14/11/15 420315742.doc Para que te suene: audios de economía Unidad 7 Los fallos del mercado y el estado La experiencia de países como la Unión Soviética o China ha confirmado la primacía del mercado como mecanismo de asignación de recursos. Esto, sin embargo, no debe hacernos olvidar que las excelencias del mercado y su eficiencia económica solo se dan cuando se cumple un conjunto de condiciones muy restrictivas, que podemos calificar como ideales. Cuando estas no se dan, aparecen los fallos del mercado, y en estas circunstancias está justificada la intervención del Estado. 1. Los fallos del mercado: las externalidades [Cortinilla de audio] La eficiencia del mercado se alcanza bajo un cuadro ideal de condiciones que difícilmente se dan en la vida real, debido a la existencia de fallos del mercado. Se trata de circunstancias que impiden que los mercados funcionen eficientemente, y se pueden clasificar en competencia imperfecta, externalidades e información imperfecta. Existe una externalidad cuando la producción o el consumo de un bien afecta directamente a consumidores o empresas que no participan en su compra ni en su venta, y cuando esos efectos no se reflejan totalmente en los precios del mercado. Las externalidades pueden ser positivas, como la educación, o negativas, como la contaminación. Y pueden suceder en la producción o en el consumo. Las externalidades negativas causadas por un bien o un servicio hacen que los mercados produzcan una cantidad mayor de la socialmente deseable. La existencia de externalidades motiva la intervención del estado, que procurará actuar sobre el sistema de incentivos de la economía. Internalizar una externalidad consiste en alterar los incentivos para que las personas tengan en cuenta los efectos externos de sus actos. El estado puede internalizar la externalidad estableciendo impuestos sobre los bienes que generan externalidad negativa. La externalidad negativa más importante en la actualidad es la contaminación. Para combatirla, se han implantado prohibiciones y otras medidas de control directo. Pero también se han puesto en marcha iniciativas novedosas y menos costosas, como la creación de permisos o licencias transferibles de contaminación. Página 1 de 4 14/11/15 420315742.doc Una externalidad positiva aparece cuando el subproducto de una actividad o servicio beneficia a terceros en vez de perjudicarles. Ejemplos de externalidad positiva son la producción de nuevas tecnologías o los estudios superiores. Las externalidades positivas en la producción de un bien o servicio hacen que los mercados produzcan una cantidad menor que la socialmente deseable. Una externalidad positiva se puede corregir mediante un subsidio igual a la diferencia entre el valor social y el valor privado, consiguiendo que el mercado sea eficiente. Para lograr internalizar la externalidad positiva generada por la educación, los poderes públicos pueden establecer subvenciones a través de becas para las universidades y escuelas técnicas. 2. Los bienes públicos [Cortinilla de audio] Los bienes públicos pueden considerarse como un caso extremo de externalidad positiva, y el fallo de mercado se manifiesta en que se ofrecen en cantidad insuficiente. Los bienes públicos son mercancías en las que el coste de extender el servicio a una persona adicional es cero, y de cuyo disfrute es imposible excluir a nadie. Ejemplos de bienes públicos son la defensa nacional, la investigación científica básica o un faro de mar. Su uso por parte de una persona no reduce su uso por parte de otra, es decir, no son rivales. Además, no es posible impedir que una persona utilice un bien público, esto es, no son excluibles. Cuando este hecho es percibido por los consumidores, pueden verse tentados de ofrecer un precio muy bajo por el derecho a consumir este tipo de bienes, esto es, a actuar como un consumidor parásito, que consume o recibe el beneficio de un bien sin pagar por ello. Un consumidor parásito es aquella persona que recibe el beneficio de un bien, pero evita pagarlo. Cuando no se puede excluir el consumo de un bien, la gente tiene un incentivo para actuar como consumidores parásitos, dejando que otros paguen por el bien y de esta forma disfrutarlo sin pagar. El mercado no puede proveer eficientemente los bienes públicos, dadas sus características especiales, y no debería proveerlos. Por ello, una de las principales tareas del estado es la provisión de bienes públicos. 3. Los recursos comunes [Cortinilla de audio] Un recurso común es aquel cuyos servicios son utilizados, tanto en la producción como en el consumo, sin que sea propiedad de ningún individuo concreto. Son bienes rivales en el consumo, pero no excluibles. Ejemplos de este tipo de situaciones pueden ser los bancos de pesca en aguas internacionales, los pastos comunes, las vías públicas o el aire y el agua limpios. Página 2 de 4 14/11/15 420315742.doc La denominada tragedia de los bienes comunales nos dice que estos recursos se utilizan más de lo deseable desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto. Cuando el rebaño de una familia pasta en las tierras comunales de un pequeño pueblo de montaña, reduce la calidad de los pastos para otras familias. Como ni esta familia ni las demás tienen en cuenta esta externalidad negativa cuando deciden el número de ovejas que van a tener, el resultado es un excesivo número de ovejas y una pérdida de la calidad de la tierra. Además, se debilitan los incentivos de los individuos que toman decisiones para invertir en mejoras tendentes a incrementar la productividad del recurso, ya que los beneficios de la inversión o de la restricción voluntaria de la explotación por parte de un individuo se difunden a todos los demás, en vez de revertir solamente en él mismo. 4. La información imperfecta [Cortinilla de audio] El funcionamiento eficiente de la economía del mercado supone que los compradores y los vendedores tienen total información sobre los bienes y los servicios que compran y venden (que es lo que se conoce como información perfecta). La realidad es muy distinta de este mundo idealizado, y lo relevante es saber en qué medida son perjudiciales las desviaciones respecto de la información perfecta, es decir, en qué medida la información es imperfecta o incompleta. Otra característica de muchas situaciones de la vida real es la información asimétrica. A menudo el vendedor de un producto conoce su calidad mejor que el comprador. Existe información asimétrica cuando la información sobre la calidad y características de los bienes y servicios intercambiados o sobre las acciones o características de los agentes que influyen en aquellas no está distribuida de forma simétrica entre los consumidores y los productores. Un mercado al que generalmente se recurre para explicar las consecuencias de la información imperfecta es el de los automóviles usados. Un coche usado solo dos o tres meses se vende a un precio entre un 15 % y un 25 % menor que uno nuevo, cuando no se ha deteriorado tan deprisa. La explicación está en un problema de información asimétrica: el comprador teme que el coche tenga algún problema, que sea un «cacharro». Para tratar de combatir este problema, muchos establecimientos de venta de automóviles de segunda mano ofrecen unos años de garantía y ciertos servicios de revisión. En otros mercados, se busca homologar certificados de calidad o se ofrecen generosas políticas de devoluciones. 5. Las funciones del estado: la política distributiva [Cortinilla de audio] La intervención del Estado se engloba en tres grandes funciones: mejorar la eficiencia combatiendo los fallos del mercado, estabilizar la economía propiciando su crecimiento y procurar la equidad, mejorando la distribución de la renta. Página 3 de 4 14/11/15 420315742.doc La política distributiva está integrada por un conjunto de medidas del Gobierno cuyo objetivo principal es modificar la distribución de la renta entre grupos sociales o individuos, tratando de hacerla más equitativa. En la economía de mercado, la retribución de los factores productivos se determina en los mercados respectivos, siendo el más importante el mercado de trabajo. Estos resultados se ven alterados por la intervención del Estado, mediante los impuestos, las transferencias y la intervención directa en el mecanismo de mercado. Existen diversos impuestos. Los indirectos, como el IVA, son recaudados sobre el consumo de servicios o la compra de bienes, y perjudican a los grupos de renta más baja. Por eso se les califica de regresivos. Los impuestos que gravan la obtención de la renta, o impuestos directos, pueden ser progresivos, modificando la distribución de la misma en beneficio de los menos favorecidos. Las transferencias persiguen garantizar una base mínima del nivel de vida para todos los individuos y una igualación primaria en la distribución de la renta. La intervención directa en el mecanismo de mercado se realiza mediante el establecimiento de precios y salarios mínimos. Este tipo de intervenciones altera el funcionamiento del mercado. El establecimiento de un tope mínimo de precios por encima del nivel de equilibrio generará un exceso de oferta. Al no poder descender el precio, se acumularán excedentes del bien y ello provocará una mala asignación de los recursos. Otra forma de intervenir en los mercados consiste en fijar un precio de sostenimiento o precio subvencionado por parte del Estado. Se deja que la demanda privada determine el precio de equilibrio, y el Estado cubre la diferencia entre el precio de sostenimiento y el obtenido en el mercado. La sensibilización ante las diferencias de renta y de las condiciones de vida de las personas con bajos niveles de ingreso motivó la creciente implicación del Estado en la garantía de unas mínimas condiciones materiales de vida. Ello desembocó en la creación del estado de bienestar. Este supone que los poderes públicos intervienen para garantizar a todos los individuos una serie de derechos económicos y sociales básicos. El modelo del estado de bienestar no es el mismo en todos los países desarrollados. En el caso de España, se centra en sanidad, educación y vivienda. Además, la naturaleza del estado de bienestar español se concreta en tres grupos de prestaciones: universales, contributivas y sociales. Las prestaciones universales se ofrecen gratuitamente a toda la población, mientras que las contributivas solo se dispensan a aquellas personas que han cotizado durante un cierto tiempo a la Seguridad Social. Por último, las prestaciones sociales se destinan colectivos de escasos recursos. Algunos autores defienden que el estado de bienestar en ciertos aspectos puede actuar como en una rémora para el crecimiento futuro. La clave radica en saber si las iniciativas que fueron creadas para aliviar la pobreza pueden estar provocando déficits públicos excesivos y elevados niveles de desempleo. Página 4 de 4