Textos del domingo 31° durante el año – ciclo C Sab 11,22

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Textos del domingo 31° durante el año – ciclo C
Sab 11,22-2,2
. El libro de la Sabiduría es probablemnte el
último libro incorporado al canon del Antiguo
Testamento. Es un libro deuterocanónico, es decir,
pertenece al Antiguo Testamento griego (conocido
como “La Biblia de los 70” o “Septuaginta”) y no
es reconocido como canónico, es decir, como
revelado (los judíos dicen a los libros que
consideran revelados libros “que manchan las
manos”), por el pueblo hebreo ni por la mayoría de las Iglesias evangélicas, sí por la Iglesia
católica. Escrito en la diáspora, es decir, fuera de Israel, representa la búsqueda constante
de armonizar la riqueza de la tradición, la historia, la fe y la cultura hebreas con el
pensamiento griego, marcado por los grandes filósofos y la religión popular griega,
politeísta y con fuertes elementos míticos. Los libros de los Macabeos y el libro de la
Sabiduría son los únicos libros que sostienen explícitamente en el Antiguo Testamento la
convicción en la vida más allá de la muerte física y la resurrección.
. ¿Qué imagen de Dios tiene el autor del libro de la Sabiduría? Dios aparece como lleno de
misericordia, de bondad. Ama toda la Creación, y su palabra sostiene y cuida toda vida.
Busca al pecador para que se convierta. Un Dios paciente, cercano, lleno de amor por la
humanidad. Dios ama la vida, toda vida. Hay una huella de Dios en cada creatura, “tu
espíritu incorruptible”. Dios no se da por vencido ante el pecado, sino que busca y llama
continuamente al pecador.
Sal 144,1-2.8-11
. Este salmo es un himno, que pronuncia un orante en primera persona, hablando al Señor o
del Señor. Alaba a Dios, presentando sus títulos y atributos. Dios es llamado Rey,
especificando el gobierno benéfica del monarca, que sustenta y protege a los necesitados,
eliminando a los malvados. En una época en que Israel no tiene monarca ni independencia
nacional, el Señor se presenta como rey de los fieles y también rey universal.
. En cuanto a los atributos, se expresan con adjetivos o sustantivos abstractos: “grande”,
“clemente y compasivo, paciente y piadoso”, “bueno”, “justo y leal”, “cercano”. Como
sustantivos: “grandeza”, “poder o autoridad”, “honor y gloria”, “fuerza y grandeza”,
“bondad”, “compasión”, “gloria y poder”, “santidad”.
. “El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia”, repite
la fórmula litúrgica tradicional, cuyo texto clásico es Ex 34,6. El orante canta aquí la una
compasión universal de Dios, es decir, una participación entrañable, no distante ni neutral.
. En la bondad y el cariño descubre la autoridad universal de su rey.
2 Tes 1,11-2,2
. La comunidad creyente tiene una tarea: manifestar continuamente su fe y bondad. Así será
glorificado en el presente el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
. El autor confirma la enseñanza recibida, pidiendop a los hermanos que mantengan su
forma de pensar en cuanto a la parusía (retorno) del Señor y nuestra reunión con Él. El
texto es muy semejante a 1 Tes 4,13, que habla “de los que duermen”. La comunidad está
preocupada por los hermanos y hermanas que han muerto “en Cristo”. Si el día del Señor
“ya ha llegado”, como dicen algunos, ¿qué pasa con ellos? El autor tranquiliza a la
comunidad, reafirmando que este es el tiempo de la espera, de la “paciencia de Dios”.
Lc 19,1-10
. Conexión con el domingo anterior: Nuevamente
aparece un publicano en escena, esta vez un “jefe” de
los publicanos. El grupo de “todos” que murmuran se
asemeja al fariseo que rezaba dando gracias porque
era mejor que los demás. Aunque Zaqueo no aparece
explícitamente pidiendo perdón por sus pecados a
Jesús, muestra su conversión con gestos más allá de
todo cálculo, que podríamos llamar casi exagerados.
Vuelve a aparecer también el tema de la justicia,
presente en la parábola de la oración de la viuda ante
el juez injusto. La conversión de Zaqueo se expresa
en gestos claros de justicia social, solidaridad y
renuncia a toda forma de corrupción.
. Los temas del texto: subir/bajar: Zaqueo sube al árbol porque era pequeño (aunque su
puesto era “grande”, como jefe de los publicanos), y porque por su oficio, despreciado por
el pueblo, no quería ser visto. Jesús lo llama a bajar y a no esconderse.
. El “hoy” de la salvación, fundamental: hoy Jesús se aloja en la casa de Zaqueo, hoy ha
llegado la salvación. El paso de Jesús por su pueblo y su vida es una oportunidad que no
hay que dejar pasar.
. La conversión y la reparación del mal cometido en Zaqueo. La “casa” de Zaqueo: Jesús
quiere estar en la casa de Zaqueo, en su vida, con su familia, con sus amigos. Con la
conversión de Zaqueo, a partir de la presencia de Jesús, la salvación llega a esa casa
(corazón, familia, etc.).
. El “hijo de Abraham”: Zaqueo es un verdadero creyente, pertenece plenamente al pueblo
de Dios, ya que su conversión le ha abierto las puertas de la fe auténtica. Ser “hijo de
Abraham” no es en primer lugar pertenecer a un grupo, una raza, ni siquiera llevar adelante
una serie de ritos. Pero esta conversión nace de su interés por conocer a Jesús y del
encuentro con Él. Como cristianos, creemos que la gracia de Dios actúa preparando a la
persona para el encuentro salvador.
. La salvación: En otros encuentros de Jesús con distintas personas, dice “Vete, tu fe te ha
salvado”. Aquí, confirma que la salvación ha llegado, está presente en la vida de Zaqueo y
su entorno. Cristo afirma que ha venido a salvar lo que estaba perdido, es el propósito de su
encarnación y su misión. No ha venido, como esperaban otros, para juzgar y castigar, sino
para salvar. Aquellos que aparentemente estaban perdidos, que no tenían posibilidad de
participar de la salvación, del amor de Dios, han sido buscados y encontrados por Jesús.
Dios toma la iniciativa.
La espiritualidad redentorista
. Los dos grandes temas de la liturgia de este domingo, la conversión y la salvacion, son
claves en la espiritualidad y la predicación de San Alfonso. La llamada a la conversión,
fundamental y permanente, es un elemento ineludible de la predicación redentorista. Dice la
Constitución n° 11, que los redentoristas
“anuncian a los hombres el mensaje salvador y el «tiempo favorable”, para que se
conviertan y crean en el Evangelio, vivan auténticamente su bautismo y se revistan
del hombre nuevo en Cristo. Así pues, los redentoristas son «apóstoles de la
conversión», ya que su predicación se ordena ante todo a llevar a los hombres a una
radical elección de vida u opción por Cristo y a estimularlos con suavidad y firmeza a
una incesante y plena conversión”.
. Dice el P. Stephen Rehrauer, redentorista, sobre la conversión:
“La conversión fundamental cristiana es la elección de la auto-trascendencia al
aceptar a Cristo como centro de la propia vida. Al entrar al Reino de Dios rechazamos
todo reino falsificado que nos pudiera mantener en la prisión de nuestros intereses
egoístas. El proceso de conversión religiosa exige que el yo interesado se aniquile y
resucite de nuevo por obra de Dios para renacer como otro yo plenamente centrado en
Dios. Se trata de un proceso de muerte a sí mismo y de resurrección en Cristo”
. A pesar de sus propios escrúpulos, Alfonso confía plenamente en la misericordia del
Señor y predica la compasión de Dios a través de las misiones, los libros y su teología
moral. Sabemos que el nombre primitivo de la Congregación era “del Santísimo Salvador”,
que tuvo que cambiar posteriormente, al pedir la aprobación del Instituto por parte de la
Santa Sede.
. En las “Meditaciones para el Adviento”, Alfonso reza:
Viniste para llamar al pecador,
y yo no soy precisamente un justo;
a curar al enfermo,
y yo tengo necesidad de médico;
a buscar al que estaba perdido,
y yo camino errante.
Oh Señor, refugio de los pobres,
¿cómo voy a temerte?
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