p FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE ACADÉMICA MEXICO DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES VIII PROMOCIÓN 2010-2013 La institucionalización de la revocatoria del mandato político a presidentes en Ecuador Tesis para obtener el grado de Doctor en Investigación en Ciencias Sociales con mención en Ciencia Política Presenta: JULIO TEODORO VERDUGO SILVA Directora de tesis: Dra. Karina Mariela Ansolabehere Sesti Lectores: Seminario: Línea de Investigación: Dr. Luis Daniel Vázquez Valencia Dr. Lorenzo Córdova Vianello Procesos políticos contemporáneos de América Latina Procesos políticos, representación y democracia México, D.F. abril de 2014 El doctorado y la tesis se realizaron gracias a la beca otorgada por la Secretaría de Educación Pública de México (SEP) i Resumen Se estudia el proceso de institucionalización de la revocatoria del mandato político a presidentes en Ecuador tomando en consideración las ideas y discursos políticos emitidos por los actores de derecha(s) e izquierda(s) desde 1990 hasta 2007, por lo tanto durante un lapso donde se produjo la emergencia del movimiento indígena, la caída de tres presidentes y la celebración de dos Asambleas Constituyentes. El estudio es de carácter comparado pues se contrastan las posiciones discursivas que los políticos de derecha(s) e izquierda(s) tuvieron en los diferentes puntos de inflexión y crisis política y especialmente durante las asambleas constituyentes de 1997-98 y 2007-08 las cuales son contrastadas considerando el poder de veto de los actores que dominaron cada una, el discurso político que se impuso y las ideas que tuvieron sobre la RMP a presidentes para saber por qué se institucionalizó en uno y no en el otro escenario de elaboración constitucional. Palabras clave: Revocatoria del mandato a presidentes, caída de presidentes, crisis política, Asambleas Constituyentes, Ecuador. Abstract: The process of institutionalization of presidential recall in Ecuador taking into consideration the ideas and the political speeches delivered by the left and right actors from 1990 to 2007, during this period the emergence of the indigenous movement, the overthrow of three presidents and the holding of two Constituent Assemblies occurred. It is a contrasted study since it is comparing discursive positions that political right and left had at different points of inflection and political crisis, especially during the Constituent Assemblies of 1997-98 and 2007-08 which are compared considering the veto power of the actors who dominated each one of the Assemblies, the political discourse that prevailed and the ideas they had on the presidential recall to know why was it institutionalized in one but not in the other scenario of constitutional development. Keywords: Presidential recall, presidents overthrow, political crisis, constituent assemblies, Ecuador ii A mis padres, por su apoyo incondicional en todas las situaciones imaginables a lo largo de mi existencia. A mis hermanos de quienes me siento muy orgulloso, y; a mis queridos sobrinos por quienes haría hasta lo imposible. A todos mis muertos, no solo a los que conocí, sino también a aquellos que desaparecieron antes que yo venga hasta este mundo. Estoy parado sobre sus hombros, sobre lo que ellos construyeron, sobre sus lágrimas, sus frustraciones, su esfuerzo. iii Mi gratitud a todas las personas que con una sonrisa o su amistad iluminaron mi vida durante el maravilloso aprendizaje de vida que acompañó al proceso académico del doctorado. Son tantas las personas que conocí, con las que charlé, con las que conjugué infinidad de verbos que simplemente sería infructuoso nombrarlas a todas. Mi sincero sentimiento de estima para Karina Ansolabehere Sesti, por su soporte académico, y quien durante momentos críticos no relacionados con el posgrado, me ayudó a aclarar el panorama y con sus palabras de aliento me motivó a seguir adelante. Agradezco a Luis Daniel Vásquez Valencia por su ayuda académica y porque con su consejo sereno, me tranquilizó en momentos cuando creía que todo estaba perdido. A Lorenzo Córdova Vianello por desempeñarse como uno de los lectores de mi trabajo, a pesar de su apretada agenda. A todos, los admiro y respeto. iv ÍNDICE INTRODUCCIÓN GENERAL Páginas 1 Capítulo I La institucionalización de la revocatoria del mandato político a presidentes: ¿autolimitación del poder? Introducción 4 1. ¿Paradoja?: una mayoría política hegemónica eligiendo una institución que minimiza sus intereses [problema de investigación] 5 1.1 Solución a la inestabilidad, influencia internacional, institucionalización engañosa, mecanismo para defenderse en el largo plazo: respuestas preliminares [hipótesis] 8 2. Neo institucionalismo discursivo y el proceso de elaboración constitucional [marco teórico] 10 2.1 Confluencia de las ideas, la historia y los procesos de elaboración constitucional……………………………………………………………………………14 3. Del discurso a la institución: (re)construcción de la dinámica histórica de discursos políticos sobre RMP a presidentes y su deliberación en asambleas constituyentes [marco metodológico] 15 Conclusiones 27 Capítulo II Una teoría sobre la institucionalización de la revocatoria del mandato a presidentes Introducción 28 1. Revocatoria del mandato a presidentes: estado de la cuestión 29 1.1 Un esquema sobre la revocatoria del mandato en el mundo 34 2. Revocatoria del mandato a presidentes: elementos conceptuales 36 2.1 Revocatoria del mandato a presidentes y otros mecanismos con efectos similares..37 2.2 Revocatoria del mandato a presidentes y modelos de democracia 38 2.3 Revocatoria del mandato y orden político 44 2.3.1 Resistencia al poder, tiranicidio y revocatoria del mandato a presidentes…….51 Conclusiones 59 Capítulo III Contexto(s) para la emergencia de ideas y discursos políticos precursores de la revocatoria de mandato a presidentes en Ecuador Introducción 60 1. Crisis neoliberal y emergencia del movimiento indígena 61 2. Inestabilidad política de presidentes en Ecuador y América Latina 73 3. El giro a la izquierda y la promesa de creación de un nuevo orden político: el ascenso de Rafael Vicente Correa Delgado 80 Conclusiones 87 v Capítulo IV Derrocamiento de presidentes y configuración de discursos revocatorios en Ecuador Introducción 88 1. Afirmación del discurso revocatorio: la caída de Bucaram “el loco que ama 89 1.1 La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente 1997-98 103 2. Reafirmación del discurso revocatorio: la caída de Mahuad 105 3. Fortalecimiento del discurso revocatorio: la caída de Lucio Gutiérrez el derrocador derrocado 120 3.1 La frustrada institucionalización de la revocatoria a presidentes: Palacio y la reforma política 128 3.2 La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente 2007-08 133 Conclusiones 134 Capítulo V Procesos de elaboración constitucional y deliberaciones sobre la revocatoria del mandato a presidentes en las Asambleas Constituyentes de 1997-08 y 2007-08 Introducción 136 1. Las expectativas electorales de los actores, recursos-estrategias para su negociación y reglas que estructuraron las ANC 1997-98 y 2007-08 140 2. La relación entre la institucionalización de la RMP a presidentes y las fuerzas políticas que dominaron las ANC 1997-98 y 2007-08 151 3. La ANC 1997-1998: gobernabilidad y reacomodo de la democracia liberal 156 3.1 La revocatoria a presidentes en el debate constituyente 1997-98 164 4. La ANC 2007-08: buscando la democracia radical 175 4.1 La revocatoria a presidentes en el debate constituyente 2007-08 180 Conclusiones 198 HALLAZGOS 1. Las visiones sobre orden político y las ANC como espacios para su discusión 2. Racionalidad discursiva y racionalidad instrumental 3. Las ideas explican la creación de instituciones 4. La diferencia entre la elección y el diseño institucional 5. La subsunción de la RMP a los parámetros de la democracia liberal 6. RMP a presidentes y su correlación con la izquierda política 199 200 203 204 206 207 BIBLIOGRAFÍA 208 Abreviaturas, Acrónimos, Glosario, Siglas 243 Índice de cuadros Cuadro 1. Tema-problema-categorías-dimensiones-indicadores Cuadro 2. Matriz de ordenación de los discursos sobre revocatoria a presidentes Cuadro 3. Revocatoria del mandato político en el mundo 18 24 35 vi Cuadro 4. Orden político y la triple dimensión normativa de Hampton Cuadro 5. Mandatos presidenciales interrumpidos en Sudamérica 1992-2005 Cuadro 6. (In) estabilidad política: conflicto ejecutivo-legislativo 1979-1996 Cuadro 7. Huelgas y paralizaciones nacionales en Ecuador: 1979-1996 Cuadro 8. Rumores de golpe de Estado por militares: 1979-1996 Cuadro 9. Mandatos presidenciales interrumpidos en Ecuador 1997-2005 Cuadro 10. Preguntas consulta popular en Ecuador el 25 de mayo de 1997 Cuadro 11. ANC 1997-98; 2007-08: repartición de escaños Cuadro 12. Comparativo entre ANC 1997-08 y ANC 2007-08 49 74 77 78 79 79 105 152 154 Índice de anexos ANEXO 1. El porcentaje de firmas y el número de votos para RMP a prefectos es más alto que el número de votos con que se eligieron 245 ANEXO 2. El porcentaje de firmas y el número de votos para RMP a alcaldes es más alto que el número de votos con que se eligieron 246 ANEXO 3. Comparación RMP: proyecto CONESUP, proyecto CONAIE y Constitución 2008 249 ANEXO 4. Breves semblanzas de actores políticos claves 250 ANEXO 5. Definición, tipos y elementos de la entrevista cualitativa 252 ANEXO 6. Preguntas base-guía para ex asambleístas: entrevista semiestructurada 254 vii INTRODUCCIÓN GENERAL “La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir” Jacques Benigne Bossuet (en Israel, 2011: 95) “A los políticos y a los pañales hay que cambiarlos seguido, y por las mismas razones” George Bernard Shaw (en Israel, 2011: 97) “Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa” Enrique Jardiel Poncela (en Red, 2008:266) “Vota a aquel que prometa menos. Será el que menos te decepcione” William Mitchell Ramsay (en Red, 2008: 266) El presente trabajo se circunscribe, en general, en el estudio de la institución de la revocatoria del mandato a autoridades de elección popular (RMP) teniendo como objeto de estudio particular al presidente de la república. Dentro de las diferentes cuestiones que se podría estudiar, se abordará la institucionalización de la RMP a presidentes considerando como problema de investigación el porqué de la inserción de esta en la constitución ecuatoriana de 2008 por parte de los actores políticos, a pesar que utilitariamente no les convenía hacerlo. La importancia del tema y el problema de investigación radican en el hecho que el tema como tal ha tenido un bajo abordaje y además el problema de investigación que se propone no ha sido planteado antes. Reflexionar sobre temas poco estudiados implica diferentes dificultades pero permiten coadyuvar en la apertura de un sendero que podría incentivar nuevos estudios sobre el tema y el problema. Desde la perspectiva académica y científica, el estudio está motivado porque es necesario reflexionar sobre la adopción de instituciones y el cambio constitucional considerando los procesos políticos subyacentes, cuestión que permite lograr un entendimiento más complejo de los procesos de elaboración constitucional (PEC). El tema y el problema de investigación se ubican en un periodo histórico que va desde 1990 hasta 2008 y en la comparación de las posiciones que sobre la RMP a presidente tuvieron los actores políticos durante dos Asambleas Nacionales Constituyentes (ANC) celebradas en 1997-98 y 2007-08, respectivamente. 1 Se (re)construirá las líneas discursivas que dieron soporte a la institucionalización de la RMP presidencial para lo cual se considerarán tres etapas: a) el nacimiento de las ideas sobre RMP antes de la inestabilidad que sufrió el Ecuador entre 1997 y 2006 (emergencia del movimiento indígena en 1990 hasta la caída del presidente Bucaram en 1997); b) la caída de tres presidentes de la república, periodo en el cual las ideas y discursos relacionados con la RMP a presidentes se configuraron y tomaron nuevas formas, y; c) las ANC de 1997-98 y 2007-08 entendidas como los espacios de pugna donde se encontraron los discursos políticos que colisionaron entre 1990 y 2007. Conocer por qué una mayoría política decidió en contra de sus intereses instrumentales al instaurar la RMP presidencial es un problema con vigencia y promete trascendencia, porque su entendimiento requiere usar dispositivos teóricos que comúnmente no se utilizan cuando se analizan la adopción de instituciones y el cambio constitucional. El objetivo principal de la investigación es saber el porqué de la institucionalización de la RMP a presidentes en un contexto aparentemente no favorable para que eso suceda, entendiendo los procesos políticos que estuvieron detrás de las ANC donde se discutió el tema, abordando la caída de presidentes pero concentrando el análisis sobre los discursos emitidos por los actores políticos involucrados. La hipótesis o supuesto principal que guiará la investigación es que sobre la racionalidad instrumental (que habría hecho que no se institucionalice la RMP presidencial) estuvo un nuevo tipo de racionalidad (de carácter discursiva); es decir, la inercia histórica de los procesos y los discursos políticos que se manifestaron entre 1990 y 2007 influyó en las decisiones de los actores políticos con poder de veto. Se abordará el tema y el problema de investigación mediante una mixtura de elementos analíticos tomados del neo institucionalismo discursivo e histórico y elementos del PEC para ejecutar un estudio cualitativo y comparativo sobre un caso de estudio considerando dos eventos (ANC). 2 Se presentarán cinco capítulos. En el primero se planteará el problema de investigación, las hipótesis (que guiaron la búsqueda de respuesta al problema), el marco teórico con el que el problema fue abordado; así como, el marco metodológico. En el segundo capítulo , considerando que el tema y el problema de estudio ha sido poco abordado pero que además no existen reflexiones teóricas sobre el tema, se planteará una teoría sobre la RMP a presidentes para lo que se dará cuenta del estado de la cuestión, se indicará un esquema sobre la RMP en el mundo, se mostrarán elementos conceptuales en virtud de la diferenciación de la RMP con otros mecanismos que producen efectos similares y se analizará la RMP en base a diferentes conceptos sobre democracia, orden político y resistencia al poder. Con el capítulo tres, se estudiará el contexto histórico que ayudará a entender: 1) la aparición de ideas y discursos políticos relacionados con la RMP presidencial, y; 2) el proceso político que explica porque se discutió el tema de la RMP en dos ANC que se realizaron en el lapso de diez años. En el capítulo cuatro, se analizarán las caídas de los tres presidentes que entre 1997 y 2005 fueron derrocados, pero centrando la atención en los discursos políticos que al respecto manifestaron los gobernantes (élites políticas tradicionales) y los gobernados (los movilizados desde abajo) bajo la premisa que aquellos discursos son el antecedentes directo de los dispositivos discursivos a favor y en contra de la institucionalización de la RMP a que se discutieron en las ANC de 1997-98 y 2007-08. El capítulo cinco mostrará el estudio de los PEC y la deliberación sobre la RMP a presidentes en las ANC de 1997-98 y 2007-08, para lo que se expondrán las expectativas de los actores políticos, sus recursos y estrategias de negociación y las reglas que estructuraron las ANC; y luego se abordará cada una considerando el tipo de discurso que la guio y lo que los políticos dijeron sobre la RMP presidencial. Cada capítulo constará de una breve introducción y de conclusiones con la finalidad de dar cuenta de la interrelación entre los capítulos, la información y los datos que se irán presentando. Finalmente se presentaran los hallazgos del proceso de investigación. 3 Capítulo I La institucionalización de la revocatoria del mandato político a presidentes: ¿autolimitación del poder? Introducción Preguntarse si la institucionalización de la RMP a presidentes es o no una autolimitación al poder es importante especialmente si se considera que dicha cuestión puede ser patrocinada por actores políticos que llegan al poder con expectativas de quedarse, por lo que averiguar que está detrás de esta acción aparentemente altruista y poco interesada tiene importancia pues implica que su abordaje no se haga desde la perspectiva que comúnmente son estudiados los PEC (rational choice), sino acudir a otros dispositivos que ayuden a facilitar el estudio y la búsqueda de respuestas. La historia política y los procesos políticos donde se desarrollan dispositivos discursivos son importantes para dar un abordaje nuevo a los procesos de cambio institucional. Trazar un camino que indique el o los senderos que transitan las ideas políticas para convertirse en instituciones es importante pues muestran las otras formas como las instituciones nacen, cambian, se mantienen o desaparecen. Considerando que los aportes académicos sobre el tema y el problema de investigación que guían el presente trabajo son prácticamente inexistentes, en este capítulo se presentará de manera específica el problema de investigación, las hipótesis o respuestas preliminares a dicho problema, el marco teórico o los “lentes” a través de los cuales se mirará el problema, la metodología empleada para el desarrollo de la investigación y las categorías analíticas o los observables sobre los que se asentará la lógica investigativa. 4 1. ¿Paradoja?: una mayoría política hegemónica eligiendo una institución que minimiza sus intereses [problema de investigación] La historia política ecuatoriana, desde 1830 hasta 2006, se caracterizó por una constante inestabilidad expresada, entre otras cuestiones, en la constante salida de los presidentes antes de culminar su periodo. La inestabilidad de presidentes ejerciendo el cargo es histórica, constante y endémica, siendo la estabilidad durante periodos democráticos la excepción (1948-1960 y 1979-1997). Entre 1997 y 2007 se produjo un periodo de inestabilidad política caracterizado por el derrocamiento de tres presidentes (Bucaram, Mahuad, Gutiérrez) y la realización de dos Asambleas Nacionales Constituyentes (ANC). La inestabilidad culminó formalmente el 15 de enero de 2007 cuando ascendió a la presidencia de la república el Economista Rafael Vicente Correa Delgado, un outsider político, quien asumió el poder y convocó a una ANC que se instaló y luego del PEC, entre noviembre de 2007 y julio de 2008, institucionalizó, entre otras, la RMP presidencial. Diez años antes, entre diciembre de 1997 y mayo de 1998, se celebró otra ANC que tuvo como antecedente el derrocamiento del Presidente Abdalá Bucaram Ortiz y la convocatoria a una consulta popular en la que se interrogó a los ciudadanos, entre otras cuestiones: si aceptaban o no la salida de Bucaram, la intervención de las Fuerzas Armadas (FF AA) y la actuación del Congreso Nacional (CN) designando como presidente interino a Fabián Alarcón Rivera, y si deseaban que se convoque a una Asamblea Nacional que elabore una nueva Constitución e institucionalice la RMP a todas las autoridades de elección popular. Durante 11 años con siete meses: a) ocuparon la presidencia ocho personas; b) estuvo en el debate político la RMP presidencial; y, c) se realizaron dos ANC. En ambas constituyentes se discutió el tema de la RMP a presidentes, que fue obviado en la ANC de 1997-98 pero institucionalizado en la ANC de 2007-08. ¿Por qué en dos ANC realizadas en un mismo país, existiendo entre cada una un lapso corto, el tema de la RMP presidencial fue tratado de manera diferente? Es decir, ¿por qué la RMP a 5 presidentes no se institucionalizó en la ANC de 1997-98 y por qué si se institucionalizó en la ANC del 2007-08? Las preguntas interesan si se considera que el tema de la RMP a presidentes estuvo presente en el espacio de discusión política entre 1997 y 2008 y además que la ANC 1997-98 fue antecedida por una consulta popular en la que se preguntó al pueblo (cuerpo electoral) si desean que se institucionalice la RMP presidencial y la respuesta mayoritaria fue afirmativa; sin embargo, la ANC no cumplió con dicho mandato. La ANC 2007-08 fue antecedida de una consulta popular para legitimar su convocatoria aunque no existió mandato expreso que haya indicado a los constituyentes que institucionalicen la RMP a presidentes y sin embargo lo hicieron. Las Asambleas Constituyentes son espacios de deliberación y debate donde los actores políticos individuales y colectivos eligen instituciones ya sea para proscribirlas o eliminarlas, para reformarlas, renovarlas, cambiarlas y hasta inventarlas. Colomer y Negretto sostienen que: Aunque creemos que el modelo normativo de utilidad social […] puede resultar atractivo para muchos lectores, en el mundo real la elección de instituciones comporta una interacción estratégica en la que diversos actores con preferencias diferenciadas deciden de acuerdo con su propio interés. En otras palabras, los actores políticos eligen instituciones no para aumentar la eficiencia social sino para maximizar su probabilidad de ganar cargos y ejercer influencia sobre las políticas públicas una vez elegidos (2003: 53)1. Cuando la coalición política de derecha(s) que dominó la ANC 1997-98, conformada por el Partido Social Cristiano (PSC), Democracia Popular (DP) y la unión del Frente Radical Alfarista y el Partido Liberal Radical Ecuatoriano (FRA-PLRE) no eligieron la RMP presidencial, sino de acuerdo a su propio interés: disminuyeron la eficiencia social y maximizaron la posibilidad de ganar cargos y mantenerse en ellos el mayor tiempo posible (evitando que exista una institución a través de la cual se los puedan echar del cargo) para así (por lo menos idealmente) poder ejercer influencia en las políticas públicas. 1 El presupuesto teórico de Colomer y Negretto (2003: 13) se basa en evidencia empírica de fórmulas institucionales para la gobernanza en un régimen de separación de poderes (Congreso y Presidente). 6 Al contrario, el movimiento de izquierda(s) Patria Altiva y Soberana (PAIS) que dominó la ANC 2007-08, al elegir la RMP a presidentes: aumentó la eficiencia social, abrió un camino institucional para perder sus cargos y disminuir su influencia sobre las políticas públicas; por lo tanto, no eligieron de acuerdo a su propio interés (instrumental). Si se considera que la ANC 2007-08 estuvo dominada por el movimiento político PAIS que logró una mayoría inédita en la historia política del Ecuador: 80 de los 130 asambleístas (sin contar 10 aliados de movimientos y partidos afines) sobre quienes el presidente ejerció un fuerte liderazgo y por lo tanto capacidad de veto en el PEC, la pregunta clave es la siguiente: ¿Por qué en un régimen político presidencialista y de gobierno unificado, caracterizado por el funcionamiento de una ANC (con plenos poderes) que dirigió un PEC, se introdujo en la Constitución la institución de la RMP presidencial, a pesar que el presidente poseía gran capacidad de veto en la elaboración constitucional, pues contaba con mayoría ultra hegemónica dentro de la ANC? Es decir ¿por qué en el contexto del desempeño de una ANC, la mayoría constituyente inédita en el país no decidió de acuerdo a su propio interés y el de su líder (presidente de la república) y eligieron una institución que en vez de maximizar, minimiza su probabilidad de ganar y mantenerse en cargos y ejercer influencia sobre las políticas públicas? Cuando la coalición política que dominó en la ANC 1997-98 no institucionalizó la RMP presidencial adoptaron una posición intuitiva y ‘racional’, pues no introdujeron en la Constitución una institución que perjudicaba a las fuerzas políticas que dominaron la ANC y que esperaban alcanzar en el futuro inmediato la presidencia de la república (cuestión que sucedió como se verá adelante). Desde una perspectiva rational choice, quien alcanza el poder desea mantenerse el mayor tiempo posible en aquel maximizando sus interés, siendo instrumentalmente racional que la coalición que dominó la ANC y que aspiraba alcanzar la presidencia cierren la posibilidad de crear un cauce por medio del cual se lo pueda sacar del poder. 7 Cuando el presidente y su movimiento político (PAIS) con mayoría ultra hegemónica en la ANC de 2007-08 instauraron la RMP para presidentes, adoptaron una posición (por lo menos a primera y simple vista) contra intuitiva e ‘irracional’, pues constitucionalizaron una institución que no beneficiaba sino perjudicaba al presidente y a la mayoría política con la que contó en la ANC. Desde una perspectiva rational choice, se podría sostener que quien alcanza el poder desea mantenerse el mayor tiempo posible en aquel para maximizar sus intereses, siendo irracional que el líder político (presidente) y su grupo político (mayoría en la ANC) que lucharon por llegar al poder, lo hayan logrado; y sin embargo, institucionalicen un cauce por medio del cual se lo pueda echar del poder. La decisión que tomó la ANC de 2007-08 institucionalizando la RMP a presidentes no es de aquellas que tomaría un actor político racional. Si un presidente y su movimiento político tomaron una decisión como la arriba explicada, significa que su actuación estuvo determinada (o por lo menos influida) por factores que sobrepasaron su mero deseo de maximizar intereses. ¿Cuáles fueron los factores que hicieron que el presidente y su mayoría ultra hegemónica en la ANC de 2007-08 adopten una institución instrumentalmente ineficiente para mantenerse en el poder? ¿Por qué, a pesar del poder de veto que tuvo el presidente, permitió que se institucionalice un mecanismo constitucional que pone en riesgo su estabilidad? 1.1 Solución a la inestabilidad, influencia internacional, institucionalización engañosa, mecanismo para defenderse en el largo plazo: respuestas preliminares [hipótesis] A continuación se presentarán dos respuestas provisionales que podrían considerarse individualmente, pero que en conjunto arrojan pistas para encontrar una respuesta aceptable a las interrogantes planteadas. 1) Los actores políticos detentadores del poder, bajo el mando del presidente Correa, quien lideró el giro a la izquierda en Ecuador, no puso obstáculos y apoyó la 8 institucionalización de la RMP presidencial, pues dicha acción estaba íntimamente relacionada con las coyunturas políticas que posibilitaron su ascenso al poder (inestabilidad política) así como, con una de las dimensiones de la plataforma discursiva que los sostuvo y sostiene en el poder: la impugnación a la democracia representativa y la implantación de la democracia participativa. A nombre de la democracia participativa y ante la falta de canales formales eficientes para prescindir del presidente, hubo la necesidad de establecer un camino institucional que cubra aquella falta, dando paso a la figura de la RMP a presidentes durante la ANC 2007-082; sin olvidar que pudo haber una especie de influencia desde países como Venezuela donde esa institución fue constitucionalizada en 1999 y desde Bolivia donde se discutía el tema (RMP presidencial) de manera casi simultánea y luego se institucionalizó. Dicha influencia se sustentó en la estrecha relación entre los presidentes de los países respectivos, sus discursos y hasta el mismo equipo de asesores internacionales que participaron en las Asambleas Constituyen celebradas en cada país. 2) Son estrategias legitimadoras de gobiernos “autoritarios” o de gobiernos “populistas” para posteriormente sustentar aspiraciones como por ejemplo sucesivas re elecciones, en ese contexto desviando la atención de los electores creando un imaginario en virtud del cual se da a entender que el reconocimiento de la RMP demuestra que las fuerzas políticas que la institucionalizan están realmente comprometidas con un giro hacia una nueva concepción de la democracia, aunque al mismo tiempo se implanten arreglos institucionales que fortalezcan la posición y el poder de los ejecutivos. La RMP a presidentes no es sino una forma de mantener una estrategia discursiva que basándose en la idea según la cual los gobiernos implementan la denominada democracia participativa, se implementan solo de manera formal una institución que no se espera sea puesta en práctica, para lo cual se establecen como requisitos previos para la convocatoria a RMP, porcentajes altos de firmas (para que no prospere). 2 Antes de la inclusión de la RMP presidencial en sistemas políticos como el de Venezuela, Ecuador y Bolivia, el juicio político era el único mecanismo formal con que contaba un régimen presidencialista como medio para prescindir (bajo cauces institucionales) de una autoridad como un presidente. 9 La inclusión de la RMP es la cesión de las élites políticas triunfadoras ante presión de movimientos sociales defensores de la democracia participativa, o considerando lo que en judicial polítics se denomina teoría del aseguramiento (Ginsburg 2003), podría manifestarse que la institucionalización de la RMP lo hacen las élites triunfadoras para dejar abierta un cauce para que en el evento de perder el poder en un futuro puedan tener acceso a un mecanismo para hacer frente a sus adversarios políticos. 2. Neo institucionalismo discursivo y el proceso de elaboración constitucional [marco teórico] Para Shepsle y Bonchek, aunque los convenios institucionales sean de diferentes magnitudes y formas, existe un conjunto de consideraciones por medio de las cuales es posible analizarlos (2005: 299). ¿Cuáles son esos medios? pues el neo institucionalismo y sus diferentes variantes, pues aquel no es un cuerpo unificado de pensamiento (Hall y Taylor, 1999: 15) sino un género con diferentes perspectivas que componen su cuerpo teórico básico3. El neo institucionalismo se refiere a instituciones que: “[…] son las reglas del juego en una sociedad, o más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana. Por consiguiente, estructuran incentivos en el intercambio humano, sea político, social o económico” (North, 1993: 13). Considerando que el neo institucionalismo ayuda a entender el nacimiento, desarrollo, permanencia, evolución y desaparición de instituciones y para saber por qué se produjo la institucionalización de la RMP a presidentes durante la ANC 2007-08, se articularán herramientas del neo institucionalismo discursivo e histórico con las principales premisas del constitution-making process o PEC. 3 Sobre la importancia de instituciones políticas ver: Rothstein (1996). Para March y Olsen (1993: 12) el neo institucionalismo es “[…] como una mezcla de elementos del viejo institucionalismo con los modos no-institucionalistas característicos de las más modernas teorías de la política”. Peters (2003) menciona siete tipos de institucionalismos: normativo, elección racional, histórico, empírico, sociológico, de representación de intereses e internacional. Goodin (2003) distingue al neo institucionalismo según las ciencias sociales: historia, sociología, economía, ciencia política. Para Peters (2003), Thelen (1999), Hall y Taylor (1999), Kato (1996) el neo institucionalismo es: histórico, elección racional y sociológico. 10 El neo institucionalismo discursivo.- Schmidt (2008) sub divide al neo institucionalismo en dos: a) el viejo neo institucionalismo (elección racional, histórico, sociológico) y, b) el nuevo neo institucionalismo (discursivo). El neo institucionalismo discursivo considerado como de cuarto tipo, con una visión integradora de los otros tres (elección racional, histórico y sociológico) pone énfasis en las ideas y los discursos políticos considerados como un medio que posibilitan tanto el cambio como la estabilidad institucional (Schmidt, 2008: 304). El viejo nuevo institucionalismo tiene lagunas que son copadas por el neo institucionalismo discursivo que permite mirar el cambio institucional claramente al ubicar a las ideas y discursos políticos como intercesores en la dinámica relacional agencia-estructura (Schmidt 2008: 313). Los discursos políticos son emitidos y defendidos por agentes que, al tener éxito, pueden transformarlos en instituciones, por eso entender tanto los discursos antecesores como el contexto en el que están desempeñándose las instituciones, ayuda a comprender el cambio, la elección y el diseño institucional (RMP presidencial). Por medio de neo institucionalismo discursivo se logra entender el tránsito de las ideas y los discursos políticos que los actores manifiestan hacia instituciones insertas, por ejemplo, en una Constitución. Los discursos están compuestos por ideas, juicios, valoraciones y concepciones de los actores políticos, quienes (durante su desempeño) carecen de información completa sobre el entorno en el que se desenvuelven (Hay, 2001) por lo que dichas ideas juegan un papel central (Hay 2000) para explicar el nacimiento, cambio y diseño de una institución que podría ser elegida por influencia de los discursos e ideas que los actores tienen sobre ellos mismos y su espacio. Un discurso implica un estilo compartido e incorporado en el lenguaje y que sirve para dar sentido al mundo (Dryzek 2005:223) pues al existir múltiples visiones sobre aquel, los discursos simplifican la variedad plasmando las perspectivas en proyectos políticos que serán defendidos durante el diseño de las políticas [instituciones] (Olvera 2004); por eso, los discursos son estructuras institucionalizadas donde el pensamiento y la acción política se expresan de una determinada forma (Connolly, 1983). 11 La ideas y los discursos políticos sirven para entender el desarrollo de las instituciones (Hay, 2000) pues ejercen efectos sobre la dinámica política en la que están insertos actores que emiten discursos diversos con potencialidad de entrar en controversia con la finalidad de lograr hegemonía (Dryzek 2002; 2005) por lo tanto ser exitosos, siendo tales aquellos discursos armónicos, adecuados, coherentes, consistentes, creíbles y efectivos en el proceso de divulgación de sus ideas (Schmidt, 2008: 313). Para saber por qué se eligió una institución, se debe contar con las ideas y construcciones discursivas presentes en la esfera pública que es el espacio donde confluyen pluralidad de proyectos políticos, pues como enseña Dryzek (2003) no existe institución que funcione sin un discurso que lo sostenga, pues las ideas son el software y el diseño institucional es el hardware institucional4. El neo institucionalismo discursivo, cuenta con el path-shaping que ayuda a saber cómo las ideas repercuten sobre las instituciones, pues los actores políticos a través de las ideas influyen de manera considerable en la innovación, adaptación y cambio institucional (Hay, 2011)5. El path-shaping o trayectoria de elaboración o formación permite advertir y entender la elección de una institución [RMP a presidentes] el cambio de las ideas y discursos políticos así como, el tránsito de las ideas a instituciones, lo que no siempre puede ser explicado como un proceso de corto plazo, equilibrado y previsible, pues las trayectorias de desarrollo de las ideas y los discursos políticos a veces son influenciadas por períodos críticos que repercuten en las configuraciones discursivas posteriores. El path-shaping se produce cuando las decisiones de los principales actores en momentos de coyuntura crítica o conflicto político llevan a que ideas y discursos políticos se potencien y se constituyan en instituciones informales con propiedades de libre reproducción, las que se desarrollan por la sofisticación de las ideas y repertorios discursivos que manteniéndose en la esfera pública encuentran espacios formales para instaurarse. 4 Un escenario donde confluyen proyectos discursivos que pretenden lograr hegemonía es una ANC. Equivalente al path-dependency (neo institucionalismo histórico) donde los actores políticos tienen poca participación en la estabilidad o cambio institucional, pues pesa el determinismo histórico (Hay, 2011). 5 12 El proceso de elaboración constitucional.- Buena parte de la literatura que se refiere al PEC está relacionada con el quién y cuándo de la elaboración, ante lo cual Ginsburg (2009) invita a pensar además en los resultados6. Una ANC es un espacio de decisiones donde “[…] los constituyentes negocian la forma del documento constitucional[…]” (Bonime-Blanc 1987:7) y en ese proceso hay que identificar la “lower track politics” [trayectoria más baja de la política] como el espacio de la política y el pluralismo democrático, frente al “higher track politics” [trayectoria más alta de la política] que “emplea procedimientos especiales para determinar si una mayoría movilizada de la ciudadanía da su considerable apoyo a los principios que uno u otro movimiento revolucionario podría pronunciar en nombre del pueblo” (Ackerman 1991; 1992: 14); siendo el higher track politics el espacio donde se constitucionalizan arreglos institucionales específicos (como la RMP presidencial). El PEC permite saber “cómo son hechas las nuevas constituciones” (Elster, 1995) pero además cómo son hechas y elegidas las nuevas instituciones y porqué se introducen en constituciones; por lo tanto el PEC no se limita al análisis general del proceso constituyente que origina una constitución, sino también se adentra en el estudio de la elección de instituciones individuales7. El PEC, además de funciones simbólicas tiene implicaciones prácticas (creación de una constitución e instituciones como la RMP presidencial) la cual “define las reglas del juego en el que día a día, la legislación y el gobierno se llevan a cabo” (Elster, Offe y Preuss, 1998: 64). 6 No existían estudios sobre PEC desde una perspectiva de análisis positivo (Negretto 2001:412; Elster 1995: 364). Nuevos textos estudian casos (Hatchard, 2001); examinan el PEC y la participación pública en la pacificación de sociedades divididas (Hart: 2003); se concentran en los procedimientos del PEC, sin discutir reformas constitucionales específicas (Ghai, 2004); abordan el PEC en países luego de una guerra (Arato, 2004); estudian la incorporación de políticas de género en el PEC (Lombardo, 2005); analizan la conexión entre el PEC, la democratización y la participación pública (Ghai and Galli, 2006); evidencian el papel de las preferencias de los constituyentes en los PEC mediante un análisis comparado (Raudla, 2009); elucubran sobre la relación entre los PEC y la crisis (Méndez y Triga, 2009); estudian si la forma de un PEC repercute o no en su éxito posterior (Carey, 2009); investigan el impacto que tiene la participación pública en los resultados del PEC (Ginsburg et al, 2009); analizan la capacidad del federalismo para responder los retos de la diversidad étnica explorando los PEC (Fessha, 2010); califica el diseño de la Constitución Europa como resultado de un proceso de construcción social y movilización política transnacional (Cohen, 2010), se reflexiona sobre el PEC en el contexto de sociedades divididas (Lerner, 2010); se estudia el PEC desde la teoría del poder constituyente (Stacey, 2011). 7 Hay que entender cómo se hizo una constitución y las instituciones que la componen. Es probable que dos o más instituciones se sustenten en discursos políticos disimiles. 13 No se debe tomar en consideración solo los textos constitucionales sino también la forma como fueron elaborados, pues el PEC es tan importante como el documento final (Negretto, 1998; Chambers, 2004), debiendo entenderse al PEC como un ejercicio por el cual se explora “la caja negra” de las fuentes políticas de la elección constitucional (Negretto, 1999:195) e institucional. 2.1 Confluencia de las ideas, la historia y los procesos de elaboración constitucional Si se estima que las ideas y los discursos políticos impulsan estrategias políticas, conflictos políticos y elecciones, se puede deducir que hay una conexión entre el neo institucionalismo discursivo con los contextos históricos y los PEC. Los actores políticos individuales y colectivos toman decisiones y detrás de aquellas se encuentran ideas, discursos, visiones y juicios sobre lo que se decide, lo que evidencia que la convergencia entre discursos y contextos históricos en los que emergen aquellos (los discursos), permiten observar el porqué de la elección de una institución. Para los tres neo institucionalismos (elección racional, histórico, sociológico) las ideas influyen en la generación de resultados materiales, aunque dicha posibilidad está condicionada a la existencia previa de instituciones e intereses que las configuran (Kjær y Pedersen, 2001: 223) por lo tanto, no descartan a las ideas y reconocen el rol crucial que sobre las instituciones pueden jugar los discursos políticos. La principal diferencia entre los neo institucionalismos de la elección racional, histórico y sociológico frente al neo institucionalismo discursivo es que los primeros consideran a las ideas periféricamente, mientras que el segundo como un asunto central, pero en mayor o menor medida todos estiman a las ideas como elementos influyentes en la generación de instituciones (Kjær y Pedersen 2001, 223) Luego del desarrollo de los diferentes tipos de neo institucionalismo, se ha intentado aglutinar sus conceptos distintivos para construir una teoría neo institucionalista unificada (Peters, 2003) observándose los mayores esfuerzos en el intento de unir el institucionalismo histórico y el de la elección racional (Peters, Pierre y King, 2005). 14 Localizar la ideas y discursos políticos que sostienen una institución que fue elegida durante un PEC permite entrelazar la estructura con la agencia, es decir los constreñimientos exógenos y los factores endógenos para que en el entendimiento de la dinámica relacional de cuestiones estructurales (discursos e historia) con la agencia (motivaciones individuales) se pueda saber el cómo y el porqué de la elección de una institución. De esa manera, hay que considerar los contextos políticos, sociales e históricos en que las ideas y los discursos emergen y se ponen en marcha, por eso autores como Peters, Pierre y King (2005) estiman que se debe considerar las interacciones que se producen entre instituciones, ideas y actores políticos. Ubicar las ideas y los discursos políticos que fomentaron la institucionalización de la RMP presidencial, explicando el contexto histórico en que aquellas emergieron y se desarrollaron, ayuda entender cómo durante el PEC los actores políticos decidieron adoptar posiciones discursivas que resultaron hegemónicas y se materializaron. La trilogía: 1) contexto histórico, 2) discursos políticos; y 3) escenarios de elaboración constitucional, permitirán guiar la búsqueda de una respuesta a la(s) pregunta(s) de investigación del presente trabajo. 3. Del discurso a la institución: (re)construcción de la dinámica histórica de discursos políticos sobre RMP a presidentes y su deliberación en asambleas constituyentes [marco metodológico] Durante un proceso de investigación nos planteamos preguntas no sin antes tener una respuesta provisional o hipótesis (Bunge, 1989) como las arriba planteadas. En el presente caso, en virtud del problema de investigación, se usarán métodos cualitativos recogiendo información abordada mediante técnicas de análisis de las ideas y discursos políticos que se midieron (no numérica, ni matemáticamente) haciendo observables conceptos inobservables (Przeworski y Teune, 1982) es decir; la lógica de la investigación y la metodología será una sola (King, Keohane and Verba, 1994; Newman and Benz 1998) sin olvidar que cada teoría se basa en un corte especifico de la realidad (Goldthorpe, 2000). 15 A pesar que el futuro de la política comparada, entendida como sub disciplina de la ciencia política, esté en duda (Schmitter, 2009: 33) mediante el presente trabajo, desde una perspectiva comparada, se efectuará un estudio de caso que encierra un análisis comparativo de dos Asambleas Constituyentes celebradas en un mismo espacio territorial en diferentes tiempos mirando que es lo común, que es lo diferente, cómo funciona y cambia etc; teniendo en consideración que la comparación se centra en cuatro objetivos principales: 1) descripción contextual, 2) clasificación, 3) pruebas de hipótesis, y 4) predicción (Landman, 2002: 891) Si bien lo ideal en política comparada es estudiar el mundo (Munck y Snyder, 2007, 14-25) el objeto de estudio será un país del mundo (Ecuador) y aunque no se podrá dar cuenta del árbol familiar de la política comparada, sin embargo se mostrará la “complejidad” e “interdependencia” (Schmitter, 2009: 36, 37, 46) del objeto de estudio, por lo que la comparación se efectuará, además, sobre las posiciones discursivas que acerca de la RMP presidencial y el orden político tuvieron los actores políticos relevantes durante los periodos y procesos políticos que antecedieron a las ANC. Las fuentes de información que se consideró y el tipo de evidencia que se requirió y sobre las cuales se llevó a cabo el proceso de investigación fueron básicamente: bibliografías, teóricas, legales, archivo, prensa escrita y entrevistas; específicamente material de hemeroteca en físico así como disponible en línea, entrevistas personales a actores políticos claves, el diario de debates de la ANC de 1997-98 y de la ANC de 2007-08, documentos oficiales como discursos del presidente de la república y otros personajes políticos, manifiestos y comunicados públicos, boletines de prensa y documentos académicos; fuentes todas relacionadas con el tema de investigación, el problema de investigación, las categorías y subcategorías de análisis. Las fuentes de información analizadas arrojaron que para comprender la institucionalización de la RMP a presidentes era necesario abordar los procesos políticos que antecedieron la celebración de la ANC 2007-08 y localizar actores y eventos políticos claves que permitan rastrear la dinámica política que antecedió a la RMP presidencial como institución formal, para lo cual se consideró lo siguiente: 16 a) la inestabilidad política ecuatoriana como rasgo de la historia política del país; b) la inestabilidad de presidentes ejerciendo el cargo como fenómeno común en la historia política ecuatoriana; c) la transición desde gobiernos autoritarios hacia gobiernos democráticos; d) los lapsos de estabilidad e inestabilidad luego de la transición; d) la inestabilidad política caracterizada por la caída de tres presidentes entre 1997 y 2005; e) los procesos políticos inmediato anteriores al inicio de la inestabilidad; f) los fenómenos políticos acontecidos durante las caídas de presidentes, g) la Asamblea Constituyente que se celebró luego de la caída de Bucaram; h) el retorno de la estabilidad con el ascenso de Rafael Correa a la presidencia y la celebración de una Asamblea Constituyente. Todo lo mencionado son cuestiones que no serán objeto de análisis particular ni profundo, pero dan fundamento y contextualizan a las categorías analíticas de este trabajo. En ese contexto, hay que entender, describir y analizar las ideas y discursos políticos relacionados con la RMP a presidentes emitidos durante: 1) el proceso político pre-caída de Bucaram [emergencia del movimiento indígena]; 2) los procesos políticos contenidos en el lapso ubicado entre la ANC de 1997-98 y la ANC 2007-09 [caída de presidentes]; y, 3) el análisis puntual de dichas Asambleas [posiciones sobre la RMP presidencial]. De esa manera, para lograr una respuesta aceptable al problema de investigación se considerará las siguientes categorías analíticas: a) Los contextos históricos que permitieron la emergencia y la configuraron de las ideas y discursos políticos que incentivaron la institucionalización formal de la RMP a presidentes; b) Las ideas y los discursos políticos germen de la institución de RMP presidencial que se publicitaron antes de su institucionalización formal en la ANC 2007-08; c) Los PEC y debates sobre la institucionalización de la RMP a presidentes en las ANC de 1997-98 y 2007-08. 17 Cuadro 1. Tema-problema-categorías-dimensiones-indicadores Tema general Revocatoria del mandato político a presidentes Tema específico Institucionalización de la revocatoria del mandato político a presidentes en Ecuador Problema de investigación ¿Por qué en un régimen político presidencialista y de gobierno unificado, una ANC (con plenos poderes) que dirigió un PEC introdujo en la Constitución la RMP a presidentes, a pesar que el Presidente poseía capacidad de veto pues contaba con mayoría ultra hegemónica dentro de la ANC? ¿Cuáles fueron los factores que hicieron que el presidente y su mayoría ultra hegemónica en la ANC de 2007-08 adopten una institución instrumentalmente ineficiente para mantenerse en el poder, permitiendo que se institucionalice un mecanismo que pone en riesgo su estabilidad? Contextos históricos para emergencia de discursos sobre RMP presidencial Crisis económica/política Emergencia movimiento indígena Crónica inestabilidad política Giro a la izquierda Categorías analíticas Evolución de ideas y discursos políticos sobre revocatoria de mandato PEC/ discusión institucionalización RMP presidentes Dimensiones Ideas/discursos en crisis económicas/políticas Gobernabilidad vs democracia participativa Indicadores Discursos políticos: caída de Bucaram Discursos políticos: caída de Mahuad Discursos políticos: caída de Gutiérrez ANC: Expectativas, estrategias y reglas RMP presidentes: ANC 1997-98 RMP presidentes: ANC 2007-08 Fuente: Elaboración propia. 18 Una vez culminado el proceso de recopilación de información (dejando abierta la posibilidad de seguir recolectando datos) se procedió al análisis, descripción y crítica de aquella en virtud de las categorías temáticas, las dimensiones y sub dimensiones que explican las categorías analíticas, el tema central y el problema de la investigación. El estudio de fuentes bibliográficas y teóricas sirvió para el entendimiento del estado del arte del tema, el problema de investigación, el marco teórico y también para obtener elementos de juicios que dieron precisión sobre otras cuestiones como la crisis neoliberal y emergencia del movimiento indígena, la inestabilidad política de presidentes en Ecuador y América Latina, el giro a la izquierda, la celebración de asambleas constituyentes en 1997-98 y 2007-08. La construcción y el rastreo del estado del arte del tema, así como del problema de investigación fueron dificultosos pues los trabajos académicos son escasos. Se analizó notas de prensa (hemeroteca) buscando información sobre la RMP a presidentes y sobre el proceso político ecuatoriano entre 1990 y 2007 en dos diarios nacionales de mayor importancia: El Comercio y El Hoy; además un diario internacional (Bogotá: El Tiempo) con el fin de obtener información de prensa de diferentes fuentes y perspectiva tanto nacional como internacional para contrastarla entre sí. El análisis de material de hemeroteca tuvo como finalidad ubicar las ideas y los discursos manifestados por los actores políticos sobre el tema de la RMP presidencial, sus nociones de orden político durante las caídas de presidentes; así como contextualizar y verificar datos que informan la investigación en general y que emergieron de la fuentes bibliográficas y del conocimiento propio del proceso político ecuatoriano. Lo anteriormente manifestado aplica para documentos oficiales, manifiestos, comunicados públicos y boletines de prensa. Las entrevistas realizadas a actores políticos fueron semiestructuradas y tenían como fin dos cuestiones básicas: 1) verificar y contrastar los hallazgos hechos del análisis de las fuentes bibliográficas y de hemeroteca; y 2) lograr nueva información y datos que den paso a nuevos hallazgos. 19 Una fuente muy importante de información fueron los diarios de debate de las ANC 1997-98 y 2007-08, pues sirvieron no solo para deducir cual fue la agenda de cambio y la idea que sobre la política tenían los actores políticos dominantes y minoritarios, sino porque permitió observar las particularidades que giraron alrededor del debate sobre la institucionalización o no de la RMP a presidentes. De la lectura de los diarios de debate también se puede colegir posiciones discursivas que los actores políticos mantuvieron al referirse a los procesos políticos que antecedieron a la celebración de las ANC, por lo que también sirvieron para verificar, contextualizar y reafirmar las descripciones que en el presente trabajo se hace sobre el proceso político ecuatoriano, acontecido entre 1990 y 2007. Esta investigación tiene como finalidad conocer por qué la institución de la RMP presidencial fue inserta en la Constitución ecuatoriana de 2008 por una mayoría política hegemónica e inédita bajo el fuerte liderazgo del presidente Rafael Correa, quien impulsó la realización de la ANC manejada por dicha mayoría. Considerando que la institucionalización de la RMP a presidentes en el contexto inmediato en que sucedió no fue una acción convencional que generó resultados que desde una perspectiva instrumental maximizaron los intereses de los actores políticos interesados, se estimó insuficiente abordar el problema desde una perspectiva rational choice, la cual prevalece en el estudio de la elección y cambio institucional realizados por los estudiosos más destacados en el tema, entre otros, Gabriel Negretto y John Elster; por lo que se abordó el tema y el problema considerando la dinámica discursiva de los actores políticos individuales y colectivos que participaron protagónicamente en la creación de la RMP presidencial. Al ser el neo institucionalismo discursivo y las particularidades de un PEC el marco teórico que ayuda a explicar la institucionalización de la RMP a presidentes, se ubicaron los contextos históricos que permitieron que las ideas y los discursos políticos respectivos emerjan, se manifiesten y se hegemonicen; luego de lo cual se puso énfasis en los discursos como tal y en las peculiaridades de sus emisores, pues: la codificación podría concebirse como una forma de relacionar nuestros datos con nuestras ideas acerca 20 de dichos datos (Coffey y Atkinson; 2004: 32) para que con dichos antecedentes se pueda comprender el abordaje que el tema tuvo en las dos ANC donde se trató el tema. En esta investigación los datos son las ideas y discursos políticos ubicados y recuperados de las fuentes de información antes mencionadas e interpretados de manera ordenada en virtud no solo a la estructura general que ordena el trabajo de investigación (categorías analíticas) sino además considerando posiciones discursivas e ideas que los actores políticos emisores de los discursos tuvieron sobre el orden político y la posición en el campo político desde la que dichos actores manifestaban sus ideas. Por lo tanto, el trabajo se sustenta en las ideas y las posiciones discursivas de los actores políticos relevantes en los periodos históricos respectivos, es decir, en la extracción de los fragmentos textuales ubicados en discursos mayores, pero que se referían a la RMP a presidentes, para así efectuar un ejercicio comparativo y lograr encontrar lo que es común, lo que difiere, los patrones y las estructuras (Coffey y Atkinson; 2004: 34). Inicialmente, se estimó concentrar el estudio en el proceso de elaboración constitucional 2007-08 y en las posiciones discursivas de los actores políticos relevantes que incentivaron la institucionalización de la RMP presidencial, sin embargo durante el proceso de reflexión y construcción de hipótesis teóricas y la búsqueda de una correlación de dichas hipótesis con otras de carácter fáctico, se observó que limitarse al análisis de la ANC 2008-07 habría culminado en el hallazgo de una respuesta incompleta a la pregunta y problema planteado. Durante la labor de campo, el análisis de todas las fuentes de información existentes pero sobre todo, durante la realización de entrevistas personales a actores políticos e informantes claves, se fortaleció la intuición según la cual era insuficiente analizar únicamente el proceso constituyente 2007-08 en el cual se institucionalizó la RMP a presidentes. De la lectura analítica del diario de los debates que los constituyentes sostuvieron en la ANC 2007-08 y de las entrevistas realizadas a ex constituyentes tomó forma una idea importante: había que rastrear los orígenes, las raíces y la génesis de los discursos 21 que los promotores de la institucionalización de la RMP a presidentes sostenían, pues solo así se podría comprender a cabalidad el porqué de sus posiciones y se lograría respuestas más completas y complejas al tema de estudio y al problema de investigación. Estimando que no existe institución que funcione sin un discurso que lo sostenga, pues las ideas son el software y el diseño institucional es el hardware institucional (Dryzek 2003) se hizo necesario (re)construir la historia discursiva y la evolución de las ideas políticas que sustentan la RMP presidencial, por lo tanto poner énfasis en el software institucional, pues solo entendiendo el desarrollo de las ideas y los discursos en el contexto de procesos políticos históricos se podría saber porque los actores políticos tomaron tal o cual elección. En ese contexto, fue clave analizar la ANC 1997-98. Tanto la no inclusión de la RMP a presidentes durante la ANC 1997-98, como su inclusión en la ANC 2007-08 no se entiende si el análisis se limita exclusivamente al momento de la elección de instituciones durante una ANC; por eso, además, hubo que tomar en consideración cuáles fueron los procesos, coyunturas y razones que produjeron las celebraciones de ambas ANC y que expliquen por qué, dentro de aquellas, se discutió la elección o no de la RMP presidencial. Detrás de las celebraciones de las ANC y la discusión de la inclusión o no de la RMP a presidentes en aquellas, están las caídas de presidentes antes que culmine el lapso para el que fueron electos. La ANC 1997-98 es el límite temporal que nació luego de la caída de un presidente (Bucaram en 1997) y desde el cual inició un lapso turbulento de crónica inestabilidad política caracterizada por la caídas de presidentes (en 2000 y 2005); inestabilidad que culminó con el ascenso de Correa a la presidencia y la posterior celebración de la ANC 2007-08. Los datos de la investigación, es decir las ideas y los discursos políticos no serán considerados como cuerpos autónomos o independientes del tiempo, espacio, ni de los individuos que los manifiestan; por lo tanto se ubicará la temporalidad, la espacialidad y la autoría de los emisores de las ideas y discursos políticos que correspondan, otorgándoles identidad histórica (porqué); identidad espacial (cuándo, cómo, dónde) e identidad de los emisores (quienes y su ubicación en el campo político) 22 Los datos en que se basará el trabajo de investigación son las ideas y discursos que los actores políticos tuvieron sobre la RMP presidencial, pero: ¿cómo saber qué ideas y discursos está relacionado con la RMP a presidentes? Para finalidades metodológicas, la pregunta es pertinente pues las ideas y manifestaciones discursivas que interesan como datos para el trabajo de investigación no están insertos en construcciones discursivas en que se establezca de antemano que los emisores van a hablar sobre RMP presidencial, de hecho en diferentes circunstancias los actores políticos no usan los términos o palabras: revocatoria del mandato. En base a los contextos históricos ya mencionados, se consideran como datos relacionados con la RMP a presidentes aquellas posiciones discursivas manifestadas por los actores políticos respectivos durante la emergencia del movimiento indígena y sus diversas movilizaciones donde se puso en duda la legitimidad de los presidentes en funciones, así como aquellas que defendían su posición, es decir aquellas posiciones que no estaban de acuerdo con las ideas de los indígenas. De igual forma se estiman como datos las posiciones discursivas manifestadas a favor y en contra de la salida de Bucaram en 1997, de Mahuad en 2000 y de Gutiérrez en 2005. Durante los debates y deliberaciones de la ANC de 1997-98 y 2007-08, los actores políticos ya utilizan expresamente las palabras revocatoria del mandato y ya se la estima como una institución, por lo que su ubicación es relativamente más sencilla. Metodológicamente lo que interesa es ir tejiendo y enlazando la dinámica discursiva que está detrás de la institucionalización de la RMP presidencial en la ANC 2007-08 para comprender por qué se la institucionalizó; es decir, (re)construir la historia discursiva y la evolución de las ideas políticas que sustentan la institución de la RMP a presidentes. En ese contexto la investigación será cualitativa [metodología] entendida como “[…] una estrategia encaminada a generar visiones alternativas o complementarias de la reconstrucción de la realidad […]” y a la entrevista cualitativa [método] será considerada como medio de análisis y entendimiento que como cualquier otra técnica de investigación tiene su riqueza y limitaciones en distintas áreas de la investigación social (Vela Peón, 2001: 64). 23 Cuadro 2. Matriz de ordenación de los discursos sobre revocatoria a presidentes 1. Contextos de emergencia de los discursos 1.1 Crisis económica y política/ Inestabilidad política crónica de presidentes desde inicios de la República en 1830 Coyuntura Ideas/discursos desde abajo Ideas/discursos élites Tránsito de las ideas a la institución Crisis neoliberal/ emergencia movimiento indígena -Levantamientos 1990, 1994 -Interpelación legitimidad de presidentes Sectores subalternos e históricamente segregados (indígenas) ponen en duda legitimidad de presidentes Inestabilidad presidencial nacional/regional -Oposición a medidas de ajuste económico años 80 (Sindicatos) -“[…] cansados de la forma de manejo del Estado”(Asambleísta Constituyente). -[…] Ecuador necesita que sea más fácil derribar a presidentes (R. Correa) -RMP para todas las autoridades (Programa gobierno PAIS) -Nadie ha hecho tanto por los indígenas (Borja) -Durán Ballén negocia cara a cara con los indígenas -CN pide renuncia a presidente Febres Cordero en 1987 El giro a la izquierda La idea de prescindir de un presidente sin JP presente en el imaginario político La idea de institucionalizar la RMP a presidentes con escenario favorable 2. Ideas y discursos políticos revocatoria de mandato 2.1 Ideas discursos en crisis políticas Coyuntura Caída de Bucaram Ideas/discursos desde abajo Ideas/discursos élites Tránsito de las ideas a la institución Fuera Bucaram-Bucaram fuera: destituir a Bucaram y convocar a consulta popular -Indigno de ocupar el cargo (Borja) -Descalificar a Bucaram (Hurtado) -Se consulta si se debe o no institucionalizar la RMP a presidentes. -La CONAIE en su propuesta de Constitución regula la RMP a presidentes 24 Caída del Mahuad -Renuncia de Mahuad, el cierre del CN y destitución de los miembros de la CSJ. -Ya no hay gobierno (Vargas) -Todo el pueblo le revocó a Mahuad (Gutiérrez) -Váyase a su casa (Febres Cordero) -Rectifique o renuncie (Borja) -Las peticiones indígenas son absurdas (Larreátegui, Álvarez) Lucio fuera, Caída de Gutiérrez Mediante consulta se trata de revocar el mandato al Presidente. Que se vayan todos Palacio sucesor de Gutiérrez trata de institucionalizar la RMP a presidentes. 3. Procesos de elaboración constitucional 3.1 Posiciones discursivas Coyuntura ANC 1997-98 y RMP a presidentes Ideas/discursos desde abajo Ideas/discursos élites Tránsito de las ideas a la institución -Por la institucionalización de la revocatoria para todas las autoridades -La izquierda quiso imponer el discurso que se construyó durante la caída de Bucaram y los levantamientos indígena en los años 90, pero al ser minoría no lograron sino algunas concesiones en la que no estivo la RMP a presidentes. -En contra de la Institucionalización de la revocatoria a presidentes -La derecha defendió el discurso de la gobernabilidad otorgando mayores poderes al presidente y la RMP era contraria a esa tesis, además el paradigma de la democracia representativa a su juicio contaba con el mecanismo del JP que era suficiente. No se institucionaliza la revocatoria del mandato a presidentes 25 ANC 2007-08 y RMP a presidentes -Por la institucionalización de la revocatoria para todas las autoridades -Al ser mayoría la izquierda defendió el discurso del cambio de modelo de democracia propugnando una de carácter participativa en la que la idea de la RMP a presidentes tuvo acogida -Por la Institucionalización de la revocatoria a presidentes -La derecha estuvo de acuerdo con la RMP a presidentes, pero no por apoyar el cambio de noción de democracia sino porque vieron como un camino deshacerse del presidente Correa, por eso pusieron atención en que los requisitos no sean dificultosos. Si se institucionaliza la RMP a presidentes Fuente: Elaboración propia. 26 Conclusiones La histórica inestabilidad política expresada en la constante caída de presidentes constituye una estructura que marca patrones de inestabilidad que se manifiestan aún en los excepcionales periodos de estabilidad. Las ideas y los discursos políticos que deslegitiman a presidentes pasan de marginales a centrales en la deliberación pública cuando, por diferentes cuestiones, la tradicional inestabilidad de presidentes retorna y se producen tensiones entre diferentes concepciones sobre el orden político. Durante la confrontación de visiones sobre el orden político, las ideas y los discursos políticos que deslegitimaron a presidentes incentivan a pensar en instituciones que simplifiquen la complejidad para solucionar problemas de ilegitimidad; cuestiones que se discuten en escenarios como asambleas constituyentes. Las ideas sobre instaurar mecanismos que logren salidas democráticas a problemas de legitimidad presidencial pueden ser defendidas o atacadas de acuerdo a la visión que los actores políticos tienen sobre el orden político. Dichas ideas y discursos políticos pueden triunfar o ser derrotadas de acuerdo a la representación política lograda por los actores políticos en una asamblea constituyente. Las ideas y discursos que buscan instaurar soluciones a los problemas de legitimidad presidencial puede continuar desarrollándose y sofisticarse aunque buscando su institucionalización por diferentes medios y permaneciendo en el espacio de deliberación durante la repetición de nuevos eventos de inestabilidad. La inestabilidad política, el cambio constitucional y la elección de instituciones no siempre pueden explicarse desde una posición teórica y metodológica dominante (rational choice) sino que debe considerar cuestiones como el discurso que los actores políticos manifiestan no solo en un escenario de deliberación específico, sino en diferentes espacios donde el debate se hace necesario. La historia, los discursos y los procesos de cambio constitucional pueden explicar la adopción o no de una visión de orden político en general y particularmente la elección o no de una institución. 27 Capítulo II Una teoría sobre la institucionalización de la revocatoria del mandato a presidentes Introducción El cambio constante de los representantes políticos está relacionado con el principio democrático de la alternabilidad de los gobernantes. Si los que constituyeron un mandato político a favor de un gobernante ya no están de acuerdo con dicha representación, mediante la institución de la RMP pueden cambiar al político sujeto de ilegitimidad. Las ideas que podría fundamentar las peticiones de los gobernados de prescindir de su representante político están en discursos que sobre el incumplimiento de su mandato, que las actividades que desempeñaban sufren de opacidad y la traición al pueblo al no cumplir con sus programas de gobierno. Cuando las nuevas elecciones no son suficientes para premiar y castigar desde los gobernantes hacia los gobernados o no existen arreglos jurídicos-constitucionales que permita que otros representantes ejerzan el control respectivo, se abre la posibilidad para crear nuevas instituciones que llenen dichos vacíos, que suelen ser ocupados por medios informales. Las reflexiones sobre la RMP a presidentes es reducida en el ámbito académico por lo que hay que aportar reflexionando sobre su proceso de institucionalización planteando elementos conceptuales que servirán de base para elaboraciones futuras más acabadas y mejoradas con la construcción de conocimiento nuevo. Se mostrará la situación actual de los estudios sobre RMP, se ubicará los sistemas políticos que acogen la institución, se diferenciará la RMP presidencial de otros medios formales e informales similares pero no iguales. Del estado del arte se desprende que las reflexiones académicas sobre RMP se remiten a conceptos como democracia, orden y poder político, se mostrará como la RMP a presidentes tiene relación con dichas nociones. 28 1. Revocatoria del mandato a presidentes: estado de la cuestión La producción académica sobre la RMP estimado como tema general de reflexión es aún baja considerando los diversos ámbitos que podrían ser explorados. Investigaciones en ciencias sociales que trate de entender porque se institucionalizó la RMP presidencial en regímenes políticos de presidencialismo fuerte y gobierno unificado, son inexistentes. El análisis del proceso político a realizar es novedoso y coadyuvará a incentivar la reflexión sobre la RMP en general, pero principalmente en los regímenes presidencialistas de gobierno. Lo amplio del campo por ser aún explotado en el análisis de la RMP, justifica de antemano su necesidad y su validez. Comprender como un gobierno fuerte con una asamblea a su favor institucionalizó la RMP presidencial incentiva a estudiar diversos tópicos que van desde lo histórico, hasta lo eminentemente político, lo que permitirá consolidar una investigación que dé cuenta de manera compleja sobre la instauración de la RMP a presidentes. No existen trabajos que desde una perspectiva de explicación de los procesos políticos subyacentes, den cuenta sobre las implicaciones de la RMP a presidentes y que analicen los procesos políticos que estuvieron detrás de su inclusión en la constitución. La producción académica sobre RMP presidencial en muy baja (prácticamente nula) ya que apenas tres países en América Latina (Venezuela 1999, Ecuador 2008 y Bolivia 2008) incluyen en sus arreglos constitucionales dicha institución, sin olvidar que el único presidente que formalmente fue sujeto a un proceso de RMP fue Hugo Chávez como presidente de Venezuela, aunque Evo Morales también se sometió a un “referéndum revocatorio” pero que fue convocado por él mismo y no desde abajo. Se debe estimar dos cuestiones: 1) Hay que considerar a la RMP como una institución general que permite la posibilidad que sean sujetos de revocatoria todas las autoridades de elección popular de un país o una jurisdicción respectiva; 2) Se debe estimar a la RMP como una institución aplicable al presidente de un país. El interés de investigación recae sobre la RMP a presidentes. La RMP presidencial es un tema prácticamente inexplorado. Trabajos académicos con la óptica y el problema de investigación que se propone resolver son inexistentes, 29 por lo tanto, si el tema (RMP a presidentes) es casi inexplorado, la literatura que trata el problema a resolver (por qué se institucionalizó la RMP presidencial en Ecuador) es inexistente. El tratamiento académico de la RMP en general es mayor, sin que eso signifique que sea un campo de estudio saturado. Al analizar bibliografía especializada sobre RMP a presidentes, se observa que: a) La producción sobre RMP presidencial es baja; b) La bibliografía está relacionada con la RMP en general y no con la RMP a presidentes. Al estudiar la bibliografía sobre la RMP en general se encuentran dos tipos de documentos: 1) aquellos que tratan el tema de la RMP como objeto de estudio específico aunque pocos que aborden la RMP presidencial; y, 2) aquellos que hacen mención a la RMP, aunque el tema principal de reflexión es otro, donde también se encuentran pocas menciones a la RMP presidencial. El estado del arte sobre RMP a presidentes puede resumirse de la siguiente forma: a) bibliografía que trata específicamente la RMP presidencial; b) bibliografía que menciona a la RMP a presidentes, sin que dicho tema sea el objeto principal de estudio, abordándolo de manera accesoria; c) trabajos que refiriéndose a la RMP, ponen énfasis en las autoridades de elección popular del nivel sub nacional y hacen somera mención a la RMP presidencial; d) reflexiones sobre la RMP en aportes cuyo objeto central de análisis son los mecanismos de democracia directa (MDD); e) menciones que en trabajos académicos se hace sobre la RMP, aunque su objeto no es la RMP. a) En la bibliografía que trata específicamente la RMP a presidentes, se encuentra lo siguiente: se hace mención al origen e historia de la RMP en Venezuela; se efectúa un análisis jurídico y politológico de la RMP; así como un estudio del proceso de RMP al que fue sujeto Hugo Chávez en 2004 (Lissidini, 2008: 17; Martínez, 2008: 81-87; Brewer-Carías, 2004: 215 y ss. Ayala Corao, 2004: 16, 18, 105, 108). Se explica el contexto en que la RMP surgió en Venezuela; sus ventajas y desventajas; la experiencia de la RMP en los años 2003-2004; sus aspectos legales; así como su catalogación como MDD (Kornblith 2009). No existen estudios especializados que problematicen desde la ciencia política la RMP presidencial, por ejemplo, sobre su institucionalización, sus implicaciones sobre la 30 democracia, las fuerzas políticas que la impulsan, los procesos políticos que los expliquen, etc. Al parecer, eso se debe a que en América Latina solo Venezuela, Ecuador y Bolivia incluyeron en sus arreglos institucionales dicho mecanismo y porque su institucionalización es relativamente reciente en Ecuador y Bolivia. b) Existe bibliografía que menciona a la RMP a presidentes, sin que dicho tema sea el objeto principal de estudio, abordándolo de manera accesoria. Así, en trabajos sobre la reforma política y la inclusión de la RMP a presidentes en Costa Rica (Meoño Segura, 2011: 21, 22); la legitimidad política, democracia y rendición de cuentas (Gallego 2010: 44,45); el nacionalismo e indigenismo en el gobierno del MAS en Bolivia (Mayorga y Rodríguez, 2010: 104, 105); escándalos de corrupción en el gobierno de Pastrana, la iniciativa de disolver el Congreso por referéndum y la propuesta de instituir la RMP presidencial (Torrijos 2009: 75; Giraldo et al, 2001: 210, 211). Se define a la RMP al presidente como una apelación a la ciudadanía para que recupere temporalmente la capacidad que delegó a la autoridad por medio del voto (Verdesoto, 2007:79; 1998:148); se cataloga a la RMP a presidentes, como una institución a ser incorporada en Bolivia (Laserna et al, 2007: 2, 4, 19 38, 258, 263); como una propuesta para mejorar la participación popular en Bolivia (Bazoberry et al, 2006: 126); así como una forma para lograr una democracia con rendición de cuentas en Colombia (Gallego 2010: 44,45). Se hace una crítica de la RMP presidencial en Venezuela, aduciendo que está sometida a requisitos que desnaturalizan su objetivo, calificándola como revocatoria “bajo control” (Marta, 2002:31); se la considera como un mecanismo de “protagonismo del pueblo”, se describe los incentivos que produce y las dificultades de aplicarla al presidente en Venezuela (Álvarez 2002: 105, 106, 107); se menciona la publicación de los nombres de los firmantes peticionarios de la RMP a Chávez y los problemas que dicha acción acarreó (Álvarez, 2007a:416, 321; Maingon 2007: 256; Arenas 2010: 71). Si en trabajos que abordan directamente el tema de la RMP a presidentes no existen problemas teóricos o empíricos planteados, peor aún en aquellos donde se 31 menciona accesoriamente la RMP presidencial y el objeto de estudio y las preguntas de investigación y argumentos están direccionados hacia temáticas diferentes. c) Existen trabajos que refiriéndose a la RMP como objeto de estudio principal, ponen énfasis en las autoridades de elección popular diferentes al presidentes, en este caso sobre autoridades del nivel sub nacional, aunque hacen somera mención a la RMP a presidentes (Welp y Serdült, 2012; Welp y Serdült, 2011; Rivera y Cardona, 2011; Matheus, 2008; García, 2008:58; Lander y López Maya 2005; García, 2005; Jiménez 2001). Así: la RMP y su relación con la participación ciudadana (Maya; 2012); los rasgos de la RMP [recall] en el Estado de British Columbia en Canadá (Ruff, 1996); las implicaciones de la RMP en Perú y su Constitución como obstáculo o facilitador de su ejercicio (Rojas 2005: 2-7); un relato histórico de la RMP en EE UU (Zimmerman, 1997); las particularidades básicas de la RMP en Suiza (Hangartnert, 2002); la RMP en EE UU en el ámbito de la democracia participativa (Zimmerman, 1992); la RMP como mecanismo de democracia semi directa en Costa Rica (García, 2008: 12-15). d) Se identifican reflexiones sobre la RMP en aportes cuyo objeto central de análisis son los MDD en todas sus variedades y donde la RMP es apenas uno de los diversos mecanismos que se consideran y sobre los que se reflexiona, aunque no de manera específica. Es decir, el tema de la RMP se la estudia como una especie del genero democracia directa sin que se problematice la cuestión, ni teórica ni factualmente (González 2012; Delamaza, 2010: 12, 20; Altman, 2011; Ramírez y Welp, 2011; Schneider y Welp 2011; Altman, 2010; Gómez Campos, 2010: 26,30,32; Welp, 2009; García Chourio, 2009: 200; Altman, 2005; Welp, 2008; García, 2008:58; Lissidini, 2007; Ellis 2007; Welp, 2009; Kenendy, 2007; Altman, 2005; Zovatto et al, 2004; Cedeño, 2004; Ulloa, 2004; Prud’homme s/f). De hecho, existen autores que mencionan la RMP solo para afirmar que es un MDD (Sartori 1997; Nino 1997:205; Saa Velasco 1996:231; Bernales y Otarola 1999:271; Sáchica, 1992: 269; García Pelayo 1999: 183-4). Otros autores afirman que la RMP es un mecanismo de democracia semi directa (Orozco, 2010: 22; Gómez Campos, 2010:5; Ghio, 2009: 2; García, 2008: 16; Abal Medina, 2004: 28; Taboada, 2005: 4, 5; 32 (Molas, 1998: 82 y ss.; Vanossi 2000:442; Njaim 2000:733.; Emmerich 2004:83; Belisle, 2002: 590-593; Rivera 2006: 4; Corona: 2000: 303) y hasta de democracia “semirrepresentativa” (Escobar Fornos, 2002: 140) e) La mayoría de las menciones que en trabajos académicos se hace sobre la RMP, se encuentran en aportes cuyo objeto de estudio principal no es la RMP, sino otro diferente, por lo tanto la mención de la RMP es apenas circunstancial y contextual. De toda la bibliografía que será mencionada se desprende que la mención a la RMP se la hace considerándola como un medio institucional inserto en contextos democráticos: 1) RMP, participación política de la ciudadanía y participación comunitaria8. 2) RMP, nociones de democracia y sus implicaciones, su legitimidad9. 3) RMP, control ciudadano, la responsabilidad y representación política10. 4) RMP, Los gobiernos seccionales, el municipio y la descentralización11. 5) RMP, la reforma política y constitucional, poder y procesos políticos12. 6) RMP, instituciones miradas desde el derecho constitucional, los derechos humanos y el derecho político13. 7) RMP, estudios relacionados con Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia; Argentina14. 8 Portillo y Contreras, 2012: 18; Echeverri, 2011: 68, 76 Velásquez Fabio, 2011: 162,169; Delamaza, 2010: 12 Mariñez 2009: 21; Aguilar, 2009: 223, 226; Llancar, 2009: 17, 18 Alfaro, 2008: 176 Ortiz, 2008: 2, 9; Amar y Echeverría, 2008: 137; Naranjo 2007:23 Gómez Roldán, 2006: 116, 117; Correa, 2006: 118; Sánchez Torres, 2003: 202, 203 Hoyos, 2003: 73 Victoria 2002: 472, 473 García-Guardilla 2002:248; Aguino, 2002: 13, 21 68, 86; Bejarano, 2001:91; Huerta, 2001: 23; Fernández y Ramírez, 2000: 5; Roncagliolo, 2005: 12, 13 Patiño, 2012; Velásquez, 2011; Hernández, 1994: 68,157. 9 (Chaguaceda y Cilano, 2011: 68, 71 Novak, 2011: 80 Gallego, 2010: 42, 44, 45 Wolff, 2010: 4 Tanaka y Vera, 2010: 99 Garza, 2008:33 González, 2008: 5, 9 Carrión 2007:156 Miró Quesada, 2007:53,127, 158 Ortega, 2007: 98-100 Gómez Roldán, 2006: 116, 117, 120 Santos 2005: 152; Reverón y Vargas 2005: 191, 192; Tuesta Soldevilla, 2004: 157, 159; Vásquez el al, 2002: 61,64; Romero, 1994: 22) 10 (Molinares 2009; (Levine y Romero, 2008: 363; Botero, 2006: 207 Revéis, 2004: 262; Guzmán 2003: 232, 233; Misas 2002: 138; Núñez, 2002: 99,100; Blando, 2002: 217, 317; Barrios 2004: 22,23; Maydana, 2004: 242; Abal Medina, 2004: 28 Barreiro et al, 2004: 10,11) 11 (Abal Medina, 2004: 28 Barreiro et al, 2004: 10,11 Matías 2006: 310; Velásquez, 2008:108 Tuesta Soldevilla, 2006: 8 Chirinos 1999: 15, 17 Ojeda, 2003: 75, 78, 91 Piedrahita et al, 2001: 58, 62, 63 Falla, 2000: 193) 12 (Gargarella, 2011: 99 Uprimny 2011: 117 Márquez, 2011: 86, 89 Negretto, 2009: 42 Casal, 2006 Córdova 2005: 77; Hernández Becerra 2000: 35 Gamus, 2006: 36 Córdova 2005: 77 Algranati, et al, 2004: 94 Rosatti, 2004: 465-467) 13 (Barreto 2007:425 Flores, 2011: 11,12 Cunill, 2009: 23 Socorro, 2005: 95-97, 102-106 Useche Díaz s/f: 248) 33 1.1 Un esquema sobre la revocatoria del mandato en el mundo Los sistemas políticos de Venezuela, Ecuador y Bolivia posibilitan la RMP para todas las autoridades de elección popular, por lo tanto para los presidentes. Canadá, EE UU, México, Colombia, Perú y Argentina contienen dentro de sus sistemas políticos la RMP, aunque existen diferencias por ejemplo, en cuanto a las autoridades sujetas a RMP, el nivel territorial y de gobierno en que se aplica, el porcentaje de firmas para lograr llamar a RMP, etc. Todos los países mencionados pertenecen al continente americano, la mayoría tienen regímenes presidenciales a excepción de Canadá que cuenta con un régimen parlamentario donde el ejecutivo no es elegido directamente por la ciudadanía, sino que es producto de los acuerdos, alianzas y coaliciones en el Parlamento. Canadá, EE UU, México y Argentina son Estados federales que reconocen la RMP del nivel federal hacia abajo. Colombia y Perú son Estados unitarios que regulan la RMP en el nivel sub nacional. 14 Colombia: Guzmán, 2011, 34, 35, 37; Restrepo, 2011: 1; Parada, 2010:648,651; Villegas 2009: 244; Botero, 2007: 183; Cogollos & Ramírez, 2007: 111, 114; Chingaté, 2006: 396; Matías, 2006: 149; Gutiérrez, 2004: 60; De Antonio, 2001: 38, 52, 81; Castaño 1999: 48, 51; Buenahora, 1997: 110, 127; Manrique 1995:176, 178, 180; Sudarsky, 1992: 115; Dávila Ladrón de Guevara, 1992: 40, 4. Venezuela: Álvarez & García-Guardilla, 2011: 184; Antela, 2011: 523,524; López, 2008:566; Ochoa, 2010: 685, 686; Kornblith, 2007: 110, 111, 115; López Maya y Meléndez, 2007: 275; Hellinger, 2006: 5; Carrasquero, 2006: 45, 46; Blanco, 2006: 71, 72, 78-80; Reyes, 2006: 90; Ramos, 2006: 18-20,23; Meschkat, 2006: 214, 218; Rondón, 2005: 324; Bejarano, 2005:142, 143; Añez, et al, 2003: 592, 593; Blanco 2002: 249; López y Gamboa 2001: 11, 12; Fuenmayor & Ávila, 2000: 31. Ecuador: Verdesoto y Ardaya, 2011: 67, 69, 70; Basabe et al, 2010: 78, 79; Villavicencio, 2010:53,57, 59; Echeverría 2010:106; Cuvi, 2010: 35,36 Ortiz, 2008: 16; Montúfar 2008: 392; Pachano 2008: 150, 153, 154, 155; Acosta, 2008: 5; Albornoz, 2007, 115,122; Massal, 2006: 145; Hernández Enríquez, 2002: 20, 24; Hernández, 2009: 117; Ojeda 1998:36. Bolivia: Gamboa Rocabado, 2010: 155,165, 168; Coca Olmos, 2010: 68; Romero Ballivián, 2008: 4, 11. Argentina: Frávega, 2006: 153,154, 155; Pereyra 2005; Cafassi, 2002. 34 Cuadro 3. Revocatoria del mandato político en el mundo País, Estado, Ciudad. Venezuela Bolivia Ecuador Colombia Perú México: Estado Federal de Chihuahua Canadá: Estado de British Columbia Argentina: Ciudad Autónoma de Buenos Aires Argentina Provincias: Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, La Rioja, Misiones, Neuquén, Rio Negro, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tierra del Fuego. Municipalidades: de General Roca, Río Grande, Ushuaia, Tinogasta, El Dorado, Leandro N. Alem, El Soberbio, Esquina, San Carlos de Bariloche EE UU: Alaska, Arizona, California, Colorado, Georgia, Idaho, Kansas, Lousiana, Michigan, Minnesota, Montana, Nevada, New Jersey, North Dakota, Oregon Washington Wisconsin. Alabama, Alaska Arkansas, Florida, Missouri, Nebraska, Nuevo México, Ohio, South Dakota, Tennessee, West Virginia Wyoming Rusia, Etiopía, Kirguistán, Nigeria, Liberia y Uganda Suiza: Cantones Berna, Uri, Solothurn, Schaffhausen, Thurgau, Ticino. Autoridades de elección popular sujetas de revocatoria. Todas las autoridades (Art. 72 Constitución) Todas las autoridades (Art. 169 y 187 Constitución) Todas las autoridades (Art. 105 Constitución 2008) Alcaldes y gobernadores (Art. 6 Ley 134 1994) Alcaldes, regidores, autoridades regionales, magistrados (Art. 20 Ley 26300 1994; Art. 191 Constitución) Gobernador, presidentes municipales, presidentes seccionales, regidores, síndicos (Art. 257 núm. 3 Ley Electoral del Estado) (Campos, 2005: 26) Miembros de la Asamblea Legislativa (Ruff, 1996) Todos los funcionarios (Art. 67 Constitución, Art. 1 ley 357 Bs Aires) Todas las autoridades municipales de elección popular: Intendente Municipal, Concejales, Miembros del Concejo Deliberante, Tribunal de Cuentas y la Comisión Municipal (García, 2009: 77-96) Determinadas autoridades estatales y locales (NCSL, 2011, 2013) Determinadas autoridades del nivel local (NCSL, 2011) Miembros del parlamento (Welp y Serdült, 2012: 6; Serdült y Welp, 2012: 78, 90 ) Todo el gobierno y no una autoridad en particular (Welp y Serdült, 2012: 5) (Sánchez Ferriz, 1985:513). Fuente: Elaboración propia. 35 2. Revocatoria del mandato a presidentes: elementos conceptuales La RMP a presidentes es una institución política-formal (con reconocimiento normativo y una serie de principios, reglas y procedimientos definidos) mediante la cual el cuerpo electoral de una circunscripción territorial nacional, una vez cumplidos los requisitos establecidos en la normatividad pertinente, puede dejar sin efecto, por votación popular directa en las urnas, el mandato político otorgado al presidente antes de cumplir el período para el cual fue elegido; permitiendo que se pueda botar votando al presidente15. La correspondencia entre los procedimientos de elección-revocación de presidentes (voto) no es una cuestión menor, pues la RMP ([des] elegir) se constituye la contraparte y el complemento del derecho de elegir a presidentes. La RMP se fundamenta en el principio de soberanía popular puesto que la autoridad del presidente para ejercer el poder público y político tiene su origen y fin en la ‘voluntad del pueblo’ que en las democracias contemporáneas se manifiesta por el voto que reciben las autoridades en las urnas. Siguiendo a Tsebelis (2006) la ciudadanía es un actor de veto colectivo que cuando elige al presidente se reserva su poder de veto, para mediante la RMP manifestar sus preferencias y cambiar el statu quo (prescindir del presidente). La RMP presidencial indica la dinámica relacional entre gobernantes (agentes) y gobernados (principales), donde “[…] el derecho de tomar una decisión es asignada por un ‘principal’ a un ‘agente’, pero esa asignación y/o delegación, es condicional. Esto es, continua sólo con la venia del principal” (Shugar, Moreno y Crisp, 2003:83). La RMP a presidentes está relacionada el accountability (rendición de cuentas) y el responsiveness (mandato) conectada con la responsabilidad política de las autoridades electas por votación popular. La responsabilidad política tiene que ver con la sujeción de los gobernantes a elecciones periódicas donde en virtud del desempeño que hayan tenido podrían ser castigados o premiados en las urnas siendo o no [re]elegidos (Przeworsky, et al 1999). Por lo tanto, en la democracia representativa el ejercicio del voto sirve para elegir gobernantes, así como para ejecutar el accountability y el responsiveness. 15 Revocación y recall se relacionan con revocatoria. Recall conocida como “convocatoria” (Zimmerman, 1992: 115) cuya traducción textual es “volver a llamar” es la institución de EE UU equivalente a la RMP. 36 En la democracia representativa el voto sirve para ejercer accountability vertical (desde abajo hacia arriba). La RMP presidencial está sustentado en el voto y sirve para ejercer accountability vertical y su uso puede darse antes que haya transcurrido el plazo para el cual un presidente fue electo, es decir, sin necesidad de esperar nuevas elecciones para castigar o premiar su desempeño o el de su partido político. O´Donnell (2001:25) haciendo mención a lo que Smulovitz y Peruzzotti llamaron accountability societal vertical, hace énfasis en que las elecciones son insuficientes como mecanismo de rendición de cuentas. La RMP a presidentes implica poner en marcha un mecanismo de accountability vertical puro, en el que los electores (el soberano) no esperan nuevas elecciones para castigar o premiar a su presidente o su partido, sino que pueden prescindir de aquel antes que culmine su periodo. Keck y Sikkink (2007: 375) al mencionar el accountability político manifiestan que las redes de activistas luchan para convencer a los gobernantes que cambien de posición en determinados temas y cuando lo logran piden cuentas, y si no reciben respuesta tratan de evidenciar la distancia existente entre el discurso y la práctica. Esa es una forma de ejercer accountability político que podría devenir en diferentes formas concretas de acción como, por ejemplo, una RMP presidencial, si la ciudadanía al evidenciar la distancia entre el discurso y la práctica, se organiza bajo dicha cuestión emprendiendo un proceso de RMP. 2.1 Revocatoria del mandato a presidentes y otros mecanismos con efectos similares Para tener claro cuál es el objeto de estudio y el problema de investigación se debe diferenciar la RMP a presidentes con otros mecanismos con los que puede y suele ser confundido. La RMP presidencial no es el único medio a través del cual se puede sacar del cargo a un presidente, pues eso se puede lograr también a través del juicio político (JP) que es el “procedimiento constitucional que le permite al Congreso remover al presidente” (Pérez-Liñán, 2009: 217); y también por medio de arreglos institucionales de los regímenes parlamentarios como la moción de censura y la disolución del parlamento. 37 Tanto la RMP a presidentes como el JP son distintivos de los regímenes presidencialistas de gobierno, pero cuando se activa una RMP la salida del presidente se decide por votación en las urnas, mientras que con el JP la decisión está en el legislativo. Con la moción constructiva de censura o el voto de no confianza los legisladores en el parlamento pueden censurar o negar su confianza al titular del ejecutivo o a su gobierno obligándolo a dimitir (Schneider, 2001: 327 y 361). La disolución del parlamento es la potestad que en los regímenes parlamentarios corresponde al jefe del Estado para dar por terminado el mandato de la totalidad de los representantes, antes de cumplirse el término normal de duración (Stepan y Skach, 1997: 188). La moción de censura y la disolución del parlamento a diferencia de la RMP presidencial son característicos de los regímenes parlamentarios y si bien con los tres se logra que el titular del ejecutivo deje el cargo, en el caso de los mecanismos parlamentarios su iniciativa se encuentra ya sea en el parlamento o en el titular del ejecutivo y no en el cuerpo electoral (pueblo) como es el caso de la RMP a presidentes. Se debe mencionar además la contestación social y la movilización callejera como medio para prescindir de presidentes y que en el caso ecuatoriano ha sido una constante, por lo menos entre 1997 y 2005. En ambos casos existe una especie de manifestación de la voluntad del pueblo que en el caso de la RMP presidencial tiene la certeza del voto en las urnas, pero en el caso de la movilización callejera dicha certeza se sustenta en otro tipo de legitimidad. Desde una perspectiva eminentemente formal de la democracia, los mecanismos informales siempre dejan dudas acerca de si esos actos realmente representan o se constituyen en la manifestación de la voluntad de la mayoría del pueblo. 2.2 Revocatoria del mandato a presidentes y modelos de democracia La RMP presidencial es una ‘novedad’ institucional que se encuentra subsumida a una visión de democracia diferente a la representativa. Dicha noción de democracia es concebida, por unos, como directa y por otros como semidirecta. Si tomamos de manera aislada los principales componentes conceptuales de cada concepción sobre la 38 democracia, se podría avizorar, por lo menos, dos resultados: 1) la pugna irreconciliable entre las dos conceptualizaciones y 2) el encuentro conciliado de sus perspectivas. Los elementos básicos de una y otra concepción pueden cohabitar (de hecho cohabitan) sin que signifique que una de ellas pierda su esencia (Altman 2011). Una de las cuestiones a ser analizadas es la democracia y su conceptualización institucional, discursiva y práctica y su tensión con otras concepciones que se podrían considerar como paradigmáticas en el caso de estudio escogido. Para categorizar a la democracia es común que se la distinga en virtud de diferentes tipos o modelos que son construcciones teóricas hechas para mostrar los elementos importantes de una forma democrática, así como la estructura o relaciones que la caracterizan (Held 1987: 21). La RMP a presidentes tiene que ser entendida en el contexto de los distintos modelos de democracia, siendo la confrontación entre democracia representativa frente a la democracia directa o participativa la más valiosa para contextualizar y singularizar la RMP16. Antes que tratar de solucionar las tensiones teóricas existentes entre los diferentes modelos de democracia es más importante (para este trabajo) localizar dentro de qué modelo puede insertarse la institución de la RMP. Altman (2011) explica la dinámica de los MDD en el mundo (entre otros la RMP) tomando como base, la aparente confrontación entre democracia representativa y democracia directa. El modelo de democracia representativa se funda en la idea que la democracia es procedimental, basándose en la selección de representantes políticos para que desempeñen el rol de gobernantes; en las elecciones periódicas; en el voto secreto; en la competencia electoral y en el gobierno de la mayoría. La democracia representativa está 16 Caído el régimen feudal monárquico estamental como consecuencia de la independencia hacia la corona Inglesa, destrucción de la monarquía absoluta francesa y la Revolución Americana (finales del siglo XVIII e inicios del XIX) durante el proceso de construcción del sustento teórico y de un nuevo sistema de organización política para el régimen naciente, la democracia representativa no fue la única disponible, pues existió otra alternativa: la democracia directa. Ante la imposibilidad que se pueda ejercer la democracia directa, se hizo necesaria la representación política, para posibilitar la toma efectiva de decisiones del gobierno y los asuntos de interés general (Ver: Sartori, 1997: 140 y ss.) 39 relacionada con lo que Dahl llamó poliarquía considerando como tales a los sistemas que se acercaban a la democracia (sistema político hipotético-ideal). Son poliarquías aquellos sistemas que presentan los siguientes rasgos: 1) funcionarios electos; 2) elecciones libres y limpias; 3) ser removidos por medios pacíficos; 4) derecho a presentarse a ocupar cargos públicos; 5) libertad de expresión; 6) información alternativa; 7) autonomía de asociación (Dahl, 1989: 13, 15)17. O’Donnell (2009: 202) consideró que a la lista de Dahl se debían añadir otros atributos como: las autoridades electas por votación popular no debían sufrir la terminación de sus mandatos antes de los plazos constitucionalmente establecidos. El modelo de democracia directa o participativa implica que la participación no se debe limitar al acto de votar, sino a manifestarse por diferentes mecanismos y medios existentes. La democracia participativa supone que el derecho igual para todos los ciudadanos al autodesarrollo se logra en una sociedad participativa, que fomente un sentido de la eficacia política, que nutra la preocupación por los problemas colectivos y contribuya a la formación de una ciudadanía sabia, capaz de interesarse de continuadamente por el proceso de gobierno (Held, 1987: 315). Si se estima que una sociedad participativa se relaciona con el fomento de la eficacia política, la solución de problemas colectivos; así como con una ciudadanía preocupada por el proceso de gobierno, la RMP a presidentes se circunscribe dentro del modelo de democracia directa donde el voto adquiere diferentes dimensiones, pues se puede usar no solo para elegir a un presidente sino para sacarlo del cargo. La inserción de la institución de la RMP presidencial en el modelo de democracia directa o participativa se vuelve más evidente si se considera que el modelo de democracia representativa no da cabida a la posibilidad de revocar el mandato a una autoridad de elección popular, pues se basa en la irrevocabilidad del mandato otorgado a los mandatarios y representantes electos por el cuerpo electoral (Manin, 2006; Loñ y Morello, 2003: 714; Ordóñez, 1999: 33). 17 Para Dahl dichos atributos permiten: a) formular las preferencias, b) manifestar las preferencias; y, c) recibir igualdad de trato por parte del gobierno en la ponderación de las preferencias. 40 Muchos autores al referirse a la RMP lo hacen considerándola como un MDD (Álvarez, Barba y Rivera, 2011; Rivera y Cardona, 2011; Aguilar, 2009:226; Miró Quesada, 2007; Campos, 2005; Zovatto, 2004; García Pelayo, 1999; Sartori, 1997; Nino, 1997). En la democracia directa llamada también antigua (en sentido amplio) no existen representantes, mandatarios o gobernantes, sino que es el pueblo el que toma por sí mismo las decisiones que le competen, autogobernándose. La RMP presidencial no es democracia directa sino, entre otras, una forma y manifestación de esta. Para establecer si la RMP a presidentes es o no un MDD se debe observar la forma como se toman las decisiones, es decir si se las toma directamente o por medio de representantes. Si la decisión de cesar en el cargo a un presidente la hace el pueblo (cuerpo electoral) directamente, sin la intervención de representantes, se puede catalogar a la RMP presidencial como un MDD. Sartori (1997:78) habla de dos definiciones de democracia directa: a) una definición mínima, según la cual la democracia es directa por un rasgo básico: cuando se la ejerce “sin representantes y sin representación”; y b) una definición amplia que, además de la no intervención de representantes, se distingue por una dinámica de “inmediatez de interacciones”, una relación directa, cara a cara entre los participantes. Por la primera resulta el gobierno directo, por las dos juntas resulta el autogobierno18. Nino hace una diferenciación entre: a) formas de democracia directa, y; b) la práctica de la discusión moral ideal. Nino sostuvo: Debemos detenernos a considerar las diferencias que existen entre formas de democracia directa y la práctica de la discusión moral ideal. A pesar de que las primeras implican la expresión directa de las opiniones de los votantes respecto de cuestiones políticas o de la gestión de los funcionarios públicos ellas no reflejan una discusión genuina. Los participantes solo pueden contestar por ‘sí’ o por ‘no’. La concepción epistémica de la democracia se apoya primariamente sobre el proceso de deliberación colectiva y asigna valor a las decisiones mayoritarias solo 18 Estos dos rasgos se conjugaban en la democracia de los antiguos, por eso democracia directa y autogobierno fueron nociones intercambiables, aunque el gobierno directo y autogobierno deben distinguirse, pudiendo estar juntos mientras ambos no superen el tamaño de los grupos relativamente pequeños (Sartori, 1997:78). La interacción cara a cara es el elemento diferenciador entre las definiciones mínima y amplia de democracia directa. 41 por ser un mecanismo esencial para lograr que la deliberación tienda hacia la imparcialidad [...] En una discusión los propios participantes son los que formulan las preguntas, expresan sus intereses y tratan de justificarlos frente a los otros. Una discusión no es una mera suma de reflexiones individuales que operan en forma aislada sino que es un proceso colectivo en el cual la posición de cada participante se vuelve cada vez más focalizada como consecuencia de reaccionar a los argumentos de los otros. La reflexión de cada uno se ve así enriquecida por las de los demás (Nino, 1997: 209-210) Sartori y Nino coinciden en establecer dos subtipos de democracia directa, definiéndolas de manera similar, aunque denominándolas diferente19. En base a los planteamientos recién citados, se puede establecer que la RMP presidencial, se subsume dentro de la “noción mínima” de democracia directa (Sartori) o de “los instrumentos de democracia directa” (Nino). Por medio de la RMP a presidentes el pueblo (cuerpo electoral) puede expresar directamente su opinión respecto a la permanencia o no del presidente en el cargo, sin la intervención de representantes, por lo tanto, sin representación aunque sin la interrelación cara a cara o la práctica de la discusión moral ideal al momento de tomar la decisión, pues la opinión acerca de la permanencia o no del presidente en su cargo se limita a la manifestación de un sí o un no, sin una discusión donde se proponga, se opine, se dialogue, se discuta, se negocien, se acepten o rechacen posturas. La decisión de iniciar un proceso de RMP presidencial, no nace de la totalidad de los participantes, sino generalmente de un grupo reducido. En todo caso, no cabe duda que la RMP a presidentes puede ser catalogada como un MDD por el simple hecho que el pueblo (cuerpo electoral) se manifiesta y decide directamente al respecto, sin intervención de representantes políticos tomando esa decisión. La RMP presidencial, se subsume en la noción mínima de democracia directa, siendo al parecer imposible que pueda practicarse bajo los distintivos de la noción amplia de esta, pues el número de ciudadanos impide que la decisión de cesar o no en el cargo al presidente pueda efectuarse por una interacción cara a cara y a través del 19 “La práctica de la discusión moral ideal” (Nino) es la “noción amplia de democracia directa” (Sartori). La “noción mínima de democracia directa” (Sartori) son “instrumentos de democracia directa” (Nino). 42 intercambio inmediato de ideas, opiniones, posturas, criterios, etc. Sin embargo, Nino ofrece ciertos criterios que permitirían sostener la posibilidad que la RMP se efectúe bajo los rasgos de la democracia directa de noción amplia: Creo que debemos asumir el riesgo, al menos en nuestra imaginación y tratar de acercarnos a la democracia directa. Parece bastante claro para mí que la forma más pura de democracia debería emerger del proceso de descentralización política que generaría unidades políticas suficientemente pequeñas como para hacer posible un proceso de discusión cara a cara y de decisión colectiva. Esta propuesta no es de imposible realización, dado que hay muchos ejemplos actuales de democracias directas en ciudades y pequeños cantones, sobre todo en los Estados Unidos y Suiza. Más imposible resulta ser la idea que los asuntos políticos más importantes que encara una sociedad puedan decidirse a través de asambleas populares. Mi propuesta requeriría que temas tales como el aborto, los códigos penales, los impuestos, los servicios sociales, la educación y la protección policial puedan transferirse a nivel de estas unidades políticas más pequeñas, donde todos los afectados podrían realmente encontrarse y discutir estos asuntos. Ello daría lugar también a que existiera una mayor posibilidad de que la gente eligiese la comunidad política a la cual quiere pertenecer [...] Por supuesto este nivel de descentralización no es suficiente para el funcionamiento de la democracia directa dado que no llega a permitir discusiones cara a cara. Debemos aún decidir cómo es posible implementarlas tanto en unidades muy pequeñas como también en la de grandes magnitudes (Nino, 1997: 212). Nino se refiere a la descentralización política como medio por el cual la democracia directa de noción amplia puede ser materializada. Dicho criterio puede servir de sostén para que la RMP se efectúe no solamente mediante la no intervención de representantes en la toma de decisiones, sino que éstas se elaboren por un proceso de interacción cara a cara entre los participantes. Dentro de circunscripciones territoriales o unidades políticas pequeñas, tanto la elección como la revocación de los gobernantes, podría hacerse de manera directa, mediante un proceso de diálogo, intercambio de opiniones, argumentos y contrargumentos, proposiciones, discusión, negociación, respuestas, aceptación y rechazo de posturas, en definitiva, practicando la discusión moral ideal. Las autoridades revocadas bajo este sistema podrían ser únicamente las locales, pues las autoridades nacionales como el presidente (donde el número de participantes es enorme) no podrían ser revocadas bajo la noción amplia sino bajo la noción mínima de democracia directa. 43 2.3 Revocatoria del mandato y orden político Desde Aristóteles y Hobbes, pasando por Locke, Rousseau, Kant, Hegel, hasta Marx han efectuado sus elucubraciones considerando explícita o implícitamente la idea de la constitución de la sociedad y la conformación de los arreglos institucionales que permitan que agentes individuales interrelacionados entre sí equilibren sus intereses, constituyan reglas y desarrollen su existencia en colectividad; por lo tanto, que expliquen el origen del orden político, su cambio y extinción. Existen varias teorías sobre el origen del orden y poder político, entre otras, las de mayor relevancia son: a) el contractualismo, y b) la visión orgánica de la sociedad20. El contractualismo.- Es una escuela de pensamiento cuyo auge se localiza entre el inicio del siglo XVII y finales del siglo XVIII teniendo como sus exponentes principales, entre otros, a Hobbes, Locke, Rousseau, Kant y [actualmente] Rawls. ¿Cuál es la premisa básica que hace que estos autores sean estimados como contractualistas? que la génesis del orden político se encuentra en un contrato o acuerdo expreso o tácito de individuos que ponen fin al estado de naturaleza y dan paso al estado político21. Desde el contractualismo se considera al Estado como objeto de construcción humana y no como un producto natural de la vida en sociedad; por lo tanto se basa en la idea según la cual el orden político es producto de un acto de manifestación de voluntad, 20 Ambas difieren entre sí, pues están compuesta por diferentes teorías, es decir, cada una es una corriente compleja de pensamiento constituida por perspectivas varias que han cambiado de matiz a lo largo del tiempo. El contractualismo y la visión orgánica de la sociedad, como explicaciones sobre el origen del orden político acarrean tensiones que se podrían resumir así: 1) la tensión entre los principios de libertad y orden; y 2) la tensión entre los derechos individuales y colectivos. Según el principio de libertad los titulares de derechos pueden exigir a los titulares del poder que hagan algunas cosas o dejen de hacer otras (lo que Bobbio llamó la revolución copernicana de los derechos). Para el principio de orden, los derechos son otorgados por la autoridad (concesiones) la cual se funda en recursos de poder (dinero, armas, ideas religiosas, idea de deberes). Otra tensión es entre los derechos individuales y los derechos colectivos, es decir, el debate sobre dar prioridad al individuo como sujeto autónomo o a los valores del grupo, la cultura, la religión. Dicha tensión se observa entre las posiciones de Kant y su concepto de ‘autonomía’ del individuo frente a la sociedad, y la concepción de Hegel de ‘inmersión’ del individuo dentro de su comunidad (Cfr.: Gargarella, 1999:126). 21 El contractualismo no es una teoría monolítica, sino producto de diferentes perspectivas que si bien coinciden en la idea del pacto (acuerdo de voluntades) como el origen del orden político, presentan sus desacuerdos en lo que estiman como estado de naturaleza, pues para Hobbes (2010) es un estado de guerra, para Locke (2006) un estado de paz (precaria) y para Rousseau (2010) un estado de felicidad. 44 donde la salida del estado de naturaleza mediante el contrato es instrumento de emancipación (solo) política. La noción de fuerza presente en el pensamiento contractualista, se convierte en poder cuando se configura el Estado luego del pacto, lo que estructura la soberanía que según Hobbes es la posibilidad de obtener obediencia a sus normas ya sea por el consenso o por la coacción que no puede ser puesta en duda [revocada] mientras que para Locke y Kant (2005) el consenso se consigue de manera indirecta mediante la representación política y para Rousseau el consenso es directo del pueblo que deja la aplicación de las normas al ejecutivo y legislativo. El pacto según Hobbes y Rousseau hace que los individuos asociados se sometan de manera incondicional a un soberano (Leviatán [Hobbes]; voluntad general [Rousseau]) que no es parte del contrato, donde cada individuo pactante se obedece a sí mismo, aunque eso no significa que puedan violar el pacto. El pacto no implica sólo asociación sino además sumisión, es decir obediencia a la autoridad instituida para que mantenga el orden político. Al contrario del pacto de asociación, el de sumisión podría romperse [revocarse], pues siguiendo a Locke la ruptura de la sumisión no implica la ruptura de la asociación, es decir se puede disolver [revocar] el gobierno al que se obedece pero no la sociedad en la que se vive producto de la asociación, es decir trasladando dichos criterios a la circunstancias actuales se podría prescindir del presidente de un gobierno sin que eso signifique que se eche abajo la democracia22. La constitución y la disolución del orden político de acuerdo a los pensadores antes mencionados, actualmente importa si se trata de entender como diferentes fuerzas 22 Las diversas corrientes de pensamiento que constituyen al contractualismo podrían resumirse en la siguiente tipología: a) un contractualismo absolutista (Hobbes) que pretende diferenciarse del despotismo bajo la idea que las órdenes del Estado no se sostienen en el arbitrio o mero capricho, sino en la necesidad lógica de proteger el bien de los individuos pactantes; b) un contractualismo liberal (Locke y Kant) que estima necesario el control del poder del monarca por medio de asambleas representativas las que ejercen el poder legislativo; c) un contractualismo democrático (Rousseau) que subsume a todos los individuos a la lógica y racionalidad de la voluntad general; y d) un contractualismo nuevo, representado y puesto en escena principalmente por Rawls (2006 a ) quien trata de amigar a los principios de libertad e igualdad. 45 políticas pugnan para cambiar el orden político y para crear instituciones formales que permitan prescindir de las autoridades que ejercen poder. La concepción orgánica de la sociedad.- En un sentido amplio está compuesta por teorías políticas que consideran que la génesis de la sociedad y la base del poder político se encuentra en la sociedad, en su desarrollo y cambio producido a lo largo del tiempo, bajo la premisa que la sociedad ha estado siempre ahí y que su ordenación no es fruto de la mera voluntad de los individuos que la conforman. Por lo tanto, no es un contrato de carácter expreso o tácito de individuos que ponen fin al estado de naturaleza y dan paso al estado político. La concepción orgánica de la sociedad, entiende al orden político como producto de la mera existencia de la sociedad y no del consenso de los individuos que la componen, es decir, pueden existir pactos pero aquellos no pueden constituir una sociedad o un orden político. Se pueden catalogar como pensadores que se acogen a ésta explicación del origen del orden político, entre otros, Aristóteles, Hegel, Engels, Marx. Aristóteles (2005) suele ser considerado como el iniciador de esta explicación sobre el origen del orden y poder político, cuando sostuvo que la vida en sociedad es un hecho natural, pues el hombre que pueda vivir en una situación asocial es un dios o una bestia, por lo tanto, la vida en sociedad no es mera voluntad de los pactantes, sino una necesidad ineludible que permiten satisfacer las necesidades inmediatas y las más sofisticadas de la vida23. Engels, en su obra el origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, da una explicación que difiere de aquella que considera que el origen del orden político es el pacto y por el contrario manifiesta que resultan de una especie de evolución y paso de la humanidad por diferente estadios que explican la transformación del mono en hombre entendiendo al orden político como consecuencia de aquel trajinar histórico. 23 Hegel (2004: 210) contrapuso la idea de Estado fundado en un principio de derecho privado frente a la idea de contrato social, por eso manifestó que el Estado es lo racional en sí y por sí y es donde la libertad alcanza la plenitud de sus derechos, por lo que los individuos tienen el deber supremo de ser miembros del Estado. 46 Luego de Aristóteles, el pensador (moderno) más representativo de la visión orgánica de la sociedad es Marx, quien sostuvo que el Estado no es sino un mecanismo de opresión puesto en marcha por la clase económicamente dominante para subordinar a la clase proletaria, dando una explicación de la emergencia del orden político cuando sostiene que “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen arbitrariamente, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo circunstancias directamente dadas y heredadas del pasado” (Marx, 1974)24. Para Marx (1974: 40) el orden político, es un espacio donde se construyen las condiciones materiales de vida y dicho espacio está vedado del alcance de los hombres por diversos procesos y formas de dominación que ejerce una clase dominante sobre otra dominada, mediante la “ideología dominante” entendida como la capacidad que tiene el pensamiento de la clase opresora sobre la clase oprimida de generar una forma de conciencia imaginaria, enajenada y falsa del mundo; es el velo que se interpone entre conciencia y realidad, “invisibilizando” la contradicción y conflicto de intereses presente en la sociedad (Marx 1974: 50), por lo que el orden político no es una creación artificial para la potenciación de los derechos de los pactantes, sino una estructura que hace que unos sometan a otros. Sin olvidar las diferencias entre el contractualismo y el organicismo como perspectivas que ayudan a entender cómo se configura el orden político, se puede colegir que desde la posición de pensadores pertenecientes a ambas corrientes de pensamiento, existe la posibilidad de poner en duda el orden político y por añadidura las autoridades o agentes que la posibilitan. Así, para Locke (contractualista) si bien no podría romperse el pacto de asociación que fundamenta un orden político, si podría ponerse en duda el pacto de sumisión, es decir se podría disolver el gobierno [sacar a su titular]. Para Marx (organicista) la ruptura de la dominación que ejerce una clase dominante sobre otra dominada mediante la ideología dominante, se lograría echando 24 Hay una diferencia fundamental entre el pensamiento orgánico de Aristóteles y Marx. Para Aristóteles es natural que unos manden sobre otros. Para Marx dicha cuestión no es natural, sino que aparece como tal por la eficacia de la ideología dominante, manteniendo el velo que no les permite a los dominados mirar el mundo tal cual es. 47 abajo varios de los supuestos que mantienen dicha ideología para que el velo que no permite a los oprimidos entender su real situación en el mundo caiga y permita su emancipación. La posibilidad de romper con determinados componentes que conforman el Estado opresor implica no solo la posibilidad de cambiar el orden político sino de además aquellos que bajo la nomenclatura de autoridades [presidentes] sostienen dicho orden. Una de las cuestiones claves en que los principales pensadores (contractualistas y organicistas) siguen influenciándonos hasta la actualidad es en ayudarnos a entender el tránsito de los individuos hacia las instituciones en la política y la compleja interrelación entre acción individual, acción colectiva y la formación de reglas de carácter institucional, es decir en la conformación del orden político entendido como la justificación final que legitima la cooperación entre agentes reconociendo las dimensiones individual y social de la vida y la tensión entre los componentes que la estructuran. La metáfora del contrato invocada, entre otros, por Hobbes parte de la premisa del individuo como pactante y constructor de acción colectiva entendida como forma que permite potenciar la maximización de intereses individuales en proporciones mayores de la que se lograría si se prescinde de la cooperación. La coyuntura histórica en la que Hobbes se desenvolvió le hizo pensar en cómo lograr que los individuos no se causen daño unos a otros y logren cooperar a pesar de la anarquía de la guerra civil de 1642; y en esa búsqueda se enfrentó, entre otros, a dos dilemas: a) monarquía o asamblea, b) obediencia o desobediencia de los soberanos. Hobbes apostó por el Leviatán (artificio creado para posibilitar la acción colectiva) pensando en un Estado (Commonwealth) fuerte considerando como soberano al monarca (no al pueblo) y aceptando la obediencia absoluta, pues pensó que para mantener la seguridad era más aceptable la arbitrariedad del Estado, que el estado de guerra, por lo tanto la posibilidad de revocar el orden político o las autoridades que se desempeñaban era imposible. 48 Hobbes sembró la semilla del problema de la soberanía y su residencia cuando se preguntó entre otras cuestiones ¿Que hace posible y cuál es la fuente de la autoridad que la hace legítima; ¿Cómo pueden las personas (súbditos) aceptar una autoridad común? y ¿qué hace legítima y respetable la autoridad? Cuando Hampton se refiere al concepto de regla de reconocimiento de Hart (la fuente de la legitimidad de las normas y autoridades) y considera que dicha regla además “identifica quien es el soberano y por consiguiente quien tiene el poder de decidir los conflictos de un régimen” (Hampton,1994:24) reafirma la idea ya existente según la cual la regla de reconocimiento (orden político) tiene como última instancia de validación (legitimidad) a los gobernados, y aporta una idea según la cual dicha instancia puede ser modificada en el tiempo en virtud de las transformaciones en la percepción colectiva sobre la legitimidad (ver: Valdés, 2010:22). Esto lo logra sometiendo la paradoja en la que se encontraba Hobbes para decidir cuál era la justificación última que legitimaba la obediencia de las normas y autoridades (el monarca o el pueblo) a un argumento regresivo (regresar al origen y génesis) planteando una triple dimensión normativa para explicar el proceso de legitimación de las normas y autoridades que rigen un orden político. Cuadro 4. Orden político y la triple dimensión normativa de Hampton. Reglas Terciarias Reglas Secundarias Reglas Primarias Sistema de reglas a considerar para cambiar de régimen político o el régimen político Reglas que establecen quienes [autoridades] y bajo qué condiciones son aceptados para emitir las reglas de cumplimiento obligatorio y como pueden ser controlados o depuestos [revocados] Reglas de cumplimiento obligatorio (leyes, decretos, acuerdos, resoluciones, reglamentos) Fuente: Elaboración propia basado en Hampton (2004) y Valdés (2010) Si consideramos los tres niveles de reglas que ofrece Hampton, se puede deducir que la ley (reglas primarias) no pueden ofrecer por si mismas legitimidad al orden político pues son normas instrumento que mandan, prohíben o permiten y apenas son depositarias de 49 la legitimidad que reciben de otras (las secundarias), las que a su vez se subsumen a otras (las terciarias) Ahora, el argumento regresivo de Hampton no está solucionado totalmente, pues cuando reflexiona sobre los planteamientos de Hobbes se pregunta: ¿Quién es y donde está la razón última a la que todos deberían obedecer? Y responde diciendo que es el pueblo el que además de definir el juego objeto también determina el sistema por el cual se puede revisar ese juego objeto y bajo qué circunstancias tiene el derecho de hacerlo (Hampton,1994:36). Sin embargo, a dicha respuesta podríamos plantearle una nueva pregunta: ¿cuál es la fuente de legitimidad para que ese pueblo pueda hacer lo que se supone puede hacer? El problema de Hampton es buscar la respuesta en un nivel normativo de reglas, sin considerar la dimensión eminente política del asunto, es decir, el concepto límite de la conformación de un orden político: el poder constituyente, concepto que a su vez encierra problemas, pero que es necesario mencionar. La constitución política es la norma jurídica fundamental y principal de un Estado que simboliza un orden político, la cual no encuentra su origen en otra norma por el mismo hecho que no existe otra sobre ella, por lo que su fuente es el poder constituyente del pueblo. Pero el poder constituyente no debe explicarse como la norma fundamental, tampoco como un fundamento normativo ideal (como lo hace Hampton) sino como un fenómeno eminentemente político, como aquella fuerza y autoridad (política) capaz de crear, de sustentar y cancelar la Constitución en su pretensión normativa de validez (Bockenforde)25 El fundamento del orden político se encuentra en el poder constituyente que es potestad de los gobernados (pueblo) que por diferentes mecanismos como las Asambleas Constituyentes pueden cambiar el orden político y por lo tanto también pueden cambiar 25 El poder del pueblo podría actuar así a) Poder constituyente que precede a la Constitución y que no puede ser regulado por aquella; b) Poder constituido sometido a la Constitución y que se ejecuta por medios como: 1) Asamblea Nacional Constituyente electa por votación, 2) Asamblea o convención elegida para elaborar un proyecto de Constitución que se somete a decisión del pueblo; 3) Propuesta de reforma o proyecto de constitución elaborada por un órgano del Estado o por iniciativa popular puestas a consideración del pueblo, etc. 50 o prescindir de las autoridades que ponen en marcha un orden político determinado. Así, un orden político puede ponerse en marcha mediante una forma de gobierno presidencialista donde el presidente es uno de los detentadores de poder político más importantes, y si el soberano invocando su poder constituyente puede cambiar el orden político, por simple lógica, se puede deducir que puede prescindir de un presidente. 2.3.1 Resistencia al poder, tiranicidio y revocatoria del mandato a presidentes La posibilidad que los gobernados dejen sin efecto el mandato político otorgado a un gobernante no es una casual creación del legislador o un simple recurso de la ingeniería constitucional, sino el derecho que se sustenta en la primitiva manifestación de rechazo que los seres humanos manifiestan ante actos de injusticia o como consecuencia de la inmemorial lucha política entre un sector que domina y otro que obedece; lucha en la cual la resistencia, primero, y luego la revocatoria cumplen un papel constante, este es, ser el medio de vindicación de los que tienen menos poder. La historia de la organización política está marcada por la presencia de gobernantes y gobernados; así el demos o pueblo, por lo menos, desde la Grecia de Pericles hasta nuestros días, ha constituido el sector gobernado de la sociedad. Durante el auge de la democracia directa de Atenas el demos estaba sujeto al mando por cortos períodos de los estrategas; en la Roma tanto imperial como republicana, existieron gobernados; durante la Edad Media, desde el oscurantismo, pasando por el Renacimiento, hasta las monarquías absolutas, un sector gobernaba al otro. La Edad Moderna, bajo el influjo de las Revoluciones Americana y Francesa, se distinguió por la construcción de una nueva forma de organización político-social en la cual existían ciudadanos que tomaban decisiones que afectaban a otros. Las actuales sociedades, más allá de los instrumentos tecnológicos existentes, no pueden prescindir aún del paradigma de la representación para la toma de decisiones públicas. La lucha entre gobernantes y gobernados ha sido una constante histórica, existiendo periodos en que dicha lucha se ha exacerbado y ha dado origen a espirales de conflicto que en muchas ocasiones han culminado en la ruptura de la relación política. 51 La resistencia como fenómeno real, es tan antigua como la historia de la sociedad y su organización política, pues como dirían Marx y Engels la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. En toda época –cualquiera sea el sistema político organizativo de la sociedad y más allá de las construcciones teórico-doctrinarias sobre el origen y razón del poder político– existe una relación directa entre los actos ilegítimos de la autoridad (rey, emperador, monarca, presidente, etc.) y la actitud rebelde por parte de los gobernados (súbditos, esclavos, pueblo, etc.). La resistencia la ejercen los gobernados (sujetos a la potestad de los que ejercen el poder político) contra el gobernante cuando las acciones de estos no van de acuerdo a los designios de buen gobierno, la voluntad, los deberes o el mandato político que en cada época dominan. Si la resistencia puede manifestarse (debido a su naturaleza abstracta y general) a través de diferentes medios, todos cuantos puedan evidenciar desacuerdo con las acciones, posturas, decisiones, leyes u órdenes del gobernante, el telos de este derecho es lograr prescindir de aquel. La RMP es el descendiente directo más acabado que en la actualidad tiene la resistencia, en todo caso, si bien la resistencia inspira a la RMP, aquella no se reduce exclusivamente en esta, pues la resistencia además de fundamentar otras instituciones, puede ser invocada como tal. ¿Por qué los ciudadanos de una circunscripción determinada pueden revocar (dejar sin efecto y prescindir) a la autoridad que funge de gobernante? por el derecho de resistir que tienen los ciudadanos frente a la autoridad ilegítima. A lo largo de la edad media se reflexionó acerca de la génesis divina del poder político, la cual empezó a ser puesta en duda sosteniéndose la terrenidad del poder. Durante la baja edad media, en los siglos IV y V, las concepciones acerca del gobierno fueron de corte romanas con influencia de la iglesia cristiana y la religión católica, lo que hizo que principios básicos sobre las formas de gobierno se modelen bajo postulados bíblicos. 52 El Papa era jurídicamente el sucesor de los poderes y las funciones confiados por Jesucristo a San Pedro, por lo que aquel (Papa) era el mismo San Pedro a quien sucedía directa e inmediatamente, sin contar con sus predecesores en el papado; es decir, cuando un Papa asumía el poder su predecesor no era el Papa inmediato anterior, sino San Pedro, por lo tanto el cuerpo de creyentes no concedía ningún poder al Papa (sobre quien radicaba la soberanía) y por lo tanto no contaba con medios legales para privarle (resistir) de este poder (Ullman, 1983: 21-23-28) En tiempos del Imperio Romano, se concibió la función del emperador como monarca (rey) y sacerdote a la vez, por lo que sus acciones se consideraban divinas bajo la concepción de la presencia de un solo Dios en el cielo y un solo monarca sobre la tierra. El poder y autoridad de origen divino ejercido por el emperador, lo colocaba por encima de la ley y de sus súbditos, a quienes no debía rendirles cuenta, por lo tanto no existía, autoridad o tribunal alguno que pudiera juzgar [revocar] al emperador (Ullman, 1983: 33-36) El pensamiento político, de corte descendente y teocrático dominó buena parte de la edad media con influencia en gran parte de Europa, hasta que durante el siglo XIII Santo Tomas de Aquino reflexionó sobre la resistencia, contribuyendo al cambio de paradigma político dominante, cuando mencionó la idea de ciudadano (ser distinto del mero hombre) diferenciándolo de la categoría súbdito (que se limita a obedecer órdenes superiores); diferenciando entre el “gobierno regalista” (régimen teocrático de plenos poderes que no rinde cuentas) y el “gobierno político” (poderes del gobernante sujetos a las leyes del Estado) donde el gobernantes se sujetan a un principio de rendición de cuentas. Santo Tomás de Aquino criticó la concepción descendiente teocrática (origen divino del poder) estableciendo como contraparte la concepción ascendente de gobierno, considerando al Estado como un producto de la naturaleza, diferente de la Iglesia que era un producto supra natural, por lo que esta quedaba fuera de los orígenes y funcionamiento del Estado; y además argumentó a favor de la resistencia contra el poder político cuando dijo: 53 Porque si una sociedad tuviera derecho a darse un rey, no procedería con injusticia deponiéndolo o moderando su autoridad si abusara de ella de un modo tiránico; ni sería calificada de infiel destituyéndole, aun cuando se hubiera sometido perpetuamente a él, porque conduciéndose como mal príncipe en el gobierno del Estado, debiendo consagrarse a su bien y prosperidad, como cumple a su misión, se hizo acreedor a que sus súbditos rompieran el pacto que con él hicieron . (De Aquino, en Dermizaky, 1999: 86) El pensamiento de Tomas de Aquino dio origen a las denominadas corrientes ius naturalista apoyada por religiosos como Domingo de Soto, Francisco de Vitoria, Francisco Suárez, Luís de Molina o Juan de Mariana para quienes la comunidad, una vez constituida, al delegar su soberanía a una autoridad suprema no perdía sus derechos naturales más básicos, por lo que podía acudir al tiranicidio (matar al tirano) para prescindir del gobernante (déspota) de turno, como medio de resistencia a la opresión (Gargarella). En el siglo XVI, Juan de Mariana sostuvo: Supongamos que está vejada la república por las depravadas costumbres del monarca, que degenera el poder real en una manifiesta tiranía; ¿sería acaso posible arrancar al príncipe la vida ni el gobierno si no se hubiesen reservado los pueblos mayor poder que el que delegaron a sus reyes? ¿Cómo podemos, por otra parte, suponer que los ciudadanos hubiesen querido despojarse de toda su autoridad, ni transferirla a otro sin restricción, sin tasa, sin medida? (Juan de Mariana, en Dermizaky) Las ideas de resistencia al poder y tiranicidio abrieron una posibilidad argumentativa para que los gobernados puedan resistir al monarca déspota y hasta prescindir de él, cuestión que fue motivo de preocupación para pensadores como Hobbes, defensor de la soberanía monárquica y detractor de la resistencia: […] aunque la soberanía es inmortal en la intención de quienes la instituyen, está sin embargo sujeta no solo a la muerte violenta causada por guerras con naciones extranjeras, sino también a la causada por la ignorancia y las pasiones de los hombres que bajo ella viven y desde el momento de su institución, está en ella plantada la semilla de la mortalidad, por causa de discordias internas (Hobbes, 1993: 182) La soberanía (radicada en el monarca) era idealmente inmortal, por lo tanto eterna, pero en la realidad dicha radicación podía desaparecer por conflictos con otros detentadores 54 de soberanía o porque quienes estaban sujetos o bajo el mando del soberano podían destruirla [revocarla]. Es decir los gobernados podían romper con la inmortalidad ideal de la soberanía radicada en el monarca, obviamente por los medios disponibles en aquellos tiempos. Hobbes defensor del poder total de origen divino radicado en el monarca y contrario del derecho de resistencia, manifestó que las acciones de quien manda, es decir, del soberano (monarca) no pueden ser, en justicia, acusadas ni censuradas por el súbdito, pues según él: “cada súbdito es autor de todas las acciones y juicios del soberano instituido, de ello se seguirá que nada de lo que éste haga podrá constituir injuria para ninguno de sus súbditos” (Hobbes, 1993: 149); manifestando su desacuerdo además contra el tiranicidio cuando sostuvo que: “ningún hombre que tenga poder soberano puede con justicia ser matado por sus súbditos o castigado por ellos en ningún modo” (Hobbes, 1993: 149) Partiendo de la ficción según la cual la acción del soberano es la del súbdito, Hobbes supuso la inexistencia de injusticias (contra las que luchar) manifestando que: “nada de lo que el representante soberano pueda hacer a un súbdito, por las razones que sean, puede ser llamado injusticia o injuria” (Hobbes, 1993: 176) catalogando a las reuniones de gente (posible necesidad para proceder a resistir) como ilegales y argumentó contra la posibilidad de resistencia cuando dijo: Los sistemas irregulares son los que, careciendo de representante, consisten solamente en una aglomeración de gente, lo cual, sino está prohibido por el Estado, ni hay en dicha aglomeración un propósito maligno (como cuando se junta gran concurrencia de gente en los mercados o en las representaciones teatrales o en cualquier otra reunión con fines inofensivos), es legal. Pero cuando la intención es mala o (si el número de los congregados es considerable) desconocida, entonces esas aglomeraciones son ilegales. […] Es verdad que un monarca soberano o la mayoría de una asamblea soberana, pueden ordenar muchas cosas, guiados por sus propias pasiones y en contra de lo que les dicta su conciencia; lo cual constituye un defraudar la confianza que se ha depositado en ellos y un quebrantamiento de la ley natural. Pero esto no es suficiente para autorizar a cada súbdito ni para hacer la guerra en contra de su soberano, ni para acusarlo de injusticia, ni para hablar mal de él […] Y es un dictado de la razón natural y consecuentemente, también una evidente ley de naturaleza, el que ningún hombre debe debilitar ese poder bajo cuya protección ha pedido acogerse, protección que ha sido conscientemente 55 aceptada por él para defenderse de los demás […] Es verdad que todos los soberanos están sujetos a las leyes de naturaleza, pues dichas leyes son divinas y no pueden ser derogadas por ningún hombre ni por ningún Estado. Pero el soberano no está sujeto a las leyes que él mismo, es decir el Estado hace. Pues estar sujeto a las leyes significa ser un súbdito del Estado, esto es, del representante del poder soberano, que es él mismo lo cual no es sujeción a las leyes, sino liberación de ellas (Hobbes, 1993: 185, 203, 222, 260) Hobbes con el fin de neutralizar la resistencia y el tiranicidio argumentó en contra de las aglomeraciones con fines negativos, pues evidentemente aquellas implican reunión de gente con potencial movilizador. Hobbes muy bien podría haber sido un anti institucionalización de la RMP a presidentes, pues no solo rechazó la aglomeración (fuente de potencial movilización) sino que sostuvo que en el evento que el monarca o la asamblea soberana con una decisión defrauden a sus súbditos, no era causa suficiente para hacer la guerra (protestar, resistir) al soberano; es decir los gobernados no tenían posibilidad de hacer saber su sentir al gobernante, peor prescindir de ninguna forma de aquel. Al contrario de Hobbes, a finales del siglo XVIII John Locke, reflexionó y aceptó la resistencia al poder considerando que la autoridad era legítima en la medida en que descansaba sobre el consenso de los gobernados y que el deber de todo gobierno era proteger los derechos inalienables de todas las personas; así, al referirse al “estado de guerra” y a los gobernantes que atentan contra bienes jurídicos superiores como la libertad manifestó: […] quien intenta colocar a otro hombre bajo su poder absoluto se pone en estado de guerra contra él, pues ello ha de entenderse como una declaración de que atentará contra su vida […] Porque cuando alguien haciendo uso de su fuerza me pone bajo su poder sin tener derecho alguno para hacerlo, sea cual fuere su pretensión, no tengo razón para suponer que quien me arrebata mi libertad, cuando me tenga en su poder, no me quitará todo lo demás. Y, por lo tanto, es legal que yo lo trate como alguien que se ha puesto en estado de guerra conmigo, es decir matándolo si puedo, pues a ese riesgo se expone con justicia quien introduce el estado de guerra y dentro de él es agresor (Locke, 2004: 18,19). Rousseau es otro de los filósofos políticos que abogaron por la superposición de los gobernados en su relación con los gobernantes, al estimar que el Príncipe se encuentra 56 en la obligación de administrar según las leyes y en virtud del poder soberano (pueblo), pues caso contrario no es tal, se convierte en tirano, rompe el pacto social y los ciudadanos no se encuentran en obligación de obedecerle (Rousseau, 1985:91) […] el acto que instituye el gobierno no es contrato, sino una ley; que los depositarios del poder ejecutivo no son los amos del pueblo sino sus oficiales; que puede ponerlos y destituirlos cuando les plazca; que no les corresponde a ellos contratar, sino obedecer y que al hacerse cargo de las funciones que el Estado les impone, no hacen más que cumplir con su deber de ciudadanos, sin tener en modo alguno derecho a discutir las condiciones (Rousseau, 1985:103). La resistencia al poder y el tiranicidio fueron medios pensados durante la edad media como soluciones para prescindir del gobernante, cuestión que evidencia que durante el desarrollo de la organización política en diferentes tiempos hubo defensores y detractores de mecanismos que buscaban salidas a problemas de ilegitimidad de los gobernantes, por lo que, guardando las diferencias correspondientes de tiempo y espacio entre lo que constituyó la organización del poder político medieval y el rol del monarca frente a la actual organización política y el papel del presidente, existe una semejanza entre la resistencia al poder y el tiranicidio frente a la RMP presidencial, pues todos buscan la salida del gobernante con problemas de legitimidad; aunque también se diferencian, pues con el tiranicidio prevalece la violencia y con la RMP a presidentes, el paradigma de las democracias occidentales contemporáneas, el voto. Las ideas y el pensamiento político sobre la resistencia y la posibilidad de prescindir de gobiernos ilegítimos, tuvo reconocimiento institucional-normativo luego de las paradigmáticas revoluciones americana y francesa a finales del siglo XVIII que se constituye en el hito entre el antiguo y el moderno sistema de organización política. En la declaración de independencia estadounidense de 1776 se estableció: Que todos los hombres son creados iguales; que ellos son dotados por el Creador de ciertos derechos inalienables; que entre ellos se encuentra el derecho a la vida, libertad y la persecución de la felicidad; que los gobiernos son establecidos entre los hombres con el objeto de asegurar tales derechos y que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; que cuando sea que una forma de gobierno deviene en destructiva de aquellos fines, el pueblo tiene el derecho de alterarlo o abolirlo, para instituir uno nuevo, fundando sus principios y 57 organizando sus poderes en tal forma que sea la más conducente para su seguridad y felicidad. Según la declaración de independencia si una forma de gobierno deviene en destructiva, el pueblo (gobernados) tiene el derecho de alterarlo, abolirlo e instituir uno nuevo; es decir, tiene derecho a resistirse al mando del gobierno y además a cambiarlo, principio que recoge la idea según la cual la fuente del poder deriva del pueblo y este lo instituye y delega, pero también lo quita. La Declaración de los Derechos del Hombre (Art. 2) aprobada por la Asamblea Nacional de Francia el 26 de agosto de 1789, recogió entre sus proclamas la cuestión de los gobernados y su superposición sobre los gobernantes, estableciendo que el objeto principal de toda asociación política era preservar los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, que son los derechos a la “libertad, propiedad, seguridad y resistencia a la opresión” Si se tiene en cuenta el contexto en que se dictó la Declaración de los Derechos del Hombre, es decir la revolución Francesa, la caída del antiguo régimen y la reunión de una Asamblea Constituyente, la idea de la resistencia a la opresión decía relación con la posibilidad de los gobernantes de desconocer las acciones de un gobernante déspota, con ilegitimidad política, representante del orden político que se pretendía cambiar, cuestión que se materializó con la ejecución del Rey Luis XVI y la reina María Antonieta el 21 de enero y 16 de octubre de 1793 respectivamente. 58 Conclusiones Frente a la poca producción académica sobre la RMP presidencial y su proceso de institucionalización fue imprescindible presentar elementos teóricos que ayuden a entender los problemas planteados en el presente trabajo que sirvan de sustento para posteriores reflexiones. Las propuestas teóricas pueden ser de diferentes tipos pero en el presente caso empatan con las necesidades del proceso de investigación y las cualidades de los observables, por eso se diseñó un plan de labor en base a elementos conceptuales claves como la democracia y sus tipos, la noción de orden político y el encuentro de reflexiones de pensadores paradigmáticos de la política donde se pueden encontrar rastros teóricos de lo que hoy se llama RMP a presidentes. El estado de la cuestión tuvo un proceso complicado de construcción. Se identificó los principales trabajos académicos que si bien no tocan directamente ni el tema ni el problema que incentivan este trabajo, son los vestigios que permitirán dar sustento a una ampliación del estado del arte cuando los estudios sobre el tema se vayan desarrollando. El Ecuador no es el único país que incluye en sus arreglos institucionales la RMP presidencial, lo que indica que sería muy aceptable que en el futuro se realicen estudios de caso sobre los otros países que tienen la institución y realizar comparaciones. La democracia, el orden político y la resistencia al poder son elementos conceptuales generales importantes en el abordaje del problema y en el primer intento de construir una teoría sobre la RMP presidencial. Por eso deben seguir considerándose en el futuro pues existe una correlación entre dichos conceptos y las nociones a los que se remiten los estudios académicos identificados en el estado del arte. Al relacionar el tiranicidio [de raíz medieval] con la RMP a presidentes se confirma la importante necesidad y la decisión metodológica de considerar los orígenes teóricos, históricos y discursivos de una institución para poder entender, construir y visualizar la estructura discursiva mayor que devino en la institucionalización de la RMP presidencial en Ecuador. 59 Capítulo III Contexto(s) para la emergencia de ideas y discursos políticos precursores de la revocatoria de mandato a presidentes en Ecuador Introducción La respuesta a porqué se institucionalizó la RMP presidencial en la ANC 2007-08 no se logrará si el estudio, la reflexión y el análisis se centra solamente en las ideas y discursos políticos que, sobre la institución, manifestaron los actores políticos en dicho escenario de deliberación, por lo que se mostrará cuáles fueron los contextos que explican el proceso político que devino en la institucionalización de la RMP a presidentes. Se mencionarán los tres elementos que configuran el contexto histórico que permite entender el nacimiento y la evolución de las ideas y discursos políticos que sustentan la RMP presidencial en el Ecuador, es decir, la crisis del neoliberalismo y la emergencia del movimiento indígena; la crisis política ecuatoriana (reciente e histórica) en el contexto de la crisis política regional; y el giro a la izquierda producido en Ecuador, como un elemento que permitió que los discursos sobre RMP a presidentes encuentren escenario para tratar de lograr hegemonía. Se describirá y analizará cómo cada uno de los contextos (sucesivos entre sí) fueron los espacios desde los cuales se desarrollaron ideas y discursos que predispusieron la consolidación de imaginarios políticos colectivos que sustentaban el argumento según el cual es posible sacar a un presidente antes que culmine el periodo para el que fue electo. La crisis del neoliberalismo y la emergencia del movimiento indígena indicarán como la crisis económica incentivó la movilización de un movimiento social tradicionalmente marginado que desde su posición subalterna puso en jaque a los presidentes de turno. Con la inestabilidad de presidentes se mirará que aquella no es un fenómeno nuevo sino que se remonta al inicio de la república, para que con el giro a la izquierda todo el dispositivo discursivo que se construyó desde 1990 encuentre un espacio favorable para materializarse como RMP presidencial. 60 1. Crisis neoliberal y emergencia del movimiento indígena Desde finales de la década de los años setenta e inicios de los ochenta del siglo XX, durante la tercera ola de democratización (Huntington, 1994) en diferentes países de América Latina inició la transición (económica y política) desde gobiernos autoritarios hacia gobiernos democráticos. En Ecuador (pionero en la transición) luego del intento fallido de implantar democráticamente un proyecto político de izquierda(s) con el presidente Jaime Roldós Aguilera (1979-1981); en el nivel económico se instaló un modelo neoliberal que tomó ‘legitimidad discursiva’ con la caída del muro de Berlín (noviembre 1989) y la desintegración de la URSS (1991); y en el nivel político se trató de consolidar la democracia y sistemas de gobierno diferentes a los anteriores, sin embargo, en Ecuador; se logró instaurar una cuasi-democracia, además muy débil. En América Latina [y en Ecuador] se tuvo que pensar en los requisitos para la aparición y permanencia de la democracia, aunque las precondiciones para que una democracia emerja y se mantenga, no son tales sino más bien son resultados del proceso democrático (Karl, 1996). Una de las interrogantes a contestar fue: ¿qué hay que considerar para que la democracia perdure? planteándose la dimensión económica y la voluntad política de actores con poder de veto (Przeworski et al, 1996: 90-96). La democracia y particularmente el presidencialismo fueron fuertemente criticados, cuestión que junto a la débil institucionalización de los partidos y su baja definición ideológica permitió que los ciudadanos confundan las alternativas propuestas y no puedan premiar o castigar efectivamente a los hacedores de la política económica y pública (Gélineau: 2007) por eso en el caso ecuatoriano, a propósito del bajo desempeño del neoliberalismo, la ciudadanía castigó a los presidentes (símbolo de la hechura de la política pública) echándolos del cargo por medios informales. El desarrollo económico no pudo, por sí y ante sí, asegurar la perdurabilidad de las democracias latinoamericanas (como la ecuatoriana) al no estar acompañadas con políticas redistributivas, pues el neoliberalismo no dio importancia a la repartición de la riqueza sino al crecimiento económico, asumiendo que el mercado se encargaría de la adjudicación equitativa de los excedentes. 61 La legitimidad discursiva del neoliberalismo se basó en la aparente inexistencia de otras opciones por el inminente “fin de la historia” (Fukuyama) y así se implementaron, por ejemplo, las políticas del “Consenso de Washington” a través de Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que implicaban, entre otras cuestiones: disciplina presupuestaria; reducción del gasto público; liberalización financiera y del comercio internacional; privatización de lo público; desregulación del mercado; reforma del Estado (disminuyendo su injerencia en el mercado); incremento de ingresos fiscales y cargas tributarias; eliminación de subsidios, pago de la deuda externa, etc. Mientras tanto, los regímenes (formalmente) democráticos apenas cumplían los requisitos mínimos para ser catalogados como tales y se produjo: concentración no democrática del poder político y económico; ineficacia institucional en la articulación y representación de los intereses de la sociedad civil; ausencia de políticas para lograr el equilibrio y el desarrollo económico de largo plazo (Ducatenzeiler y Oxhorn, 1994). El ‘triunfo’ del neoliberalismo y su fuerza discursiva basada en la caída del socialismo real se puso en duda frente a las consecuencias de la “década perdida” (años ochenta del siglo XX) y los resultados de las políticas del Consenso de Washington que se expresaron, desde ahí y hacia adelante, en deudas externas impagables; déficit fiscales elevados; alta inflación; transformaciones en el tipo de cambio; escaso desarrollo y enorme desigualdad. Los efectos económicos de la década perdida fueron desfavorables, no solo para los explotados, sino también para las capas medias urbanas de profesionales y tecno burócratas, y; aunque parezca paradójico, para los grupos de la burguesía dependiente vinculados al mercado; y así, América Latina se constituyó en uno de los espacios más activos de resistencia mundial contra los efectos del neoliberalismo a través de la continua movilización popular contra los regímenes políticos que la produjeron (Quijano, 2004). En Ecuador, luego del fallecimiento del presidente Jaime Roldós Aguilera, en mayo de 1981, los presidentes se adhirieron al modelo neoliberal en un contexto 62 caracterizado por la caída de los precios del petróleo, la reducción de préstamos a países subdesarrollados y la interrupción de la bonanza económica (Acosta, 1999: 57). Bajo la influencia del paradigma neoliberal se difundió la idea, compartida por importantes sectores de la élite política y empresarial del país, que la causa principal de los problemas del Ecuador era la intervención estatal en la economía, por lo que la debilitación del Estado fue una tarea insoslayable” (Ortiz, 2007: 32). El ajuste estructural inició con el presidente Oswaldo Hurtado Larrea (1981-1984) quien aplicó el primer programa de “estabilización” para reducir el gasto público (Minteguiaga, 2012: 47); eliminó subsidios y controles de precios de productos de consumo masivo y elevó las tarifas de los bienes y servicios públicos (Acosta, 1999: 61). El ajuste estructural experimentó una transición discontinua y confusa durante el régimen de León Febres-Cordero (1984-1988) quien desreguló la economía y finanzas, desactivó la planificación estatal, restó importancia a la industrialización por sustitución de importaciones (Minteguiaga, 2012: 47, 48) y sujetó el comercio a desgravación arancelaria (Acosta, 1999: 63, 64). Dicho ajuste se mantuvo con Rodrigo Borja Cevallos (1988-1992) quien radicalizó la liberalización del comercio (Acosta, 1999: 61) aplicó ajuste fiscal mediante una ley de régimen tributario y normativas para el régimen arancelario (Minteguiaga, 2012: 48) además, flexibilizó el mercado laboral con leyes de maquila, zona franca y trabajo compartido (Acosta, 1999: 62). Sixto Durán-Ballén (1992-1996) priorizó el ajuste fiscal y las reformas en el sector financiero, agrícola e hidrocarburos (Minteguiaga, 2012: 48, 49) flexibilizó el mercado financiero, eliminó las estructuras preferenciales de las tasas de interés; y los precios y tarifas de varios bienes y servicios públicos superaron a los existentes en el exterior (Acosta, 1999: 61-63, 64). Tratando de llevar al neoliberalismo a un estadio superior Abdalá Bucaram (1996-1997) suprimió subsidios y favoreció las reformas a la seguridad social aunque las medidas quedaron truncas por la protesta social. Luego, Alarcón Rivera (1997-1998) mantuvo el rumbo que fue radicalizado por Jamil Mahuad (1998-2000) quien retiró los subsidios al gas natural, la electricidad, los combustibles y enfrentó una de las peores crisis económicas de la historia (Acosta, 1999: 63 58, 59). Noboa Bejarano (2000-2003) replicó el alza de las tarifas de los servicios públicos y Lucio Gutiérrez (2003-2005) avanzó en la agenda privatizadora de empresas públicas, pero la debilidad del gobierno impidió su instrumentación (Minteguiaga, 2012: 50, 51). Determinados sectores de la población ecuatoriana (buena parte de origen indígena) no fueron beneficiados del modelo de desarrollo económico neoliberal, formando parte de sociedades desiguales con brechas entre aquellos que tenían acceso a los medios de producción y quienes apenas gozaban de su fuerza laboral; por eso, desde abajo, empezaron a interpelar la política económica y a sus ejecutores: los presidentes. Durante la década de los años 80, la lucha contra el ajuste estructural fue ejecutada principalmente por los sindicatos y trabajadores, pero desde 1990 el movimiento indígena ecuatoriano protagonizó de manera sistemática la lucha contra el neoliberalismo, época que coincidió con el cumplimiento de los 500 años de “resistencia indígena” desde la llegada de los conquistadores europeos en 1492. El poder del movimiento indígena ha sido atribuido a su número, pero principalmente a su eficaz organización y capacidad para desplegar acción colectiva de manera eficiente. Sobre la población indígena en el Ecuador ha existido controversia y datos disímiles. El censo de población realizado en 1950 contabilizó un total de 3.202.757 habitantes en el Ecuador, y en virtud del criterio lingüístico (idioma Quichua) se estableció que 343 745 personas eran indígenas (INEC, 2006: 18). Según Zamosc y Gregory Knapp, en 1987 el Ecuador tenía 8.926.000 habitantes de los cuales 836 507 eran indígenas, es decir, el 9,4% de la población total (INEC, 2006: 18). Según censo de población realizado noviembre de 1990 fueron 9 648 189 los habitantes en el Ecuador de los cuales 362 500 eran indígenas es decir el 3,8% de la población. Dicha medición causó controversia especialmente entre la dirigencia indígena quienes aseguraban que era muchos más (INEC, 2006: 18). En 1995 la Secretaría Técnica del Comité del Decenio de los Pueblos Indígenas del Ecuador estableció que 3 055 678 indígenas habitaban el Ecuador es decir el 26,7% del total de la población nacional que ascendía 11 460 117 habitantes (INEC, 2006: 18). 64 De acuerdo al censo de población realizado en 2001, 830 418 personas se identificaron como indígenas, representando al 6,8% del total de la población nacional que ascendió a 12 156 608 habitantes (INEC, 2006: 18). Por último, de acuerdo al censo de población realizado en 2010, Ecuador tiene 14 483 499 habitantes de los cuales 1 018 176, son indígenas es decir el 7% del total de la población (INEC, 2010). Más allá del número de indígenas, lo que marcó su poder de veto fue su enorme capacidad de movilización en las calles y de traslado hacia la capital en varias ocasiones a pie. Los indígenas lucharon por reivindicaciones en diferentes ámbitos y se consolidaron como actores políticos con poder de veto, desplegando su acción colectiva durante los procesos de deslegitimación del orden y discurso neoliberal. Para Sídney Tarrow (1999) los movimientos sociales surgieron como consecuencias de los conflictos y estructuras de oportunidad creados por el proceso de consolidación del Estado. Si se considera que: “[…] el tipo de movimiento social que pueda surgir en un momento dado dependerá de las oportunidades políticas específicas que lo catalicen” (McAdam, McCarthy y Zald, 1999: 34) se entiende las movilizaciones indígenas ecuatorianas (en especial durante la década de 1990) como producto de la implementación de políticas de ajuste neoliberal y las crisis económicas que menoscabaron la ya pre existente subordinación del sector indígena y campesino; cuestión que funcionó como catalizador de la movilización y activó su nivel de coordinación, su influencia y la idea de interpelar en las calles a los presidentes que implementaron políticas antipopulares. Al respecto el dirigente indígena Miguel Lluco manifestó: “1990 marca un hito en nuestra historia. El levantamiento de mayo y junio protagonizado por cientos de miles de indígenas a lo largo y ancho del país lograron por fin visibilizar nuestra presencia” […] “En 1992 las nacionalidades amazónicas realizaron una marcha histórica para exigir el reconocimiento de sus territorios; en 1994 enfrentamos el intento de imponernos una ley agraria reaccionaria; en 1995 participamos activamente en la campaña en contra de la privatización de la seguridad social.” (Lluco: 2001: 146) A lo largo de la década de los 90, la agenda del movimiento indígena adquirió importancia nacional, logrando triunfos políticos (que no económicos) siendo protagonistas de hechos que van desde movilizaciones y levantamientos en 1990, 1992 y 65 1994; la conformación de un movimiento político en 1996; el acceso a cargos de representación política a nivel nacional y local, pasando por los derrocamientos de los presidentes Bucaram en 1997 y Mahuad en 2000, hasta la alianza en 2002 y posterior ruptura en 2003 con el presidente Gutiérrez; cuestión que los convirtió en actores políticos relevantes, pudiendo calificarles como los “principales hacedores y enterradores de gobiernos” (Santana, 2004: 234) en el Ecuador26. La contestación social protagonizada por el movimiento indígena tuvo relación directa con la ilegitimidad del discurso neoliberal y (como se verá luego) de los postulados de la democracia liberal-representativa, es decir la cuestión trascendió el nivel económico y se internó en la esfera política; y así, los repertorios de argumentos del movimiento indígena se centraron, entre otras cuestiones, en la impugnación del modelo económico, la democracia liberal y la (i)legitimidad de los presidentes. La actividad del movimiento indígena fue un signo de la emergencia de discursos políticos que iniciaron una configuración de ideas en virtud de las cuales el resultado negativo de las políticas públicas implementadas por los presidentes podían ser interpeladas, primero; negociando cara a cara con aquellos y luego poniendo en duda la estabilidad en sus cargos, pudiendo ser echados antes que culminen el periodo para el que fueron elegidos mediante, entre otras cuestiones, la movilización social sin la necesidad de esperar nuevas elecciones para castigar al presidente y su partido. Los indígenas poniendo en duda la validez de las políticas públicas de los gobiernos y la legitimidad de los presidentes muestran los orígenes de ideas y discursos políticos que fortalecieron imaginarios según los cuales los presidentes podían ser interpelados y hasta echados del cargo directamente por el soberano (pueblo) sin acudir a los arreglos institucionales ofrecidos por la representación política; por lo tanto, el soberano ya no solo 26 En enero de 1996, un congreso extraordinario de la CONAIE decidió participar en elecciones pero no como partido, por lo que en febrero se conformó el MUPP NP: Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik Nuevo País (CONAIE, CMS, trabajadores petroleros y el Movimiento de Ciudadanos por un Nuevo País) y patrocinaron el binomio presidencial Freddy Ehlers y del indígena Luís Macas (Freidenberg y Alcántara, 2001: 140). El MUPP NP no pasó a la segunda vuelta, pero logró representación política: un diputado nacional, siete provinciales y más de 70 autoridades locales (Barrera, 2001: 213). 66 elegía (votando en las urnas) a sus representantes, sino que estaba (des)eligiendo (sin votar en las urnas) las políticas públicas y sus ejecutores: los presidentes. El repertorio político-discursivo que desde 1990 emitió el movimiento indígena permeó y estuvo relacionado con actores políticos individuales y colectivos alineados hacia la izquierda, cuestión que reconfiguró dichos discursos y posiciones políticas que que ya no fueron manifestados únicamente por sus militantes “tradicionales”, sino además por los indígenas quienes (a diferencia de décadas anteriores) desde ahí fueron sus propios interlocutores dejando de manifestarse a través de las élites blanco-mestizas de izquierda(s) que jugaban el rol de ventrílocuos de sus intereses27. Durante los procesos de movilización y contestación social “los pueblos, las clases populares, las naciones o las minorías sometidas no hablan ya el lenguaje de la revolución […] los movimientos sociales e incluso étnicos se redefinen como actores de la democratización” (Touraine, 2000: 121) y eso hizo el movimiento indígena, criticando las nociones tradicionales de orden y representación política, poniendo nuevas en el espacio de deliberación pública, dudando de las decisiones del presidente y su permanencia en el cargo El orden neoliberal en proceso de deslegitimación fue una coyuntura crítica que permitió a los actores posicionar visiones y juicios sobre la política, abriendo el camino para que nuevos discursos (sacar a presidentes que no cumplen con sus ofrecimientos de campaña) traten de construir nuevas reglas con potencialidad de consolidarse como dominantes. Una dimensión del vasto y complejo discurso político indígena dice relación con una idea específica sobre su cosmovisión de la relación gobernantes-gobernados y sus visiones sobre lo que es la autoridad política y el rol que deben desempeñar. Dicha cuestión se explica si se entiende que para los indígenas las autoridades deben “mandar 27 Antes de 1990, organizaciones como la Federación Ecuatoriana de Indios (FEI) permitieron que los conflictos indígenas trasciendan hacia la esfera pública nacional, sin embargo no fue más que un interlocutor blanco-mestizo. La emergencia del movimiento indígena se explica por un tránsito de organizaciones que hacían de interlocutoras ventrílocuas de sus intereses a organizaciones donde ellos mismos fueron sus protagonistas; observándose el tránsito hacia formas organizativas eminentemente indígenas, que fueron y son la expresión de su ciudadanía étnica y se convirtieron en portavoces de sus aspiraciones, reivindicaciones y problemas, presentando críticas al proyecto político estatal, así como su intención de formar parte del sistema en igualdad de condiciones, exigiendo al Estado su reconociendo como colectividad étnica y la heterogeneidad del Ecuador (Guerrero 1993). 67 obedeciendo”, es decir una autoridad que, como cualquier otra, manda pero dichas ordenes deben estar sustentadas en el interés previamente consultado de los ‘dirigidos’. Cuando mediante los levantamientos de 1990 y 1994 los indígenas pusieron en jaque a los gobiernos y sus presidentes, se produjo un fenómeno no visto en la historia política ecuatoriana: el presidente interpelado por los indígenas, quienes apenas 10 años atrás no habrían ni siquiera pensado ni podido negociar cara a cara con él. Los indígenas decepcionados con el gobierno de Borja, quien implementó medidas de ajuste estructural a pesar de haber prometido reforma agraria y reconocimiento de derechos (Ibarra, 1996: 304) y al existir múltiples conflictos sobre la propiedad de la tierra (Barrera, 2001: 113) y por el alto costo de la vida (Zamosc, 1993: 190) en abril de 1990, la Quinta Asamblea de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) convocó a un levantamiento indígena del cuatro al seis de junio exigiendo respuesta al “Mandato por la defensa de la vida y los derechos de las nacionalidades indígenas”; cuyo ciclo de protestas inició el 28 de mayo de 1990 con la toma de la colonial iglesia de Santo Domingo ubicada en el centro histórico de Quito28. Así inició el levantamiento del “Inti Raymi” (fiesta del sol) donde las comunidades y cabildos desplegaron su influencia y junto con una elite indígena intelectual e ideóloga enfatizaron el orgullo por su identidad y sus prácticas políticas (Zamosc, 1993)29 que se manifestó con protestas y movilizaciones callejeras, cierre de carreteras y enfrentamientos, principalmente, en las provincias ubicadas en la sierra del país. El ocho de junio, el gobierno estableció una comisión para examinar los planteamientos de la CONAIE (Barrera, 2001: 115) y aunque el presidente no negoció directamente con los indígenas, su posición fue puesta en duda y provocó su “enojo” cuando dijo: “[…] En 500 años, ninguna administración ha hecho tanto por resolver los problemas de las comunidades aborígenes, como se ha hecho en mi gobierno. En cinco 28 La toma duró 11 días participando, entre otros, Miguel Lluco, Napoleón Saltos, Virgilio Hernández. En Ecuador, entre 1850 y 1910 se produjo una tendencia hacia la “modernización” del Estado, la consolidación de una aristocracia recalcitrante, el poder opresivo de la iglesia y la inclusión de los indígenas para levantar, entre otras, la infraestructura del Estado mediante el trabajo forzado. Inició el afianzamiento de la clase mestiza como intermediarios entre “blancos” e “indios” constituyéndose en nuevos explotadores de los indios, con el fin de ascender en la escala social (Larson, 2002). 29 68 siglos, ningún gobierno les ha tratado como seres humanos, como ecuatorianos con los mismos derechos y obligaciones […]” (en León, 1994: 32-33). Una de las principales dirigentes del movimiento indígena Nina Pacari (1993: 176) manifestó que durante el levantamiento, sometieron a juicios populares en las plazas públicas a determinadas autoridades recibiendo el apoyo de la población mestiza. De este tipo de acciones se observa ya, las nociones de orden político que en aquellos contextos tenían los indígenas, quienes pidieron cuentas ante el público sobre el desempeño de autoridades reeditando las prácticas de la comuna, que según Luis Macas, otro paradigmático dirigente indígena “[…] es la organización nuclear de la sociedad indígena. […] la base fundamental de concentración y procesamiento cultural, político social, histórico e ideológico” […] en la comunidad se ejercen prácticas sociales e históricas que están en contradicción con la cultura occidental” (Macas, 2001: 92, 93) Durante el gobierno de Durán Ballén se incentivó políticas agrarias de corte neoliberal y se creó el Consejo Nacional de Modernización (CONAM) con la finalidad de privatizar empresas estatales (Barrera, 2001: 156) ante lo cual la CONAIE interpeló al presidente convocando a un paro nacional de actividades para el 12 de octubre de 1992 y protagonizó movilizaciones que coincidieron con la huelga de la Unión Nacional de Educadores (UNE) y la conmemoración de los 500 años de “resistencia indígena” y llegada de Colón a América (Barrera, 2001: 157) y posteriormente en diciembre de 1992 en un Congreso, la CONAIE hizo hincapié en la oposición al neoliberalismo y propuso construir una “nueva democracia plurinacional y comunitaria” (Barrera, 2001: 163). Durán Ballén patrocinó una ley que se emitió el 14 de junio de 1994 que, entre otras cuestiones, planteaba eliminar o privatizar entidades del Ministerio de Agricultura y Ganadería poniendo en riesgo ciertos derechos de los indígenas sobre la tierra, cuestión que incentivó una nueva movilización entre el 15 y 26 de junio de 1994 y la militarización de las carreteras y la declaratoria de estado de emergencia nacional; sin embargo la presión de la movilización se tradujo en la posibilidad que, por primera vez en la historia del Ecuador, los indígenas puedan negociar cara a cara con el presidente. 69 Andrés Guerrero describe una escena que permite entender la magnitud de la interpelación que los indígenas hicieron a la legitimidad del presidente y el giro que tuvo la política ecuatoriana con su intervención en el proceso político: A regañadientes, luego de ademanes de pueril emperramiento, bravuconadas y amenazas al Dr. Luis Macas (escenas trasmitidas por los medios de comunicación), prácticas brotadas de los trasfondos de un hábito de viejo cuño terrateniente ante un “indio”, el presidente [Durán Ballén] se sentó a escuchar los argumentos de los indígenas. Tuvo que defender su propia ley; explicarse y conciliar posiciones. La amenaza de una prolongación del levantamiento hizo ceder al gobierno y sus aliados. Bajo la batuta de la CONAIE se comenzó a examinar la ley lentamente, artículo por artículo, palabra por palabra. En la mesa de negociación se impuso un ritmo de crítica y debate; un tiempo marcado por las sugerencias diarias de la Dra. Pacari. Los representantes indígenas deshicieron la lógica administrativa a la que pretendían ceñirles con una negociación arriesgada, al más alto nivel del poder e invitarles a penetrar en el Palacio Carondelet, el lugar simbólico concentrado del poder blanco-mestizo desde la colonia. Al respecto, no es casual la utilización la sala de banquetes; tiene una homología simbólica con la plaza de hacienda: un espacio de los patrones abierto a los “indios propios” en los grandes momentos rituales que, a fin de cuentas, legitiman el poder (Guerrero, 2000: 147,148). Hasta antes de la negociación entre la dirigencia indígena con Durán Ballén los presidentes acostumbraron tratar los problemas y demandas indígenas a través de una lógica burocrática encargando su tratamiento a funcionarios de rango medio, por lo que la movilización de 1994 es un hito que debilitó la posición simbólica del presidente siendo obligado a negociar por los más desposeídos y relegados económica y socialmente, lo que reforzó el discurso en construcción según el cual si un presidente no cumple puede ser sacado del cargo. La irrupción de los indígenas en la política y su ascenso interpelando las políticas públicas del presidente Borja en 1990 y del presidente Durán Ballén en 1994 y logrando representación política en su primera participación electoral en 1996, hizo que se constituyan en un actor con poder de veto tanto en el ámbito político formal-institucional (CN y gobiernos seccionales) como en el informal (organización social) con capacidad de movilización en las calles; poder que se visualizó en el rol protagónico que jugaron durante las caídas de tres presidentes (Bucaram, Mahuad, Gutiérrez) y el 70 condicionamiento a sus respectivos sucesores (Alarcón, Noboa, Palacio) por lo que la “política de la influencia” se tradujo en una “política del poder” (Zamosc 2005: 214). La política de la influencia se manifestó, entre otras cuestiones, en la presión y el poder de negociación que, desde fuera, los indígenas podían ejercer sobre los presidentes, que en ciertos casos fueron cesados con su participación. La política del poder, implicó una intervención desde adentro formando parte del gobierno de Gutiérrez, con quien primero gobernaron y luego rompieron, y apoyando (sin formar parte directa) en su momento al presidente Rafael Correa. La posición discursiva del movimiento indígena interpelando la legitimidad y las políticas públicas del presidente logró que Borja designe un cuerpo burocrático para tratar de manera exclusiva las demandas indígenas en 1992, luego hizo que Durán Ballén negocie directamente con ellos en 1994, para después pedir en febrero de 1997 (como protagonistas) que Bucaram deje el cargo. Las posiciones discursivas y el rol desplegado por el movimiento indígena poniendo en duda la legitimidad de presidentes no es el único indicador que explica los antecedentes discursivos de la RMP a presidentes, pues de manera directa sus posiciones discursivas se materializaron en: a) una propuesta institucional para ser tratada en la ANC 1997-98, y; b) posiciones discursivas colectivas para ser consideradas en la ANC 2007-08. a) La propuesta para que sea considerada en la ANC 1997-98 se denominó “De la Revocatoria de la Elección” que constó en la Sección XIX del “Proyecto de Constitución Política del Estado Plurinacional del Ecuador” elaborada por los indígenas a finales de 1997: Art. 114.- Los ecuatorianos que representen, por lo menos, el uno por ciento de los electores que se hubieren presentado a sufragar en las elecciones inmediatamente anteriores, podrán solicitar que se someta a consulta popular la continuación o el cese en sus funciones del Presidente de la República. El presidente de la República cesará en sus funciones si es que más de la mitad de los ciudadanos que concurran a sufragar en la consulta popular manifestaren su voluntad de que cese en ellas, caso contrario, continuará en el cargo o función y no podrá promoverse otra consulta hasta en vencimiento del período para el cual fue elegido. Los demás dignatarios y funcionarios de elección popular cesarán en sus funciones si es que un número de ciudadanos igual o mayor al de los votos que obtuvo para su elección presenta una petición de revocatoria ante el Tribunal Electoral respectivo. 71 b) La reflexión colectiva del movimiento indígena expuesta en una posición discursiva de la CONAIE para ser estimada en la ANC 2007-08, decía: El Estado Colonial ha configurado un solo tipo de democracia posible, la democracia liberal. Pero el Ecuador es una sociedad pluricultural, en la que conviven distintos pueblos y nacionalidades que han desarrollado distintas formas de entender la democracia y de ejercerla. Los pueblos indígenas cuentan con una antigua tradición en el ejercicio de formas de democracia que no solo no han sido reconocidas por el Estado ecuatoriano, sino que incluso han tratado por siglos de exterminarlas. El reconocimiento de un Estado Plurinacional implica también el reconocimiento de las diversas maneras de ejercer la democracia. Este reconocimiento abrirá enormes posibilidades de aprendizaje intercultural y de enriquecimiento del sistema democrático ecuatoriano, de modo que los ecuatorianos podamos contar con una verdadera democracia, más participativa y profundamente arraigada en nuestra historia y en nuestras raíces culturales. Algunos ejemplos de estas prácticas ancestrales de ejercicio democrático son: el consenso comunal andino en asambleas participativas, la revocatoria del mandato, la construcción comunitaria de un mandato para las autoridades y el principio de mandar obedeciendo (CONAIE, 2007: 14) Las propuestas de normas jurídicas y las reflexiones que sobre la RMP presidencial presentaron los indígenas mediante documentos oficiales son datos que demuestran su intención de sacar al presidente de la república por votación en las urnas fue ya una idea que se estimó desde 1997 y que no fue olvidada diez años después, pero además, dichos datos permiten encontrar una correlación entre el discurso indígena y la RMP a presidentes en virtud de sus concepciones sobre la democracia, la relación entre gobernantes y gobernados y la práctica de la RMP como cuestión ancestral. La correlación mencionada se fortalece si se considera la posición discursiva de un Asambleísta indígena Carlos Pilamunga en la ANC 2007-08: “Nosotros decimos que es al contrario, siempre la administración comunitaria ha demostrado su afán de participación, de equidad, de igualdad, su respeto a los derechos individuales y colectivos, así como en el práctica de la rendición de cuentas y la revocatoria del mandato, eso ha sido el planteamiento del movimiento indígena en todos los niveles incluso organizativos al interno de nuestro proceso”. (ANC, Acta 79 de 8 de julio 2008: 186). 72 2. Inestabilidad política de presidentes en Ecuador y América Latina La crisis del neoliberalismo, la emergencia y el despliegue de repertorios discursivos del movimiento indígena durante la década de los 90 del siglo XX, coincidió con un periodo de inestabilidad política en América Latina. Nueve presidentes fueron reemplazados fuera de los marcos electorales antes de concluir su mandato: en Bolivia, dos de ellos no terminaron su gobierno; en Ecuador fueron tres; en Perú, uno, los restantes ocurrieron en Paraguay en 1999 y en Argentina en 2001; sin olvidar el golpe fallido en Venezuela, lo cual reveló un cuadro complejo de gobernabilidad (Rojas Aravena, 2006: 116) que era evidente pues: “En los años noventa, América Latina fue azotada por una ola de juicios políticos. Los ocupantes de las residencias presidenciales, de Carondelet a Miraflores y de Planalto a la Casa de Nariño, se vieron enfrentados inesperadamente a esta amenaza” (Pérez Liñán, 2009: 17)30 Hubo 9 interrupciones de mandatos presidenciales: en Brasil Fernando Collor de Melo fue destituido mediante JP en 1992 luego de una crisis política caracterizada por acusaciones de corrupción; en Venezuela Carlos Andrés Pérez fue sacado por JP en 1993; en Paraguay, Raúl Cubas Grau renunció en 1999 bajo la presión de un JP; en Perú Alberto Fujimori renunció en el 2000 acusado de corrupción y bajo la insurrección del militar Ollanta Humala; en Argentina, Fernando de La Rua renunció en 2001 en medio de protestas sociales; y en Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada renunció en 2003 por presión de la movilización de indígenas y grupos subalternos. La cesación, entre 1992 y 2005, de presidentes por diferentes razones en los países recién mencionados, algunos por JP, llevó a que se planteé (en la literatura académica latinoamericana contemporánea enfocada en la calidad de la democracia; su consolidación; el régimen político y los diseños institucionales) que el ejercicio del JP a presidentes fue un rasgo distintivo de un nuevo patrón de inestabilidad política en América Latina (Pérez-Liñán 2009, 2008, 2000; Valenzuela 2008) 30 Pérez-Liñán (2009: 18, 53-60) yerra metodológicamente al incluir al caso de Bucaram como parte de su tipología de JP en la década de los 90, pues Bucaram no fue echado por un JP. 73 En Ecuador, entre 1997 y 2005, tres presidentes no culminaron sus mandatos sin que haya mediado JP (a diferencia de los antes mencionados), por lo que dichos casos no entran en la tipología de Pérez-Liñán31. En febrero de 1997, Bucaram fue cesado en el cargo por resolución del CN que lo declaro incapaz mental para gobernar, en enero de 2000, Mahuad fue sacado por una renuncia que nunca presentó y en abril del 2005 Gutiérrez dejo el poder luego que el CN declaró que abandonó el cargo. Cuadro 5. Mandatos presidenciales interrumpidos en Sudamérica 1992-2005 País Presidente Fecha Forma Brasil Fernando Collor Set. 1992 Juicio Político Acusaciones de corrupción y tráfico de influencias. Venezuela Carlos A Pérez Abdalá Bucaram Ago. 1993 Feb. 1997 Juicio Político Derroca do Paraguay Raúl Cubas Mar. 1999 Renunci a Acusaciones de corrupción por malversación de fondos públicos. Acusaciones de corrupción. Paro del pueblo, sindicatos, movimientos sociales y partidos opositores. Conflicto en el Partido Colorado (oviedistas vs anti oviedistas). Pérdida de apoyo en CN. Ecuador Jamil Mahuad Ene. 2000 Derroca do. Crisis política, económica y social. Movilizaciones indígenas, huelgas, paros, intervención de sectores militares. Alberto Fujimori Fernando De la Rúa Gonzalo Sánchez Lucio Gutiérrez Nov. 2000 Dic. 2001 Oct. 2003 Abr. 2005 Renunci a Renunci a Renunci a Destitui do sin JP Crisis autoridad, corrupción (Montesinos), levantamiento militar (Humala) Crisis financiera, (corralito) crisis política presidente sin apoyo de propio partido. Violentas manifestaciones en contra de la exportación de gas a EE UU Crisis socio-política y económica y manifestaciones violentas de la ciudadanía. Ecuador Perú Argentina Bolivia Ecuador Coyuntura Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Pérez Liñán (2000 y 2009) Valenzuela (2008) 31 Pérez Liñán (2009: 18, 53-60), comete un error metodológico al incluir al caso de Bucaram (que no fue echado por JP) como uno de los que forman parte de su tipología de casos de JP en la década de los 90. 74 La caída de presidentes en el Ecuador estuvo inserta en un proceso de inestabilidad política que azotó a diferentes países de Sudamérica, por lo que aquella (inestabilidad ecuatoriana) tiene como uno de sus factores explicativos a esta (inestabilidad en Sudamérica); de cualquier forma la caída de presidentes en Ecuador no fue un acontecimiento nuevo, pues la inestabilidad política general y particularmente la incertidumbre de los presidentes ejerciendo su cargo es un fenómeno endémico en el país desde su configuración como república en 1830. Desde septiembre de 1830 hasta marzo de 1845 hubo estabilidad formal, pero con la Revolución Marcista (producida el mes de marzo) hubo cuatro gobiernos (marzo 1845- julio 1851). Posteriormente gobernaron dos presidentes (julio 1851-agosto 1859), sin embargo luego se sucedieron 6 gobiernos (agosto 1859-agosto 1869) que cohabitaron con el Gobierno Provisional de Quito (compuesto por cuatro personas) y gobiernos en Cuenca, Guayas y Loja (1859-1861). Después gobernó un presidente (1869-1875) pero luego se sucedieron tres (agosto 1875-septiembre 1876), con un lapso de estabilidad con un gobierno (septiembre 1876enero 1883) año en que se instalaron simultáneamente gobiernos en Guayas, Manabí y Quito. Posteriormente, se sucedieron tres gobiernos (octubre 1883-abril 1895) pero el último no acabó el periodo pues el presidente renunció bajo acusaciones de corrupción y el triunfo de la revolución liberal que (re)inauguró la estabilidad política formal al sucederse cuatro gobiernos (junio 1895-agosto 1911), pero sobrevino un periodo de inestabilidad con la sucesión de cuatro gobiernos (agosto 1911-septiembre 1912) y un retorno de la estabilidad con tres gobiernos (septiembre 1912-agosto 1924) pero el presidente que debía gobernar entre septiembre de 1924 y agosto de 1928, fue derrocado por la revolución Juliana en julio de 1925 (Rodríguez, 1985: 17-53) Entre 1925 y 1948 durante el lapso de 23 años se sucedieron 27 gobiernos: tres fueron producto de votación popular; doce estuvieron bajo la dirección de ciudadanos a quienes se les entregó el poder; ocho gobiernos dictatoriales y cuatro gobiernos elegidos por Asambleas Constituyentes (Hurtado, 1977: 142). Entre 1948 y 1961 se dio un periodo de 12 años de estabilidad política con la sucesión de tres presidentes electos en 75 las urnas siendo el lapso de estabilidad democrática más largo desde que se fundó la república, solo superado por el periodo 1979-199732. La inestabilidad presidencial reapareció en 1961 con una sucesión constitucional, luego con un golpe militar en 1963, la designación de un presidente interino en 1967, la elección de un presidente por votación popular en 1968, un autogolpe de Estado en 1970 y un nuevo golpe militar en 1972 (Pachano, 2007: 91, 92). Los militares se mantuvieron en el poder hasta 197933. Entre 1979 y 1996 el cambio de presidentes fue estable sucediéndose Jaime Roldós Aguilera (1979-1981); Osvaldo Hurtado Larrea (1981-1984); León FebresCordero Rivadeneira (1984-1988); Rodrigo Borja Cevallos (1988-1992); Sixto DuránBallén (1992-1996)34. El lapso desde el 10 agosto de 1979 hasta el siete de febrero de 1997, es decir desde la posesión de Roldós hasta el derrocamiento de Bucaram es el periodo más largo de estabilidad política formal que ha vivido el Ecuador en su historia republicana (17 años y medio) en el cual cinco presidentes fueron electos con mayoría absoluta en segunda vuelta y ninguno tuvo mayoría en el CN35. Entre 1830 y 1993 (apenas cuatro años antes de la caída de Bucaram) se sucedieron 90 gobiernos: 21 fueron dictaduras, 25 fueron ejercidos por encargados del poder en virtud de mandato constitucional o por decisión de juntas de notables, 20 fueron nombrados por Asambleas Constituyentes o Congresos dominados por el caudillo triunfante y 24 fueron elegidos por votación popular (Hurtado, 1993: 10). Desde 1979 hasta antes de la caída de Bucaram en 1997 todos los presidentes terminaron sus mandatos, sin embargo sus gobiernos no estuvieron libres de hechos que evidenciaron crisis políticas que pusieron en peligro la estabilidad tanto de los 32 Galo Plaza (1948-1952); José María Velasco Ibarra (1952-1956) y Camilo Ponce (1956-1960). La estabilidad política se explica por el auge en la exportación del banano (Polga, 2010: 39). 33 Luego de Ponce, fue electo Velasco (1960-1964) quien se mantuvo 14 meses, pues al declararse dictador fue derrocado perdiendo el apoyo del legislativo y las FF AA. Asumió el vicepresidente Carlos Julio Arosemena (9 noviembre 1961-11 julio 1963) derrocado por la Junta Militar de Gobierno (julio 1963-marzo 1966) cuando las élites y un grupo de ‘notables’ designaron como presidente interino a Clemente Yerovi (marzo- noviembre de 1966) hasta que se instaló una ANC que designó como presidente a Otto Arosemena (noviembre 1966-agosto 1968). Velasco ganó las elecciones de 1968, se declaró dictador en junio de 1970 y en febrero de 1972 el Gral. Guillermo Rodríguez, lo derrocó y gobernó hasta enero de 1976, cuando fue relevado por el Consejo Supremo de Gobierno que gobernó hasta 1979. 34 Roldós falleció en un accidente aéreo el 24 de mayo de 1981 sucediéndole Osvaldo Hurtado. 35 Antes de 1979, la última elección de presidente por votación popular se hizo 11 años antes, en 1968. 76 presidentes, pero además del sistema democrático en general, produciéndose: a) conflicto entre las funciones ejecutiva y legislativa; b) huelgas y paralizaciones nacionales; y, c) rumores de golpes de Estado por militares. Cuadro 6. (In) estabilidad política: conflicto ejecutivo-legislativo1979-1996 Actor político Tipos de crisis Periodos de Gobierno 19791984198819921984 1988 1992 1996 3 7 1 5 El Congreso amenaza/ demanda: Destituir al presidente Dimisión del presidente 2 8 2 4 El presidente amenaza: Disolver el Congreso 2 3 -- 1 Fuente: Basado en cuadro de José Sánchez-Parga (1998: 113). En las relaciones ejecutivo-legislativo en el Ecuador durante 1979-1996, el conflicto fue constante y se trató de solucionar por medios no establecidos en la Constitución, pues la posibilidad que el presidente disuelva el CN no estaba prevista, cuestión similar sucedió con las demandas del CN pidiendo la dimisión del presidente, aunque las amenazas del CN de destituir al presidente, si bien podría haberse encaminado por el JP, aquel mecanismo no se utilizó durante dicho lapso. La idea que el presidente pueda disolver el CN trató de instaurarse (enero-abril 1980) durante el gobierno de Roldós (1979-1981) mediante consulta popular, la cual no se produjo (Stornaiolo, 1999: 212); luego durante el gobierno de Durán Ballén, quien realizó en 1995 una consulta popular, que en la pregunta 5 interrogo sobre la posibilidad que el presidente pueda, por una sola vez durante su mandato, disolver el CN y convocar simultáneamente a elecciones anticipadas de diputados (Preguntas de la, 1995). El “no” triunfó y por lo tanto la posibilidad que el presidente disuelva el CN no se concretó. 77 Cuadro 7. Huelgas y paralizaciones nacionales en Ecuador: 1979-1996 Gobierno Roldós Hurtado Febres Cordero Protagonistas de protesta/huelga Mayo 1981: Confederación de Trabajadores del Ecuador (CTE); Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas (CEDOC), Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres (CEOSL) Septiembre CTE, CEDOC-CEOSL. Causa Alza precios combustibles y transporte público. Octubre y Noviembre CTE-CEDOCCEOSL. Marzo 1983: Frente Unitario de Trabajadores (FUT). Eliminación del subsidio al trigo. Aumento del precio de la gasolina Devaluación moneda, alza precios de combustibles, “sucretización” de la deuda externa privada Octubre 1984: FUT. Enero 1986: FUT, Frente Popular (FP), Unión General de Trabajadores (UGT) y UNE con apoyo de partidos políticos del llamado Bloque Progresista. Paros todo septiembre de 1988. Devaluación de la moneda nacional Devaluación del tipo de cambio. Alza precio de gasolina Borja Protestas y bloqueos de vías por estudiantes. Protestas populares en septiembre de 1992 Durán Ballén Protestas populares Devaluación del dólar Devaluación moneda. Alza precio de combustibles, transporte y energía eléctrica. Entre marzo 1990 y noviembre 1991, cinco devaluaciones moneda nacional Devaluación de la moneda; Fijación del tipo de cambio; alza precios de combustibles y energía eléctrica Tres devaluaciones de la moneda entre febrero de 1996 y noviembre de 1996 Fuente: Elaboración propia en base a: Centro de Educación Popular (1983: 40, 41-48); Freidenberg (2001: 290); Stornaiolo (1999: 212); Rodas (2000: 134). La movilización social durante el lapso 1979-1996 fue constante, aunque estaba monopolizada por los sindicatos y los trabajadores, que si bien no tuvieron la potencia que luego lograrían las movilizaciones indígenas, sin embargo fueron fuente de constante inestabilidad e interpelación a la legitimidad del presidente y sus políticas públicas. 78 Cuadro 8. Rumores de golpe de Estado por militares: 1979-1996 Rumores de golpes de Estado 1979- 1984 12 Periodos de Gobierno 1984-1988 1988-1992 15 1 1992-1996 3 Fuente: Basado en cuadro de José Sánchez-Parga (1998: 113) Hay que mencionar la sublevación militar que se produjo el 16 de enero de 1987, contra el presidente Febres Cordero, a quien un grupo de militares lo mantuvieron cautivo por algunas horas en la Base Militar de Taura en la Provincia del Guayas, para lograr que ordene la libertad del General Frank Vargas Pazzos quien estaba en cárcel luego de haber denunciado irregularidades en la compra de un avión por parte de otros militares. Dicho evento produjo una crisis política que implicó, peticiones desde el CN para que el vicepresidente Blasco Peñaherrera, asuma la presidencia (Peñaherrera, 1988) y una petición de renuncia al presidente por parte del CN hecha el 21 de enero de 1987 (Hurtado, 1988: 525; Hurtado, 1990: 258) Como ya se mencionó, entre 1997 y 2005 el sistema político ecuatoriano atravesó por una fuerte crisis de legitimidad pues siete ciudadanos ejercieron la titularidad del ejecutivo tras el derrocamiento de tres presidentes. Cuadro 9. Mandatos presidenciales interrumpidos en Ecuador 1997-2005 Presidente Derrocado Abdalá Bucaram Jamil Mahuad Lucio Gutiérrez Lapso que debía gobernar 10 Ago 199610 Ago 2000 10 Ago 199815 Ene 2002 15 Ene 200315 Ene 2007 Lapso que gobernó 10 Ago 19966 Feb 1997 10 Ago. 199821 Ene 2000 15 Ene. 200320 Abr. 2005 Sucesor del derrocado Fabián Alarcón Gustavo Noboa Alfredo Palacio Lapso que gobernó 11 Feb 199710 Ago 1998 21 Ene 200015 Ene 2003 20 Abr. 200515 Ene. 2007 Fuente: Elaboración propia. Considerando que la historia política del Ecuador es una “Historia conflictiva” (Ayala Mora ,2004: 83-89) la crisis política con inestabilidad de presidentes ocurrida entre 1997 y 2005 no se circunscribe solamente a la inestabilidad que se sufrió en diferentes países 79 latinoamericanos sino a una inestabilidad crónica y de carácter doméstico que indica un patrón histórico (de larga data) de inestabilidad política presidencial que explica como la idea germinal de poner en duda la legitimad de un presidente y luego pedir su salida forma parte del ‘ADN de la cultura política ecuatoriana’ que estima la salida de presidentes antes del periodo para el que fue electo como un fenómeno ‘común’ que se ha replicado históricamente y que permitió el desarrollo de ideas y discursos por medio de los cuales pedir la salida del presidente sea un hecho ‘simple y sencillo’. 3. El giro a la izquierda y la promesa de creación de un nuevo orden político: el ascenso de Rafael Vicente Correa Delgado En Sudamérica, el transito del siglo XX al XXI se vivió bajo expectativas insatisfechas de la población, debilidad de las instituciones políticas, poca confianza en los partidos políticos y falta de legitimidad de los mecanismos de intermediación; además, el fracaso de las reformas neoliberales profundizaron la pobreza y agrandaron las brechas de desigualdad; y así, América Latina figuraba como la región con el nivel más alto de desigualdad (Arnson, Jara, & Escobar, 2009) En el contexto de la pauperización económica se produjo el “giro a la izquierda” proceso que denotó crisis, inflexión y cambio de carácter político e índole “sociocultural”, pues respondió a la combinación de expectativas insatisfechas de la sociedad, con instituciones políticas frágiles y precariedad económica (Calderón 2008). El giro a la izquierda tuvo como desencadenantes el fracaso de reformas neoliberales; el mal desempeño económico; la precaria consolidación democrática; la mala relación con EEUU; e implicó la consolidación de un imaginario de nueva izquierda; dar mayor importancia a la cuestión social; a la distribución de la riqueza; a la soberanía, y; a la democracia (Castañeda, 2006). Los que giraron hacia la izquierda pusieron atención a la política social y un modelo económico de crecimiento con tinte social (Paranmio: 2006) aunque no atacaron al núcleo duro del sistema capitalista mundial (Borón: 2004); sin embargo, se fortaleció el rol del Estado como una respuesta al neoconservadurismo (Plot y Semán: 2007) y el 80 Estado se dedicó a generar empleos, proveer servicios y crear seguridad pública para fortalecer los vínculos entre ciudadanos e instituciones representativas (Karl, 1996). El giro a la izquierda se manifestó en América Latina porque el poder político estuvo en manos de Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Fernández de Kirchner, Tabaré Vázquez, Lula da Silva, Daniel Ortega, Rafael Correa, Fernando Lugo y Mauricio Funes en lugar de Alberto Fujimori, Carlos Menem, Carlos Andrés Pérez o Gonzalo Sánchez de Lozada (Arditi, 2006: 233). Ecuador giró a la izquierda cuando en 2007 ascendió al poder Rafael Correa, un político (que afirma no serlo) outsider que con un discurso de izquierda(s) más sofisticado que el manifestado por Gutiérrez en 2002 recogió las demandas acumuladas desde la transición a la democracia (1979) pero principalmente desde inicios de la década de los 90 del siglo XX, logrando el apoyo de sindicalistas y trabajadores (que protagonizaron la movilización en las calles entre 1979 y 1990) además de los que se movilizaron en 1990, 1992, 1994 (indígenas) de los que se movilizaron durante los derrocamientos de Bucaram, Mahuad y Gutiérrez; en definitiva los sindicatos, los movimientos sociales, los sectores de izquierda(s) y amplios sectores de la ciudadanía. Correa ganó las elecciones en octubre de 2006 e inició su gobierno en enero de 2007 sujeto a los arreglos institucionales de la Constitución de 1998, fungiendo como “el único presidente de la historia moderna de la democracia ecuatoriana que no sólo ganaba elecciones sin sostenerse en partido político alguno, sino que empezaba a gobernar sin representación política en el gobierno” (Ramírez 2008: 53). Correa como titular de la “revolución ciudadana” sustentó el núcleo de su discurso político en el cuestionamiento al neoliberalismo, la promesa de un cambio social, político y económico, la no postulación de candidatos para el CN y su disolución para luego convocar a una ANC. Al cuestionar el neoliberalismo se puso a la vanguardia de los actores sociales y políticos que lo venían haciendo desde hace muchos años atrás, posición que se consolidó cuando al negarse a presentar candidatos para diputados se acercó a aquellos que en las movilizaciones contra Bucaram, Mahuad y Gutiérrez repudiaron a la clase 81 política tradicional; capitalizando a su favor los bajos índices de aceptación ciudadana que tuvo el CN entre 1979 y 2006, y con la promesa de convocar a una nueva ANC estaba abriendo de nuevo la posibilidad de institucionalizar aquellas ideas que las izquierdas no pudieron lograr en la ANC de 1997-9836. El proyecto político encabezado por Correa buscaba la implantación de un nuevo orden y cuando triunfó apoyado por todos los sectores de la izquierda, las ideas y el discurso político que se venían forjando desde las coyunturas críticas producidas por las crisis del neoliberalismo, encontraron una posibilidad cierta de materializarse. A diferencia de Gutiérrez, Correa hizo realidad su discurso, por lo que se logró que se convoque a elecciones para la ANC, en la cual a diferencia de la ANC 1997-98 los sectores de izquierda(s) alcanzaron representación política mayoritaria, por lo que su discurso político pudo ser plasmado en la Constitución. Una parte de dicho discurso tuvo relación con la institucionalización de la RMP a todas las autoridades de elección popular, pues aquella no fue idea de Rafael Correa ni del grupo político que alcanzó el poder (PAIS) sino fue un discurso que se venía forjando y construyendo desde hace tiempo atrás y que no lograba materializarse pues las circunstancias políticas no lo permitían. Correa tomo buena parte de las ideas y discursivos, los sofisticó y los hizo suyos y durante la campaña electoral y en el programa de PAIS habló sobre la RMP presidencial. Durante la pre campaña política antes de las elecciones para la primera vuelta electoral, Correa hablo en diferentes ocasiones sobre la RMP a presidentes, pero el tema no estaba solo en su lenguaje político, sino además en el de otros actores políticos de izquierda(s) que aspiraban a la presidencia, de hecho ya en febrero de 2006, León Roldós (RED-ID) precandidato a la presidencia de la república sostuvo que en la reforma política que debía llevarse a cabo se incluiría la RMP presidencial (Roldós admite, 2006) 36 Correa participó sin presentar candidatos a diputados (por considerar al CN como fuente de corrupción) y sin un movimiento o partido político que le permita llegar a las 24 provincias del país. En 2006 la confianza en los partidos políticos ecuatorianos registró el margen más bajo de toda América Latina, pues las instituciones con el menor nivel de confianza fueron los partidos políticos (15.1%), el CN (16.7%) y el Gobierno (21.7%) (Seligson, 2006). 82 El 11 de agosto de 2006, candidatos de izquierda(s) como Freddy Ehlers y Rafael Correa firmaron un documento comprometiéndose, en el caso de llegar a la presidencia, a convocar a una consulta popular para la instalación de una ANC, despolitizar a los organismos de control e incorporar la figura de la RMP para el presidente y vicepresidente (Ehlers desistió, 2006). Roldós el 10 de septiembre de 2006 insistió que instauraría la RMP a presidente en caso de ganar las elecciones (No tengo miedo, 2006). El tema de la RMP tuvo eco durante un debate entre los principales candidatos a la presidencia organizado por la Cámara de Comercio de Guayaquil, cuyo moderador fue el periodista Andrés Oppenheimer a quien le sorprendió la posición discursiva de Correa Cuando llegué a Ecuador […] para moderar el primer debate presidencial en más de dos décadas, pensé que la mayoría de los candidatos habían aprendido alguna lección del caos político crónico del país, y harían propuestas constructivas para convertir esta nación en una democracia estable. […] Antes de entrar en el detalle sobre el alborotado debate de tres horas y media, ante una audiencia de 3 mil personas […] decidí comenzar preguntando a los cinco candidatos principales para las elecciones del 15 de Octubre [2006] sobre el tema de la inestabilidad política. […] Mi pregunta a los candidatos - Fernando Rosero, Rafael Correa, Álvaro Noboa, Cynthia Viteri y León Roldós - era la siguiente: “Considerando que la mayoría de los recientes presidentes han sido tumbados por el Congreso, ¿se compromete usted a no apoyar ninguna acción legislativa para derrocar al nuevo presidente, sea quien sea?” Para mi sorpresa, el candidato que más aplausos recibió - aunque hay que hacer la salvedad de que probablemente había llenado el salón con sus acólitos - fue Rafael Correa, un ex ministro de Economía cercano al presidente venezolano Hugo Chávez. Correa dijo que, contrariamente a la premisa de mi pregunta, lo que Ecuador necesita es hacer que sea más fácil derribar presidentes. “Si el mandatario no cumple el mandato popular porque ha sido un impostor, hay que sacarlo” […] “Hay que establecer la revocatoria del mandato en la Constitución. Por eso hay que convocar una Asamblea Nacional Constituyente” (Cfr. Oppenheimer, 2009: 44, 45) Gustavo Larrea, uno de los fundadores del movimiento PAIS explica que, antes de la consolidación del programa de gobierno, mientras la candidatura de Rafael Correa para presidente se fortalecía se esbozaron cinco ejes programáticos de la “Revolución Ciudadana” siendo uno de ellos la “Revolución Constitucional” en la que se planteó: Convocaremos a una Asamblea Constituyente para construir una democracia que garantice los derechos de todos, con un modelo participativo en el cual los ciudadanos y ciudadanas puedan ejercer el poder, tomar parte en las decisiones y 83 controlar la actuación de sus representantes. Implementaremos instrumentos para fiscalizar la Administración Pública con la obligatoria rendición de cuentas, para que el Ejecutivo, los tribunales electorales, las cortes de justicia, los organismos de control y el Congreso no sigan siendo cueva de mafias políticas y la banca corrupta […] Combatiremos radicalmente la corrupción con un proyecto de reforma al Código Penal que precautele la transparencia y castigue con cárcel a las personas juzgadas por malversar fondos públicos. Se normará la revocatoria de los cargos públicos incluida la Presidencia de la República (Larrea, 2009: 36 y 37). Luego, en el “Programa Plan de Gobierno del Movimiento Alianza País 2007-2011 Propuesta en construcción colectiva del 26 de septiembre de 2006” se estableció: Toda función pública implica responsabilidad y rendición de cuentas. Proponemos fortalecer mecanismos que posibiliten el control ciudadano de sus representantes, a través de la revocatoria del mandato de todas las autoridades elegidas, incluyendo al Presidente y Vicepresidente de la República, que debe ser eficaz y no un mero enunciado como ahora […] Si el presidente incumple con su palabra e irrespeta las propuestas con las que convocó la voluntad de los ciudadanos y ciudadanas para su elección, se le aplicará la revocatoria del mandato presidencial. Esta propuesta amplía la normativa de revocatoria existente en la actualidad para otras funciones de la administración pública, la que deberá encontrar cauces adecuados para su vigencia efectiva (Plan de gobierno, 2006: 21, 23). Al igual que el movimiento indígena presentó sus propuestas normativas y acuerdos colectivos sobre sus ideas y discursos sobre RMP presidencial a ser considerados en las ANC de 1997-98 y 2007-08, el movimiento político PAIS en posiciones discursivas anteriores al programa de gobierno que implementarían al llegar al poder y en el programa como tal, se refirieron en diferentes pasajes de manera central al tema de la RMP a presidentes, cuestión que demuestra no solo que había una simbiosis entre las ideas y discursos políticos manifestados por su líder Rafael Correa y la organización política (PAIS), sino que hubo una relación de continuidad entre los dispositivos discursivos del movimiento indígena con la nueva organización política que aglutinaba a diversos sectores de las izquierdas ecuatoriana; pero sobre todo que el tema de la RMP presidencial era importante y estuvo presente en diferentes espacios y tiempos del proceso político ecuatoriano relacionado con la reforma y cambio político. El domingo 26 de noviembre de 2006, Correa ganó la presidencia y durante su posesión el 15 de enero 2007 firmó el decreto número dos, convocando a consulta 84 popular para que se decida si se llamaba o no a una ANC; la que realizó el 15 de abril de 2007 donde “[…] el sí, es decir que se lleve a cabo una ANC recibió el 81, 72% de los votos […]” (Larrea, 2009: 86). La RMP a presidentes también fue un tema que se mencionó durante la campaña política sobre la consulta popular donde se planteó “[…] darle poder a la ciudadanía para revocar el mandato de todo representante elegido por votación popular” (Larrea, 2009: 84). Luego de pocos días de haber iniciado sus labores como presidente, Correa durante su programa de radio y televisión “el presidente dialoga con el pueblo” insistió en la necesidad de una nueva Constitución que establezca la RMP para autoridades de elección popular (“Correa insistió, 2007). Posteriormente, Correa solicitó al Consejo Nacional de Educación Superior (CONESUP) que conforme una Comisión de Juristas para que redacten una propuesta de Constitución. El cinco de julio de 2007 el ministro de Gobierno, Gustavo Larrea, ante dicha comisión manifestó que para garantizar la revolución ciudadana era necesaria la RMP para todas las autoridades de elección popular (“El Gobierno, 2007). Durante el proceso de campaña política para la elección de asambleístas constituyentes el tema de la institucionalización de la RMP presidencial estuvo inserto en el lenguaje y discurso político de algunos candidatos, así Oscar Ayerve ex Ministro de Gobierno de Lucio Gutiérrez sostuvo que “La Constitución debe prever el juicio político al Presidente en el debido proceso y, además, la revocatoria del mandato” (“Las Fuerzas Armadas no deben, 2007). Otros candidatos que estuvieron a favor de la institucionalización de la RMP a presidentes fueron Galo Naula Merizalde (Planteamos la disolución, 2007); Paúl Jácome del Movimiento Popular Democrático (MPD) (“El MPD echó mano, 2007); la esposa del ex presidente Gutiérrez, Ximena Bohórquez (Bohórquez es el centro, 2007); y Édison Lima un colaborador cercano de Gutiérrez (“Un amigo de, 2007). Además, Correa promoviendo a sus candidatos a asambleístas constituyentes a ser electos por los migrantes ecuatorianos en EE UU prometió que la nueva Constitución contemplaría la RMP de quienes no cumplan las promesas al pueblo (Correa hizo 85 ofertas, 2007). Dicha promesa comenzó a cumplirse cuando el CONESUP que entre marzo y septiembre de 2007 elaboraron un borrador de Constitución a petición del presidente; entregaron dicho borrador en acto oficial en el Palacio de Gobierno el 3 de octubre 2007. En el borrador de Constitución se reguló la RMP así: Capítulo 5 De la revocatoria del mandato Artículo 246 1. Los ciudadanos tendrán derecho a resolver la revocatoria del mandato de cualquier funcionario elegido por votación popular directa. 2. La iniciativa para la revocatoria del mandato la ejercerá un número de ciudadanos en goce de los derechos políticos, que represente por lo menos el diez por ciento de los empadronados en la respectiva circunscripción territorial. 3. Una vez que el Instituto Electoral verifique que la iniciativa reúne el número de firmas establecidas en el inciso anterior y la autenticidad de las mismas, procederá a la convocatoria en los diez días inmediatamente posteriores a tal verificación. El acto electoral se realizará dentro de los treinta días siguientes a la convocatoria. 4. La revocatoria podrá solicitarse transcurrido el primer año y antes del último año de ejercicio de funciones, por una sola vez dentro del mismo período. Artículo 247 1. La decisión de revocatoria será obligatoria si existiere el pronunciamiento favorable de más de la mitad de los votantes y causará como efecto inmediato la cesación del funcionario, y la subrogación por quien le corresponda, de acuerdo con la ley. 2. De no haber quien lo subrogue, producida la revocatoria del mandato se convocará a elecciones en el plazo de los diez días inmediatamente posteriores y el acto electoral se realizará dentro de los sesenta días posteriores a dicha convocatoria. Durante el funcionamiento de la ANC 1997-98, la izquierda mediante el proyecto de Constitución elaborado por la CONAIE presentó su propuesta de institucionalización de la RMP presidencial. En el contexto de la ANC 2007-08, la izquierda volvió a presentar su intención de institucionalización de la RMP a presidentes mediante el proyecto de Constitución patrocinado, nada menos que, por el presidentes Correa. En la ANC 199798 la propuesta no pasó, pero en la ANC 2007-08 si lo hizo, básicamente porque la correlación de fuerzas entre una y otra ANC varió; pues en la primera se impuso el discurso y las ideas políticas de las derecha(s) mientras que en la segunda la mayoría de representantes políticos pertenecían a las izquierda(s). 86 Conclusiones Con la emergencia del movimiento indígena en los años 90 y sus interpelación a la legitimidad de los presidentes Borja y Durán Ballén, el discurso de las izquierdas se reconfiguró pues contó con un nuevo miembro activo y con poder de veto que no solo fortaleció sus las expectativas políticas sino que introdujo en su estructura discursiva nuevos elementos de debate, como la RMP a presidentes, cuando presentaron un proyecto de Constitución a ser considerado en los debates de la ANC 1997-98. La inestabilidad política endémica desde la configuración del Ecuador como república, el lapso de estabilidad roto por el retorno de la inestabilidad en 1997 (incurso en una situación de inestabilidad regional) fueron elementos que, en un contexto de crisis económica y el incumplimiento de las promesas neoliberales, mostraron como los arreglos formales de la democracia liberal no funcionaron para solucionar las crisis políticas, pero además fueron el espacio que permitió que se (re)piensen nuevos mecanismos para poder lograr la salida de presidentes del cargo. La inestabilidad política expresada en la salida de presidentes hizo que los actores políticos aboguen o no por la salida de presidentes, pero además empujó a que un sector de esos actores se inspiren en esas caídas para proponer nuevos caminos institucionales para que esas crisis transiten nuevos senderos diferentes a los informales. Eso se posibilitó con el giro a la izquierda, pues el sector de actores que propuso la institucionalización de la RMP presidencial era de aquella tendencia, lo que explica por qué el discurso que se venía desarrollando y que fue truncado en diferentes ocasiones (el poder de decisión no estuvo en sus manos) pudo prevalecer cuando llegaron al poder. Se evidencia claramente que la institucionalización de la RMP a presidentes no solo se inspiró, remotamente, en actuaciones de actores políticos de izquierda(s), sino que fueron los actores de aquel sector político los que en la esfera de discusión pública así como a través de documentos formales defendieron y promovieron la idea de sacar presidentes e instituir ese mecanismo sometiéndole a una lógica electoral, es decir, que se decida por votación popular. 87 Capítulo IV Derrocamiento de presidentes revocatorios en Ecuador y configuración de discursos Introducción La institucionalización formal de la RMP presidencial tiene como antecedente lejano el contexto histórico de inestabilidad política que ha caracterizado al Ecuador desde su independencia de la Corona Española y más precisamente la inestabilidad de los presidentes en el ejercicio del cargo desde aquella época. Dicho patrón histórico de inestabilidad se repotenció con la entrada en escena durante los años 90 del siglo XX de un grupo que, durante la etapa colonial y republicana de lo que hoy es el Ecuador, no tuvo influencia política fuerte y determinante. Dicho grupo fueron los indígenas que al emerger con tal fuerza lograron hacer lo inimaginable hasta aquel tiempo: poner en duda la legitimidad de los presidentes de la República. Su rol fue el preludio de la terminación de una precaria estabilidad de presidentes terminando los plazos para los que fueron elegidos durante el periodo 1979-1996, la cual se perdió cuando con la caída de Bucaram, inició otro periodo de inestabilidad política (no nuevo en Ecuador) caracterizada por la salida anticipada de los presidentes electos en las urnas (Bucaram, Mahuad, Gutiérrez). Durante el periodo de inestabilidad, además de movilización, protesta y contra protesta, en el lenguaje político de los actores relevantes se insertó con fuerza la idea de institucionalizar un mecanismo para que no sea el CN, ni las élites o el pueblo movilizado en las calles con el apoyo de las FF AA los que saquen a los presidentes, sino se instituya un mecanismo por el cual, el cuerpo electoral acuda a las urnas para decidir si un presidentes se mantiene o no en el cargo sacarlo del cargo. 88 1. Afirmación del discurso revocatorio: la caída de Bucaram “el loco que ama” Bucaram, auto catalogado como “el loco que ama”, aunque portador de un discurso que enfatizó en la salvación de los pobres, la lucha contra las oligarquías de Quito y Guayaquil, la erradicación de la corrupción; sin embargo, como presidente trató de implementar políticas neoliberales y durante buena parte del lapso que gobernó hubo denuncias por delitos y corrupción contra él, sus familiares y los colaboradores en su gobierno; por lo tanto “[…] hizo todo lo contrario a lo prometido en la campaña electoral” (Ibarra, 1997: 24). El siete de enero de 1997, Bucaram anunció políticas de ajuste económico que incluían un plan de convertibilidad monetaria (bajo la asesoría del economista argentino Domingo Cavallo) así como, alzas a las tarifas de energía eléctrica, telecomunicaciones, combustibles, gas de uso doméstico y transporte público; la privatización de empresas estatales como la Empresa Ecuatoriana de Telecomunicaciones (EMETEL); Instituto Ecuatoriano de Electrificación (INECEL); Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) (“Bucaram se une, 1997). El ocho de enero inició (formalmente) una compleja crisis política que culminó el seis de febrero con su derrocamiento. A poco de la posesión de Bucaram y a lo largo de la crisis política se produjo movilización popular y descontento de las élites políticas tradicionales, cuestión que se evidenció en la manifestación de ideas y posiciones discursivas que, además de interpelar las medidas económicas, configuraron un discurso cuya tesis central fue que Bucaram deje el cargo37. Napoleón Saltos dirigente social y miembro de la Coordinadora de Movimientos Sociales (CMS) afirmó: “El sábado 23 de noviembre del 96 se reunió la Asamblea del Movimiento Pachakutik-Nuevo País […] Allí se planteó, por primera vez, la necesidad de trabajar por la salida de Bucaram. […] el 17 de diciembre nos entrevistamos con 37 En los seis meses de gobierno hubo 16 casos de corrupción o abuso de poder: un escándalo cada diez días (Pérez-Liñán, 2007). Bucaram mostró gustos musicales, culinarios, deportivos etc., similares a los del ‘pueblo’; y aunque pertenecía a las élites económico-políticas de Guayaquil protagonizó la “[…] creación de nuevos rituales públicos antagónicos a las formas de la cultura ilustrada […] procesó y capturó diversos aspectos de la vida plebeya guayaquileña […]” (Ibarra, 1997: 25). Bucaram fue aislado por las élites tradicionales, especialmente por las costeñas, pues temían que las privatizaciones favorezca solo a la élite relacionada con él y su familia (De la Torre, 1997). 89 León Febres Cordero, en Guayaquil. Nuestra propuesta fue clara: es necesario sacar a Bucaram” (Saltos, 1997: 122) El 30 de septiembre de 1996 (con Bucaram apenas 51 días en la presidencia) el ex presidente Borja dijo en Guayaquil: “[Bucaram] es indigno de ocupar la Presidencia de la República” […] “indigno e incapaz para ejercer el poder” […] “Apenas seis semanas han sido suficientes para que este señor demuestre que es indigno de ocupar la presidencia de la República” […] “los actos y payasadas e insultos lanzados a todo el mundo, sus pachangas permanentes, que le inhabilitan para gobernar” (“Bucaram indigno, 1996: 10-A). La posición política de PK, la búsqueda de apoyo político de actores políticos antagónicos y la posición discursiva de Borja sosteniendo que Bucaram era “indigno de ocupar la presidencia”, es uno de los orígenes discursivos próximos que sustentó la idea: Bucaram debía ser revocado38. El 11 de enero de 1997 se efectuó la primera reunión de las dirigencias nacionales del FUT, la CMS y el FP y se constituyó el “Frente Patriótico en Defensa del Pueblo” (FPDP) que organizó la “Asamblea Nacional del Pueblo” que congregada el 18 de enero, convocó al “Paro del Pueblo” para el 5 de febrero (Paredes, 1997: 62; “Crónica de una, 1997: 4-A) por lo tanto, la protesta fue organizada desde abajo por los ‘gobernados’, quienes eran actores políticos afines a ideas y posiciones discursivas de izquierda(s). El FPDP aprobó el 22 de enero un manifiesto titulado “Fuera Bucaram, Unidad por el Poder Popular” que recibió el apoyo tácito de la clase política tradicional y las cámaras de la producción de Quito y luego las de Guayaquil (PCMLE, 1997: 22, 23) que en principio se resistieron a mostrar su apoyo. El 24 de enero, el ex presidente Oswaldo Hurtado (DP) en relación con el paro del pueblo dijo: “si la situación de ingobernabilidad se torna insostenible el Congreso debería reunirse para descalificar a Bucaram y retirarlo del poder” (“Ecuador un clima, 1997). 38 Bucaram, no dormía en la residencia presidencial sino en un lujoso hotel y buena parte de su tiempo permanecía en Guayaquil, por eso “[…] el gobierno de Bucaram, representaba las antípodas de lo que fueron los gobiernos anteriores, tan apegados a las formas” (Ibarra 1997: 26). 90 Hurtado [futuro presidente de la ANC 1997-98] estimaba que la ingobernabilidad debía solucionarse por caminos institucionales y que Bucaram debía ser descalificado por el CN a través de mecanismos de carácter formal-constitucional. El único dispositivo institucional disponible (en aquella coyuntura) era el JP. Para Hurtado el orden político debía responder a las directrices de la democracia liberal, donde en el evento que la ciudadanía movilizada en las calles ponían en peligro la estabilidad del gobierno, tenía que ejecutarse los dispositivos institucionales previstos para que los representantes del pueblo (CN) traduzcan las intenciones de los movilizados y solucionen el problema, retirando al presidente. El 27 de enero, el presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Carlos Solórzano Constantine, [futuro integrante de la Junta de Salvación Nacional que derrocaría a Mahuad en enero de 2000] dio trámite a un juicio penal que, por injuria calumniosa, tiempo atrás había planteado el ex candidato presidencial Jaime Nebot (PSC) contra Bucaram (Quién salvará al País, 1997: 3-A); jugando un rol político usando facultades jurisdiccionales, pues al tramitar el juicio además de atacar al presidente evidenció su posición discursiva dejando entender que para él en democracia los jueces no se debían limitar a ‘administrar justicia’39. El 30 de enero de 1997, miembros de la CMS y la CONAIE tomaron la Catedral Metropolitana (ubicada al igual que el palacio de gobierno en la plaza principal de Quito) acción apoyada por la iglesia católica40 39 El 29 de enero de 1997, Leslie Alexander, embajador de los EEUU en Ecuador dijo en Cuenca: “[…] Ecuador está ganándose la reputación de tener una penetrante corrupción. […] Una queja común es la solicitud de “contribuciones” para proceder con contratos millonarios en dólares. […] Se exigió una coima de doce mil dólares a un empresario para que pueda sacar de aduana un contenedor avaluado en ocho mil dólares” (Discurso, Leslie Alexander, Embajador de EE UU). 40 El diputado, Miguel Lluco (PK) junto a otros dirigentes ocupó la Catedral de Quito (Lucas, 2000: 12)A pesar que el arzobispo de Quito insistió en que la Catedral debía ser devuelta, recibieron el respaldo del padre general provincial de la Compañía de Jesús; de la Iglesia Católica de Riobamba; de la Federación de Colegios Católicos; y de la Secretaría Adjunta de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Víctor Corral, obispo de Riobamba, apoyó la demanda de una ANC pedida por los movimientos sociales; la Federación de Colegios Católicos anunció que el cuatro de febrero realizaría en Quito una marcha de protesta (Más adhesiones a, 1997: 1-A). El monseñor José Vicente Eguiguren (Conferencia Episcopal Ecuatoriana) calificó la protesta como cívica y legítima (Bucaram se une, 1997). 91 León Febres Cordero (PSC), Alcalde de Guayaquil (capital económica del Ecuador), ex presidente; enemigo político de Bucaram y uno de los baluartes de la élite social, política y económica guayaquileña convocó a la ciudadanía a salir a las calles y conminó a las Cámaras de la Producción [hasta ese momento vacilantes] que apoyen la protesta (“Crónica de una, 1997: 4 A) y por lo tanto la propuesta: sacar a Bucaram de la presidencia41. El alcalde de Quito (capital política del Ecuador) Jamil Mahuad [futuro presidente] uno de los líderes más sobresalientes de la DP (colega político de Hurtado) apoyó el anunciado paro del pueblo liderando la “Asamblea de Quito” que aglutinaba a líderes políticos, barriales, empresariales y ciudadanía en general como una especie de espacio donde (virtualmente) se deliberaba y tomaba decisiones cara a cara, por lo tanto bajo inspiración de instituciones de la democracia directa. Mahuad como representante político electo bajo las reglas de la democracia liberal hizo uso del poder que otorga dicha representación, y (re)legitimó sus posturas discursivas presentándolas como producto de un cuerpo político inclusivo (Asamblea)42. La posición discursiva de Mahuad fue meramente instrumental pues, como se verá más adelante, su noción de orden político se sujetaba a los principios rectores de la democracia liberal y su visión sobre la representación política era conservadora (mandato no imperativo), es decir se ejercía únicamente por los electos en votación y en las instancias institucionales previstas, por lo que la invocación del dispositivo discursivo: “Asamblea de Quito”, no fue sino una hábil forma de reforzar su posición política y lograr doble legitimidad. Fernando Cordero, Alcalde de Cuenca (la tercera ciudad más importante del país) electo por la coalición NP y PK, convocó al Concejo Cantonal de la ciudad para definir su rol y coordinar la participación en el paro, conformándose el Frente Cívico que junto 41 Febres Cordero usó: a) su mandato político para alentar la movilización de los de abajo (quienes lo eligieron en las urnas) y b) su capital social para presionar, desde arriba, a los empresarios pues tenía capacidad de convocatoria por ser un alcalde con altos índices de popularidad y por ser del gremio. 42 La asamblea de Quito en un comunicado manifestó: “El pueblo ecuatoriano está harto de la insolencia y grosería, harto de las acusaciones falsas, harto de ver cómo el jefe de Estado desprestigia al país y se enorgullece de hacerlo, harto de la desvergüenza y harto de la corrupción institucionalizada” (Vistazo, 1997:7). 92 al FPDP consolidaron la “Asamblea del Pueblo” (PCMLE, 1997: 27). Cordero (al igual que Mahuad) invocó a “la Asamblea” por medio de la cual otorgaba a la movilización un ingrediente inclusivo que daba a la contestación social un sentido de totalidad, es decir como un proceso en que la voluntad de todos se manifestaba. Dichas asambleas no funcionaron como las paradigmáticas de la antigua Grecia, pero detrás del uso del propio término (asamblea) estaba una intención de construir un imaginario de totalidad que sobrepasaba la representación política tradicional. El ex presidente Borja volvió a la carga y ya no se limitó a catalogar a Bucaram como “indigno del cargo”, sino que planteó la necesidad de: “separar a Bucaram del gobierno por los medios jurídicos y reemplazarlo por un ecuatoriano incorruptible, patriota, equidistante de los partidos, que suscite un consenso nacional y que sea capaz de reconciliar a los ecuatorianos, devolvernos la paz, consolidar la unidad nacional y rescatar la dignidad perdida en la presidencia de la República”, [además dijo que había] “un estado de guerra entre Bucaram y el pueblo” […] “La paciencia popular se ha agotado, la indignación de los ecuatorianos ha llegado a límites peligrosos” (“Borja por la, 1997: 10-A). Separar a Bucaram por los medios jurídicos implicaba buscar caminos constitucionales y formales, sin embargo, Borja no consideró la sucesión vicepresidencial pues al decir que el reemplazo de Bucaram debe ser un “ecuatoriano equidistante de los partidos” estaba pensando en una persona que no necesariamente había recibido votos en las urnas para ser representante político. De todas formas, cuando manifestó que se estaba constituyendo una suerte de “estado de guerra entre Bucaram y el pueblo” y que la “indignación” estaba llegando a “límites peligrosos”, estaba avalando las movilizaciones pero sobre todo abriendo una puerta para que la solución al problema no quede solo en manos del CN sino del ‘pueblo’, por lo que su discurso aunque coincidió en alguna forma con el de Hurtado, fue menos conservador. Determinados medios de comunicación convocaron a la protesta y la movilización y se alinearon a las posiciones discursivas de los de abajo (Suarez, 1997: 229) planteando la urgencia de un “relevo constitucional” del presidente (“Crónica de una, 1997: 4-A). La Asociación Ecuatoriana de Radiodifusores (AER) negó al presidente espacios para realizar semanalmente una cadena radial para informar de su gestión 93 gubernamental y dirigir mensajes al país (“Crónica de una, 1997: 4-A; “Ex presidente de 1997) impidiendo que interpele las posiciones discursivas de sus rivales, ejerciendo presión política y fomentando la salida de Bucaram. El Movimiento Independiente para una República Auténtica (MIRA) que patrocinó a Rosalía Arteaga como candidata a la vicepresidencia se deslindó de sus aliados (PRE) y manifestó su acuerdo con el paro del pueblo (“MIRA se pasa, 1997: 3A) por lo tanto con la idea de echar del cargo a Bucaram43. El 3 de febrero de 1997, Arteaga señaló que renunciaría a su cargo si el pueblo expresa esa posibilidad (“Si el pueblo quiere, 1997: 10-A) y dijo que por votación se debía decidir sobre la permanencia o no del presidente (“Bucaram adhiere al, 1997) planteando una posición discursiva menos ‘conservadora’ que la tomada hasta ese momento por Hurtado, Moeller, Borja y los medios de comunicación, pues, no estaba sometiendo su permanencia en el cargo y la cuestión de la sucesión al CN, sino al soberano (pueblo). La idea de preguntar al pueblo si desea que el presidente permanezca o no en el cargo, es uno de los antecedentes discursivos más cercanos a lo que en la Constitución de 2008 se establece como RMP a presidentes. El tres de febrero de 1997, en la sede de la Federación de Trabajadores Petroleros del Ecuador (FETRAPEC) se dieron cita ex presidentes, ex candidatos presidenciales, diputados, dirigentes de la CMS y de la FETRAPEC44 produciéndose un acercamiento formal entre la élite política tradicional y una parte de los de abajo, así como la suscripción de un documento denominado “La Propuesta concertada para el cesamiento de Bucaram” (Narváez, 1997: 46) que formalizó la posición discursiva que los estaba uniendo (sacar a Bucaram) y que dio paso a un comunicado que decía: “Ex presidentes de la República, ex candidatos presidenciales, legisladores, líderes gremiales de movimientos sociales y de la sociedad civil, como ciudadanos 43 Un organismo de ciudadanos con discapacidades físicas del Ecuador anunció que participaría en el paro del pueblo (“La democracia, 1997); así el discurso por el cese de Bucaram permeó diferentes niveles y no fue exclusivo de la clase política. La acción del MIRA (liderada por Claudia Arteaga, hermana de la vicepresidenta) fue instrumental al interés de Rosalía Arteaga para suceder a Bucaram. 44 Hurtado y Borja (ex presidentes); Jaime Nebot y Rodrigo Paz (ex candidatos a la presidencia), los legisladores César Verduga (DP), Alexandra Vela (DP), Heinz Moeller (PSC), Marco Flores (PSC) y Álvaro Pérez (PSC), líderes de la CMS y la FETRAPEC (“Sustitución, 1997: 3-A). 94 ecuatorianos de convicciones democráticas, nos dirigimos al país en forma conjunta, superando incluso diferencias ideológicas y hasta personales […]Exigimos que el Congreso Nacional se reúna el 5 de febrero para recibir la demanda de la ciudadanía y que el Presidente del Congreso Nacional convoque a un Congreso Extraordinario que enfrente la crisis política que vive el Ecuador” (Comunicado al País, 3 febrero 1997) 45. La reunión en la FETRAPEC produjo conflictos entre los de abajo, pues los presidentes del FUT y FP (Fausto Dután y Luis Villacís) rechazaron que la CMS sin el apoyo total del FPDP realizaran la reunión pues estimaban que los responsables de la crisis era Bucaram, los ex presidentes y líderes políticos que ya gobernaron e intentaban beneficiarse de la coyuntura (“Víspera, 1997: 1-A); de cualquier manera, Villacís dijo que el paro del pueblo “no es [era] una protesta de ollas ni de pitos [haciendo alusión a una forma de protestar de las clases medias y altas] sino una lucha popular que debe[ía] prolongarse hasta que el presidente sea destituido” (“Víspera, 1997: 1-A). A pesar de los coyunturales desencuentros entre los de abajo, su posición discursiva era fuerte y se evidenció con las ideas manifestadas por el presidente del FUT, Fausto Dután: “El pueblo ecuatoriano está en pie de lucha y no es una simple huelga por reivindicaciones económicas o sociales. La huelga es política y pedimos el cese del presidente Bucaram de sus funciones. La posible sustitución presidencial debe ser entendida como una lección histórica para que futuros gobernantes respeten la unidad del pueblo y actúen atendiendo las necesidades de la población” (“Paro en Ecuador, 1997). La posición discursiva de Dután fue reforzada con lo dicho por el diputado y líder indígena Luis Macas: “Definitivamente nuestra posición es declarar vacante el puesto de presidente de Ecuador” Luis Macas diputado indígena (“Paro en Ecuador, 1997). El acuerdo para sacar a Bucaram era hegemónico (entre élites y los de abajo) sin embargo hubo problemas con la forma de hacerlo y a pesar que mediante un comunicado pidieron al CN “[…] recibir la demanda de la ciudadanía y que el Presidente del Congreso 45 Se conformó una comisión de 11 personas, para analizar el tema después del cinco de febrero, integrada por los jefes de bancada de ID, PSC, DP, PK-NP y MPD, del FP, FUT, Cámaras de la Producción y movimientos de mujeres (“Sustitución, 1997: 3-A). 95 Nacional convoque a un Congreso Extraordinario que enfrente la crisis política […]” la vía institucional-formal no estaba expedita ante la dificultad de lograr los votos necesarios en el CN para activar un JP; además al momento de la codificación de las reformas constitucionales se obvió la regulación que establecía que a falta del presidente asumía el vicepresidente46. El JP y el ascenso de la vicepresidenta a falta del presidente no fueron las únicas opciones consideradas, pues si bien la ID, la DP, el MPD y PK anunciaron un JP contra Bucarampara Paz y Nebot (ex candidatos a la presidencia) la solución a la crisis era la renuncia de Bucaram, al tiempo que para Borja, Hurtado, Moeller y César Verduga la salida de Bucaram debía transitar la vía constitucional y aunque no especificaron cuál era ese camino, sí acordaron que el reemplazo debía ser un interino (Ibarra 1997: 29)47 Los que previeron el interinazgo no consideraron una sucesión dentro de los cánones de la democracia liberal (ascenso de la vicepresidenta) sino pensaron en personas ‘notables’, lo que denota una concepción de un orden político elitista donde para ser representante político (presidente) no era necesario los votos emitidos por los gobernados en las urnas, sino el acuerdo entre la élite política dominante. Para la cúpula del MPD luego de la cesación de Bucaram se debía conformar un gobierno de transición con la participación de todas las “fuerzas sociales” (“Si el pueblo quiere, 1997: 10-A) por lo tanto aspiraban a que los de abajo se hagan del poder, promoviendo un orden político donde la legitimidad de los nuevos dirigentes era la movilización social y no los votos en las urnas. Por eso, para Iván Narváez dirigente de la CMS: “El 5 de febrero representa[ó] la capacidad de un pueblo para revocar el mandato de los gobernantes; y expresa[ó] la posibilidad de una nueva forma de representación y participación social” […] “El 5 de febrero es [era] una especie de ventana hacia la Asamblea Nacional Constituyente, en la que al menos el 50% de 46 El afán de marcar distancia con Bucaram fue tal que, por ejemplo, el ministro de Gobierno Frank Vargas, fue expulsado de su partido APRE por colaborar con Bucaram (“Paro en Ecuador, 1997). 47 Los movilizados (CMS, la CONAIE y el FPDP) tenían espacios de representación política en el CN, a través de PK y el MPD. El diputado Moeller (PSC) patrocinó como candidatos al interinazgo a Gustavo Noboa Bejarano [futuro presidente por sucesión a Mahuad] y a Galo García Feraud (Ibarra 1997: 29). 96 los representantes deben[ían] provenir de los movimientos sociales” (Narváez, 1997: 62, 63). En un comunicado el FPDP estableció que “[…] la salida de Bucaram debe significar la presencia de un gobierno que: […] Convoque a una Consulta Popular, para que sea el pueblo quien decida el Plan de Gobierno a aplicarse en su beneficio […] El Frente Patriótico de Defensa del Pueblo demanda del Congreso Nacional el enjuiciamiento político, censura y destitución del Presidente de la República” (Manifiesto del Frente Patriótico). Aunque las élites tradicionales y los protagonistas de la movilización social tenían como objetivo común la salida de Bucaram, es claro que defendían dos visiones contrapuestas del orden y la representación política48. A lo largo de la crisis política y especialmente entre el tres y seis de febrero de 1997, en otras instancias, se produjeron diferentes manifestaciones discursivas que se constituyen en el germen de la RMP presidencial, pues se basaron en la premisa según la cual el pueblo debe decidir si el presidente se mantiene o no en el cargo. Así, la UNE planteó la necesidad de efectuar una consulta popular para que el “pueblo” se pronuncie sobre la conducta de Bucaram, los estudiantes de las universidades particulares anunciaron que realizarían un juicio simbólico contra Bucaram para sancionarlo; en Cuenca se simuló una consulta popular pidiendo la salida del presidente (“Cuenca unida, 1997: 9-A); en Ambato y Guaranda se realizaron consultas sobre la destitución de Bucaram y juicios populares contra el gobierno y sus ministros (PCMLE, 1997: 25)49. Según el Centro de Estudios y Datos (CEDATOS) el cinco de febrero salieron a protestar aproximadamente dos millones doscientas mil personas (“Más de dos millones, 48 En un comunicado del 31 de enero de 1997 la Asociación de Generales y Almirantes de las FF AA manifestaron: “[…] nos sentimos obligados a recurrir a usted [Bucaram] con el objeto de solicitarle que se esfuerce en conseguir la unidad nacional en base al respeto […] rectificando lo que haya que rectificar, a fin de alcanzar las metas que necesita el país” […] “Le pedimos que no utilice a las Fuerzas Armadas […] como amenaza de reprimir a sus opositores” […] “Consideramos que lo más sabio es escuchar al pueblo que se manifiesta descontento, y por consiguiente se hace necesario tomar la ruta de la esperanza que usted ofreció al ser elegido” (“Militares no, 1997: 9-A). 49 En Cuenca se sepultó simbólicamente a Bucaram; y se exhibió a un burro llamado “Abdalum”(“Cuenca unida, 1997: 9-A) 97 1997: 11-A; “Quién manda a quién, 1997) y aunque Polga (2010:51) dude que se haya movilizado esa cantidad, no cabe duda que el lema principal durante el paro del pueblo fue: “¡Que se vaya Bucaram!” (“Ficción y realidad, 1997: 6-A y 7-A)50. El FPDP elaboró un documento denominado “Mandato Popular” que estableció que el “Paro Cívico del Pueblo” era “una jornada histórica sin precedentes en las últimas décadas” basado en “la necesidad de desterrar la corrupción, el autoritarismo y el programa neoliberal” y resolvió “destituir de manera inmediata a Abdalá Bucaram” solicitar al gobierno provisional la conformación de una “Asamblea Nacional Constituyente que redacte una nueva constitución verdaderamente democrática plurinacional y popular” además “convocar a una Consulta Popular, para que sea el pueblo quién decida el Plan de Gobierno a aplicarse en su beneficio” (PCMLE, 1997: 143, 144, 145) El FPDP entregó el mandato la tarde del cinco de febrero de 1997 al CN (Paredes, 1997: 64), el cual se reunió para legitimar las decisiones que tomaría, pues aunque eran representantes políticos con potestad para pedir cuentas al presidente mediante JP, se relegitimaron recibiendo las peticiones de la ciudadanía, mostrándose como los traductores de las solicitudes de los movilizados, para así poder sustentar una posible solución extra-constitucional51. 50 El cinco y seis de febrero, el Ecuador estuvo virtualmente paralizado, sin acceso a servicios bancarios, comerciales, escolares, de transporte; y con parte de las carreteras bloqueadas. Ciudadanos usaron caretas con los rostros de los ministro y los familiares de Bucaram; banderas con crespones negros; ataúdes; se recolectó monedas para comprar la renuncia a Bucaram y un asno cargaba un letrero que decía: “Hasta yo pienso que Bucaram debe dejar el cargo” (“Bucaram en la, 1997). Bucaram organizó una marcha en su apoyo el cuatro de febrero en Guayaquil, Esmeraldas, Machala y Portoviejo, pero no tuvo apoyo pues buena parte de los movilizados eran funcionarios obligados a salir bajo amenaza de destitución (PCMLE, 1997: 27) y el cinco de febrero por la noche mediante enlace nacional de televisión el gobierno [como estrategia] se solidarizó con las protestas, garantizó el derecho a manifestarse (Ríos, 1998: 8). 51 Para José Cordero (DP) Álvaro Pérez (PSC) Marco Landázuri (ID) y Gustavo Terán (MPD) el CN debía recoger las propuestas de la ciudadanía relacionadas con el pedido de implantar JP al presidente y reemplazarlo (“Diputados exigen, 1997: 10-A). Bucaram enfatizó que “[…] por supuesto que hay en el Congreso un grupo conspirador de cuatro políticos que perdieron las elecciones y que están intentando vulnerar la constitución […]” (“Por primera vez, 1997: 3-A). Bucaram sustentó su legitimidad en el hecho que fue electo en las urnas y que quienes pretendían sacarlo del cargo eran aquellos que perdieron. 98 Bucaram dejó sin efecto las medidas económicas, sin embargo no logró calmar las movilizaciones ni las intenciones de las élites políticas52. El seis de febrero, aproximadamente a las 19h00 se instaló el CN en sesión extraordinaria y el diputado del PSC Franklin Verduga (hermano de César Verduga) propuso la destitución de Bucaram y que el presidente del CN, Fabián Alarcón, asuma la presidencia de manera interina por un año. Después de aproximadamente dos horas de una caótica discusión, sin un JP, por simple resolución se declaró vacante la presidencia sosteniendo que Bucaram había perdido sus facultades mentales para continuar; y así, ante la dificultad de conseguir las adhesiones necesarias para el JP, se forzó la institucionalidad formal y se usó un medio no convencional53. Mientras Bucaram desconocía la acción del CN y pedía a las FF AA hagan lo mismo, Alarcón asumía como presidente interino y la vicepresidenta Arteaga reclamaba la sucesión emitiendo un decreto en la que se proclamó presidenta (“Cronología, 1997: 10-A; “Destituido por loco, 1997) ante lo cual, Ecuador tuvo tres presidentes en funciones54. El siete de febrero, Bucaram permanecía en el palacio de gobierno y las movilizaciones callejeras continuaron55. Arteaga dijo tener la disposición de “convocar una consulta popular en el plazo inmediato con el objeto que el pueblo, supremo árbitro de la democracia, decida en forma directa a quien le corresponde ejercer la primera magistratura del país” (“Bucaram se refugia, 1997). La posición de Arteaga conciliaba los problemas de las concepciones que tenían las élites tradicionales y los de abajo, pues 52 El diputado Gustavo Terán (MPD) dijo: “El mensaje del presidente [retractándose de las medidas económicas] son paños tibios de moribundo, las últimas patadas de ahogado que reflejan que el pueblo es capaz de botar a gobiernos como este” (“Bucaram se retracta, 1997). 53 La moción recibió 44 votos a favor, 34 en contra y dos abstenciones (“Cronología de la, 1997: 10-A). 54 El acuerdo entre las élites y los de abajo no fue fácil. Cuando faltaba un día para el paro, Luis Villacís amenazó abandonar el FPDP, advirtiendo que la huelga no era de los partidos sino de los movimientos sociales y que no toleraría que Alarcón o cualquier político “oportunista” asuma la presidencia (“Frente Popular, 1997: 10-A). Pero una vez que el CN sacó a Bucaram y nombró a Alarcón, Villacís moderó su posición aclarando que ningún militante del FP sería miembro del Gobierno Interino y que apoyó a Alarcón porque aquel había prometido cumplir el mandato del FPDP (“Frente Popular, 1997: 10-A). 55 Tratando tomar la plaza grande y el palacio de gobierno se gritaba: “Loco destituido por qué no te has ido”; “Olé, olé, olé, ladrón, ladrón”; “Devuelve la casa, [Palacio de Gobierno] no es tuya ladrón” y cantaban “♫ A la voz del carnaval/todo el mundo se levanta/todo el mundo se levanta/ a botar a Bucaram♫” (“Una jornada, 1997: 2-A). 99 esbozó una idea que posibilitaba que el acuerdo de sacar a Bucaram se decida por votación popular. Bajo el virtual mando de tres presidentes, los ex mandatarios Hurtado y Durán Ballén sugirieron la renuncia de los tres (Alarcón, Arteaga y Bucaram)56. Alarcón rechazó el planteamiento diciendo: “Aquí no hay tres Presidentes, hay un ex Presidente [Bucaram], una Vicepresidenta autoproclamada [Arteaga] y un Presidente único de la República [Alarcón], elegido por la fuente de la soberanía popular y nacional, que es el Congreso de Ecuador” (“Bucaram cambia de, 1997). Posteriormente ya una vez afianzado en el cargo, Alarcón sostuvo que: […] una vez que convoqué a Congreso Extraordinario para analizar la conducta del Presidente, se tomó una resolución histórica, con valentía, interpretando todo lo que pensaba el pueblo ecuatoriano. Yo he manifestado -y los bloques legislativos son testigos- que puse a disposición de ellos varias veces mi designación como Presidente de la República Interino, porque quería contribuir a la unidad nacional. Pero honrosamente, más de 50 legisladores me han ofrecido su respaldo para que pueda ser elegido Presidente Constitucional (“Tengo respaldo para, 1997) Para Alarcón su designación como presidente interino gozaba de legitimidad pues a pesar que la figura (interino) no existía en la Constitución, su nominación se sustentaba en la ‘voluntad del pueblo’ movilizado en las calles que a través de los representantes políticos hicieron saber su deseo: sacar a Bucaram. Para Alarcón haber puesto su cargo a disposición ante los interlocutores de los movilizados [los diputados] quienes no aceptaron su salida, era la fuente de su legitimidad. El discurso de Alarcón se sustentó en una construcción argumentativa que potenció la representación política, pues hizo una especie de consulta a los representantes del pueblo (que no al pueblo) quienes luego de traducir los deseos de los movilizados y haciendo uso de su representación, lo avalaron en el cargo. El problema de la sucesión presidencial no se solucionó con la mera actuación del CN, sino con la venia de las FF AA quienes inicialmente no tomaron partido por ninguno de los virtuales presidentes lo que produjo reacciones como la del diputado 56 Para la élite tradicional el sucesor debía ser un ‘notable’ y no un electo en las urnas (Alarcón o Arteaga). 100 Napoleón Saltos (PK) quien manifestó que junto con la CMS se movilizarían para exigir que las FFAA respeten la resolución del CN; enfatizando en que: “No se trata[ba] de cambiar de nombres, sino que se respete el mandato del Frente Patriótico aprobado por el Congreso Nacional” y que la CMS no apoyaba a Alarcón, sino a la resolución del CN (“Alarcón debe, 1997: 3-A)57. Para la CMS, PK y Saltos lo que hizo el CN fue materializar sus peticiones mientras estaban movilizados en las calles, sin que importe los caminos que se hayan transitado para que eso suceda, por lo tanto apoyaban una visión de orden político según el cual los gobernados no se manifiestan únicamente a través de las urnas, sino también a través de la movilización callejera y la presión desde fuera del sistema político formal. Sostener que su apoyo no era a Alarcón sino a la resolución del CN se entiende si se tiene en cuenta que la agenda de los abajo era la convocatoria a una ANC, pues a su juicio la representación política estaba en ellos mismos y Alarcón solo era un instrumento. La noción sobre representación y mandato político de los actores vinculados con los de abajo se entiende si se considera la posición del indígena Miguel Lluco, diputado por PK en el CN que declaró la insania mental de Bucaram y el ascenso de Alarcón. Lluco antes de ser electo diputado para el periodo 1996-1998 firmó su renuncia de antemano para que sea ejecutada en caso de no cumplir el mandato popular (“En la Catedral, 1997: 8-A) cuestión que muestra una posición sustentada en el mandato imperativo y reflejaba su idea sobre lo que entendía, en aquella coyuntura, por representación política. En la madrugada del 10 de febrero, Bucaram admitió que había sido separado del poder, Alarcón presentó su renuncia como interino y a las 3h 45 de la mañana los 46 diputados que se hallaban en el CN aprobaron una resolución encargando a Arteaga la presidencia (“Arteaga asume, 1997) quien convocó a una consulta popular para la reforma del Estado; sin embargo el 11 de febrero, Alarcón fue elegido nuevamente 57 El consejo ampliado de generales y almirantes de las FFAA (51 integrantes) se mantuvieron reunidos en el ministerio de defensa, debatiendo sobre la resolución del CN; y apenas a la 1h00 am, emitieron un comunicado reconociendo la destitución de Bucaram (“Tres presidentes, 1997: 1-A). 101 presidente interino (con 57 votos); el CN declaró terminado el encargo a Arteaga y el 12 de febrero Alarcón dejó sin efecto la convocatoria a consulta (“Habrá que hacer, 1997). La estabilidad de Alarcón fue precaria no solo por las críticas a la forma en la que llegó a la presidencia sino por la presión que siguió sintiendo por parte de los movilizados quienes pensaron cuestiones como la siguiente: Si hemos tumbado a un Presidente de la República que fue elegido con bastantes votos, cómo no vamos a tumbarle al Alarcón que fue puesto de presidente por 45 diputados, y peor si las autoridades que hoy estamos poniendo en los cantones, parroquias y gobernación nos traicionan les hemos de sacar no más” Testimonio de indígena en la provincia de Chimborazo (en Collaguazo, 1997:271). El testimonio del ciudadano indígena muestra que se diferenciaba claramente entre la legitimidad que vienen de los votos y que emanaba de la designación desde el CN, pero además su visión sobre representación bajo mandato revocable cuando se menciona que en caso de “traición” se puede tumbar presidentes y sacar autoridades. La caída del Bucaram se resolvió, y aunque se violaron procedimientos constitucionales, no se rompió el orden democrático, produciéndose “en la práctica y sin estatuto jurídico, una manifestación plebiscitaria de revocatoria del mandato” (Verdesoto, 1998:148) y así; ‘la manifestación de la voluntad del soberano’ (pueblo) en las calles se presentó en un panorama de erosión de las reglas de juego políticas formales como la entrada al escenario de “una regla de juego informal pero estable” (Andrade, 2004: 30) la que, como se verá luego, tuvo vocación de estabilidad pues se presentó nuevamente durante dos ocasiones. Esa regla informal con vocación de formalizarse se simbolizó aproximadamente un mes después de la caída de Bucaram, con una leyenda escrita en una placa colocada en la Plaza Grande a pocos metros del Palacio de Carondelet, (sede del poder político) en el centro histórico de la capital del Ecuador: “AL PUEBLO ECUATORIANO En gesto heroico y acto de civismo sin precedentes, el cinco de febrero de mil novecientos noventa y siete, el pueblo ecuatoriano en unidad patriótica, desterró: la soberbia, el despotismo, la corrupción y la incapacidad de un gobierno que accedió al poder engañando y no supo cumplir con sus promesas. Gobernantes tened presente que los Ecuatorianos estamos vigilantes somos Jueces y sabemos castigar. Quito, 5 de marzo de 1997 102 F.D.I.” (Leyenda escrita en una placa de bronce ubicada en la pared lateral derecha de la entrada a la Catedral Metropolitana de Quito). 1.1 La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente 1997-98 Luego de la caída de Bucaram y el ascenso de Alarcón, las nociones alternativas sobre orden político que los movilizados desde abajo manifestaron durante la crisis política siguieron pululando en la esfera de discusión pública, pues para los de abajo la contestación callejera fue la causa de la caída de Bucaram y el origen de la configuración de un nuevo mandato otorgado a Alarcón quien debía cumplirlo pues era uno de carácter imperativo. Iván Narváez, uno de los líderes de la CMS, dijo que “si el Gobierno [de Alarcón] no cumple con el mandato de las organizaciones sociales y políticas, el pueblo se volverá a levantar” (“Habrá que hacer, 1997); Luis Villacís presidente del FP dijo: “Alarcón, quien aceptó el mandato del pueblo y todo el país, conoce que la destitución de Bucaram es obra de la acción popular. Él tiene que cumplir o en caso contrario, lo que le pasó a Bucaram le pasará a él” (“Advierten sobre nuevas, 1997). ¿Cuál era el mandato? entre otras cuestiones, Alarcón tuvo que cumplir con la convocatoria a una ANC, puesto que la crisis política producida por la cesación de Bucaram profundizó un proceso de discusión acerca de la necesidad de convocar o no a consulta popular, con el fin de instaurar formalmente aquello que se había ejecutado por vías informales. La convocatoria a consulta popular tuvo la venía de los de abajo, sin embargo las élites tradicionales se resistieron; eso se confirma del testimonio de uno de sus propios miembros, el ex presidente Fabián Alarcón Rivera quien dijo: Bueno, la consulta fue una iniciativa exclusivamente mía, Exclusivamente, inclusive habían muchos actores políticos en ese momento que no querían que se lleve a cabo la consulta que pondría en riesgo la institucionalidad del país porque esa pregunta [RMP a todas las autoridades de elección popular] tenía como objetivo consolidar constitucionalmente hechos que se habían suscitado a través de la expresión popular […] también existían discrepancias, si el mismo Ministro de Gobierno [César Verduga] en ese entonces me dio su opinión de que no debía convocar, exactamente que no debía hacerlo porque ya estaba la institucionalidad ya estaba consolidada y que no debía arriesgarme; ex Presidentes de la República que visité también me pidieron que no lo haga porque podía poner en peligro la 103 democracia en el país, eh, que las consecuencias podían ser negativas; si yo pierdo la única consecuencia negativa si yo perdía es que me iba a mi casa simple y llanamente si el pueblo no me daba la ratificación me iba y se veía asumiendo en ese momento el ex Presidente de la Republica entonces no hubo tampoco unanimidad dentro del mismo Gobierno menos aun de los ex Presidentes de la República que a todos consulté” (F. Alarcón, Entrevista personal, 27 de junio de 2012) Es claro que la materialización de la consulta dependió de una especie de nuevo acuerdo entre las élites y los de abajo a pesar que fue una promesa hecha a los de abajo. Para los de abajo la consulta implicaba lograr que se convoque a una ANC, mientras que para los de arriba un mecanismo de legitimación de su accionar pues inicialmente la convocatoria a una ANC no les interesó. De todas formas, la convocatoria no fue iniciativa individual del presidente interino Alarcón, aunque sí tuvo que ver en su implementación. La idea de consultar fue usada de manera selectiva e instrumental pues no se estimó esa posibilidad para decidir si Bucaram se mantenía o no en el cargo, pero si para legitimar su salida una vez derrocado; de hecho, la idea de la consulta popular ya se había discutido durante la crisis política de febrero de 1997 entre personajes de la élite política que participaron como protagonistas de los hechos. Paco Moncayo, quien durante la caída de Bucaram se desempeñaba como Jefe del Comando Conjunto de las FF AA, en una carta enviada el 19 de enero de 2010 a Abdalá Bucaram Pulley (hijo del ex presidente Bucaram) manifestó que el 8 de febrero de 1997 recibió al diputado Heinz Moeller quien: “[…] le hizo conocer que, con el apoyo del Abogado Jaime Nebot planteaba la siguiente solución: 1.- El Congreso se ratifica en su posición de destituir al abogado Bucaram 2.- El Congreso nombra otro Presidente y 3.Se convoca a una consulta popular para legitimar el proceso”58 La consulta popular constó de 14 preguntas y se llevó a cabo el 25 de mayo de 1997, donde se interrogó a la ciudadanía, entre otras cuestiones, acerca de la ratificación 58 Extracto de la Carta enviada por el Asambleísta Paco Moncayo Gallegos al Asambleísta Abdalá Bucaram Pulley el 19 de enero de 2010. La carta consta de 9 páginas, el extracto citado se encuentra en la página número 7. 104 de la actuación del CN en cuanto a la destitución de Bucaram (pregunta 1); la designación de Alarcón como su sucesor (pregunta 2); la conformación de una Asamblea Nacional para que reforme la Constitución (pregunta 3): y la institucionalización de RMP (pregunta 13). Cuadro 10. Preguntas consulta popular en Ecuador el 25 de mayo de 1997 Preguntas 1. ¿Ratifica usted el mandato popular de las jornadas de febrero ejecutado en la decisión del Congreso Nacional, que resolvió cesar en las funciones de Presidente Constitucional de la República, al Abg. Abdalá Bucaram? 2. ¿Está usted de acuerdo con la resolución del Congreso Nacional que, al cesar en sus funciones al ex-Presidente Constitucional de la República Abg. Abdalá Bucaram, eligió como Presidente Constitucional Interino de la República al Dr. Fabián Alarcón Rivera, hasta el 10 de agosto de 1998? 3. ¿Está usted de acuerdo en que se convoque a una Asamblea Nacional con el exclusivo propósito de que reforme la Constitución Política de la República? 13. ¿Está usted de acuerdo que la Constitución Política contemple el principio de la revocatoria del mandato de quienes, habiendo sido elegidos por el voto popular, incumplan con las normas morales, legales y de eficiencia atinentes al ejercicio de sus funciones, de conformidad con la Ley? Fuente: Elaboración propia en base a (TSE, 1997: 95-124) Todas las preguntas fueron absueltas afirmativamente ratificándose el ascenso al poder de Alarcón; y aunque hubo intenciones que la Asamblea se instale en agosto de 1998 (Noboa, 1999: 38,39) el 30 de noviembre de 1997 se eligió a los representantes a la Asamblea y en aquella se discutió el tema de la RMP. Los movilizados desde abajo a pesar de haber logrado se convoque a una ANC, no lograron mayoría ni pudieron materializar toda su agenda por lo cual no sacaron de su discurso político la idea de instalar una nueva. 2. Reafirmación del discurso revocatorio: la caída de Mahuad Apenas arrancó el mandato de Jamil Mahuad se produjo la liquidación del Banco de Préstamos (15 de agosto de 1998) e inició formalmente una de las peores crisis económicas del Ecuador que se evidenció con la quiebra, declaración de insolvencia y cierre de varios bancos, la salida de capitales al exterior, la compra masiva de dólares por los ciudadanos y el retiro masivo de dinero de las entidades financieras; contexto en 105 el cual Mahuad decretó el alza del precio de los combustibles y, el 8 de marzo de 1999, la prohibición de retirar de cuentas bancarias, montos mayores a 200 dólares durante un año (Polga, 2010: 54, 55; Lucas, 2000: 14, 15)59. El 11 de marzo de 1999, la CMS, la CONAIE, el FUT, las organizaciones defensoras de derechos humanos, los partidos de izquierda y centro izquierda convocaron al “Congreso del Pueblo” que, como si fuera gobierno, propuso restituir el impuesto a la renta, eliminar las exenciones del impuesto al valor agregado (IVA) excepto para alimentos y medicamentos, crear un impuesto progresivo a los vehículos privados de lujo, aviones y yates particulares, la eliminación de las exenciones aduaneras, la racionalización del gasto público y la suspensión temporal del pago de la deuda externa (Lucas, 2000: 21). El 18 de marzo, hubo en Cuenca movilizaciones callejeras exigiendo el cese de las medidas económicas y la destitución de Mahuad (Lucas, 2000: 26). En julio de 1999 ante una nueva alza en el precio de los combustibles se movilizaron los indígenas hacia Quito logrando que el presidente se retracte y se comprometa a acelerar la devolución de los depósitos bancarios; además, representantes de las élites, al igual de lo que sucedió con Bucaram manifestaron su desacuerdo con Mahuad, así León Febres Cordero dijo “Si no puede manejar el Ecuador, váyase a su casa antes que el pueblo haga lo que tuvo que hacer con Bucaram” (en Saad, 2000: 145) y Rodrigo Borja hablando en nombre de su partido político manifestó: “La Izquierda Democrática le dice a Jamil Mahuad: ‘rectifique o renuncie’ ” (en Saad, 2000: 145) En octubre de 1999 durante un acto militar el ministro de defensa, José Gallardo, afirmó que se estaban acercando a las autoridades militares personas para expresarles su angustia ante la desocupación, la ruina de grandes, medianas y pequeñas empresas; además a finales de 1999, las FF AA por medio de un comunicado dijeron que el Ecuador en virtud de sus recursos debería proyectarse y solucionar las carencias populares, pero que aquello no sucedía a causa de disputas de intereses personales y de grupo, del sectarismo político y la corrupción (“Militares, un viejo, 2000). 59 Entre noviembre de 1998 y febrero de 1999 quebraron cinco bancos y el Estado asumió sus deudas. 106 Los militares,no solo fueron consultados sino que tomaron partido en cuestiones de carácter político y en su posición discursiva mostraban preocupación por los intereses del ‘pueblo’; además, quienes se acercaron a presentar sus quejas entendían que las FF AA podían solucionar la crisis, cuestión que no debía sorprender por que históricamente fueron dirimentes en los conflictos del poder político y hasta en determinadas ocasiones fueron gobierno, y el rol que jugaron durante la caída de Bucaram reconfiguró y reforzó el imaginario según el cual se debía acudir ante ellos. El discurso político revocatorio que se institucionalizó informalmente con la caída de Bucaram se estaba reactivando, es decir, la idea, no nueva, de diferentes actores con poder de veto para prescindir del presidente emergió y sus interlocutores comenzaron a contar con las FF AA o por lo menos acudir a aquellas60. El 22 de octubre de 1999, Roque Sevilla alcalde de Quito (sucesor de Mahuad) con el apoyo de los directivos de las Cámaras de Comercio e Industrias y otros gremios empresariales de dicha ciudad, culparon de la crisis económica al CN por no haber aceptado la propuesta del gobierno de incrementar los impuestos (Lucas, 2000:71). Los empresarios sostuvieron que la especulación cambiaria sobre el dólar era responsabilidad de los diputados ante lo que propusieron: “[…] revocar el mandato legislativo por incumplimiento de obligaciones o por propiciar actos de corrupción como la especulación cambiaria” (en Lucas, 2000: 73); es decir, mientras los de abajo y algunos representantes de las élites tradicionales pedían la salida de Mahuad invocando la institución (hasta ese momento) informal de la RMP presidencial, los defensores de Mahuad amenazaban con poner en marcha la institución formal de la RMP a legisladores inserta en la Constitución de 1998; lo que evidenció que las concepciones divergentes sobre orden político seguían en pugna. Junto con la inestabilidad de la economía y el ascenso de la tasa de inflación siguió fortaleciéndose la idea de prescindir de Mahuad, y así, el seis de enero de 2000 hubo contestación social y movilizaciones callejeras en Quito, Guayaquil y otras ciudades. En 60 Polga (2010: 57) basándose en una entrevista que mantuvo con Alexandra Vela colaboradora cercana a Mahuad sostiene que Antonio Vargas se reunió con militares en Quito desde noviembre de 1999. 107 Quito, los movilizados que intentaban llegar hasta el palacio de gobierno pidiendo la renuncia del presidente, se enfrentaron a la policía y Mahuad declaró el estado de emergencia en todo el territorio. El ministro de gobierno Vladimiro Álvarez dijo: “La decisión [estado de emergencia] responde a que algunos sectores están interesados en desestabilizar al gobierno constituido, anunciando movilizaciones y actos de fuerza que no pueden ser tolerados a fin de garantizar la legalidad y el orden constitucional” (“Ecuador, en estado de, 2000)61. El orden político se circunscribía en “la legalidad y el orden constitucional” y la movilización social no podía ser “tolerada”, por lo tanto la democracia se limitaba al funcionamiento de la institucionalidad formal. El siete de enero de 2000, la CONAIE anunció que a partir del 15 de enero se produciría una protesta nacional indefinida hasta lograr: a) la renuncia de Mahuad, b) el cierre del CN y c) la destitución de los miembros de la CSJ. La CONAIE propuso formar “un gobierno patriótico de unidad nacional” en el que participen las FF AA, los sectores sociales, los profesionales independientes (Lucas, 2000: 80), los sectores progresistas de la iglesia y los empresarios honestos (“El dólar a punto, 2000). Miguel Lluco manifestó: “No creemos en nadie, por eso los diputados también tienen que irse a sus casas, pues salvando algunas excepciones también contribuyeron a profundizar esta crisis. Lo mismo ocurre con la Corte Suprema, victima constante de la corrupción” (en Lucas, 2000: 81). Para los de abajo el orden político no se limitaba a la institucionalidad formal, sino que implicaba el ejercicio directo del poder instituyendo de manera paralela espacios que ejecuten el rol de los interpelados que, a diferencia de lo acontecido con Bucaram, no fue solo el presidente sino todos los representantes de las diferentes funciones del Estado. Por lo tanto, la representación política ‘real’ se legitimaba en la contestación social y podía desplazar a los representantes políticos ‘oficiales’ (presidente, diputados) desconectados de la movilización. 61 Cuando Mahuad declaró estado de emergencia, según la encuestadora CEDATOS, el 92% de los ecuatorianos no aprobaba su gestión y el 53% opinaba que debía renunciar (“Ecuador, en estado, 2000). 108 Algunos representantes de las élites tradicionales apoyaron la idea que Mahuad deje el cargo; así, el ex presidente Febres Cordero (PSC) dijo: “El Presidente debe renunciar, tiene que renunciar por decencia, por moral y por ética y tendrá que hacerlo porque el pueblo lo obligará a renunciar” (“El dólar a, 2000)62 El nueve de enero de 2000, Mahuad declaró al dólar como moneda de curso oficial y la CONAIE reiteró su decisión de derrocar al gobierno, al tiempo que en Guayaquil se paralizó el transporte público (“Desconcierto por, 2000) cuestiones que sustentaron un contexto social inestable que incentivo la movilización callejera y la instalación de parlamentos populares. En Quito, se propuso la instalación de un parlamento popular integrado por delegados indígenas, trabajadores, campesinos, profesionales, religiosos y microempresarios de todo el país; el cual según Lluco “[…] elaborará y presentará un plan de cambios para sacar al país de la crisis y será el preámbulo del nuevo levantamiento indígena y popular” (en Lucas, 2000: 81). El 10 y el 11 de enero de 2000 la CONAIE y otros movimientos sociales instalaron en Quito el “Parlamento Nacional de los Pueblos del Ecuador” compuesto por 146 delegados nombrados por los parlamentos provinciales bajo la consigna del “cese de los tres poderes del Estado” (Saltos, 2000: 19) El 11 de enero de 2000, el Parlamento de los Pueblos del Ecuador difundió un documento denominado “Mandato del Parlamento de los Pueblos del Ecuador para la Salvación Nacional” por medio del cual manifestaron que: […] el modelo económico y político […] ha llevado a la concentración de la riqueza en manos de un pequeño grupo de banqueros y familias poderosas, y a crear una falsa democracia vinculada a esos intereses” […] Que los responsables del saqueo nacional han secuestrado la democracia y han convertido al Congreso Nacional en el reducto de sus pactos protervos […] cuando los electos traicionan el mandato de la ciudadanía, la democracia debe regresar a su frente; la SOBERANÍA POPULAR: Esto significa un cambio de rumbo: construir una NUEVA DEMOCRACIA […] En uso del poder conferido por la soberanía popular y en ejercicio de la auténtica democracia, el parlamento Nacional de los 62 Según CEDATOS el 8% respaldaban la gestión del presidente y 92% la desaprobaba; 47% pensaba que debía renunciar y 53% no lo debía hacer (“El dólar a punto, 2000). 109 Pueblos del Ecuador, Resuelve Convocar a los pueblos del Ecuador a LEVANTAMIENTO GENERAL para revocar el mandato del Gobierno presidido por el Dr. Jamil Mahuad y del Congreso Nacional, y la disolución de la Corte Suprema de Justicia, a fin de dar paso a la AUTENTICA DEMOCRACIA[…] EL PARLAMENTO DE LOS PUEBLOS DEL ECUADOR ASUME PLENOS PODERES PARA DECIDIR EL NUEVO RUMBO ECONÓMICO, POLÍTICO, ADMINISTRATIVO Y MORAL DE LA PATRIA (mayúsculas en el original) El parlamento de los pueblos planteó la instauración de una nueva forma de administración dirigida por: a) una junta de gobierno, b) un consejo de Estado, c) un parlamento nacional y d) parlamentos provinciales (Lucas, 2000: 89). El 12 de enero la CONAIE anunció que tomaría el poder en 15 o 20 días y el parlamento popular resolvió asumir los plenos poderes en los ámbitos político, económico, administrativo y judicial, convocando a la desobediencia civil (Lucas, 2000: 92). El presidente de la CONAIE Antonio Vargas sostuvo que los indígenas “lucharán hasta las últimas consecuencias hasta que Mahuad, su gabinete, los diputados y los miembros de la Corte de Justicia se vayan a su casa” (en Lucas, 2000: 90), mientras la CMS y la CONAIE ratificaron el paro indígena invocando la ayuda de las FF AA. La crisis de representación política era evidente y el orden político que se pretendía establecer estaba lejos del liberal pues los parlamentos de los pueblos, promovidos por la CONAIE y la CMS fueron entendidos “[…] como formas de democracia directa y como un poder dual ante un gobierno y un Estado que fueron calificados como poco democráticos y representativos […]” (De la Torre, 2006: 10). La creación de un parlamento popular tenía como meta que el pueblo delibere, decida y en el que actúen ‘los verdaderos representantes del pueblo’. El orden político propuesto por los movilizados se distinguía por el deseo de implementar espacios de participación popular, donde el equivalente al CN, el “Parlamento de los Pueblos” (alcance nacional) y los “parlamentos provinciales” (Lucas, 2000: 89) estaban (o debían estar) compuestos por los principales líderes de las organizaciones movilizadas, es decir por los que reclamaban ser el pueblo (el soberano). Cuestión similar sucedía con la intención de instaurar una “junta de gobierno” (Lucas, 2000: 89) entendida como ente colectivo (equivalente a la función ejecutiva) 110 donde el poder no recaía en una sola persona, por lo tanto, los movilizados no solo trataron de tumbar al presidente, a los diputados o a los jueces, sino de implantar un orden político diferente, legitimado en la movilización y contestación social. Y la intención era sería, tanto que convocando a la desobediencia civil el 12 de enero la CONAIE y la Asamblea Popular manifestaron asumirían los plenos poderes en los ámbitos político, económico, administrativo y judicial, (Lucas, 2000: 92). Vargas (CONAIE) dijo: “Vamos a estar aquí [Quito] días, semanas, meses o años hasta que el Gobierno y todos los políticos se vayan a sus casas” (“Indígenas se toman, 2000) y el 17 de enero, mediante enlace telefónico dijo al periodista Francisco Herrera: “Ya no hay gobierno. No nos han querido hacer caso a los indios, que somos el pueblo ecuatoriano; nos han lanzado a la dolarización sin respetar nuestro criterio; nosotros vamos a tumbar a este gobierno por corrupto y por banquero” […] lo único que le puedo asegurar es que este gobierno cae esta semana, de eso si estamos firmes la CONAIE y los movimientos sociales[…] Desde aquí insto a los militares a unirse al pueblo para conformar la Junta de Salvación Nacional, ese será el verdadero gobierno” (Herrera, 2001: 44) Aunque Febres Cordero inicialmente apoyaba la salida de Mahuad, sin embargo la instalación de parlamentos como instancias de gobierno del pueblo eran inconcebibles, pues para él, el orden y la representación política válida era la liberal, por eso manifestó: “Veo a unos cuantos payasos presidiendo estos parlamentos. Aquí hay un solo Parlamento: el que nace de la Constitución. El resto son mamarrachadas y ridiculeces […] Los curas a sus iglesias y los idiotas al manicomio” (en Saad, 2000: 148) Carlos Larreátegui, vocero de la Presidencia sostuvo: “el Gobierno no dialogará con los indígenas mientras no desistan de sus absurdos pedidos” (“Indígenas se toman, 2000). Durante la caída de Bucaram, Vargas pidió la salida del presidente, mientras que en la contestación social contra Mahuad pedía la salida no solo del presidente, sino de todos los poderes del Estado pues el desencanto fue con toda la clase política. Larreátegui concibió como absurda a la posición discursiva de los indígenas olvidando lo que había sucedido con Bucaram y las intenciones indígenas no tenían nada de absurdas, pues ya habían protagonizado la salida de un presidente, pero además su intención no se limitaba a prescindir del presidente sino cambiar el orden político. 111 El 19 de enero, miles de indígenas se movilizaron por las calles de Quito desconociendo al presidente y pidiendo su dimisión para crear un gobierno popular de salvación nacional (“Indígenas desconocen a, 2000)63. Vargas decía: “Todo el pueblo ecuatoriano ha salido a protestar hasta las últimas consecuencias. Hasta cambiar a este Gobierno” (“Indígenas desconocen a, 2000), mientras que Vladimiro Álvarez ministro de Gobierno, sostuvo una posición menos fuerte que la de Larreátegui al manifestar que: “el Gobierno está dispuesto a iniciar un diálogo con la dirigencia indígena siempre y cuando esta abandone el planteamiento de subvertir el orden institucional del país” (“Indígenas desconocen a, 2000). Álvarez dejó abierta la puerta a la posibilidad de dialogar aunque en su concepción las movilizaciones estaban fuera de todo canon reconocible y respetable por lo que el dialogo se daría siempre que abandonen la idea de “subvertir el orden institucional del país”, es decir pedir al presidente que renuncie a su cargo. La apertura al dialogo al parecer obedeció a que en el gobierno de Mahuad ya no consideraron tan absurdas las peticiones indígenas y que sus ideas podían materializarse. La crisis económica y la convicción que la corrupción era el mal que provocaron los gobernantes y que no hacían nada para romperla fueron el sustento de las peticiones de salida contra Mahuad, pues para los indígenas el orden político estaba dominado por corruptos y los representantes políticos lo eran de intereses minúsculos. A través de los canales de radio y televisión Mahuad, manifestó que no renunciaría diciendo: “No puedo presentar una renuncia y sumir a Ecuador en el caos […] tomen el poder por la fuerza. Soy un presidente legítimo electo por el pueblo pero que se mantiene por una lógica de principios y de leyes” (“Ecuador, sin presidente, 2000). La posición discursiva de Mahuad durante la caída de Bucaram fue instrumental, pues aunque: “Durante su etapa de aspirante presidencial, el protagonismo de Jamil Mahuad se construyó desde la figura del héroe, justiciero, protector del pueblo que, 63 El 19 de enero de 2000, Ecuador estaba semiparalizado por las protestas y cortes de carreteras, con la presencia de 12 000 indígenas en Quito exigiendo el cese de los poderes del Estado (Lucas, 2000: 105). 112 frente a los desafueros de Bucaram, lideró la Asamblea de Quito” (Córdova, 2003: 33) cuando fue él, el sujeto de críticas invocaba su legitimidad en el hecho de haber sido electo en las urnas, es decir en principios de la democracia liberal considerando su permanencia como imprescindible pues según él, su renuncia sumiría al país en el caos olvidando que con su renuncia se podría activar el mecanismo institucional de la sucesión presidencial para aquel tiempo bien regulado en la Constitución de 1998. Sin embargo, la consigna de los de abajo era que “¡El Gobierno debía caer¡ Y lo decían [los indígenas] en cada entrevista, por aislada que fuese, con una convicción y una seguridad que parecía rayar en la locura o necedad” (Herrera, 2001: 49). El 21 de enero de 2000 se produjo una coalición indígena-militar con la sublevación de coroneles de las FF AA, liderados por Lucio Gutiérrez (ex edecán de Bucaram y Alarcón) que se unieron con los indígenas y rodearon las instalaciones del CN, la CSJ y la Contraloría General del Estado (edificios contiguos) exigiendo el cambio del gobierno (“Golpe de Estado, 2000), iniciándose en los hechos, el inicio de la implantación de un nuevo orden político. La coalición militar-indígena se tomó el edificio del CN e ingresaron al salón del plenario y el parlamento popular dictó ordenes de arraigo para Mahuad, Juan José Pons (presidente del CN) y Galo Pico Mantilla (presidente de la CSJ) desconocieron su autoridad, la dolarización y nombraron una Junta de Salvación Nacional (JSN) presidida por Gutiérrez e integrada por Vargas (CONAIE) y Solórzano, ex presidente de la CSJ y ex candidato a la Presidencia (Lucas, 2000: 112; “Golpe de Estado, 2000). Instalado el Parlamento de los Pueblos Antonio Vargas dijo: “queda destituido el gobierno del Dr. Jamil Mahuad, y éste es el verdadero Parlamento representante del pueblo, este Parlamento debe proceder a nombrar una Junta de Salvación Nacional para sacar a la Patria de manos de quienes la han corrompido […]” (en Herrera, 2001: 58) Posteriormente Vargas manifestó: “El pueblo ha ganado, ni el ejército, ni los indígenas, sino el pueblo ecuatoriano ganó esta vez; esta vez vamos a romper la corrupción que existe en el Ecuador […] El objetivo que hemos trazado ya se ha concretado y eso fue los sueños de nuestros Shamanes que decíamos anteayer, que 113 nuestros Shamanes ya tenían pronosticado de que este gobierno iba a caer y cayó” (en Herrera, 2001:85) Mahuad, en una alocución transmitida por cadenas de radio y televisión, dijo que: “se mantendría en el poder por un sentido de responsabilidad con el país. Qué sería del país en manos de unos golpistas que no tienen la preparación para gobernar” (“Intentona golpista, 2000). Para Mahuad quienes gobiernan debían estar “preparados” entendiendo la representación política como un espacio al que debía acceder gente con dicha cualidad y al orden político como uno de carácter elitista. Para Mahuad el país estaba en crisis a pesar de estar conducido por él y por gente preparada, por lo tanto al preguntarse qué sería del país en manos de unos golpistas, quiso decir que si estando los “mejores” en el gobierno estaba sucediendo eso, el futuro del país era impensable si el gobierno quedaba en manos de gente que no era apta. Lucio Gutiérrez ya como miembro de la JSN manifestó un discurso en el que dijo, entre otras, las siguientes cuestiones: Hoy el pueblo ecuatoriano en forma soberana, democrática, mayoritaria y con mucha esperanza ha tomado la decisión irrenunciable de refundar el país […] El actual gobierno tuvo su oportunidad y falló, perdió legitimidad al gobernar […] Quiero subrayar que la soberanía radica en el pueblo, cuya voluntad es la base de la autoridad, y haciendo como nunca antes gala de ese derecho, en forma soberana, democrática mayoritaria y directa, sin representantes, sin el mecanismo del voto que muchas veces ha sido manipulado, ha elegido voluntariamente a sus representantes y por eso pido a la nación civil y uniformada unidad, que apoyen y respalden esta decisión que estará orientada a terminar con todos los vicios de nuestros malos políticos que nos han desgobernado por 170 años. Se respetaran las jerarquías de las Fuerzas Armadas cuyos mandos los designarán o ratificaran los representantes de este Parlamento en base a la autoridad moral, legal y legítima que les da la soberanía que únicamente radica en el pueblo […] Nosotros somos los primeros defensores de la Democracia, pero no de este modelo antidemocrático, como ciertos políticos lo entendieron, por eso dedicaremos todo el esfuerzo para convertir al Ecuador en un verdadero modelo de Democracia […] queremos también pedir el apoyo, comprensión y reconocimiento de los países amigos y de los organismos internacionales, recordándoles que ésta es una elección democrática, soberana, mayoritaria y directa del pueblo ecuatoriano. Nuestro agradecimiento eterno y el compromiso de que no los defraudaremos al 114 pueblo ecuatoriano que hoy nos ha elegido como sus legítimos mandatarios (tomado de Herrera, 2001: 61-64) La posición discursiva de Gutiérrez es un dato que muestra claramente cuál era la noción de orden político y democracia que defendían los de abajo, para quienes el voto no era el legitimador del poder sino la movilización que era una forma directa de investir poder para mandar y hacer gobierno; de hecho Gutiérrez textualmente manifestó que el pueblo les ha elegido de manera directa, soberana y mayoritaria mediante la movilización popular y callejera. A inicios de la tarde del 21 de enero, desde Guayaquil. Febres Cordero que poco tiempo atrás pedía la renuncia a Mahuad, rechazó el golpe, apoyado de los presidentes de la Cámara de Industrias de Guayaquil y de Quito (Herrera, 2001: 76) diciendo: “Rechazamos la actitud de quienes pretenden dar este golpe de Estado. El Partido Social Cristiano se mantiene a la expectativa, y, si es necesario, saldremos a las calles para defender el orden” (“Intentona golpista, 2000). El presidente del CN Juan José Pons sostuvo que: “El Ecuador no puede caer en el caos, el Ecuador no puede caer en la anarquía, el Ecuador pide un sistema democrático, y ese sistema democrático constitucional tiene que respetarse. Cualquier insurgente por valiosa que sea su causa tiene que atenerse al orden constitucional, y si han violado la ley tendrán que ser sancionados con el mayor rigor de la ley” (Herrera, 2001: 74) Alejandro Aguayo (Jefe de diputados de la DP) dijo: “No creo que exista ningún mandato popular cuando hay unos cien o algo más de ecuatorianos en el edificio del Congreso. El mandato popular es cuando se lo expresa en las urnas democráticamente […]” (Herrera, 2001: 77). Gustavo Pinto presidente de la Cámara de Industriales de Pichincha, señaló que se trata de “actitudes irresponsables y ridículas de un grupo minoritario que cree que así se puede transformar al país”. (“De golpe, recrudeció, 2000). Para las élites tradicionales la visión de orden político y democracia era diferente a la manifestada por Gutiérrez, pues la movilización no podía legitimar el poder político ni mayorías de gobierno, pues ese mecanismo no podía suplir al del voto; pero sobre 115 todo, para las élites que militares de mediano rango e indígenas dirijan el Estado no solo era impensable sino ridículo, pues aquellos siempre estaban en el grupo de los gobernados y no de los gobernantes. Además la élite que siguió apoyando a Mahuad llamó golpe de Estado a la movilización que en la caída de Bucaram fue denominado por ellos mismos como manifestación de la soberanía popular64. En definitiva, las élites políticas que apoyaban la salida de Mahuad no esperaban el ascenso de los indígenas, esperaban que su rol no pase de la movilización en las calles que legitime los arreglos a los que lleguen luego los de arriba. Para las élites tradicionales el orden político incluía a los indígenas pero con límites. Los indígenas se limitaban a movilizarse pero no a gobernar. La cúpula de la DP (partido de gobierno) rechazaron lo que denominaron el intento de asaltar la democracia por parte de militares e indígenas manipulados por dirigentes políticos a quienes el pueblo les negó su apoyo en el último proceso electoral (“De golpe, recrudeció, 2000). El partido gobernante, minusvaloraba el rol político que podrían desempeñar lo indígenas, cuestión que encajó con el pensamiento de Mahuad quien refiriéndose a los movimientos sociales dijo: “[…] no se los puede alentar desbocadamente para que después se vayan de las manos” (“Mahuad, no seré, 2000), por lo tanto no debían tener una acción autónoma sino que desde arriba se debía ‘domesticar’ su actuación, alentándolos de manera cautelosa, pues caso contrario podrían salir de su control. Alarcón ex presidente interino rechazó la conformación de la JSN e indicó que Gutiérrez (su ex edecán) estaba siendo manipulado (“Golpe de Estado, 2000), opinión que reveló su concepción conservadora sobre el orden político pues cuando él asumió el poder avaló la movilización social, eso sí, traducida en votos en el CN (destituyendo a un presidente). 64 El ex presidente Borja dijo: “Mahuad es directamente responsable de lo ocurrido pues se le había pedido la renuncia durante todo un año para ahorrarle al país las desgracias por las que atraviesa” (“De golpe, recrudeció, 2000) y afirmó: “[…] ya se cumplió un año desde que pedí la renuncia del Dr. Mahuad, porque tenía la seguridad del rumbo que iban a tomar los acontecimientos. El Dr. Mahuad fue un alcalde inepto y no podría suponerse de buena fe que podría ser un presidente eficiente” (en Herrera, 2001: 114) Para Borja la renuncia y la sucesión era el camino aceptable, y eso habría sucedido si Mahuad renunciaba a tiempo pero la toma del poder por los de abajo por medios no tradicionales era una desgracia. 116 Hubo dos posiciones sobre lo que implicaba el orden y la representación política, los de arriba defendían el paradigma liberal donde los votos emitidos en las urnas determinaban quien gobierna y los de abajo defendían la movilización callejera como legitimadora del acceso al poder. Esto se observa si se considera las posiciones de los actores políticos principales pertenecientes a las élites tradicionales y a los de abajo. Jamil Mahuad dijo: Un movimiento social importante, como es el movimiento indígena había incrementado sus manifestaciones en algunas ciudades del Ecuador y en la capital de la República; este movimiento siendo importante no es el movimiento mayoritario en el Ecuador, no es el movimiento que representa a la mayoría de la población ecuatoriana[…] tenemos un presidente que fue elegido por el pueblo ecuatoriano, tenemos un presidente con cerca del 30% de respaldo de la población, según las últimas encuestas […] Qué garantía tiene el Ecuador en manos de este grupo de golpistas que no tienen la preparación, ni las condiciones, ni la visión, ni el respaldo para poder gobernar el país. […] Frente a la insinuación de que yo debería renunciar como Presidente, esa es una insinuación que no la puedo aceptar, que no la voy a aceptar. (Herrera, 2001: 90-94) Casi de inmediato Lucio Gutiérrez desde las instalaciones del CN dijo: Todo el pueblo ecuatoriano ya le revocó el mandato al Dr. Jamil Mahuad. No lo estamos nosotros sacando del cargo; él solito falló al pueblo ecuatoriano y él también con el respaldo también de todo el pueblo ecuatoriano hizo lo mismo que hoy está condenando, él fue el que se subió a la camioneta y el que en una actitud similar le boto al ex Presidente Abdalá Bucaram. Con qué calidad moral podría calificarnos a nosotros de golpistas cuando hoy es una elección democrática, es una elección soberana, es una elección directa, es una elección mayoritaria (Herrera, 2001: 96) Las contraposiciones de visiones sobre el orden político eran claras. Para Mahuad el orden político se legitimaba en los votos que recibió cuando lo eligieron como presidente y en la aceptación que se supone tenía a pesar de la crisis, mientras que para Gutiérrez, la movilización era una manifestación de elección más fuerte y legitimadora que la votación en las urnas. El ex presidente Hurtado criticando la posición de los de abajo manifestó su concepción sobre el orden y la representación política al decir: 117 […] Hoy, la proclamación de la dictadura, ni siquiera ha sido comandada por el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, sino por el Sr. Dr. Solórzano. ¿A quién representa él? ¿A los ecuatorianos? ¿A los guayaquileños ¿ A los azuayos? ¿A los quiteños? ¿A quién representa? Podemos permitir los ecuatorianos que seamos gobernados por un ciudadano que solo se representa a sí mismo y a su ambición y a sus intereses. Eso no lo vamos a permitir (Herrera, 2001: 160) Casi a la media noche del 21 de enero, la JSN reconfiguró el triunvirato de gobierno cuando el coronel Gutiérrez cedió su espacio a un militar jerárquicamente superior, el general Carlos Mendoza (Jefe del comando conjunto de las FF AA), Antonio Vargas y Carlos Solórzano se mantuvieron en el triunvirato (“Golpe de Estado, 2000). Si bien las élites tradicionales manifestaron sus ideas y discursos sobre la cuestión de Mahuad, sin embargo no jugaron el papel que desplegaron durante la caída de Bucaram. Durante la crisis de Mahuad los de abajo junto con mandos medios del ejército tenían la intención de hacerse del poder político sin contar con las élites tradicionales. Durante la caída de Bucaram los indígenas se movilizaron y los de arriba se impusieron con el posterior beneplácito de las FF AA. En el caso de Mahuad, los indígenas se movilizaron pero además se tomaron el poder con militares de rango medio, por lo tanto ya no tuvieron que negociar, como sí lo hicieron en 1997, con las élites tradicionales. La JSN duró pocas horas, debido a que el general Mendoza (que tomó el lugar de Gutiérrez) se retiró del triunvirato y dio su apoyo al vicepresidente Noboa y durante la mañana del 22 de enero el Comando Conjunto de las FF AA desconoció a la JSN, y posteriormente el presidente del CN Juan José Pons convocó a sesiones extraordinarias en la ciudad de Guayaquil y expresó que “el Gobierno ejercerá su autoridad, pues no se puede permitir la ruptura del orden democrático. […] un grupo de ciudadanos sediciosos no puede ni deben servir para violar el orden establecido en Ecuador” (“De golpe, recrudeció, 2000). Ante dicha convocatoria diputados de PK y la ID reconocieron a la JSN y pusieron sus cargos “a la orden el pueblo” (Lucas, 2000: 113). El CN aprobó una resolución que aceptó una renuncia que Mahuad nunca presentó y designó al vicepresidente Gustavo Noboa como su sucesor (según al Art.168 de la Constitución de 1998) y fijó la toma del poder (Polga, 2010: 58). Noboa acudió al 118 Ministerio de Defensa en Quito donde fue posesionado, y posteriormente calificó a la rebelión indígena y militar como una “payasada” y manifestó: “Yo asumí el poder por un artículo de la Constitución, a mí el poder no me lo han entregado los militares. Que le quede claro eso a la comunidad internacional” (“Asumí por la, 2000). Noboa a diferencia de Alarcón no tuvo que esforzarse en construir un dispositivo argumentativo para dar sustento a su ascenso como presidente, pues al estar regulada la sucesión presidencial, los dispositivos institucionales funcionaron. Los de abajo, fueron derrotados sin embargo siguieron manifestando sus ideas y discurso revocatorio. Vargas dijo: “Los indígenas desconocemos todo. El pueblo indígena jamás va a reconocer como presidente a Noboa” […] “Hemos conseguido el objetivo trazado, la salida de Mahuad, y por ello nos sentimos triunfadores” […] “Mendoza nos traicionó, es un traidor” (“Respaldo del Parlamento, 2000)65. “La lucha continúa, seguiremos en este proceso” (“Ecuador. Plebiscito, 2000) “Esperaremos unos seis meses a ver qué pasa” (“Ecuador, un volcán, 2000)66. La CONAIE y su brazo político, el movimiento PK, concedieron una tregua al Gobierno Noboa, advirtiendo que continuarían las protestas si no atiende sus demandas (“En Ecuador, 2000). Napoleón Saltos (PK) dijo: “los movimientos sociales están dispuestos a protagonizar nuevas protestas contra el Gobierno de Noboa, si éste no presta atención a las demandas de la sociedad y resuelve los problemas, que son muchos” (“Ecuador, la tensión, 2000) Luego que el intento de implantar el gobierno de la JSN falló, diputados que apoyaron su conformación fueron acusados en el CN de golpistas, ese fue el caso de Paco Moncayo quien al instalarse la JSN renunció a su investidura de diputado tanto ante dicha junta como en el legislativo reinstalado (26 de enero 2000), sin olvidar que diputados de derecha(s) intentaron destituirlo por su participación en la rebelión ante lo cual Moncayo renunció a su cargo y propuso a los movimientos sociales iniciar una 65 El 23 de enero de 2000 el general Carlos Mendoza dijo que su participación en el golpe de Estado era una táctica para regresar al país al orden democrático. 66 Según CEDATOS el 31 de enero de 2000 entre el 76 y el 80% de los ecuatorianos consideraron que con el cambio de gobierno, se debían reestructurar el CN y la CSJ; el 70% no estaba de acuerdo con enjuiciar a los dirigentes indígenas, civiles y los coroneles que los respaldaron (“Ecuador. Piden más cambios, 2000) 119 campaña de recolección de firmas para solicitar la anulación del mandato de los diputados (Lucas, 2000: 131). A pesar que Noboa llegó a la presidencia, los sectores movilizados siguieron presionando y a través de la CONAIE solicitaron que convoque a una consulta popular para el 21 de mayo de 2000 para que se pregunte lo siguiente: ¿Está usted de acuerdo con la voluntad soberana del pueblo que el 21 de enero del 2000 determinó la salida del presidente Jamil Mahuad y con el cese de los diputados del Congreso y los Ministros de la Corte Suprema de Justicia? (Lucas, 2000: 133). La solicitud no prosperó y la idea de acercar el orden político de ecuador a formas directas de democracia no tuvo éxito. 3. Fortalecimiento del discurso revocatorio: la caída de Lucio Gutiérrez el derrocador derrocado Gutiérrez, protagonista de la rebelión indígena-militar que derrocó a Mahuad, sostuvo su campaña electoral sobre un discurso popular y de izquierda(s), más cuando llegó a la presidencia, casi de manera inmediata dejó atrás aquellas ideas y discurso, patrocinando otros que eran la antítesis de lo que defendían los grupos que lo apoyaron. Así, pperdió el apoyo de PK y la CONAIE luego del deterioro de sus relaciones que empezó con el nombramiento del banquero y economista neoliberal Mauricio Pozo como ministro de Economía, y que se profundizó con su visita (de Gutiérrez) al presidente George W. Bush en la Casa Blanca el 11 de febrero de 2003. El seis de agosto de 2003 se produjo la ruptura formal de la alianza entre Gutiérrez y PK cuestión que se manifestó con la salida del gabinete de ministros de militantes de aquel movimiento político lo que incentivó a que el 15 agosto la Asamblea Nacional de la CONAIE se reúna para analizar su participación en el Gobierno; decidiendo de ahí en adelante hacerle oposición frontal y buscar su cese. Las ideas y el discurso político revocatorio hecha institución informal durante la caída de Bucaram y reconfigurada con la caída de Mahuad volvió a tener espacio a propósito de las iniciativas de prescindir de Gutiérrez, sin embargo se produjo la domesticación del discurso revocador, ya que la primera opción para tratar de sacar al 120 presidente ya no fue la contestación social y las movilizaciones callejeras, sino la institucionalidad formal: Leonidas Iza, presidente de la CONAIE manifestó: Ha llegado la hora de decir basta [….] El pueblo ha decidido decir basta a este gobierno que no ha cumplido con los ofrecimientos de la campaña presidencial del 2002 […] Nuestra actuación se enmarcará dentro del ámbito constitucional, por lo que no se nos puede acusar de desestabilizar el orden democrático del país […] Como el presidente actual no ha sido capaz de luchar, de cumplir con el pueblo y en cambio sí ha sido capaz de traicionarlo, es que hemos decidido pedir la revocatoria del mandato (“Indígenas quieren, 2003). Iza habló de “revocatoria del mandato” a pesar que dicha institución estaba prevista únicamente para prefectos, alcaldes y diputados y no para el presidente, haciendo una interpretación extensiva de la Constitución de 1998, pidiendo que se aplique el Art.105 en virtud del cual los ciudadanos en goce de derechos y que representen el ocho por ciento del padrón electoral nacional, podían solicitar al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que convoque a consulta popular en asuntos de trascendental importancia para el país, que no sean reformas constitucionales (“Indígenas quieren, 2003). De esta forma, desde la CONAIE emergió la idea de prescindir de Gutiérrez logrando que se convoque a consulta popular, por lo tanto sacarlo por votación popular. Una propuesta similar la había planteado Rosalía Arteaga durante la crisis política que culminó con la caída Bucaram en 1997. La adjetivación de golpistas que se hizo contra los indígenas por su participación en los derrocamientos contra Bucaram y Mahuad, caló en su imaginario político pues trataron de activar mecanismos formales manifestando expresamente que así ya no se los podría acusar de “desestabilizar el orden democrático del país”. El fracaso en la implementación de un nuevo orden político basado en dinámicas asamblearias durante el derrocamiento de Mahuad, dejó debilitada sus proposiciones institucionales paralelas a la democracia liberal. La intención del movimiento indígena de optar por caminos institucionales para sacar a Gutiérrez fue un signo que demostró el tránsito de su discurso revocatorio con movilización social y callejera hacia su institucionalización formal. 121 El cuatro de diciembre de 2003, Gutiérrez dijo que estaba “muy bien sentado en el sillón presidencial” y advirtió a quienes pedían una consulta popular para revocar su mandato que la Constitución no contemplaba esa posibilidad (“Ecuador. No habrá, 2003); afirmación que desde una perspectiva jurídica y constitucional formal, era cierta. Quienes pretendían que Gutiérrez deje el cargo continuaron acudiendo a mecanismos formales. Cuando Gutiérrez llegó a la presidencia contó apenas con tres diputados pertenecientes a su partido denominado Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero (PSP) cuestión que le obligó a buscar apoyos dentro del CN, logrando, durante el primer cuatrimestre de 2004, un pacto informal con el PSC que se evidenció, por ejemplo, cuando ante la intención de PK y la ID de plantear un JP contra Gutiérrez, Febres Cordero (PSC) en su calidad de diputado sostuvo que no encontraba causales constitucionales ni legales para que eso proceda; sin embargo, súbitamente, el pacto se rompió y dio vuelta a su discurso político dejando abierta aquella posibilidad (JP). Luego de la ruptura con el PSC, Gutiérrez consolidó alianzas con el PRE (liderado por Bucaram) y con el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN) (liderado por Álvaro Noboa) las que tuvieron efecto, pues durante la reinstalación del pleno del CN el tema del JP a Gutiérrez no fue considerado (El Comercio, 08 septiembre, 2004); aunque los ex presidentes Borja (ID) y Febres Cordero (PSC) manifestaron la necesidad de enjuiciar políticamente a Gutiérrez. Los partidos y movimientos políticos que abogaban inicialmente por el JP contra Gutiérrez sumaban 62 votos (PSC 25; ID 15; PK 11; DP 4; MPD 3, PSE-FA 3 y CFP 1), sin embargo el cuatro de noviembre de 2004 se formalizó en el CN la solicitud de JP contra Gutiérrez con el respaldo de 51 de diputados necesarios para que el nueve de noviembre de 2004 se conforme la comisión especialísima investigadora para analizar si proseguía o no el JP al presidente. Pero, en el momento de la votación, Rocío Jaramillo y Luis Almeida (ambos PSC) se abstuvieron de votar y Aurelio Llori (ID) tampoco votó a favor de la moción de censura, lo que produjo que la coalición pro JP, cuente con apenas 48 de los 51 votos necesarios y quede trunco. 122 La alianza de Gutiérrez con el PRE y el PRIAN para esquivar el JP se mantuvo y le sirvió para tomar medidas políticas controvertidas que serían el pretexto para que la movilización social comience (nuevamente) a tomar forma. El ocho de diciembre de 2004, Gutiérrez convocó al CN a un período extraordinario de sesiones que se instaló y durante la madrugada del nueve de diciembre cesó en sus funciones a 27 magistrados de la CSJ y los sustituyó con una nueva presidida por Guillermo Castro Dager quien, el 31 de marzo de 2005, dejó sin efecto los juicios y las órdenes de detención que se seguían en contra del ex presidente Bucaram (su amigo íntimo)67. Las acciones mencionadas provocaron paros, huelgas, protestas y movilizaciones, que fueron apoyadas por el vicepresidente Alfredo Palacio (“Ecuador. Vicepresidente, 2005) y tuvieron eco en organizaciones civiles que protagonizaron protestas frente al palacio de gobierno; además el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, convocó a la ciudadanía guayaquileña a reunirse el cinco de abril para decidir sobre acciones de protesta; por su parte la Asamblea de Quito, liderada por el Alcalde Paco Moncayo y la Asamblea de Pichincha liderada por Ramiro Gonzáles prefecto de la provincia apoyaron la protesta y solicitaron la renuncia del presidente; cuestión similar sucedió con organizaciones de trabajadores, de jubilados e indígenas quienes manifestaron que convocarían a una huelga nacional (“Crece la tensión, 2005), en medio de todo lo cual se observó en las calles de Quito un grafito que decía: “Este gobierno es como un bikini: nadie sabe cómo se sostiene, pero todos queremos que caiga”(en Saad, 2005: 161)68. Si bien la apoyaban, los principales patrocinadores de las movilizaciones ya no fueron los indígenas, como había acontecido en las caídas de Bucaram y Mahuad, aunque como si sucedió en la caída de Bucaram, se activaron las denominadas “Asambleas” que tenían como fin ir más allá de la representación política formal y aglomerar al mayor número de actores políticos y ciudadanos. 67 El dos de abril, Bucaram llegó a Ecuador desde Panamá y ante miles de sus partidarios anunció que buscaría la presidencia para replicar la revolución bolivariana de Hugo Chávez. 68 En las afueras de la Catedral Metropolitana de Quito asistentes a la ceremonia religiosa por el fallecimiento del Papa Juan Pablo II, gritaron: “Lucio Fuera” y “Lucio traidor”. 123 Los movilizados radicalizaron sus protestas desde el 13 de abril de 2005 convocando a un paro y produciéndose la “Marcha de las Cacerolas Vacías” y las asambleas de Pichincha y de Quito exigieron la cesación de la nueva CSJ y la salida de Gutiérrez (“El paro tuvo, 2005)69. Moncayo como alcalde y líder de la Asamblea de Quito jugó un rol relativamente parecido al que desempeñó en febrero de 1997 el alcalde Mahuad, sin olvidar que Moncayo en 1997 durante la caída de Bucaram fue el Jefe del Comando Conjunto de las FF AA, y diputado durante el derrocamiento de Mahuad en el 2000. Los protagonistas de las movilizaciones fueron ciudadanos de clase media y media alta de la ciudad de Quito, que luego de culminadas las horas laborables durante varios días se reunían, especialmente, en la Avenida de los Shyris para protestar contra Gutiérrez. El 13 de abril de 2005 un grupo se dirigió a la casa donde residían la esposa e hijas de Gutiérrez, ante lo cual él los llamó “forajidos”; y desde ese momento, los movilizados se autoproclamaron como tales y sus protestas tuvieron eco pues la noche del 15 de abril Gutiérrez, rodeado del Alto Mando Militar (Ejército, Marina y Aviación) mediante un mensaje transmitido por diferentes canales de televisión cesó a los jueces de la CSJ (que había patrocinado meses antes) y declaró el estado de emergencia en el Distrito Metropolitano de Quito y la provincia de Pichincha. Entre tanto, el Concejo Metropolitano de Quito pidió la renuncia del presidente y el juez 14 de lo penal de Pichincha suspendió el estado de emergencia y veinte horas después, Gutiérrez lo levantó (“Derogan a medias, 2005). El discurso revocatorio defendido por los ciudadanos movilizados se expresó también por un espacio de representación política como es el Concejo Metropolitano de Quito, cuerpo colegiado que no tenía competencia para aquello, y hasta desde la función judicial cuando un juez deslegitimó la declaratoria de emergencia dictada por Gutiérrez, cuestiones que no fueron sino signos del paulatino debilitamiento que sufriría el presidente. 69 Las protestas convocadas por las Asambleas de Quito y de Pichincha el 12 y 13 de Abril de 2000 no fueron ni masivas ni prolongadas (Ospina, 2005:10). 124 A pesar que Gutiérrez cesó a los jueces cuyo nombramiento fue objeto de polémica, las protestas no pararon, pues se mantuvo la consigna del cese de funciones del presidente y de todos los representantes políticos. Durante las movilizaciones callejeras (que se extendieron hasta el 20 de abril) se generalizó la proclama “Lucio fuera” pero además “Que se vayan todos” (“En Ecuador sigue, 2005). El discurso que buscaba la salida de toda la clase política, incluido el presidente ya fue manifestado por los indígenas durante la caída de Mahuad, sin embargo en esta ocasión ya no fueron ellos los portadores de la petición, sino habitantes de sectores urbanos de la capital, quienes, a diferencia de los movilizados desde abajo en la caída de Mahuad, no intentaron implantar un nuevo orden político ni ensayaron la construcción de una institucionalidad paralela a la democracia liberal, aunque si estaban interpelando la dinámica de la representación política. El 17 de abril, ante periodistas extranjeros, Gutiérrez minimizó las protestas que pedían su dimisión y consideró que las manifestaciones se concentraban solo en Quito, asegurando que el resto del país estaba tranquilo y que incluso pedían su reelección, por lo que estaba dispuesto a someterse a la “revocatoria del mandato”, siempre y cuando se haga una consulta que incluya también el tema de la reelección. Gutiérrez cayó en la cuenta que probablemente podía triunfar si la consulta sobre su permanencia en el cargo se efectuaba, pero por ambición o por mero chantaje condicionó esa posibilidad a que se consulte además si se desea o no la reelección de un presidente, cuestión que la Constitución de 1998 no permitía.. Víctor Hugo Sicouret (amigo íntimo de Bucaram) juez del Tribunal Constitucional (TC), dijo que el presidente está “firme” en su mandato y refiriéndose a las movilizaciones callejeras manifestó: “Esos son aires de golpismo que se registran en Quito y no existen en las otras provincias del país, donde al pueblo le importa un rábano lo que está pasando. La cúpula de la derecha saca a las calles a sus hijos, a sus primos y a todos sus parientes, a una protesta donde hasta las ollas que utilizan para el cacerolazo son nuevas” (“Lucio Gutiérrez está firme, 2005). 125 La postura de Sicouret fue un indicador del alto nivel de politización de las Cortes de Justicia, pues a pesar de ser un juez del TC ni siquiera guardó la “apariencia” de independencia sino que defendió directamente al presidente y criticó la acción de quienes se movilizaban contra aquel. Sicouret emitió un discurso que se auto-catalogó de izquierda(s) y que descalificó las movilizaciones por estar, supuestamente, protagonizadas por las derecha(s), lo que fue una estrategia discursiva basada en el hecho que ya no fueron los indígenas (considerados como los de abajo, los explotados o el verdadero pueblo) los protagonistas de la movilización, sino ciudadanos de clase media y media alta. Dos días antes de la caída de Gutiérrez la movilización tomo más fuerza. Nebot (alcalde de Guayaquil) convocó a los guayaquileños a protestar el 18 de abril mientras que, el dirigente indígena Humberto Cholango aseguraba que los indígenas se movilizarían desde las provincias para apoyar las manifestaciones de Quito (“En Ecuador sigue, 2005). En Guayaquil, la movilización recorrió la céntrica avenida 9 de octubre gritando “Lucio fuera”, con monigotes de Gutiérrez y féretros hechos de cartón, con lápidas que llevaban el nombre del presidente (“Desde la Luna, 2005). En Quito, ciudadanos hacían fila en la puerta de radio “La Luna”, dirigida por el periodista Paco Velasco, que desde el 13 de abril permitió que la gente hable sobre la situación del país escuchándose pronunciamientos como el siguiente: “Soy el forajido número 1713478670 (cédula de identidad), me llamó Juan Carlos, vengo desde la Ferroviaria (barrio del sur de Quito) y estoy aquí para decirle a Lucio Gutiérrez que se vaya por traidor y mentiroso” (“Desde la Luna, 2005). El gobierno había dividido al movimiento indígena, pues mientras PK y la CONAIE esperaban la salida del presidente, la FEINE (Federación de Indígenas Evangélicos) convocó a sus comunidades a permanecer en Quito el tiempo que sea necesario para respaldar al gobierno, cuestión que indica la razón por la cual los indígenas no protagonizaron la protesta en las calles, de todas formas la dirigente indígena Lourdes Tiban refiriéndose a Gutiérrez dijo: “Pachacutik le pide disculpas al pueblo ecuatoriano, por haberle pedido votar por este animal” (en Saad, 2005: 161) 126 En la sede del Ministerio de Bienestar Social se produjeron enfrentamientos entre gutierristas y anti gutierristas, hubo disparos, contusos, se incendió el edificio, se destruyeron retratos y fotografías de Gutiérrez mientras se buscaba, para lincharlo, al paradigmático dirigente indígena ex presidente de la CONAIE, Antonio Vargas que había sido cooptado por Gutiérrez cuando lo designó Ministro de Bienestar Social. Cerca al medio día del 20 de abril, mientras las protestas se desarrollaban, el comandante general de la Policía, Jorge Poveda, presentó su renuncia (“Así triunfaron los forajidos, 2005) e iniciada la tarde, los diputados reunidos en las instalaciones del Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina (CIESPAL) destituyeron a Gutiérrez aduciendo “abandono del cargo” y nombraron en su lugar al vicepresidente Palacio. Mientras tanto, Gutiérrez ordenó a su ministro de Gobierno, Oscar Ayerve, anuncie que conminaría al ex presidente Bucaram a salir del Ecuador, pero simultáneamente, desde el Comando Conjunto de las FF AA, el contralmirante Víctor Rosero dijo que él y sus hombres ya no estaban con el presidente, momento desde el cual, la Policía y las FF AA dejaron de combatir a los manifestantes, permitiendo que lleguen a la Plaza de la Independencia y al Palacio de Gobierno (“Así triunfaron los forajidos, 2005). Palacio, nuevo presidente de Ecuador se mantuvo en el edificio del CIESPAL sin protección, virtualmente sitiado por manifestantes que reclamaban la disolución del CN, mientras golpeaban a determinados diputados, pidiendo que renuncien obligándoles a estampar su rúbrica en un documento y gritando “Que se vayan todos” y “no queremos más circo” (“Manifestantes exigen, 2005). Desde un balcón hacia la calle, donde estaban los manifestantes, al tiempo que se causaban destrozos en el edificio y algunos le lanzaron piedras sin alcanzarlo, Palacio gritó: “No soy político, no soy político” […] “Se acabó la prepotencia, se acabó la dictadura, con ustedes quiero gobernar” (“Sitiado por manifestantes, 2005) evidenciando una estrategia discursiva auto-catalogándose como un no-político ofreciendo una especie de cogobierno. 127 La frase “¡Que se vayan todos!”, hecha consigna y gritada en las calles de Quito simbolizaba la desconfianza de la ciudadanía frente al sistema político, su concepción de los mandatos políticos como imperativos, pero sobre todo la desconexión con sus gobernantes a quienes antes habían elegido y que por no representarlos debían dejar el cargo antes de los plazos constitucionalmente previstos, es decir: “La política y los políticos eran identificados por la gente como la principal fuente de los problemas que atravesaba el país” (De la Torre y Conaghan 2009: 339). Otra vez se tuvo que acudir a mecanismos informales y de dudosa validez constitucional para lograr el cese de funciones de un presidente, cuestión que alarmaba sobre la necesidad de contar con un mecanismo adecuado para resolver la crisis por vía institucional. De todas formas, la idea según la cual, se podía prescindir del presidente sin acudir a instancias formales de la política estaba ya instalada en el imaginario discursivo de los ‘gobernados’. 3.1 La frustrada institucionalización de la revocatoria a presidentes: Palacio y la reforma política Como presidente, Palacio se empeñó en llevar adelante una reforma política, para lo que encargó emprender con las acciones correspondientes al Ministro de Gobierno Mauricio Gándara quien bajo la influencia de las movilizaciones que tumbaron a Gutiérrez, intentó convocar a una ANC, esperando consultar al pueblo (para que legitime la convocatoria), incluyendo la aprobación de un estatuto electoral especial para evitar que lleguen los partidos tradicionales y esperando que el 50% de los asambleístas tengan menos de 35 años de edad; sin embargo el CN con el fin de desactivar la iniciativa anunció que ellos llevarían adelante la reforma política (Hurtado, 2006: 24). El 24 de mayo de 2005, Palacio conformó el denominado “Sistema de concertación ciudadana para la reforma política” encargada al CONAM para que recoja propuestas desde la ciudadanía (Hurtado, 2006: 25). Palacio anunció que se realizaría una consulta popular el 11 de diciembre y el CONAM recibió 52 415 propuestas que bajo el título de “informe final” se le entregó al presidente el 26 de septiembre de 2005 y 128 en virtud de los informes parciales se observó que el presidente buscaba instituir, entre otras cuestiones, la RMP del presidente (“Dos enfoques oficiales, 2005). Palacio convocó al CN para que se instale en congreso extraordinario y declare la consulta popular como urgente, pero aquel negó la declaratoria (Hurtado, 2006: 27) lo que implicó la renuncia de Gándara quien fue relevado por Osvaldo Molestina miembro de la ID, lo que hizo que dicho partido en el CN se acerque a Palacio y así “A diferencia de Gándara, que había querido llevar a cabo una reforma a espaldas (y en contra) de los partidos, la estrategia de Molestina fue pactar con ellos” (Hurtado, 2006: 30) El 27 de septiembre de 2005, Molestina entregó al presidente del CN, las 17 preguntas de su proyecto de consulta popular (“El Gobierno se aferra, 2005) cuya pregunta 16 establecía: “¿Aprueba la revocatoria del mandato para el Presidente y Vicepresidente de la República y otros dignatarios de representación popular, siempre que hayan cumplido la mitad del período?” (“El Gobierno se aferra, 2005). Hubo discrepancia con el tema de la RMP la cual fue defendida por Palacio, pero rechazada desde el CN (“Hasta el final, 2005)70 en ese contexto: La misma mayoría que posesionó a Palacio boicoteó desde el Congreso todo intento de reforma política [y de inserción del tema de la revocatoria presidencial], a excepción de aquella liderada por el ministro Molestina que contó con el apoyo de la ID, pero ante la cual el propio Palacio no dio paso por considerarla demasiado tibia, cooptada por los propios partidos, insuficiente (Hurtado, 2006: 22) Molestina renunció y varios diputados coincidieron que dicha acción obedeció a que el presidente quiso incluir en la consulta temas sobre los cuales el ex Ministro no trató con esos partidos y más bien se comprometió a desecharlos, entre ellos, la RMP de autoridades de elección popular . Se encargó provisionalmente el ministerio de gobierno a Galo Chiriboga y Palacio sostuvo que la ANC era el medio para materializar la reforma política (Palacio y su caja, 2005) sin embargo, encontró como obstáculos al CN y al TSE (“Tres hipótesis, 2005) 70 Para Palacio en el proyecto de consulta, debía constar la RMP a todos los dignatarios de elección popular, dos años después de su posesión (“Las preguntas de la consulta, 2005) 129 Palacio emitió el Decreto 705 del 17 de octubre 2005 convocando a Consulta Popular para preguntar si se desea o no que se instale una ANC. Palacio y sus colaboradores, previeron que la ANC se integraría por cien miembros: a) 50 designados por votación universal, secreta y directa de los candidatos por los partidos y movimientos políticos y 50 promovidos, cada uno, por los representantes de la sociedad civil con un respaldo mínimo del dos por ciento del padrón electoral provincial (Art 1 Decreto 705) observándose la influencia del discurso político manifestado durante la caída de Gutiérrez donde se expresó un rechazo a la clase política tradicional, por lo que se pensó en abrir espacios para que la mitad de los posibles representantes tengan un origen no partidario. El decreto establecía además que no podrían ser elegidos asambleístas quienes, en todo o en parte del territorio de la República, tuvieren o hubieren tenido durante los cuatro años anteriores a las elecciones para la designación de asambleístas, autoridad o jurisdicción política, civil, administrativa o militar; los dueños, accionistas y representantes legales, apoderados o, en general, administradores de los medios de comunicación social; quienes hubieran sido representantes a la ANC que expidió la Constitución de 1998; y, quienes hubieren sido destituidos en los cargos de presidente o diputado (Art.3)71. Básicamente se pretendía que la representación política no recaiga en los tradicionales grupos de poder, peor aún sobre aquellos que pudieran haber colaborado con el régimen de Gutiérrez, todo con la finalidad de construir un orden político que plasme las exigencias que se venían manifestando, por lo menos, desde la denominada “revolución de abril” en la que Gutiérrez fue derrocado. 71 No podían ser candidatos a la ANC: el presidente y vicepresidente; diputados; ministros de Estado; miembros de los tribunales, cortes y juzgados; vocales del Consejo Nacional de la Judicatura; vocales del TC y TSE; ministro fiscal general; miembros de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción; superintendentes de Bancos, de Seguros, de Compañías; agentes diplomáticos y consulares; alcaldes y miembros y presidentes de las juntas parroquiales; prefectos provinciales; concejales municipales y consejeros provinciales; integrantes de los directorios de las entidades públicas y de las empresas y sociedades anónimas de propiedad del Estado y sus representantes legales; funcionarios de la Función Ejecutiva y autoridades o funcionarios de libre remoción; representantes legales, apoderados y administradores de los bancos y entidades de derecho público financiero; miembros de la Fuerza Pública; ministros de cualquier culto (Art. 3, Decreto). 130 Se establecía que los asambleístas no podrían participar como candidatos de elección popular en el siguiente proceso electoral (Art. 6) cuestión que implicaba que aquellos que podrían alcanzar representación política durante la potencial ANC no hagan de aquel escenario político su plataforma para levantar su imagen o defender intereses individuales o corporativos de corto plazo, es decir los elaboradores de la Constitución la construirían sin la tentación de establecer arreglos constitucionales que maximicen sus interés. El TSE controlado por el CN se negó a calificar el pedido de convocatoria a consulta, por lo que el uno de diciembre de 2005 el gobierno trató de activar nuevamente una convocatoria a consulta al TSE sin pasar por el CN, ante lo cual el legislativo nombro a nuevos vocales del TSE evitando que los anteriores puedan dar paso a la consulta; luego: “El 15 de enero de 2006, en su discurso de rendición de cuentas frente al Congreso, Palacio anunció que no insistiría en la Consulta ni en la Asamblea” (Hurtado, 2006: 36) lo que hizo entender que por debilidad del presidente y por falta de tiempo (en 2006 se tenía que elegir al nuevo presidente) la reforma política fue definitivamente abandonada. Sin embargo, el 13 de febrero de 2006 el presidente usando su facultad constitucional de iniciativa legislativa y tratando de insistir en la reforma política presentó tres proyectos de ley uno de los cuales decía relación con la incorporación de nuevas disposiciones relacionadas a la RMP, aunque ya no se insistió en implementar la RMP presidencial (“La ilusión de la reforma, 2006). Si bien en el CN las iniciativas de Palacio de institucionalizar la RMP a presidentes fueron sistemáticamente rechazadas por la mayoría, hubo diputados que trataron de hacerlo por su cuenta presentándose siete proyectos de ley de reforma a la Constitución donde de manera principal o accesoria se tomó en consideración la RMP72 72 25-467 Ricardo Ulcuango (PK), Reforma a la Constitución (Art. 109, 110, 111, 112, 113, 167 y 168 RMP). 26-854 Carlos Cajilema, Rafael Erazo, Luis Villacís (MPD), Reformas a la Constitución. 26-896 Marco Morillo (ID), Reformatoria a la Constitución. 27-1053 Pedro Valverde (PSC) Reforma a la Constitución (función legislativa: cámaras de senadores, diputados y congreso pleno; función electoral, RMP, elecciones primarias; función judicial; tribunal constitucional; y, Arts. 101, 215,218) 26-788 Andrés 131 Los patrocinadores de dichos proyectos fueron actores políticos de izquierda(s) que retomaron las ideas sobre la RMP y trataron de materializarlas en instituciones. De la lectura de las motivaciones de aquellos proyectos, se evidencia que están inspirados en: la necesidad de solucionar la crisis institucional que se genera por la salida anticipada del Presidente que se presentó en el 2005 con la salida de Gutiérrez, tal como había sucedido anteriormente con Mahuad en el 2000 y Bucaram en 1997. La viabilidad de este mecanismo es un elemento central en torno al cual giran los proyectos mencionados, pues trataron de implementar reformas sobre los porcentajes necesarios tanto para la iniciativa como para la concreción de la RMP de una autoridad de elección popular y así para hacer más viable el ejercicio de esta institución. Se observa una tendencia para ampliar el espectro de autoridades sujetas a RMP, acudiendo a argumentos como que la normativa de la RMP es incompleta y discriminatoria al establecer el ejercicio de este mecanismo sobre determinadas autoridades y no otras (como el Presidente) la necesidad de combatir la demagogia en que incurren Presidente y Vicepresidente durante los procesos eleccionarios. Los proyectos de reforma fueron emprendidos mayoritariamente por los mismos actores políticos colectivos que lucharon por la institucionalización de esta idea en sentido amplio en la ANC de 1998 (MPD, PK, ID); sin embargo, en dinámica similar a lo que sucedió sobre este tema en la ANC del 98, dichas aspiraciones no fueron consideradas (de los siete proyectos de ley, solo dos alcanzaron informe favorable para primer debate y los cinco restantes se quedaron en estado de reparto). Los proyectos 25-467, 26-854, 26-896 y 27-1053 coinciden en establecer como sujetos de la RMP a todas las autoridades de elección popular (presidente de la república). El proyecto 24-216 enumera como sujetos de RMP, entre otros, al Presidente. El proyecto 26-788 establece como sujetos de RMP a todas las autoridades de elección popular a excepción del Presidente y Vicepresidente de la República. Páez (ID) Reformatoria del Art. 109 de la Constitución. 24-216 Luis Villacís (MPD) reformas al Art. 109 de la Constitución. 26-881 Guillermo Landázuri (ID) Reformas a la Constitución. 132 3.2 La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente 2007-08 Luego de la caída de Gutiérrez en abril de 2005 se reactivó la expectativa de instalar una ANC, la cual fue asumida por el nuevo presidente Palacio quien no lo logró, hasta que ascendió al poder Rafael Correa que durante la campaña electoral prometió instalar una ANC de plenos poderes y el 15 de enero de 2007, cuando asumió formalmente la presidencia emitió el Decreto Ejecutivo Nº 02 (publicado en el Registro Oficial Suplemento Nº 08 de 25 de enero del 2007), por medio del cual convocó al cuerpo electoral para que se pronuncie sobre la siguiente pregunta: “¿Aprueba usted que se convoque e instale una Asamblea Constituyente con plenos poderes, de conformidad con el Estatuto Electoral que se adjunta, para que transforme el marco institucional del Estado, y elabore una nueva Constitución?” El decreto ejecutivo fue conocido por el CN y se solicitó al TSE que organice la consulta, sin embargo el CN primero se opuso y luego hizo cambios al Estatuto ante lo que Correa dictó un nuevo decreto modificando el Estatuto, acción no avalada por el CN para quienes era importante que en dicho estatuto no se permita cesar al CN u otras funciones del Estado al instalarse la ANC. Cuatro de los siete vocales del TSE aceptaron el estatuto modificado por Correa y convocaron a consulta popular, pero la mayoría de derecha(s) en el CN respondió sometiendo a JP a los cuatro vocales y destituyeron al presidente del TSE. Los miembros del TSE (con el apoyo de Correa) sustentándose en el Art. 155 de la Ley Orgánica de Elecciones arguyeron que los diputados estaban interfiriendo en el proceso electoral en marcha y el siete de marzo de 2007 destituyeron a 57 diputados y les suspendieron sus derechos políticos durante un año impidiéndoles aspirar a ser asambleístas constituyentes. Los respectivos suplentes de los diputados destituidos apoyaron la posición presidencial con la expectativa que instalada la ANC no se cese al legislativo, y así, el CN (con los 57 nuevos integrantes) no se opuso a la consulta popular que se efectuó el 15 de abril de 2007 donde de los votantes aprobaron la instalación de una nueva ANC. 133 Conclusiones Antes del derrocamiento de Bucaram y la celebración de la ANC 1997-98, se produjo la emergencia del movimiento indígena que protagonizó la contestación social durante los años 90 del siglo XX, dando un vuelco al discurso político de las izquierdas en el Ecuador. Los levantamientos que protagonizaron en 1990, 1992 y 1994, no solo los convirtió en actores políticos con poder de veto, sino que al pasar de tradicionalmente subordinados a actores que interpelaron la legitimidad de los presidentes Borja y Durán Ballén, sembraron el germen de una idea que sustentaba un discurso político que establecía como legítimo poner en jaque a un presidente y hasta buscar su cese. Dicha idea y discurso político mutó y se consolidó a propósito de la caída de tres presidentes en 1997, 2000 y 2005. El derrocamiento de Bucaram fue una coyuntura crítica de inflexión histórica que permitió que la idea y discurso político que interpelaba la legitimidad de presidentes se convierta en una institución informal que reinsertó en el imaginario político una idea presente desde la consolidación del Ecuador como república independiente: se puede sacar a un presidente antes que termine su mandato. A diferencia de lo que ocurrió durante la caída de Bucaram, en el derrocamiento de Mahuad, las élites políticas tradicionales estaban divididas pues era uno de sus representantes (Mahuad) quien estaba en el centro de la crítica. Si bien el discurso político revocatorio se institucionalizó informalmente con la caída de Bucaram, durante los procesos de movilización para derrocar a Mahuad se instituyó de manera paralela espacios de gobierno alternativos al liberal-representativo y no fue solo el presidente sino todos los representantes de las diferentes funciones del Estado los sujetos de crítica. La invocación de dispositivos discursivos relacionados con la democracia directa en la caída de Bucaram (Asamblea de Quito y de Cuenca) fue protagonizada por personajes de la élite política tradicional, entre otros, el en aquel entonces Alcalde de Quito, Jamil Mahuad, quien como presidente y sujeto a la inestabilidad invalidó las posiciones discursivas de la asamblea del pueblo. Durante la contestación social y la movilización contra Mahuad los de abajo jugaron un rol más sustancial que el desplegado en la caída de Bucaram pues además de 134 tomarse las calles se propusieron seriamente tomarse el poder político instaurando una institucionalidad paralela que supla a aquella que estaba siendo objeto de interpelación, por lo tanto, se estaba tratando de poner en marcha un nuevo orden político. Sin embargo, las asambleas conformadas durante la caída de Bucaram y Gutiérrez no tenían los objetivos que se plantearon las asambleas populares durante el derrocamiento de Mahuad. La asamblea de Quito durante la caída de Bucaram y las asambleas de Quito y de Pichincha durante las movilizaciones contra Gutiérrez, solo formaron parte de una estrategia discursiva que si bien puso en evidencia la constante tensión entre visiones de orden político, no tenían la naturaleza de los parlamentos de los pueblos instalados durante el derrocamiento de Mahuad los cuales no solo visibilizaron la tensión antes mencionada, sino que trataron de implementar un nuevo orden político. A pesar que los de abajo no pudieron implementar su visión sobre un nuevo orden político, sus ideas y discursos siguieron presentes en el ámbito político-público; es más, el discurso revocatorio que se institucionalizó informalmente en la caída de Bucaram, se re-institucionalizó con más fuerza y caló ya no solo en el imaginario político de los indígenas sino (como se verá más adelante) de otros segmentos de la sociedad ecuatoriana, de tal forma que durante las movilizaciones contra Gutiérrez ya no fueron los indígenas los que protagonizaron la protesta sino sectores medio-urbanos de Quito. La puesta en duda de la legitimidad de presidentes desde las movilizaciones indígenas, pasando por las caídas de los tres presidentes son datos que permiten mirar que las instituciones liberales disponibles para solucionar el tipo de problemas que se evidenciaron en la relación gobernantes-gobernados no fueron suficientes por lo que la institucionalidad informal fue el único recurso disponible para solucionar las cuestiones relacionadas con la inestabilidad política e ilegitimidad de presidentes. El agotamiento de las instituciones tradicionales de la democracia liberal y la dificultad de prescindir de los presidentes mediante los mecanismos disponibles incentivaron a la utilización de métodos informales, pero al mismo tiempo a pensar en nuevos dispositivos institucionales para ser insertados en el sistema político, dicho dispositivo no fue sino la RMP a presidentes. 135 CAPÍTULO V Procesos de elaboración constitucional y deliberaciones sobre la revocatoria del mandato a presidentes en las Asambleas Constituyentes de 1997-08 y 2007-08 Introducción En Ecuador desde inicios de la república (1830) se han convocado más de veinte ANC, aunque varias no prosperaron (Ayala Mora, 2007: 13) de todas formas 19, contando con la ANC 2007-08, culminaron sus funciones produciendo un nuevo texto constitucional. Algunas constituciones han estado vigentes menos de dos años; una, la de 1938, no llegó a entrar en vigor y, desde 1978 [a 1998] fueron innumerables los intentos de reforma (Pachano, 2007). Uno de los postulados que el movimiento indígena reivindicó desde su emergencia junto con los sectores de izquierda(s) y de abajo fue la instalación de una ANC de plenos poderes, mientras que las élites tradicionales, cuando no se oponían a dicha posibilidad, alentaron medios más conservadores como “Asambleas Constitucionales”73. Las ANC de 1997-98 y 2007-08 forman parte de un mismo proceso político, pues están insertas y son los límites temporales formales (inicio-fin) de un periodo de inestabilidad presidencial, donde se encontraron fuerzas defensoras de diferentes visiones sobre el orden político que se enfrentaron; triunfando unas en el primer caso y otras en el segundo. En la ANC 1997-98 se inició la discusión formal de la institucionalización de la RMP presidencial sin que aquello se concrete, pero el tema se mantuvo en la esfera de discusión pública hasta la instalación de la ANC 2007-08 donde la cuestión se volvió a tratar y se institucionalizó. Tanto la ANC 1997-98 como la de 2007-08 tienen como antecedentes y una de sus causales las caídas de presidentes, aunque la primera se instaló el mismo año en que 73 El presidente Durán Ballén publicó en el Registro Oficial No- 459 del 10 de junio de 1994, el Decreto 1830 convocando a una consulta popular para el siete de agosto y en la primera pregunta consultaba sobre si se desea o no que instale una “Asamblea Constitucional”, pero luego de un mes mediante el Decreto 1896 se sustituyó la primera pregunta por la presión que la clase política tradicional ejerció a través el TSE planteando a Durán Ballén que retire aquella pregunta o la consulta no se hacía (Noboa, 1999: 22,23) 136 cayó Bucaram (1997) pero la segunda (2007) dos años después de la caída de Gutiérrez (2005) lapso en el cual el tema de la RMP a presidentes formó parte del discurso de los actores que trataron de impulsar una reforma política. La instalación de la ANC 1997-98 obedeció a un pacto entre la clase política tradicional y los movilizados desde abajo, mientras que la ANC 2007-08 fue consecuencia de la presión que durante muchos años ejercieron los movilizados frente a la oposición de la clase política tradicional74. La idea y el discurso de la gobernabilidad no empataban con la institucionalización de la RMP pues para los que se impusieron en la ANC 1997-98, como se verá abajo, la RMP presidencial sería fuente de ingobernabilidad. Por el contrario, la idea de instaurar un nuevo orden político tenía relación con la inserción de MDD como la RMP presidencial en los arreglos institucionales, no solo para incentivar la participación de los gobernados en eventos diferentes a la elección de representantes sino precisamente para instaurar formalmente lo que en la informalidad era una institución indiscutible. La reconstitución de la democracia representativa y la implantación de un nuevo orden político fueron posiciones en tensión entre desde 1990 hasta 2007 y dicha pugna se observó con mayor claridad entre 1997 y 2007, periodo en el que presidentes de la república fueron derrocados y los defensores de las posiciones antes mencionadas manifestaron sus discursos e ideas políticas que se discutieron de manera formal en las dos ANC que se realizaron dentro del lapso mencionado Los de arriba defendieron una noción de orden político elitista sustentado en determinadas premisas de la democracia liberal, entre otras, que las autoridades de elección popular deben ser los más aptos y su mandato es irrevocable, a menos que por circunstancias especiales sea necesario hacerlo, para lo que se debía acudir a los arreglos institucionales formales insertos y propuestos por el paradigma liberal. 74 Ricardo Noboa ex Asambleísta ANC 1997-98 sostiene que dicha ANC no era una concesión graciosa de los partidos al pueblo, ni fruto de un acuerdo nacional sino un compromiso adquirido con los sectores sociales, porque de lo contrario los diputados de Pachakutik no firmaban la resolución de destitución de Abdalá Bucaram” (en Noboa, 1999:20) 137 Para los de abajo, la democracia no se limitaba a la selección de autoridades periódicamente, sino que aquellas autoridades debían construir un mandato junto con sus representados y cumplirlo, pues en el caso de no hacerlo podían ser echados, es decir estimaron el mandato imperativo como una regla y no como una excepción. Desde la transición desde gobiernos autoritarios hacia democráticos acontecida en Ecuador en 1979, los de arriba se esforzaron por poner en marcha un sistema político eminentemente liberal, con una élite política gobernante “profesional” mediante los partidos políticos como canal de expresión. Osvaldo Hurtado, fue uno de los actores políticos con protagonismo durante algunos acontecimientos claves abordadas en este trabajo y fue él quien estuvo encargado al final de la década de los años 70 del siglo XX de diseñar las leyes de elecciones y partidos políticos en Ecuador. Desde 1979 hasta 1997, la lucha por el poder político se libró entre los de arriba, por lo que si bien existían determinadas diferencias entre determinados actores políticos individuales y colectivos componentes de aquel grupo, acuerdos expresos y tácitos sobre determinadas cuestiones como el tipo de orden político que deseaban mantener, fue lo que reguló su estancia en el poder. Sin embargo, con la emergencia del movimiento indígena, el discurso de izquierdas se reconfiguró y emergió con fuerza un discurso político que ofreció otra visión de orden político y fueron esas visiones las que se enfrentaron entre 1990 y 2007. La idea de “mandar obedeciendo” rasgo de la visión sobre el mandato político que tenían los indígenas y la idea del mandato revocables de la tradición de izquierda(s) hizo que se estructure un discurso según el cual las autoridades electas mantienen una relación orgánica frente a sus electores. Para los de arriba, mandar obedeciendo y el mandato imperativo, no estaba ni en su discurso, ni en su práctica, peor aún en su visión de lo que es o debería ser el orden político. Pero cuando la inestabilidad con la caída de presidentes se puso en marcha, los de arriba se encontraron en una situación paradojal, pues quienes estaban siendo derrocados pertenecían a su grupo, lo que no solo ponía en duda el ejercicio temporal del poder político entre los conglomerados de interés que componían la élite tradicional 138 como totalidad, sino los arreglos institucionales de su orden político, pues dichos arreglos no funcionaron para solucionar los problemas de legitimidad de los presidentes. Los de abajo también apoyaron la salida de los presidentes aunque con mayor interés pues los que cayeron no pertenecían a su grupo o por lo menos no representaban sus intereses y en ese contexto pudieron introducir en el debate sus nociones y discursos. A lo largo de la crisis que atravesó el Ecuador fueron diversos los temas que se debatieron y trataron, sin embargo se observa una correlación directa entre la salida de presidentes y la noción sobre orden político y mandato que defendían los de abajo. Cuando los de arriba apoyaban la caída de un presidente lo hacían esperando que uno de su propio grupo o subgrupo perteneciente a la élite general asuma el poder, mientras que cuando los de abajo se movilizaban estaban poniendo en marcha o materializando su ideario según el cual las autoridades deben mandar obedeciendo y que los mandatos políticos se sustentan en programas imperativos a ser cumplidos. Las nociones de orden político defendidas por las élites impactaron en la no institucionalización de la RMP a presidentes pues fueron mayoría, aunque no hegemónica, cuando el tema se debatió en la ANC 1997-98. Se institucionalizó la RMP para otras autoridades de elección popular (alcaldes, prefectos y diputados) pero no porqué realmente las élites dominantes y de derecha(s) hayan estimado como adecuada esta cuestión, sino porque el contexto específico en que se deliberó sobre la cuestión le empujó a hacerlo como una especie de muestra de apertura ante la exigencia de la izquierda que insistió en la institucionalización de la RMP a todas las autoridades (esto se verá más adelante en el análisis de los diarios de debates constituyentes) Las ideas y nociones que sobre orden político tenían los de abajo y los sectores de izquierda(s) impactó en la institucionalización de la RMP a todas las autoridades de elección popular, por lo tanto del presidente, pues cuando se reunió la ANC 2007-08, fueron mayoría hegemónica que no tuvo o no necesitaba acordar cuestiones con las derecha(s) pues el número de votos que poseía era tal que podía prescindir de aquellos, por eso la cuestión de la RMP se discutió dentro de las izquierdas. 139 1. Las expectativas electorales de los actores, recursos-estrategias para su negociación y reglas que estructuraron las ANC 1997-98 y 2007-08 Según Negretto todos los PEC comparten tres distintivos: “[p]rimero, la iniciación del proceso supone la existencia de un determinado número de actores que encuentran en su interés el redefinir las reglas existentes sobre la distribución y ejercicio del poder político. Segundo, este proceso tiene lugar en contextos políticos compuestos por grupos con visiones distintas y contrapuestas acerca de qué instituciones deben crearse y cómo deben ser diseñadas. Tercero, la constitución no puede crearse a menos que un actor o una coalición de actores sea capaz de generar una mayoría lo suficientemente amplia para aprobar la constitución” (2001: 413) Los planteamientos de Negretto, no son equivocados, pero reflejan las peculiaridades de tan solo uno (y no todos) los diversos contextos políticos en que se podría desarrollar un PEC. El primero y tercer supuesto son obvios e indiscutibles, sin embargo, a diferencia de lo que Negretto sostiene en su segundo supuesto, es posible que el PEC tome lugar en contextos políticos no divididos por grupos con perspectivas conflictivas acerca de cómo sus intereses y valores pueden ser satisfechos por diferentes instituciones, pues si bien durante un PEC pueden existir infinidad de grupos con perspectivas conflictivas, basta que uno de esos grupos tenga la mayoría necesaria o sea auto suficiente en la toma de decisiones, para que el escenario de elaboración constitucional no esté dividido. Para que un escenario de elaboración constitucional esté dividido no basta con que existan dos o más grupos con perspectivas conflictivas, es necesario que dos o más tengan poder de veto en la toma de decisiones, pues, si un grupo con intereses conflictivos no tiene el poder de colocar en la mesa del debate a otro grupo, y tan solo un grupo es el que puede llevar adelante el PEC la división es de forma, pero no real. Para que un grupo con perspectivas conflictivas cuente, no debe ser meramente conflictivo sino tener poder efectivo para confrontar. De esa forma dentro de un PEC pueden existir muchos grupos con intereses conflictivos, pero no todos con poder real de veto. Las particularidades que según Negretto comparten los PEC se observan en las ANC 1997-98, pero no en la de 2007-08, donde un solo grupo político fue autosuficiente para poner en marcha la elección y el diseño institucional. 140 Para explicar y estudiar un PEC, así como la adopción de determinadas instituciones, hay que tomar en consideración tres factores causales: 1) Las expectativas electorales de los actores; 2) los recursos y estrategias que determinan su poder de negociación y 3) las reglas de procedimiento que estructuran el proceso constituyente (Negretto, 2001)75. Expectativas electorales de los actores.- Tanto en la ANC 1997-98 como en la ANC 2007-08 los actores políticos que dominaron el PEC portaron y defendieron discursos políticos diversos sobre la RMP presidencial que fueron manifestados en el espacio de debate que se abrió en cada escenario, sin embargo, en ambos casos los actores políticos individuales y colectivos tuvieron expectativas electorales que existieron por un simple hecho: en ninguna de las dos ANC hubo arreglos institucionales que obstaculizaron a quienes se desempeñaron como constituyentes o sus partidos y movimientos, aspirar a cargos de elección popular en los procesos de selección de autoridades de elección popular posteriores a la celebración de ambas constituyentes. Luego de las dos ANC, actores políticos individuales y colectivos postularon y alcanzaron cargos de elección popular. La existencia de una regla que no permita postularse a cargos de elección popular luego de terminadas las labores de las ANC es la que podría permitir sostener que los constituyentes que participaron en el PEC no tuvieron aspiraciones electorales, por lo menos en el corto plazo. En Colombia, a propósito del PEC que se produjo en 1991, el lineamiento número 12 para la convocatoria, integración y organización de la Asamblea Constitucional que constó en el Decreto 1926 de 1990 publicado en el Diario Oficial No. 39.512, de 24 de agosto de 1990, estableció: “Los miembros de la Asamblea no podrán ser candidatos a ninguna corporación pública en 1992 ni en 1994”. Un tipo de regla similar a la anterior no existió en ninguna de las ANC analizadas. 75 Lo que Negretto observa durante el PEC es similar a lo mencionado por Elster (1995) para quien se debe mirar los constreñimientos y limitaciones de los actores políticos (individuales y colectivos); las motivaciones, deseos, creencias e ideas que les impulsan a actuar de tal o cual forma; y, la agregación de intereses individuales y colectivos (mecanismos de toma de decisiones). 141 Reflexionar sobre las expectativas electorales de los actores es importante para entender la lógica de institucionalización o no de la RMP a presidentes, pues durante un PEC los actores políticos podrían establecer reglas que beneficien sus aspiraciones futuras, lo que reafirma la importancia de la pregunta principal del trabajo que trata de saber por qué un movimiento político hegemónico estableció una regla que formalmente no beneficia sus aspiraciones electorales futuras. Durante el desempeño de la ANC 1997-98, Osvaldo Hurtado presidente de la Asamblea, expresó que la DP no tenía por qué renunciar a sus “altísimas posibilidades” en las urnas alcanzar diferentes espacios de representación política y la presidencia de la república y que el PSC era la primera fuerza electoral, por lo que resultaba “absurdo pensar que no tenga candidato” (“Hurtado confía, 1998: P.1-A y 3-A) Se perfilaron como candidatos a la presidencia por parte de PSC a Jaime Nebot, Heinz Moeller, Isidro Romero y León Febres Cordero, mientras que desde la DP se habló de Jamil Mahuad y el ex alcalde de Quito Rodrigo Paz, y hasta de una alianza de dichos partidos con el binomio Nebot-Paz (Unicameralidad, 1998:P.1-A y 3-A) aunque también se especuló con la candidatura de Mahuad a la presidencia acompañado ya sea por Ricardo Noboa, Gustavo Noboa, Walter Spurrier, Juan José Pons u Osvaldo Molestina (“Urgente se busca, 1998:3-A). Posteriormente, todos políticos del PSC con perfil para disputar la presidencia de la república, decidieron optar por otros cargos de elección popular, permitiendo a Jamil Mahuad (DP) dejar la alcaldía de Quito (que pasó a manos de Roque Sevilla) y buscar la presidencia de la república; y así, el PSC anunció su interés dominar el CN y no la presidencia de la república cuando León Febres Cordero dijo: “La hora de la verdad ha llegado. El triunfo de un partido no está en ganar la presidencia de la República. Por eso, desde el congreso obligaremos a los gobernantes a redimir al Ecuador” (“PSC termina, 1998: 6 y 7-A); sin olvidar que otros actores políticos individuales y partidos políticos que lograron representación en dicha ANC, participaron y lograron representación política en las elecciones de mayo de 1998, de hecho durante el PEC 44 de los 70 142 asambleístas manifestaron interés en distintas dignidades de elección popular. (“Asamblea Nacional se quedará, 1998: 6-A). Las expectativas electorales de los actores, por lo menos dominantes en la ANC 1997-98 eran explicitas, por lo que fue obvio, desde una perspectiva instrumental, que aspirando llegar al poder no hayan institucionalizado la RMP presidencial y que la RMP a ciertas autoridades de elección popular (alcaldes, prefectos y diputados) haya sido elegida, aunque diseñada de tal forma que sea muy dificultoso ponerla en marcha. Por su parte, en la ANC 2007-08 muchos de los constituyentes buscaron ser autoridades por votación popular y el presidente de la república logró la reelección, aunque se debe considerar que dentro del hegemónico movimiento PAIS hubo debates sobre si se debía o no permitir que los que habían sido autoridades de elección popular puedan optar por la reelección o aspirar a otro cargo de elección popular. Alberto Acosta presidente de la ANC y (hasta entonces) muy cercano al presidente de la república defendía la idea de la no reelección indefinida de ninguna persona escogida con el voto popular (Acosta, 2008: 10). Su posición discursiva al respecto era firme y denotó que si bien el hegemónico movimiento político PAIS tenía la mayoría para tratar de implementar su visión sobre el orden político, dentro del movimiento había posiciones radicales y moderadas, cuestión que se evidencio cuando Acosta planteó en noviembre de 2007 que: “Hay que ir señalando un ambiente donde la alternancia o alternabilidad sea un rasgo básico de la democracia (…) No se puede hacer promoción electoral con los recursos del sector público, esa es una de las razones por las cuales me inclino a no reelección indefinida y no elección inmediata” (“ ‘Ni reelección indefinida, ni elección inmediata’, 2007) y luego a inicios de 2008 ratificó su posición manifestando: Ecuador, en su Constitución vigente, tiene un marco de Derecho muy interesante pero una práctica inexistente. (…) En la actualidad se prohíbe para el presidente y vicepresidente pero no para alcaldes, prefectos, concejales, consejeros, directores de escuelas, rectores de colegios públicos. Toda entidad financiada con recursos del Estado no puede tener reelección indefinida. Ahí tenemos una discusión interna dentro de Acuerdo País. Hay quienes creen que debe existir reelección inmediata por una sola vez, y hay quienes consideran que debe haber reelección 143 después de un período. Así se democratiza la alternancia. Ésa debe ser una característica de la Constitución (en Agenda Global No- 41) Dentro de PAIS se planteó la idea según la cual no solo se impedía la reelección de una autoridad de elección popular en el mismo cargo sino en cualquier cargo de elección popular bajo el principio de no concentrar el poder político, idea radical que no pasó pues la Constitución elaborada en la ANC 2007-08 estableció que las autoridades puedan ser reelectas por una ocasión ya sea de forma o no consecutiva, cuestión que muestra que a diferencia de lo que sucedió con la ANC 1997-98 hubo la intención real de instaurar una regla que pudo haber cerrado las expectativas electorales de los actores políticos, pero que además efectivamente PAIS estaba influenciado por una visión diferente del orden político. Luego de culminadas las labores de ambas constituyentes los actores dominantes aspiraron a la presidencia, pero en la ANC 1997-98 dicha aspiración fue protegida evitando institucionalizar la RMP a presidentes, pero en el caso de la ANC 2007-08, las expectativas de los actores hegemónicos no fueron protegidas pues se institucionalizó la RMP presidencial. En ese contexto, durante la ANC 1997-98 la alianza de derecha(s) previó el ascenso al poder de Jamil Mahuad (DP) y evitaron crear un camino para que se lo saque del cargo mediante un proceso de RMP en las urnas. Por el contrario, el ultra hegemónico movimiento PAIS que dominó la ANC 2007-08, dejó abierta la puerta para que el presidente perteneciente a dicho movimiento pueda ser sujeto de RMP por votación popular, aunque la idea radical de “ni reelección indefinida, ni elección inmediata” no pasó, cuestión que indica hubo una especie de compensación entre la posibilidad de que una autoridad pueda ser revocada, pero también reelegida, es decir castigada o premiada en las urnas. Los recursos y estrategias de negociación.- Las acciones estratégicas o los recursos usados por los actores políticos individuales y colectivos durante el desarrollo de las ANC pueden comprenderse si se considera la conformación que cada una tuvo. Las semanas anteriores a la instalación de la ANC 1997-98 los partidos y movimientos políticos que lograron representación trataron de negociar acuerdos 144 programáticos y coaliciones, pero hasta casi su instalación no se lograron (desde Ambato parte, 1997: 1-A) hasta que en diciembre de 1997, se configuraron las dos coaliciones que se enfrentarían durante el PEC: la coalición de derecha(s) conformada por el PSC, DP y FRA/PLRE con 39 de los 70 representantes; y la coalición de izquierda(s) (PK, ID, PRE, MPD, NP, PSE-FA y dos independientes) con 28 de los 70 asambleístas; y tres representantes que hasta ese momento no tomaron partido por ninguna de las dos coaliciones. En el caso de la ANC 2007-08, antes de su instalación existió una agenda pre establecida expresada en el programa de gobierno de PAIS, así como en el borrador de Constitución que el presidente de la República mando a elaborar con la comisión de juristas del CONESUP; además, no se tuvo que negociar coaliciones pues PAIS logró un numero de asambleístas sin precedentes en la historia política del Ecuador, cuestión que les permitió prescindir de otros actores políticos y las negociaciones se dieron dentro del movimiento. En la ANC 1997-98 la coalición que dominó tuvo que dar paso a determinadas aspiraciones de la coalición contraria, en cambio en la ANC 2007-08 la agenda de elección y diseño de instituciones estuvo manejada hegemónicamente por el movimiento PAIS. Al respecto la ex Asambleísta constituyente de PAIS, María Augusta Calle, cercana al Presidente Correa dijo: Mire en realidad la discusión casi en todos los temas de Montecristi [ANC 200708] dada la apabullante mayoría que éramos 80 legisladores solo de PAIS, en ese momento teníamos también fuerzas aliadas como era Pachakutik y el MPD, con lo que hacíamos no recuerdo si éramos 90 0 92 legisladores que éramos de la misma tendencia, dan cuenta o sea esta cantidad de gente era decisiva su posición llevó a que las discusiones más importantes se den al interior de ese bloque o sea realmente es ahí en donde se tomaban las decisiones finales […] (M.A. Calle, Entrevista personal, 22 de junio de 2012) Una estrategia importante que utilizaron los actores políticos en ambas asambleas fue la amenaza de abandonarlas, cuestión que sucedió especialmente en la de 1997-98 tanto por las fuerzas de izquierda(s) como por las de derecha(s) como forma de presión para que sus propuestas se tomen en cuenta, además la coalición de izquierda(s) invocó la 145 movilización social en las calles por parte de los movimientos sociales y sindicatos que los apoyaron. Dichas estrategias tuvieron su eficacia pues al no existir un movimiento o partido político hegemónico sino una pluralidad, la falta de alguno podía poner en peligro el funcionamiento de la ANC. Cuando el 28 de enero de 1997 se decidió que el tipo de mayoría con la que se tomarían las decisiones era la absoluta (mitad más uno) y no las dos terceras partes, los representantes de izquierda(s) se retiraron de la sala de sesiones amenazando que dejarían la Asamblea pues, según ellos, esa regla impediría lograr una Constitución consensuada y se impondría lo que llamaron la “aplanadora” (Noboa, 1999:85). Además al final de la ANC los representantes del PSC dejaron la Asamblea y ya no participaron en la elaboración y debate de las normas constitucionales (Vera, 1999: 12). En la ANC 2007-08 hubo la deserción de militantes de derecha(s) pero no se puso en peligro su funcionamiento por la mayoría hegemónica que tuvo la izquierda, por ejemplo Álvaro Noboa líder del PRIAN en aquel entonces uno de los ciudadanos más adinerados del país y ex candidato a la presidencia de la república se hizo elegir asambleísta, sin embargo, renunció al cargo para evitar presentar su declaración patrimonial, que era un requisito para desempeñarse como tal. La mayoría que tuvo PAIS permitía que hipotéticamente toda la oposición deje la ANC y sin embargo se pueda continuar con el PEC, de todas formas desde el primer día de trabajo las minorías (PRIAN, PSC, PSP y UNO), rechazaron los mandatos constituyentes, varias normas del reglamento de funcionamiento de la ANC, como el referido a la mayoría necesaria para tomar decisiones por considerar que los partidos minoritarios corrían el riesgo de no ser escuchados, en definitiva los reclamos se mantuvieron a lo largo del PEC, “renovándose con cada aprobación de leyes o de Mandatos Polémicos” (Centro Carter, 2008: 68, 69). La cuestión del tipo de mayoría para tomar decisiones fue causa de polémica y produjo incomodidad entre los actores políticos que formaron parte de la minoría, pues no tenían posibilidad de influir o condicionar el PEC. El testimonio de un actor político perteneciente a la minoría demuestra lo recién dicho: 146 […] las minorías no teníamos opciones porque fuimos a una Asamblea Constituyente [2007-08] 80-20, ni siquiera nuestras propuestas eran recibidas y lo que sí hacían en las mesas en donde trabajábamos era seguir el guion de Carondelet [Presidente Correa] de donde ya venía escrito y ellos simplemente lo ponían en la mesa y eso iba a votación en algunos casos ni siquiera hubo debates […] (G. Lara, Entrevista personal, 15 de junio de 2012) La ANC 1997-98, no solo tuvo obstáculos como el hecho que había duda sobre sus atribuciones y naturaleza, es decir, si era o no de plenos poderes y por lo tanto si era o no constituyente, cuestión que le restó legitimidad frente a la pugna política que mantuvo contra el presidente de la república y el CN; por eso, para fortalecer su posición implementó recursos de carácter estratégico como auto catalogarse como “Asamblea Constituyente”, luego de la moción presentada por el representante Ricardo Noboa, cuestión apoyada por la coalición de izquierda(s) que se mostraron a favor de aquella posibilidad ya antes de la elección de representantes del 30 de noviembre (“Asamblea Nacional se declararía, 1997:P.1-A y 10-A). Dicha acción puso en el espacio del debate la idea según la cual potencialmente podrían prescindir o echar de sus cargos al titular del ejecutivo y a los miembros del CN, cuestión que no sucedió no solo por las negociaciones sino porque los actores políticos con poder de veto de la ANC, el ejecutivo y el CN, tenían intereses comunes, ante lo cual el 7 de enero la ANC anunció que se respetaría los periodos del presidente de la república, de la vicepresidenta y de las autoridades seccionales (“Asamblea se declara, 1997:P.1-A y 10-A) Sin embargo, el 19 de febrero de 1998 la ANC resolvió que los 12 diputados nacionales cesen en sus funciones el 31 de julio de 1998, y por lo tanto no permanezcan hasta el 10 de agosto de 2000 (“Diputados Nacionales cesarán, 1998: 3-A), cuestión que no significó echar del cargo a los diputados nacionales sino recortar su mandato para que con fines electorales, las autoridades a ser elegidas en mayo de 1998 tengan un calendario electoral y de ejercicio de funciones común. La ANC 2007-08 no tuvo el obstáculo sobre la duda de sus atribuciones y naturaleza, pues de antemano se sabía que sería una ANC de plenos poderes que cesó al 147 CN en funciones y mantuvo una estrecha relación con el presidente de la república, sin que haya existido durante las deliberaciones un proceso electoral en ciernes como sí ocurrió con la ANC 1997-98, donde los representantes, partidos y movimientos políticos participantes tenían en la mira el proceso de elecciones generales a realizarse en mayo de 1998. Las reglas de procedimiento que estructuraron los PEC.- En la ANC 1997-98, tanto la coalición de derecha(s) como la de izquierda(s) tenían sus propuestas de reglamento para su funcionamiento (Asamblea busca, 1997: 1-A y 10-A) sin embargo, se conformó una comisión especial multipartidista donde los puntos de mayor conflicto fueron el número de comisiones a crear y la forma de tomar decisiones. Para la izquierda cada reforma debía aprobarse con las dos terceras partes de los integrantes, mientras que para las derecha(s) bastaba la mitad más uno (36 de los 70 votos) (Asambleístas estudian, 1997: 2-A; “La Alianza de los, 1997: 3-A; “Los últimos acuerdos, 1997). Cuestión similar sucedió en la ANC 2007-08, sin embargo la discusión no fue compleja pues quienes se oponían a que las decisiones se tomen con la mayoría absoluta de votos no tenían el poder de veto necesario para negociar esa regla, por lo que dicha regla fue impuesta por el movimiento hegemónico, es decir se acordó tomar las decisiones con la mayoría absoluta de los votos. En ambas ANC cuando se discutió sobre las reglas que regirían el PEC fue el tipo de mayoría que se necesitaba para aprobar la adopción y diseño de instituciones lo que fue el centro de la discordia y en cada ANC los actores políticos de derecha(s) e izquierda(s) tomaron posiciones en virtud de su situación concreta, pues en 1997-98 las derechas defendieron la idea que las decisiones se debían tomar con la mitad más uno de los votos, pues solo así podían hacer valer su poder de veto, pero durante 2007-08 ya no estuvieron de acuerdo con dicha regla pues eran minoría y buscaron formas para que sus aspiraciones puedan entrar en la agenda constituyente. Cuestión similar sucedió con las fuerzas de izquierda(s) que en 1997-98 presionaron para que las decisiones se tomen con las dos terceras partes de los votos 148 pues solo así podían haber neutralizado la coalición de derecha(s) pero en 2007-08 favorecieron la regla de la mitad más uno o mayoría absoluta. Las normas que rigieron en las ANC de 1997-98 y 2007-08 fueron dictadas por las propias ANC, es decir se elaboraron una vez instaladas. La ANC 1997-98 en sesiones del 5 y 6 de enero de 1998 aprobó su “Estatuto Orgánico y de Procedimiento de la Asamblea” estableció que la Asamblea estaría dirigida por un presidente y dos vicepresidentes (Art 2) y los temas se tratarían en nueve Comisiones Especializadas integradas por diferente número de representantes, además de la Comisión Especial de Constitución que estuvo compuesta por representantes de las agrupaciones políticas presentes la Asamblea (Art. 7) y los representantes no podían ser miembros de más de dos comisiones (art. 10) Las comisión especializada respectiva debía elaborar un informe para que se someta a primer debate en el pleno de la asamblea (Art. 24) luego del cual, las observaciones regresaban a la comisión que elaboraba un informe para que sea conocido por la comisión de constitución que emitía el informe para segundo debate en el pleno y que debía ser votado artículo por artículo (Art. 26, 27, 28). La aprobación de las reformas constitucionales requería el voto favorable de al menos la mitad más uno de la totalidad de los representantes (Art. 28), es decir mayoría absoluta, considerándose como tal el pronunciamiento concordante de por lo menos 36 representantes miembros de la ANC (Art.52) El 11 de diciembre de 2007 la ANC 2007-08 aprobó el Reglamento de Funcionamiento de la Asamblea Constituyente (Acta 8) según el cual la asamblea estaría dirigida por la comisión directiva, integrada por el presidente de la ANC, dos vicepresidentes, dos vocales y un secretario; los temas se tratarían en 10 mesas constituyentes, pudiendo crearse comisiones auxiliares a propuesta del pleno o de su presidente para trabajar temas especializados (Arts. 4 a 15). Cada mesa constituyente estuvo conformada por 13 asambleístas, cuyas decisiones se tomaban por mayoría absoluta y tenían entre sus funciones: recibir, analizar, sistematizar y discutir las propuestas de sus miembros, de otros asambleístas o de la 149 ciudadanía; elaborar y aprobar, la propuesta de articulado sobre los temas de su competencia para que sean conocidos por el pleno, para lo que debían emitir un informe mayoritario que podía acompañarse de uno o varios informes de minoría con un articulado alternativo. En el pleno se debatían los informes y las observaciones se entregaban a las mesas correspondientes que a su vez analizaban dichas observaciones y preparaban el o los informes o articulados constitucionales para someterlos al segundo debate en el pleno, donde una vez que el presidente de la ANC consideraba suficientemente debatido el informe de mayoría, disponía la votación de su contenido y de ser el caso, artículo por artículo. En la ANC de 2007-08, los asambleístas de PAIS ocuparon ocho de los 13 puestos disponibles en cada una de las mesas, mientras que los cinco restantes se repartieron entre los partidos minoritarios, por lo tanto, tenían asegurada la mayoría absoluta de votos no solo en el pleno sino también dentro de las mesas, por lo que formalmente no tuvieron problemas en el proceso de elección y diseño de la institución de la RMP a presidentes. Si bien el tema de la RMP a presidentes estuvo en la agenda oficial de PAIS, sin embargo, eso no significó que los actores individuales hayan tenido una posición homogénea al respecto; eso se desprende del testimonio de una ex asambleísta constituyente: […] en la toma de decisiones de la Constituyente como usted dice teníamos una mayoría contundente pero eso no dejaba de que tengamos debates internos fuertes, la tesis pasó [RMP presidencial] pero habían compañeros de los cuales si tenían muchísima preocupación de que esto permita o de la puerta para que a través de la revocatoria se podría inestabilizar no sólo el poder del Estado que es el Ejecutivo sino los gobiernos locales y que eso podría crear en este caso inestabilidad en estos territorios, entonces no solamente eso sino que se ha políticamente mal usado para caotizar y en generar caos político económico en las regiones o territorios, independientemente de la primera autoridad que es el presidente de la república si habían compañeros que no estaban de acuerdo en institucionalizar la revocatoria del mandato pero la tesis pasó y ya fue sometida como bloque PAIS en donde generalmente actuamos (I. Cabezas, Entrevista personal, 22 de junio de 2012) 150 Los debates relevantes para la elección de instituciones y su diseño fueron monopolizados por el movimiento político hegemónico, sin que su posición sobre la RMP a presidentes y otras autoridades haya sido homogéneo, sin embargo, la “preocupación” de actores políticos que se desempeñaron como asambleístas constituyentes no tenían el peso suficiente para dar vuelco a la inercia producida por el discurso político forjado desde los años 90 y la posición del presidente de la república para instituir la RMP; es decir, dentro de PAIS hubo posiciones que bajo el discurso de impedir la desestabilización política trataron de defender sus aspiraciones electorales mencionando la no institucionalización de la RMP, pero su posición y criterio fue marginal y sin posibilidad de evitar la elección de la institución. 2. La relación entre la institucionalización de la RMP a presidentes y las fuerzas políticas que dominaron las ANC 1997-98 y 2007-08 Las ANC de 1997-08 y 2007-08, fueron los espacios donde los discursos políticos (presentes en la esfera de la discusión pública durante tiempo atrás) fueron discutidos. Las ideas sobre RMP presidencial forman parte de un discurso político de determinados actores (de izquierda(s) ) que se estuvo configurando y madurando en virtud de diversos acontecimientos y que no lograron materializarse en la ANC de 1997-08 porque quienes impulsaban el discurso que lo contenía fueron minoría, es decir no tenían la fuerza suficiente para lograr que su discurso sobre RMP a presidentes, logre hegemonía. A pesar de no haber logrado instaurarse, el discurso sobre RMP presidencial se mantuvo presente ‘esperando’ que los escenarios políticos le fueran favorables y de hecho cuando las fuerzas políticas que manejaban el discurso, que entre otras cuestiones contenía las ideas sobre la RMP, llegaron al poder y a diferencia de 1997-98 dominaron la ANC 2007-08 y dicho discurso se materializó, por lo tanto, la RMP entró a formar parte del entramado constitucional. 151 Cuadro 11. ANC 1997-98; 2007-08: repartición de escaños ANC 1997-08 Movimiento/Partido político/coaliciones PSC DP-UDC PRE MUPPNP PRLE/FRA ID MPD ID/DP MCNP ID/PSE-FA/MUPPNP PLRE MIGN MSI MIAPNP PSC/CFP FRA/PSE-FA MIPCD PRLE/FRA/DP ID/PSE-FA/MUPPNP 20 10 7 7 4 3 3 3 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 70 Ideología Izq Der X X X X X X X X X X X X X X X X X X 30 ANC 2007-08 Movimiento/Partido político/coaliciones PAIS PSP PRIAN PSC RED MPD PAIS/PSE-FA UNO MUPP-NP PSP/RED PRE MUPP-NP/MPD MUPP-NP/MNPNS/MOPIN MPD/MPAIS MPAIS/MUSHUK INTI/AA MPAIS/MIP MPAIS/MIFA MHN MCIFY ID/MPD/PSE-FA/MUPP-NP ID/MPC ID 40 Ideología Izq Der 73 18 8 5 3 3 3 2 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 130 X X X X X X X X X X X X X X X X X X 92 38 Fuente: Elaboración propia en base a datos CNE En la ANC 1997-98, la representación política estuvo fragmentada en diferentes partidos y solo el acuerdo entre el PSC, la DP y el FRA-PLRE, permitió que se conforme una coalición de derecha(s) que logró ejercer poder de veto en la agenda constituyente; poder que de todas formas no fue contundente, por ser una alianza coyuntural y porque los votos no venían de un solo partido y no obedecían a un líder indiscutible. Por el contrario, la ANC 2007-08 estuvo dominada por PAIS, un movimiento de izquierda(s) que llevó a Correa (su líder indiscutible) a la presidencia. En este caso, el poder de veto más que contundente fue ultra hegemónico, pues la mayoría política del 152 presidente no necesitó de alianzas y por el contrario se le sumaron asambleístas pertenecientes a otros movimientos y partidos políticos afines. A diferencia de lo que pasó con la ANC de 2007-08, en la ANC 1997-98 se tuvo que negociar coaliciones con el fin de lograr mayorías que puedan tomar las decisiones en el PEC, pues la representación política no estuvo concentrada en un solo movimiento o partido sino atomizada y eso explica por qué las derechas tuvieron que ceder en determinas cuestiones hacia las izquierdas, pues las derechas tal como se deriva del cuadro arriba presentado, lograron una mayoría absoluta ajustada que tuvo problemas para mantenerse por intereses propios de los socios de la coalición. Cuando se analice las posiciones discursivas de los actores políticos de izquierda(s) y derecha(s) se podrá notar fácilmente que las derechas no estaban a favor de la institucionalización de la RMP a presidentes, mientras que las izquierdas si lo estaban, lo que permite sostener que si las izquierdas hubieran logrado mayoría en la ANC 1997-98 se habría institucionalizado la RMP presidencial (ver abajo posición del representante Julio César Trujillo). Haciendo una reflexión contra factual se puede sostener que si la izquierda dominaba la ANC 1997-98 habría institucionalizado la RMP a presidentes y permitido que durante las crisis presidenciales que sobrevinieron haya existido un medio institucional que para solucionar los problemas de legitimidad presidencial No se puede asegurar que la RMP presidencial habría ocupado el lugar de las movilizaciones en 2000 y 2005, pero si se puede manifestar que si habría estado vigente la institución, los discursos de los de abajo y la movilización como tal habría tenido menos legitimidad, pues al no poder usar el tradicional JP, se habría mencionado la RMP a presidentes y la fuerza movilizadora se habría usado para recolectar firmas. La mención contra factual tiene lógica si se estima que en 2010, Carlos Vera, un popular presentador de noticias convertido en actor político se empeñó en la recolección de firmas para activar un proceso de RMP presidencial, es decir la oposición empujó sus recursos hacia la recolección de firmas, aunque quedó trunca ante la sublevación de policías que fue catalogada por el presidente Correa como un intento de golpe de Estado. 153 Cuadro 12. Comparativo entre ANC 1997-08 y ANC 2007-08 Características Ciudad/lugar de funcionamiento ANC 1997-98 ANC 2007-08 Inauguración Ambato, Reunión Sangolquí y Quito Clausura Riobamba Presidente Osvaldo Hurtado (DP) Alberto Acosta (PAIS) 1er Vicepresidente Marcelo Santos (PSC) Fernando Cordero (PAIS) 2do Vicepresidente Luis Mejía (FRA/PLRE) Aminta Buenaño (PAIS) Acceso al público Limitado Abierto Duración 139 días 278 días Número de actores políticos electos para las Asambleas 70 130 Denominación de los actores políticos electos para las Asambleas Representantes Asambleístas Origen de representación política de actores electos Provincial Provincial, Nacional, Exterior Denominación de las Asambleas como “Constituyentes” Auto-catalogada De origen División del trabajo 10 Comisiones 10 Mesas Constituyentes Regla para toma de decisiones Mayoría absoluta Mayoría absoluta Partido(s) o movimiento(s) político(s) dominante(s) PSC,DP,PLR/FRA coalición MPAIS Ideología dominante Derecha(s) Izquierda(s) Discurso político dominante Gobernabilidad Democracia participativa Tipo de poderes con que contó la ANC Limitados Plenipotenciarios Asesoría extranjera influyente Juan Linz (U. Yale) Roberto Viciano (U. Valencia) Periodos para que la ciudadanía presente proyectos de reforma Hasta 30 de enero 1998 Autoridades principales Montecristi (Ciudad Alfaro) Número de iniciativas de reforma presentadas 154 Poderes del presidente de la República sobre las Asambleas Débiles Fuertes Relación del Presidente de la República con la ANC Complicada Fluida ¿Se debatió sobre la revocatoria del mandato a presidentes? SI SI ¿Se institucionalizó la revocatoria del mandato a presidentes? NO SI ¿Ratificó/cesó al Presidente y Vicepresidente de la República? NO SI (ratificados) ¿Ratificó/cesó al Congreso Nacional? NO SI (cesados) ¿Ratificó/cesó a los miembros de la Corte Suprema de Justicia? NO SI (ratificados) ¿Ratificó/cesó a los miembros del Consejo Nacional de la Judicatura? NO SI (ratificados) ¿Ratificó/cesó a los miembros del Tribunal Constitucional? NO SI (ratificados) ¿Ratificó /cesó los miembros del Tribunal Supremo Electoral? NO SI (ratificados) ¿Ratificó/cesó al Contralor General del Estado? NO SI (cesado) ¿Ratificó/cesó al Procurador General del Estado? NO SI (cesado) ¿Ratificó/cesó al Ministro Fiscal General de la Nación? NO SI (cesado) ¿Ratificó/cesó al Defensor del Pueblo? NO SI (cesado) ¿Ratificó/cesó al Superintendente de Telecomunicaciones? NO SI (cesado) ¿Ratificó/cesó al Superintendente de Compañías? NO SI (cesado) ¿Ratificó /cesó al Superintendente de Bancos y Seguros? NO SI (cesado) ¿Legisló y fiscalizó? NO SI ¿Dictó amnistías e indultos? NO SI ¿La Constitución se sometió a referéndum? NO SI Fuente: Elaboración propia. 155 El cuadro anterior recoge datos que ya se han mencionado a lo largo del trabajo y otros nuevos que permiten tener un panorama general de las particularidades principales de cada una de las ANC, pero sobre todo una herramienta para mirar el contexto en que las mayorías políticas que interactuaron en cada ANC trató el tema de la RMP a presidentes y porqué se produjeron los resultados sucedidos. La ANC 1997-98, no se desempeñó bajo el contexto que tuvo la ANC-2007-08, pues fue menos participativa, con limitado acceso del público a las instalaciones donde laboraron, duró menos días en su funcionamiento, el número de representantes político no solo fue menor, sino que el tipo de representación fue solo provincial, mientras que en la ANC 2007-08 fue provincial, nacional y actuaron representantes políticos de los ecuatorianos residentes en el exterior. Una cuestión importante a considerar sobre la institucionalización de la RMP presidencial es que la ANC 1997-98 no fue originalmente “constituyente”, sino que se auto declaró como tal para lograr poder simbólico frente al CN y al presidente de la república con los que hubo determinados percances. No ser constituyente de origen, como si lo fue la ANC 2007-08, indica la naturaleza limitada y de los cambios que se pretendieron desplegar desde la ANC 199798; es decir, no se deseaba cambiar el orden político, sino mejorar el ya existente. En definitiva la ANC 1997-98 fue limitada en sus poderes, mientras que la ANC 2007-08 fue plenipotenciaria, cuestión que se evidenció en la capacidad de cesar y ratificar autoridades de otras funciones e instituciones del Estado. 3. La ANC 1997-1998: gobernabilidad y reacomodo de la democracia liberal Al aprobarse en la consulta popular del 25 de mayo de 1997 la conformación de una Asamblea Nacional para que cambie la Constitución, el TSE convocó a la elección de representantes y el 30 de noviembre de 1997 se eligieron 70 representantes provinciales. La ANC 1997-98 funcionó desde el 20 de diciembre de 1997 hasta el 8 de mayo de 1998 bajo una idea dominante: solucionar el problema de la (in)gobernabilidad. 156 A diferencia de lo que sucedió con la ANC de 2007-08, la de 1997-98 cumplió sus labores sin cesar de sus funciones al CN, aunque hubo ciertos impasses con dicho organismo y con el presidente de la república (Salgado 2009: 264) los que sin embargo no truncaron el PEC. La coalición que dominó la ANC estuvo conformada por políticos y partidos tradicionales, básicamente aquellos que representaban los intereses de quienes se movilizaron contra Bucaram desde arriba, es decir los defensores de la noción de orden político liberal; cuestión que se tradujo en el discurso de la gobernabilidad como la brújula que dirigió las reformas constitucionales y que pesó mucho al momento de decidir si se institucionalizaba o no la RMP a presidentes. Hernández y Buendía (2011: 129, 130) sostienen que para entender el proceso y los contenidos de la ANC y la constitución de 1998, hay que considerar la hegemonía del proyecto de neo liberalización de la economía y la sociedad, las resistencias que se construyeron en ese periodo y el “discurso de la gobernabilidad”. Pérez Loose (2009:242) manifiesta que el reforzamiento del presidencialismo por parte de la ANC de 1997-98, se produjo “creyendo que con eso se ganaba en gobernabilidad […]”. Ortiz (2008: 14) sostiene que: “Hay tres elementos que marcan el contexto de la Constituyente del 98: la reforma neoliberal, la crisis política y el auge de nuevos movimientos indígenas y ciudadanos. En ese momento, la reforma del Estado estaba orientada por una visión neoliberal y dirigida a reducir el Estado y ganar en gobernabilidad […]”. Rodríguez Vicéns (1999) analizando las reformas constitucionales implementadas en la Constitución de 1998 sobre las funciones ejecutiva, legislativa y judicial, manifiesta que la “ingobernabilidad” fue “un concepto general [usado] como pretexto” para realizar los cambios constitucionales. Para Ángel Polibio Chávez (representante en la ANC de 1997-98) el problema de la inestabilidad política era la “ingobernabilidad” y que aquella cuestión se solucionaba fortaleciendo el régimen presidencialista (Chávez, 1998: 42). Orlando Alcívar Santos (representante en la ANC 1997-98) también menciona a la ingobernabilidad como un tema que fue central en la agenda de reforma constitucional (Alcívar, 1998). Ricardo 157 Noboa (representante en la ANC 1997-98) manifiesta que entre los fundamentos básicos de la constitución de 1998 estuvo “mejorar la gobernabilidad” (Noboa, 1999:51) La posición discursiva de Hurtado (presidente de la República 1981-1984) en calidad de presidente de la ANC 1997-98, durante la inauguración de la ANC en Ambato el 20 de diciembre de 1997, confirma que el tema de la gobernabilidad inspiró las acciones de los elaboradores de la constitución de 1998, por lo menos de quienes tuvieron poder de veto sobre la agenda y las decisiones. Hurtado manifestó: La inauguración de la Asamblea Nacional convocada para reformar la Constitución Política, constituye una ocasión propicia para formular algunas reflexiones sobre sus tareas y continuar el debate político iniciado esta mañana […] Centenares de miles de hombres, de mujeres y de jóvenes no pueden conseguir una ocupación remunerada que les permita vivir. Hace unos días participé en un debate con un grupo de técnicos que examinaban la circunstancia económica del Ecuador. Al escucharles hablar del déficit que padecía el sector público, de la inflación y de los problemas económicos que sufría el país, vinieron a mi memoria análisis idénticos, casi matemáticamente exactos, circunstancias tremendamente parecidas que yo había escuchado a lo largo de estos dieciocho años de democracia ecuatoriana. ¿Cómo puede explicarse que las exportaciones de petróleo que llegaron a representar más de las dos terceras partes de nuestras ventas externas, se hayan reducido a apenas una tercera parte? ¿Cómo puede ser posible que nuestro país que, cuando se inició la democracia, tenía una de las tasas de inflación más bajas de América Latina, tenga hoy la segunda más elevada del continente? ¿Cuánto daño hizo al Ecuador que un proceso tan laboriosamente preparado, como fue la venta de EMETEL, haya fracasado y, con ello, el país perdido una inversión que iba a ser tres veces más alta en un solo año de lo que había recibido en quince anteriores? ¿Cómo explicar esta trágica telenovela en la que se ha convertido la construcción del oleoducto, necesaria desde 1993 y que hasta ahora no comienza, impidiéndole al país llevar sus exportaciones de petróleo a otros países del mundo y nutrir la economía ecuatoriana? […] ¿Cómo explicar, ecuatorianos, representantes a la Asamblea Nacional, este fracaso económico y social de la democracia ecuatoriana? […] Del fracaso no podemos echarle la culpa a los infortunios, a las guerras de 1981 y 1995, o a las inundaciones provocadas por el fenómeno de El Niño en 1982-83 y ahora, y a la ruptura del oleoducto en 1987 […] Pero otra suerte habría tenido el Ecuador si no padeciera una crónica inestabilidad política que le impide progresar, que le impide hacer realizaciones, que le impide avanzar, que obstaculiza su progreso, no solo económico sino también social. En dieciocho años de democracia hemos tenido veinte ministros de Finanzas y diecinueve ministros de Petróleo. ¿Puede conducirse una política económica y una política petrolera, tan vitales para el país, con este extremo grado de inestabilidad política? Hemos tenido siete presidentes, de siete diferentes 158 partidos políticos. […] Para no hablar de los hechos políticos ocurridos en este año de 1997, explicables sin duda, pero no está bien que un país democrático tenga un presidente de apenas seis meses y un interinazgo de dieciocho meses (Hurtado Larrea, 1998:11, 12, 13). Para Hurtado, la falta de empleo, el déficit, la inflación que azotaban al Ecuador desde 1979 hasta 1997, así como, la baja en la venta del petróleo; el alza de las tasas de inflación; el fracaso de la venta de EMETEL; la no construcción del oleoducto para transportar petróleo; la educación de mala calidad en las escuelas públicas, no se debían a los desastres naturales, a los enfrentamientos bélicos que Ecuador mantuvo con Perú en 1981 y 1995, ni a los infortunios, peor aún a ningún gobierno en particular; el problema era institucional, nada menos que la inestabilidad política, por lo tanto, era en el nivel de la ingeniería institucional donde se debía poner atención para que solucionando la inestabilidad política se arreglen los problemas económicos y sociales que sufría el Ecuador. Hurtado insistió en la inestabilidad política como el origen y causa de los problemas que aquejaban al Ecuador, cuando dijo: ¿Qué sucede, ecuatorianos, como consecuencia [de la inestabilidad política] en otros órdenes? Las leyes que hoy están vigentes mañana no lo están, porque se cambian. Lo que vale hoy no vale mañana. La decisión administrativa de un día es modificada la semana siguiente. Los funcionarios internacionales que hacen visitas anuales al Ecuador, no vienen para trabajar con el gobierno en el seguimiento de proyectos sino para conocer al nuevo ministro que ha tomado a cargo la educación, la salud, la seguridad pública o las finanzas. Esta extrema inestabilidad política explica que los gobiernos hayan tenido que castigar al pueblo ecuatoriano con cuatro programas de ajuste, para salvar al país del caos, para que no cayera en ese desorden que liquidó a los pueblos de Perú, de Nicaragua o de Bolivia. El primero, que se hizo en 1982, en mi gobierno, habría sido suficiente si la economía hubiera seguido el curso de orden, de sanidad y de progreso que quedó establecido” (Hurtado Larrea, 1998:14) Según Hurtado, la inestabilidad política no solo repercutió en la inobservancia de las normas legales, de las decisiones administrativas, del cambio continuo de personalidades de la alta burocracia o de las políticas públicas, sino que era la causa de los programas económicos de ajuste (neoliberal) que cada uno de los gobiernos que se sucedieron habían implementado. Dicha concepción que otorgaba una híper importancia al arreglo 159 institucional, dejó por fuera considerar otras cuestiones que no estaban relacionadas con la institucionalidad formal en particular y con fallas de la democracia representativa en general, las cuales fueron impugnadas por la movilización social desde inicios de la década de los noventa. Hurtado no puso en duda el modelo de democracia en el que estaba desempeñándose el sistema político ecuatoriano, sino que solo interrogó el funcionamiento de ciertos arreglos del sistema. Esto es más claro cuando (como se verá a continuación) menciona a la gobernabilidad como la causa de la inestabilidad política. La Asamblea Nacional, que hoy se inaugura en Ambato, ofrece una extraordinaria oportunidad para corregir este problema de gobernabilidad que sufre el país, que provoca inestabilidad política, incertidumbre económica e impide que las instituciones públicas se beneficien de la continuidad y así puedan trabajar con un horizonte de diez, de veinte y de treinta años, indispensable para el progreso del Ecuador […] (Hurtado Larrea, 1998:14) Cuando Hurtado indica que la (in)gobernabilidad provoca inestabilidad política, incertidumbre económica y falta de continuidad, no se estaba refiriendo al problema de la ilegitimidad de presidentes frente a sus electores, sino a la constante tensión que desde 1979 hasta aquella fecha existió entre el presidente frente al CN, por lo tanto, Hurtado estaba mirando únicamente una parte del problema obviando el mensaje que dejó la movilización social y derrocamiento de Bucaram. Hurtado siguió poniendo énfasis en la gobernabilidad como el problema a resolver: Hay ejemplo de fuera de la vida pública que nos demuestran que el Ecuador si tiene virtudes para salir adelante. ¿Quién pudo pensar hace apenas cinco años que en el año 1997 Ecuador iba a exportar tanto banano como petróleo: mil trescientos millones de dólares? ¿Quién pudo pensar que la Sierra, que solo producía artículos para el consumo interno, se vaya rápidamente convirtiendo en una región exportadora de flores y manufacturas, tanto en norte cómo en el austro? ¿Sabían ustedes que el Ecuador exporta hoy 1.853 productos diferentes a 145 países del mundo y que nuestras exportaciones no tradicionales van camino de alcanzar una tercera parte de nuestras ventas externas, una cifra equivalente al petróleo? ¿Cuánto más habría podido hacer la empresa privada si hubiera contado con condiciones políticas de estabilidad y de continuidad […]? Y reitero, asambleístas, que no acuso a ningún gobierno. Hablo de nuestro sistema político. Muchos ecuatorianos que me escuchan a través de la radio o de la televisión se preguntarán, quizá con razón ¿todo esto que dice el Presidente de la Asamblea, cómo nos afecta? Yo quiero contestar a todos estos ecuatorianos que el crónico 160 problema de la inestabilidad, de los conflictos políticos, de estas operaciones suma cero (ganar todo o perder todo) afectan a todos los ecuatorianos y particularmente a los más pobres” […] “Y estos años de aprendizaje latinoamericano nos ha demostrado que no hay mejor camino para reducir la pobreza que darle empleo a un padre de familia pobre, pero como la economía ecuatoriana en estos dieciocho no ha sido capaz de crecer a tasas del cinco, del seis, del ocho por ciento anual, sino apenas al tres por ciento en promedio, es que los ecuatorianos hoy son más pobres de lo que fueron cuando comenzó la democracia y más numerosos que aquellos pobres que había en 1979 (Hurtado Larrea, 1998 :16, 17) Hurtado volvió a poner énfasis en la inestabilidad política como la causa de diferentes males, a pesar de los cuales ciertos emprendedores desde el sector privado lograron éxito, el cual habría sido superior si la inestabilidad política no hubiera causado problemas en la prestación de energía eléctrica, carreteras, telecomunicaciones, correos y corrupción en la justicia. Hurtado dice textualmente que no acusa a ningún gobierno que el problema es el sistema político que a ser cambiado logrará romper con la dinámica de suma cero y empezaría el crecimiento de la economía y del empleo. Se evidencia nuevamente que se interpela cómo el sistema político estaba estructurado pero no a la esencia del mismo, peor al modelo de democracia en virtud del cual el sistema estaba sosteniéndose. Cuando Hurtado manifestó su posición discursiva la verdadera inestabilidad recién se estaba configurando y era una inestabilidad que iba más allá de las relaciones entre instituciones del Estado pues era una que tenía que ver con la interrelación entre gobernantes y gobernados. ¿A que vienen estas reflexiones centradas en el problema económico y social del Ecuador? A que, según mi opinión, colegas de la Asamblea Nacional, éste debe ser el norte y la guía de nuestros debates. Mucho podemos cambiar en la Constitución en el campo de los principios, perfeccionando libertades y derechos, podemos hacer constar más declaraciones en la Carta Política en su parte dogmática. Permítanme decirles que eso de poco o de nada servirá si no mejoramos la calidad de nuestro sistema democrático, si no creamos instrumentos para que esos principios puedan concretarse, si no establecemos medios y mecanismos para que la economía no crezca al tres o cuatro por ciento, sino al ocho y al diez. El permanente punto de referencia de nuestro debate debe ser éste, me parece, porque además es el que afecta a todos los ecuatorianos, a los doce millones de habitantes del país, a los jóvenes y a los viejos, a los costeños y a los serranos, a los amazónicos y a los peninsulares. Si algo empobrece a la gente es la inflación y si 161 algo le da riqueza al pueblo es el crecimiento económico. Por estos motivos debemos buscar en la Carta Política, en la Constitución, dónde están las instituciones que le impiden al Ecuador progresar, dónde están los nudos que es necesario desatar, donde están las quebradas que es necesario rellenar, para de este modo ponerle al Ecuador a caminar. Por cierto que este planteamiento no significa dejar a un lado otros problemas que tiene que atender la Asamblea Nacional. No, de ninguna manera. Quisiera mencionar uno, entre tantos, quizás el más importante. Debemos dar una respuesta a la demanda del pueblo indígena, de que se reconozcan sus derechos colectivos. Ya gozan de derechos individuales, pero con mucha razón demandan que sus derechos como pueblo, como cultura, como etnia, como organización, como costumbres, como prácticas, también sean reconocidos. Estamos obligados a atender esta demanda. Pero quisiera decir a nuestros compatriotas del pueblo indígena que de poco servirá este reconocimiento si la democracia ecuatoriana no mejora su calidad y si la economía no progresa, y al no progresar no le rinda al Estado dinero para llevar adelante una política social que permita que los derechos individuales y colectivos se atiendan y se concreten diariamente (Hurtado Larrea, 1998: 17, 18, 19) Hurtado no solo estaba dando un discurso protocolario o de ocasión a propósito de la inauguración del funcionamiento de la Asamblea, sino que realmente estaba mostrando cual sería el plan de trabajo y los temas prioritarios que tratarían y que se plasmarían en la Constitución de 1998. Desde aquel momento, puso énfasis en la reforma al orden económico (lo que efectivamente sucedió posteriormente) como única manera de garantizar la materialización de derechos y dejó abierta la puerta para dejar pasar o “reconocer” determinadas aspiraciones de los indígenas, aunque claramente se deduce su desdén hacia aquellas al mencionar que no basta con simples declaraciones de principios, pues eso no cambiaría la situación de pobreza. De todas formas, las demandas indígenas eran más complejas de como Hurtado las presentó, pues el movimiento indígena y otros grupos de izquierda(s) no solo estaban interpelando el funcionamiento del sistema político, sino lo hacía del modelo de orden político: […] Porque no hay derecho a que perdamos otros dieciocho años repitiendo una política tan negativa, hasta maligna, que nos ha enfrentado a muchos de nosotros, para hacernos perder el tiempo en inútiles confrontaciones que de nada han servido para atender los problemas del Ecuador. Una constitución es un inmenso paraguas para proteger de la lluvia a todos los ecuatorianos. […] En el ejercicio de la presidencia de la asamblea quiero contribuir a que el debate político tenga un 162 carácter razonado y razonable, a que sea un debate pluralista, una discusión abierta. A que las reformas constitucionales, hasta donde sea posible, sean aprobadas por un amplio consenso, para que todos quienes participaran en su elaboración se sientan comprometidos con su destino. Pero no puedo dejar de decir una vez más lo que dije a lo largo de la campaña electoral: no es posible el consenso, como manda la democracia, debemos votar y someternos a aquello que ha resuelto la mayoría” (Hurtado Larrea, 1998:19, 20) Aunque Hurtado manifestó que lo dicho es su punto de vista particular, en realidad fue más que eso. El discurso inaugural fue una suerte de plan de trabajo que auguraba lo que se veía venir en el PEC, pues todos los consejos que a título personal presentó Hurtado, dominaron la agenda de la elaboración constitucional y se convirtieron en instituciones; por lo tanto, su discurso fue el esbozo del programa que llevaría adelante la coalición política que lo eligió (PSC, DP, FRA/PLRE). Además su posición discursiva deja verificar cuál es su visión sobre representación política (ver capitulo anterior) pues si bien mencionó que las decisiones deberían ser tomadas “por un amplio consenso”, sin embargo no dudó en dejar claro que sería la mayoría la que impondría las decisiones y en aquella ocasión él pertenecía a la mayoría. Ecuador, en febrero, hizo aflorar las mejores virtudes de su pueblo. Todos nos sentimos orgullosos de aquella jornada. Ecuador en noviembre, el día en que se eligió esta Asamblea, dio un paso más hacia adelante. Parece que los ciudadanos optaron por alternativas políticas que permitieron al Ecuador tener en la Asamblea gente que representaría la revolución cívica de febrero. No podemos, quienes hemos recibido esta inmensa confianza del pueblo ecuatoriano, interpretar equivocadamente su mandato. No podemos reeditar vicios de la política ecuatoriana que debemos sepultar para bien de la república, no podemos seguirnos viendo como enemigos a quienes formamos parte de un cuerpo elegido por el pueblo para darle una respuesta económica y social a sus problemas, no podemos creer que nuestras ideas son mejores que la de los otros. Debemos tener la humildad de aceptar que la verdad puede venir por caminos ajenos. Quiero invitarles, señores, señoras, integrantes de la Asamblea Nacional, a que iniciemos el día de hoy una nueva etapa para la política ecuatoriana. Quiero invitarles a que reconstruyamos nuestra democracia, a que creemos condiciones políticas para que nuestro país pueda volver a tener algún papel en el mundo internacional. Quiero pedirles, y pienso que interpreto el pensamiento de todos los ecuatorianos, que más allá de nuestros partidos, que más allá de nuestros intereses, que más allá de nuestras enemistades, pongamos por delante los intereses del Ecuador. [..] Quiero también agradecer al Partido Social Cristiano, a la Democracia Popular, y a la Alianza Frente Radical Alfarista-Liberalismo, y a sus líderes por haberme 163 brindado sus votos. Quiero saludar a quienes siguieron otros caminos en la contienda electoral de esta mañana y tenderles la mano para juntos trabajar por Ecuador. Muchas gracias (Hurtado Larrea, 1998: 20, 21) En el capítulo anterior se mostró como el derrocamiento de Bucaram en febrero de 1997, resultó de la movilización social de movimientos indígenas, con sindicalistas y movimientos sociales que desde abajo impulsaron la contestación social que tácitamente se aliaron con las élites gobernantes (a la que pertenecía Hurtado) y con el visto bueno de las FF AA sacaron a Bucaram del cargo. Pero en el discurso inaugural, Hurtado reivindica la representación política de los protagonistas de la “revolución cívica de febrero”, aunque en realidad los amplios sectores de los movilizados desde abajo, no lograron una representación política lo suficientemente fuerte para poder poner en marcha los cambios que invocaban, es decir, los de abajo imploraron por la instalación de una ANC, pero fueron las elites tradicionales las que lograron mayor representación. 3.1 La revocatoria a presidentes en el debate constituyente 1997-98 Del análisis del diario de debates de la ANC de 1997-98, se desprende que la comisión que se encargó de la elaboración de los textos para el primer debate fue la especializada segunda que trató los temas de derechos políticos y participación democrática, la cual el seis de abril de 1998 presentó para la deliberación en primer debate, dos alternativas sobre el tema de la RMP, cuya redacción fue la siguiente: [Alternativa 1] “Los ciudadanos ecuatorianos tendrán derecho a resolver la revocatoria del mandato otorgado a los funcionarios de su elección por el incumplimiento de normas éticas, legales, de eficiencia y actos de corrupción administrativa”. [Alternativa 2] “Los ciudadanos ecuatorianos tendrán derecho a resolver la revocatoria del mandato otorgado a los diputados provinciales, alcaldes, prefectos, consejeros y concejales por incumplimiento de normas éticas, legales, de eficiencia y actos de corrupción administrativa” (Acta 54: 3). La primera alternativa permitía la RMP presidencial, mientras que según la segunda alternativa el presidente no sería sujeto de revocatoria. Durante el primer debate de las dos alternativas, los actores políticos de derecha(s) empezaron a mostrar su desacuerdo a 164 la posibilidad que se revoque el mandato a todas las autoridades de elección popular; así, la representante de derecha(s) Alexandra Vela (DP) sostuvo que no era conveniente institucionalizar la RMP a diputados y miembros de organismos colegiados diciendo: Sería difícil establecer si es que está o no cumpliendo con el mandato que se le ha otorgado, puesto que en los organismos colegiados tiene que entrar a discutir con otros miembros que también tienen un voto específico para lo que deben llevar adelante y de repente no es posible establecer claramente la posibilidad que no esté cumpliendo adecuadamente el mandato popular (Acta 54: 6). Hasta aquel momento, las derechas se expresaron a través de la representante Vela manifestando su desacuerdo con la inclusión como sujetos de revocatoria a autoridades de elección popular que formarían parte de cuerpos colegiados, sin que haya existido reparos expresos contra la institucionalización de la RMP presidencial, sino por el contrario, menciones para su institucionalización. La representante indígena de izquierda Nina Pacari Vega (PK) manifestó: Que la revocatoria se pudiera considerar también para la propia Presidencia de la República que está también de elección popular y si es que de pronto nos ponemos a pensar cuál va a ser el procedimiento si es que ha cumplido o no con la oferta, creo que esto tendrá que normarse y una de las formas de eliminar todo el proselitismo que muchas veces ha sido muy demagógico, de oferta y de clientelismos estaría en ésta parte y que luego de una evaluación, póngase la mitad de su período, realmente se pudiera determinar y éstas cuestiones pudieran estar en la ley (Acta, 54: 8) El segundo artículo in numerado de la primera alternativa, antes enunciada, señalaba que la iniciativa para la revocatoria del mandato la ejercerá un número de ciudadanos que representen por lo menos el 10% de los votantes en la respectiva circunscripción territorial, ante lo cual el representante Guerrero Guerrero sugirió que al menos el 50% lo demande, y el representante de derecha(s) Barrezueta Pazmiño (PSC) dijo que: Es sumamente peligroso abrir la puerta a las pasiones, revanchismos y a todo aquello que puede realmente desequilibrar esta nueva institución. Por lo tanto no exagerando tanto, desde mi óptica, por lo menos el 30%, para evitar que ésta institución se vea avocada realmente a convertirse en arma impropia (Acta 54: 9) Durante el primer debate, la institucionalización o no de la RMP a presidentes no fue considerada como centralidad, sin embargo, durante el segundo debate el tema tuvo 165 mayor protagonismo. El ocho de mayo de 1998 (último día de sesiones de la ANC) se produjo el segundo debate del texto sobre RMP emitido por la Comisión de Constitución, el cual estableció que: “Los ciudadanos ecuatorianos tendrán derecho a resolver la revocatoria del mandato otorgado a los dignatarios y funcionarios de su elección por actos de corrupción administrativa o incumplimiento injustificado de su programa de gobierno” (Acta, 79: 44); es decir, a todas las autoridades de elección popular, entre ellos el presidente. A pesar que fue la coalición de derecha(s) la que tenía poder de veto en la elaboración constitucional, el texto para segundo debate recogió las aspiraciones de la izquierda, es decir que todas las autoridades de elección popular puedan ser revocadas. Eso sucedió pues la comisión de constitución estaba conformada por representantes de todos los movimientos o partidos políticos con representación en la ANC y si bien en el pleno, el número de representantes de derecha(s) era superior a los de izquierda(s), sin embargo, el número de partidos y movimientos de izquierdas) era mayor a los de derecha(s) cuestión que explica por qué el texto para segundo y definitivo debate recogía sus expectativas. De todas formas, aunque el texto para debatir y ser votado establecía la posibilidad de revocar el mandato al presidente, durante la deliberación y la discusión, las fuerzas políticas de la derecha(s) expresaron su posición discursiva que no solo sugería la imposibilidad de revocar el mandato a autoridades que iban a formar parte de cuerpos colegiados, sino además, adujeron la falta de necesidad de establecer la RMP presidencial pues, a su juicio, eso pondría en peligro la gobernabilidad [tema sobre el que giró la agenda constituyente] pero sobre todo porque ya existía un mecanismo institucional que cumplía esa función, ¿cuál era ese mecanismo institucional?: el JP. La representante Alexandra Vela sostuvo lo siguiente: Revocatoria del mandato es uno de los temas que fue votado en la última consulta popular, sin embargo, la revocatoria es un tema que tiene que ver con el reciente pasado del Ecuador sobre su experiencia de uno de los gobiernos que terminó con una revocatoria del mandato en las calles. Pero yo quisiera hacerle notar a la sala los problemas que se derivan del texto tal como está. En el artículo primero estamos otorgando el derecho de revocar el mandato a todo funcionario dignatario 166 de elección popular, todos, eso quiere decir que estamos incluyendo en la norma de la convocatoria la revocatoria del mandato al presidente y vicepresidente de la república, a diputados nacionales y provinciales, alcaldes, prefectos, consejeros y concejales y hay una distinción entre cada uno de éstos. Primero al presidente y vicepresidente de la república ya se les ha colocado la posibilidad de ser enjuiciado en el Congreso Nacional y destituidos por delitos específicos en contra de la seguridad nacional. Específicamente se ha señalado cuales son las causales por las cuales ese presidente puede ser sometido a enjuiciamiento y por consecuencia si se lo encuentra culpable puede ser destituido de su cargo, pero hay un enjuiciamiento. Aquí en cambio estamos diciendo lo contrario, estamos diciendo que se puede otorgar la salida del presidente de la república por incumplimiento injustificado de su programa de gobierno. Compañeros asambleístas qué pasa con un presidente elegido con un programa que nosotros hemos puesto en la reforma que debe ser colocado como un compromiso el día en que se posesiona el cargo y que tiene cambios en su programa y que no puede cumplir porque tiene una gran imposibilidad que está más allá de su control Por lo tanto, está incumpliendo su programa de gobierno, que pasa con los actos de corrupción administrativa, significa que por el hecho de que exista un acto de corrupción administrativa el presidente de la república se va a la casa. Yo creo que hay que mantener un equilibrio sano entre el ejercicio del derecho que defiendo de revocar el mandato y el hecho de tener una estabilidad democrática en el caso que existan faltas graves, se utilice en el caso de presidente y vicepresidente el canal está establecido y que ha sido acordado que es el enjuiciamiento político a través del Congreso Nacional. En segundo lugar, hay una diferencia, entre un funcionario que es elegido para alcalde o prefecto y que ese sí presenta un programa de trabajo y es responsable él por aquello que ofreció y la situación de un diputado o un asambleísta […] Entonces lo que yo quiero señalar es que hay una diferencia entre un mandato que puede ser cumplido y un mandato que depende que haya un acuerdo colectivo mucho más allá de lo que él hace. Es una decisión del cuerpo colegiado y no se le puede revocar el mandato a un representante sea este diputado, concejal o consejero porque su cuerpo colegiado por mayoría democrática haya resuelto lo contrario de lo que él ha propuesto. Entonces, la experiencia en las recientes modificaciones constitucionales en América Latina han considerado el derecho de la revocatoria señalando específicamente las causas para los funcionarios de los gobiernos seccionales y han tenido la prudencia de no hacerlo para el caso de representantes en organismos colegiados por su imposibilidad de comprobar ese incumplimiento y por atribuirles a ellos la imposibilidad y han dejado fuera el caso de presidente y vicepresidente de la república a los cuales se les ha establecido el enjuiciamiento político y su destitución a través del Congreso Nacional (Acta, 79: 44, 45) El representante de derecha(s) Rolando Alcívar (PSC), presidente de la comisión de constitución manifestó: 167 Yo estoy de acuerdo con lo que expuso Alexandra Vela en cuanto a que se limite la revocatoria del mandato simplemente a los elegidos unipersonalmente y seccionalmente es decir a prefectos y alcaldes y no al presidente de la república por las razones que ella expuso de tal manera que yo me permitiría sugerir una redacción alternativa al artículo uno donde dice: Los ciudadanos ecuatorianos, comenzando por eliminar ecuatorianos porque es innecesario, tendrán derecho a resolver la revocatoria del mandato otorgado a los dignatarios y funcionarios de elección popular uninominal con excepción del presidente de la república […] (Acta 79:45,46) De los argumentos de la representante Vela (apoyados por Alcívar) se desprende defendían los postulados básicos de la democracia liberal, estimando que el control político horizontal (entre funciones) era suficiente para solucionar crisis o inestabilidad de los presidentes. Los planteamientos de Vela defendieron la implantación de mecanismos de control distintivos de las democracias representativas ortodoxas y se menoscaba la implantación de la noción de democracia participativa, pues la defensa de la existencia de la figura de JP para presidente y vicepresidente de la república, como razón para no incluirlos como sujetos de RMP, fue un signo de la intención de consolidar la democracia del mandato irrevocable. La posición discursiva de los actores políticos de derecha(s) no solo obviaban lo manifestado por la ciudadanía en las calles y en las urnas (botando presidentes y votando por la institucionalización de la RMP a presidentes en la consulta) sino que daba continuidad a la visión de democracia que precisamente fue impugnada por los sectores que se movilizaron echando abajo a Bucaram y exigieron una constituyente para cambiar el país. El representante Osvaldo Hurtado profundizó en el tema acotando: Me parece que uno de los problemas fundamentales del Ecuador es la inestabilidad y que está asociado el retraso económico y social. Algo me parece que dije ya en una intervención anterior. El municipio de Quito tiene una larga historia de estabilidad, por eso tenemos mejores servicios que en otras provincias del país. Uno de los Municipios más estables del Ecuador es el Municipio de la ciudad de Cuenca, es la ciudad mejor servida del Ecuador, que pasa en cambio con los municipios inestables de algunas ciudades del Ecuador y particularmente de la ciudad de Guayaquil. Yo veo con preocupación esta institución porque puede acentuar la inestabilidad y como consecuencia traer resultados económicos y sociales que en última instancia los pagan las personas, las pobres y más 168 necesitadas. En última instancia, los ricos, la clase alta, la clase media de alguna manera se arregla, por eso me parece muy acertada la modificación que acaba de sugerir el presidente de la Comisión de Constitución, Orlando Alcívar, y creo que podríamos votar fácilmente si adoptamos esa proposición y si añadimos a ese primer artículo el primer inciso. Señor Presidente, yo acepto y entiendo que la institución de la revocatoria sea una institución que puede traerle al país serios problemas y es verdad que uno de los problemas del país es la inestabilidad, pero también es verdad que otro de los problemas del país es la demagogia y ese problema es gravísimo. Observo en el informe más allá del artículo primero que el umbral que se está poniendo para que se pueda plantear la revocatoria del mandato es sumamente alto, estamos hablando de un treinta por ciento de empadronados que nos lleva a la conclusión de que para revocar el mandato de un presidente de la república se requiere el pedido de aproximadamente dos millones de ciudadanos. Y así mismo para que se lo pueda llegar a revocar se requiere la voluntad de la mitad más uno del electorado, si un presidente es elegido así y después de un año que también está establecido, ese mismo pueblo por la mitad más uno de los ciudadanos decide revocarle el mandato es porque debe ser muy malo, muy ineficiente, un gran demagogo, un gran corrompido. […] el informe de la comisión me parece muy prudente al establecer un techo alto para plantear la revocatoria y que ésta se haga mediante consulta popular (Acta 79:46) Hurtado usando dispositivos discursivos que se sustentaban en argumentos que manifestó en su discurso al inaugurar el funcionamiento de la ANC, para argumentar contra la institucionalización de la RMP presidencial, hizo mención a la inestabilidad política como un mal, a la estabilidad como sustento del avance económico y social, y a la RMP como sinónimo de inestabilidad. Pero además, sostuvo una hábil posición discursiva cuando manifestando que la RMP a presidentes podría traerle “al país problemas serios” la contrastó considerándola como una solución a la demagogia y habló de los porcentajes de firmas necesarias para su activación dejando caer en la cuenta que tenía muy claro que un umbral alto podía volver a dicha institución impracticable, por lo que aparentando que podría estar de acuerdo con la institucionalización de la RMP presidencial, sin embargo permitió dejar ver su real concepto sobre el tema cuando enfatizó que se debe implantar un umbral alto para su activación. El representante (independiente) Guillermo Falconí Espinoza continuó con la argumentación en contra de la institucionalización de la RMP a presidentes remitiéndose 169 a argumentos ya mencionados por otros representantes que no estaban de acuerdo con dicha institución: Yo estoy de acuerdo con ciertas limitaciones que aquí se han planteado, por ejemplo me parece completamente razonable y recomendable que el presidente y el vicepresidente de la república no entren en este proceso de revocatoria del mandato y que para revocarles el mandato a ellos se recurra a las normas que ya hemos aprobado en la Constitución (Acta 79: 47) Hugo Ruiz Enríquez, un cacique político de la provincia del Carchi, quien había desempeñado diferentes cargos de elección popular (concejal, consejero, prefecto provincial, alcalde, diputado) y otros por designación (cónsul) manifestó su desacuerdo con la institucionalización de la RMP cuando dijo: Yo considero que ésta Asamblea Nacional Constituyente se ha caracterizado por eliminar una serie de factores de la ingobernabilidad y el pueblo ecuatoriano creo que nos va a felicitar y agradecer porque hay la buena intención de que los gobiernos a futuro puedan gobernar con mayor tranquilidad para que se fortalezca la democracia. Yo creo que no debemos ensayar nuevas instituciones como esa de la revocatoria del mandato ya que estaríamos fomentando el caos a nivel nacional, provincial y local especialmente en pequeños municipios donde se formarían mayorías de concejales y darían al traste con alcaldes o gobiernos municipales por el hecho de que no se ha construido una obra que se ofreció. Yo creo que los municipios y los consejos provinciales que no son de la línea del gobierno de turno siempre han sido perjudicados, usted y yo y muchos de los asambleístas hemos tenido la suerte de ser alcalde o prefecto, creo que hemos cumplido con nuestro deber, pero no faltaría con ésta institución de que se posibilite que se formen mayorías en los consejos provinciales y en los municipios y se trate de detener la obra positiva de una administración municipal, estamos jugando con una serie de riesgos, personalmente considero que si existe y a la Contraloría, que es un juez de cuentas tendrá que ser la contraloría quien deba juzgar los actos de un gobierno local o provincial corrupto y además hemos creado la Comisión Cívica Anticorrupción, y a más de eso poner la revocatoria del mandato yo creo que estamos lloviendo sobre mojado (Acta 79: 47) Ruiz, al igual que Hurtado, pensaba que la RMP era una posible fuente de ingobernabilidad, es decir del problema que se supone dicha Asamblea estaba solucionando y defendió los dispositivos de la democracia liberal cuando manifestó que ya existían otros mecanismos de control no solo político sino administrativo que podrían 170 suplir el rol que podría jugar la RMP, es decir, consideraba que instituirla implicaría imponer una sobrerregulación Los representantes de izquierda(s) defendieron su intención de crear la RMP presidencial; así el representante Juan Cárdenas (MPD) manifestó: Quien otorga puede quitar y sobre todo tenemos que ser obedientes de la voluntad del pueblo que se expresó por la revocatoria del mandato parece que le tenemos miedo al pronunciamiento del pueblo los mismos que le eligen pueden quitarles el mandato. […] A los corruptos hay que sacarlos, los sacamos por medio de la revocatoria del mandato (Acta 79: 48) La visión sobre el orden político que tuvo Cárdenas se sostenía en la idea que la relación entre el representante político y los electores no debía tener intermediaciones y que la corrupción se solucionaba sacando a los políticos por el mismo medio por los que se les eligió, es decir votando; criterio que fue apoyado con argumentos similares por el representante Julio César Trujillo (PK) un baluarte de las izquierdas ecuatorianas: Yo creo que no haríamos un bien al Ecuador a la clase política si es que la Asamblea ahora no aprueba el principio de revocatoria del mandato, el pueblo está en pleno derecho de quitar lo que ha dado que es el ejercicio del poder por vía democrática a quien le ha dado y no está cumpliendo lo que ha ofrecido:[…] Conseguiremos finalmente la cualificación la seriedad de la política y de los programas de gobierno desde un municipio hasta la presidencia de la república por eso nosotros estamos totalmente convencidos de que la Asamblea Nacional Constituyente debe establecer como norma nacional la revocatoria del mandato (Acta 79:49) Posteriormente se procedió a votar sobre la institucionalización o no de la RMP. Los interesados en que la RMP a presidentes no pasé, consideraron la modificación de la redacción sobre el tema sugerida por el representante Alcívar (mencionada en líneas anteriores) y acordaron consultar, primero, sobre quienes estaban a favor de la revocatoria de Prefectos y Alcaldes, luego, sobre quienes estaban a favor de la RMP a diputados y finalmente sobre quienes estaban a favor de la RMP a presidente y vicepresidente de la república. Al tomarse la votación respectiva se manifestaron a favor de la RMP para alcaldes y prefectos, 32 de 47 representantes presentes; la moción para 171 revocar diputados fue aprobada con 35 votos y la del presidente y vicepresidente fue rechazada recibiendo el apoyo de 20 de 47 representantes (Acta 79: 51, 52, 53). El discurso que se impuso fue el defendido por los actores políticos de derecha(s) en general, por lo tanto, se institucionalizó la RMP solo para determinadas autoridades de elección popular. La idea de instituir un mecanismo constitucional que permita la RMP presidencial por voto popular antes que se cumpla el plazo para el que fue elegido encontró sustento en las ideas y las posiciones discursivas de izquierda(s) que en la ANC intentaron institucionalizar la RMP presidencial sin embargo no lo lograron pues su presencia fue débil frente a las mayorías constituidas por las derechas. Los sectores de izquierda(s) defendieron una noción amplia (todos los funcionarios de elección popular) y el sector de derecha(s) una noción mínima (determinados funcionarios de elección popular) sobre las autoridades que debían ser sujetos de RMP. La no inclusión de todas las autoridades de elección popular como sujetos de RMP se debió a que quienes fueron protagonistas de las movilizaciones sociales desde inicios de los noventa, así como de la protesta callejera contra Bucaram; al instalarse la ANC fueron minoría, siendo mayoría los sectores ideológicos de derecha(s) cuya expresión se manifestó en los partidos políticos tradicionales (partidocracia). De ésta manera “el predominio de los partidos políticos tradicionales, como actores principales de la ANC, se fortaleció por el simple hecho de que aquellos compitieron contra movimientos sociales y otras agrupaciones políticas en un terreno que estos últimos desconocían” (Andrade, 2004: 33). Efectivamente, la incorporación de la RMP a presidentes en el entramado institucional fue impulsado por lo que en la ANC se denominaron “progresistas” quienes formaron una coalición de minoría que “presentó y apoyó proyectos de reforma que abarcaban un espectro amplio de temas, fuertemente centrados en la creación de nuevos derechos y en el control de los gobernantes por los gobernados” (Andrade, 2004: 39). Ahora, en la ANC 1997-98, si bien no se institucionalizó la RMP presidencial, si se institucionalizó la RMP para alcaldes, prefectos y diputados, lo que no solo hace 172 dudar si los actores políticos dominantes realmente protegieron las aspiraciones electorales de quienes iban a ocupar en el futuro dichos cargos, sino además invita a desconfiar si realmente hubo o no una tensión entre nociones de orden político entre los actores de derecha(s) e izquierda(s) que elaboraron la constitución. Entre 1998 y 2007 no hubo procesos de RMP a alcaldes, prefectos y diputados, aunque dos presidentes fueron echados del cargo por otros medios. Las razones por las que no se usó la RMP para alcaldes, prefectos o diputados podría explicarse por diferentes cuestiones: a) no hubo motivos para que ningún alcalde, prefecto o diputado sea sujeto al proceso de RMP y b) los requisitos fueron demasiado exigentes y difíciles de cumplir. Según la constitución de 1998 para iniciar un proceso de RMP contra alcaldes, prefectos o diputados eran necesarias las firmas de por lo menos el treinta por ciento de los empadronados en la respectiva circunscripción territorial (Art. 110) y cumplido el requisito y convocado al proceso de votación para realizar la RMP, aquella procedía con el pronunciamiento favorable de la mayoría absoluta de los sufragantes de la respectiva circunscripción territorial (Art. 112). Si se observa los anexos 1 y 2, del análisis de los datos expuestos se caerá en la cuenta que los porcentajes de firmas que se exigían para la iniciativa, así como el número de votos necesarios para lograr revocar a un prefecto de cualquiera de las provincias del Ecuador o a cualquiera de los alcaldes eran más altos que el número de votos con los que los prefectos y alcaldes fueron elegidos. El porcentaje de iniciativa de revocatoria (30% totalidad de los electores constantes en el padrón electoral) exigía un número de firmas que sobrepasaba el número de votos con los que se eligió a los prefectos y alcaldes en 2004. El porcentaje o número de votos necesarios para que la RMP se concrete (la mayoría absoluta de los sufragantes, al parecer es razonable, sin embargo mientras se remita al total del padrón electoral, de igual manera se constituye en un obstáculo de difícil solución, pues no se toma en consideración detalles como el ausentismo. 173 Si se considera la posición discursiva que sobre la RMP expuso Hurtado, se evidencia claramente que no prefirieron instituirla, más, ante la ausencia del derechista PSC y la presión de los partidos de izquierda(s) tuvieron que ceder en la institucionalización de la RMP para algunas autoridades, aunque tomaron el recaudo de establecer porcentajes de firmas altos para su convocatoria para dificultar su ejercicio, cuestión que sucedió pues entre 1998 y 2008 no hubo ni siquiera una solicitud de RMP a pesar que existieron problemas de legitimidad de varios alcaldes en diferentes ciudades del Ecuador. Los que aceptaron instituir la RMP para determinadas autoridades sabían que con la exigencia de un porcentaje elevado, neutralizaban el potencial uso de la institución y es una cuestión que se desprende del análisis de la posición discursiva que sobre los porcentajes manifestaron los representantes de la ANC 1997-98 (ver posiciones de representantes Guerrero, Barrezueta y Hurtado arriba expuestas) y algo que tuvieron muy claro los asambleístas de la ANC 2007-08, especialmente los del movimiento hegemónico (PAIS) entre otros, Gabriel Rivera y Gustavo Darquea: […] la revocatoria del mandado ya existía en la Constitución del 98 pero con algunas deficiencias que la convirtieron en una herramienta inútil por ejemplo había revocatoria para alcaldes, para prefectos, para diputados, pero no había para Presidente de la República […] pero los políticos se encargaron de ponerle de tal forma que no signifique nada […] (G, Rivera, Entrevista personal, 25 de junio de 2012) El asambleísta sostuvo: “Esta revocatoria del mandato al Presidente de la República, creemos que es un avance fundamental en nuestra legislación constitucional, porque si bien constaba en la Constitución del noventa y ocho, para otros dignatarios, nunca se quiso hacer extensivo al Presidente de la República. Consideramos que esto va a permitir que la decisión fundamental, la soberanía fundamental vuelva nuevamente al pueblo, y si nuevamente un Presidente, como ya han habido algunos casos, traiciona la voluntad popular, le dice al pueblo una cosa en la campaña y hace otra en el Gobierno, pues el pueblo podrá usar esta herramienta para poder destituirlo”. (Gustavo Darquea, ANC, Acta 71 28 junio 2008: p.16) 174 4. La ANC 2007-08: buscando la democracia radical Al aprobarse en la consulta popular del 15 de abril de 2007 la instalación de una ANC de plenos poderes, el TSE convocó a la elección de asambleístas y el 30 de septiembre de 2007, se eligieron 130 asambleístas constituyentes: 24 asambleístas nacionales; 100 provinciales y seis representantes de los migrantes (dos por América Latina, dos por EE UU y Canadá y dos por Europa). La ANC 2007-08 funcionó desde el 29 de noviembre de 2007 hasta el 25 de octubre de 2008 bajo una idea dominante: cambiar el modelo de democracia e implantar una de carácter participativa. A diferencia de lo que sucedió con la ANC de 1997-98, la de 2007-08 cumplió sus labores declarando en receso al CN. El movimiento político que dominó la ANC estuvo conformado por políticos que representaban los intereses de quienes se movilizaron desde abajo contra Bucaram, Mahuad y Gutiérrez, es decir los defensores de la visión de orden político diferente al liberal; cuestión que se tradujo en el discurso de la instauración de la democracia participativa y radical como la brújula que dirigió el cambio constitucional y que pesó mucho al momento de decidir si se institucionalizaba o no la RMP presidencial. La idea de alcanzar el poder, convocar a una ANC de plenos poderes e instaurar un nuevo tipo de democracia se sustentó en el Plan de Gobierno del Movimiento Alianza País, que en diferentes pasajes estableció cuestiones como las siguientes: Con la participación ciudadana, especialmente de los y las jóvenes y sus familias, haremos un gran acuerdo nacional para construir oportunidades para todas y todos, donde prime el interés común sobre el particular, y donde los ciudadanos y las ciudadanas tengan garantizados sus derechos a una buena vida, a ser parte activa de la sociedad y de las decisiones que nos afectan, a una sociedad equitativa y solidaria, donde la honradez y las manos limpias sean la base de la nueva democracia […] Para construir esa Patria nueva necesitamos hacer en la actual coyuntura un gran esfuerzo nacional, cristalizar una verdadera revolución democrática. Necesitamos construir ya una democracia radicalmente participativa. La consideración fundamental para construir el nuevo país es incorporar a toda la población en la definición de su presente y de su futuro. No aceptamos que sea sólo una fracción de la sociedad la que organiza la vida nacional. Esto significa garantizar su acceso adecuado a todos los habitantes del país en la toma de las decisiones, y eso pasa por el logro de un nivel de bienestar que responda a sus necesidades mínimas básicas, a su interés de desarrollo […] Soñamos en un país donde se practique una democracia deliberativa y consensual, una democracia representativa que profundice cada vez más sus rasgos participativos, con una 175 profunda democratización de los partidos políticos y de todas las organizaciones sociales del campo y la ciudad, acompañada de una participación activa y responsable de todos los individuos (Plan de Gobierno PAIS, 2006: 4, 6) En su plan de gobierno, PAIS ya no ponía énfasis en la búsqueda de la gobernabilidad sino en la construcción de una “democracia nueva” que cuente con la intervención no solo de los representantes políticos sino de toda la ciudadanía que participen en la toma de decisiones, cuestión que ponía en primer plano a los gobernados sobre los gobernantes y donde la representación política ya no era el eje articulador de la democracia. Se planteó la construcción de una democracia radical y deliberativa aunque no se desechó la representativa sino se propuso convertirla en participativa. No pretendemos proponer una receta programática, sino que hacemos una invitación a sumarse a construir las propuestas y soluciones que necesitamos. Lo que sí definimos muy firmemente son nuestros principios inclaudicables: por una Patria Altiva I Soberana, por la defensa de nuestros derechos a tener una buena vida, entendida desde nuestra heterogeneidad, por la vigencia de prácticas derivadas de la pluriculturalidad y la interculturalidad, por el derecho de todos los ecuatorianos y las ecuatorianas a ser parte activa de la sociedad y de las decisiones que nos afectan, por una sociedad equitativa y solidaria, por la honestidad y las manos limpias, por una democracia activa que es la única vía al socialismo, entendido como la democracia sin fin […] Convocaremos una consulta nacional que apruebe la realización de la Asamblea Constituyente que genere un nuevo texto constitucional para construir una democracia activa, radical y deliberativa orientada a consolidar y garantizar los derechos civiles, políticos, sociales y colectivos. Propiciar un modelo participativo a través del cual todos los ciudadanos y las ciudadanas puedan ejercer el poder, formar parte de la toma de decisiones públicas y controlar la actuación de sus representantes políticos […] Conjugando el verbo participar, la tarea es apostar por la democracia en serio. Tanto para definir una Constitución, entendida como un proyecto de vida en común, un acuerdo social amplio, elaborado por todos los habitantes del Ecuador. El objetivo es hacer de la democracia un ejercicio normal en la vida política nacional. A través de la democracia activa -con tantas consultas populares como sean necesarias […] Para lograr lo descrito proponemos impulsar la reforma política, para superar la democracia formal y construir una democracia participativa radical, incluyente, que respeta y construya los Derechos Humanos, enfrentando y superando el corporativismo y la des-institucionalización el Estado (Plan de Gobierno PAIS, 2006: 18-21) PAIS claramente hizo suyo o por lo menos incluyó en su repertorio discursivo las aspiraciones que los de abajo exigieron desde 1990, por eso mencionaron no solo a la 176 participación, sino a la pluriculturalidad y la interculturalidad, la búsqueda de una sociedad equitativa, solidaria y honesta, pero además el socialismo que significaba la democracia sin fin, activa, radical y deliberativa donde los gobernados puedan ejercer el poder y controlar la actuación de sus representantes políticos implementando entre otras cuestiones consultas populares. De hecho, en PAIS confluyeron no solo las ideas que se manifestaron y se desarrollaron desde inicios de los años 90, sino que formaron parte del movimiento paradigmáticos líderes indígenas que habían participado liderando muchas de las movilizaciones sociales que ocurrieron en el Ecuador entre 1990 y 2006, ese fue el caso de Pedro de la Cruz quien dijo: “Nuestros principios ha sido de una democracia participativa, ni simplemente una democracia delegativa que cada cuatro años se aparece el ciudadano para dar nada más el voto, entonces en ese concepto de la democracia participativa, uno de los temas de la democracia participativa es la revocatoria del mandato porque en Ecuador hemos sufrido permanentemente traiciones de los candidatos, de todos los candidatos sean presidenciales, alcaldes concejales, asambleístas, entonces en la campaña ofertan todo una maravilla, pero cuando llegan al poder hacen todo lo contrario, es el caso de Lucio Gutiérrez que entró con una propuesta de izquierda, una propuesta de avanzada y luego fue arrodillarse frente al imperio, al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional y las ofertas totalmente, así podernos hablar de presidentes que cayeron, Abdalá Bucarán, Lucio Gutiérrez y siempre hemos tenido traiciones, entonces por eso la propuesta nuestra de la revolución ciudadana, de los partidos de izquierda siempre han sido en este marco de la democracia participativa, la revocatoria del mandato” (P. De la Cruz, Entrevista personal, 15 de junio de 2012) Las premisas discursivas establecidas en el Plan de Gobierno de PAIS fueron confirmadas cuando su líder, Rafael Correa, alcanzó la presidencia y en diferentes oportunidades posteriores; cuestión que confirma que las nociones e ideas que les guiaban fueron diferentes a las presentes durante la ANC 1997-98. Durante su discurso de posesión como presidente, el 15 enero de 2007, Correa dijo: El mandato de la ciudadanía fue claro: queremos una transformación profunda, nuestras clases dirigentes han fracasado, queremos una democracia donde se oiga nuestra voz, donde nuestros representantes entiendan que son nuestros mandatarios, y que los ciudadanos somos sus mandantes. La institucionalidad política del Ecuador ha colapsado, algunas veces por su diseño anacrónico y 177 caduco, otras por las garras de la corrupción y las voracidades políticas. El reparto que refleja la Constitución vigente, a través de la politización de autoridades de control, tribunales, etc., ha desestabilizado e inmovilizado al país. El Congreso Nacional, supuestamente máxima expresión de la democracia representativa, no es percibido por la ciudadanía como su representante. Por el contrario, su pérdida de credibilidad refleja el desencanto de millones de hombres y mujeres que ansían un cambio. Las reformas anheladas no pueden limitarse a maquillajes. América Latina y el Ecuador no están viviendo una época de cambios, están viviendo un verdadero cambio de época. El momento histórico de la Patria y de todo el continente, exige una nueva Constitución que prepare al país para el Siglo XXI, una vez superado el dogma neoliberal y las democracias de plastilina que sometieron personas, vidas y sociedades a las entelequias del mercado. Para Correa la democracia representativa había colapsado y era necesaria la construcción de una nueva en la cual era elemento clave la intervención de los gobernados participando, haciendo escuchar su voz, despolitizando a las autoridades de control, por lo que el cambio no debía ser mero maquillaje sino radical. Posteriormente, el 24 de septiembre de 2008, Correa durante el cierre de la campaña política a propósito del referéndum donde se decidiría si la Constitución elaborada por la ANC 2007-08 entraba o no en vigencia, no solo ratificó ideas relacionadas con un nuevo tipo de democracia, sino que confirmó que el proceso constituyente que estaba liderando era el cambio de modelo de democracia, el producto de la luchas sociales y antagónico al inmediato anterior, es decir el de 1997-98: Estamos cumpliendo a cabalidad con el mandato del pueblo que, en las elecciones del 2006, con abrumadora mayoría, fuera de todo pronóstico, eligió nuestra propuesta revolucionaria para ir hacia un cambio definitivo del Ecuador; cambio en paz, en democracia; pero, cambio rápido y profundo. No presentamos candidaturas para diputados al Congreso Nacional; pues, no podíamos ser parte del espacio, de las viejas prácticas del viejo país, de la vieja partidocracia. Era indispensable hacer realidad la consigna “que se vayan todos”. Con ello, se dio un mensaje claro de que el cambio que proponíamos era radical. No hicimos concesiones a la partidocracia. Cumplimos, convocamos a la Asamblea Constituyente en nuestro primer acto como gobernantes y, ahora, tenemos una nueva carta política para el país, que rompe totalmente con el régimen de prebendas y privilegios consagrado en la Constitución del 98. Logramos desmantelar ese viejo orden y construir una nueva institucionalidad […] La Asamblea Constituyente es el resultado de años de luchas sociales de trabajadores, maestros, indígenas, mujeres, ambientalistas, jóvenes, discapacitados, migrantes […]. Todos somos constituyentes, la nueva Carta Magna recoge las demandas de 178 los distintos grupos sociales del Ecuador. Este proceso articula las demandas y los intereses que nacieron desde la resistencia que los sectores populares opusieron al neoliberalismo; y, desde las necesidades sentidas de modernización, democracia y transformación social del Estado. Esta vez no se trata de elegir entre dos propuestas que representan los mismos intereses, la misma visión o entre los mismos sectores de poder; para elegir como y quien lo hace menos mal; esta vez, la elección es entre dos mundos, entre dos modelos de desarrollo completamente diferentes, en lo económico, en lo social, en lo político y en lo ambiental […] Esta no es una elección más, no es la elección de un presidente, peor de un alcalde, no es la elección de representantes a dignidades, es, la elección entre un nuevo modelo de sociedad, basado en principios de solidaridad, justicia y bienestar para todos y todas; o, lo mismo de siempre, lo mismo que habíamos tenido hasta hace poco, es decir: la ley del “todo para mí, nada para los demás”, de la corrupción, la ley del más fuerte, la ley del más “sabido”, el predominio de los grupos de poder que lo han controlado todo, del dominio de los “dueños del país”; de la prepotencia de los caciques; del abuso, de la justicia solo para los de poncho; del dominio de los banqueros corruptos. Queda claro que en la ANC 2007-08 el tema de la gobernabilidad no fue un tema central, sino por el contrario, fue la idea de un cambio profundo, de una transformación del modelo democrático el punto alrededor del cual giraban las posiciones discursivas de los actores político relevantes como el presidente de la república, quien decía se debía romper con las prácticas de la partidocracia y la estructura que supone se había levantado con la constitución de 1998; por lo tanto la de 2007-08 era una ANC antípoda de su inmediata anterior, en definitiva, parafraseando al presidente se trataba de la contraposición de dos mundos, de dos modelos. Antes que la ANC 2007-08 se instale, circularon documentos que servirían como base para el trabajo de los asambleístas constituyentes Los más importantes fueron el proyecto de Constitución preparado por la comisión de juristas bajo el mando del CONESUP que por pedido del presidente Rafael Correa elaboraron un borrador de Constitución; además, la propuesta de la CONAIE de Constitución del Estado Plurinacional de la República del Ecuador. Ambas incluyeron en sus textos normativa que regula la RMP a presidentes. Como se notará (ver anexo 3) existe gran similitud entre las regulaciones que sobre RMP presidencial se hizo en el proyecto del CONESUP y de la CONAIE frente a 179 la norma constitucional que se aprobó en la ANC. La diferencias se encuentran básicamente en los porcentajes de firmas necesarias para solicitar al órgano electoral que inicie el proceso de revocatoria y fue precisamente esa cuestión sobre la que los asambleístas constituyentes que participaron en el debate del pleno pusieron énfasis. 4.1 La revocatoria a presidentes en el debate constituyente 2007-08 Una vez instalada la ANC e iniciadas sus labores, el tema de la RMP a presidentes estaba sustentada en una fuerza discursiva de tal envergadura que su institucionalización era prácticamente inevitable, pues: [las peticiones para su institucionalización] vinieron de las organizaciones sociales, vinieron de las organizaciones, de la gente de la movilización que fue un periodo que yo respeto y valoro muchísimo el periodo de Montecristi y la participación ciudadana fue tan activa, tan activa en el país que una de las tesis también era eso poner la revocatoria del mandato para poder tener nuevamente el pueblo la decisión de mantener o no a una autoridad en el cargo, entonces eso fue de la gente de la ciudadanía […] pero nosotros apoyamos totalmente porque creo en vista esto es una consecuencia, es una consecuencia del mal manejo y de las crisis políticas que vivió en los últimos 20 años el Ecuador, entonces era un clamor de la ciudadanía que por eso se recogió en la Constitución (I. Cabezas, Entrevista personal, 22 de junio de 2012) Los discursos que abogaron por su institucionalización iniciaron su configuración desde la caída de Bucaram en 1997 y luego Rafael Correa capitalizó las ideas más importantes de dicho discurso y de manera expresa durante su candidatura para presidente, además de ofrecer instalar una ANC, manifestó que era necesaria la institucionalización de la RMP presidencial, cuestión que no fue un mero enunciado, sino una idea que, aunque no le pertenecía, la incluyó en su lenguaje político; pues dicha cuestión venía siendo objeto de debate durante la década inmediata anterior en que asumió el poder. La idea de instituir la RMP a presidentes no fue coyuntural por lo que fue imposible obviarla durante el PEC. Durante el desempeño de la ANC, el tema de la RMP presidencial fue considerado por la Mesa número dos denominada de “Organización, Participación Social y 180 Ciudadana y Sistemas de Representación” que tuvo como labor, entre otras, presentar las propuestas de normas que regularían la RMP. Dicha mesa estuvo bajo el mando del Asambleísta Virgilio Hernández (PAIS) ex PK, activista social que participó en las movilizaciones de febrero de 1997 y enero de 2000 y abril de 2005 sin olvidar que fue funcionario de Lucio Gutiérrez hasta antes de la ruptura del gobierno con los indígenas. A poco de instalada la ANC 2007-08, durante la discusión de su reglamento de funcionamiento en el pleno ya se mencionó ideas generales sobre la RMP, pues al tratar sobre el tema de la perdida de la investidura de los asambleístas, Félix Alcívar (PAIS) manifestó su acuerdo y dijo que espera que esas regulaciones “[…] sirva de precedente para el nuevo orden constitucional en el Ecuador, en todas las instituciones de elección popular” (Acta 004, 5 diciembre 2007: 40,41) En una de sus intervenciones en el pleno del 26 de diciembre de 2007, Virgilio Hernández (PAIS) abogando por la intervención de los gobernados en los asuntos públicos, la participación de la juventud y criticando los obstáculos institucionales que la Constitución de 1998 establecía para poner en marcha los MDD, manifestó: […] Creemos que es necesario superar esta gran dificultad que impide que la ciudadanía se involucre directamente en los asuntos públicos. Y de manera particular, creemos que es una dificultad la falta de participación política activa de los jóvenes. […] Si bien en la Constitución del noventa y ocho se establecieron derechos de participación política, como son: la consulta popular y la revocatoria. Las disposiciones que tiene el propio texto de la Constitución del 98, como algunos otros requisitos que han ido estableciendo entre los tribunales electorales, el Tribunal Supremo Electoral, impiden en la práctica el ejercicio de esos derechos. […] Creemos que un problema central en este momento, que tiene que ser tratado por esta Asamblea, es el de la pérdida de relación entre los mandantes y mandatarios. La inexistencia de mecanismos de exigibilidad, de cumplimiento de las demandas ciudadanas, y para ello creemos que es fundamental hacer presente la revocatoria del mandato. […] (Acta 12: 33-27) En una reunión del pleno el 27 de febrero de 2007, el Asambleísta de izquierda(s) Lenin Hurtado (MPD) manifestó: En este mismo aspecto es crucial que aquellos ecuatorianos y ecuatorianas que han recibido por cualquier causa la confianza de nuestros pueblos a cualquier nivel, tengamos la posibilidad constitucional y legal de deshacernos de ellos, cuando no sirvan los intereses que se han comprometido a cumplir, la revocatoria del 181 mandato, desde el Presidente de la República al Presidente de juntas parroquiales. Es decir, no podemos consentir que una persona que ha asumido un compromiso con sus electores, al poco tiempo lo traicione y tengamos que esperar todo el período para el que lo elegimos, para poder tener una alternativa. (Acta 22:64,65) Nótese cómo las intervenciones y las posiciones discursivas de Hernández y Hurtado se parecen a las que manifestaron en la ANC 1997-98 los representantes de izquierda(s) Trujillo y Cárdenas, pues el punto central sobre que giran los argumentos de todos ellos fue la necesidad de crear un mecanismo que permita una interrelación directa entre los gobernantes y gobernados en cuanto a la dinámica de rendición de cuentas. El 27 de mayo de 2008 se discutió en primer debate en el pleno de la ANC el informe de mayoría emitido por la mesa dos de “Organización, Participación Social y Ciudadana y Sistemas de Representación”. Dicho informe establecía que: Por otro lado, la Constitución del 98, exigía para el ejercicio de la democracia directa, requisitos y condiciones que los convertían en inviables en su ejecución; más aún, lejos de propiciar la participación de la ciudadanía en la conducción del Estado y en el control social a los dignatarios de elección popular, lo que hacía era menoscabar y restringir la participación.[…] En cuanto a los mecanismos de democracia directa frente a la Constitución del 98 se los ha vuelto más accesibles al ejercicio popular […]. En dicho informe se incluyó un proyecto de normativa que estableció que se podía revocar el mandato a los dignatarios de elección popular cuando incurran en actos de corrupción comprobada; por incumplimiento del plan de trabajo; y, por no rendir cuentas de su gestión a sus electores La petición debía contar con el respaldo de las firmas o huellas de al menos diez por ciento (10%) de los inscritos en el registro electoral y para el caso del presidente de la república, se solicitaba el quince por ciento (15%) (Art. 14). Para la aprobación de la revocatoria de mandato, se pedía la mayoría absoluta de los votos válidos, aunque en el caso del presidente de la república, se solicitaba la mayoría absoluta de los sufragantes (Art. 16) (Acta 53 A: 4, 5, 8, 13,14) Refiriéndose al informe de mayoría y proyecto de articulado, el asambleísta de derecha(s) César Rohón (PSC) y ex constituyente en la ANC 1997-98, de manera tácita estuvo de acuerdo con la posibilidad de RMP a presidentes aunque argumentó para que 182 se flexibilicen sus requisitos: […] si la normativa establece en los temas de consulta la revocatoria de mandato, esta tiene que ser igual para todos los funcionarios públicos o de elección popular o todo se sujeta al total de los sufragios o todos se sujetan al total de votos válidos. Creo que no puede haber excepción, una normativa para unos funcionarios de elección popular y otra normativa diferente para el caso del Presidente de la República. Todos tienen que ser tratados con la misma vara. (Acta 53 A: 40, 41) Estando en la minoría, la posición de Rohón era instrumentalmente lógica, pues le convenía que la propia fuerza política que estaba dominando la escena política habrá un camino constitucional para poder prescindir de aquellos, por lo que su preocupación no era analizar qué tipo de autoridades debían ser o no sujetos de revocatoria (como sucedió en la ANC 1997-98) sino los porcentajes de firmas necesarios para ponerlos en marcha. Por su parte, el Asambleísta de izquierda(s) Luis Hernández (RED) defendió la necesidad de no establecer causales para la RMP: Yo creo que la revocatoria del mandato tiene que ser simple, simplemente perdió la confianza, perdió la confianza. Porque, hasta que le sometamos a que alguien determine que cumplió o no cumplió el plan de trabajo, habrá un sinnúmero de artimañas, de sutilezas, de vivezas criollas que impedirán que eso se realice, y veremos que después de unos años no se puede realizar esto. (Acta 53 A: 44, 45) La posición de Hernández también buscaba simplificar la posibilidad de poner en marcha un proceso de revocatoria, aunque sus fundamentos difieren de la posición de Rohón. Posteriormente el asambleísta Virgilio Hernández (PAIS) dijo: Lo de la revocatoria del mandato hay que mejorar, aquí ha habido importantes aportes. Pero, claro que hay una diferencia significativa, con la Constitución del noventa y ocho se establecía treinta por ciento de firmas, y solo para alcaldes, prefectos y diputados; ahora, la revocatoria es para todos los niveles, y apenas se requiere el diez por ciento para todos los cargos, y el quince por ciento para el Presidente, porque, obviamente, se tratan de funciones que son absolutamente distintas y diferentes. (Acta 53 A 27 mayo 2008, p.50) Hernández se esforzó por indicar que el diseño de la institución difería de la Constitución de 1998, cuestión cierta, pues se estaba pensando en la RMP para todas las autoridades de elección popular y el porcentaje de firmas propuesto era menor, aunque se limitó a establecer que solicitar un diez por ciento (10%) de firmas para iniciar un 183 proceso contra cualquier representante político que no sea el Presidente y el quince por ciento (15%) si se trataba de aquel se debía por que se desempeñaban funciones diferentes. La Asambleísta de derecha(s) Mae Montaño (UNO) asumiendo una posición discursiva similar a la de Rohón sostuvo: […] ¿por qué establecer diferentes condiciones para la revocatoria del mandato, cuando se trata de unos dignatarios, en relación al Presidente de la República? Creo que estamos buscando aquí justicia y equidad, y deberían ser condiciones iguales. La pregunta es: ¿por qué en el un caso el diez por ciento?, ¿por qué en el otro caso el quince por ciento? (Acta 53 A: 51, 52) Evidentemente Montaño y Rohón no se oponían a la institucionalización de la RMP presidencial, sino sus esfuerzos argumentativos intentaban lograr que los porcentajes que se estaban exigiendo para ponerlo en marcha debían ser menores, por lo tanto, no estaban pensando (como lo hizo la derecha en la ANC 1997-98) en la gobernabilidad, ni peor aún en nuevo modelo de democracia, sino que estaban aprovechando la oportunidad de facilitar un camino institucional para poder prescindir del presidente Correa quien desde que asumió el cargo y hasta ese momento ejercía un fuerte liderazgo y representaban intereses diversos a los que ellos defendían. El asambleísta de izquierda(s) Alfredo Ortiz (RED) defendió el informe de mayoría tratando de mostrar las diferencias con las regulaciones que sobre la RMP se hizo en la ANC 1997-98: Pero la revocatoria del mandato tiene que ver con todas las dignidades y el principio fundamental es que se ha bajado el porcentaje. Si no se ha dado una revocatoria del mandato en el país, Presidente y colegas asambleístas, no es porque la Constitución del noventa y ocho no la establecía bien. Quizá el porcentaje era muy alto del treinta por ciento de la recolección de firmas para ir a una revocatoria del mandato. Hoy la hemos bajado al diez por ciento. […] Y para que no ocurra lo que ha venido ocurriendo, que se tumba presidentes por un grupo de ciudadanos, bienvenido sea, pero no son más allá de un grupo de una ciudad. El que entrega el poder es el pueblo soberano, que tiene el único derecho de revocar el mandato a quien lo ha elegido, desde un presidente de una junta, a un alcalde y hasta un Presidente de la República. (Acta 53 A: 70) Ortiz no solo hizo una comparación de la regulación sobre la revocatoria en la 184 Constitución de 1998 con la que estaban diseñando en aquel momento sino que mencionó que dicho mecanismo permitiría racionalizar y dar mayor certeza a la voluntad popular, pues cuando menciona que se ha tumbado presidentes por un grupo de ciudadanos, implícitamente se estaba refiriendo a la caída de Gutiérrez en 2005, donde los derrocaron adujeron que la movilización popular no fue en todo el país sino solo en Quito y por parte de la clase media alta. El asambleísta de derecha(s) Vicente Taiano (PRIAN) asumió una posición discursiva a primera vista curiosa, pues sostuvo que se debían poner límites a dicha posibilidad, cuestión que se entiende si se considera que el líder máximo de su partido, el adinerado empresario Álvaro Noboa, era y fue un aspirante con posibilidades de llegar a la presidencia de la república, por lo que Taiano estaba pensando en un escenario político futuro favorable a sus intereses por lo que la RMP a presidentes no debía ser tan fácil de activar. Si queremos actuar en forma seria, si establecemos una ley que establezca las causales reales para la revocatoria del mandato, debería de aumentarse del diez por ciento en las circunscripciones provinciales al quince por ciento. Y en la revocatoria del mandato al Presidente de la República, del quince al veinte por ciento, porque si no sucederá lo mismo y una vez posesionado el Presidente, a partir del primer año se comenzarán a recoger firmas a lo largo y ancho del país para revocar el mandato de quienes no comparten con las ideas políticas que está implantando el Presidente de la República en su Gobierno. (Acta 53 A: 76, 77) Luego, el 16 de junio de 2008 de acuerdo a la Acta 62 A del Diario de Debates de la ANC 2007-08, se trató el informe de mayoría presentado por la mesa constituyente dos de Organización, Participación Social y Ciudadana y Sistemas de Representación, para el segundo debate de los textos constitucionales referentes a: Organización social y participación en democracia. En dicho informe se estableció que: En la norma prevista para regular la revocatoria del mandato, hemos recogido el criterio de no inclusión de causales por cuanto este derecho está relacionado con la legitimidad o no del mandatario, también determinamos que durante el período de gestión de un dignatario no pueda realizarse más de un proceso; se establece que los costos que demanden estos procesos se imputen a los presupuestos de los diferentes niveles de gobierno y que tan solo los convocados por el Presidente de la República o por iniciativa ciudadana se imputen al Presupuesto General del 185 Estado (Acta 62 A: 7) En el informé se reguló la RMP de la siguiente forma: Se podía revocar el mandato a todos los dignatarios de elección popular, pudiendo presentarse la petición cumplido el primero y antes del último año del período para el que fue electo el dignatario y debía contar con el respaldo de al menos el diez por ciento (10%) de inscritos en el registro electoral correspondiente y para el caso del Presidente de la República se solicitaba el respaldo del quince por ciento (15%), enfatizando que durante el período de gestión de un dignatario solo podía realizarse un proceso de RMP (Art. 14). Para la aprobación de la revocatoria se requería la mayoría absoluta de los votos válidos, pero para el caso del presidente la mayoría absoluta de los sufragantes (Art. 16). De esta manera, se incluyó al presidente de la república como sujeto de RMP, aunque los requisitos para activar un proceso en su contra variaban de los que se podrían cumplir para otro tipo de autoridades de elección popular (Acta 62 A: 9, 10). Virgilio Hernández defendió la propuesta poniendo como ejes de su discurso las nociones de participación ciudadana y la falsa dicotomía entre democracia representativa y democracia directa: De forma sintética, señor Presidente y estimados colegas, quisiera señalar que en la propuesta que hoy se presenta para el segundo debate, está marcada por un elemento fundamental, un elemento conceptual que, a nuestro modo de ver en la Mesa, es central, es fundamental y es, básicamente, esta convicción de que en la política moderna no solo es necesario democratizar las instancias de representación, sino también profundizar la participación ciudadana. Creemos, y con ese convencimiento hemos trabajado en la Mesa, que es fundamental superar esta falsa dicotomía, superar esta falsa contradicción entre democracia representativa y democracia directa. En la firme convicción de que una mayor participación ciudadana cualifica, mejora la representación y, a su vez, una representación más democrática abre nuevos escenarios, nuevos repertorios para la participación ciudadana (Acta 62 A: 14, 15). La posición discursiva permite ratificar que el eje articulador del PEC en la ANC 200708 fue diferente al de la ANC 1997-98, pues ya no fue la idea de gobernabilidad la central sino otra según la cual se debía transformar la democracia y la representación 186 política y que fue llamada por Hernández como una necesidad de “democratizar las instancias de representación” y “profundizar la participación ciudadana”, procurando básicamente, darle un vuelco a la democracia representativa aunque sin obviar del todo sus procedimientos. Es decir, la movilización social y la instalación de Asambleas populares que en el año 2000 decidieron declarar cesantes en el cargo a Mahuad y todos los poderes del Estado, como una manifestación de democracia directa “pura”, no fue lo que exactamente se trató de construir en la ANC 2007-08; sin embargo aquellas movilizaciones, prácticas y discursos sí inspiraron el accionar de quienes querían dar un nuevo sentido a la democracia, aunque cayeron en la cuenta de la dificultad de prescindir totalmente de los procedimientos y conceptos básicos de la representación, aunque si hubo un gran empeño en dar un vuelco y construir un nuevo entramado institucional que responda a una nueva visión de la democracia; por eso Hernández hizo mención a la falsa dicotomía entre democracia representativa y democracia directa y apostaba a mejorar la representación mediante la participación ciudadana creando instituciones como la RMP presidencial para que dicha participación se produzca. Hernández, haciendo críticas a la Constitución de 1998 continuó diciendo: En ese marco, creemos que es importante señalar que la Constitución de mil novecientos noventa y ocho enunció la participación; en cambio, esta propuesta de nueva Constitución desarrolla y hace posible nuestro ejercicio ciudadano de participar, como un derecho individual y de las organizaciones de la sociedad civil. Creo que en este momento y en este punto es importante reflexionar, y decir que tenemos una historia constitucional caracterizada porque la política fue pensada para las élites. A pesar de que en el Ecuador ha existido y existe una rica tradición organizativa y de movilización desde la sociedad; sin embargo, la característica básica ha sido la exclusión y la restricción. Eso explica que las normas del noventa y ocho, aunque se haya avanzado en el reconocimiento de muchos derechos políticos; sin embargo, en la práctica eran inaplicables y, sobre todo, esta práctica de restricción, esta práctica de exclusión que ha caracterizado a nuestro orden constitucional, explica el desencanto de la ciudadanía con la democracia y la erosión de la institucionalidad que hemos vivido estos últimos años. […] Si no logramos que la ciudadanía se involucre de manera activa, si no logramos que la ciudadanía asuma que tiene la posibilidad de transformar las instituciones, poco 187 habremos logrado en este empoderamiento, que es necesario para que cualquier Constitución se mantenga vigente” […] Esas dinámicas, sin embargo, quiero señalar, a pesar de que no han logrado convocar a la mayor parte de la ciudadanía, han estado presentes, se han expresado en un permanente proceso de movilización de la sociedad, y no podemos tampoco negar que ese proceso de movilización del movimiento indígena, de actores sociales ha permitido una democratización de la propia democracia ecuatoriana.” (Acta 62 A: 15, 17). Hernández se esforzó en indicar que la construcción institucional que se estaba elaborando en la ANC 2007-08 se diferenciaba de lo que sucedió en la ANC 1997-98 enfatizando que se estaba transitando de la idea de participación como enunciado, hacia una participación como práctica continua, pues según él hasta ese momento la política fue pensada para las élites, pero como consecuencia de las lecciones que había dejado la movilización social y popular en las calles durante los años anteriores, la participación era el único medio para poder sostener el nuevo entramado institucional que estaban construyendo. Hernández continuó argumentando lo que entendía como nuevas formas de democracia que se estaban habilitando para hacer de la participación y la movilización un fenómeno cotidiano: Nosotros, con este articulado y con las propuestas que hemos recibido, con este sinnúmero de propuestas que se han aportado, sin duda no solo que estamos abriendo cauces para la participación ciudadana, sino que estamos contribuyendo a un nuevo modelo de gestión, a un nuevo modelo de gestión en el que la participación tiene un papel central, para delinear las decisiones fundamentales que los poderes públicos tienen que tomar y tienen que decidir. Este título, que estamos ahora entregando, abre caminos para la expresión del poder social. Permite ratificar la autonomía e independencia de las organizaciones sociales frente a la institucionalidad del Estado. Y esto es importante decir para no creer, como se ha estado diciendo en el debate mediático en estos últimos días, que el poder social puede ser reducido a una función del Estado o que el poder social, puede ser únicamente circunscrito en lo que es el aparato institucional del Estado. El poder social es el poder de la sociedad, el poder social es el poder de los ciudadanos, el poder social es la capacidad que tenemos los ciudadanos y ciudadanas para poder participar en todos los asuntos de interés público, y eso no puede ser circunscrito a una función del Estado, eso no puede ser subsumido en 188 ninguna función del Estado. El poder social no está en crear una nueva función. El poder social se expresa en esos amplios mecanismos y en esa amplia capacidad para poder actuar, incluso como poder constituyente y para no dejarse subordinar de ninguna forma ni subsumir por el poder constituido. Eso es un elemento fundamental y ese es un aspecto central que recogemos. Estos articulados lo único que hacen es abrir el camino, pero no estamos tratando de que el Estado remplace la participación; solo estamos creando los instrumentos, las formas, los mecanismos, pero tiene que ser la ciudadanía, tiene que ser el pueblo, tienen que ser los hombres y mujeres de este país, que hagan ejercicio de estos derechos y de estos mecanismos para lograr convertir a la democracia en un espacio abierto, en un espacio de debate y en un espacio en que las decisiones no se tomen únicamente en los cenáculos de la representación, sino que se construyan con participación (Acta 62 A: 18, 19). Hernández muestra la intención que el proceso de toma de decisiones no queden únicamente librados a los procedimientos de la democracia representativa, por lo tanto en la que el representante es el que tiene todo el control, sino que haciendo mención a un “nuevo modelo de gestión” hace entender que las decisiones deben ser tomadas consultando a los gobernados a los que catalogó como “poder social” que no se subsuma a la dinámica burocrática del Estado, sino como una fuente de potencial participación en todos los asuntos del Estado, influyendo en la toma de decisiones de los representantes y más allá, pues como él dijo debía ser un “poder constituyente” no subordinado al poder constituido; por lo tanto se propuso una especie de poder constituyente vigente siempre (no únicamente durante un PEC) que rompa con las dinámicas tradicionales de la democracia representativa. Reforzó su argumentación anterior sosteniendo que: […] No hemos recogido, y esto lo digo con claridad, una serie de planteamientos y de propuestas que nos ponen nuevamente al miedo como principal argumento; cuidado con abrir la participación ciudadana, cuidado con poner el margen muy bajo, porque van a llegar muchos proyectos de ley; cuidado con permitir la participación a nivel local; cuidado con que la iniciativa popular nos va a desbordar; cuidado con que la consulta popular se va a convertir en un instrumento de ingobernabilidad; cuidado con que la convocatoria nos va inestabilizar. Todos 189 esos argumentos, que creemos que pertenecen al pasado, no han sido recogidos sino aquellos que nos permiten clarificar las normas que estamos presentando. Por eso hemos recogido que, entre los principios a través de los cuales se organiza la sociedad, esté el de la interculturalidad porque es un elemento central en el reconocimiento de esta nueva sociedad que queremos construir. Recogiendo un planteamiento de aquí, de esta sala, el tema de que revocatoria del mandato no tenga causales, porque la revocatoria, básicamente, es volver a poner en la confianza del pueblo el mandato que le entregó. Por lo tanto hemos acogido el planteamiento de aquí, de esta Mesa, y la revocatoria del mandato no tiene causales sino el cumplimiento de las firmas para solicitar, diferenciadas porque las elecciones, tanto para autoridades locales como para nacionales, son diferentes, las unas requieren de mayoría simple, las otras requieren de mayoría absoluta. Pero no hay causales sino el simple petitorio y luego, ir a un proceso de consulta, y que sea el pueblo el que decida si quiere o no que tal mandatario siga (Acta 62 A: 19, 20). Hernández hizo mención a los argumentos que al parecer se esgrimieron en contra de la institucionalización de MDD y los rechazó diciendo que su institucionalización no iba a ser fuente de inestabilidad o ingobernabilidad, es decir no iba a ser causante de los miedos que los elaboradores de la Constitución de 1998 tuvieron y que fueron los ejes que guiaron sus discusiones. Además, enfatizó que no se debía poner causal a la RMP de autoridades de elección popular, pues la única causa era que el soberano ya no quiera que una autoridad permanezca en el cargo, con lo que estaba sacando el tema de la esfera judicial, dándole un carácter eminentemente político. Hernández defendió algunas peculiaridades de los arreglos institucionales sobre la RMP presidencial que fueron criticados en primer debate por el Asambleísta Rohón y la Asambleísta Montaño (críticas que harán nuevamente en el segundo debate) justificando porque para unas autoridades se solicita determinados porcentajes de firmas y votos para que la revocatoria proceda. Posteriormente el Asambleísta de derecha(s) Andrés Pavón (PRIAN) manifestó: Con respecto al artículo catorce y al artículo doce existe una contradicción. ¿Por qué existe una contradicción?, Porque se dice que para consulta popular nos dan al pueblo ecuatoriano la facultad, la facultad de con el cinco por ciento poder convocar a una consulta popular pero, en cambio, en el artículo catorce, al mismo pueblo ecuatoriano se le da la facultad, con el quince por ciento, para revocar el 190 mandato. Entonces, estamos contradiciéndonos completamente. Aquí la propuesta sería de que se ponga el cinco por ciento para consulta popular y el cinco por ciento para revocatoria de mandato, porque no se puede dar jerarquías al pueblo ecuatoriano, sino que se debe dar la misma capacidad al pueblo ecuatoriano para convocar a consulta popular de cualquier tipo de tema y, de igual forma, dar la facultad al pueblo ecuatoriano con el cinco por ciento de revocar el mandato al Presidente de la República (Acta 62 A: 25). Pavón confundió la consulta popular con la RMP, pero su argumento apunta a que el porcentaje de firmas que se exige para iniciar un proceso de RMP a presidentes no sea del 15% sino del 5 %, lo que permite inferir que estuvo de acuerdo que el presidente sea sujeto de revocatoria, pero deseaba que sea más fácil su activación. César Rohon, retomando su posición discursiva asumida en el primer debate sostuvo: En el tema de participación ciudadana, sin duda que hay una propuesta novedosa, donde de manera amplia, muy amplia en general se establece las posibilidades de una participación activa de la sociedad organizada. Pero, ésta es la palabra mágica, de la sociedad organizada: porque no podemos nosotros, de ninguna manera, en una norma constitucional permitir la creación de gobiernos paralelos, porque eso sería el desastre de la administración pública. Quiero entrar a tocar los temas directos que tienen que ver con consulta y revocatoria de mandato, y aquí me quiero detener un momento en el tema de la revocatoria del mandato. El artículo catorce establece dos umbrales de revocatoria de mandato: un umbral del diez por ciento para todos los funcionarios públicos de elección popular que no sea el Presidente de la República, y quince por ciento para el Presidente de la República. Me parece importante porque hay que diferenciar entre los distintos niveles de Gobierno y darle un umbral mayor al Presidente de la República. Sin embargo, después de hacer esta diferencia, cuando vamos al siguiente artículo, al artículo dieciséis, aquí, lamentablemente, se vuelve a producir otra diferencia. En el un caso, en el primero, se establece únicamente los votos válidos de la elección; pero, en cambio, se hace una gran diferenciación, lo cual yo considero grave para el caso del Presidente de la República, estableciendo el total de los sufragios. Creo que la norma constitucional tiene que ser sin excepción, después de haber establecido los umbrales en el artículo catorce, el dieciséis tiene que ser igual para todos: o todos van sobre el total de los sufragios o todos van sobre el total de los votos válidos (Acta 62 A: 32, 33, 34). Rohón, asambleísta de derecha(s) mostró de manera clara su concepción sobre la participación de la sociedad organizada y la democracia cuando asumió como sinónimo de sociedad organizada que participa a la creación de gobiernos paralelos, por lo que es 191 evidente que fue un defensor de los procedimientos clásicos de la democracia representativa. A diferencia de Pavón no criticó los porcentajes de firmas exigidos para iniciar un proceso de RMP presidencial y su diferencia con los porcentajes de firmas que se podrían exigir para otras autoridades de elección popular, sino que tomó atención en los umbrales de votos necesarios para que la RMP se materialice en el caso que se lleve a cabo, considerando que dicho umbral debía ser calculado sobre el total de los votos válidos y no del total de los sufragios, pues el número de votos válidos siempre será menor que el total de los sufragios (votos nulos y blancos que hacen que el umbral para revocar al presidente sea más alto). Rohon no estimó que la RMP podía ser un peligro para la gobernabilidad sino, por el contrario, buscó que revocar a un presidente sea una tarea más fácil de lograr. Luego intervino el Asambleísta de izquierda(s) Balerio Estacio (PAIS) quien manifestó lo siguiente: De ahí quiero partir, exclusivamente, compañero Presidente y señores asambleístas, porque durante toda la historia de nuestra patria nos han hablado que el poder radica en el pueblo, nos han dicho que el poder es el soberano; pero, los mismos de siempre han establecido mecanismos que han impedido que el pueblo, verdaderamente, tenga esa participación […] Pero una vez que el pueblo era convocado a las elecciones y a través del voto el mandante, que es soberano pueblo, transfería el poder a la autoridad que era elegida popularmente o democráticamente, jamás ese pueblo, jamás ese mandante tenía ninguna otra participación. Y ¿qué vemos? Que luego establecen exclusivamente mecanismos, dizque, supuestamente, podía el soberano revocarle el mandato a la autoridad que había sido elegida, si no cumplía con lo que había prometido o estaba faltando a la honestidad. Y vemos que la traba que ahí se les estableció, es que solo podría hacerlo con el treinta por ciento de los registrados, en aquella circunscripción territorial. Eso era un impedimento y prueba de ello, compañero Presidente y señores asambleísta, nos encontramos durante más de tres gobiernos que hubo resistencia ciudadana, y que se llegó a lo que todos conocemos, porque se puso trabas en que el pueblo no podía, obviamente, fácilmente acceder a esos mecanismos para revocarle el mandato a la autoridad. En la Mesa dos hemos visto que, mañosamente, ahí se estableció un mecanismo para excluir al soberano, para excluir al mandante de poder tener ese poder de participar y revocar el mandato. Por eso hemos consensuado. Gracias a Dios, en la Mesa número dos, ha habido una participación democrática con grandes debates pero hemos llegado a 192 consensuar, y hemos establecido que para revocar el mandato en los gobiernos seccionales o circunscripciones territoriales, no requiera más del diez por ciento y si se trata para revocarle el mandato a un Presidente de la República, no tenga necesidad más del quince por ciento (Acta 62 A: 36, 37). Para el dirigente popular Estacio, la ANC 2007-08 estaba construyendo un nuevo modelo democracia para que el pueblo sea el verdadero soberano no por simple nomenclatura sino por ejercicio cotidiano y mencionó que la institucionalización de la RMP en la Constitución del 98 no fue sino una especie de engaño, pues el diseño tenía tales particularidades que el mecanismo fue muy difícil de activar y además los problemas de legitimidad que hubo tenían que ver con el presidente de la república pero este no era sujeto de RMP por votación popular y mencionó que establecer porcentajes más bajos que el 30% tiene que ver con una especie de aseguramiento de la participación democrática. En seguida participó el Asambleísta de derecha(s) Rafael Esteves quien leyó el Artículo 14 de la propuesta que se estaba debatiendo y manifestó que: Yo creo, señor Presidente, que en el primer año no se puede pedir una revocatoria de mandato, recién, pues, se está organizando el trabajo, mínimo debería ser dos años. Pero eso no es lo importante. Lo importante es que aquí no consta cuáles son los motivos para poder solicitar la revocatoria del mandato. Yo no me preocupo más en el porcentaje de firmas, qué tanto más o tanto menos, me preocupa los motivos. Si en la Constitución del noventa y ocho estaban, y eran tres, y en el borrador anterior estaban tres, ahora se lo han eliminado, la pregunta es, porqué. Entonces, cómo puede ser calificada una petición de revocatoria del mandato, ¿de qué vamos a acusar a esa persona que pensamos quitarle el mandato que el pueblo le dio en las urnas? Tiene que haber motivaciones, tiene que haber causales, tienen que ser taxativas y tienen que estar en la misma Constitución: por corrupción, porque no ha cumplido con el programa de trabajo, por cualquier otro motivo, pero yo creo que debe haber motivos por los cuales se va a presentar una petición de revocatoria del mandato. Yo me quedaría con el articulado anterior que establecía varias causales, que debieron ser pulidas y puestas a debate (Acta 62 A: 42, 43). La visión de Estévez era eminentemente legalista y confundió una concepción de la representación política asimilada a la representación de carácter civil, donde para poder echar abajo dicha representación se debe establecer de antemano las causales. De todas formas su posición discursiva revela que las ideas sobre la institucionalización de la 193 RMP estaba bien estructurado en el imaginario de los actores políticos, pues ya no se preguntaron si es o no necesario instituirla, sino cómo diseñarla. Cómo hizo Rohón, Mae Montaño participó retomando las críticas que hizo en el primer debate: Por otro lado, creo que es importante, cuando se establecen derechos y enunciados, la posibilidad de no establecer diferencias, y cuando se dice que para la revocatoria del mandato de cualquier autoridad es el diez por ciento, pero para el Presidente es el quince por ciento y otras condiciones, me parece que eso no apoya y no ayuda a la democracia. El primer sentimiento y la primera expresión de democracia es la igualdad que se establece ante el marco constitucional y ante la ley; por tanto, es necesario, entonces, definir unas condiciones únicas porque, definitivamente, no es a través de estas cifras y de estos porcentajes como vamos a legitimar a una autoridad. Un Presidente de la República que está haciendo bien las cosas, pues, no necesitará que la ciudadanía pida su real revocatoria. Así que diez por ciento, quince por ciento, no sé si son mecanismos de protección, o sea cómo se establecieron estos porcentajes y el porqué de esta diferencia. (Acta 62 A: 52, 53) Montaño tuvo una posición similar a la del asambleísta Pavón, pues puso reparos en los porcentajes de firmas necesarios para solicitar ante la autoridad electoral la activación de un proceso de RMP, por lo que invocando el principio de igualdad solicitó que se igualen en condiciones a todas las autoridades de elección popular y se establezca un solo porcentaje, aunque no indicó cual es el porcentaje que a su juicio sería el correcto y se preguntó el porqué de la diferencia y si esos porcentajes sirven como protección para los sujetos de revocatoria. Finalmente intervino el asambleísta Vicente Taiano quien tomó una posición diferente a sus colegas de derecha(s) pues mostró desacuerdo con la institucionalización de la RMP a presidentes, cuando manifestó: Cuando estamos tratando el tema de organización, participación social y ciudadana y sistemas de representación, de acuerdo al informe que se ha elaborado y a lo que he escuchado de algunos compañeros asambleístas, le estamos diciendo al pueblo ecuatoriano, más o menos, como que, una vez que se apruebe esta Constitución, es el pueblo el que va a gobernar en forma directa. Es más o menos eso lo que se da a entender en este articulado que estamos aprobando. Pero, si hacemos un análisis de los artículos vamos a darnos cuenta que la realidad es distinta, que no es el pueblo el que va a gobernar, que no es el pueblo el que se va a sentar a tomar las decisiones, sino que sigue siendo la misma democracia representativa. Es decir, el pueblo va a elegir a sus gobernantes y lo que va a tener, a lo mejor, es un poco de 194 control, un poco de control en cuanto a tener voz en los distintos y diferentes niveles de gobierno […] Luego, se habla en el artículo catorce de la revocatoria del mandato, yo creo que se está cometiendo un error histórico al poner la revocatoria del mandato del Presidente de la República, reitero, que esto se prestará para que una vez posesionado el Presidente, quienes hayan perdido las elecciones o quienes estén en la orilla opuesta, comiencen a recoger firmas a lo largo y ancho del país, para revocarle el mandato al Presidente de la República y, por consiguiente, seguir manteniendo una gran inestabilidad en el país. (Acta 62 A: 68, 69, 70) Taiano, abogado y político cercano a uno de los ciudadanos más adinerados del Ecuador, el abogado Álvaro Noboa Pontón, tenía claro que era lo que se estaba discutiendo en ese momento: modelos y tipos de democracia, y sostuvo que la idea que el pueblo va a gobernar directamente no va a pasar de meros enunciados y que va a prevalecer la democracia representativa. Además, calificó de “error histórico” la institucionalización de la RMP presidencial, pues a su juicio iba a ser causa de inestabilidad. Su posición es interesante pues al ser uno de los políticos que defendía una posición antagónica a la que defendía el presidente Correa y su mayoría en la ANC, sin embargo su posición al parecer se debió a que esperaba que en las siguientes elecciones su líder Álvaro Noboa sea candidato a la presidencia de la república (lo que sucedió) y llegue al poder (cuestión que no sucedió) y en ese contexto era un “arma” que podría ser usado en el futuro en contra de su presidente. En el Acta 67 del 24 junio de 2008 del Diario de Debates de la ANC de 2007-08 consta que aquel día se produjo la votación de los textos constitucionales referentes a: Organización social y participación en democracia, derechos civiles, derechos al debido proceso y derechos políticos entre los que constaban los relacionados con la RMP. Antes de la respectiva votación, intervino Virgilio Hernández quien en una tónica similar a la que tuvo en la sesión donde defendió el trabajo y el articulado de la mesa que presidió, manifestó: Ya he repetido varias veces, señor Presidente, compañeros y compañeras asambleístas, que con estos textos, con este título que estamos aquí y que estamos hoy a punto de aprobar, sin duda, estamos dando un paso central para que la democracia se enriquezca. No puede haber democracia en este momento si esta democracia no es enriquecida con la participación ciudadana. Y como ustedes 195 podrán ver en todos y cada uno de los artículos que se someten a debate, estamos sentado las bases de que esta Constitución sea la Constitución o una de las constituciones más participativas que existen en el ámbito de América Latina. Estamos recogiendo en este marco, todas las potestades que puede tener la organización y la participación ciudadana, para incidir en las decisiones. […] Creo que eso es fundamental, estamos dando pasos para que todas las formas del ejercicio de la democracia directa, puedan ser aplicables realmente en el Ecuador, para romper con esa trampa que se estableció en la Constitución del noventa y ocho, que aunque se consagraron derechos políticos como el de la iniciativa, el de la consulta y el de la revocatoria, al mismo tiempo eran impracticables. Estamos dando paso a que exista la posibilidad de que la ciudadanía pueda tener voz y pueda tener también incidencia en las decisiones de los poderes públicos. […] Vamos a caminar a una democracia participativa, vamos de dejar de temerle a la voz del pueblo y vamos a enriquecer la democracia precisamente con democracia participativa, que mejora también la calidad de la representación. (Acta, 67: 146, 147, 150) Los textos a votar fueron los siguientes: “Artículo 12.- Los ciudadanos y las ciudadanas en ejercicio de los derechos políticos podrán revocar el mandato a los dignatarios de elección popular. La petición de revocatoria del mandato podrá formularse cumplido el primero y antes del último año del período para el que fue electo el dignatario cuestionado. La petición de revocatoria del mandato deberá contar con el respaldo de al menos el diez por ciento (10%) de ciudadanos y ciudadanas inscritos en el registro electoral correspondiente. Para el caso del Presidente de la República se requiere el respaldo del quince por ciento (15%) de inscritos del registro electoral. Durante el período de gestión de un dignatario solo podrá realizarse un proceso de revocatoria del mandato”. (Acta, 67: 161) Al momento de la votación hubo 95 asambleístas presentes de los cuales 91 votos estaban a favor de la norma, cero en contra, un voto blanco y tres abstenciones. Otro artículo que fue votado: “Artículo 13.- El Consejo Nacional Electoral una vez que conoce la decisión del Presidente de la República o acepta las peticiones realizadas por un gobierno seccional autónomo o por la ciudadanía para que se convoque a referéndum, consulta popular o revocatoria del mandato, en el plazo de quince días, realizará la convocatoria a elecciones que deberán efectuarse en los próximos sesenta días. Para la aprobación de un tema propuesto a consulta popular, referéndum o revocatoria de mandato, se requiere el pronunciamiento favorable de la mayoría absoluta de los votos válidos. Con excepción de la revocatoria del mandato del Presidente de la República, en cuyo caso será necesario que el pronunciamiento 196 cuente con la mayoría absoluta de los sufragantes. El pronunciamiento popular será de obligatorio e inmediato cumplimiento. En el caso de revocatoria del mandato el dignatario cuestionado cesará de su cargo y lo reemplazará quien le corresponda de acuerdo a la Constitución o la ley”. (Acta, 67: 162) Durante la votación del artículo estuvieron presentes 95 asambleístas, de los cuales 92 votaron a favor noventa y dos votos, ninguno en contra, un voto en blanco y dos abstenciones. Se institucionalizó formalmente un discurso político compuesto por ideas que se forjaron tiempo atrás y que de a poco se presentó, primero, como discurso, luego como institución informal y finalmente como institución formal, por lo tanto verificándose esa especie de domesticación del discurso sobre revocatoria que se observó en la posición tomada por el presidente de la CONAIE durante la caída de Gutiérrez, quien ya no invocó a la movilización como mecanismo principal para presionar y lograr la salida del presidente sino que solicitó se consulte al pueblo al respecto. Y ese trajinar hacia la formalidad fue una posición discursiva que estaba presente en las ideas de asambleístas de PAIS, como es el caso de Gabriel Rivera quien manifestó que las acciones de hecho no podrían ser las que primen en la exigencia del cumplimiento de los derechos: […] cuando se instituye la Asamblea Constituyente 2008 entonces fue un grito ciudadano un pedido de que también haya también revocatoria del mandato para aquellos Presidentes que no cumplían con su con sus postulados entonces se amplió , se amplió de diputados a alcalde y prefectos a Presidente de la Republica y yo creo que son mecanismos necesarios porque a estas alturas nosotros no podemos permitirnos el que sean acciones de hecho las que finalmente establezcan la agenda o que sean la forma en que la gente reclame por sus derechos (G, Rivera, Entrevista personal, 25 de junio de 2012) 197 Conclusiones Los actores políticos dominantes en una y otra ANC fueron portadores de ideas y discursos políticos distintos, por lo que responder por qué la RMP a presidentes fue institucionalizada en una ANC y no en otra, dice relación con un fenómeno complejo. La coalición política que se impuso en la ANC 1997-98, defendía una visión liberal del orden político y mediante dicho escenario pugnaron por fortalecerla poniendo como eje de articulación de las deliberaciones la idea de gobernabilidad. La mayoría política hegemónica en la ANC 2007-08 propugnaban por dar un giro al orden político y plasmaron una democracia catalogada que en su Plan de Gobierno como “[…] democracia participativa radical, incluyente […]” (Plan de Gobierno de Alianza País, 2006: 21) y en la Constitución de 2008 como participativa y protagónica (Art 95). Esto explica porque durante la ANC 1997-98 no se institucionalizó la RMP presidencial pues quienes dominaron la ANC se concentraron en resolver el problema de la (in)gobernabilidad, que a su juicio solo tenía arreglo dentro de los cánones de la democracia representativa, que debía ser ‘reparada’ o fortalecida pero no puesta en duda. Es decir, la ingobernabilidad se solucionaba con el reacomodo o reingeniería de la institucionalidad formal bajo los cánones de la democracia liberal, obviando las señales de alerta que dio la movilización indígena y la contestación social previa. La RMP a presidentes se instauró en la ANC 2007-08 pues su discursó giró sobre el cambio de orden político y esas ideas eran compatibles con todo ese repertorio discursivo (que se forjó desde los años 90 y fue impulsado por las izquierda(s) y por los de abajo) que alcanzó notoriedad y factibilidad de materializarse cuando las fuerzas de izquierdas las que manejaron la agenda constituyente. Para entender la ANC 2007-08 que instauro la RMP presidencial no se pudo prescindir de lo que se conoce como constitution making-process (PEC) que permitió ir más allá de los meros textos constitucionales de la simple elección constitucional, para que la exploración de la caja negra y las fuentes políticas de la elección institucional, no se estacione en la generalidad y que gire su mirada hacia la reflexión de cómo se elaboran dentro de un proceso constituyente instituciones claves para el desempeño democrático. 198 HALLAZGOS 1. Las visiones sobre orden político y las ANC como espacios para su discusión Entre 1990 y 2007 se desarrolló una tensión entre dos visiones sobre político. La pugna inició con el levantamiento indígena de 1990 y su entrada en la escena política reafirmando su poder en nuevos levantamientos en 1992 y 1994, pero especialmente durante las movilizaciones que antecedieron al derrocamiento de Bucaram; y culminó con el denominado giro a la izquierda en 2007. Entre el levantamiento indígena y el giro a la izquierda, se sucedieron diferentes acontecimientos políticos guiaron la pugna, siendo la institucionalización de la RMP a presidentes un indicador muy importante que singulariza la tensión. La caída del presidente Bucaram en febrero de 1997 llevó a que se celebre la ANC 1997-98, escenario donde las dos visiones sobre orden político se disputaron el diseño constitucional y la institucionalización de sus ideas. El proceso fue manejado por las élites tradicionales, por lo que las ideas y los discursos que se manifestaron entre 1990 y 1997 no tuvieron la acogida que sus defensores esperaban. La caída de Bucaram incentivó a que se consulte y se discuta sobre la institucionalización o no de la RMP presidencial, cuestión que no fue institucionalizada aunque si se lo hizo para el caso de los alcaldes, prefectos y diputados, pero el diseño para poner en marcha la institución tuvo unas peculiaridades que hicieron que sea imposible usarla, de hecho entre 1998 y 2007 no hubo ni siquiera una solicitud de revocatoria para dichas autoridades, peor aún un proceso puesto en marcha. Posteriormente, con el derrocamiento de Mahuad en 2000, el ascenso a la presidencia por parte de uno de sus derrocadores (Gutiérrez) en 2003 y su posterior caída en 2005, la tensión entre ideas sobre orden político siguió girando alrededor de la intención de instaurar la RMP a presidentes y estuvo presente en la esfera de discusión pública y en los discursos de los actores políticos. Dicha intención fue recogida por Palacio el sucesor del derrocado Gutiérrez quien trató de convocar una ANC, así como instituir la RMP presidencial sin tener éxito, hasta que en las nuevas elecciones en 2006 emerge Rafael Correa quien logró sintetizar en su discurso buena parte de las 199 aspiraciones inconclusas que se venían forjando desde 1990, prometió convocar una ANC la cual se instaló e institucionalizó la RMP a presidentes. Durante las ANC se definieron cuáles eran los ganadores de la pugna que se mantenía durante todo el periodo inmediato anterior a sus celebraciones. La pugna entre las elites tradicionales y los de abajo que se llevó a cabo entre 1990 y 1997 tuvo su batalla final durante las deliberaciones de la ANC 1997-98, donde triunfaron los de arriba, se impuso la idea de impulsar la gobernabilidad y por lo tanto la RMP presidencial no pasó. La pugna entre las elites tradicionales y los de abajo que se llevó a cabo entre 1998 y 2007 tuvo su batalla final durante las deliberaciones de la ANC 2007-08 donde se impulsó el cambio de orden político, se criticó fuertemente la constitución inmediata anterior y por lo tanto se institucionalizó la RMP a presidentes. En definitiva, como dijo la ex asambleísta María Paula Romo, para entender la institucionalización de la RMP hay que considera un contexto político de aproximadamente 10 años de inestabilidad política: Cuando yo empecé mi explicación es exactamente la línea de pensamiento, es decir, uno solamente entiende las decisiones en su contexto, el contexto ecuatoriano no solamente es de un presidente fuerte y una bancada mayoritaria en la Asamblea Constituyente, es también el contexto de un país de diez años sin que ningún presidente terminó su período, entonces frente a las otras formas los presidentes terminaron sus períodos, esta parecía la institucionalmente correcta, democrática que usted no la puede comparar con la nada hay que compararla con la que el Ecuador había vivido para esos años y si usted revisa cuáles eran las experiencias anteriores, ésta evidentemente aseguraba mayor estabilidad que las otras” (M.P. Romo, Entrevista Personal, 15 de junio de 2012). La mencionada pugna tuvo diferentes aristas, pero instaurar o no la RMP presidencial marcó la diferencia entre abogar por la reforma de la democracia liberal o pugnar por la implantación de un nuevo orden político. 2. Racionalidad discursiva y racionalidad instrumental La racionalidad instrumental es el elemento teórico preponderante en la tesis de Colomer y Negretto mencionado en el capítulo primero cuando se formuló el problema de investigación y en la práctica de los actores políticos que decidieron no instaurar la RMP 200 presidencial durante la ANC 1997-98. ¿Por qué la racionalidad instrumental no se puso en marcha durante la ANC 2007-08? Pues porque se impuso una racional de nuevo tipo, una racionalidad discursiva, es decir, una actuación estratégica que consideró las implicaciones y recompensas de largo plazo, pero sobre todo la imposibilidad de obviar la fuerza discursiva de ideas que se desarrollaron desde hace por lo menos 17 años antes que la ANC 2007-08 se efectúe. En el caso ecuatoriano uno de los elementos que explica el giro a la izquierda es que Rafael Correa hizo suyo el discurso de la izquierda(s) y dentro de aquella estructura discursiva general estaba contenida la idea de instaurar la RMP a presidentes. Al tomar el discurso de las izquierdas se estaba produciendo un compromiso con un conjunto diverso de ideas muy fuertes que no podían ser obviadas. Es probable que en circunstancias diferentes a las que Correa asumió el poder y en diferentes coyunturas y procesos políticos con los rasgos del ecuatoriano, la mayoría hegemónica pudiera haber obviado la institución de la RMP presidencial, pero debido a que el tema fue central en diferentes etapas de discusión sobre el cambio y reforma política, el tema no se podía dejar atrás. El discurso sobre RMP a presidentes logró tal fuerza y legitimidad, que su mención era inevitable para los que pretendían dar un vuelco al orden político y para quienes pretendían ganar la presidencia de la república. En definitiva, fue racionalmente conveniente retomar las líneas discursivas más importantes que se desarrollaron desde 1990 para llegar al poder, pero al hacerlo, la fuerza histórica y discursiva de las ideas era de tal naturaleza, que para mantenerse en el poder se debían considerar cada una de las ideas más importantes, entre otras, la RMP presidencial. Si no se obviaba la razón de los discursos y se escogía la razón instrumental, Correa no habría logrado que alrededor de su discurso confluyan las diferentes vertientes de las izquierdas ecuatorianas, ni los sectores que desde 1990 y durante las caídas de presidentes se movilizaron desde abajo. Redundando, luego de la caída del presidente Gutiérrez en 2005 y el intento fallido de reforma política e institucionalización de la RMP a presidentes por parte de su sucesor Palacio, el discurso político que englobó ideas sobre la RMP, la reforma 201 política, la instalación de una ANC, la lucha contra el neoliberalismo, etc fue capitalizado por Rafael Correa, cuyas posteriores actuaciones estuvieron influenciadas por aquel discurso político; por lo que cuando llegó a la presidencia fue prácticamente imposible (inconveniente) obviar el programa que se había construido alrededor de dicho discurso político, y así cuando se trató sobre la institucionalización o no de la RMP presidencial, la racionalidad instrumental cedió ante la racionalidad discursiva. Es decir, cuando la(s) izquierda(s) liderada por Correa llegó al poder se encontró en una especie de dilema entre un desempeño político instrumental maximizador de interés y una actuación según los lineamientos del discurso político que se venía forjando desde 1990. Al momento de decidir, primero, mantener o no la RMP a presidentes en el discurso político y luego incluirlo como tema de debate en ANC 200708, la racionalidad discursiva (coherencia con las ideas defendidas) se impuso no solo por la fuerza que el discurso, sino porque los decisores formaron parte de aquellos que trataron de cambiar el orden político, por lo que habría sido irracional que no hayan materializado sus ideas. De esa manera, la racionalidad instrumental no cabía en aquella coyuntura a pesar que actores políticos individuales hubieran deseado no instaurar la RMP presidencial; es decir lo que a primera vista parece una suerte de ingenuidad por parte de los políticos que dominaron la ANC 2007-08 (instituir la RMP a presidentes) no lo fue, pues estaban actuando en base a otras premisas. Eso se entiende de mejor forma al considerar el testimonio de Pedro de la Cruz, dirigente indígena (FENOCIN) protagonista de varias movilizaciones sociales y callejeras y ex Asambleísta Constituyente en 2007-08: No creo que de ninguna manera pueda haber ingenuidad, nosotros lo que decimos es que la democracia se hace con más democracia, entonces por lo tanto una democracia, en donde el presidente no cumpla con la oferta puede ser también claro usado contra sí mismo no, pero, pero no, en donde queda el discurso pues, nosotros lo que creemos el pueblo y porqué tiene el apoyo el presidente y la popularidad que tiene porque lo que dice lo hace no porque por cálculos políticos se va a negar, esa propuesta que era uno de los proyecto político, incluso puede suceder si se reelige el presidente puede ser revocar el mandato en lo posterior, 202 hay mecanismos, no sé si la oposición pueda recolectar las firmas para el respaldo de la revocatoria del mandato y bueno pues habido experiencias en el tema de la alcaldías, algunos revocaron, algunos le ratificaron, entonces supóngase que en la revocatoria la oposición le dan, si el presidente tiene este apoyo le pueden ratificar con mayor fuerza y esa ratificación significa que tiene mayor autoridad para seguir haciendo los cambios, entonces yo creo como digo una vez más la democracia se hace con más democracia, con mayor participación del pueblo, mayor participación del soberano y al menos en mi criterio no ninguna ingenuidad, sino que fue una propuesta política que se cumplió con el pueblo ecuatoriano” (P. De la Cruz, Entrevista personal, 15 de junio de 2012) La posición discursiva anterior se complementa y confirma con lo manifestado por el ex Asambleísta constituyente Gabriel Rivera: […] en términos pragmáticos hubiéramos dicho no, nosotros tenemos Presidente y pueda ser que se re elija, no a la revocatoria, pero no estamos legislando al más alto nivel constituyente para nuestro Presidente sino que estamos haciéndolo convencidos que es una herramienta para profundizar las, eh, las formas de que de participación democrática de la gente, no cierto; asegurar de que se cumpla lo que se promete y también hay que reconocer que es un coletazo de esas malas experiencias que la gente tuvo con anteriores presidentes, Mahuad, Bucaram, Lucio Gutiérrez que salieron, eh, por claro que si movimientos populares que luego fueron como te dije utilizados por ciertos grupos económicos políticos pero que no habían mecanismos institucionales para deshacerse de ese mal Presidente entonces era un sobre entendido ahí en la Asamblea Constituyente de que teníamos la necesidad de o sea lo entendemos como un mandato ciudadano entonces no hubo ahí mayor problema (G, Rivera, Entrevista personal, 25 de junio de 2012) 3. Las ideas explican la creación de instituciones Las ideas importan, pues los discursos políticos que los acogen tienen un impacto en las instituciones, creándolas, por ejemplo. En el caso de estudio, los discursos emergieron en contextos de coyunturas críticas y conflictos políticos que abrieron escenarios de configuración de ideas y discursos políticos que se desarrollaron a lo largo del tiempo y que en contextos como una ANC lograron materializarse convirtiéndose en instituciones. La institucionalización (nacimiento) de la RMP presidencial se explica si se ubican las ideas y los discursos políticos que propugnaban su instauración en su relación con las 203 coyunturas históricas, sociales y políticas en que los discursos respectivos lograron notoriedad y tomaron fuerza para ser consideradas dentro de un PEC. María Paula Romo ex asambleísta permite mirar que la crisis política que azotó al país por varios años les hizo pensar y considerar las ideas de institucionalizar la RMP presidencial: […] en el caso ecuatoriano algo que se discutió mucho, nosotros cuando Rafael Correa ganó la presidencia de la República, es decir, antes de la constituyente, el Ecuador llevaba diez años sin que algún presidente terminara su período y entonces estas formas en las que el presidente terminaba los períodos fuera de la ley, de forma extra institucional, si provocaron la discusión de que si no fuera mejor, si no sería mejor tener unos mecanismos que permitan quitarle la confianza que es un revocatoria del mandato quitarle la confianza a un presidente de la República, a un alcalde, a un diputado si es que ya las faltas en el ejercicio de sus funciones son muy graves, la verdad es que yo creo que esos son mecanismos más legítimos que cualquier otros (M.P. Romo, Entrevista Personal, 15 de junio de 2012) La posición discursiva recién mencionada es un indicador de lo que las ideas logran en el discurso de quienes defendieron la instauración de la RMP a presidentes, pues cada uno de los hechos y circunstancias a las que se remite Romo fueron precisamente los contextos que fortalecieron ideas que permearon de tal forma el discurso de los actores políticos de izquierda(s) que institucionalizar la RMP a presidentes era algo más que obvio y dicha obviedad obedece a que no fue la elección interesada, ni el determinismo histórico, ni los factores sociales los que empujaron a la creación de la institución, sino fueron las ideas las que influyeron directa y fuertemente para que aquello suceda. 4. La diferencia entre la elección y el diseño institucional. Hay que entender que no todo el PEC se da en la formalidad del debate en las instancias establecidas, sino en otros ámbitos: “[…] las discusiones, debates no se dan solamente en el plenario o en la instancias formales sino también hay mucha conversación en los pasillos, pero sí hay otras instancias […]” (M.A. Calle, Entrevista personal, 22 de junio de 2012) 204 Así como los debates para elegir y diseñar una constitución no se producen únicamente en el plenario o en las instancias formales, se debe estimar que hay una diferencia entre la elección y el diseño de instituciones. De la revisión de la bibliografía especializada sobre el PEC mencionada en capítulos anteriores, se cae en la cuenta que generalmente se consideran a la elección y el diseño institucional como sinónimos, sin embargo, del presente estudio se desprende que hay que diferenciar claramente entre la elección y el diseño institucional, pues de la observación y análisis de los debates sobre la institucionalización de la RMP tanto en la ANC 1997-08, como en la ANC 2007-08 se desprende que la elección de una institución no asegura su eficacia, pues eso depende de su diseño. Como ya se explicó en el capítulo anterior, los políticos de derecha(s) incluyeron la RMP a alcaldes, prefectos y diputados en la Constitución de 1998, como una forma de librarse de la presión de los sectores de izquierda(s) que solicitaron la institucionalización de la RMP a todas las autoridades de elección popular, pero al elegir una institución con la que no estaban de acuerdo, se aseguraron de diseñarla de tal forma que sea prácticamente imposible su uso, al establecer porcentajes elevados de firmas para convocar un proceso de RMP. En el proceso de institucionalización de la RMP a presidentes durante la ANC 2007-08 también se cae en la cuenta que existe una diferencia entre la elección y el diseño institucional, pues si bien se eligió la RMP para todas las autoridades de elección popular, su diseño difiere para el caso del presidente frente a otras autoridades de elección popular. La diferenciación entre la elección y el diseño de instituciones permite entender la existencia de una especie de espacio de maniobra de los que participan en un PEC, pues podrían elegir instituciones pero asegurar o no su eficacia mediante su diseño. Cuando se sostiene que la racionalidad discursiva se impuso sobre la racionalidad instrumental, vale dejar claro que esa cuestión en el presente caso de estudio se observa en lo referente a la elección de la institución, sin que se pueda asegurar aún que influyó 205 o no en el diseño institucional, pues no se han llevado adelante procesos de RMP a presidentes en el Ecuador, como si sucedió, por ejemplo, en Venezuela. 5. La subsunción de la RMP a los parámetros de la democracia liberal Los MDD teóricamente tienen como finalidad o podrían servir para dar un vuelco a la democracia liberal. Si se estima el proceso que sucedió en el Ecuador para que el MDD de la RMP presidencial se institucionalice, se puede sostener que la lucha, para que eso suceda, se basó en un discurso que interpeló la democracia liberal. De hecho, durante la caída de presidentes, de manera específica cuando se derrocó a Mahuad en enero de 2000 y se instalaron asambleas populares e instancias paralelas de gobierno que buscaban ofrecer e implementar un nuevo orden político, se observó uno de los momentos más álgidos de la denostación contra la democracia liberal, sin embargo, de manera paradójica los MDD como la RMP a presidentes buscó su institucionalización a costa de someterse a los postulados básicos de la democracia liberal, es decir, el voto en las urnas manifestando un sí o un no, bajo circunstancias predeterminadas. La RMP presidencial en Ecuador se ejecutó mediante la movilización popular y de hecho durante la caída de Mahuad, uno de sus derrocadores, el Coronel Lucio Gutiérrez manifestó que el pueblo en las calles era una manifestación de la voluntad del pueblo más valiosa que el voto en las urnas (ver capítulo 4). Sin embargo, la institucionalización formal de la RMP a presidentes implicó precisamente que la manifestación de la voluntad no se exprese por la movilización en las calles sino en las urnas, cumpliendo requisitos de antemano para que el proceso pueda ser convocado y válido. Si bien formalmente todo el repertorio discursivo que sustenta la instauración de la RMP a presidentes dice relación con la intención de dar un vuelco al orden político e instaurar uno diferente al liberal representativo, en la práctica las manifestaciones de ese nuevo orden expresadas en MDD como la RMP están insertas en el ordenamiento 206 político pero no como un par jerárquicamente igual frente a las instituciones liberales tradicionales, sino subsumidas a su lógica. 6. RMP a presidentes y su correlación con la izquierda política Si se estima que los indígenas, los sindicatos, los movimientos y partidos políticos, los de abajo durante el proceso político ecuatoriano en que se observó pusieron en jaqué a presidentes, los deslegitimaron, se movilizaron en su contra, presentaron propuestas de normativa sobre RMP para ser discutidas en las ANC etc, todos de manera expresa apostaron por posiciones ideológicas de izquierda y si se estima que quienes se opusieron a la instauración de la RMP confluyen en las derechas ecuatorianas, se decanta indefectiblemente una correlación directa, fuerte y valida entre la RMP a presidentes y la ideología de izquierda. Sin pretender definir que se puede catalogar como de izquierda, lo principal es tomar en consideración que todos los actores políticos individuales y colectivos mencionados a lo largo del trabajo y que propugnaron por la configuración de la RMP a presidentes, se auto catalogan o se consideran de izquierda(s) lo que significa que el lenguaje político relacionado con la RMP, forma parte de los repertorios discursivos de actores políticos que se estiman de izquierda(s) y que por lo tanto defienden la idea de insertar en el sistema político la institución objeto de estudio. La correlación mencionada es muy clara en el caso estudiado en este trabajo, pero adquiere mayor importancia e interés si se considera que los sistemas políticos de Venezuela y Bolivia instituyeron la RMP a presidentes a propósito de su giro a la izquierda, lo que permite afirmar que la institucionalización de la RMP presidentes forma parte de la agenda y discurso político de movimientos, partidos y gobiernos de izquierda. 207 BIBLIOGRAFÍA. Abal Medina, Juan (2004). “La tensión entre participación y representación: repensando el vínculo entre gestión pública participativa y los fines político-partidarios”, en González Bombal, Inés (compiladora) Fortaleciendo la Relación Estado-Sociedad Civil para el Desarrollo Local, Argentina, Libros del Zorzal, pp. 21-34. Accarino, Bruno (2003). Representación, Buenos Aires, Nueva Visión. Ackerman, Bruce (1992). The Future of Liberal Revolution. New Haven: Yale University Press. _______________ (1991). We the People. 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El porcentaje de firmas y el número de votos para RMP a prefectos es más alto que el número de votos con que se eligieron Prefecto/ Provincia Azuay Bolívar Cañar Carchi Chimborazo Cotopaxi El Oro Esmeraldas Galápagos Guayas Imbabura Loja Los Ríos Manabí Morona Santiago Napo Orellana Pastaza Pichincha Sucumbíos Tungurahua Zamora Chinchipe Padrón electoral 451 213 132 670 169 593 114 212 316 516 252 755 375 700 264 338 11 415 2 266 274 253 101 299 143 456 144 912 109 72 995 48 822 48 242 39 338 1 689 325 78 930 340 601 50 538 Votos emitidos 295 672 92 272 90 441 87 458 216 726 191 489 260 522 165 810 8 629 1 630 250 182 363 192 762 338 995 646 629 43 600 38 101 36 560 28 469 1 231 247 55 883 78 806 33 638 Votos ganador 80 305 19 479 18 496 30 627 48 870 56 471 103 076 47 579 4 330 539 654 49 332 67 701 124 202 242 208 20 605 13 359 10 732 13 500 497 686 10 055 252 221 10 484 30% firmas empadronados 135 363.9 39 801 50 877.9 34 263.6 94 954.8 75 826.5 112 710 79 301.4 3 424.5 679 882.2 75 930.3 89 742.9 136 843.2 273 632.7 21 898.5 14 646.6 14 472.6 11 801.4 506 797.5 2 3679 102 180.3 15 161.4 Fuente: Elaboración propia en base a datos obtenidos en CNE 245 ANEXO 2. El porcentaje de firmas y el número de votos para RMP a alcaldes es más alto que el número de votos con que se eligieron Alcaldía Aguarico Alausi Ambato Antonio Ante Arajuno Archidona Arenillas Atacames Atahualpa Azogues Baba Babahoyo Balao Balsas Balzar Baños Baquerizo M. Biblian Bolívar (C) Bolívar(M) Buena Fe Cañar Cascales Catamayo Cayambe Celica Cent. Cóndor Cevallos Chaguarpamba Chambo Chilla Chillanes Chimbo Padrón electoral 2 438 31 656 221 684 25 692 2 557 12 450 14 756 16 429 5 134 58 653 22 960 91 763 8 715 4 518 36 832 14 017 13 809 20 625 10 618 30 935 30 228 42 860 4 716 18 274 42 902 9 174 4 038 5 897 5 982 8 006 2 366 13 132 12 258 Votos emitidos 1 629 18 484 159 332 20 083 1 698 9 750 9 420 11827 3 865 31 949 18 117 71 065 6 370 3 267 25 621 10 882 11 007 8 783 7 910 21 440 22 733 23 037 3 641 11 944 34 465 5 925 2 516 4 534 3 823 6 058 1 893 9 067 8 247 Votos ganador 575 3 771 53 503 6 354 619 2 187 2 588 4 064 1 927 7 960 5 709 30 541 2 244 749 5 728 3 542 3 458 3 465 3 754 9 169 7 979 8 175 1 239 3 976 10 647 2 883 684 1 338 1 025 2 386 755 2 656 3 242 30% padrón 731.4 9 496.8 66 505.2 7 707.6 767.1 3735 4 426.8 4 928.7 1 540.2 17 595.9 688.8 27 528.9 2 614.5 1 355.4 11 049.6 4 205.1 4 142.7 6 187.5 3 185.4 9 280.5 9 068.4 1 285.8 1 414.8 5 482.2 12 870.6 2752.2 1 211.4 1 769.1 1 794.6 2 401.8 709.8 3 939.6 3 677.4 Alcaldía Chinchipe Chone Chordeleg Chunchi C.ArosemenaT. Colimes Colta Cotacachi M. Maridueñas Daule Déleg Duran Echeandía El Carmen El Chaco El Empalme El Guabo El Pan El Pangui El Tambo El Triunfo Eloy Alfaro Esmeraldas Espejo Espíndola Fco. Orellana Flavio Alfaro Girón G. Pizarro Gonzanama Gral. Elizalde Guachapala Gualaceo Padrón electoral 4 918 91 599 7 999 10 355 1 889 11 996 40 171 26 077 8 997 71 074 7 905 81 154 9 805 56 590 3 769 47 721 26 532 2 693 4 768 6 819 25 207 19 828 1 19 314 10 958 11 639 25 354 18 026 12 326 4 120 11 389 6 313 2 406 30 012 Votos emitido 3 547 63 114 4 718 5 427 1 556 9 438 25 239 17 781 6 306 54 119 2 585 58 687 7 273 38 295 3 031 30 857 19 745 1 540 2 944 3 855 17 015 11 127 77 040 8 540 6 030 18 973 13 476 5 870 3 186 6 595 4 230 1 634 16 698 Votos ganador 1 622 21 584 1 460 1 744 403 3 210 6 139 7 806 2 555 25 302 951 25 184 2 034 26 317 623 12 721 8 688 636 1 280 909 9 700 2 310 40 554 3 042 3 191 5 570 5 040 2 306 1 024 2 023 2 778 574 5 831 30% padrón 1 475.4 27 479.7 2 399.7 3 106.5 566.7 3 598.8 12 051.3 7 823.1 2 699.1 21 322.2 2 371.5 24 346.2 2 941.5 16977 1 130.7 14 316.3 7 959.6 807.9 1430.4 2045.7 7562.1 5948.4 35794.2 3287.4 3491.7 7606.2 5407.8 3697.8 1236 3416.7 1893.9 721.8 9003.6 246 Gualaquiza Guamote Guano Guaranda Guayaquil Huamboya Huaquillas Ibarra Isabela Isidro Ayora Jama Jaramijó Jipijapa JoyaSagchas Junín La Libertad La Mana La Troncal Lago Agrio Las Lajas Las Naves Latacunga Limón Logroño Loja L. Sargentillo Loreto Macara Mira Mocache Mocha Montalvo Montecristi Montufar Morona Muisne Nabón 9 087 23 075 28 380 61 553 1 440 070 3 204 23 498 112 445 1 116 5 079 7 470 7 481 57 878 13 751 16 401 47 510 21 402 27 921 42 780 4 063 4 003 107 275 6 706 3 463 130 356 8 757 6 699 14 123 9 354 18 944 5 734 13 911 31 548 22 322 18 778 14 203 10 264 5 680 17 692 20 522 42 598 1 016 682 1 996 17 460 83 341 932 4 305 4 976 6 446 43 008 10 614 11 655 39 425 16 140 17 689 30 047 2 893 2 946 85 334 3 845 1 943 91 103 7 611 5 403 8 318 6 830 14 847 4 279 9 092 23 956 17 259 11 893 8 369 6 860 2 638 6 715 5 977 11 472 520 247 710 9 320 27 273 589 1 586 2 261 2 516 8 567 2 577 5 534 15 938 4 874 5 361 4 839 1 299 1 088 18 290 1 621 570 34 359 2 849 1 974 3 586 2 680 3 981 1 128 2 791 8 397 4 574 2 169 1 829 2 075 2726.1 6922.5 8514 18465.9 432021 961.2 7049.4 33733.5 334.8 1523.7 2241 2244.3 17363.4 4 125.3 4 920.3 14253 6 420.6 8 376.3 12834 1 218.9 1 200.9 32 182.5 2 011.8 1 038.9 39 106.8 2 627.1 2 009.7 4 236.9 2 806.2 5 683.2 1 720.2 4 173.3 9 464.4 6 696.6 5 633.4 4 260.9 3 079.2 Nangaritza Machala Manta Marcabeli Mejia Mera Milagro Naranjal Naranjito Nobol Olmedo Olmedo/Puca Oña Otavalo Pablo Sexto Pajan Palanda Palenque Palestina Pallatanga Palora Paltas Pangua Paquisha Pasaje Pastaza Patate Paute Pedernales Pedro Carbo P. Moncayo P. Maldonado Pelileo Penipe Pichincha Píllaro Pimampiro 2 647 150 730 137 589 4 298 40 840 4 842 114 153 31 861 22 511 9 512 4 358 9 147 2 642 66 123 841 36 313 4 122 12 963 9 449 8 210 4 004 18 027 11 821 1 680 50 354 29 725 8 242 18 082 24 500 26 696 14 609 6 082 35 363 6 024 28 713 29 234 11 557 1 856 104 400 98 655 2 526 31 854 3 638 81 059 22 329 16 076 7 997 2 860 6 515 1 748 44 590 683 25 961 3 124 9 612 7 660 5 524 2 473 10 914 8 198 1 283 34 134 21 219 6 469 10 966 16 286 21 788 11 615 4 157 28 112 4 363 12 547 22 508 8 363 518 49 375 42 121 750 8 506 900 26 704 6 337 7 259 3 232 1 319 1 205 487 18 722 276 8 158 1 388 2 805 2 787 1 994 839 2 894 1 635 517 10 199 5 671 2 671 4 245 6 970 2 887 3 357 1 321 8 878 1 719 4 745 7 662 1 674 794.1 45219 41 276.7 1289.4 1 2252 1452.6 34245.9 9558.3 6753.3 2853.6 1307.4 2744.1 792.6 19836.9 252.3 10893.9 1236.6 3888.9 2834.7 2463 1201.2 5408.1 3546.3 504 15106.2 8917.5 2472.6 5424.6 7350 8008.8 4382.7 1824.6 10608.9 1807.2 8 613.9 8 770.2 3 467.1 247 Pinas 18 719 11 943 5 175 5 615.7 Sta. Ana 37 626 26.121 10 290 Pindal 4 927 3 424 1 308 1 478.1 Sta. Clara 2 214 1.903 632 Playas 19 137 16 026 3 202 5 741.1 Sta. Cruz 6 079 4.638 2 668 Portovelo 8 183 5 721 1 964 2 454.9 Sta. Elena 69 640 59.963 7 813 Portoviejo 180 110 132 074 34 772 54033 Sta. Lucia 23 519 19.010 7 521 Puerto Quito 7 134 5 329 1 760 2 140.2 Sta. Rosa 44 223 29.491 11 026 Pujili 44 876 31 671 7 322 13 462.8 Santiago 5 444 3.441 1 216 Putumayo 3 405 2 351 858 1 021.5 Sto. Domingo 211 205 140.850 46 745 Puyango 12 537 7 691 2 812 3 761.1 Saquisili 13 770 10.417 2 811 Pucara 6 760 4 374 1 131 2028 Saraguro 19 547 12.329 3 532 Pueblo Viejo 19 172 15 213 5 613 57 51.6 Sevilla de Oro 4 554 2.974 1 009 Puerto López 11 493 9 765 4 127 34 47.9 Shushufindi 18 534 13.546 2 099 Quero 12 758 10 211 4 099 38 27.4 Sigchos 13 612 9.472 3 537 Quevedo 117 534 81 797 25 024 35 260.2 Sigsig 19 531 11 696 3 119 Quijos 3 393 2 705 996 1 017.9 Simón Bolívar 11 912 8 245 4 102 Quilanga 3 827 2 103 684 1 148.1 Sozoranga 5 706 2 965 1 591 Quininde 65 542 41 007 16 744 19 662.6 Sta.Isabel 14 089 8 866 4 515 Quito 1312 767 961 710 47 894 393 830.1 Sucre 41 537 29 403 9 026 Rio Verde 13 369 8 106 2 455 4 010.7 Sucua 10 590 6 072 1 525 Riobamba 152 325 107 637 24 739 45 697.5 Sucumbíos 1 987 1 683 684 Rocafuerte 24 379 18 674 7 416 7 313.7 Suscal 4 810 2 539 956 Rumiñahui 47 536 37 322 13 227 14 260.8 Taisha 6 321 2 875 2 011 Salcedo 39 999 30 217 8 816 11 999.7 Urcuquí 11 207 8 406 2 849 Salinas 27 822 24 148 6 231 8 346.6 Urdaneta 19 993 15 067 4 415 Salitre 32 227 24 197 7 275 9 668.1 Valencia 16 802 12 778 8 399 Samborondón 27 392 16 779 7 986 8 217.6 Ventanas 46 325 33 226 10 900 San Cristóbal 4 220 3.059 1 278 1266 Vinces 45 549 35 363 7 193 San Fernando 3 571 2.058 820 1071.3 Yacuambi 2 903 2 298 739 San J. Bosco 1 983 1.209 541 594.9 Yaguachi 27 209 19 997 6 451 San Lorenzo 15 653 9.666 2 413 4695.9 Yanzatza 10 415 6 271 1 579 San Miguel 22 398 15.292 4 635 6719.4 Zamora 15 047 9 752 2 681 San M. Bancos 6 250 4.509 1 725 1875 Zapotillo 6 957 4 888 2 225 San P. Huaca 5 456 4.483 1 473 1636.8 Zaruma 18 335 12 357 2 435 San Vicente 13 592 9.323 2 925 4077.6 24 de Mayo 24 709 16 436 7 021 Fuente: Elaboración propia a partir de datos de las elecciones de autoridades seccionales en Ecuador en 2004 disponibles en CNE. 11287.8 664.2 1823.7 20892 7055.7 13266.9 1633.2 63361.5 4131 5864.1 1366.2 5560.2 4083.6 5859.3 3573.6 1711.8 4226.7 12461.1 3177 596.1 1443 1896.3 3362.1 5997.9 5040.6 13897.5 13664.7 870.9 8162.7 3124.5 4514.1 2087.1 5500.5 7412.7 248 ANEXO 3. Comparación RMP: proyecto CONESUP, proyecto CONAIE y Constitución 2008 Sujetos de RMP Iniciativa Cuando puede solicitarse Proyecto CONESUP Cualquier funcionario elegido por votación popular directa (Art. 246 núm. 1) Un número de ciudadanos en goce de los derechos políticos, que represente por lo menos el diez por ciento de los empadronados en la respectiva circunscripción territorial. Art. 246 num. 2 Transcurrido el primer año y antes del último año de ejercicio de funciones (Art. 246 núm. 4) Por una sola vez dentro del mismo período (Art. 246 núm. 4) Número de ocasiones para solicitar la RMP Requisitos El pronunciamiento aprobación favorable de más de la de la RMP mitad de los votantes (Art. 247 núm. 1) Proyecto CONAIE Todos los funcionarios elegidos por votación popular directa. (Art.259) Un número de ciudadanos en goce de los derechos políticos, que represente por lo menos al cinco por ciento de los empadronados en la respectiva circunscripción territorial (Art.260) Constitución 2008 Autoridades de elección popular (Art. 105 Transcurrido el primer año y antes del último año de ejercicio de funciones, (Art. 261) Cumplido el primero y antes del último año del periodo para el que fue electa la autoridad cuestionada (Art. 105) Por una sola vez dentro del mismo período (Art. 261) Solo un proceso de revocatoria del mandato. (Art. 105) Pronunciamiento favorable de más de la mitad de los votos válidos (Art. 262) La mayoría absoluta de los votos válidos, salvo la revocatoria de la Presidenta o Presidente de la República en cuyo caso se requerirá la mayoría absoluta de los sufragantes. (Art 106) Un número no inferior al diez por ciento de personas inscritas en el registro electoral correspondiente. Para el caso de la Presidenta o Presidente de la República se requerirá el respaldo de un número no inferior al quince por ciento de inscritos en el registro electoral. Art. 105 Fuente: Elaboración propia 249 ANEXO 4. Breves semblanzas de actores políticos claves Fabián Alarcón.- Concejal de Quito (1970). Prefecto de Pichincha (1984-1988). Diputado (1990-1992). Presidente del Congreso (1991). Entre 1992 y 1995, estuvo al frente del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE). Diputado en dos periodos seguidos (1994-1996- 19961998). Presidente Interino (febrero 1997- agosto 1998) Rodrigo Borja.- Nació en Quito en 1935. En 1966 formó parte de la comisión especial de juristas nombrada por el presidente de la República para elaborar un proyecto de Constitución. Diputado en 1962, 1970 y 1979. En 1970 fundó Izquierda Democrática. Fue candidato a presidente en 1979, 1984, 1988 y 2002. Fue presidente de la República (1988- 1992). En 2007 fue elegido Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas, no ejerció el cargo porque renunció por discrepancias con este organismo. Abdalá Bucaram.- Nació en Guayaquil, el 20 de febrero de 1952. Intendente de Policía de Guayaquil en 1979. Fundador del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). Alcalde de Guayaquil (1984-1985). Asilado político en Panamá (1985-1987). Candidato a la presidencia en 1998 y 1992. Presidente de la República (agosto 1996- febrero 1997) Rafael Correa Delgado.- Economista, docente universitario, ministro de Economía en 2005, presidente de la República (2007- 2009; 2009-2013; 2013-2017 Sixto Durán Ballén.- Nació el 14 de julio de 1921 en Boston. Cofundó el Partido Social Cristiano (PSC). Fue ministro de obras públicas (1956-1960); Alcalde de Quito (1970-1978); candidato a la presidencia en 1979, 1988 y 1992. Diputado nacional en 1984. En 1991 formó el Partido Unidad Republicana (PUR). Presidente de la República (1992-1996). Diputado del CN y embajador del Ecuador en el Reino Unido (2000-2003). León Febres-Cordero Ribadeneyra.- Nació en Guayaquil el 9 de marzo de 1931 y falleció en la misma ciudad el 15 de diciembre de 2008. Fue miembro de la Asamblea Constituyente (1966-1967); Senador (1968-1970), Legislador en 1979 y 1983 fue Presidente del Ecuador (1984-1988); dos veces Alcalde de Guayaquil (1992-1996 y 1996-2000); Diputado (20022004). En su desempeño privado fue Gerente General de las Empresas Industrial Molinera y Sociedad Anónima San Luis (1962-1983); Presidente de Industrial Cartonera Ecuatoriana y Papelera Nacional (1974-1980). Presidente de la Federación de Cámaras de Industrias del Ecuador (1973-1979); Presidente de Interamericana de Tejidos (1976-1980). Director y Presidente de la Cámara de Industriales de Guayaquil en varios períodos entre 1965 a 1979. Lucio Edwin Gutiérrez Borbúa.- Nació en Quito, 23 de Marzo de 1957. Coronel del Ejército Ecuatoriano. Edecán de los presidentes Abdalá Bucaram y Fabián Alarcón Rivera. En 2000 lideró el levantamiento indígena-militar contra el Gobierno de Jamil Mahuad. Fundó el Partido Sociedad Patriótica 21 de enero (PSP). Presidente de la República (2003-2005). Osvaldo Hurtado.- Colaboró en el proceso de preparación de los proyectos de leyes del referéndum, de Partidos Políticos y de Elecciones durante 1977 y 1978 durante la transición de gobiernos autoritarios a democráticos. Vicepresidente (1979-1981) y presidente de la República (1981-1984). Representante por Pichincha y Presidente de la Asamblea Nacional Constitucional de 1997-1998. En octubre de 2001 conformó el movimiento político "Patria Solidaria" para participar en las elecciones presidenciales del 2002. Gustavo Noboa Bejarano.- Rector de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil (19861996). Gobernador de la provincia de Guayas, 1983-1984). Presidente de la Comisión Interinstitucional para el análisis de la situación de la educación superior en el país y presidente de la Comisión de Investigación Científica y Tecnológica del Consejo Nacional de 250 Universidades y Escuelas Politécnicas (CONUEP) y miembro de la Junta Constructiva del Ministerio de Relaciones Exteriores (1995). Vicepresidente (1998- 2000) Presidente de la República (2000-2003). Alfredo Palacio González.-Médico cardiólogo, en 1980 fundó en Guayaquil el Instituto Nacional de Cardiología Alfredo Palacio (INCAP), Docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, director regional del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Vicepresidente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), órgano que desapareció en abril 1994 merced a la reorganización por el Gobierno del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCT). En lugar de colocarle al frente del nuevo órgano rector del SNCT, la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT). Ministro de Salud Pública (1994-1996). Vicepresidente (2003-2005). Presidente de la República (2005-2007) César Verduga Vélez.- Asesor presidencial y miembro del gabinete de ministros del Presidente Jaime Roldós Aguilera (1979-1981). Diputado y presidente de la comisión de derechos humanos del CN del Ecuador y del Parlamento Latinoamericano (1986-1988); Ministro de Trabajo y Recursos Humanos (1988-1990); Ministro de Gobierno, Justicia, Policía y Municipalidades (1990-1992) Diputado del CN (1996-1997) Ministro de Gobierno (1997-1998) Fuente: Elaboración propia basado en http://www.cidob.org/es/documentacion/biografias_lideres_politicos/%28filtro%29/pais/%28continente% 29/487/%28pais%29/1068#.U0QhdVdoSZE 251 ANEXO 5. Definición, tipos y elementos de la entrevista cualitativa Definición de entrevista "[…] la entrevista es, ante todo, un mecanismo controlado donde interactúan personas: un entrevistado que transmite información, y un entrevistador que las recibe, y entre ellos existe un proceso de intercambio simbólico que retroalimenta este proceso.”(p. 66) Principales tipos de entrevista. En virtud del tipo de comunicación que se desea obtener o la clase de información que se pretende lograr. Entrevista de carácter rígido, definido y directo. Serie preestablecidas de preguntas 1-Entrevistas estructuradas con un conjunto limitado de categorías de respuestas Entrevista Relación de libre asociación entre entrevistado y entrevistador. Se terapéutica propone una temática general dejando que el entrevistado desarrolle los aspectos que tenga que decir sobre el tema. 2-Entrevistas no Estructuradas.- Alto grado Entrevista Experiencias pasadas y vivencias presentes ubicadas en un de libertad y de profundidad. El papel del etnográfica contexto cultural específico. Se lleva a cabo de manera natural en entrevistador no es directivo clásica lugares donde normalmente se desenvuelve el entrevistado. Entrevista en No involucra necesariamente la realización de un proceso de profundidad observación participante, pero si pueden efectuarse en varias ocasiones. 3-Entrevista semiestructurada.- Sirven para Entrevista Intento por combinar parte de las dimensiones asociadas con la entrevistar apersonas que tienen poco tiempo o enfocada o profundidad y la libertad que observan las entrevistas no que están acostumbradas a usar eficientemente centrada. estructuradas con los rasgos de las entrevistas estructuradas. su tiempo (burócratas, administradores Entrevista Entrevista a conjunto de personas que se reúnen con el fin de (miembros de élites de todo tipo). Se mantiene grupal (los interactuar en una situación de entrevista grupal, semi estructurada la conversación sobre un tema particular y se da grupos focales) y focalizada sobre un tema que es compartido por todos. al informante el espacio y la libertad necesaria para definir el contenido de la discusión. Principales elementos que componen la entrevista cualitativa. El éxito de una entrevista radica en su capacidad para generar conocimientos complejos y profundos sobre una problemática particular. El trabajo preliminar para Trabajo de campo en que los investigadores establecen credibilidad y seriedad de la 1- El acceso a la investigación funcionamiento tener de las de la entrevista realización entrevistas cualitativa.Una entrevista La selección del diseño de Considerar los patrones de interacción de los grupos de interés, para asegurar la calidad tiene un inicio, entrevista y los informantes de la información. Seguir un proceso de acumulación de entrevistas adicionales hasta 252 un climax y un fin. 2- El proceso de análisis de la entrevista cualitativa 3- La confiabilidad y validez de las entrevistas cualitativas sobre los que habrá de lograr un punto de en el que se considere se ha captado todas las dimensiones de aplicarse. interés. El inicio de la entrevista Explicar propósitos de la entrevista, asegurar que el entrevistado acepte jugar ese y la razón por la cual es interrogado rol El establecimiento del Lograr un entendimiento mutuo entre entrevistado y entrevistador, es decir un grado de rapport simpatía y empatía. Identificación de la Establecido el rapport, el entrevistador debe ceñirse a la búsqueda de información que información de interés. busca de manera particular, es decir la de su interés Completando la entrevista. Depende de la confluencia de un buen rapport, lograr la información de interés y la duración de la entrevista. Cerrando la entrevista. Tratar de resumir brevemente lo aprehendido, permitiendo que el entrevistado emita preguntas o comentarios sobre la entrevista Tratar de dar sentido al tema sin imponer expectativas preexistentes o teorías pre formuladas. El desarrollo de programas de computación permiten la recolección, reducción y manejo de los datos provenientes de las entrevistas En años recientes se ha puesto atención a la confiabilidad y validez de la metodología cualitativa en general. . La revalorización y por lo tanto la confiabilidad en estos métodos es indudable y permiten alcanzar entender cuestiones que la metodología cuantitativa dominante no permite ver. Fuente: Elaboración propia en base a Vela Peón, F. (2001: 63-95). 253 ANEXO 6. Preguntas base-guía para ex asambleístas: entrevista semiestructurada ¿Qué opina sobre la institución de la RMP?, ¿Qué opina sobre la institución de la RMP a presidentes? ¿Cuál fue el interés que sobre la RMP a presidentes se puso en la Asamblea Constituyente? ¿De dónde vino la iniciativa para la institucionalización de la RMP a presidentes? ¿La oposición apoyó o no la institucionalización de la RMP a presidentes? ¿Hubo acuerdos o desacuerdos sobre la institucionalización de la RMP? ¿Dentro de la mayoría de PAIS hubo acuerdo unánime sobre el tema? ¿El presidente de la república puso o no reparo en esta iniciativa? ¿Hubo o no choque entre visiones sobre la democracia dentro de las Asambleas? ¿Cuáles son las ideas sobre democracia que están atrás de la RMP a presidentes? ¿Cree que los discursos políticos, sostenidos en épocas anteriores empujaron a constitucionalizar una institución que no era instrumentalmente conveniente al estar en el poder? ¿Cuál o cuáles fueron los discursos políticos que estaban atrás de la institucionalización de la RMP durante la celebración de las Asambleas Constituyentes? ¿Considera que los discursos jugaron o no un rol importante en la constitucionalización de la RMP a presidentes? ¿Considera que la dinámica de funcionamiento influyó en que se haya institucionalizado la RMP a presidentes? ¿Qué opina sobre las coyunturas políticas pre constituyentes? ¿Qué tipo de ideas y discursos se posicionaron en dichas coyunturas? ¿Qué piensa de la correlación de fuerzas que se produjo en las Asambleas Constituyentes en Ecuador? ¿Qué piensa sobre el sistema de toma de decisiones dentro de las Asambleas? (yo explicaré cual fue el sistema), 254 ¿Conoce el tipo de discurso que manifestaron y defendieron las fuerzas políticas presentes en las Asambleas?, ¿Por qué en regímenes políticos de presidencialismos fuertes y de gobierno unificado como el ecuatoriano, donde funcionó una ANC (con plenos poderes) que dirigieron PEC, se introdujo en su entramado a la institución de la RMP a presidentes, a pesar de que el Presidente poseía gran capacidad de veto en la elaboración constitucional, pues contaba con mayorías afines dentro de la Asamblea? 255