Neumonía (480-486) La neumonía es una de las causas más importantes de mortalidad por patología infecciosa, y el motivo principal de fallecimiento en pacientes hospitalizados. En 1999 ocasionó la muerte de 4.254 hombres y de 3.998 mujeres que, en tasas ajustadas por edad, suponen 17,6 y 10,6 casos por 100.000 habitantes, respectivamente. Las rúbricas recogidas en este epígrafe hacen referencia exclusivamente a las neumonías debidas a agentes infecciosos, incluyendo las neumonías nosocomiales no asociadas a cirugía previa. Aproximadamente la quinta parte de las neumonías en pacientes ingresados podrían ser de origen nosocomial, de acuerdo con los datos del estudio de prevalencia de infección nosocomial en España EPINE. Se excluyen las asociadas a gripe y las postoperatorias, siendo ambas sólo un 0,6% del total de las neumonías atendidas en los hospitales españoles en 1999, según el CMBD. También se excluyen las neumonías definitorias de SIDA. La neumonía puede ser producida por virus, bacterias u hongos, destacando como agente causal el neumococo, responsable del 14% de los fallecimientos por esta rúbrica en 1998. Hay que señalar, sin embargo, que, para dicho año, el 83% de las muertes por esta causa están registradas como debidas a agentes indeterminados. La mortalidad por neumonía en todo el periodo ha descendido un 4,6% anual en hombres y un 6% en mujeres. Las tasas estandarizadas por edad descienden de forma casi constante hasta el periodo 67-71, suben en el 72-76, coincidiendo con un aumento de la mortalidad por gripe, y vuelven a decrecer al mismo ritmo que el previo hasta el 87-91 en el que disminuye la pendiente de descenso. Esta evolución, presente en todos los grupos etarios a pesar de partir de tasas muy dispares, podría explicarse por la disponibilidad de antibióticos, las mejoras en el tratamiento médico, en la nutrición y en las condiciones de vida a lo largo de las décadas. Las tasas específicas por edad muestran que el pico del periodo 72-76 se refleja generalizadamente en los hombres mayores de 10 años y en las mujeres mayores de 70 y de forma discontinua en las mujeres más jóvenes, si bien se produce una atenuación del descenso de la mortalidad en la mayoría de los grupos etarios. En el periodo 87-91 las tasas del grupo de 25 a 34 años ascienden casi un 50% en los hombres y un 16% en las mujeres. En el periodo siguiente, el aumento en varones se desplaza a los grupos de 30 a 39 años, y no se produce en las mujeres. Estos cambios, correspondientes a las cohortes nacidas entre 1957 y 1966, podrían deberse al SIDA. El descenso de la mortalidad en los menores de 5 años, drástico e ininterrumpido, es más acusado que en los otros grupos de edad. El análisis del efecto de la edad, ajustando por cohorte y periodo, muestra un riesgo elevado en menores de 5 años, un rápido descenso hasta los 10-15 años, y luego, un aumento exponencial. Las personas mayores tienen mayor riesgo de padecer neumonías, tanto por tener más patologías asociadas y más hospitalizaciones, como porque los mecanismos de defensa del pulmón también se deterioran con la edad. El efecto de la cohorte de nacimiento tiene mayor relevancia que el efecto del periodo. El riesgo decrece en los primeros años, primero de forma suave y luego más acusadamente hasta las cohortes nacidas en los años 40. Luego se observa una cierta estabilización en mujeres, y un ascenso suave en hombres, que se acentúa en las cohortes nacidas entre finales de los 50 y principios de los 60, en las que el SIDA ha tenido mayor impacto. Posteriormente el riesgo desciende con una pendiente muy marcada en ambos sexos. El efecto periodo, muy similar en hombres y mujeres, muestra un descenso del riesgo hasta el 62-66, una estabilización en el periodo siguiente y un pico en el 72-76, a partir del cual el riesgo disminuye. Existen muchos factores que alteran los mecanismos habituales de defensa del pulmón, facilitando así la aparición de cuadros neumónicos. Los más importantes serían el humo del tabaco, el consumo de alcohol, las infecciones respiratorias no neumónicas por virus, Mycoplasma o Haemophilus, otras patologías respiratorias, como la EPOC, las bronquiectasias, o las obstrucciones bronquiales de cualquier origen y la existencia de inmunosupresión, bien yatrogénica o debida a leucemias, linfomas o HIV. La gripe favorece la aparición de neumonías bacterianas, y hay una gran concordancia estacional entre ambos procesos. La mayoría de los pacientes con neumonía presentan otras patologías asociadas, como insuficiencia cardiaca o diabetes. 134 Modelo edad GL Deviance 136 27879.2 edad+drift 135 8301.3 edad + per 128 7758.3 edad + coh 112 1640.0 edad + per + coh 105 780.4 -4.598 % por año 85+ 80757065605550-4540-35-3025- 0- 201510- 5- 0.1 cambio neto Tasas especificas x 1,000,000 1.0 100.0 10000.0 Neumonia hombres 1860 Tasa x 10e6 1880 1900 1920 1940 1960 Año de nacimiento 1980 2000 RR cohorte 100.0 periodo 2.0 0.5 10.0 0.2 1.0 0.1 5 50 Edad ( 0 - 80 ) 1870 1890 1910 1930 Año 1950 1970 1990 Modelo edad GL Deviance 136 32323.8 edad+drift 135 5528.4 edad + per 128 4884.3 edad + coh 112 1217.9 edad + per + coh 105 497.4 -6.041 % por año 85+ 8075706560550- 50-45- 3540- 3025201510- 5- 0.1 cambio neto Tasas especificas x 1,000,000 1.0 100.0 10000.0 Neumonia mujeres 1860 Tasa x 10e6 1880 1900 1920 1940 1960 Año de nacimiento 1980 2000 RR cohorte periodo 100.0 2.0 10.0 0.5 0.2 1.0 0.1 5 50 Edad ( 0 - 80 ) 1870 1890 1910 1930 Año 1950 1970 1990 135