EL DÍA, sábado, 20 de agosto de 2016 p1 EL LEGADO ARTÍSTICO del domingo del escultor religioso Benito de Hita y Castillo en la localidad palmera de Puntallana en el siglo XVIII. 6/7 revista semanal de EL DÍA Texto: Álvaro Fajardo Hernández El drago milenario de Ycod M uchas son las páginas que he dedicado al emblemático drago de Ycod donde recojo aspectos míticos, legendarios, históricos y científicos que han sido publicados en la sección La Prensa de este periódico. Otros aspectos, como el artístico y promocional, han sido menos tratados, no porque carezcan de importancia, sino porque he querido recabar el mayor número de información, imágenes y comentarios objetivos que dieran fe de su relevancia como árbol numen para poetas, artistas e intelectuales propios y foráneos, además de eficaz reclamo publicitario para empresas locales, nacionales e internacionales. Los aspectos míticos, legendarios, históricos y científicos están recogidos en una cronobiografía ilustrada con fotos y documentos desde el año 946 d. C, fecha de su posible nacimiento de una semilla después de haber pasado por el tracto intestinal de un mirlo, hasta hoy, en que se muestra pletórico y sano después de 1.069 años que lo contemplan. Cronobiografía exhaustiva que supera los contenidos de un artículo periodístico a la que el lector interesado puede acceder si lo desea. El drago como inspiración para pintores, fotógrafos, poetas e intelectuales está, parcialmente, recogido y publicado por Fernando Díaz Medina, amigo, colaborador y cronista oficial de Ycod. En mi búsqueda por ampliar la información existente han aparecido fotos, cuadros, poemas y escritos referidos a nuestro drago que no han sido publicados, en parte por pertenecer a colecciones privadas o estar los propietarios de los documentos en paradero desconocido, siendo el azar, en la mayoría de los casos, el que me ha puesto en contacto con ellos. Un logo con fuerte tirón publicitario mal explotado Un aspecto poco conocido y estudiado del drago es el promocional que tuvo y tiene el uso de su imagen como logo de casas comerciales, centros de salud, farmacias, empresas, taxis, autoescuelas, etc. Imagen de la cual, al no estar legalmente registrada, se ha hecho uso y abuso, no generando ningún tipo de beneficio económico a las arcas municipales, como lo demuestran los dos casos anecdóticos que relato a continuación. Los ycodenses recuerdan, y tal vez conservan, unos calderos y utensilios de aluminio que llevan troquelada la imagen del drago, calderos que eran fabricados por una empresa familiar madrileña que quería introducirlos en Algo más que un árbol mítico y legendario, hoy prisionero por un muro de piedra y olvidado por los que deben promocionarlo. A la derecha, el drago y su nombre presentes en varios logos publicitarios o informativos. Canarias. El comercial responsable, de apellido Beitia y antiguo jugador del Atlético de Madrid, cuando llega a Tenerife se dirige a Ycod con intenciones de ver el drago y visitar de paso un comercio de menaje, hostelería y artículos de regalos que respondía al nombre de “Casa Atilano”, sito en la calle San Agustín, 64, al que le propone introducir sus productos, como mayorista, en la isla. Atilano accede y le sugiere que para diferenciarlos de otros que tenía a la venta le ponga un distintivo diferente ya que venían algunos troquelados con las letras “MMM”, y otros con el nombre “Coronas”, sugiriéndole que pusieran un drago ya que el de Ycod era muy conocido no solo en las islas Canarias y Península, sino incluso en el extranjero, además de ser un símbolo de fortaleza y durabilidad, lo que daría confianza y garantía al posible comprador. El agente Beitia, después de contemplar la majestuosidad del drago, quedó entusiasmado con los convincentes argumentos del comerciante ycodense Atilano, que le dio una foto reciente llevándosela a Madrid para sugerirle a sus familiares la posibilidad de, al menos para Canarias, poner la imagen de nuestro drago. Tan entusiasmados quedaron con la idea que la fábrica cambió, definitivamente, no sólo su nombre, que pasó a llamarse Drago Menaje, sino que en un lateral de todos los calderos y utensilios de aluminio que fabricaba aparecía la imagen del drago. La calidad de esta reputada empresa madrileña, hoy cerrada, es patente ya que muchos calderos y utensilios se siguen usando en algunas casas de Canarias. La mía incluida. El segundo caso es el de la prestigiosa fábrica tinerfeña de Cerveza CCC, que tenía en la etiqueta de sus botellas las figuras del drago de Ycod y la silueta del mayestático Teyde, queriendo simbolizar con el primero la materia vegetal que toda cerveza lleva, y con el Teyde, la pureza y calidad del agua, elemento que los maestros cerveceros consideran primordial para la elaboración de una cerveza de calidad y prestigio que CCC ha mantenido desde 1939 hasta nuestros días. Lamentamos que el logo del drago, símbolo vegetal internacional por excelencia de la isla de Tenerife haya desaparecido, sin causas aparentes. Algunos manifiestan que el motivo se debió al querer el Ayuntamiento de Ycod cobrar un canon por su uso; otros sostenían que el drago, como árbol que es, podía morir p2 sábado, 20 de agosto de 2016, EL DÍA EN PORTADA en cualquier momento y era preferible quitarlo de las etiquetas antes de que esto ocurriese. La desaparición del logo coincidió, lamentablemente, con una serie de noticias relativas a la mala salud del drago que los medios se encargaron de difundir sin fundamento alguno. Cierto es que el drago, como ser vivo y longevo, está sujeto a achaques que pueden afectar a su salud, pero de ahí a que se produjera una muerte inminente era mera especulación carente de rigor científico. Si no que se lo pregunten al prestigioso equipo multidisciplinar de técnicos especialistas en botánica, nutrición y bioquímica que lo cuidan, vigilan y miman desde 1992, año en que fuera creado por la corporación que presidia Juan José Dorta (la última reunión del comité técnico para la conservación del drago fue en septiembre 2015). Recientemente, la imagen del enano de La Palma ha sido declarada bien sensible y registrada convenientemente, pagándose un canon por su uso comercial. Pienso que una medida similar se podía articular para la imagen de nuestro drago ycodense, que aliviaría el oneroso y deficitario presupuesto que conlleva el mantenimiento del parque que lo rodea, para el que propongo un modelo alternativo de uso y gestión que conlleva, de forma prioritaria, el derribo del muro de piedra y hormigón que lo tiene humillado y prisionero desde 1994, año en que se iniciaron las obras. Esperamos y deseamos que esta ignominiosa condena impuesta al inocente drago no sea a perpetuidad. El pueblo de Ycod, en su día, se alzó contra la construcción de un muro que no estaba ahí con el nacimiento y posterior vida en su milenaria libertad, que compartía con la flora nativa que se plantó en el parque actual, siguiendo criterios científicos que confirmaron que los antiguos y hermosos jardines tipo francés que lo circundaban le estaban condenando a una muerte prematura, amén del daño colateral del tráfico rodado, felizmente resuelto con el desvío de la carretera próxima, gracias a las movilizaciones y fuertes protestas de un colectivo ycodense. La desaparición del muro permitiría la integración y recuperación del drago para la ciudad, y se accedería a él sin barrea alguna y gratuitamente desde la plaza Lorenzo Cáceres por una escalera, sobre la vía actual, que separa la plaza del parque. El sistema de gratuidad y libre acceso a lugares de interés social ha sido experimentado, con éxito, en otros países siguiendo y copiando la política de los Smithsonian Museum de Washington, en los que los visitantes no pagan nada al entrar, pero unos carteles, convincentes y sugerentemente redactados, les invitan a colaborar, en la medida de sus posibilidades, al mantenimiento digno de un bien nacional (nuestro drago lo es) que, por ser de todos y de nadie en particular, necesita sus generosas aportaciones para una mejor conservación y disfrute de futuras generaciones. La recaudación, con esta po- Arriba, el proyecto inicial, que no contemplaba un muro, sino un mirador terraza. El parque, con la flora nativa, el drago, la palmera y el muro que se debe quitar. Abajo, Bronislaw Malinowski. lítica regalista de los Museos Smithsonian, se triplicó respecto a cuando se cobraba una cantidad simbólica que rondaba los 5 dólares. Se dieron y siguen dándose aportaciones que superan los 1.000 dólares. Dejo esta opción y decisión a los responsables de la gestión del Parque del Drago con los que colaboro de forma altruista desde hace unos años. Propuestas para el Centro de Interpretación Polivalente El impactante Centro de Interpretación Polivalente, próximo a terminarse, es una construcción modernista de ciclópea estructura brutalista de hormigón visto y cubierta de madera exótica, que pretende simular la copa del drago. Está ubicado en el solar que dejara el desparecido Hostal del Drago y concebido inicialmente por los arquitectos como centro de visitantes del drago. Pensamos que podría ser un gran cen- tro de interpretación polivalente, no solo del majestuoso árbol, sino también de la Finca de Boquín, donde se pretende albergar la Cátedra de Antropología Social Bronislaw Malinowski (BOCAM), proyecto que presenté al Cabildo, siendo satisfactoriamente recibido por el presidente de entonces, Ricardo Melchior cuando hizo una visita a la finca acompañado del arquitecto Hugo Luengo Barreto para ver el estado de conservación de la vivienda donde se desea ubicar la citada cátedra, y que contó con las adhesiones de los rectores de las dos universidades canarias, además del apoyo de prestigiosas universidades de todo el mundo. La BOCAM fue presentada a los rectores de las dos universidades canarias, que inicialmente dieron el visto bueno, y al director del Museo de Antropología Fernando Estévez González, que se congratuló con esta iniciativa, coincidente con una vieja aspiración suya, dada la relevancia que tiene el antropólogo polaco-británico Malinowski, que redactó Los argonautas del Pacífico Occidental en la Finca de Boquín en abril de 1921, libro de referencia en la moderna antropología funcionalista. Obras de arte que tienen como referente al drago En cuanto a los cuadros y esculturas (algo menos) que se han hecho del drago son incontables y están esparcidos por el mundo. Propongo desde aquí que para la deseada y pronta inauguración del Centro de Interpretación se organice y monte una colectiva mundial en la que estoy seguro colaboraran, generosamente, los artistas nacionales e internacionales, que son legión. Los medios que nos ofrecen hoy las redes sociales harán posible esta convocatoria, que podría consignarse como I Muestra Mundial del Arte por el Drago de Ycod. De igual forma, coincidiendo con la inauguración mencionada, se podría proceder a una selección de los miles de poemas que poetas locales, nacionales e internacionales, consagrados o no, le ha han dedicado al drago, cantados con el mismo fervor y lírica emoción, y que podría consignarse como I Convocatoria Mundial de Poesía por el Drago de Ycod. En la misma muestra inaugural se expondría una selección de fotos, de los millones de fotógrafos, anónimos o no, que han pasado por Ycod y su drago, permitiendo de esta forma crear la 1ª muestra mundial fotográfica de la Memoria Histórica del Drago de Ycod, ampliando la existente, que, aunque importante, se vería incrementada y quedaría como muestra permanente para disfrute de futuros visitantes. Por otra parte, hay que recordar que, en 1973, el drago apareció en un sello de 15 pesetas y que la Real Fábrica de la Moneda y Timbre y que, en 1979, la Real Fábrica de la Moneda y Timbre incluyó el árbol en aquel billete de mil pesetas que representaba el conocido perfil del Teide con la roca a la izquierda y el drago en la parte inferior derecha. p3 EL DÍA, sábado, 20 de agosto de 2016 EN PORTADA Grupos de turistas y escolares visitando la Finca de Boquín, hoy propiedad del Cabildo. A la derecha, el drago en la portada de un libro sobre árboles excepcionales del mundo. Lamentos de un árbol humillado Los informes especializados sobre turistas que visitaron Tenerife –cuando escribo estas líneas, los del año 2014–, registrados en los dos aeropuertos tinerfeños, arrojan un saldo de 4.235.051. Además de informarnos de los lugares preferenciales y más visitados de la isla, que son: 1º Parque Nacional del Teyde. 2º Drago milenario de Ycod. 3º Caserío y barranco de Masca. 4º Villa y Puerto de Garachico. 5º San Cristóbal de La Laguna. 6º Loro Parque (Puerto de la Cruz.) 7º Villa de La Orotava. El drago de Ycod, figurando en segundo Lugar, no tiene ninguna promoción visual, de calidad, en los aeropuertos de Tenerife. Los motivos por los que no está presente los ignoramos. En los últimos lugares figuran sitios tan emblemáticos como el Jardín Botánico, Barranco del Infierno, Museos de Tenerife, Cueva del Viento… todos ellos, menos el drago, están dignamente representados en excelentes fotos que podemos ver en el aeropuerto Reina Sofía, del Sur, y aeropuerto Tenerife Norte, donde, concretamente, en la salida de pasajeros hay monumentales fotos iluminadas en color del Teyde, que se repiten antes y después de la puerta mecánica, otra del caserío de Masca y una más del lagarto gigante de El Hierro. Asimismo, en la terminal de recogida de equipajes se muestran fotos de diferentes lugares de la isla, y en la sala de espera de la planta baja podemos ver paneles, de gran formato, en los que no figura el drago de Ycod. No entendemos por qué las autoridades turísticas y aeroportuarias tinerfeñas discriminan al drago, el árbol más emblemático de Canarias, y monumental del planeta de la especie Dracaena draco. Además de ser elegido símbolo de identidad de Tenerife (la palmera, en justicia, lo es del archipiélago), y el árbol mas cuidado y mejor estudiado de Canarias y más fotografiado del mundo. De hecho, a partir del siglo XVI y hasta bien entrado el XX una pléyade de científicos se desplazaron a Tenerife para estudiarlo y fotografiarlo, entre otros ejemplares, dejando constancia de sus especificidades en monografías científicas como árbol repre- mezclan con el tiempo mítico, sobrepasando las limitaciones de la sucesión corrosiva de la historia. El drago en un cuadro de Óscar Domínguez (iz) y en un dibujo de Roño Cámara Fajardo. sentativo y superviviente de la flora antediluviana, de edad incierta que ha vivido al margen de un tiempo difícil de calcular, que algunos, entre los que me encuentro creemos –hasta que no se demuestre lo contrario– que es milenario. La lista interminable de científicos que lo han visitado y elogiado hace honor a su fama mundial, figurando en portadas de libros sobre árboles monumentales del planeta, enciclopedias especializadas en flora y publicaciones de científicos actuales propios y foráneos. Se trata de un árbol extratemporal y oracular de tiempos arcanos, cuya existencia terrenal y fijeza a la tierra local nutricia está sujeta a una constante y evanescente causalidad, en que pasado y presente se Suscinta cronobiografía histórica del drago de Ycod 1503.-Primer documento histórico del 3-XI 1503 que cita al drago de Ycod: “El Adelantado Alonso Fernández de Lugo (1456-1525) otorga una data a un nativo de Gran Canaria para un asiento de colmenas, atrás el drago grande de ycodem camino de Daute”. Data recogida por el profesor Elías Serra Rafols (1898-1972). 1547.-El banquero genovés y fundador de Garachico Cristóbal de Ponte se maravilla del drago de Ycod y de los viñedos de malvasía en Daute. 1674.-El erudito ycodense Cristóbal Pérez del Cristo (1639-1705) menciona al drago de Ycod en sus escritos que tituló Excelencia y antigüedades de las siete islas de Canarias. 1696.-Leonart Plukenet (1642-1706), profesor de botánica y jardinero de la reina Maria II de Inglaterra, estudia y describe los drago de Franchy e Ycod. 1705.-El ilustrado canario Cristóbal del Hoyo-Solórzano y Sotomayor (1667-1762), marqués de San Andrés y vizconde de Buenpaso, mención al drago de Ycod en sus cartas. 1724.-El sacerdote, explorador botánico y astrónomo francés Louis-Feuillée (1660-1723) dibujó un drago que describe como Draco arbor canariensis. Antes había determinado el primer meridiano en la isla de El Hierro y calculado la altitud del pico de Tenerife. 1746.-El astrónomo francés Nicolás Luis Lacaille (1713-1762) publica un extracto de expedición científica de Louis Feuillée a Canarias en la que menciona al drago de Ycod. 1776.-El historiador, biólogo y polígrafo canario José Viera y Clavijo (1731-1813) menciona al drago de Ycod en sus escritos. 1791.-En las láminas de J.J. Williams aparece dibujado el drago de Ycod. 1856.-Primera foto estereoscópica conocida del drago de Ycod, realizada por Anne Jessie Duncan, mujer de Charles Piazzi Smyth (1819-1900). 1857.-El científico y naturalista alemán Herman Schacht (1814-1854) visita el drago de Ycod. 1861.-El ycodense Francisco de Borja León- Huerta y Molina (1836-1902), marqués de la Villa, dibuja el drago de Ycod (foto superior de la derecha). 1875.-La pintora y viajera inglesa Marianne Nort (1830-1890) realiza varios oleos de dragos entre los que se encuentra el de Ycod (foto inferior de la derecha). Amparos legales de los dragos Hay que reseñar que la Orden de 20 de febrero de 1991 sobre Protección de Especies de la Flora Vascular Silvestre de Canarias garantizaba la conservación del hábitat natural del drago de Ycod y otros ejemplares monumentales de las islas. Y que la ley de 30 de abril de 1991 de Símbolos de la Naturaleza para las Islas Canarias establece que sea el drago de Ycod el vegetal más representativo de Tenerife. De igual forma, la ley de 19 de diciembre de 1994 de Espacios Naturales de Canarias concede protección a los dragos monumentales. Finalmente, en el anexo IV de la normativa de la Unión Europea, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, se establecen medidas para contribuir a la biodiversidad mediante la conservación de manera especial de los dragos de Canarias, normativa que ha sido incorporada al ordenamiento jurídico español en un Real Decreto de 7 de diciembre de 1995. p4 sábado, 20 de agosto de 2016, EL DÍA CIENCIA Texto: Adrián Báez Ortega (estudiante de doctorado en la Universidad de Cambridge) E L CÁNCER ES quizá la enfermedad más temida e infame de nuestro tiempo. Una diagnosis de cáncer supone, incluso en los mejores casos, un periodo de tremenda carga emocional para el paciente y sus seres queridos, marcado por la perspectiva de un futuro incierto, incómodos y prolongados tratamientos, y la disrupción absoluta de la vida del paciente, donde vencer a la enfermedad se transforma en la principal meta. A pesar de esto, somos increíblemente afortunados de vivir en una época en la que se dispone de un conocimiento detallado acerca de la naturaleza del cáncer, sus causas y las formas más eficaces de tratar muchos de sus cientos de tipos y subtipos. Para nosotros, el horror que esta enfermedad debía de transmitir en tiempos pasados, cuando ni siquiera existía la certeza de saber qué era el cáncer, es casi inimaginable. Numerosas descripciones históricas de casos de cáncer ilustran la intensa desesperación que solía acompañar a este mal, y los extremos a los que pacientes, médicos y cirujanos por igual estaban dispuestos a llegar con tal de intentar ponerle fin. Los primeros escritos sobre cáncer se remontan a las civilizaciones griega y egipcia,aunquetalesevidenciassonambiguas y escasas, posiblemente debido a dos factores. Por una parte, es probable que la corta esperanza de vida propia de la época –unos veinticinco o treinta años para las clases menos privilegiadas–, junto con diferencias en la alimentación y otros factores ambientales, impidieran una alta incidencia de cáncer en estas poblaciones. Hoy en día es bien sabido que los principales factores de riesgo en el desarrollo de cáncer son la edad y la exposición a los efectos cancerígenos de agentes externos, tales como la luz ultravioleta o el humo del tabaco. Por otra parte, la diagnosis médica en la antigüedad era más un arte que una ciencia, llegando a ser notablemente imprecisa; muchas descripcionesescritasde‘cáncer’bienpodrían referirse a otros males, desde úlceras o inflamaciones hasta lepra. Esto probablemente se aliaba con el hecho de que sólo aquellos tumores situados en la superficie del cuerpo, o cerca de ésta, podían ser detectados. Tal como el libro Constructions of Cancer in Early Modern England, de Alanna Skuse, recalca, a fin de comprender las formas de diagnosticar y tratar el cáncer en tiempos pasados, primero es necesario conocer el paradigma médico de aquel entonces, el cual difiere extraordinariamente con el de nuestros días. Hasta principios del siglo XIX, la corriente médica dominante era el llamado galenismo o humoralismo, nacido en la Grecia clásica de la mano de Hipócrates y Galeno de Pérgamo. Esta teoría se basa en la noción de que a través del Una historia de malignidad La relación de la humanidad con el cáncer y los intentos de curar el mismo se extienden a través de la historia, desde el antiguo Egipto hasta hoy. cuerpo circulan cuatro tipos de humores: la flema, la sangre, la cólera y la melancolía. Estos cuatro fluidos se mezclan para formar la llamada ‘sangre nutritiva’, la cual fluye por los vasos sanguíneos. La salud humana dependía de un delicado equilibrio entre estos cuatro humores, y toda enfermedad era considerada como la consecuencia de un desequilibrio insano, causado por una combinación de predisposiciones innatas y factores ambientales. No sólo afectaban estos humores a la salud física, sino también a la propia personalidad, tal que la predominancia de uno de los cuatro fluidos resultaba en personas de carácterflemático,jovial,coléricoomelancólico, respectivamente. En particular, el cáncer estaba firmemente asociado a la acumulación y consiguiente degradación de la melancolía en ciertas partes del cuerpo. El cáncer se ha distinguido siempre de las otras muchas enfermedades fatales del ser humano. La percepción del cáncer como una enfermedad originada a partir del propio cuerpo, pero al mismo tiempo capaz de consumirlo lentamente, condujo a una personificación de la enfermedad como una criatura consciente y maligna que ‘devoraba’ el cuerpo subrepticiamente desde el interior. Éste es el origen del término ‘malignidad’, que ha sobrevivido incluso a la llegada de la medicina moderna. El propio término ‘cáncer’ cuenta con raíces considerablemente antiguas: el nombre proviene del griego karkinos, ‘cangrejo’.Laasociaciónentreenfermedad y animal derivó, aparentemente, del parecido entre la forma de ciertos tumores y la de un cangrejo, así como de la tenaz resistencia que la enfermedad presenta ante cualquier intento de cura, y que recuerda a la firmeza con que el cangrejo se aferra a la roca. La imagen del cáncer como enfermedad cruel y voraz llevó también a una identificación metafórica con otros animales, como el lobo o el gusano; símiles que, con el paso del tiempo, llegaron a degenerar en paralelismos literales, con algunos textos relatando la presencia real de lobos y gusanos en el interior de tumores. El pechofemeninofue sin duda,y hasta hace unos dos siglos, el sitio de la enfermedad por excelencia, hasta el punto de que el término ‘cáncer’ era entendido, salvo que se indicara lo contrario, como cáncer de mama. De hecho, escritos médicos del amplio periodo que abarca desde la Edad Media hasta el siglo XVIII –en el que la medicina era un campo invariablemente masculino– describen repetidamente el cuerpo de la mujer como algo misterioso, capaz de generar vida, aunque también imperfecto y vulnerable. Existía una creencia generalizada de que las mujeres tenían dificultad a la hora de regular la composición humoral de su cuerpo, lo que desembocaba en fenómenos extraños como la menstruación, mediante la cual el cuerpo se libraba de un exceso perjudicial de humores. Curiosamente, mientras que los cánceres en hombres, incluyendo tumores en la zona genital, nunca se consideraban una consecuencia de la fisiología masculina, sino el efecto de un desequilibrio humoral causado por un estilo de vida inadecuado, era común achacar la aparentemente ele- Las ilustraciones de textos médicos como el Het vermeerderde wapenhuis der heelmusters (1748) reflejan una imagen deshumanizada del paciente como medio de ignorar su enorme sufrimiento durante la cirugía. (Imagen cortesía de la Wellcome Library, bajo licencia CC-BY 4.0.) vada incidencia de cáncer de mama a diferentes ‘defectos’ en la anatomía femenina, algo inevitablemente asociado a las enigmáticas cualidades que distinguían a mujeres de hombres. Era particularmente prevalente la noción de que la acumulación de leche en los pechos, quizá debido a una reticencia de la mujer a dar el pecho, provocaba la acumulación y degradación de dicho fluido, con efectos nocivos sobre el seno femenino.Porotrolado,losgolpesymoratones, que no eran raros en tiempos en los que la violencia doméstica era perfectamente tolerada, si no defendida, también estaban asociados con la aparición de tumores. Tan establecida estaba dicha relación que, en la Inglaterra del siglo XVIII, un hombre fue llevado a juicio acusado de provocar un cáncer a una mujer al propinarle un puñetazo en el pecho en plena calle. La forma en que la medicina se enfrentaba al cáncer en estos tiempos conllevaba la aplicación de terapias progresivamente más agresivas, conforme el tumor se mostraba invulnerable a aquellas más ‘suaves’. El primer recurso solía basarse en la consideración de la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio humoral: recomendaciones de dieta, ejercicio y complejas pócimas con propiedades antiinflamatorias, sedantes o incluso tóxicas, iban dirigidas a compensar laacumulacióndemelancolíaenelcuerpo del paciente. Algunos remedios, dada la asociación de la enfermedad con diferentes criaturas, intentaban una aproximación de ‘igual contra igual’, incluyendo ingredientes tales como polvo de coraza de cangrejo, gusanos o lengua p5 EL DÍA, sábado, 20 de agosto de 2016 CIENCIA de lobo. Esto refleja cómo el discurso médico se desvió progresivamente de una identificación metafórica del cáncer con estos animales hacia un creencia en la implicación literal de los mismos en la enfermedad. No obstante, una vez que estos remedios fallaban, el siguiente paso solía consistir en la aplicación de sustancias extremadamente agresivas, tales como el mercurio y el arsénico –las cuales podrían ser consideradas como una forma primitiva de quimioterapia–. Estas sustancias, con su tremenda potencia corrosiva, eran juzgadas en ocasiones como lo único capaz de hacer frente al ímpetu devorador de un cáncer rebelde. Aunque los efectos secundarios de tales tratamientos eran tan severos que muchos médicos se oponían terminantemente a su uso, la mayoría de pacientes optaba por ellos con tal de escapar a la más terrible arma del arsenal médico: la cirugía. Cuando hasta los remedios químicos más agresivos se mostraban ineficaces, algunos pacientes eran persuadidos de que la única esperanza de cura residía en tratar de extirpar el tumor. Mientras que muchas de las intervenciones médicas de hoy en día suponen un impacto mínimo en la vida del paciente, hace sólo dos siglos el panorama era bien distinto. Antes de la llegada de la anestesia, los antisépticos y los antibióticos, incluso las operaciones menos invasivas no sólo provocaban un dolor terrible, sino que ponían al paciente en riesgo de muerte a causa de hemorragias, infecciones u otras complicaciones. Todo esto hacía de la cirugía el más peligroso y temidodetodoslosprocedimientosmédicos. A falta de anestesia, los cirujanos administraban opiáceos y alcohol antes de la operación, con objeto de hacerla más llevadera; no obstante, el paciente debía permanecer despierto, dado que la inconsciencia podía ser síntoma de una excesiva pérdida de sangre u otros problemas. Las cirugías de cáncer eran particularmente arriesgadas, invasivas, prolongadas y dolorosas, hasta un extremo que probablemente escapa a la imaginación del hombre moderno. Al ser el cáncer de mama la variante más frecuente de la enfermedad, la mayoría de cirugías eran mastectomías radicales –amputaciones completas del pecho–, aunque también existen descripciones de operaciones en zonas tan variadas como los ojos, las piernas o el escroto. Las cirugías más complejas llevaban varios días, en cada uno de los cuales el cuerpo del paciente era abierto con cuchillos o instrumentos similares a fin de extirpar la mayor parte posible del tumor; la herida era luego cauterizada con hierros al rojo vivo o vendajes. El paciente permanecía en la consulta durante la noche, en un intenso dolor y, de ser necesario, el proceso se repetía al día siguiente. Resulta evidente que la razón por la que los enfermos de cáncer accedían a someterse a tan brutales intervenciones era el convencimiento de que éste era el único modo de evitar la muerte. Por otra parte, la mayoría de estas operaciones terminaban con la vida del paciente, por lo que es improbable que los cirujanos estuvieran deseosos de llevarlas a cabo, dado que tales fracasos podían suponer un golpe duradero a su reputación y sus ingresos. Es de suponer que los cirujanos accedían, por su parte, a realizar cirugías tan arriesgadas debido a una necesidad moral de intentar aliviar el sufrimiento de los enfermos de cáncer avanzado. La paradoja del cirujano, que hiere al paciente con el fin de curarlo, ha sido señalada por los historiadores médicos a lo largo de los siglos. No obstante, aunque tanto cirujano como paciente acordaran que la cirugía era la mejor alternativa, ésta no resul- M Algunas frases antológicas de famosos personajes laguneros e voy a morir con la pena de no haber conocido a mi abuelo paterno, Juan Bautista Oliva, que en mi familia fue el pionero de los “coñistas”, al que siguiera luego mi padre Juan Oliva Tristán y mismamente yo como aprendiz más que mediocre de ambos. Por eso empiezo con mi abuelo y debemos situarnos cronológicamente en los años después de la Guerra Civil, donde aparecieron las famosas cartillas de racionamiento, que eran a modo de auténticos “corralitos” pero no de corte “ecuménico” sino de estómago, y en donde había escasez e incluso tamaño de todo. Vamos a la anécdota y les diré que en esa época el pan lo hacían de pequeñísimas dimensiones, corto y escuchimizado cual pirulí. Un día, sobre las ocho de la mañana, tocan en la puerta de casa de mi abuelo, contestando el mismo: “¿Quién es?”, respondiendo una voz “extra omnes”: “La panadera, don Juan”, terminando por decir mi familiar: “Mire, si el pan es como el de ayer lo mete por la cerradura de la puerta”. Otra frase de un ingenio, más propio de un nobel de Literatura que del personaje que la dijo, la encontramos en nuestro personaje lagunero “Panchito”, que un viernes Santo andaba en el interior de la Catedral –después de haber estado en media docena de borracherías de la ciudad– cuando es visto dando unos bandazos que para sí los quisiera un consumado patinador artístico por el obispo güimarero Domingo Pérez Cáceres, que fue tras él hasta darle alcance y conminándole a entrar en la solitaria sacristía, diciendo su eminencia: “Panchito, siempre dando la nota. ¿No ves el pedazo “pedo” que tie- taba un proceso fácil para ninguno. Tal era el sufrimiento de los pacientes durante las operaciones que se necesitaba la ayuda devariosasistentesparasujetarlosdurante el curso de las mismas –además de para preparar el instrumental–. Los gritos de agonía del paciente volvían las operaciones más largas emocionalmente agotadoras y desalentadoras. En consecuencia, los cirujanos se mentalizaban para ignorar tales signos de sufrimiento, suprimiendo la presencia del paciente y centrándose en la extirpación del tumor; dicha actitud les valió fama de despiadados, llegando a ser comparados con carniceros o torturadores. Los textos médicos de épocas pasadas reflejan claramente la anulación del paciente durante la operación como forma de ignorar su tormento: en ninguna descripción de una cirugía se menciona el estado del paciente como persona, sino sólo como el cuerpo donde la batalla contra el tumor se desarrolla. Las ilustraciones de estos textos, análogamente, muestran a mujeres con una expresión invariablemente serena, incluso mientras uno de sus pechos es perforado o amputado. Los registros que se conservan sugieren que, a diferencia de lo que ocurría en tratamientos más ‘leves’, una vez que la operación era acordada el paciente salía de escena, dejando solos al cirujano y al cáncer. Es evidente que tanto médicos como pacientes debían afrontar la decisión de hasta qué punto valía la pena llegar con tal de intentar curar una enfermedad que, después de todo, bien podía ser incurable. El hecho de que gran parte de los tratamientos de cáncer resultaran tan dolorosos como la propia enfermedad –y que las cirugías a menudo terminaran en defunción– hacía a algunos enfermos decidirse por tratamientos paliativos, dirigidos simplemente a retrasar la muerte y aliviar el sufrimiento en la A REÍR QUE SON DOS DÍAS Juan Oliva-Tristán Fernández* nes?, venga, sal de la Catedral, mándate un café y a tu casa a dormirla”. La reacción del borrachuzo no se hizo esperar, diciéndole al obispo una frase que tiene doble mérito pues la dice una persona sin ningún tipo de estudios, “analfabestia” total, y que fue la siguiente: “Don Domingo, cuando la Divinidad sucumbe, la humanidad se tambalea”. O esta otra del célebre cazador Alonso Tabares, abuelo de mis buenos amigos Diego y José Mari Tabares Rodríguez y de Ana-Beatriz y Juan Fuentes Tabares. Es de todos conocida la fobia que le tenía a Santa Cruz don Alonso, al que tildaba de “pueblo de pescadores”, o habitantes del Charco de la Casona, y su mejor anhelo es que llegara un día en que se pudiese pescar en La Cuesta. La frase del “viejo” para enmarcar fue: “En La Laguna vamos a hacer una avenida marítima, con sus góndolas y sus “góndolos” para darles por c... a los “chicharreros”. Hay otro muy bueno y aconteció en la tertulia de la pelu- medida de lo posible. Los principales ingredientes de estos remedios eran plantas con efectos analgésicos y opiáceos, tales como el láudano. No cabe duda de que, en los casos más avanzados, los enfermos recurrían también a este tipo de sustancias para lograr una muerte indolora. Aunque, hasta el siglo pasado, la humanidad convivía con una variedad de enfermedades devastadoras o altamente contagiosas frente a las que la medicina poco podía hacer, el cáncer siempre se ha destacado entre ellas por su particular naturaleza ‘maligna’. La caracterización del cáncer como una entidad a la vez propia y profundamente extraña al cuerpo, con una disposición cruel y traicionera, ha sobrevivido hasta nuestros días y es apreciable en muchas campañas mediáticas relacionadas con la enfermedad. El uso que a menudo se hace del cáncer como símbolo de corrupción interna y degradación moral tampoco es nuevo; de hecho, pocos aspectos de la relación entre el cáncer y la humanidad lo son. Lo que sí ha cambiado en este último siglo, sin embargo, es el extraordinario poder de la ciencia y la medicina para diagnosticar y tratar este mal, ahondar en sus causas y, con colosales esfuerzos, avanzar lentamente en el camino para ponerle fin. Por muy terrible que el impacto del cáncer pueda ser, no debemos olvidar que el horizonte nunca ha sido tan brillante como hoy. Referencias: –Skuse, A. Constructions of Cancer in Early Modern England (Palgrave Macmillan, 2015). –David, A.R., Zimmerman, M.R. “Cancer: an old disease, a new disease or something in between?” Nature Reviews Cancer (2010). quería “La Higiénica”. Como todas las tardes, salía el tema de las cacerías y uno de los contertulios dijo: “Pues me han asegurado que hay perros más inteligentes que los amos”, saltando don Alonso: “Los míos, coño”. Cierto día estaba sentado en un banco del Camino Largo “Panduro”, con los ojos cerrados y semidormido, cuando se le acerca un estudiante y le dice al oído: “La vida es sueño. Calderón de la Barca”, a lo que de inmediato le contesta el dormilón: “La muy puta de tu madre. Panduro”. Una noche de vino y rosas –más bien lo primero–, sobre las once suena la sirena de una ambulancia en la calle y la primera reacción de mi padre fue entrar en la habitación donde nos quedábamos mis tres hermanos y yo, y contarnos a ver si faltaba alguno. El falso general Fagó se encuentra un día con un auténtico general que era Anatolio Fuentes y García-Mesa, y le espeta: “De colega a colega ¿te sobra un cigarrito? Olivaradas: Un político que se precie dirá siempre el “techo del gasto”, mientras que un práctico albañil diría “el gasto del techo”. En el Hospital: “Doctor, ¿cómo está mi suegra?”, contestando el especialista: “Vayan pensando lo peor”, replicándole el primero: “Pero, ¿se va a morir”, remachando el galeno: “No, qué dice, que quiere ir a vivir con ustedes”. “Oiga, ¿tiene zapatos del 36?”, contestando el dependiente: “De la guerra no nos queda nada”. * Pensionista de larga duración. Pedro Sánchez se niega a jugar al juego de la silla p6 sábado, 20 de agosto de 2016, EL DÍA EL LEGADO ARTÍSTICO DE HITA Y CASTILLO en el municipio palmero de Puntallana Texto: José Guillermo Rodríguez Escudero L a cima de la obra de Benito de Hita y Castillo y de Guzmán (1714-1784) en el archipiélago canario es, sin duda, el magistral candelero del Señor de la Caída de la iglesia de San Francisco de la capital palmera, imagen firmada y fechada por el artista en 1752. Las constantes relaciones de la todopoderosa familia Massieu con sus familiares establecidos en Sevilla harían posible la llegada a La Palma de otras obras del taller del maestro, el “más diestro artífice sevillano”. Junto con la bella talla de Nuestra Señora del Carmen para la ermita de San Estanislao de Kostka, en Barlovento (hoy en la iglesia parroquial de El Rosario), llegaron conjuntamente en el mismo envío las de San Antonio de Padua y San Miguel Arcángel para la parroquia de Puntallana. Este valioso lote arribó a nuestras costas debido al fuerte impacto que produjo a la sociedad palmera la llegada del mencionado Cristo caído. Esto animó a la familia Massieu a efectuar nuevos encargos al escultor. La autoría de las obras —de calidad y factura excepcional— había pasado desapercibida para algunos estudiosos. Sin embargo, la firma del artista y la fecha de ejecución (1773) en lápiz bajo cada una de las peanas, disiparía las dudas en posteriores investigaciones. Estas dos últimas efigies fueron donación del coronel, gobernador de armas de la isla y regidor perpetuo de La Palma, Felipe Massieu Vandala. La estrecha relación del acaudalado mecenas con Alonso Tello de Eslava y Céspedes, maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, haría posible la llegada de éstas y otras obras de arte a la isla. Don Alonso llegó a actuar de intermediario entre el taller sevillano y los patronos canarios, dando continuidad a las empresas artísticas iniciadas por Pedro Massieu. En el folio 64 vto. del Libro de Visitas de la Parroquia de Puntallana consta: “Yt. dos Ymagenes una de Sn. Miguel y otra de Sn. Antº de Padua qe, dio a esta Yga. el Coronl. y Governor, de las Armas de esta Ysla Dn. Felipe Massieu y Vandala”. Esta anotación está incluida al término de la Visita Apostólica que tuvo lugar el 29 de noviembre de 1724. El Iglesia de Puntallana. profesor Herrera García añade que “no obstante las características de la grafía e intensidad de la letra indican que fue anotada mucho después de ese año, lógicamente en torno a 1773”. Como referencia histórica familiar, diremos que Felipe Massieu y Vandala era administrador del mayorazgo y bienes que, en sucesión, habían recaído en Pedro Massieu después de cuyo fallecimiento se transmiten a su única hija, Manuela Massieu y Torres. Esta dama estaba casada en Sevilla con Alonso Tello. Al morir aquélla, su esposo es nombrado albacea universal de sus bienes según cláusula testamentaria, por lo que nombra a Felipe Massieu administrador de las posesiones palmeras heredadas de su mujer. San Miguel Arcángel Existe un gran apartado, en cuanto a la iconografía arcangélica, donde el patrón insular, san Miguel, se nos muestra en combate con el dragón apocalíptico, claro ejemplo de Psicomaquia, o lucha del alma. Ésta fue muy representada por el arte medieval. Se adoptó este nombre después de un poema de Prudencio, donde sus personificaciones de vicios y virtudes, así como los debates que imagina entre estos personajes abstractos, influyeron en la literatura alegórica medieval. En la Biblioteca de la Burguesía de Berna (Suiza), más concretamente en la miniatura de un manuscrito carolingio del s. IX, se aprecian dos episodios de la Sicomaquia, donde la Fe acaba de vencer al Paganismo, al que pisotea, y cuatro mártires reciben la corona triunfal. En otra, la Castidad se defiende de la Lujuria, que la ataca con sus llamas. En cuanto a la tipología miguelina en La Palma, y siguiendo con la clasificación de sus tipos de imágenes —fruto del profundo estudio de Mar- tín Sánchez—, encontramos también cómo en la clásica escena aparece batiendo al dragón a sus pies, o cualquier otra configuración que adquiera el Maligno, “serpiente, diablo zoomórfico o antropomórfico, etc.”. En el capítulo XII del Apocalipsis aparece el “Príncipe de las Huestes Celestiales” aplastando al dragón y clavándole su lanza. En La Palma, este modelo tiene un significado muy especial, ya que, desde la época de la conquista, la figura del Arcángel —representante de todos los ángeles fieles y defensor de la Iglesia— se erigía como símbolo victorioso dentro de las luchas contra los aborígenes palmeros, representados por Satán —jefe de los ángeles rebeldes y encarnación de la idolatría—. La magnífica imagen de San Miguel mide 1,23 mts. sin peana (130 cms. con ella). El profesor palmero Herrera García nos informa de que “en ella se dan cita todos los recursos expresivos y compositivos acostumbrados por el maestro en sus composiciones, contundencia de volúmenes, movimiento dinámico, intenso pero bien equilibrado en su conjunto, pliegues arremolinados en torno a las piernas y tronco, un rostro feminoide e infantil, que llega a estereotipar en las representaciones marianas y hagiográficas”. Entre otras de sus características, destacan la artificiosidad y desenvoltura, cuyos efectos producen un inequívoco sello barroco. Esta fabulosa pieza de la escuela barroca sevillana —catalogado como “San Miguel batiendo al Demonio”— está entronizada actualmente en la hornacina lateral derecha del primer cuerpo del retablo mayor. Aquí el dragón negro de cresta membranosa y de redondos ojos rojos al que el pie del santo aplasta contra el suelo, es muy pequeño y da, hasta cierto punto, algo de lástima. Aquí se trataba de ensalzar la figura del Arcángel, dejando a la diminuta bestia en un segundo plano. El “Príncipe de las Huestes Celestiales”, que con un pie presiona la cabeza de la demoníaca forma elevando la rodilla derecha que incurva hacia dentro, se dispone a asestar el golpe definitivo con su espada. Ésta es agarrada con la mano derecha cuyo brazo parece iniciar el descenso. No existe una acción recíproca entre ambos, por lo que, más que una lucha entablada entre los dos personajes, se trata “de un Miguel, ya triunfante sobre la sinuosa y ondulada forma dra- p7 EL DÍA, sábado, 20 de agosto de 2016 gonada”. La vestimenta y accesorios, como casco y escudo con las iniciales «Q.S.D» (Quis sicut Deus- Quién como Dios), responden a los dictados iconográficos postridentinos, acuñados en la ciudad hispalense a lo largo del siglo XVII. Herrera continúa describiendo la escultura: “De rica factura es la cabeza cuyos cabellos se arremolinan señalando ondulaciones de gran plasticidad y delicado trabajo de gubia, las cejas muy finas y ligeramente incursadas, ojos intensos y grandes, boca pequeña de firme comisura, mentón elevado, configuran un rostro de idealizada belleza”. Contrastan los robustos muslos y las formas potentes de las piernas con las características señaladas para el delicado rostro. Estamos ante una orientación bastante realista y artificiosa que está unida a la idealización que tanto gustaba al artista. La intensidad del movimiento viene impresa en la obra a través de los vuelos y delgadas incurvaciones que recuerdan a los gruesos encolados. Así se comprueba en algunas zonas del manto, alrededor de los brazos y el faldellín, “incurvada en dibujísticos vuelos”. En cuanto al estofado, es similar a otras obras del maestro. Se aprecia en el manto una gran riqueza en el que se combina el color rojo del forro con el dorado de los motivos florales y vegetales que se disponen en hileras e incluso en delgadas rayas que imitan la textura del tafetán. Por cierto, en el pecho acorazado se descubre el pan de oro a través del punteado en el que tampoco falta los mismos motivos encontrados en el arrugado manto: “hojas de cardina con florecillas de cuatro pétalos y fragmentos de rocalla en la faldilla”. Se trata de una magnífica obra que no se aleja mucho de los modelos que imperaban en Sevilla a mediados de ese siglo en el que el rococó irrumpe Diversos detalles del legado de arte religioso dejado por Hita y Castillo. sin prácticamente encontrar dificultad alguna. San Antonio de Padua La delicada efigie de san Antonio “nos remite a esa constante en la obra de Hita que es el intimismo, lo intrascendente y amable”. El investigador Herrera García compara esta bella imagen de talla con la anterior del arcángel. Si bien la actitud resuelta del franciscano no llega al dinamismo de san Miguel, el movimiento en el primero se define por un bien estudiado y pausado “movimiento helicoidal que sin llegar a la intensidad de algunas obras como el San Sebastián de la Capilla Sacramental de Sta. Catalina (Sevilla), es perceptible en el acusado contraposto de la pierna izquierda con la rodilla inclinada al lado contrario”. El torso y la cabeza se inclinan hacia la izquierda, dando como resultado una torsión o giro que se deriva de la contraposición de las diversas partes del cuerpo. Impera, no obstante, el sentido de la masa en san Antonio. Los pliegues del amplio hábito registran un tratamiento más superficial de contornos sesgados y un aspecto de pesadez, sobre todo en las bocamangas. En algunas ocasiones, el santo — de aproximadamente 1, 17 cms. de altura sin contar con la peana— aguantaba las esquinas de un libro con ambas manos sobre su costado izquierdo. Sobre el tomo descansa casi arrodillado el Niño Jesús, “compenetrado en una sacra conversación con el Santo”. Ésta es una iconografía muy popular desde el siglo XVI y puesta de moda por el arte barroco de la Contrarreforma. Según su hagiografía, san Antonio habría tenido una visión extraordinaria: la Virgen le entregaba el Niño Jesús durante un viaje a Francia. Este tema tardío, copiado del Liber Miraculorum, es uno de los preferidos por la pintura barroca contrarreformista, especialmente en la escuela española y en la flamenca. Es a partir de ese momento cuando el Niño, sentado o de pie sobre un libro, se convierte en el atributo usual de nuestro santo. Según un cronista paduano, san Antonio realmente no tenía nada de la ascética delgadez de san Francisco. Por el contrario, era de talla inferior a la media y muy corpulento, con una cabeza redonda y un vientre de hidrópico. Pero el arte, como en el ejemplo puntallanero, no ha tenido en cuenta estos testimonios y se le concede el mismo aspecto demacrado del santo de Asís. Como aquí, se le representa con hábito de franciscano y con cíngulo ceñido a la cintura. El infante alza ambas manos en actitud de predicación y dirige su mirada al rostro de san Antonio, mientras éste lo atiende complacido y con veneración. La concentrada atención que se conceden y la complicidad entre ambos hacen de la escena una bella muestra del intimismo y poesía imperante en aquellas obras de Hita donde aparece el elemento infantil. En otras, sin embargo, el brazo derecho se ha separado de la esquina del libro y éste reposa ahora sobre el largo cíngulo y la cadera izquierda. Porta en su mano derecha una rama de lirio (de plata), símbolo de pureza, aunque este atributo no le fue concedido antes de 1450, fecha de la canonización de san Bernardino. Es más probable que ésta sea su posición original, a juzgar por la separación de los deteriorados dedos y al encontrarse ésta más acorde con la representación iconográfica del santo lisboeta. Los estofados del cuello de la túnica se repiten en los bordes del hábito y de las mangas, “resumiéndose a un único modelo compuesto por fragmentos de rocalla”. La proximidad entre las dos obras —en lamentable estado de conservación— resulta evidente si atendemos a sus caracteres estilísticos que revelan un mismo momento de ejecución, particularidad que confirma la fecha inscrita en el interior de las peanas de estas magníficas muestras del buen hacer artístico del magistral Benito de Hita y Castillo: “Dn. Benito de Hita / Y Castillo me fesit / en Sevilla / año de 1773”. BIBLIOGRAFÍA –Archivo Parroquial de Puntallana, Libro de Visitas Pastorales iniciado en 1678 –FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, F. Nobiliario de Canarias, La Laguna, 1954 –FERRANDO ROIG, Juan. Iconografía de los Santos, Ediciones Omega, Barcelona, 1950. –GONZALEZ ISIDORO, José. Benito de Hita y Castillo, Sevilla, 1986. –HERNÁNDEZ PERERA, «Un Cristo de Hita y Castillo en Santa Cruz de La Palma», en Archivo Español de Arte, Madrid, 1958. –HERRERA GARCÍA, Francisco J. «Tres esculturas firmadas y fechadas por Benito de Hita y Castillo en la Isla de San Miguel de La Palma». –LEON BARRETO, Luis. Las espiritistas de Telde, Biblioteca Básica Canaria, Viceconsejería de Cultura y Deportes, Madrid, 1990. –MARTÍN SÁNCHEZ, Miguel. Miguel, el Arcángel de Dios en Canarias. Aspectos socio-culturales y artísticos. Cabildo Insular de Tenerife, Litografía Romero, Santa Cruz de Tenerife, 1991. –RÉAU, Louis. Iconographie de l’art chrétien, PUF, París, 1956. –RODRÍGUEZ ESCUDERO, José Guillermo. «Iconografía de San Miguel en Santa Cruz de La Palma», El Día/La Prensa, (2 de octubre de 2004) RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Margarita, «Nuevos datos artísticos de la Parroquia de Puntallana», en IV Coloquio de Historia Canario-Americana, Las Palmas de Gran Canaria, 1982 p8 sábado, 20 de agosto de 2016, EL DÍA www.eldia.es/laprensa Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.046 BALCÓN DE VENEZUELA “La autoridades públicas nacionales, regionales y locales favorecerán e incentivarán todas las modalidades del desarrollo turístico… El turismo es riqueza para la persona, para la familia, para la comunidad, para el mundo entero” (Organización Mundial del Turismo). El turismo en Perú: un paso adelante Texto: Antonio Pedro Tejera Reyes (del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo, de las Naciones Unidas) Para mi querido amigo Javier Pérez, en Lima, Perú, con todo mi afecto “E stamos aquí no solo para promover las exportaciones y desarrollar el turismo, sino, sobre todo, para reducir la pobreza en Perú con estos dos instrumentos que aportan la economía. Vamos a trabajar por el bienestar de todos los peruanos”. Palabras de nuevo ministro de Comercio Exterior y Turismo de Perú, Eduardo Ferreyros Küppers, durante su toma de posesión. Es un especialista en Comercio Exterior y Negociaciones Comerciales Internacionales que ya fuera ministro en el área de turismo en un anterior gobierno. Se une esta estimulante aseveración del nuevo ministro a las importantes y elogiosas declaraciones del nuevo presidente peruano, el prestigioso economista Pedro Pablo Kuczynski, que no queremos dejar pasar sin nuestro comentario Kuczynski, descendiente de inmigrantes europeos, tomó recientemente las riendas de Perú con la promesa de acelerar la economía, combatir la pobreza y convertir al país en un lugar con igualdad de oportunidades. En su primer discurso como presidente, dijo: “Debemos dar un gran salto, solo con ese salto llegaremos a la modernidad que Perú anhela, un país justo para todos. Quiero una revolución social para mi país, anhelo que en cinco años Perú sea un país más justo, más equitativo y más solidario”. Pero lo auténticamente relevante en este mundo de hoy, signado por un materialismo sin límites, donde el turismo es la esperanza de paz de la Humanidad, ha sido la contundente manifestación de los ‘mandamientos’ que ha trasmitido a sus ministros en la primera reunión con los mismos. “PPK será un presidente que marcará la historia del Perú por su espontaneidad y sus conocimientos. Recientemente –ya presidente de la nación– se presentó en RPP TV –el consorcio más importante de comunicación del Perú, que tiene TV, radios, etc. y, sobre todo, mucha credibilidad, y donde PPK [como cariñosamente se conoce en Perú a este prestigioso personaje] tenía ya hace mucho tiempo el espacio Diálogos con PPK, donde analizaba temas económicos y de coyuntura del país, y ahora se presentó como siempre a sus diálogos, expresando que tiene mucha confianza en el turismo, una gran novedad ya que nunca antes un presidente lo ha mencionado como parte importante del desarrollo de Perú” (Elena Villar). En su primera reunión ministerial, y como un acto simbólico de los principios y la rigidez que piensa imponer en su mandato, les pidió a sus ministros que dejasen el celular (el teléfono móvil) apagado antes de ingresar a las reuniones. Los siete ‘mandamientos’ sobre los que se regirán sus ministros, que han causado revuelo y admiración entre la población, son los siguientes: ser absolutamente incorruptibles; ser modestos; recibir a la población; conocer el país, viajar por las regiones; ocuparse de sus ministerios y no de otros; en caso de dudas, consulten con la Presidencia del Consejo de Ministros o con su presidente; y tomar las cosas con calma, sonreír y rezar. Todo un decálogo del buen hacer que, de cumplirse de verdad, cambiará la historia no solo de un país sino que ejercerá de modelo mundial para todos los gobernantes honrados y honestos. Una potencia del turismo No vamos a hacer ningún descubrimiento ante la realidad de un país que tiene un atractivo singular para el turismo mundial, donde sus ancestros presentan un singular valor incomparable, unidos a una historia milenaria que se Imponente la belleza nocturna de la plaza de Armas de Lima, un punto obligado para la fotografía del turismo cultural. Abajo, Iquitos, último puerto de mar posible desde el Atlántico a través del Amazonas. respira desde la mítica cordillera de los Andes hasta sus extensos kilómetros de playas, o sus obras coloniales que signan un pasado memorable, lleno de vivencias que parecen estar en las fachadas de sus viejos edificios, en la cadencia del habla de un pueblo laborioso, extendido en el mundo a través de sus reconocidos emigrantes, que han llevado su gastronomía a ser un referente de la Unesco, como una de las más preciadas y prestigiosas del mundo, acompañado de grandes personajes de la política, la cultura, el deporte, el arte. Perú tiene suficientes argumentos para consolidarse como un país de un excepcional atractivo turístico en unos momentos críticos en que la aviación comercial está impetuosamente rompiendo moldes y cifras de crecimiento, abriendo fronteras y ofreciendo multitud de oportunidades a una sociedad cambiante donde la cultura del conocimiento se impone constantemente, como se ejemplariza en los viajeros chinos, hoy primera potencia mundial como mercado emisor del turismo. La histórica plaza de San Martín, la mítica reliquia de Cuzco, Machu Picchu… son solo mínimos ejemplos de todo lo que este país aporta como recursos para su promoción turística. Lejos quedan nuestros memorables recuerdos del Museo del Oro, los hermosos salones del Gran Hotel Bolívar, o las memorables veladas en el Huaca Pucllana, con los “tiraditos” y el pisco sour de fondo. Perú es un sueño, mucho más que todo esto. El Fin de Año-Año Nuevo Medieval, en Lima, es otro de nuestros ilusionados proyectos que hemos ya vivido como un sueño del que no nos hubiese gustado despertar. Bien por el presidente Kuczynski.