FARO DE VIGO • Sábado, 21 de enero de 2006 • NÚMERO 445 Juan Antonio Cebrián, quince años al trote a veces duro y otras dulce, largo o corto de las ondas en cabalgatas radiofónicas sucesivas desde que comenzó con La Red y, tras pasar por Azul y Verde, Turno de Noche, llegó a La Rosa de los Vientos. De su pasión por la historia hablan sus libros. “Es lástima que ahora, en la radio, estés en una trinchera o en la otra” “Escribo de Historia para divulgar, no para cuatro o cinco eruditos que me puedan seguir la pista” Fernando Franco ener un programa nocturno –aunque ha pasado por diversos avatares horarios– crea un tipo de fieles que, en su caso y por causa de La Rosa de los Vientos, son legión encendida. Miles de personas andan con ojeras por su culpa, aunque ahora haya conseguido en Onda Cero reducir sus efectos concentrando el programa en los fines de semana. Le puede la radio, y le bulle también un interés por el pasado que le lleva a frecuentes zambullidas en la Historia. Diez libros en su haber, alguno de autoría compartida, hablan de ello. –¿Creería usted hace 15 años a quien le dijera que hoy iba a tener su firma en diez libros? –Creería que estaba loco porque, aunque siempre me atrajo la Historia y en la radio tenía sección a ella dedicada, nunca pensé en escribirla. No le miento al decirle que el primero, “Pasajes de la historia”, lo hice como una especie de “souvenir” para los amigos... –Pero no quedó en “souvenir”... –Ya ve, está por la vigésima edición. Así que luego vinieron otros títulos como “La aventura de los godos”, que vendió más de 100.000 ejemplares, “La cruzada del sur”... –Cien mil son muchos en España... –En ensayo casi un milagro. Es cierto que en los últimos años se han publicado decenas de libros sobre la guerra civil y se han vendido más o menos pero, claro, vender sobre los godos es más difícil. –No creo que los historiadores ortodoxos le consideren de los suyos... –Y hacen bien. Yo me considero, sobre todo, divulgador. No soy un historiador ortodoxo; aunque desde el rigor, me gusta ser ameno. No escribo para sorprender a los cuatro o cinco eruditos que me pueden seguir la pista sino para que el mayor número de gente T disfrute con la historia. –Difícil jugar en esa línea delgada entre la rígida fidelidad a la Historia y la recreación de la misma... –Es cierto. A mí me cuesta mucho espigar, diseccionar, escoger entre el cúmulo de datos de que dispones lo que es interesante y contarlo de forma amena. –Es usted un osado. Hoy los historiadores se especializan por etapas y no saben de las otras pero usted se atreve con todo... –No exageremos, los planteamientos son diferentes. Sin embargo, he tenido que hacer esfuerzos tremendos, por ejemplo cuando quise contar los 780 años de la mal llamada Reconquista española en un libro de menos de 300 páginas. –O sea, que se ha estudiado bien a los moros invasores... ¿Cree usted en el choque de civilizaciones? –Somos distintos pero estamos alejados por el mismo Dios. En el caso de España yo creo que de aquellos años no quedan rescoldos de enemistad salvo en unos cuantos iluminados integristas que aún piensan en la reconquista de Al Andalus porque aún creen que el sur español es un territorio que les hemos arrebatado. Juan Antonio Cebrián, manchego cosecha del 65, lo tiene claro: “Las guerras se libran por causas más materiales, como el petróleo o el agua, y ahí nada tiene que ver la cruz o la media luna”. –Y a usted, ¿qué le produce tanta ansia de soberanismo y discusión estatutaria dentro de España? –Tristeza, porque tenemos un pasado bastante digno del que no debemos nunca avergonzarnos. Creo que hemos hecho juntos y superado bastantes etapas difíciles, que llevamos más de 500 años en este esfuerzo común llamado España, que sería muy triste que nuestro país se desgajase en separatismos estériles por cuestiones casi tribales. Bien está reconocer la identidad de cada pueblo, pero en un contexto que nos una otros Nos preocupábamos por hacer las cosas bien pero nos sentíamos del mismo lado los de unas u otras emisoras e incluso intercambiábamos expeJuan Antonio Cebrián riencias. Ya no. Ahora o intervino esta semana en el estás en una trinchera o Club FARO. / Foto: R. GROBAS en otra. La política se ha adueñado en exceso de los medios y estamos pendientes de gustar a determinado público que teóricamente nos toca. Antes no s e pensaba en un público de derechas o izquierdas sino en el oyente... –Futuro habrá... –Yo siempre auguro larga vida a nuestra radio, pero no sé cuál será el futuro. Sólo me preocupa esta situación de frentes y trincheras. Por fortuna, en contraste con la televisión, todavía no existe la radiobasura. Concesiones siempre hay que hacer pero yo, si tuviera que hacer un programa poco digno, dejaría la radio con lágrimas en los ojos. Antes de plegarme a intereses groseros que vemos en programas de la tele, yo abandotantos siglos. –Pasemos de lo agrio a lo cáli- no. –Usted, en La Rosa de los do. ¿Y la radio, qué? ¿Cómo entró en su vida? Vientos, tiene secciones que ro–Ya desde pequeño conservo zan lo creíble. Sin embargo, paen mi memoria momentos de la rece que ha evitado el naufragio radio y otros más tarde como en esas aguas procelosas... –He conseguido trabajar en aquellos narradores del 23-F en vivo y en directo. Sentí algo muy asuntos de misterio siendo el maespecial cuando por vez primera yor escéptico de todos. Desde que me senté ante un micrófono, en empecé a incorporar esos temas, una de esas radios libres por las en parte porque son horas de maque empezamos todos pagando drugada, siempre me propuse ser más que cobrando y que llegan al un descreído. Hemos hecho incluedificio de enfrente y poco más. so una guerra contra videntes o –¿Y entiende ahora la vida sin echadores de cartas de pacotilla y la radio? otras gentes que viven del engaño. –Hombre, se han incorporado Ahora el misterio que predomina otras cosas a mi vida personal, no en nuestro programa es el histórisólo los libros sino alguna revista, co y mucho menos temas extratepero creo que la radio va a formar rrestres y similares. siempre parte de mi vida, mientras –Mucha noche lleva usted de me dejen. radio... –Unos 15 años lleva usted an–Mi sueño está al borde de la te el micrófono. ¿Ha cambiado hecatombe pero la pasada tempomucho el medio? rada solicité a mis jefes pasarme al –Ahora estamos muy desasose- fin de semana. Eso me permite resgados, sufrimos ansiedades que pirar un poco pero la madrugada, cuando yo empecé no teníamos. aunque mágica, es devastadora. FARO DE VIGO ARO DE VIGO ◆ ◆◆ FSábado, ◆ 20 de marzo de 1999 42 Sábado, 21 de enero de 2006 ☛L I B R O S SALVADOR RODRÍGUEZ Vaya por delante que ésta no es una biografía neutral. Alfonso S. Palomares es un buen amigo de Felipe, y eso se nota. Pero Palomares también es un periodista de raza, así que no esquiva los territorios de la crítica. Una biografía en positivo Felipe González. El hombre y el político ALFONSO S. PALOMARES. Ediciones B. 486 páginas. adie puede dudar a estas alturas –ni siquiera sus más acérrimos rivalesenemigos– que Felipe González ya ha entrado en la Historia de España como una figura clave de la Transición a la democracia. No es ésta la primera biografía que se edita del (todavía, y pese a su “retiro”) líder socialista, pero posiblemente sea la más completa y, sin ser neutral, es tal vez la más honesta y, por qué no decirlo, la que más nos acerca a la verdad de “el hombre y el político” como muy bien se indica en el subtítulo. El ourensano Alfonso S. Palomares, prestigioso periodista, escritor, director de diversos medios de comunicación y durante años presidente de la agencia Efe aporta en este volumen datos directos e inéditos por contar con material del primera mano, gracias precisamente a la proximidad política y a la N Alfonso S. Palomares. estrecha vinculación mantenida con González a lo largo de los años. Palomares recoge con precisión los entornos familiares de González y las soñadoras pasiones de juventud; podría haberse quedado ahí y zanjado la cuestión sin entrar en lo que vino después de Suresnes y, muy es- pecialmente, después de la apabullante victoria electoral de 1982, pero ya se ha dicho que estamos ante un periodista de raza que en absoluto ha eludido los “lados oscuros” del Felipe González presidente del Gobierno, ni siquiera del Felipe de ahora, acaso convertido en “guardián” de sus sucesores en el partido. Claro que Palomares lo tiene claro, y sin reparos de ninguna clase sale al ruedo para sostener tesis como la que sigue: “En 1993 consiguió su cuarta victoria electoral. Entre sus adversarios y enemigos cundió la desesperación. No había manera de ganarle en un limpio juego democrático. Por eso un confuso frente de políticos, banqueros delincuentes, periodistas y jueces articuló una cacería infame contra Felipe González (...) Aprovecharon para ello algunos casos de llamativa y escandalosa corrupción entre las filas socialistas y utilizaron la lucha terrorista y los oscuros crímenes del GAL como arma política”. ¿Fuerte? Pues esto no es nada comparado con algunas de las historias que se cuentan en “Felipe González. El hombre y el político” y que levantarán más de una controversia por permanecer sus protagonistas todavía en la primera línea de la actualidad informativa (habrá que estar atento a lo que se comenta de esta obra en la Cope y “El Mundo”). Porque Paloma- res no generaliza: da nombres y apellidos y apunta pelos y señales: “A lo largo de las páginas de este libro –refiere su autor– he procurado contar, en una amplia crónica, la historia y los distintos afanes de su vida, así como las circunstancias que le llevaron al poder desde el cual pudo cambiar realidad. Un objetivo que en muchos casos podía parecer utópico, pero que en Felipe terminó convirtiéndose en programático”. Iniciación ao teatro Asubío, Fina e Petra, xente moi lareta XOSÉ VÁZQUEZ PINTOR. Everest Galicia. 40 páxinas. Cuentos crueles XAIME QUESSADA. Ronsel. 157 páginas. Aunque extrañe a algunos, no es la primera que el pintor Xaime Quesada se sumerge en los vericuetos de la creación literaria.Ya lo hizo con “La singular historia del Recristo de Baraña”, “Lucenza” y “El Olvido”. No es pues un neófito. En “Cuentos crueles” el artista/escritor nos muestra su particular manera de entender la literatura a través de cinco relatos “alocados”: “Una noche en el Museo de Prado”, “Luzdivina”, “El Hombre de la Lluvia”, “El barquero” y “El Ataúdes”. “La prosa de Quessada –opina Darío Vilanueva en el prólogo de est libro– rezuma pintura. Tanto en un plano puramente estilístico como en el semántico, por los temas y asuntos que toca”. “Asubío, Fina e Petra, xente moi lareta” é unha peciña moi especial na traxectoria como dramaturgo de Xosé Vázquez Pintor. A súa recente reedición remóntanos á chegada do autor de Agolada ao Morrazo a principios da década dos 70, e nomeadamente ó seu labor dinamizador do fenómeno teatral da comarca que xurdiu vencellado ás actividades escolares que daquela foran o xerme da creación da compañía “Ancoradouro”. “O mar de Cangas foi unha descuberta interior, unha ardentía –conta Vázquez Pintor–.Aquí soñei para o teatro de base, dende a infancia. Traía comigo as palabras de Varela Buxán, amigo dos meus pais, que me dixera: se che gosta o teatro galego, non deixes nunca de intentalo, fásnos máis falta nel que na poesía.” Foi así que naceu esta peciña, nun contexto escolar, de comarca, como unha das propostas de viaxar coa súa montaxe polos centros públicos de ensino: Coiro, Darbo, Hío, Aldán, Cangas, Bueu, Moaña....”Eran os anos emerxentes do Día das Letras Galegas e fomos un ramallo de mestres e mestras novos quen levamos nas carriñas un proxecto ben fermoso: folclore, teatro, poesía, palabra e obra da nosa Cultura polos colexios integrados nesta ensoñación. Así foi a estrea da peciña que arestora ve a luz e da que aparecen breves correccións no aspecto da normativa, as mínimas, porque eu tentei non mancar a frescura dos versos, a oralidade de entón”. Estes tales Asubío, Fina e Petra son tres persoaxes animados, entre os seis que conforman esta obra de teatro para nenos. Eles son a referencia da vida que alenta o espacio natural que é a hortaxardín dunha casa da cidade acosada pola urbanización depredadora, a industria contaminante, os espacios para o negocio (o nec-ocio: a negación do ocio, da liberdade). Simbolizan xa que logo, en verbas do seu creador, “o espacio no que eles son convidados da Natureza, nos ciclos da súa existencia: as migracións,. as primaveras, as idas e voltas que da a vida”. Mención especial nesta edición merecen as ilustracións, orixinais de Xosé Vázquez Pintor. Andrés Meixide. “Non coñezo persoalmente a Andrés Meixide –confesa Vázquez Pintor– pero foi outra descuberta. El soubo interpretar o texto dun xeito máxico: póndose dentro do Teatro, como espectador de plateas e de trasbambalinas, coa cámara de artista, esa creatividade que lle da forza, realismo, compostura ao libro: estás vendo a representación da obra,a interpretación dos personaxes, os seus xestos, de impagable beleza”. FARO DE VIGO ARO DE VIGO ◆ ◆◆ FSábado, ◆ 20 de marzo de 1999 43 Sábado, 21 de enero de 2006 PATRICIA ÁLVAREZ ☛L I B R O S Con gran erudición y capacidad de análisis, Robert O. Paxton aborda el fascismo en toda su complejidad, centrándose más en sus acciones que en sus palabras. El fascismo en acción Anatomía del fascismo ROBERT O. PAXTON. Península. 366 páginas. i siquiera hoy, ochenta y cinco años después del nacimiento oficial del fascismo en una plaza de Milán, se ha logrado una explicación satisfactoria y universal de su significado. El término es tan impreciso que no va más allá de ser una palabra ofensiva dirigida contra todo el que ostenta autoridad.Ante la gran variedad de fascismos y el carácter esquivo de su esencia, hay investigadores que han renunciado a buscarle un significado. No es el caso de Robert O. Paxton, para quien el fascismo fue “la innovación política más importante del siglo XX y la fuente de gran parte de sus padecimientos” y necesita, por tanto, una definición. En Anatomía del fascismo, se ha propuesto una nueva forma de enfocar el fascismo que permita recuperar el concepto para un uso significativo y explicar más plenamente su atractivo, su compleja trayectoria histórica y el horror al que condujo. Contra lo que suele ser la práctica habitual en un ensayo político, el libro de Paxton se centra más detenidamente en las acciones del fascismo que en sus palabras y examina el recorrido histórico de una serie de movimientos y régimenes considerados fascistas (los de Italia y Alemania, principalmente), dejando para el final el análisis conceptual. Para Paxton uno de los errores a la hora de interpretar el fascismo es considerarlo una ideología, entendida ésta como un sistema de pensamiento incorporado a un proyecto de ordenación del mundo. A diferencia del socialismo, del liberalismo y de otros “ismos” clásicos, que se N L O S M apoyaban en sistemas filosóficos coherentes, el fascismo fue una invención nueva creada para la era de la política de masas que apelaba más a las emociones que al debate razonado. No se apoyaba en la veracidad de su doctrina, sino en la unión mística del caudillo con el destino histórico de un pueblo, al que convocaba en ceremonias rituales cuidadosam e n t e orquestadas y cargadas de una intensa retórica. Esto no significa, sin embargo, que Paxton desatienda las raíces ideológicas que hicieron posibles los movimientos fascistas. En la base de todos estuvo el rechazo a los valores universales de la Ilustración y, en cambio, su consagración al éxito de un pueblo elegido en una lucha darwiniana por la supremacía. La comunidad va en ellos por delante de la humanidad, por eso cada movimiento fascista nacional concreto da plena expresión a su propio particularismo cultural, haciendo imposible que funcione algo parecido a una “internacional fascista”. Una de las estrategias que emplea Paxton para dilucidar la esencia del fascismo es la comparación entre los variados movimientos y régimenes a los que dio lugar, pero entre ellos no incluye ni el de Francisco Franco ni el de Oliveira Salazar. Franco, dice Paxton, quería orden y tranquilidad y el fascismo se adaptaba mal a su temperamento reservado. Utilizó a Falange, partido de inspiración fascista, tomando prestado su ceremonial, pero no le permitió participar en la elaboración de la política ni en la administración. Muerto José Antonio, Falange fue sumergida en una organización aglutinadora y amorfa que incluía a los monárquicos tradicionalistas y se convirtió en un elemento decorativo y plenamente domesticado del régimen. El franquismo no fue más que una simple dictadura conservadora. El fascismo no es una ideología, según Paxton Á S V E N D I D O S FICCIÓN NO FICCIÓN LINGUA GALEGA Las crónicas de Narnia. C.S. Lewis (Planeta). El viaje a la felicidad. Eduard Punset (Destino). Herba Moura. Teresa Moure (Xerais). La historiadora. Elisabeth Kostova (Umbriel). Los fogones de José Andrés. José Andrés (Planeta). 3 El curioso incidente el perro a medianoche. Mark Andron (Salamandra). 3 Felipe González. El hombre y el político. Alfonso S. Palomares (Ediciones B). 4 Tokio Blues. Haruki Murakami (Tusquets). 4 El aprendiz de sabio. Bernabé Tierno (Grijalbo). La sombra del viento. Carlos Ruiz Zafón (Planeta) De la autoestima al egoismo. Jorge Bucay (RBA). 6 Las intermitencias de la muerte. José Saramago (Editorial Alfaguara). 6 Diccionario panhispánico de dudas. Real Academia Española (Santillana). 1 2 5 1 2 5 1 A república dos soños. Nélida Piñón (Galaxia). 2 Conversas con Xosé Luís Méndez Ferrín. X.M Del Caño. (Xerais). 3 CON LA COLABORACIÓN DE LAS LIBRERÍAS: VIGO: El Corte Inglés, Librouro y Casa del Libro. VILAGARCÍA: Limiar. OURENSE: La Viuda. Yo, eterno niño. Poemas Inmenso estrecho EGON SCHIELE. Maldoror. 72 páginas. VARIOS AUTORES. Kailas. 293 páginas. Si Egon Schiele (1890-1918) no ha gozado de la misma popularidad como poeta que como artista plástico ha sido debido a un triste malentendido: su obra poética fue editada algunos años después de su muerte por su amigo Arthur Roessler, que se creyó con derecho a transformarla estilísticamente con el resultado de desnaturalizarla y conferirle un aspecto plano y sin brillo que le arrebató su carácter insólito y sorprendente. En la traducción al castellano de su versión original, estos poemas ponen al desnudo los mecanismo del insconsciente, mostrándonos las angustias y los horrores del artista. Veinticinco autores, entre los que se encuentran nombres tan señeros de nuestro panorama literario como Juan Madrid, Manuel Hidalgo, Manuel Rivas, Luis Mateo Díaz, Gustavo Martín Garzo o Jordi Soler, abordan en otros tantos relatos el drama de la inmigración. Todos ellos han cedido los derechos que se deriven de la comercialización de este libro a Red Acoge, una ONG que lleva 15 años defendiendo los derechos de la gente de fuera que llega a España huyendo del sida, la miseria, la guerra y un futuro sin esperanzas en el país donde nacieron. Inmenso Estrecho es fruto de una apuesta de Kailas en favor de la comprensión y el entendimiento. El testamento del último cátaro El caso Brown ANTONI DALMAU. Temas de Hoy. 294 páginas. Ignorados durante siglos por el común de los lectores, los cátaros han vuelto a hacerse presentes gracias al descomunal éxito de El Código da Vinci y al protagonismo literario que les han otorgado los autores de best sellers y los gustos del público. En la novela de Antoni Dalmau, una arqueóloga y un periodista que investigan el misterio de dos sarcófagos hallados en Toulouse se sumergen en los enigmas de la persecución de los cátaros por parte de la Iglesia Católica. WALTER MOSLEY. Roca. 317 páginas. Walter Mosley es uno de los pesos pesados de la literatura policiaca contemporánea y su saga del detective Easy Rawlins, una magnífica colección de novelas sobre la historia social de los negros en Los Ángeles. En esta última entrega, Mosley vuelve con una trama rebosante de violencia y amargura a los conflictos raciales de los años sesenta. Easy Rawlins busca a un chico que se ha ido de casa para unirse a un grupo político de radicales que postula una revolución cuyo fin es liberar definitivamente a los negros del yugo blanco. ◆ ☛ X.L. MÉNDEZ FERRÍN 4 ◆F ARO DE VIGO Sábado, 21 de enero de 2006 CONSULTORIO DOS NOMES E DOS APELIDOS GALEGOS Os falsos nomes tendencia, sumamente extendida, a darlle a outro ou a se dar a un mesmo unha segunda identidade reina no Entroido, tempo, como cantaba Vinicio de Morais, de mudar a pobreza pola fantasía. Xa falamos dos alcuños, alcumes ou nomeadas, pro nesta categoría non se esgota o segundo, o terceiro ou o cuarto nome de alguén. Ou o nome que fai desparecer finalmente o nome marcado polos xenitores e, por veces, tamén os apelidos que nos legaran os devanceiros. En tempos de mudanza, revolución ou guerra, moitas xentes coma Enrique Líster (antes Liste) ou Tito (antes Josip Broz ou mesmo Brozovich) ou Stalin (antes Josip Vissarionovich Yugachvili), mudan tamén o seu nome e apelidos. Poden adoptar un novo cheo de sentido –como Louis Phillippe de Orléans Égalité– ou poden simplesmente afrancesar e decorsificar nome e apelido, como é o caso famoso de Napoleone Buonaparte. Os guerrilleiros e clandestinos galegos de 1936 a 1975 usaron todos nomes de guerra ao tempo que, algúns, adoptaban de falsas identidades por razóns obvias. Así María Dolores, en homenaxe a Pasionaria (Enriqueta Otero); Foucellas (Benigno Andrade), en razón da aldea de orixe; Piloto (Xosé Castro Veiga), por ter servido en Aviación: veleiquí algúns casos principais. Á Garda Civil e á BPS gustoulle sempre moito insistir nestes nomes de guerra (para eles, alias) porque tal uso puña o guerrilleiro ou o clandestino antifranquista á altura dos bandidos e delincuentes comúns; lembren Tomé das Congostras, Venancio das Pitas ou Pepa a Loba, gavilleiros famosos en Galicia. Sabemos que moitos artistas e xentes do espectáculo adoptan un nome artístico máis sonoro ou suxerente ca o herdado. Vexan como Bob Dylan, por exemplo, decidiu esquencerse de que se apelidaba de forma tan yiddisch como Zimmerman. Pois ben, resulta curioso comprobar que os artistas contemporáneos da canción galega non soen renunciar ao seu nome ou apelidos (Miro Casabella, Amancio Prada, Su- A so Vaamonde) ou, como moito, reducen o seu nome artístico ao nome persoal: Bibiano, Uxía, María Manuela. No pasado, o compositor Xosé Castro era famoso como Chané. Os que moito usan do nome artístico, que pode vir do capricho, dun alcuño ou do lugar de procedencia, son os grupos musicais e os de gaiteiros en especial: Muxicas, Penalta, Garceiras, Soutelo... O nome de relixión foi moi recorrido. Nalgunhas ordes parece que era de uso obrigatorio e simbolizaba que o profeso deixaba a tras, co nome e apelidos, o mundo e as súas pompas en canto o novo nome significaba outra existencia espiritual. O máis famoso frade dos que mudaran o nome ao entrar en relixión foi Pedro (Perucho) Xosé García Balboa, que se fixo inmortal como Frei Martín Sar- miento. Sen embargo, o seu amigo maior e Máximo Educador das Hespañas Borbónicas sempre mantivo os nomes do seu batismo e da súa castimonia: Bieito Xerome Feixóo Montenegro, que así cantarían no idioma galego cuxa autonomía defendeu con argumentos históricos irrebatibeis o nome e apelidos do benedictino docto. Finalmente, deberiamos botar unha ollada á Francmasonaría ou Masonaría, organización que tanta importancia tivo na historia de Galicia do século XIX e primeiro terzo do XX. Os membros desta sociedade universal usaron e usan internamente un nome diferente do seu civil, que eles chaman simbólico. Xeralmente, estas identidades simbólicas están inspiradas en figuras do pasado que para o usuario encarnaron virtudes ou valores do tipo dos que a Masonaría defende: Liberdade, Xustiza, Harmonía, Razón. Sei eu de galegos do pasado (Valín pode iluminar sobre este tema os máis curiosos) cuxo nome simbólico era Catón, Igualdade ou mesmo Colón. Non perturbaremos o sixilo masónico se lembramos que o nome simbólico de Casares Quiroga era, nos días florecentes das loxias coruñesas, Saint-Just, e así se referen a el sempre os personaxes da novela Pensa Nao de Anxo Angueira. Non estou certo, mais penso que era Lugrís Freire quen usaba, tamén na Coruña, o nome simbólico de Gutenberg, que, digámolo xa, era un pseudónimo adoptado polo inventor da imprenta. De pseudónimos literarios escribirei eiquí outro día, atendendo a varias suxestións ou suxerencias recibidas. Porque o universo dos nomes falsos, que poden ser tan verdadeiros como aqueles aos que sustitúen, non se esgota, nin moito menos, co que se leva comentado neste Consultorio. Barra Margarita Barra, desde Nigrán, pregúntame polo seu apelido, que ela considera pouco común e centrado en Baiona. Debo decerlle que é de difícil interpret a - ción. Como nome común, barra é palabra moi polisémica, ou sexa que pode ter moitos e moi diferentes significados, desde unha “barra de pan” á “barra de area” que se forma na foz dos ríos, o cal nos fai pensar en diversas procedencias etimolóxicas. Deste nome barra, o moi sabio etimoloxista Joan Corominas di que é “voz prerrománica común a todas as linguas romances, salvo o rumano”, e déixanos como estabamos ao principio, aínda que cunha pista: é palabra anterior á romanización pero común a grandes áreas europeas. Para min, o apelido Barra ten que provir dalgunha das entidades de poboación que en Galicia se chaman Barra ou A Barra e que coñecemos en concellos tan distantes como Cervantes, Coles, Ares, Sobrado, Oza dos Ríos, etc. Tamén pode provir, aínda que sería raro, dun topónimo, como o areal de Barra, que non sexa lugar poboado. Eu sospeito que estes lugares chamados Barra deben ter relación coa raíz indoeuropea *awer “auga, humidade, chover”. Segundo deducimos dun estudo de Edelmiro Bascuas, de *awer sairía unha serie de verbos galegos que significa “chover miudiño, poallar” e que son: barruñar, barroñar, barrallar, barrufar, barruzar, procedentes, na nosa lingua, do sustrato paleoeuropeo (SPR2) ou, se cadra, celta (SPR3). De maneira que os diversos topónimos Barra dos que procede o apelido da nosa consultante, case sen dúbida, foron nun principio todos hidrónimos ou nomes relacionados coa agua. E máis non lle sabería decer. Simóns Trátase dun apelido do grupo dos chamados patronímicos, que indicaban o nome do pai. Así Simóns foi, no pasado, o “fillo de Simón”. O nome Simón procede inmediatamente do latín, aínda que a orixe remota sexa hebrea. Simon Petrus, ou sexa San Pedro, o sucesor de Cristo, fixo famoso este nome. Constato que nos documentos medievais galegos hai moito Pedro, Pero, Petrus, mais pouco Simón. Coa forma Simión aparece na famosa Cántiga de Meendiño. En canto ao apelido Simóns, temos que decer que é forma privativa galega que se corresponde coa portuguesa Simões, de largo uso no país veciño (a súa semellanza co inglés Simons é puramente casual). En documentos galegos e portugueses dos séculos XIII e XIV atopamos este apelido baixo diferentes formas que marcan ou non a nasalidade: Simoiz, Simõis, Symõoez. A miña consultante Margarita Barra interésase por Simóns pois este é apelido que usa a súa nai. Pregúntame se o correcto é escribilo Simóns, como facía a súa avoa, ou Simons, á inglesa, tal como escribe unha pola da xeración seguinte. Naturalmente, os usuarios poden escribir o seu apelido como gusten, pero a forma correcta, histórica e etimolóxica é a que usaba a avoa e usa a nai de Margarita: Simóns, con acento no o. Atopámonos, pois, diante dun dos varios casos de alteración acentual que xa temos comentado neste noso Consultorio. ☛ Todos os lectores e lectoras que sintan curiosidade polas orixes do seu nome de pía ou dos seus apelidos poden consultar esta sección. Escriban por correo ordinario a X.L. Méndez Ferrín, FARO DE VIGO, Rúa Uruguay, 10-A. Apartado de Correos 91. VIGO. Sección: Consultorio dos Nomes e dos Apelidos Galegos.