. Liderazgo democrático El liderazgo democrático o participativo es aquel en el que el líder incentiva que las personas de su grupo participen activamente en la toma de decisiones. Se fomenta una comunicación activa y cada integrante del equipo se siente importante, por lo que se favorece el crecimiento personal y, por supuesto, la satisfacción en el trabajo. Todos son importantes y todos reman en la misma dirección. 2. Liderazgo autocrático El liderazgo autocrático es aquel en el que no se fomenta la participación de los integrantes del grupo en la toma de decisiones. El líder, que asume que los demás no son capaces de decidir o cree que se comportarán de forma egoísta, adopta un poder absoluto sobre los demás. Esto crea un clima negativo, pues los integrantes del equipo no se sienten valorados. Aun así, hay contextos, como el mundo militar, donde hay que tomar decisiones comprometidas rápidamente, en los que puede presentar ventajas. 3. Liderazgo Laissez-Faire El liderazgo Laissez-Faire procede de la expresión francesa laissez-faire, que significa “déjalo ser”. Así pues, esta forma de liderazgo consiste en que el líder permite que las personas de su equipo trabajen por su propia cuenta. Este interviene solo cuando es necesario y ejerciendo el menor control posible, pues cree que lo mejor para el equipo es delegar tareas y dar responsabilidades. No supervisa más de lo necesario a la gente del grupo, pues confía en sus habilidades. 4. Liderazgo burocrático El liderazgo burocrático es aquel en el que el líder se comporta siguiendo unas normas, reglas y pautas muy definidas y de manera rigurosa. Esta tendencia a seguir un camino muy marcado suele traducirse en un mayor control de lo que hacen los integrantes del equipo. Aunque no se fomenta tanto la autonomía como en el tipo anterior, este liderazgo es necesario en contextos de riesgo o cuando se está jugando con cantidades grandes de dinero. 5. Liderazgo estratégico El liderazgo estratégico es aquel en el que el líder define unas estrategias para conseguir el equilibrio entre estabilidad de la empresa, oportunidades de crecimiento y mantenimiento de unas condiciones de trabajo adecuadas para los integrantes del grupo. Suele ser una forma efectiva de liderazgo, pero hay que saber usarlo para no favorecer más a un conjunto concreto de trabajadores. 6. Liderazgo transaccional El liderazgo transaccional es aquel que, como su propio nombre indica, se basa en transacciones, en intercambios entre el líder y los integrantes del equipo. Las personas del grupo reciben recompensas y premios por su desempeño laboral (como bonificaciones) al tiempo que el líder se beneficia de los resultados de su trabajo. Es un tipo de liderazgo muy orientado en los objetivos y muy motivado por el dinero, llevando a que las decisiones del líder sean muy pragmáticas. 7. Liderazgo transformacional El liderazgo transformacional es aquel en el que el líder, para conseguir el progreso del equipo, más que a través de recompensas y bonificaciones, motivan a los integrantes para que aumenten su confianza en sí mismos y tengan visión de cambio. Estos líderes fomentan la comunicación y crean una visión, valores e ideas que todo el equipo comparte. Es una de las formas de liderazgo que mayor flexibilidad y rendimiento aportan. 8. Liderazgo carismático El liderazgo carismático es aquel en el que el líder es una persona con mucho carisma, capaz de entablar relaciones con gran facilidad y de atraer, a través de un don natural, a los demás por su presencia, físico y forma de expresarse. Son ejemplos de inspiración y suelen tener un entusiasmo que contagia de positivismo a los integrantes del equipo. 9. Liderazgo natural Por liderazgo natural entendemos aquellas aptitudes de los líderes que han nacido para serlo. Así pues, son personas que, casi sin buscarlo y a través de habilidades innatas, terminan por convertirse en líderes que, sin premeditación ni interés de generar autoridad, guían a las personas de su alrededor. Nacen con dotes carismáticas, de comunicación, de positivismo y de inteligencia emocional. La receta de los líderes. 10. Liderazgo orientado a personas El liderazgo orientado a personas es aquel en el que el líder se centra en empoderar al equipo, pues considera que la mejor forma de lograr las metas es fomentando un clima de trabajo en equipo, la participación, la colaboración y la organización. Centrándose en cuidar de su equipo, el líder sabe que los resultados llegarán. Pero se preocupa principalmente por las personas, no por las tareas a realizar. 11. Liderazgo orientado a tareas El liderazgo orientado a tareas es el contrario del estilo anterior. En este caso, el líder se focaliza en el trabajo a realizar y se preocupa por las tareas que no se han cumplido. No se preocupan tanto por el bienestar del equipo, pues para ellos, lo más importante son los objetivos, pasando incluso por encima de las personas. Es una forma de liderazgo que, si bien es eficaz a nivel de metas, puede considerarse autocrática y termina por mermar la salud emocional del equipo. 12. Liderazgo visionario El liderazgo visionario es aquel en el que el líder, que tiene una fuerte capacidad de visión a largo plazo, es capaz de transmitir al equipo la inspiración que este necesita para, pese a que los resultados en el presente puedan no ser buenos, pensar en que las metas se cumplirán con tiempo y dedicación. Aun así, puede provocar falta de concentración de los integrantes en lo que a tareas a corto plazo se refiere. 13. Liderazgo coaching El liderazgo coaching o liderazgo de tipo entrenador es aquel en el que el líder se centra en analizar las fortalezas y debilidades de cada uno de los integrantes de su equipo para así darles indicaciones para entrenar y mejorar sus habilidades, pensando siempre en el beneficio común. Siempre que el líder sea capaz de dar autonomía a la persona, se crea un ambiente muy motivador donde todos están en proceso constante de mejora profesional y personal. 14. Liderazgo afiliativo El liderazgo afiliativo es aquel en el que el líder, por encima de todo, quiere conseguir la armonía en el equipo. Haciendo uso de su carisma, fomenta las relaciones entre personas para así crear un ambiente de positivismo y de colaboración. Se trata de una forma de liderazgo especialmente favorecedora cuando se inicia un proyecto con un nuevo equipo o cuando este tiene que enfrentarse a una crisis. El problema es que, muchas veces, estos líderes tienen problemas a la hora de comunicar malas noticias. 15. Liderazgo coercitivo Y terminamos con el liderazgo coercitivo, aquel en el que el líder busca, por encima de todo, cumplir con las actividades y tareas de forma inmediata. Aunque pueda ser útil en situaciones de crisis, esta forma de liderazgo suele ser destructiva para el equipo, pues el líder termina por supervisar de forma demasiado rigurosa al grupo y a mandar constantemente órdenes que tienen que cumplirse rápidamente. Son líderes con poco tacto y que tienden a desmotivar a los demás con sus palabras y actos.