Formación Cristiana Básica 4 ATEOS Y CREYENTES 1 La religión y la vida RELIGIÓN Y CIENCIA 2 La religión no se ha confrontado con la ciencia hasta los tiempos modernos. En las sociedades precientíficas la existencia de personas sin religión era excepcional. El crecimiento del ateísmo y del agnosticismo ha sido paralelo al desarrollo de la ciencia. Sin embargo, la ciencia no se opone ni puede oponerse a la religión auténtica. Se trata, por tanto, de delimitar el campo de la religión y el de la ciencia. CHOQUE ENTRE MENTALIDAD CIENTÍFICA Y RELIGIÓN Relaciones armónicas Al comienzo de la historia «homo faber» (fabricador de instrumentos) y «homo sapiens» viven en un mundo poblado de dioses. Todo conocimiento es hijo de la religión; toda técnica, hermana de la magia. Con la aparición del pensamiento filosófico mediterráneo (a partir del siglo VI a.C., aproximadamente), la ciencia se ocupa de interpretar el mundo físico mediante la razón pero teniendo en cuenta las creencias. Formación Cristiana Básica El cristianismo de los primeros siglos usó la filosofía para su defensa y explicación. En la Alta Edad Media la ciencia cumbre de las universidades era la teología. Toda ciencia era una mezcla de la letra de la revelación y los raciocinios de la mente. Relaciones conflictivas Las relaciones entre religión y ciencia cambiaron mucho en los últimos quinientos años. Podemos distinguir cinco etapas: Primera etapa (siglos XV-XVII). Los científicos más destacados eran creyentes: Copérnico, Galileo, Newton, Kepler, Leibniz. Para Galileo (1564-1642), la naturaleza es «la realización más fiel del ordenamiento divino». Kepler (1571-1630) decía que al contemplar el universo «casi llegaba a tocar a Dios con las manos». Segunda etapa (siglo XVIII). La Ilustración primero exige 3 separación entre ciencia y religión y después afirma que la religión revelada no es razonable. Tercera etapa (siglo XIX). Se caracteriza por la descalificación que algunos intelectuales hacen de la religión. Más que datos aportan sospechas de que la religión es una forma de «primitivismo» (Com- te), una «imaginación» (Feuerbach), una «alienación» (Marx), una «debilidad» (Nietzsche), una «neurosis» (Freud). Cuarta etapa (primera mitad del siglo XX). La filosofía analiza la existencia tanto desde el ateísmo (Sartre, Camus) como desde la fe (Marcel, Mounier). Los científicos viven en el «agnosticismo metodológico» sin afirmar ni negar a Dios. Quinta etapa (segunda mitad del siglo XX). Se caracteriza por cierta vuelta de lo sagrado. La ciencia vive en el agnosticismo metodológico y no puede aceptar ninguna tutela religiosa. Pero La religión y la vida físicos como Hawking no excluyen la «creación» divina, biólogos como Testart sienten el hálito divino en las fuentes de la vida y para muchos científicos el orden existente en el universo nos lleva a una inteligencia ordenadora. NEUTRALIDAD RELIGIOSA DE LA CIENCIA Algunos creyentes ven en el progreso un enemigo al que hay que combatir. Para otros, los avances tecnológicos han declarado la guerra a la religión (fundamentalismo científico). Hay quien se ha instalado en el pragmatismo y sólo se interesa por los saberes técnicos (razón instrumental o saber «cómo» sin importarles el «para qué»). Algunos no han solucionado la contradicción aparente entre ciencia y revelación. Siguen creyendo en Dios, pero sólo aceptan la Biblia como un libro del patrimonio cultural humano (deístas). 4 La Iglesia católica ha dejado clara su actitud: la ciencia y la técnica son el camino para que el hombre realice el proyecto de Dios trazado en el Génesis. Ciencia y técnica, sí, pero al servicio de toda la humanidad y de cada persona en su dimensión corporal y espiritual. Para el cristiano el progreso no lleva a la negación de Dios, sino a la desaparición de una imagen pagana que tiene a Dios como mágico «solucionador» de problemas. Ante el progreso no tenemos que defender a Dios, sino más bien defender a las personas que pueden ser víctimas de un progreso egoísta que beneficia a unos pocos a costa de la mayoría. «El hombre puede organizar la tierra sin Dios. Pero sin Dios no puede, a fin de cuentas, más que organizaría contra el hombre. El humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano» (Henri de Lubac). «El Dios de la Biblia no está “fuera de nosotros” (en tal caso podría hacer las cosas en nuestro lugar), sino “dentro”; actúa a través de nosotros, y es el que quiere que el hombre se haga grande» (González Carvajal). Formación Cristiana Básica En los mitos paganos los dioses eran rivales del hombre. En la religión cristiana «la gloria de Dios es el hombre viviente» (San Ireneo). Dios no suplanta a las personas, sino que las anima a cumplir con sus responsabilidades. EL ATEÍSMO Y EL AGNOSTICISMO MODERNOS 5 Con frecuencia surge el conflicto entre la razón y la fe. Los agnósticos y los ateos acusan a las religiones de creer en supuestas revelaciones y de usarlas en contra de la razón. EL OCULTAMIENTO DE DIOS Jesús en la cruz recitó el salmo 23: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Pascal, en el siglo XVII, hablaba de «la presencia de un Dios que se oculta». Místicos como San Juan de la Cruz han hablado de la «noche oscura» en la que no se ve a Dios. Cuando Napoleón preguntó a Laplace si sus teorías tenían en cuenta a Dios, el sabio contestó: «Dios es una hipótesis que no necesito para mi trabajo». La revista «Time» hace unos años presentó una de sus portadas con esta pregunta: «¿Dios ha muerto?». Los no creyentes han confundido este ocultamiento de Dios con la prueba de su inexistencia. La increencia se ha hecho intensa (hasta La religión y la vida afirmar que «Dios ha muerto»), y extensa (crece el número de personas que vive como si Dios no existiera). Los creyentes sufrimos la inevidencia de Dios, y nos vemos obligados a caminar en la oscuridad. San Pablo decía: «Caminamos en fe, no en visión» (2 Cor 5, 7). LA BIBLIA BAJO SOSPECHA Galileo dejó claro que la Tierra se movía alrededor del Sol y no éste alrededor de aquélla, como se deduce de la Biblia. Datos de observación y letra de la Biblia parecían contrapuestos. Los filósofos ilustrados del siglo XVIII trataron de sustituir la religión revelada por la religión «natural» o racional (diosa Razón). Los deístas negaban la posibilidad de cualquier revelación divina. La Biblia, por tanto, quedaba para ellos reducida a un libro de interés meramente cultural. 6 Darwin, en el siglo XIX, tras un viaje por las islas del Pacífico, afirmó que en la cadena evolutiva el hombre procedía del mono. Muchos creyentes que no supieron entender que «barro y costilla» en la Biblia eran sólo imágenes narrativas, consideraron definitivamente rota la armonía entre la Biblia y la razón. LA RELIGIÓN SOSPECHOSA Una larga serie de pensadores agnósticos o ateos del siglo XIX coinciden en explicar las creencias religiosas como «mera invención humana». Para Karl Marx, la creencia en Dios es el resultado de buscar un consuelo a los males y la explotación que sufren las clases humildes. La idea de Dios que tiene cada persona depende de su clase social. «La religión es el suspiro de la criatura oprimida» nos distrae del mundo de acá con un más allá y actúa como sedante o narcótico: «es el opio del pueblo». Formación Cristiana Básica Para Sigmund Freud, la creencia en Dios es una «ilusión infantil». «La inmortalidad, la retribución, el más allá en su conjunto son representaciones ilusorias de nuestra interioridad psíquica. Cada persona crea y cree en sus dioses». ¿ES DIOS MISMO SOSPECHOSO? Desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX unas corrientes filosófico-literarias han planteado la alternativa de «o Dios o el hombre». Parece que no hay lugar para los dos en el mundo. Nietzsche (1844-1900) afirma que Dios ha muerto y que las iglesias son los sepulcros de Dios. Caminamos a la aparición del superhombre, que domina la técnica y se levanta por encima de un Dios débil, que predica la resignación e incluso muere. Sartre (1905-1980) enseña que la existencia humana es absurda y que Dios no puede, no debe existir. Sólo existe la nada. 7 El ateísmo de Sartre más que una negación de Dios es una expulsión. Pero el precio que paga el hombre es demasiado alto: la desesperanza. Camus (1913-1960) se rebela en el callejón sin salida del absurdo y del sufrimiento. El mensaje de su novela La peste es: hay que hacer algo aquí y ahora. No se puede creer en un Dios que calla ante el espectáculo de inocentes que son atormentados. El ateísmo de Camus es profundamente humano. Su rebeldía solidaria es una forma de realizar el proyecto de Dios en el mundo. Por eso, no es extraño que Sartre acuse a Camus de no ser suficientemente ateo. La religión y la vida LA FE: UNA AFIRMACIÓN «RAZONABLE» Millones y millones de personas creen en la existencia de Dios, y reconocen que se ha revelado. Pero, ¿qué significa tener fe? ¿Cuáles son las características de la actitud de la fe? ¿Se puede ser creyente y dudar? ¿Es ra8 zonable creer? RAZÓN Y MOTIVOS DE CREDIBILIDAD Cuando dices «Yo creo que...» estás afirmando algo sin convencimiento absoluto. Por el contrario, cuando la persona religiosa dice «Creo» está afirmando algo sobre un fundamento inconmovible: Dios. Jesús decía que dar fe a sus palabras era como construir la vida sobre un sólido fundamento (Mt 7, 24-25). La fe utiliza los signos y no los tubos de ensayo para afirmarse como verdad. Por eso decimos que la fe no es «racional» sino razonable. La fe religiosa no es un salto en el vacío, sino una lectura de los signos divinos que hay en el camino de la vida. Tenemos razones para creer, razones para esperar, razones para vivir. San Pedro proponía como misión a los primeros cristianos que estuvieran siempre dispuestos a dar razón de su esperanza (1 Pe 3, 15). Formación Cristiana Básica La fe es razonable porque tenemos «motivos para creer»: la insatisfacción humana, la sed de lo infinito, la belleza de la creación, el sentimiento del más allá, la grandeza de la moral revelada, etc. CONTENIDO RAZONABLE DE LA FE La fe no es sólo o principalmente una afirmación de la inteligencia, sino una confianza de persona a persona. Algo así como la más extraordinaria amistad. Entonces decir «Yo creo contigo». El creyente cree «a» Dios y cree «en» Dios. El contenido de la fe puede ser misterioso, pero no puede ser absurdo: nadie puede creer, por ejemplo, que Dios puede hacer triángulos cuyos ángulos no miden 180°. Tal creencia no sería razonable. El catecismo de la Iglesia católica dice: «No creemos en las fórmulas, sino en las realidades que éstas expresan y que la fe nos permite “tocar”». (n.° 170). 9 LOS MILAGROS Y LA FE Con frecuencia se oye decir: «Yo creería si Dios hiciera un milagro ahora». Eso mismo le dijeron a Jesús sus paisanos que no habían visto ninguno en treinta años (Le 4, 23) y los que le habían llevado hasta el Calvario (Mc 15, 29). Pero no es el milagro el que produce la fe. Dios no se impone a la fuerza. Es la fe la que hace posible el milagro. Con frecuencia Jesús atribuye la curación al poder de la fe (por ejemplo, Mt 9, versículos 2, 22 y 29). Los evangelistas no tienen reparo en escribir que entre sus conocidos y en su pueblo «no pudo hacer ningún milagro porque les faltaba fe» (Mc 6, 5). Quizá en nuestro tiempo se entienda bien este rechazo de Jesús a exhibiciones de poder mediante milagros. ¿Dónde quedaría la libertad La religión y la vida nuestra ante un Dios que se impone por la fuerza al milagro? Dios no actúa en lugar nuestro, sino a través de nosotros. Isaías decía que Dios es «la fuerza de mi fuerza» (Is 49, 5). LOS CAMINOS DE LA FE En la Biblia, Dios se revela de forma gradual, «pedagógicamente», adaptando su lenguaje a nuestra naturaleza. Dios tiene en cuenta en cada momento la capacidad de comprensión, la cultura, el momento histórico en que viven los primeros destinatarios. Dios se revela a Abrahán como «el poderoso» y así da lugar al monoteísmo. A Moisés se revela como el liberador y como Espíritu de amor. En Jesús de Nazaret, Dios se revela como Padre y como Espíritu de amor. Así los creyentes van pasando también por diversos grados o etapas de la fe. Se va dando una evolución desde una fe pobre y vinculada al ambiente a una fe más firme centrada en la persona. Así hicieron el ca10 mino los primeros discípulos: pasaron de «no comprender nada...» a ser gente de poca fe que quiere milagros; y de la fe por lo que habían visto y oído, llegaron a la experiencia interior de fe. DIÁLOGO CON LA INCREENCIA En nuestro tiempo, por primera vez en la historia, aparecen como fenómenos de masas tres hechos negativos relacionados con la religión: el fenómeno del ateísmo, la actitud de indiferencia ante la religión, o de la manipulación sectaria de la religión. Pero podemos observar también tres hechos positivos: una fe personalizada vivida comunitariamente, la libertad religiosa con respeto al pluralismo, y el compromiso de los creyentes por un mundo mejor. ¿Representan estos hechos dos mundos totalmente distintos? ¿Cómo mantener la libertad de la fe ante los acosos del ambiente? ¿Cuál es la historia de la relación entre creyentes con distintos credos? ¿Es posible ir de la tolerancia al diálogo? ¿Es posible un compromiso de solidaridad Formación Cristiana Básica entre creyentes de diversas religiones y no creyentes a favor de un mundo más humano? El respeto a la libertad como principio El auténtico creyente considera la libertad como un don precioso de Dios. Por eso afirma su fe con el testimonio de su vida y, si puede servir para alguien, no dudará en dar «razón de su esperanza». «¿Quién os hará mal si buscáis con entusiasmo el bien? Dichosos si tenéis que padecer por hacer el bien. No temáis las amenazas ni os dejéis amedrentar. Dad gloria a Cristo, el Señor, y estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza a todo el que os pida explicaciones. Hacedlo, sin embargo, con dulzura y respeto, como quien tiene limpia la conciencia. Así, quienes hablan mal de vuestro buen comportamiento como cristianos, se avergonzarán de sus calumnias. Pues es preferible sufrir por hacer el bien, si así lo quiere Dios, que por 11 hacer el mal» (1 Pe 3, 13-17). Quien cree en Dios ha de actuar respetando las formas de actuar de Dios. Y Dios no se interfiere en la libertad de conciencia de las personas. Nadie debe ser obligado a creer. La libertad se desarrolla en las distintas opciones de cada día: es la libertad «para...». Cada persona es libre para elegir sus propias creencias y vivir de acuerdo con su decisión de conciencia. Defensa de la tolerancia Los cristianos lograron fama en el Imperio romano de caridad y no violencia y se comentaba en tiempos de Tertuliano: «Mira cómo estos cristianos se aman unos a otros». Era a lo que se podía llegar en el cumplimiento del deseo de Cristo: «Que os améis unos a otros» (Jn 15, 12). Lo mismo decía la regla de oro de la convivencia expuesta por Cristo en positivo: «cuanto queráis que os hagan a vosotros los hombres, hacédselo vosotros a ellos» (Mt 7, 12). La religión y la vida Tres textos completan la defensa de la actitud tolerante: 1. El más famoso es el de la parábola del sembrador que encuentra cizaña entre el trigo y no deja que sus servidores la arranquen porque pueden arrancar el trigo o confundirla con él (Mt 13, 24-30). 2. Otro es la frase de Isaías, que se aplica a la actuación bondadosa de Jesús: «no quebrará la caña cascada y no apagará la mecha humeante» (Mt 12, 20). 3. El último texto se refiere a la predicación de los apóstoles en Jerusalén. El rabí Gamaliel los defendió con una frase que no olvidarán: «Si es obra de hombres se disolverá; pero si viene de Dios, no podréis disolverlo y quizá algún día os encontréis con que habéis hecho la guerra a Dios» (He 5, 38-39). 12 ¿Hay razones para la intolerancia? A partir del siglo IV se empezó a practicar la intolerancia. Por eso se ha dicho con cierta exageración que: «Cuando el imperio se cristianizó, el cristianismo se paganizó». La justificación no era evangélica sino filosófica: «el error no puede tener derecho a su existencia». La cizaña debía ser arrancada cuanto antes. Además en la parábola de los invitados al banquete se dice que «fueron obligados a entrar» (compelle intrare). Por último estaba el argumento político de unidad de los súbditos. Todos argumentos débiles pero en manos de poderes fuertes. Hasta Santo Tomás de Aquino llegó a escribir: «Si los que falsifican moneda son ejecutados es mucho más grave falsificar la fe». En la práctica no se llevaron estas afirmaciones con fanatismo. Por ejemplo, el papado ayudaba a los judíos en Roma y les permitía usar sus sinagogas. Y en la España de la Reconquista se llamaba a los reyes de Castilla «emperadores de las tres religiones» (cristiana, judía e islámica). Sin embargo, la teoría se convirtió en idea fija y en 1832 Formación Cristiana Básica Gregorio XVI describió la libertad de conciencia como un «delirio», y esa misma libertad fue condenada en 1864 en el Syllabus de errores. Del anatema al diálogo Pablo VI, el papa de los años sesenta que clausuró el Concilio Vaticano II, escribió en una encíclica: «La Iglesia debe entablar diálogo con el mundo en que tiene que vivir. La Iglesia se hace palabra. La Iglesia se hace mensaje. La Iglesia se hace coloquio» (Ecclesiam suam, 60). Ésta no es sólo una actitud normal en las autoridades religiosas, sino también una actitud necesaria en todos los creyentes. «La relación de la Iglesia con el mundo puede configurarse mejor como un diálogo. Esta forma de relación denota un propósito de corrección, de estima, de simpatía, de bondad, por parte del que la establece. Excluye la condenación apriorística, la polémica ofensiva y habitual. Si bien no mira a obtener inmediatamente la conversión del interlocutor, ya que respeta su dignidad y su libertad, mira, sin embargo, al provecho de éste, y quisiera disponerlo a más plena comunión de sentimientos y 13 de convicciones» (Ecclesiam suam, 72 y 73). MARXISMO Y RELIGIÓN La religión y la vida El marxismo ha sido la filosofía más esencialmente crítica de la religión. El fondo de esa crítica se resume en la frase «es el hombre quien inventa la religión». Marx formula contra la religión graves objeciones: Como creencia personal es pura ilusión. Desde el punto de vista social la religión es la causa principal de la no emancipación (opio del pueblo). Políticamente, el poder utiliza la religión como instrumento de dominación. LA ILUSIÓN DE DIOS Las pruebas de la existencia de Dios no son más que vanas tautologías. Así, la prueba ontológica se reduce a esto: lo que yo me represento realmente (realiter) es para mí una representación real y actúa sobre mí; en ese sentido todos los dioses, tanto los paganos como los cristianos, han tenido una existencia real. ¿No ha reinado el antiguo 14 Moloch? ¿El Apolo délfico no era una potencia concreta en la vida de los griegos? Aquí tampoco la crítica de Kant significa nada. Si alguien imagina poseer cien escudos, si ésta no es para él una representación arbitraria y subjetiva, sino que él cree en ella, los den escudos imaginados tienen para él igual valor que escudos reales. Él contraerá, por ejemplo, deudas sobre su fortuna imaginaria; ésta actuará como los dioses con los cuales ha contraído deudas toda la humanidad. El ejemplo de Kant hubiera podido, al contrario, confirmar la prueba ontológica. Los escudos reales tienen la misma existencia que los dioses imaginados. ¿Tiene un escudo real otra existencia que en la representación, aunque sólo sea en la representación general o más bien común de los hombres? Introduzcamos el papel moneda en un país donde no se conozca este uso del papel, y todo el mundo se reirá de nuestra representación subjetiva. Llevad vuestros dioses a un país en el que otras divinidades son honradas y se os demostrará que sufrís de alucinaciones y abstracciones. Y con razón quien hubiese llevado a los antiguos griegos un dios nómada hubiese hallado la prueba de la inexistencia de ese dios, porque para los helenos éste no existía. Lo que Formación Cristiana Básica un determinado país es para determinados dioses extranjeros, esto es el país de la razón para dios en general; es una región donde su existencia cesa. Por tanto, las pruebas de la existencia de Dios no son más que pruebas de la existencia de la autoconciencia esencial del hombre, explicaciones lógicas de ésta. Karl Marx Escritos doctorales EL ESTADO Y LA RELIGIÓN Los cristianos viven en estados con distintas constituciones, algunos en una república, otros en una monarquía absoluta y otros en una monarquía constitucional. El cristianismo no decide respecto de la corrección de las constituciones, porque no conoce ninguna distinción entre ellas. Enseña, como tiene que hacerlo la religión: someteos a la autoridad, porque toda autoridad es ordenada por Dios. Por consiguiente la corrección de las constituciones estatales tiene que ser juzgada, no de acuerdo con la naturaleza, con la esencia del estado 15 mismo, no de acuerdo con la sociedad cristiana, sino de acuerdo con la naturaleza de la sociedad humana [...]. Existe un dilema que el buen sentido «sólido» no puede solucionar. O el estado cristiano corresponde al concepto del estado como realización de la libertad racional, y entonces, para que sea un estado cristiano, sólo se le puede exigir que sea un estado razonable; y entonces basta con desarrollar el estado a partir de la razón de la relaciones humana, obra que realiza la filosofía. O el estado de libertad racional no puede desarrollarse a partir del cristianismo y entonces concederán que este desarrollo no reside en la tendencia del cristianismo, porque éste no desea un mal estado, y cualquier estado que no sea la encarnación de la libertad racional es un mal estado. Contéstese el dilema como se quiera, siempre se tendrá que conceder que el estado no puede estar constituido por la religión, sino por la razón de la libertad. La religión y la vida KARL MARX A propósito de un editorial del Kölnische Zeitung LA RELIGIÓN, INSTRUMENTO DE PODERES La religión no es otra cosa que el reflejo fantástico que proyectan en la cabeza de los hombres aquellas fuerzas externas que gobiernan su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales revisten la forma de poderes sobrenaturales. En los comienzos de la historia empiezan siendo las potencias de la naturaleza los objetos que así se reflejan en la cabeza del hombre, y con la evolución posterior revisten, entre los diferentes pueblos, las más diversas y abigarradas personificaciones. La mitología comparada nos permite seguir este proceso, a lo menos en los pueblos indoeuropeos, hasta remontarnos a sus orígenes en los vedas indios; y en su desarrollo posterior está detalladamente comprobado entre los indios, los persas, los griegos, los romanos, los germanos y, en cuanto alcanzan los materiales de que disponemos, en los celtas, los 16 lituanos y los eslavos. Pero pronto, al lado de las potencias naturales, entran también en acción los poderes sociales, poderes que se enfrentan al hombre y que al principio son para él tan extraños e inexplicables como las fuerzas de la naturaleza, y que al igual que éstas, le dominan con la misma aparente necesidad natural. Ahora, las figuras de la fantasía, en las que al principio sólo se reflejaban las fuerzas misteriosas de la naturaleza, cobran atributos sociales, se convierten en representantes de poderes históricos. Al llegar a una etapa más avanzada de desarrollo, todos los atributos naturales y sociales de los numerosos dioses se concentran en un solo dios omnipotente, que a su vez no es más que un reflejo del hombre abstracto. Y así surge el monoteísmo, que fue, históricamente, el último producto de la posterior filosofía vulgar de los griegos, que encontró su encarnación en Jehová, el dios nacional y exclusivo de los hebreos. Reducida a esta figura cómoda, manejable y perfectamente adaptable a todas las necesidades, la religión puede subsistir como la forma inmediata, es decir, la forma sentimental de la actitud del hombre ante Formación Cristiana Básica las potencias extrañas naturales y sociales que le gobiernan, mientras los hombres se encuentran bajo la dominación de esos poderes. FRIEDRICH ENGELS Anti-Dürhing ATEÍSMO Y COMUNISMO La enajenación religiosa, en cuanto tal, sólo se opera en el campo de la conciencia interior del hombre, pero la enajenación económica es la enajenación de la vida real; su superación abarca, por tanto, ambos aspectos. Fácil es comprender que el movimiento, en los distintos pueblos, se inicia en primer lugar, según que la verdadera vida reconocida del pueblo se desarrolle bien en la conciencia o en el mundo exterior, sea más bien una vida ideal o una vida real. El comunismo comienza inmediatamente (Owen) con el ateísmo, pero el ateísmo, por el momento, dista mucho todavía de ser comunismo y, en general, todo ateísmo sigue siendo todavía más bien una abstracción. Por tanto, la 17 filantropía del ateísmo sólo es, en primer lugar, una filantropía filosófica abstracta, mientras que la del comunismo es inmediatamente real y va enderezada directamente hacia el efecto. KARL MARX Manuscritos económico-filosóficos EDITH STEIN, LA INCESANTE BÚSQUEDA DE DIOS Toda la vida de Edith Stein (1891-1942) es un largo camino de búsqueda de la verdad. Se manifiesta de manera particular en los años de su juventud. Nacida en el seno de una familia judía, tuvo durante la infancia una formación muy religiosa. Pero ya a los quince años, «con plena conciencia y una libre elección», como confiesa ella misma, empieza a abandonar las prácticas del judaísmo. Estudia el bachillerato y sigue los cursos universitarios de filosofía. Se compromete La religión y la vida políticamente y apoya el ala radical del movimiento feminista. Posteriormente estudia psicología y, atraída por la fenomenología, se convierte en discípula de Edmundo Husserl. En estos años se declara ya atea. Pronto comienza a publicar importantes ensayos filosóficos. 18 El proceso de su conversión está precedido de una larga búsqueda intelectual y espiritual, desde los 25 a los 30 años. A lo largo de este período lee a san Ignacio de Loyola, san Agustín, Kierkegaard, santa Teresa de Jesús. En 1921 se decide definitivamente por la fe católica. A partir de su bautismo y confirmación, siente hondamente la vocación religiosa. Quiere entrar en la Orden del Carmelo. Por consejo de su director espiritual sigue durante más de diez años siendo laica, dando conferencias, impartiendo clases en un centro católico de formación de profesores. Por fin, cuando ya contaba 41 años es admitida en el Carmelo de Colonia (Alemania). Recibe el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz. Ya carmenita, reanuda sus estudios y publicaciones filosóficas. Muy prontopercibe el peligro del nazismo, al que se opone activamente. Y ante el acoso de las leyes nazis, abandona Alemania y es enviada al Formación Cristiana Básica Carmelo de Echt (Holanda). En él se ofrece «en sacrificio al Sagrado Corazón de Jesús por la paz verdadera». En mayo de 1940, las tropas de Hitler ocupan los Países Bajos. También en Holanda aumenta el antisemitismo. Edith Stein es arrestada en agosto de 1942 y llevada a un campo de concentración, del que a los pocos días la trasladan al de Auschwitz (Polonia). En él, el 9 de agosto de 1942 muere gaseada, como judía y mártir de la fe católica a los 51 años de edad. Por el testimonio de su vida virtuosa, por su sed de verdad y su martirio, Juan Pablo II la beatifica en 1987 y la canoniza en 1998, declarándola posteriormente copatrona de Europa. Algunas preguntas para mi síntesis personal: 1. ¿Qué diferencia hay entre agnosticismo y ateísmo? 2. ¿Qué responderías a quien, como Marx, dijera que la religión aliena a las personas? 19 3. ¿Es un problema para la religión el avance científico moderno? ¿Es hoy el progreso una razón para negar a Dios? 4. ¿Qué se puede decir de la crisis religiosa y del ocultamiento de Dios en nuestro tiempo? 5. ¿Qué piensas de quiénes dicen: «Yo creo en Dios, pero no en la religión»? 6. ¿Cómo debe ser la relación entre los creyentes y los no creyentes? ¿En qué ámbitos pueden colaborar los unos con los otros? 7. ¿Qué responderías al que te dijera que todas las creencias religiosas son pura invención? La religión y la vida 20