A C U E R D O En la ciudad de La Plata, a 30 de octubre de 2013, habiéndose dispuesto siguiente en el orden establecido, Acuerdo de 2078, votación: de que conformidad deberá doctores con observarse Soria, lo el Genoud, Hitters, Kogan, se reúnen los señores jueces de la Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para pronunciar sentencia definitiva en la causa C. 113.680, "Acosta, Jorge y otros contra Municipalidad de General Pueyrredon. Acción de responsabilidad". A N T E C E D E N T E S La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial -Sala II- del Departamento Judicial de Mar del Plata confirmó la sentencia de primera instancia que había rechazado la demanda de responsabilidad interpuesta por los actores; con costas (fs. 378/383 vta.). Se interpuso, por la parte actora, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley (fs. 389/401). Dictada la providencia de autos y encontrándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la Suprema Corte resolvió plantear y votar la siguiente C U E S T I Ó N ¿Es fundado el recurso extraordinario inaplicabilidad de ley de fs. 389/400 vta.? V O T A C I Ó N de A la cuestión planteada, el señor Juez doctor Soria dijo: I. 1. Motivan las presentes actuaciones la demanda que por daños y perjuicios incoaron los actores en su carácter de dependientes de Venturino Eshiur S.A. contra ella y, en forma solidaria (arts. 30, L.C.T. y 1113, Cód. Civil), contra la Municipalidad de General Pueyrredon. Los accionados pretenden la obtención de los certificados regulados en el art. 80 de la ley de Contrato de Trabajo y 12 inc. "g" de la ley 24.241, además, la percepción de los montos que en la liquidación adjunta detallan en concepto de -entre otros rubros- indemnizaciones derivadas del despido (v. fs. 8/16 vta.). Refieren como actividad domiciliarios, que principal servicio que la sociedad la recolección estaba demandada de concesionado tenía residuos por la Municipalidad de General Pueyrredon. Acotan que la relación laboral se desarrollaba sin inconvenientes, hasta que con fecha 2 de junio de 1995 el intendente municipal dispuso por resolución 0788 de dicho año "la anulación, por razones de nulidad absoluta e insanable y con efectos retroactivos" del contrato de concesión, otorgándoles su empleador a los dependientes -ante la posibilidad que la medida pudiera revertirse- una licencia por un máximo de 30 días. Finalizada la licencia, y persistiendo la situación, bajo el intercambio telegráfico que describen, invocando violación del deber de ocupación, se consideraron despedidos. 2. Al resolver la controversia, el señor juez de primera instancia rechazó la demanda, con costas (fs. 326/332 vta.). La Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial -Sala II- confirmó ese pronunciamiento, también con costas (fs. 378/383 vta.). Sostuvo, analizando el primero de los supuestos de responsabilidad endilgado en la demanda al municipio, fundado en el art. 30 de la Ley de Contrato de Trabajo, que Venturino típico la Eshiur contrato relación S.A. y jurídica la que existió Municipalidad administrativo por la entre configuró naturaleza de un su objeto, denominado contrato administrativo de "concesión de servicio público". Acotó que ese vínculo contractual se regía en derecho su totalidad público local, por no los principios resultando de y normas aplicación de las disposiciones contenidas en la Ley de Contrato de Trabajo. Además, expresó que de la lectura del pliego de Bases y Condiciones, glosado a fs. 207/260, se desprendía que la Municipalidad quedaba relevada de toda responsabilidad "laborales y respecto sociales" al por cumplimiento parte del de las leyes contratista y, finalmente, que dado el carácter administrativo del contrato de concesión, era evidente que la Municipalidad había actuado en el carácter de administrador de intereses locales, destacando que no revestía la calidad de empresa, ni contaba con establecimientos destinados al logro de los fines a los que alude el art. 30 antes citado. En imputación derecho de relación al responsabilidad común, entendió el segundo sustentado Tribunal supuesto -ahora- que era en de el preciso examinar los presupuestos de la responsabilidad civil. Al respecto, señaló que no se advertía el obrar antijurídico del ente municipal y el correspondiente perjuicio para la actora, poniendo de relieve las circunstancias en que se declaró la nulidad del contrato celebrado entre la concesionaria y el municipio. Ello, dado que este último, una vez conocida la real situación en que se encontraba la empresa, utilizó las herramientas adecuadas y suficientes, dentro de sus facultades, para elaborar el informe que concluyó en la declaración de la nulidad del contrato (v. fs. 382/vta.). II. Se dedujo, por el apoderado de los accionantes, recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley, en el que denuncia la infracción de los arts. 901, 902, 903, 904 y concs. del Código Civil; 30 de la Ley de Contrato de Trabajo, de los principios y el orden público laboral; de doctrina de esta Corte y de la Corte Suprema que cita y absurdo (fs. 389/400). Señala que en el razonamiento de la alzada, al excluir a la Municipalidad de responsabilidad solidaria en los términos del art. 30 de la Ley de Contrato de Trabajo por considerar que en la actividad concesionada del servicio de recolección de residuos domiciliario no actúa como empleadora, importa la consagración de una exigencia que no surge de la propia ley. Acota prestación de que el recolección municipio, de al residuos, tercerizar es la responsable porque contrató un intermediario insolvente. Incluso, los contribuyentes le abonan a aquél una tasa por "alumbrado, barrido y conservación de la vía pública", con lo cual queda demostrado que se trata de una actividad propia, normal y específica del ente municipal, aunque la hubiere concesionado por distintas razones. En lo que concierne a la responsabilidad que -alega- le cabe en función de los arts. 1112 y 1113 del Código Civil, juzgador en denuncia la el absurdo interpretación del en que agravio incurrió llevado a el la alzada y demás circunstancias de la causa. Denuncia asimismo que por "descuido, negligencia, impericia o cualquier otro calificativo" al momento de la contratación la autoridad municipal no cumplió con su obligación in vigilando e in eligendo. Ello en tanto del análisis de las constancias de la causa surge que la contratista soportaba dos anotaciones de inhibición general de bienes al tiempo del proceso licitatorio, cuya conducta encuadra en el supuesto de falseamiento de datos, haciendo incurrir a la Administración en un error que se tradujo en un falso conocimiento acerca de la situación económico-financiera de la empresa al tiempo de formular su propuesta y evaluarla respecto de las demás oferentes. Se Municipalidad cuestiona, haya actuado en definitiva, dentro del que marco la legal, advirtiendo, además, que "la causalidad del daño" resulta de la insolvencia de la empresa seleccionada por la comuna y la imposibilidad de sus empleados de cobrar sueldos y demás reclamos que se han efectuado a través de las pertinentes verificaciones de crédito. III. El recurso no puede prosperar. 1.a. Sostuvo la alzada que resultaba inaplicable en la especie la solidaridad del art. 30 de la Ley de Contrato de Trabajo porque la Municipalidad no había actuado como empleador sometido al régimen de derecho privado, sino bajo las normas del derecho administrativo y, por ende, no tenía responsabilidad en los términos del referido precepto. Esto último, máxime que en el referido "Pliego de Bases y Condiciones" se había estipulado como obligación del contratista el cumplimiento de las leyes laborales y sociales quedando relevada la Municipalidad de toda responsabilidad. b. El quejoso se limita a reiterar conceptos que no también sólo al había expresar introducido al plantear agravios. De tal demanda modo, no sino impugna adecuadamente la línea argumental del decisorio insistiendo en su propio enfoque del asunto. Dable es destacar, que es insuficiente la impugnación que se desentiende de los fundamentos del fallo, argumentando en paralelo y evidenciando una mera disconformidad con lo decidido por el a quo. No basta para dar por satisfecha la carga técnica de apropiada refutación que pesa sobre el recurrente, el embate que ha obviado controvertir los pilares sobre los que se asienta la solución puesta en entredicho (conf. causas C. 101.859, sent. de 5-X-2011; C. 107.209, sent. de 9-XI-2011; etc.). Sin perjuicio del déficit técnico apuntado, cabe recordar que esta Corte tiene dicho que la Administración Pública resulta -en principio- ajena a la solidaridad prevista en el art. 30 de la Ley de Contrato de Trabajo salvo que, con anterioridad al acto en virtud del cual se formula el reclamo, hubiera habido expresa sujeción de aquélla a las normas laborales (conf. causas L. 94.838, sent. de 3-XII-2008; L. 94.804, sent. de 24-II-2010; L. 96.050, sent. de 13-IV-2011; entre otras). Bajo tales lineamientos, también ha señalado que, en los términos de la citada norma, la Administración Pública municipal laborales de la no es empresa responsable por concesionaria de las un deudas servicio público con sus dependientes si a la época de la concesión no había mediado sujeción de la Municipalidad a las normas del derecho laboral (conf. causas L. 42.096, sent. de 15VIII-1989; L. 84.133, sent. de 8-XI-2006; L. 95.264, sent. de 18-III-2009), doctrina que hubo de aplicar la Cámara al dictar la sentencia impugnada, oportunidad en la que destacó -en decisión que no ha sido eficazmente atacadaque aquel último supuesto no hubo de configurarse en el caso. 2. En lo que hace a la segunda hipótesis de imputación de responsabilidad sustentada en los arts. 1112 y 1113 del Código Civil, el recurso también resulta que, conforme inaudible. a. Manifestó la alzada doctrina de este Tribunal, sea cual fuere el sistema de responsabilidad que correspondiera aplicar a los hechos, el contractual o el extracontractual, resultaba carga de quien reclamaba la reparación del perjuicio la prueba de la relación de causalidad entre el hecho y el daño, y en esa línea sostuvo que del análisis de las constancias de la causa no se desprendía que el obrar del municipio hubiera resultado antijurídico, ni el consecuente perjuicio alegado por la actora. Expresó que el decreto 788/1995 -que había declarado la nulidad del contrato celebrado entre el municipio y la empresa concesionaria- fue dictado a partir de las conclusiones expuestas en la auditoría efectuada por el secretario manifiesto de la gobierno, falta de donde se había acreditación por puesto parte de de la demandada de su capacidad económico-financiera, así como de una serie de inhabilidades que sufriera al tiempo de la licitación para ser concesionaria del servicio de recolección de residuos. En conocimiento la ese real marco, afirmó situación en que que al se llegar a su encontraba la empresa concesionaria, la comuna utilizó las herramientas adecuadas dentro averiguaciones concluyó con de sus facultades, pertinentes la declaración y para elaborar de nulidad el del realizar las informe que contrato de concesión. Para del municipio por excluir los la responsabilidad créditos laborales solidaria de los accionantes, señaló además que la licitación y su posterior otorgamiento habían sido dentro del correspondiente marco legal y en los términos establecidos en el pliego de Bases y Condiciones. Entendió así, que no se verificaba que el obrar de la Municipalidad haya sido antijurídico, omitiendo su deber de control, y que a raíz de la infracción a dicho deber se haya provocado el daño alegado, esto es: que por el dictado del decreto 788/1995 se haya interrumpido el servicio de recolección de residuos urbanos provocando un perjuicio a los trabajadores de la empresa (fs. 382 vta./383). b. En primer lugar, no se advierte que la Cámara de Apelación que intervino en el caso haya valorado absurdamente los agravios que le fueron llevados, ello, pues aún cuando pueda resultar opinable o discutible el abordaje que aquéllos recibieron, lo expuesto en el pronunciamiento a fs. 379/380 y 382/383 autoriza a desechar la presencia del quiebre lógico al que alude el recurrente en la labor interpretativa del órgano jurisdiccional. Luego, y teniendo dicho esta Corte que determinar la existencia o no de la relación de causalidad entre el hecho y el daño constituye una típica cuestión fáctica inabordable por regla en esta sede extraordinaria (conf. causas C. 90.613, sent. de 29-XI-2006; C. 94.347, sent. de tampoco 23-IV-2008; evidencia excepcional yerro el que C. 95.723, quejoso en este sent. la de 15-IX-2010), configuración aspecto le endilga del al juzgador. En doctrina de este la especie, Tribunal resulta que tacha de de aplicación la insuficiente al recurso de inaplicabilidad de ley que al cuestionar las conclusiones del fallo, circunscribe la impugnación a la simple expresión del criterio discrepante del quejoso respecto a lo decidido sin evidenciar que las conclusiones del juzgador padezcan del error palmario y fundamental o la grosera contradicción, que admiten la revisión en casación (conf. causas Ac. 79.466, sent. de 3-X-2001; C. 99.122, sent. de 25-III-2009; C. 94.730, sent. de 31-X-2012). En fin, no alcanza el quejoso a patentizar el vicio lógico que invoca. El embate articulado se ciñe a contraponer la propia versión de los hechos en disputa y sus implicancias, limitándose a expresar su disconformidad con la línea de reflexión seguida en el fallo (conf. causa C. 107.209, sent. de 9-XI-2011). Sellada la suerte adversa del recurso, no resulta ocioso señalar -el punto no fue objeto de crítica directa en el medio de impugnación en examen, aunque sí estuvo presente en las instancias ordinarias- que, en orden al dictado del decreto municipal al que se hizo alusión en la sentencia impugnada, esta Suprema Corte en el precedente B. 56.781 (sent. de 26-X-2010) sostuvo, finalmente, que las circunstancias ventiladas en dicha contienda demostraban "la existencia de un vicio de gravedad suficiente para sostener la nulidad de la contratación (art. 240, L.O.M.), así como para justificar que la Administración pueda proceder a su anulación oficiosa en los términos de los arts. 113, 114 y siguientes de la Ordenanza General 267/80". IV. En virtud de lo expuesto, corresponde rechazar el recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido. Con costas (art. 289 del C.P.C.C.). Voto por la negativa. Los señores jueces doctores Genoud, Hitters y Kogan, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor Soria, votaron la cuestión planteada también por la negativa. Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la siguiente S E N T E N C I A Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, se rechaza el recurso extraordinario costas (arts. 68 y 289, C.P.C.C.). Notifíquese y devuélvase. interpuesto; con DANIEL FERNANDO SORIA JUAN CARLOS HITTERS LUIS ESTEBAN GENOUD HILDA KOGAN CARLOS E. CAMPS Secretario