EL DESARROLLO VERSUS EL SUBDESARROLLO Alfredo Acedo Machado Economista aacedo@conecam.com El subdesarrollo se gestó paralelamente al desarrollo; por tanto ambos procesos están indisolublemente ligados entre sí y constituyen manifestaciones de un mismo fenómeno social. La distorsión del sistema económico y social vigente, con sus secuelas dramáticas de atraso y miseria, constituyen una de las características que distingue una situación de subdesarrollo, y tal situación ha surgido a través de un proceso histórico coincidente con el que otros países engendró el pleno desarrollo. De manera que mientras desarrollo y subdesarrollo han crecido paralelamente, el curso histórico de las naciones ha sido divergente; porque e l d e s a r r o l l o a u m e n t a e l d e s a r r o l l o , m i e n t r a s e l s u b d e s a r r o l l o d i fi c u l t a e l crecimiento socio-económico. Así han venido ahondándose las diferencias, lo mismo entre países ricos y pobres que entre sectores privilegiados y no privilegiados en el interior de las naciones. Y mientras esto sucede, las soluciones recomendadas por los estudiosos e intentadas por los estadistas no han surtido el efecto favorable esperado. La situación de dependencia económica y cultural en que se encuentran nuestros países, tanto en lo externo como en lo interno, constituye la causa más directa de la situación de subdesarrollo y de marginalidad, y por lo t a n t o , d e l a s d i fi c u l t a d e s c o n q u e t r o p i e z a e l d e s a r r o l l o d e l a c o m u n i d a d como procedimiento de integración social y económica. La mayoría de los programas de desarrollo de la comunidad pierden su efectividad en virtud de que enrumban su tarea hacia la eliminación de los efectos del subdesarrollo, olvidando las verdaderas causas, que producen la situación de dependencia. En otras palabras, América Latina vive bajo una situación permanente de injusticia y desequilibrio. No existen mecanismos adecuados de distribución d e l a r i q u e z a , n o s e g e n e r a e m p l e o s u fi c i e n t e p a r a l a c r e c i e n t e p o b l a c i ó n , y las diferencias entre una clase social privilegiada y un sector populoso de grandes masas desamparadas se acentúan a medida que se inyectan nuevas fuerzas al sistema. En este sentido, la acción comunitaria puede llegar a surtir un efecto contrario al que se busca, que es supuesto de toda acción integradora, realizada bajo esas condiciones, lo que constituye a lo más un paliativo; pero nunca una solución a problemas que requieren medidas de cambio social. Se hace necesario plantear nuevos modelos que permitan la incorporación efectiva de los sectores marginados al proceso de desarrollo, en base a cambios estructurales. El esquema “marginalidad-integración- desarrollo” es inoperante. La integración de los marginados no se puede lograr dentro del mismo sistema que ha engendrado la marginalidad. Los modelos actuales de desarrollo siguen generando marginalidad; así se hace inútil todo esfuerzo de desarrollo comunitario en busca de la integración socio-económica. El desarrollo de la comunidad tiene que convertirse en un instrumento efectivo para lograr transformaciones sociales y culturales que permitan alcanzar el verdadero desarrollo. Muchos pueden preguntarse por qué no es posible alcanzar un desarrollo dentro del sistema, que nos permita obtener niveles de pleno empleo, repartir mejor nuestras riquezas y apurar la explotación efectiva de todos los recursos naturales por medio de una sociedad competitiva, organizada al modo de los países industrializados de hoy. La respuesta sería que es precisamente esa forma de organización social la que constituye un impedimento para alcanzar esas aspiraciones. Ni la política de sustitución de importaciones, ni el desarrollo industrial de nuestras ciudades, ni las medidas de inyección de capital para impulsar nuestra economía, ni los estímulos al com e r c i o i n t e r n a c i o n a l s o n s u fi c i e n t e s p a r a r e s o l v e r n u e s t r a s i t u a c i ó n . N o v a m o s a i n d i c a r, d e n t ro d e l a b re ve d a d d e e s t e t r a b a j o, l a s m e d i d a s d e s o l u c i ó n q u e s e r í a n e f e c t i v a s . N o e s t a n f á c i l h a c e r l o. Ta l v e z e l l e c t o r l o s encuentre en siguientes trabajos. Pero bastarían algunas consideraciones para convencernos de cómo ha sido infructuoso hasta ahora el esfuerzo realizado. Ninguna sociedad hasta el presente ha logrado ofrecer plena igualdad de oportunidades a todos sus miembros. A medida que avanzan la ciencia y la técnica, se hace más y más difícil garantizar a las nuevas generaciones el nivel de capacitación requerido. La sociedad de consumo no ha conseguido sino exacerbar a las juventudes, por una parte saciadas hasta el hastío y por otras desesperadas en medio de sus policarencias. En América L a t i n a , e s p e c í fi c a m e n t e , n o s e h a c o n s e g u i d o m o t i v a r a l a s m a s a s n i a l a s élites. La desintegración es amenazante. Y la postración económica impide todo esfuerzo por incorporar las mayorías en la búsqueda del desarrollo integral. El desarrollo de la comunidad tiene que convertirse en un instrumento para lograr la más efectiva participación popular en el proceso de transformación estructural. La participación popular debe ser entendida como el incremento de la representatividad así como la intervención de todos los sectores sociales en la vida nacional, mediante la utilización de instrumentos que permitan la toma de decisiones de los sectores populares, a n i v e l l o c a l , r e g i o n a l y n a c i o n a l . P a r a e l l o d e b e h a b e r u n a c o o p e r a c i ó n e fi c i e n t e d e t o d o s l o s g r u p o s e n l a fi j a c i ó n d e l a s m e t a s n a c i o n a l e s y e n l a administración de los recursos para alcanzar esas metas.