REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana 31 de mayo de 2009 Domingo de Pentecostés* (Ciclo B) Lectura del Evangelio según san Juan 15,26-27, 16,12-15 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Cuando venga el Defensor que yo les enviaré, y que vendrá del Padre, él dará pruebas en mi favor. Es el Espíritu de la Verdad y que sale del Padre. Y ustedes también hablarán en mi favor, ya que han estado conmigo desde el principio. Tengo muchas cosas más que decirles, pero ustedes no pueden entenderlas ahora. Pero cuando él venga, el Espíritu de la Verdad, los introducirá a la verdad total. El no vendrá con un mensaje propio sino que les dirá lo que ha escuchado, y les anunciará las cosas futuras. Me glorificará porque recibirá de lo mío para revelárselo a ustedes. Todo lo que tiene el Padre también es mío. Por eso les he dicho que recibirá de lo mío para anunciárselo”. *Originalmente era la fiesta agrícola judía establecida para celebrar las primeras cosechas y la ley divina que recibieron en el monte Sinaí. Se celebraba siete semanas después de la Pascua. De ahí viene su nombre griego, pentekoste (día quincuagésimo). Comentario breve: Cuando Juan escribió su Evangelio en los años 90 ya la Iglesia había experimentado la presencia del Espíritu Santo. La lectura de hoy es parte del discurso de Jesús antes de su Pasión y con estas palabras, él anticipó la venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Para Juan, Jesús fue el primer Defensor (Paráclito) porque intercedió ante el Padre, pero al irse (humanamente) no nos abandonó, sino que envió a otro Defensor. Este nuevo Paráclito no caminará entre nosotros como Jesús, sino que habitará en nuestro interior. Los primeros cristianos creían que el regreso de Jesús, la Parusía, era inminente. Esta creencia estaba basada en la promesa de Jesús de volver a ellos. Juan la explica de un modo diferente: Cristo, quien es el camino, la verdad, y la vida, regresará a ellos a través del Espíritu Santo. Para Juan, ésta es la Parusía que cuenta. Los discípulos no podrán escuchar a Jesús y verlo actuar, pero el Espíritu Santo los guiará y les ayudará a comprender todo lo que Jesús les enseñó. La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes: • • • Los discípulos están llamados a dar testimonio de Jesús ante un mundo incrédulo. “Anunciar cosas futuras” no consiste en predicciones, sino en la interpretación plena de lo que ya había ocurrido: “los introducirá a la verdad total”. Los frutos del Espíritu son: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia. Para la reflexión personal o comunitaria: Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos. 1. ¿Qué dones he recibido de Dios y cómo los estoy usando para ayudar a otros? 2. ¿De qué forma estoy retando o cambiando los valores de mi medio ambiente? Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 91; 243-248; 263; 687-692; 719; 729;1287.