Para que la semilla germine es condición indispensable que disponga de agua en cantidad suficiente y que este líquido penetre a través de sus cubiertas. En general, tal penetración tiene lugar por un orificio minúsculo llamado hilo. Ejemplos de semillas en las que el agua pasa a través de sus cubiertas los tenemos en la Canavalia ensiformis y en el Phaseolus lunatus. Por otra parte, existen asi­ mismo semillas cuyos tegumentos se oponen al paso del líquido vital, como sucede en las semillas del arbusto costero Caesalpinia crista. Esta planta es originaria de América tropical litoral. Pero sus semillas han ido pasando, a lo largo del tiempo y arrastradas por las corrientes oceánicas, a las costas de África, de forma que h o y dicho arbusto es común a ambas orillas intertropicales del Océano Atlántico. Muchos jardineros y aficionados saben que las semillas de la Carina indica se resisten a germinar aunque se hallen bien rodeadas de agua. Pero si en ellas se prac­ tica un ligero corte lateral o una leve incisión se observará, no sin satisfacción, que tales semillas rebeldes germinan con rapidez a causa de que el agua ha podido penetrar en su interior, pese a sus cubiertas impermeables. Algunas semillas de tegumentos duros se someten a diversos procederes para ablandar éstos y hacer que germinen en menos tiempo, como sucede con ciertas especies de Acacia, con Adenanthera Pavoniana, Tectona grandis, etc. De la semilla nace un organismo delicado, de pujante vitalidad, al mismo tiempo que muy débil y expuesto a mil peligros que pueden hacerle fracasar en su finalidad. Tal organismo se llama plántula, y con el tiempo se transformará en un vegetal adulto de dimensiones que pueden oscilar entre unos cuantos milímetros y varias decenas de metros de altura o longitud. En el organismo adulto distinguimos las siguientes partes, que se estudian a con­ continuación: APARATO VEGETATIVO La vida física implica dos grandes grupos de funciones claramente diferenciadas entre sí: aquellas que obedecen al mantenimiento del individuo (funciones vegeta­ tivas) y aquellas otras que responden a mantener la especie (funciones reproducto­ ras). Las funciones de relación responden a las necesidades impuestas por los dos grandes grupos citados y aun establecen maridaje y ensamblan ambas. En la selva virgen las funciones vegetativas, de relación y de multiplicación, alcanzan las máximas dimensiones e interés de las conocidas en todo el mundo de los vivos, y por eso su importancia puede calificarse de mayúscula. Opino que, si fuera posible, los cursos de Biología debieran darse en pleno bosque vigen. Nada tan vivo c o m o este recinto paradisíaco. EL C O RM O El cormo (del lat. cor mus) es el complejo morfológico de las plantas más difeciadas, en las cuales la diferenciación de los tres miembros morfológicos fundamen­ tales, raíz, tallo y hoja, es completa. El vastago es la parte más joven del cormo, de la que formarán el tallo y las hojas.