación en que tanto Ovidio como Estacio com paran la serpiente que describen con la constelación del Dragón, situada entre ambas dsasa Así Estacio, después de decir que la serpiente nemea lleva la muerte por donde pasa ( 5 2 7 - 5 2 8 ) : perc\xssae calidis adflatibus herbae 1.- Notes on the Hypsipyle,.., p. 50 300 qua tulit ora, cadunt, moriturque ad sibila campus: la compara con la serpiente que comparte el cielo extendiéndose desde el carro de la Osa mayor hasta poniente y se alarga hasta otro hemisferio (529-530): quantus ab Arctois discriminât aethera plaustris Anguis et usque Notos alienumque exit in orbemj y Ovidio compara la serpiente de Marte que se enfrenta a los compañeros de Cadmo con la constelacidn, ya que dice que su cuerpo, si se le mira entero, es tan grande como el que separa las dos Osas (III, 4 4 - 4 5 ) : tantoque est corpore, quanto, si t o t m spectes, geminas qui séparât Aretes En la comparacidn que hace Estacio con la serpiente Pitdn (531-533)Î q\jantxis et ille sacri spiris intorta mouebat cornila Parnassi, donee tibi. Delie, fixus uexit harimdineam centeno uolnere siluam Cazzaniga^ afirma que el poeta pensaba en la serpiente Pitdn de la tradicidn calimaqueo-ovidiana. Y, en efecto, 1.- art. cit. p. 126 301 nos recuerda a Calimaco Himnos IV, 92-94: άλλ'ίτι κείνο θηρίον αΐνογένεϋον άπ5 ΠλειστοΤο καθέρπον Παρνησδν νιφόεντα περισχέψει Ινν€α κΰκλοι,ς y a Ovidio Metamorfosis I, 459-460: qui modo pestifero tot i\agera uentre prementem strauim\is innumeris tumidum Pythona sagittis. Sigamos con los versos de Estacio, En 534-540 el poeta se dirige al niño en primera persona lamentando su muerte a tan temprana edad, aunque fuera preciso que esa muerte diera un nombre sagrado a las naciones de Grecia (alusión a los juegos ñemeos). El niño muere golpeado por los últimos anillos de la serpiente, que ignora su vieti ma. En seguida, el sueño huye de sus miembros y sus ojos se abren sólo para morir: Quis tibi, parue, deus tam magni pondera fati sorte dedit? tune hoc uix prima ad limina uitae hoste laces? an ut inde sacer per saecula Grais gentibus et tanto dignus morerere sepulcro? occidis extremae destrictus uerbere caudae ignaro serpente puer, fugit ilicet artus somnus, et in solam patuerunt lumina mortem. 302 Como apunta Vessey"'', Exjrípides y Estacio no es t a n de acuerdo en el modo como muri<5 Ofeltes, Mientras en Eurípides (fr. 60, lín, 74) la serpiente lo enrolló: Estacio, como hemos visto, dice que murió por el golpe de los óltimos anillos de su cola, sin que lo supiera la serí)iente. 2 Cazzaniga insfste en la influencia de Nicandro pues dice que este tipo de muerte es semejante a la que provoca el "druynas" que golpea por todas partes con su cola (Ther. 475--476): μ/\ σε κατατιλέξρ καΐ ανάγκη πάντοθι μαστίζων ohp% δέμας.. De la muerte de Ofeltes nos habla Simónides, s£ gún testimonia Ateneo en IX 396e: Σιμωνίδης... .καΐ έν άλλοις έπ'Άρχεμόρου είρηκεν ίοστεφάνου γλυκειαν έδάκρυσαν φυχ&ν αποπνέοντα γαλαθηνδν τέκος pero, como vemos, nada nos dice del modo en que encontró la muerte. 1.- art. cit. p. 50 2.- art. cit, p. 126 303 Apolodoro en III, 6, 4 nos dice que, mientras Hipsípila mostraba la fuente a los argivos, el niño fue muerto por una serpiente: δεικνούσης δ\ τήν κρΐ^νην, o παις άτϊολειφθείς ύπδ δράκοντος διαφθείρεται, Εη la hypóth, 2 de las Nemeas de Píndaro encon tramos las dos posibilidades de cómo la serpiente mat<5 a Ofeltes: enrollándolo con sus anillos o clavándole el veneno: ov δράκων περιειληθείς η £δν άφείς άνειλεν ΕΙ argumento 3 sólo nos dice que, mientras Hi£ sípila conducía a los argivos al agua, una serpiente ­ que marchaba mató al niño. Puede ser la misma versión que ofrece Estacio: ττίς bt άπελθοΰσης ύδρεύσασθαι δφις έπελθ&ν άνεΤλε τδν παιδα. Εη la hypóth, 4 vemos que una serpiente, que sa lió de su madriguera durante la ausencia de Hipsípila, se enroscó al niño y con sus anillos estranguló al recián nacido: δφιν δέ της χειας εξελθόντα κατϋϋ τίιν της Ύψιπύλης άπουσίαν περιπλακίίναι τψ παιδί καί ταΓς σπεί- - 304 ραι,ς άποτετάμενον άποπνΤξαι τδ βρέφος. Pausanias en II, 1 5 , 2 nos habla de un bosque de eipre­ ses en torno al templo de Zeus en Nemea, en cuya hierba dicen que Ofeltes fue colocado por su nodriza y muerto por una serpiente: Κυπαρίσσων τε άλσος έστί περί τδν ναόν, καΐ τδν Όφέλτην ένταχίθα ύπδ τ^ς τροφο^ί'τεθέντα ές τί|ν «íJav διαφθαρτίναι λέγουσι,ν ύπδ του δράκοντος, Εη VIII, 4 8 , 2 habla de los trofeos que se dan en los diferentes juegos y, al hablar de los ñemeos, di ce que al vencedor se da apio para conmemorar los pade­ cimientos de Palemón y Arquemoro: Iv Νεμέ(} σέλινα έπΙ τοι5 Παλαίμονος καΐ του Άρχεμόρου τοις παθήμασιν ένομίσθησαν. losque nos recuerda la versión de Higino que, como ya ­ hemos visto, indica que Hipsípila colocó a Ofeltes en ­ un altísimo apio. También encontramos \ina alusión a la muerte de Ofeltes en Escolios a Clemente de Alejandría Protrépti­ 00 II, 3 4 : una serpiente cayó sobre el niño y lo mató; parece la versión de Estacio: δράκων δ6 έν τοσο^τφ περιπεσδ)ν τψ παιδίψ άνειλεν αύτδ. 305 Entre los autores romanos encontramos una alusión a la muerte de Ofeltes en Ovidio Ibis 4 8 I - 4 8 3 : Neue uenenato leuius feriaris ab angue quam senis Oeagri Calliopesque nurus quam puer Hypsipyles Higino, fáb. 7 4 , recoge la versión de que, mien tras Hipsípila mostraba el agua, una serpiente, guardiana de la fuente, mató al niño. Sigue, pues, la tradición: quae d-um aquam eis tradit, draco fontis custos puerum exedit. Servio a Virgilio Bucólica.*, V I , 68 nos habla, como Pausanias, del apio, premio de los juegos ñemeos, en recuerdo de Arquemoro: ATQUE APIO apud antiques in agone erat species coronas de apio, sed in Nemeaeo agone, qui in honorem Archemori institutus erat. et uolunt quidam hoc co coronae genus ad indici-uni mortis electum; aut quod humilis herba immaturum de Archemoro luctxam ostendat; aut quod supra hanc herbam reptans puer a ser pente extinctus eit. sane in eo agone speciatim - apio coronantur poetae. |;i Mitágrafo Vaticano II, I 4 I , nos dice que - 306 Hipsípila, captTirada por unos piratas mientras huía, fue vendida luego como esclava a Licurgo, a cuyo servicio estaba cuando a Ofeltes, después llamado Arquemoro, lo mat<5 una serpiente: In cuius seruitio quum filium Ophelten, qial post Archemorus dictus est, nutriret, puer dracene periit, Ofeltes, al morir, lanza xm último gemido, que Hipsípila oye. Aterrada, corre aunque sus temblorosas piernas la retienen. Busca por todas partes y llama al niño con los nombres que acostumbra darle, pero no lo ve. La serpiente está perezosamente extendida y cubre un espacio inmenso. Su cabeza descansa sobre el vientre de su joven víctima ( 5 4 1 - 5 5 1 ) : cum tamen attonito moriens viagitus in auras excidit et rmptis immutuit ore querelile, qualia non totas peragunt insomnia uoces, audiit Hypsipyle, facilemque negantia cursum exanimis genua aegra rapit; iam certa malorum mentis ab augurio sparsoque per omnia uisu Itistrat humum quaerens et nota uocabula paruo nequiquam ingeminans: nusquam ille, et prata recentes amìsere notas, uiridi piger accubat hostis collectus gyro spatiosaque iugera complot, sic etiam obliqua ceruicem expostus in aluo. 307 El verso 551 parece estar en contradicción con 5 3 9 - 5 4 0 , pues mientras en éstos ha dicho que la serpien te maté a Ofeltes con los últikos anillos de su cola, el 551 sugiere más bien que lo hubiera matado con el veneno de su triple lengua. Hipsípila, a la vista del reptil, lanza una - largo grito que se adentra en toda la selva, pero la ser piente no se inmuta (552-554)í horruit infelix uisu longoque profundum incendit clamore nemtis; nec territus ille, sed iacet. Los argivos escuchan su grito. Adrasto envía a Partenopeo a preguntar la causa. Sélo entonces el monstruo yergue su cuello erizado de escamas. Hipomedonte agarra una piedra que servía de m£ j e n a los campos, y la lanza a los aires:(558-560) rapit ingenti conamine saxum, quo discretus ager, uacuasque impellit in auras ardu-us Hippomedon evidente imitacién de Eneida XII 896-898: saxum circumspicit ingens, s a x m antiquum ingens, campo quod forte iacebat, limes agro positus litem ut discemeret aruis. 308 La serpiente lanssa hacia atrás su flexible cabeza y evita el golpe (562-563): iam molila colla refusus in tergum serpens uenientem euaseratictum Pero Capaneo, armado con un gran fresno, se lan za hacia la serpiente gritándole que no escapará de sus golpes, aunque sea huésped de los bosques y esté consagrada a Júpiter; y que incluso llevando un gigante sobre ella sería abatido por él (565-570): "at non mea uulnera" clamat et trabe fraxinea Gapaneus subit obiiius "umquam effugies, seu tu pauidi ferus incola luci, siue deis, utinamque deis, concessa uoluptas, non, si consertum super haec mihi membra Giganta subueheres" La lanza de Capaneo penetra por la boca abierta del monstruo, golpea sus costados, atraviesa sus escamas y se clava finalmente en la tierra manchada con la sangre impura del negro cerebro (570-574): uolat hasta tremens et hiantia monstri ora subit linguaeque secat fera uincla trisulcae, perqué iubas atantes capitisque insigne corusci emicat, et nigri sanie perfusa cerebri figitur alta solo. 309 La serpiente, apenas ha sentido el dardo, lo rodea con sus repliegues y lo arranca. Arrastrándose, lo lleva al templo de Júpiter, donde muere. La laguna de Lerna, las Ninfas e incluso ^os Faunos, lloran su muerte. El propio Júpiter pedía sus dardos para castigar a Capaneo, pero la cólera del padre de los dioses era todavía demasiado débil y Capaneo estaba destinado a xm castigo más terrible. Sin embargo, como un adelanto de lo que será su muerte, el rayo de Júpiter roza el penacho del guerrero ( 5 8 6 - 5 8 7 ) : moti tamen aura cucurrit fulminis et summas libauit uertice cristas. En Eiarípides Hipsípila (fr. 60, 75-76) es Anfia rao el que da muerte a la serpiente: í^^ets b't&ó (vTec ¿Yfi) 6*íx6leva[! aunque, como opina Vessey"'", el contexto es insuficiente para suponer que haya sido sélo Anfiarao el que da muer te al reptil. 2 Vessey y Aricó coinciden al pensar que la elejc c i e n por parte de Estacio de Hipomedonte y Capaneo como autores de la muerte de la serpiente, puede deberse al 1 . - art. cit. p. 5 1 2 . - Stazio e l^'Ipsip.... p. 58 310 deseo de resaltar su fiereza e impiedad, sobre todo en el caso de Capaneo, ya que matan la serpiente consagra da a Júpiter. En Apolodoro III, 6, 4 son los argivos, sin es­ pecificar qviiánes, los que la matan: τδν μέν οδν δράκοντα έπιφανέντες oi μετΛ Α δ ρ ά σ ­ του κτείνουσι. Según Píndaro Nemeas hypoth. 2, también son los argivos en general, sin determinar nombres, los que, cuan do volvieron de la fuente y vieron la desgracia, mataron al ofidio: ot δέ υπόστρεφαντες καΐ τδ πάθος θεασάμενοι τόν δε δράκοντα άνειλον Εη la hypoth. 4 nos dicen que mataron a la ser píente asaeteándola, como afirma Anfiarao en la tragedia de Exnrípides. Los argivos se enojaron con la muerte del niño porque su necesidad de agua había sido la causa de ella: τobς &t έπανελθόντας τοξεΰσαι μέν τδν δφιν, σφό­ δρα δ& έπί τφ γεγονότι δυσφορ?ίσαι, δτι ή αύτων χρεία αίτία'τί|ς τοΰ παιδδς αναιρέσεως γεγένηται, También Higino nos dice que "Adraste y los otros" 311 mataron al dragan, sin dar nombres concretos, en gáb.74: At draconem Adrastns et ceteri occider-unt. Tan pronto como la serpiente ha abandonado el IxAgar donde matara a Ofeltes, Hipsípile corre hacia este lugar y , en su desesperación, no encuentra palabras ni lágrimas. Inclinada sobre e l niño busca con sus labios, sobre sus miembros, el alma fugitiva. Pero ya no hay ni rostro ni pecho. Su piel está arrancada, sus d_e licades huesos están descubiertos, las intersecciones de sus miembros llenos de sangre y todo e l cuerpo es una herida (594-598); ingeminat misera oscula tantum incumbens animaeque fugam per membra tepentem quaerit hians. non ora loco, non pectora restant, rapta cutis, tenuia ossa patent nex-usque madentes sanguinis imbre noiii, totumque in uulnere corpus. Como vemos, cada vez que Estacio habla de la - muerte del niño, presenta de distinto modo la manera B<5mo ha sido. Ya vimos que en 538-539 el niño muere golpea do por los últimos anillos de la cola del monstruo. En 551 veíamos que parece aludir a la muerte a causa del V£ neno de su lengua. En cambio, en estos versos, 596-598, parece indicar Estacio que la muerte de Ofeltes se ha d£ bido a losaiillos que fean estrangulado su pequeño cuerpo. En este último caso sí que podemos encontrar una p£ 312 sible influencia de Eurípides Hipsípila (fr. 60,74 Bond). Cuando por fin Hipsípila puede hablar, invoca al pequeño, lamentando que los dioses hayan robado el ­ día a Arquemoro, consuelo para ella de su fortuna y su ­ patria perdida y honra de su esclavitud, cuando hacía s£ lo un momento lo dejara feliz apresando el césped con ­ sus ligeros pasos (608­612): o mihi desertae natorum dulcís imago. Archemore, o rerum et patriae solamen ademptae seruitiique decxis, qui te, mea gaudia, sontos exstinxere del, modo quem digrossa reliqui lascium et prono uexantem gramina cursu? 1 Reusner 2 y Aricó han intentado ver paralelismos entre los versos 608­610 y E\irípides Hipsípila fr. 34 c. 1, 10­12 (cf. fr. 60 bond): τούμδν τιθ^ίνημ*, δν έχ'έμαϊσιν Λγκάλαις πλίιν'ού ^εκοΰσα ταλλα]γ*ώς έμ6ν τέκνον στέργ ο υσ*[εφερβον, ώφέλημ'έμόΐ] μέγα. Pero Vessey"^ no cree que hayan influido decisi­ vamente en Estacio estos versos de Eurípides, porque Estacio nos muestra este tipo de lamentos en varias ocasio nes, lo que hace pensar que expresa sus sentimientos. El 1,- op. cit. p. 43 2.- art. cit. p. 63 3.- art. cit. pag. 51 313 lamento de Hipsípila recuerda mucho el de la madre de Meneceo en X, 793 ss. y, sobre todo, sus "epicedia" en las Silvas II, 1, II, 6 y V,5 en q.ue lamenta la muerte de jdvenes: Glaucias de 12 años. Filete de 17 y el esclavo del poeta, respectivamente. En el verso 612 Vessey vuelve a encontrar para lelismos entre el pasaje de Lino y Corebo (I, 582 ss) y el de Ofeltes y, por tanto, influencia de Calimaco (fr, 27 Pfeiffer). De las semejanzas entre uno y otro ya hemos hablado. Hipsípila sigue recordando las veces que dormía al niño hablándole de Lemnos y de la nave Argo, a la vez que consolaba su dolor; pero ahora la aeche corre en - vano por los labios del ñiño y sdlo moja sus heridas - (615-619): quotiens tibi Lemnon et Argo susta loqui et longa somn.um suadere querella! sic equidem luctias solabar et ubera paruo iam materna dabam, cui nunc uenit inritus orbae lactis et infelix in uulnera liquitirp imber. 1 2 3 Reussner , Aric6 y Bond creen que estos versos son una hábil v a r i a d d n de las palabras que el coro 1,- op. cit. p. 44 2.- art. cit, p. 64 3.- op. cit. p. 67 314 dirige a Hipsípila en Eurípides fr. 3 col, 2 , 5 ss. (fr. I,II, 1 9 - 2 1 Bond): fi TÍtv *ApYfi> T&v 6 ta oot5 axóiiaxog à'cl xXpiJoíxévav uevTTjKÓvTopóv fióeig Bond encuentra q.ue en áel puede haber xm matiz patético. Sin embargo, para Vessey"^ esta semejanza no es concluyente, Hipsípila reconoce en la muerte un castigo a su olvido, a su fidelidad rota ( 6 2 5 - 6 2 7 ) : tantane me tantae tenuere obliuia curae? dum patrios casus famaeque exorsa retracto ambitiosa meae -pietas haec magna fidesque!- En su desesperación, quiere morir también. Suplica a los argivos que la conduzcan a la serpiente o bien la atraviesen con su espada, Si piensan que le deben algún favor, pues no se atreve a presentarse ante Eu ridice, la madre del niño, cuyo dolor, en cambio, no se rá inferior al de la propia nodriza. La fatal noticia de la muerte de Ofeltes ha lie gado ya al palacio de L i c w g o , en el momento en que el 2 rey regresaba de las cimas de Perseo de ofrecer un sa1 . - art. cit. p. 50 2 . - Puede tratarse del Áfesante, montaña situada al N.O. de Nemea. Ya en el libro III, 460 ss, nos ha hablado de ella Estacio: a su cima subieron Anfiarao y Melam 315 orificio a Júpiter, Y, a causa de los siniestros presagios q.ue ofrecían las víctimas, estaba pensativo y apesadumbrado (638-642): Et iam sacrifici subitus per tecta Lycurgi nuntius implerat lacrimis ipsiamque domumque, ips-um aduentantem Persei uertice sancto mentis, ubi auerso dederat prosecta Tonanti, et caput iratis rediens quassabat ab extis. Estos versos nos recuerdan los de E n e M a X I , 1 3 9 - 1 4 0 , en q.ue Virgilio nos habla de la noticia de la muerte de Palante q.ue llega a oídos de Evandro: Et iam Pama uolans, tanti praenuntia luctus, Euandrum Euandrique domos et moenia replet, Licurgo no se ha unido a la expedición argiva porque no ha olvidado los presagios salidos, desde antiguo, del santuario, que le habían asegurado que daría la primera sangre a la guerra tebana. Por ello no había querido participar en ella, aunque no le falta valor - (643-647): hic sese Argolicis immunem seruat ab armis haud animi iiacuus, sed templa araeque tenebant. po a consiLLtar los oráculos; según mía tradición que recoge Estacio, desde ella se lanzó Perseo a la grupa de Pegaso, 316 necdtam etiara responsa de-um monitusque uetusti exciderant uoxque ex adytis accepta profundis: "prima, Lycurge, dabis Dircaeo fuñera bello" Cuando hablamos del encuentro de los argivos con Hipsípila, ya vimos cdmo el carácter sacerdotal de Licur go se encuentra, además de Estacio, en Eurípides Hipsípila(fr. I,IV v. 28 Bond) y en Píndaro Nemeas hypoth, 2. Es verosímil que en este caso concreto sí haya influido Eurípides en Estacio, La palabra del dios se ha cumplido: la primera sangre ha sido vertida. La hija de Toante llega al pala C Í O llevando los tristes despojos de Arquemoro. Euridice corre acompañada de un triste cortejo de mujeres (650652): Ecce-fides superum! laceras comitata Thoantis aduehit exsequias, contra subit obuia mater, femíneos coetus plangentiaque agmina ducens que, como en Virgilio Eneida XI, 1 4 5 - 1 4 6 , llenan de lamentos la ciudad: Pero Licurgo no se abandona al llanto, sino que se encoleriza y trata de castigar a Hipsípila para quien, segiin dice, resulte una alegría la muerte del pequeño. Pide a sus compañeros que la agarren y la arrastren hasta su presencia (656-658): 317 illa autem ubinam, cui parua crúoris laetaue damna mei? uiuitne? impellite raptam, ferte citi cèmites; No coinciden en este aspecto Eurípides y Estacio, pues mientras en el posta romano, como vemos, •'^urí_ dice reconoce el cadáver de Ofeltes, pero es Licurgo el q.ue quiere castigarla, en Eurípides el rey no está pree sente y no aparece en los fragmentos qjie quedan de la tragedia, antique es presimible que apareciera en escena antes del final"^. Es Euridice la que quiere tomar inme_ diata venganza sobre Hipsípila, a la que acusa de la - muerte de Ofeltes (fr. 60, 1-4 Bond): έχουσα μηκΰνει,ς μακράν κτανουσ*Όφέ^την, των έμδ)ν δσσο^ χαράν; Γ,.μηδ'άναμ^ς • v.n.t f;..Ttot naiòt θ'δν άι^λεσας Hipsípila le replica lamentando que la culpe y condene antes de escuchar lo que ha ocurrido (5-9) ουτω δοκ[ει με), ιΛ)τνι*, άποκτείνε"^ t v ¿PY9 πρίν δρθως Βραγμ[α διαμαθεΐιν τ<5δε; aiy^fQ,' άμευ^ΐ} δ'^ύδεν; δ ίταλαιν'έγ^ ώ ώς το\5 θανείν μέν ο&νεκ* (od μέγα στέν]ω, ε£ òt κτανεΤν τϊ> ^έκ\Π ον ^ούκ"· 6ρθ[ής δοκω, Después de reafirmar los sentimientos que le 1.- Bond, op cit. p. 16 318 inspiraba el niño en los versos 10­12, que ya hemos vis_ to en posible relación con 608­610 de Estacio, reilama la presencia de Anfiarao para quese muestre como testigo de su desgracia, ya que no encuentra a nadie cerca que la socorra (15­21): δ μά^ντι πατρδς θίκλέους, θαν^οΰμεθα αρηξ^ο[ν, ε]λθέ, μή μ'Γδρς ύπ'α'ιτίΓας αίσχρί'ας θανοχ3σαν, διά at γ&ρ 6^ κ5λλυμ«ι. έλθ', oC ^σθα γ&ρ Ót] τάμά', κάΐ^ at μάρτυρα σαφέΛατον δέξάιτ'αν ηΐδ'έμδίν κακίΰν. άγετε, φίλων γ&ρ ούδέν'εύσορίδ πέλας δστις με σώσει Cuando aparece Anfiarao, Hipsípila le reitera sus sáplicas y le pide que, puesto que estuvo presente y lo ha visto, cuente a Eurídice la muerte del niño, ­ pues la reina acusa a la nodriza de hatoer provocado vo luntariamente la muerte de Ofeltes y conspirar contra su casa (34­36): eínt τ^δε συμφορ&ν τέκνου, παρβ)ν γ&Γρ ο?σ]θα· φησί δ'ηδ'έκουσίως κτανείν μ [ε π]|αΓδα κάπιβουλευσαι δόμοις Υ, θη efecto, Anfiarao sale en defensa de Hip­ sípila. Relata a Eiirídice, en un fragmento muy mutilado que más se adivina que se concluye, la muerte del niño - 319 por la serpiente y cdmo él la ha asaeteado. Consuela a Euridice, predice los juegos y llama al niño Arquemoro. De todo ello hablaremos más adelante. En Estacio no aparece en absoluto este juicio al que Hipsípila es sometida ppr Euridice. No hay nada tampoco de la intervencidn paralela de Anfiarao. Antes bien, Hipsípila no llega al palacio sola, sino acompañada de todos los guerreros argivos y cuando Licurgo, furioso, quiere golpearla, Tideo le opone su escudo y le grita que deponga su furia, E inmediatamente. Capaneo, Hipomedonte y Partenopeo corren a defenderla con la espada desenvainada (660-665): ibat letumque inferre parabat ense furens rapto; uenienti Oeneius heros impiger obiecta proturbat pectora parma, ac simul infrendens; "siste hunc, uesane, furorem, «Íuisquis es!" et pariter Capaneus acerque reducto adfuit Hippomedon rectoque Erymanthius ense, Como indica Vessey"'' podemos ver en el deseo de Licurgo de castigar a Hipsípila prefigurada la intención de Creonte de matar a Antígona y Argia en el libro XII, 677 ss. Los canapésinos de Nemea forman grupo en torno a su rey, Y a punto está de empezar una lucha entre argivos 1.- art. cit. p, 49 320 y ñemeos. Adrasto trata de calmar los ánimos y Anfiarao, respetuoso por las bandas de sacerdote que ve en Licurgo, suplica a todos que bajen las armas, pues la misma sangre les une, y retengan su furor, el primero de todos Licurgo (669-671): Amphiaraus ait: "ne,^uaeso! absistite ferro, unus auum sanguis, neue indulgete furori, tuque prior." Pausanias III, 18, 12, nos dice que en un altar de A m i d a s están representados Adrasto y Tideo deteniendo la lucha entre Anfiarao y Licurgo. Es por tanto, muy distinto a lo que nos dice Estacio: Sin embargo Higino Pábulas 74 coincide con Estacio, pues los argivos suplícana Licurgo (llamado Lico por Higino) en favor de Hipsípila: Lycum pro Hypsipyle deprecati sunt. Ya más calmado, Licurgo se queja de que xm rey no pueda ejercer ningi5n derecho sobre su esclava, A los argivos, a quienes antes ha dicho que no creía que la guerra fuera tanto contra Tebas como contra él mismo y 321 q.ue si tanta importancia tiene para ellos la sangre lo maten a a l y arrasen su palacio, les predice que Júpiter ve su audacia y c a l e r a y, aunque tardía, les llega r a la muerte ( 6 8 8 - 6 8 9 ) : sed uidet haec, uidet ille deum regnator, et axisis sera quidam, manet ira tamen. Adrasto, por su parte, calma los ánimos de los argivos, que habían llegado a pensar, puesto que habían quedado en el palacio, que Licurgo había matado a Hipsí pila. Como una compensación a todas las desgracias de Hipsípila, Baco que, como hemos visto, provocara la sequía, ha conducido a los hijos de la lemnia àesde las orillas de Lemnos a Nemea, buscando a su madre (712-715) tu gentis conditor, Eiahan, qui gemines iuuenes Lemni de litore uectos intuleras Nemeae mirandaque fata parabas, causa uiae genetrix Apenas habían llegado a Nemea y obtenido la hos pitalidad de Licurgo, cuando llega la noticia de la muer te de Ofeltes, En un primer impulso, se disponen a gcyudar al rey y secundarlo en sus propósitos de castigar a la nodriza, Pero cuando oyen de boca del propio Licurgo los nombres de Lemnos y de Toante, se precipitan a travos de 322 los batallones de guerreros y se lanzan a los brazos de Hipsípila cubriéndola de caricias (719-722): sed Lemnos ad aures ut primum dictusque Thoas, per tela manusque inruerant, matremque auidis complexibxis ambo diripiunt flentes alternaque pectora mutant. Ella duda de sus palabras, Pero cuando reconoce sus rasgos y ve la nave Argo grabada en la empxiñadura de la espada que habían dejado los minios en JLemnos, y el nombre de Jasdn en la clámide de los jdvenes, todo su dolor se disipa (725-727): ut uero et uultus ©t signa Argoa relictis ensibxis atque umeris amborum intextus lason cesserunt luctus, Es posible que Estacio haya tenido en cuenta el verso 123 de la Heroida VI de Ovidio, en que Hipsípi la escribe a Jasdn que sus dos hijos se parecen a él: Si quaeris cui sint símiles, cognosceris illis En Eurípides, segliti se desprende de la hypoth, ^® Hipsípila, la lemnia reconoce también a aua hijos, pero no en el momento en que se le perdona la vida (que en Eurípides conseguiría Anfiarao), sino porque partici 323 pan en los juegos q.ue se celebran en honor de Ofeltes­ Arquemoro. Así en este argumento (Bond. p. 91) w . 192­ 196, encontramos que los hijos de Hipsípila, que busca­ ban a su madre, recibieron hospedaje de la mujer de Li­ curgo, hospedaje que en Estacio les ofrece el propio ­ rey. Ellos quisieron participar en los juegos en honor del niño: oí γεγονότες Ύ ["φί,ιι>ΰ]λης παίδες.. ρ[..] αν ΙπΙ τί)ν τ%ς μητρός ςι^τησιν καΐ καταλΰσαντες παρά τ^ί του Λυκούργου γυναικί τον έπιτάφιον του παιδος -^θέλεσαν ά­ γων ίσασθα ι Los jdvenes vencieron en una prueba, segdn se deduce de los versos 196-197 de esta hypothesis: ή δ^ το[ν"]ς π [ρ] οειρημέν [ους] ξενόδοχί^σασα τοΰτ[ους] μ^ν Ιτι^νει ΑΙ parecer, Hmfiarao tuvo un papel muy importan te en el encuentro de Hipsípila con s\is hijos, ya que en el fr. 64, verso 65 el propio adivino dice: επέδωσα κάγδ» σοι πρόθυμ'ές παίδε σω verso en que el dxaal ratifica la seguridad que teníamos de que para Eurípides Hipsípila tuvo dos hijos, aunque s<5lo nos da el nombre de uno: Euneo. 324 En la tragedia de Eurípides, Hipsípila reconoce a sus hijos gracias a \m ramo de vid dorado que llevaban los jdvenes, presente que Baco había entregado a su hijo Toante. Así lo encontramos en el fragmento 64, v, 111 EYN.- κεί vov. ντος οίνωπδν pdxpuv y en el fragmento 765 Nauck: ο£ν&νθα τρέφει τον ίερ6ν ßdτpυv Εη Estacio, como ya se ha dicho, la prueba es­ tá representada por una espada de los argonautas y el ­ nombre de Jasdn bordado en la clámide de sus hijos. Las fuentes que hablan del encuentro de Hipsípi la con SUB hijos coinciden con la versidn de Eurípides, Así en Píndaro Nemeas hypoth. 2, los jdvenes llegan a ­ Nemea buscando a su madre en el momento en que Euridice, que quería matar a Hipsípila por la muerte de Ofeltes, la había encerrado en un lugar escondido (semejanza con Antígona de Sdfocles), Anfiarao muestra la madre a ΒΧΧΒ hijos y ella, feliz por el encuentro, ruega a los héroes argivos que permitan a sus hijos participar en los jue­ gos: κατ'ΙκεΓνον 6è τον καιρόν κατ& ςΐ^τησιν οι ταύ­ της παίδες θίας καΙΈυνεως'παρέβάλον έν Νεμέί^, - Ευρυδίκης òt της Αυκοΰργου γυναικδς βουλομένης δι& 325 τδν Όφέλτου θάνατον δνελεΓν τί)ν 'γψικΰλην, διΛ τουτό τε εν τινι τόπφ λαθραίφ καταΗλεισάσης, 'Αμφκίραος μαντευσ(£μενος δείκνυσι τοις παισΐ τήν *Υψιπΰλην» ή Òt τοΰτο είιτυχΐ^σασα παρεκάλει τοΙ)ς τίρωας τοις παισΐ συναγωνίσασθαι. Antología Palatina III, 10 un epigrama que está bajo un relieve en el que se representan a Euneo y Toante reconocidos por su madre a la que muestran una rama de vid dorado, símbolo de su linaje, y defen diéndola del castigo que quería imponerle Euridice - por la muerte de Arquemoro, nos dice que Exmeo abando n(5 el Asopo y condujo a su madre a la sagrada Lemnos: • .•Εδνοος γεγλυμμένος καΐ β<5ας, ους έγέννησεν ΎψJJ_ πύλη, αναγνωριζόμενοι τ^ μητρί καΐ τ?)ν xpuotfv δεικ νΰντες δμπελον, δπερ ^ν αύτοις του γένους σύμβολον καΐ λυόμενοι αύτί)ν τ!ίς διδ; τδν Άρχεμόρου θανάτου παρΈορυδίκρ τιμωρίας, φαίνε, θόαν, Β<ίκχοιο φυτδν τόδε» ματέρα γίίρ σου ^ΰσΐ} του θανάτου, οίκέτιν 'γψιπΰλαν» α τδν άπΈύρυδίκας ετλη χόλο ν, ?ίμος άποΰρας υδρος ο γας γενέτας ωλεσεν Άρχέμορον. στειχε òt καΐ σΐ) λιπ&ν Άσωπίδος, B C V O * , αρουραν, γειναμένην'αξων Λημνον Ις ^γαγέην. ΕΙ Mitógrafo Vaticano Segundo, 141, y Lactancio a Tebaida IV, 740, muestran que Hipsípila reconoció a sus hijos. 326 que la buscaban, cuando el heraldo dijo que los vencedo res en la carrera eran los hijos de Hipsípila y Jasdn, Euneo y Toante suplicaron a Licurgo que les permitiera llevar a su madre a Lemnos: quibus ludis Hypsipyle cum duobus filiis ex lasone intererat, qui et ipsi matrem quaerentes currende ulcerunt. quorum nomina praeco cum pronuntiasset, lasonis et Hypsipyles filies esse mater eos cogno uit. qui ab rege impetrarunt, ut miatrem recuperatam Lemnum reuocarent. Sin embargo, en Estacio el reconocimiento es muy anterior a estos hechos. Tiene lugar antes incluso de que los argivos determinen celebrar juegos fiSnebres en honor del nifio. Tampoco en el poeta romano los jdvenes vencen en ninguna prueba, aunque sí participan en xma de ellas, en la carrera de carros. Precisamente Vessey"^ considera que una de las mayores diferencias entre la tragedia de Eurípides y el poema épico está en el encuentro de Hipsípila y sus hijos, pues mientras en la tragedia constituía el núcleo de ella y en su torno giraban los demás acontecimientos, en la Tebaida lo que interesa es el retraso de los argivos y los simbolismos que estos hechos, así como el relato de Hipsípila, tienen con respecto al destino de los guerreros. 1.- art. cit. p, 49 327 También es digno de resaltar el hecho de que Estacio ha ido paulatinamente cambiando el nombre del niño, sin causa aparente, de Ofeltes en Arquemoro, Pe ro sí hay una causa: mientras el niño está vivo lo 1 1 ^ ma Ofeltes; pero a partir del momento en que muere, ca da vez que lo menciona lo llama Arquemoro, nombre que, según las demás fuentes, le dieron los argivos por haber sido la primera víctima de la guerra tebana. Indxjda blemente, Estacio tuvo en cuenta esta tradición, pero en sus versos el niño parece gozar del doble nombre - Ofeltes-Arquemoro sin que se hable de los argivos como autores de la segunda determinación. Y así ctiando "^fia rao calma los ánimos de los argivos y ñemeos diciendo que estaba desde antiguo decretada por los dioses la se quia, la serpiente homicida y la muerte del niño, asegu ra que ya su nombre presagia desgracia'''(733-740): audite, o ductor Nemeae lectique potentes Inachidae, quae certus agi manifestât Apollo, iste q\iidem Argolicis haud olim indebitus armis luctufí adest, recto descendrait limite Par cae: et sitis interitu fluuionam et letifer anguis, et puer, heu nostri signatus nomine fati, Archemorus, cuneta haec superum demissa suprema mente fluunt. 1.- *ApxTj-jiópos tiene una doble significación: Puede ser únicamente la primera víctima, pero también el primero de una larga serie de infortunios. 328 La relación nombre-destino es comiSn a varios personajes de la mitología clásica, entre los que cabe destacar, por la semejanza con el nombre de Arquemoro, a Protesilao, sobre el que pesaba el destino, ya señalado por su nombre, de que sería el primero en pisar la tierra troyana y, por tanto, en morir"^. Anfiarao afirma que deben ofrecerse al niño lio ñores ftSnebres que permanecerán a lo largo del tiempo,pues se lo merecer (741-742): mansuris donandus honoribus infans. et meruit; En Apolodoro III, 6, 4, Anfiarao comunica a los argivos que la muerte de Ofeltes era indicio de lo que iba a suceder. Por eso lo llamaron Arquemoro. En su honor instituyeron los juegos ñemeos: 1.- MOYA DEL B A S O , P . - Estudio mitográfico de las HeroiMM aa Ovidio. Publicaciones de la Universidad de Murcia, 1969, pp. 141-142, en que están recogidas las citas que hablan de Protesilao y las dos corrien tes seguidas por ellos: la de Ausonio, de que el nom bre es anterior a la muerte de lolao-Protesilao y, en cierto modo, cauda de ella; y la de Higino, que afirma que el nombre se le dio después de su muerte. La opinión de Aasonio con respecto a Protesilao es paralela a la de Estacio con Ofeltes-Arquémoro, mien tras que la de Higino, Pilóstrato, Eustacio, etc. lo es con la de los autores que siguen la tradición de que los argivos llamaron Arquemoro a Ofeltes después de su muerte y por el significado que ésta tenía. 329 Αμφιάραος òt είπεν έκείνοις τ6 σημεΓον τίι μέλλον τα προμαντεΰεσθάι» τί)ν òt παΓδα 'Αρχέμορον Ικίλεσαν· οι òt έθεσαν Ιπ'αδτφ τδν των Νεμίων άγ(3να. Los escolios a Clemente de Alejandría Protr. II, 34 dan lai misma versión que Apoiodoro sobre el nom bre que los argivos dieron a Ofeltes, Es Adrasto el qxie instituye los juegos ñemeos en honor del niño, juegos que más tarde fueron consagrados a Zeus: Άμφκίραος òt 6 μ({ντ(,ς, είς ων των έπτ(ί, άπδ τοΰ συμβάντος τόΓς "Ελλησι θάνατον προεμαντεΰσάτο καΐ τδν παϊδα Άρχέμορον έκάλεσεν. "Αδραστος òt παραμυθοΰμενος τίιν Ύψιπΰλην έπ'αίιτφ τδν Νεμεακδν αγώνα, συνεστήσατό, δς ύστερον τφ ΔιΙ άνιερώθη, Εη hypoth. Escolios a Pindaro Nemeas (p. 424 Boeck) también se habla de la instauración de los jue gos ñemeos. SegiSn este escoliasta, los padres del niño no se llaman Licurgo y Etirídice, sino Ei^fetes y Creúsa: τδ; Έεμέα φασιν άγεσθαι lui Όφέλτ^ τφ Έΐφ^του καΐ Κρεοΰσης naiòC En el argum. 2 nos dicen que instauraron unos juegos fiSnebres trienales: καΐ &γωνα ^yov Ιπιτάφιον τριετηρικδν 330 En hjrpo­th, 3 es Anfiarao quien da el nombre de Arquemoro a Ofeltes, pues la muerte del fíiño significa el principio de los infortunios. En su honor establecen los juegos: ^Αμφίίίραος δε τοΰτοις μαντεχιόμενος Άρχέμορον αύτδν έκάλεσεν, δτι αύτοΐς άρχή μόρου έγένετο 6 του παιδδς θάνατος Ιφ*φ καΐ άγωνα διέθηκαν· Εη hypoth. 4 los argivos, que se sentían respon sables de la muerte del niño, lo entierran y establecen los juegos ñemeos: είτα τ% σύμφορη βράχεt<£v τινα παραμυθίαν ποριζομένους θάψαι τδν παιδα καΐ Ιπιτάφιον άγωνα θέσθαι τδν ΗεμεαΤον, Segán Higino Pábxilas 74, los argivos institxjye ron los juegos ñemeos, juegos que no son trienales, como en la hypoth. 2 de Píndaro Nemeas y en el propio E s tacio, sino quinquenales. En ellos se entregaba al gana dor una corona de apio, como también atestigua Pausanias, según hemos visto: ludosque puero fúnebres instituerunt, qui quinto quoque anno fiunt, in quibus uictores apiacam c£ ronam accipiunt. 331 En la fábula 273 insiste Higino sobre los juegos, ya que dice que los establecieron los siete caudillos que iban a luchar contra Tebas: facti sunt in Nemea Archemoro Lyci et Eurydices filio, quos fecerunt septem duces qui Thebas ibant oppugnatum.