FAMACOLOGIA I QUINTO SEMESTRE PROFESOR: ROLFFY RUBEN ORTIZ ANDRADE MONOGRAFIA DE LA FENITOINA ELABORADO POR: ALVARADO FARJAT GILBERTO Fecha de entrega: 18 de Octubre de 2010 FENITOINA La fenítoina es eficaz contra todos los tipos de convulsiones parciales y tonicoclónicas, pero no contra las crisis de ausencia. Anticonvulsivante derivado de la hidantoína. Inhibe la propagación de la actividad eléctrica desde el foco epileptógeno al resto del cerebro. Los mecanismos celulares de fenitoína responsables de sus acciones anticonvulsivantes incluyen una modulación de los canales de sodio voltajedependientes de las neuronas, una inhibición del flujo de calcio a través de las membranas neuronales, una modulación de los canales del calcio voltajedependientes de las neuronas y un aumento de la actividad ATPasa sodiopotasio neuronal y de las células gliales. La modulación de los canales de sodio puede constituir un mecanismo anticonvulsivante primario, ya que esta propiedad es compartida por otros anticonvulsivos, además de la fenitoína. La farmacocinética de la fenitoína es bastante peculiar y viene condicionada por su escasa solubilidad en agua. La absorción es extraordinariamente lenta y depende de la dosis y de la forma farmaceútica. La concentración plasmática máxima (Cmáx) después de una sola dosis se puede producir entre las 3 y 12 horas. Una vez absorbida la fenitoína se distribuye rápidamente en todos los tejidos, de modo que las concentraciones en plasma y en cerebro se igualan de inmediato. Los niveles plasmáticos de fenitoína están sometidos también a variaciones según la hora del día a que se administre. La fenitoína se une en gran extensión a proteínas plasmáticas, en torno al 90%. Una fracción mayor permanece libre en el neonato, en pacientes con hipoalbuminemia, y en los urémicos. Su volumen aparente de distribución es de unos 0.6 a 0.7 l/kg, aunque sería mayor si se calculase sobre el fármaco libre. El 95% de la dosis administrada se metaboliza por acción de enzimas microsomales hepáticas, siendo el principal metabolito el derivado phidroxifenílico, que es inactivo y que como todos los metabolitos hidroxilados se conjuga en gran parte con ácido glucurónico. El producto conjugado se excreta inicialmente por bilis y luego por orina. Otros metabolitos son el dihidroxicatecol, su derivado 3-metoxi y el dihidrodiol. Importancia vital tiene en la farmacocinética de la fenitoína el hecho de que la reacción de hidroxilación se satura o es inhibida por metabolitos a concentraciones de fenitoína que corresponden al rango terapéutico, de modo que el metabolismo del fármaco sigue una cinética de Michaelis-Menten para dosis terapéuticas; es decir a concentraciones muy bajas de fármaco el metabolismo sigue una cinética lineal, pero al saturarse pasa a tener cinética de orden cero. Esto significa que no puede establecerse una relación lineal entre la dosis administrada y el nivel alcanzado; con dosis bajas el aumento de los niveles plasmáticos es pequeño, pero cuando estas se aproximan al rango terapéutico un ligero aumento de dosis puede provocar un gran aumento de nivel plasmático y producir intoxicación. La fenitoína tiene, al igual que el fenobarbital gran capacidad de inducción de enzimas microsomales hepáticas, por lo que reduce los niveles plasmáticos de otros fármacos, como se indica al final de esta monografía, debiendo tenerse en cuenta la posibilidad de interacción farmacocinética. La semivida plasmática (t1/2) de la fenitpína es muy variable, y se ha estimado en 8 a 60 horas en los adultos y en 12 a 22 en los niños. La concentración plasmática de fenitoína en el equilibrio se alcanza aproximadamente tras una semana de administración. Se acepta generalmente que el intervalo terapéutico de este fármaco es de 10-20 mg/ml, aunque debe establecerse para cada paciente. Las dosis utilizadas en clínica son 4-6 mg/kg/día en adultos y 5-8 mg/kg/día en niños y 3-4 mg/kg/día en ancianos. Debido a la saturación de su metabolismo el ajuste de las dosis para obtener la concentración plasmática deseada debe ser cuidadosa. Las formas farmacéuticas más frecuentes en las que se puede encontrar este medicamento son las cápsulas de uso oral de 30 y 100 mg y la solución estéril para uso parenteral de 50 mg/ml. Existen diferencias significativas de biodisponibilidad entre los diferentes preparados de fenitoína, de modo que los pacientes deben tratarse con productos de un solo fabricante. Su biodisponibilidad es del 80-100%, variando de unas preparaciones a otras. La absorción es lenta pero casi completa (Tmax=4-12 h). Los alimentos favorecen la absorción, especialmente los de naturaleza grasa. El tiempo preciso para que aparezca la acción es de 1 semana como se menciono anteriormente. El grado de unión a proteínas plasmáticas es del 86-93%. Es metabolizado principalmente en el hígado. El grado de metabolismo hepático parece estar sujeto a polimorfismo genético. Se elimina mayoritariamente con la orina en forma de metabolitos conjugados con ácido glucurónico (60-75%) y en forma inalterada en muy pequeña proporción (menos del 5%). Presenta una cinética de eliminación dosis-dependiente. A dosis pequeñas su semivida de eliminación es de 6-12 h, dosis elevadas saturan el mecanismo mayoritario de metabolización hepática (hidroxilación), o es inhibida por sus metabolitos, por lo que la semivida de eliminación puede llegar a alcanzar valores entre 12-60 h. En la tabla 1 se resumen las características farmacocinéticas de la fenitoína. Tabla 1. Propiedades farmacocinéticas de la fenitoína. Fracción absorbida (%) Tmáx (h) Volumen de distribución (l/kg) Unión a proteínas (%) LCR/plasma (%) Plasma fetal/materno (%) Cerebro/plasma (%) Fracción excretada por vía renal (%) Semivida (h): adultos Niños Intervalo de administración (h) Tiempo para alcanzar el estado estacionario (días): Adultos Niños Metabolitos activos Relación dosis/nivel Intervalo terapeútico (µg/mL) Rango de dosis (mg/kg/dia) Adultos Niños 85-90 4-12 0.5-0.8 90-93 10 100 75-150 1-5 8-60 12-22 12-24 1.5-12.5 No Mala 10-20 5 5,8 TOXICOLOGÍA Las reacciones adversas de la fenitoína dependen de la vía de administración y de la duración de la exposición. Algunas están relacionadas con la dosis y otras son independientes de esta: 1) Son efectos dosis dependientes los signos neurológicos, preferentemente relacionados con el cerebelo y el sistema vestibular, como nistagmus, ataxia, diskinesias, estupor y coma, que suelen aparecer con siempre con niveles plasmáticos de fármaco superiores a 20 µg/mL. 2) Efectos sin relación aparente con la dosis son por ejemplo la hiperplasia gingival, que aparece aproximadamente en la mitad de los pacientes tratados y cuya etiopatogenia no está clara. Hay reacciones idiosincráticas de intolerancia al fármaco, raras pero a veces muy graves, cuya presentación obliga a la retirada de la medicación; estas son, hepatotoxicidad con hepatomegalia, anorexia, mialgias, artralgias, edema facial, displasia medular con anemia megaloblástica, signos cutáneos. Ha sido publicada la presentación de signos linfoproliferativos: así se ha descrito un caso de gammapatía monoclonal con amiloidosis y casos de pseudolinfoma cutáneo con aspecto de micosis fungoide, habiéndose alertado sobre el riesgo de desarrollo de linfoma maligno. El diagnóstico de la hipersensibilidad al fármaco debe hacerse mediante el test de estimulación linfocitaria. Por vía intravenosa rápida la fenitoína provoca arritmias cardiacas, acompañadas o no de hipotensión o depresión del SNC. La sobredosificación por vía oral provoca signos cerebelo-vestibulares. La intoxicación aguda puede provocar hipoperfusión cerebral, como lo demuestran estudios efectuados con tomografía de emisión de fotón simple, SPECT. Los efectos crónicos son también preferentemente cerebelo-vestibulares, estando relacionados con la dosis. También pueden ocurrir cambios en la conducta y aumento en la frecuencia de las crisis. La fenitoína produce ciertas alteraciones analíticas como aumento sérico de enzimas hepáticas, como transaminasas, fosfatasa alcalina, lactato deshidrogenasa; asimismo produce aumento del tiempo de protrombina. Son reacciones pasajeras y pueden deberse a la inducción enzimática de sistemas microsomales hepáticos; en ningún caso obligan a suspender el tratamiento. La fenitoína presenta capacidad teratogénica. Se ha descrito el denominado síndrome hidantoínico fetal en un 10-30% de las mujeres que reciben 100-800 mg/kg del fármaco en el primer trimestre del embarazo; este síndrome cursa con malformaciones cráneofaciales, déficits en el crecimiento, retraso mental y mal desarrollo de las extremidades. También se han descrito defectos congénitos como labio leporino, paladar hundido y cardiopatía en la descendencia de madres tratadas con fenitoína. Los datos sobre desarrollo neurocomportamental son limitados. Sin embargo la epilepsía de por sí es ya un factor de riesgo para el feto y no se ha demostrado que de la suspensión del tratamiento se deriven mayores beneficios que de la presencia del fármaco. INTERÉS DE SU MONITORIZACIÓN La fenitoína es un fármaco que debe monitorizarse de rutina como puede deducirse de todo lo dicho anteriormente. Podemos resumir como sigue las razones que obligan a la monitorización: 1) Se administra en tratamientos crónicos que pueden durar toda la vida del paciente. 2) Las concentraciones plasmáticas y la respuesta clínica están sometidas a una amplia variabilidad interindividual. 3) La saturación de su metabolismo dentro del intervalo terapeútico hace que leves incrementos de la dosis produzcan aumentos notables de las concentraciones plasmáticas. 4) Es un fármaco muy susceptible de interaccionar con otros, de modo que sus concentraciones plasmáticas pueden alterarse en tratamientos conjuntos, bien sea por inhibición de las enzimas que metabolizan la fenitoína (disulfirán, isoniazida, cloramfenicol), o por desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas (valproato, salicilatos, bilirrubina) con lo que aumenta la fracción libre del fármaco. Por ambos mecanismos los niveles plasmáticos pueden llegar a ser causantes de toxicidad aguda. 5) Incluso a dosis terapéuticas la fenitoína posee un efecto depresor miocárdico, que debe ser vigilado. Podemos resumir la relación entre niveles plasmáticos y efectos de la fenitoína de la siguiente forma: 0-5 µg/mL: la eficacia del fármaco es escasa o nula. 5-10 µg/mL: puede observarse mejoría atribuible al fármaco. La toxicidad predecible es prácticamente nula. 10-15 µg/mL: aumenta la proporción de pacientes que responden al tratamiento, aunque persisten pacientes en los que no se observa mejoría. Empiezan a observarse efectos secundarios. 15-25 µg/mL: la mayor parte de los pacientes están controlados. Estos niveles pueden ser necesarios para controlar a los pacientes con mayor frecuencia de crisis. Los efectos secundarios son más frecuentes y aparecen efectos tóxicos de grado medio. Con más de 30 µg/mL no está demostrado que la eficacia terapéutica sea mayor. Aumenta la frecuencia de efectos tóxicos de grado medio y aparecen efectos tóxicos severos. En los pacientes que no responden a estos niveles deberá modificarse el tratamiento. Niveles plasmáticos en torno a los 100 mg/l se consideran letales. TECNICAS ANALÍTICAS PARA SU MONITORIZACIÓN Como es lógico el espécimen más usado para monitorizar la fenitoína es el suero sanguíneo. Sin embargo se ha utilizado la monitorización en saliva, mostrándose buena correlación entre niveles plasmáticos y niveles salivares y como los episodios convulsivos en pacientes tratados tendían a ocurrir cuando los niveles salivares del fármaco descendieron12. La monitorización en saliva tiene la ventaja de ser incruenta y permitir la colección de grandes cantidades de muestra. Como en otros fármacos podemos dividir los métodos para monitorizar la fenitoína en dos grupos de técnicas: I) métodos cromatográficos y II) métodos inmunoanalíticos. Con respecto a los métodos cromatográficos hay que decir que el más utilizado es el de cromatografía líquida de alta resolución (HPLC), aunque también puede utilizarse la cromatografía de gases. Como cualquier cromatografía el HPLC es un método fundamentalmente separativo, que permite resolver mezclas complejas. Pero además es un método cuantitativo de gran sensibilidad y especificidad, con un límite de detección del orden de nanomoles. Aunque no es método de rutina, porque existen otros más rápidos y de más fácil manejo, debe considerarse el método de referencia para el análisis de fármacos. Los inmunoensayos son técnicas basadas en la utilización de anticuerpos especifícos frente a la molécula del fármaco. Los más usados son: I) el inmunoanálisis de polarización de fluorescencia (FPIA). II) el enzimoinmunoensayo homogéneo conocido como EMIT ( enzyme mediated inmunoassay technique) y III) el radioinmunoensayo (RIA). 1) El método más utilizado en la actualidad en la rutina de laboratorio de farmacocinética o clínica es el FPIA. Se trata de un inmunoensayo homogéneo de tipo competitivo, en el cual la fenitoína está marcada con un compuesto fluorescente(fluorocromo). Se basa en la medida del grado de polarización de un haz de luz por las moléculas del fármaco marcado con el fluorocromo unido al anticuerpo específico. Así el complejo fenitoína fluorescente-anticuerpo polariza la luz, emitiendo un haz fluorescente que es detectado. Existe una relación inversa entre la concentración de fenitoína del especímen y la señal fluorescente. 2) En el EMIT la fenitoína se marca con un enzima como puede ser la fosfatasa alcalina. Cuando el anticuerpo se une al fármaco marcado con la enzima disminuye la actividad enzimática, al bloquearse el acceso del sustrato al sitio catalítico del enzima. La fenitoína de la muestra problema compite con la marcada enzimáticamente por su unión al anticuerpo, de modo que existe una relación directa entre la actividad enzimática medida y la concentración de fármaco problema. 3) Con el RIA se emplea fenitoína marcada isotópicamente, de modo que se establece una competición entre la fenitoína del especímen y la radiactiva por la unión al anticuerpo específico. Se efectúa un lavado para eliminar el fármaco radiactivo no ligado al anticuerpo y se mide la radiactividad resultante, que se relaciona con la concentración de fenitoína problema de modo inverso. INTERACCIONES La fenitoína destaca por su poder de inducir enzimas microsomales hepáticos responsables del metabolismo de numerosos fármacos, por lo que podrá disminuir sensiblemente la semivida de estos últimos, con posible inhibición de su efecto, durante la administración conjunta y continuada. Hay estudios en los que se ha registrado esta interacción para los siguientes fármacos: Antagonistas del calcio (felodipina, nimodipina, verapamilo), anticonceptivos orales (estrógenos conjugados, etinilestradiol, noretisterona, norgestrel), antidiabéticos orales (tolazamida, tolbutamida), bloqueantes neuromusculares (atracurio, pancuronio, rocuronio, suxametonio, tubocurarina, vecuronio), busulfan, cafeína, corticoides (cortisol, dexametasona, fludrocortisona, metilprednisolona, prednisolona), ciclosporina A, clozapina, desipramina, digitálicos flunarizina, (digoxina), furosemida, disopiramida, haloperidol, doxiciclina, indinavir, etosuximida, itraconazol, fentanilo, ketoconazol, levodopa, mebendazol, metadona, mianserina, nomifensina, ondansetron, paclitaxel, paracetamol, paroxetina, quetiapina, quinidina, tenipósido, vitamina D, voriconazol. Inductores enzimáticos (alcohol etílico, clofazimina, mexiletina, nitrofurantoína, piridoxina, rifampicina, teofilina, virus gripales inactivos): hay estudios en los que se ha registrado disminución en los niveles plasmáticos de fenitoína, con posible inhibición de su efecto, por inducción de su metabolismo hepático. Inhibidores enzimáticos (alopurinol, amiodarona, anfetaminas (metilfenidato), antagonistas del calcio (diltiazem, nifedipina), carbamazepina, cimetidina, ciprofloxacino, claritromicina, cloranfenicol, clorfenamina, dextropropoxifeno, disulfiramo, felbamato, fenobarbital, fenotiazinas (clorpromazina, tioridazina), fluconazol, fluoxetina, gabapentina, imipramina, isoniazida, metilfenidato, miconazol, omeprazol, sulfinpirazona, tacrolimo, tamoxifeno, trimetoprim, viloxazina, voriconazol): hay estudios en los que se ha registrado un aumento de los niveles plasmáticos de fenitoína, con posible potenciación de su acción y/o toxicidad, por inhibición de su metabolismo hepático. Otros mecanismos: Aciclovir: hay algún estudio en el que se ha registrado descenso de los niveles plasmáticos (67%) de fenitoína, por reducción de su absorción, con posible inhibición de su efecto. Ácido acetilsalicílico: hay estudios en los que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos de fenitoína, con posible potenciación de su acción y/o toxicidad por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas. Anticoagulantes orales (acenocumarol, warfarina): hay estudios en los que se ha registrado variaciones en los niveles plasmáticos del anticoagulante. Puede existir inducción de su metabolismo hepático, desplazamiento de la unión a proteínas plasmáticas e incluso la fenitoína puede alargar el tiempo de protrombina en algunos de los pacientes. Antineoplásicos (bleomicina, carboplatino, carmustina, cisplatino, doxorubicina, metotrexato, vinblastina, vincristina): hay estudios en los que se ha registrado reducción de la absorción oral de fenitoína, con posible inhibición de su efecto, por alteración de la mucosa gástrica. Acetazolamida: hay algún estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad de fenitoína con acidosis sistémica y riesgo. Benzodiazepinas: hay estudios con algunas benzodiazepinas (clobazan, clonazepam, diazepam, oxazepam) en los que se ha registrado descenso de los niveles plasmáticos de benzodiazepina por inducción de su metabolismo hepático. Por el contrario, hay estudios con algunas benzodiazepinas (clonazepam, clordiazepóxido, diazepam, nitrazepam) en los que se ha registrado descenso de los niveles plasmáticos de fenitoína por inducción de su metabolismo. Carbón activado: hay estudios en los que se ha registrado disminución en la absorción de fenitoína, con posible inhibición de su efecto. Se recomienda espaciar la dosificación. Cinromida: hay un estudio en el que se ha registrado descenso de los niveles plasmáticos (18%) de fenitoína. Cloxacilina: hay un estudio en el que se ha registrado posible descenso de los niveles plasmáticos de fenitoína. Diazóxido: hay algún estudio en el que se ha registrado posible inhibición mutua de sus efectos, por comportarse ambos como inductores enzimáticos. Dopamina: hay algún estudio en el que se ha registrado potenciación de la toxicidad de ambos fármacos, con presencia de hipotensión. Etopósido: hay algún estudio en el que se ha registrado incremento del aclaramiento (170%) de etopósido, con posible inhibición de su acción. No se conoce el mecanismo. Ácido Fólico: hay algún estudio en el que se ha registrado posible inhibición mutua de sus efectos, por comportarse ambos como inductores enzimáticos. Halotano: hay estudios en los que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad a nivel hepático de ambos fármacos. Hormonas tiroideas (tiroxina): hay estudios en los que se ha registrado aumento de los niveles séricos de tiroxina libre, con posible potenciación de su acción y/o toxicidad por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas. Ibuprofeno: hay un estudio en el que se ha registrado aumento de los niveles plasmáticos de fenitoína, con posible potenciación de la toxicidad (aunque otros estudios lo contradicen). Insulina: hay algún estudio en el que se ha registrado posible inhibición del antidiabético, por reducción de la secreción de insulina en el páncreas. Lidocaína: hay estudios en los que se ha registrado posible aumento del aclaramiento de lidocaína, por desplazamiento de su unión a proteínas plasmáticas y aumento de su metabolismo, y posible potenciación de la toxicidad por adición de sus efectos inotrópicos negativos. Litio, carbonato: hay algún estudio en el que se ha registrado posible potenciación de la toxicidad del litio, aunque sus niveles plasmáticos no se alteran. Loxapina: hay un estudio en el que se ha registrado descenso de los niveles séricos de fenitoína. No se conoce mecanismo. Orina: reducción (interferencia analítica) de glucosa. REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS Laurence L. Brunton. Goodman y Gilman. Manual de Farmacología y Terapéutica. Edición 2009. P. Lorenzo. A. Moreno. J. C. Leza. Velázquez. Farmacología Básica y Clínica. 17ª Edición. Editorial Panamericana. Jesús Flores. Farmacología Humana. 4ª Edición. Editorial Masson. H. P. Rang. M. M. Dale. Rang y Dale. Farmacología. 6a Edición. Editorial El Sevier. Nicandro Mendoza Patiño. Farmacología Médica. Edición 2008. Editorial Panamericana. www.neuropediatria.com.py/book/medicamentos/Antiepilepticos/fenitoina.pdf