Los diferentes roles del profesor y los alumnos en el

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 Revista Digital:
Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula.
ISSN 1989-2152
DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-38 – MARZO DE 2012
“Los diferentes roles del profesor y los alumnos en el
aula de lenguas extranjeras”
AUTORIA
ANTONIO DANIEL JUAN RUBIO
ISABEL MARÍA GARCÍA CONESA
TEMÁTICA
DIDÁCTICA DE LAS ÁREAS CURRICULARES
ETAPA
EP, ESO
Resumen
Como ha ocurrido con los métodos didácticos desarrollados en el campo de la enseñanza y el
aprendizaje de segundas lenguas en las últimas décadas, los roles del profesor y del alumno en el aula
han sufrido recientemente cambios importantes e interesantes. Hay varias razones para ello. Por un
lado, las importantes transformaciones que tienen lugar en la sociedad y la forma en cómo las nuevas
relaciones sociales entre los individuos están jerárquicamente establecidas. Por otro lado, los recientes
cambios en la estructura del sistema educativo español, junto con la creación de nuevos contenidos y
objetivos educativos. Todos ellos han tenido un efecto significativo sobre la manera cómo los profesores
y los alumnos interactúan en el aula.
Palabras clave
métodos didácticos – los papeles del alumno y del profesor – aprendizaje centrado en el alumno –
metodología comunicativa
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Texto:
1. Introducción
En primer lugar, es importante destacar lo que James Asher dijo que "el profesor de lenguas extranjeras se ha
convertido en un caso particular, ya que su papel ha experimentado un cambio significativo" (Asher, 1977). Estos cambios
pueden deberse a varias razones que podemos resumir muy brevemente.
Como resultado del enfoque comunicativo en la enseñanza de segundas lenguas, el proceso de enseñanza y
aprendizaje ha llegado a basarse en una interacción constante y en el uso de la segunda lengua en el aula. Como ha
ocurrido con el resto de materias del currículo educativo, el alumno ha llegado a desempeñar un papel activo en el proceso
de enseñanza y aprendizaje. Por lo tanto, el profesor no es el único actor responsable en el proceso educativo, sino que
debe haber un proceso de toma de decisiones.
Se espera que los profesores de segundas lenguas tengan un conocimiento profundo y exacto de los métodos
didácticos y los contenidos lingüísticos. Sin embargo, eso ya no es suficiente para los profesores de lenguas extranjeras. Por
lo tanto, tendrán que tener en cuenta el orden natural en la adquisición de segundas lenguas, la noción de interlengua, el
papel desempeñado por los errores en el proceso de aprendizaje de un segundo idioma, y otras cuestiones psicolingüísticas
que tendrán un efecto importante en la metodología, los contenidos y los criterios de evaluación.
Hoy en día existe una situación dentro del campo de la enseñanza de segundas lenguas donde no hay un único y
exitoso "método didáctico" que pueda aplicarse en el aula. Por el contrario, se cree que la enseñanza de un segundo idioma
debe ser el resultado de una combinación de métodos diferentes. Como resultado de este enfoque ecléctico, "el método no
es el aspecto más importante en la enseñanza de una segunda lengua, sino la realización de tareas específicas, y la
motivación de los estudiantes para el aprendizaje" (Richards y Rodgers, 1986).
2. Directrices para la interacción profesor-alumno en la clase
Tradicionalmente, la relación entre profesores y alumnos ha sido el resultado de una situación jerárquica, en la que
los roles estaban claramente identificados: "mientras que los profesores han desempeñado un papel activo en calidad de
oradores, los alumnos han adoptado una pasiva como oyentes" (Sinclair, 1982 ). Sin embargo, el enfoque comunicativo de la
enseñanza y el aprendizaje de segundas lenguas ha supuesto la adopción de un papel activo por parte de los alumnos, de
modo que la adquisición lingüística y el desarrollo de la competencia comunicativa puedan tener lugar. Con esta nueva
situación, el profesor no puede ya desempeñar el papel principal sin más, sino que tendrá que orientar, coordinar y ayudar a
los estudiantes durante su proceso de aprendizaje.
Si el alumno se convierte en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje en su conjunto, por lo tanto, el
profesor tendrá que llevar a cabo un análisis crítico de algunos aspectos relacionados tanto con los estudiantes como con la
segunda lengua: la motivación del alumno y de su interés, su nivel de competencia, las diferentes relaciones personales
entre los estudiantes en el aula, etc Todos estos aspectos deben ser tenidos en cuenta si los profesores realmente desea
conseguir los mejores resultados de sus esfuerzos personales y profesionales.
Como hemos dicho antes, se espera que los estudiantes desempeñen un papel activo. Sin embargo, esta
participación activa de los alumnos se relaciona no sólo con el uso de la segunda lengua en el aula, sino también con la
toma de decisiones, junto con el profesor, al referirse a algunos aspectos importantes del proceso de enseñanza y
aprendizaje tales como: contenidos, metodología, tipo de actividades, procedimientos de evaluación, dinámica de clase, etc.
Esta participación activa de los alumnos en la toma de decisiones no debe significar una falta de responsabilidad por parte
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del profesor. Por eso, el papel del profesor en cualquier tipo de contexto de enseñanza-aprendizaje será de la mayor
importancia, sobre todo, cuando "hablamos de la motivación de los alumnos y la existencia de una atmósfera positiva en el
aula" (Harmer, 1998).
Por lo tanto, los profesores de cualquier materia debe jugar un papel importante en:
1. Planificación y calendario de objetivos, contenidos y procedimientos de evaluación y criterios de evaluación, de acuerdo
con los alumnos. Esta planificación de la práctica docente no significa un rechazo de la habilidad del profesor para mostrar la
improvisación y la creatividad en el aula.
2. La adopción de una actitud positiva y generosa con el esfuerzo y el trabajo de los alumnos.
3. Ofrecer actividades interesantes y variadas con el fin de lograr algunos objetivos claramente definidos.
4. Mantener el orden y la disciplina en el aula, pero sin descuidar la necesidad de los alumnos de comunicarse y participar.
5. La motivación para el trabajo organizado en un ambiente relajado.
6. Mostrar el mismo interés y la motivación necesaria frente a los alumnos, a pesar de la rutina diaria del aula.
7. La promoción de una relación positiva entre los alumnos, y entre el profesor y los alumnos también.
8. Hacer que los estudiantes tomen conciencia de la necesidad del estudio individual y el trabajo en casa, más allá de la
actividad diaria en el aula.
9. Y, por último, reconocer el éxito del alumno, pero sin ser demasiado crítico con respecto a sus fracasos. La
retroalimentación es un componente importante de las teorías del aprendizaje. El estudiante necesita que le digan o que le
muestren la forma en la que está aprendiendo, para recibir un juicio de valor por parte del profesor sobre su rendimiento.
Permite la corrección temprana, se detiene la formación de malos hábitos, y permite anular las dificultades especiales. Así
que podemos esperar que la retroalimentación sea un factor importante en la intervención del profesor.
3. El papel del profesor y del alumno en el aula de lenguas extranjeras
Hoy en día, el papel del profesor en el aula sobre todo debe ser la promoción del aprendizaje. Para ello, los
profesores deben estar entrenados en una serie de técnicas diferentes y útiles y en habilidades que les permitan tomar
decisiones, de acuerdo con la realidad heterogénea de la clase: distintos niveles de conocimientos lingüísticos, ritmos
diferentes de aprendizaje y diferentes niveles de motivación, expectativas diversas entre los estudiantes, etc. Por lo tanto, la
práctica docente diaria tendrá que enfrentarse a esa heterogeneidad, pero de la manera más individual posible.
Por lo tanto, el profesor de segundas lenguas debe:
1. Tener un conocimiento claro y preciso de los últimos estudios sobre la enseñanza y el aprendizaje de segundas lenguas.
2. Promover la mayor participación de los alumnos, la distribución física del alumno en el aula ayudará de manera decisiva a
lograr ese propósito.
3. Desarrollar la práctica docente lo más variada posible, tanto en los temas, materiales, actividades como en los
procedimientos utilizados en la práctica diaria en el aula, lo que contribuirá decisivamente a la atención a la diversidad y a la
motivación de los estudiantes.
4. Involucrar a los estudiantes en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje de una segunda lengua y, por tanto, en la toma
de decisiones.
5. Contribuir al aprendizaje cooperativo y a la adquisición de estrategias de estudio y estrategias de auto-estudio.
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6. Motivar a los alumnos para el uso de la segunda lengua tanto en el aula como fuera de ella. El profesor domina la
conversación en el aula, en cantidad, variedad y grado de control. Por lo tanto, una reestructuración fundamental del
discurso es imprescindible para mejorar las oportunidades de los alumnos.
El desarrollo curricular debe ser un esfuerzo cooperativo entre profesores y alumnos, ya que los estudiantes deben
participar en las decisiones sobre el contenido, la selección de la metodología y la evaluación. Las razones psicológicas para
adoptar un enfoque didáctico centrado en el alumno se han visto sido reforzadas por la investigación en la adquisición de
segundas lenguas, así como en el área de los estilos de aprendizaje: "Como de alguna manera hemos observado con
anterioridad, los resultados del aprendizaje se verán influidos por las percepciones de los alumnos acerca de cómo deben
contribuir a la naturaleza y las exigencias de la tarea y a sus definiciones de la situación en la que la tarea se lleva a cabo
"(Wright, 1987).
Una manera de hacer frente a este enfoque centrado en el alumno es involucrar a los estudiantes en el diseño y
selección de tareas. También debería ser posible permitir a los estudiantes decidir qué hacer y cómo hacerlo. Esto, por
supuesto, implica un cambio importante en las funciones asignadas a los estudiantes y al profesor. El estudiante tiene la
posibilidad de planificar y monitorizar el aprendizaje y, por tanto, de romper las barreras jerárquicas.
Para muchos estudiantes las oportunidades de comunicación en el idioma que están aprendiendo sobre todo
aparecerán en el contexto del aula. Entonces, es esencial que esta lengua extranjera se convierta en la principal vía de
comunicación en el aula, tanto entre el profesor y los alumnos como entre los propios alumnos.
Las posibilidades de utilización del inglés en el aula aumentarán si los profesores aplican los siguientes pasos
básicos:
1. La planificación de los procedimientos que requieren el uso de la segunda lengua, de acuerdo con el nivel de los alumnos,
y teniendo en cuenta que por lo general, entienden más de lo que son capaces de producir.
2. Expresándose el profesor en la forma más clara y simple.
3. Reforzar visualmente las explicaciones y correcciones a través de gestos, dibujos, objetos, el uso de la pizarra, o el uso de
las nuevas tecnologías.
4. Conseguir que los estudiantes empleen el lenguaje idiomático en inglés, como por ejemplo: "¿Qué se quiere decir ......"
"¿Puede repetir, por favor", "¿Cómo se dice ... en inglés", etc.?
5. La enseñanza y el fomento del uso de términos genéricos como "lugar", "objeto", "persona", "producto", etc., para mejorar
su capacidad de comunicación.
6. Promover la capacidad de los alumnos para inferir el significado por medios lógicos como el contexto y las asociaciones
de imágenes y semejanzas con su lengua materna.
7. Familiarizar a los alumnos con las expresiones más comunes que se utilizan en el aula, y utilizándolas con frecuencia y de
manera coherente.
4. El papel del profesor
El papel básico del profesor es crear las condiciones adecuadas para el aprendizaje. Por lo tanto, su labor será la
de ayudar a sus estudiantes a desarrollar su competencia comunicativa. El profesor también será responsable de la creación
de una cierta atmósfera relajante en la que los alumnos participen en las decisiones sobre el proceso de aprendizaje.
La función del profesor ya no es la de ser un controlador absoluto de la clase, explicar y dirigir cada actividad, sino
la de preparar y organizar el trabajo oral y escrito de los alumnos, y ayudarles a llevarlo a cabo en grupos, en parejas o
individualmente. El profesor alentar las actitudes positivas hacia la segunda lengua, y la cooperación de los alumnos entre
sí.
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Con el fin de crear la atmósfera adecuada, los factores emocionales deben tenerse en cuenta, ya que pueden tener
una gran consecuencia sobre el proceso de aprendizaje. El objetivo principal será lograr que los alumnos se responsabilicen
de su propio aprendizaje. Es por eso que evitar la crítica negativa, la tolerancia y el estímulo constante se convertirán en
imprescindibles para un aprendizaje efectivo.
El papel del profesor dependerá en gran medida de la función que realiza en diferentes actividades. Por lo tanto,
podemos identificar diferentes roles para el profesor tales como: controlador, asesor, organizador, promotor, partícipe, y
recurso, de acuerdo con Jeremy Harmer, en “La Práctica de la Enseñanza del Idioma Inglés”.
A. El profesor como controlador: el profesor tiene la función de controlador cuando está totalmente a cargo de la clase.
Controla no sólo lo que los estudiantes hacen, sino también cuando hablan y qué idioma usan. Es evidente que la
introducción de un nuevo lenguaje a menudo involucra al profesor en un papel de control, sobre todo en la etapa de la
reproducción exacta. Es importante tener en cuenta, sin embargo, que este control no es necesariamente el papel más
eficaz para que el profesor adopte. De hecho, si desea que los estudiantes usen el lenguaje de alguna manera, el control
tendrá que ser relajado ya que si todo el lenguaje utilizado está determinado por el profesor, el estudiante no tendrá la
oportunidad de aprender correctamente.
B. El profesor como evaluador: una parte importante del trabajo del profesor consiste en evaluar el trabajo de los
estudiantes y su rendimiento, y para proporcionar a los estudiantes una retroalimentación importante, por lo que los
estudiantes puedan ver el alcance de su éxito o fracaso en su desempeño. El profesor espera hasta que la actividad o la
tarea se ha completado y, a continuación, les dice a los estudiantes cómo de bien lo hicieron y la forma de mejorar o corregir
los errores, pero de una manera "suave": la corrección suave consiste en mostrar que la incorrección se ha producido, pero
no haciendo un gran alboroto al respecto. Es de vital importancia que el profesor sea sensible a sus alumnos en su papel de
asesor y darse cuenta de cuando la corrección es inapropiada.
C. El profesor como organizador: el objetivo principal del profesor en la organización de una actividad es decirle a los
estudiantes de qué van a hablar (o escribir o leer), darles instrucciones claras acerca de en qué consiste la tarea, ponerla en
marcha y, por último, organizar la retroalimentación cuando se ha terminado.
Hay varias cosas que no se deberían hacer cuando se organiza una actividad. Los profesores no deben, por
ejemplo, suponer que los estudiantes han entendido las instrucciones. Es muy importante comprobar que los estudiantes
han comprendido lo que tienen que hacer y, si es necesario, el profesor puede utilizar el lenguaje nativo de los estudiantes
para este propósito.
Es esencial que el profesor planifique exactamente qué información los estudiantes necesitarán para llevar a cabo
la actividad, la organización de la actividad de la manera más eficiente posible, y con frecuencia comprobar que los alumnos
han entendido las instrucciones. Una vez iniciada la actividad, el profesor no participará, a menos que sea para utilizar la
corrección de una forma suave.
D. El profesor como promotor: el profesor a menudo tiene que animar a los estudiantes a participar o necesita hacer
sugerencias sobre cómo los estudiantes pueden proceder de una actividad cuando hay silencio o cuando los estudiantes
están confundidos acerca de qué hacer a continuación. Este es uno de los papeles más importantes del profesor, el papel de
apuntador. Este papel tiene que ser realizado con discreción. La idea es que el profesor ayuda a los estudiantes sólo cuando
sea completamente necesario, y no a jugar el papel del alumno.
E. El profesor como partícipe: no hay ninguna razón por la cual el profesor no deba participar de igual a igual en una
actividad, especialmente cuando las simulaciones o juegos de rol se están llevando a cabo. El peligro es que el profesor
tiende a dominar, pero el profesor no debe tener miedo de participar, ya que no sólo es probable que mejore el ambiente en
la clase, sino que también dará a los estudiantes la oportunidad de practicar inglés.
F. El profesor como recurso: el profesor debe estar siempre listo para ofrecer su ayuda si es necesario. Después de todo,
tiene el lenguaje y el conocimiento que los estudiantes pueden necesitar, sobre todo en las tareas de escritura. Sin embargo,
el profesor no debe estar disponible como un recurso para ciertas actividades, como juegos de comunicación o juegos de
roles, es decir, ciertas actividades que los profesores quieren obligar que los estudiantes lleven a cabo en inglés por su
propia cuenta. En este caso, el profesor no estará disponible para ayudar.
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5. El papel de los alumnos
Tradicionalmente, el papel del profesor ha sido el de proporcionar modelos, definir la tarea, y proporcionar una
retroalimentación correctiva, mientras que el papel del estudiante ha sido pasivo imitando el uso de las formas lingüísticas
correctas.
Sin embargo, en un aula comunicativa, los roles de los profesores y alumnos son en muchas formas
complementarios, dando a los estudiantes un papel más activo. Dotar a los estudiantes de una mayor iniciativa en el aula
requiere que el profesor adopte un rol diferente: "los estudiantes de idiomas extranjeros varían sobre una serie de
dimensiones tales como: la edad, la aptitud, las características afectivas y de personalidad" (Littlewood, 1982).
Edad: Tradicionalmente se ha asumido que los niños aprenden un segundo idioma con mayor facilidad que los adultos. Esta
hipótesis ha sido apoyada por la "hipótesis del período crítico", que establece que hay un período en el que se lleva a cabo
la adquisición del lenguaje de forma natural y sin esfuerzo. De acuerdo con las exigencias de la psicología del cerebro, el
tiempo para empezar a aprender una segunda lengua es el correspondido entre las edades de 4 a 10 años.
Sin embargo, la evidencia empírica no ha apoyado la "hipótesis del período crítico". No es la edad en sí, sino la
situación de aprendizaje en combinación con los factores afectivos y cognitivos los que pueden dar cuenta de algunas de las
variaciones de éxito entre el niño y la educación de adultos en una segunda lengua.
Algunas diferencias han surgido sobre los niños y la adquisición de los adultos en la segunda lengua, lo que parece
ser rentable para el profesor de idiomas. Los estudiantes adolescentes lo hacen mejor que los niños o adultos en la
gramática y el aprendizaje de vocabulario, cuando la duración de la exposición se mantiene constante. El número de años
de exposición contribuye en gran medida a la fluidez comunicativa en general de los alumnos, pero la edad de inicio
determina los niveles de precisión alcanzados, sobre todo en la pronunciación.
Aptitud: tres principales componentes de la aptitud lingüística se han identificado tradicionalmente.
1. La capacidad de codificación fonética, que consiste en la capacidad de percibir y memorizar sonidos.
2. La sensibilidad gramatical, que es la capacidad del individuo para demostrar el conocimiento de los patrones sintácticos
de las oraciones de una lengua.
3. La capacidad de inducción, que consiste en la capacidad de examinar el material lingüístico e identificar patrones de
relaciones que involucren tanto el significado como la forma gramatical.
La aptitud parece influir en el ritmo de desarrollo en la adquisición de segundas lenguas, en particular, en lo que se
refiere al aprendizaje formal en el aula. En general, el éxito en el aprendizaje de una segunda lengua no es sólo una
cuestión de capacidad, sino que hay otros factores como el ambiente de aprendizaje, el método de enseñanza, el contenido
del curso, y la actitud del alumno.
Características afectivas: se pueden describir como la predisposición del alumno para responder de una manera
consistentemente favorable o desfavorable con respecto a un objeto dado. Las actitudes son aprendidas y susceptibles de
modificación mediante el aprendizaje posterior.
En cuanto a la motivación, hay una distinción entre la motivación intrínseca (interés en la tarea en sí misma lo que
conduce al éxito a largo plazo), y la motivación extrínseca (basada en los estímulos externos tales como la aprobación de los
padres, la oferta de una recompensa, la amenaza de un castigo, una buena calificación, etc., lo que conduce al éxito a corto
plazo).
La investigación más extensa en los roles de las actitudes y la motivación en la adquisición de una segunda lengua
ha sido llevada a cabo por Gardner y Lambert en “Actitudes y Motivaciones de Aprendizaje de Segundas Lenguas”. En él se
establece una distinción básica entre:
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- La motivación integrativa: cuando el interés del alumno no reside en el lenguaje, sino en aspectos culturales, en busca de
la integración en el grupo de lengua extranjera.
- La motivación instrumental: el valor utilitario de los logros de aprendizaje lingüístico.
Las actitudes deben ser vistas como factores de motivación y apoyo que tienen un efecto directo sobre el
aprendizaje de una segunda lengua. La motivación para aprender un idioma puede resultar de la combinación de las
actitudes y los "props" de motivación, tales como: el deseo de complacer al profesor y a los padres, la promesa de
recompensa, etc.
Personalidad: una hipótesis atractiva desde un punto de vista lingüístico que se ha investigado es que los estudiantes
extrovertidos aprenden más rápido y con más éxito que los estudiantes introvertidos. Se ha sugerido que los estudiantes
extrovertidos encuentran más fácil hacer contacto con otros usuarios de la L2 y, por lo tanto, obtendrán más input.
6. Conclusiones
Por lo tanto, la enseñanza y el aprendizaje de un segundo idioma, sin importar el nivel en el que está ocurriendo,
no puede ser sólo una evaluación crítica del desarrollo del estudiante de su competencia comunicativa, sino también una
evaluación de las habilidades y destrezas desarrolladas por el estudiante con el fin de controlar su propio aprendizaje de la
segunda lengua de forma autónoma
Los profesores tienen que ser conscientes de los aspectos más difíciles de aprender un segundo idioma y harán
que los estudiantes conozcan las dificultades compartiendo esa información con ellos y, más importante aún, los métodos
más útiles y las técnicas para superarlos.
Sin duda, la enseñanza del "componente estratégico" (aprender a aprender) debe ser incluido entre las diferentes
destrezas que se desarrollarán en el aprendizaje de una segunda lengua, con el fin de favorecer el aprendizaje autónomo de
los estudiantes.
Hay muchas razones por qué las personas desean aprender un idioma extranjero: para conseguir un trabajo mejor,
saber más acerca de una cultura particular, para obtener resultados académicos o para mejorar su rendimiento académico,
etc. Sin menoscabar la importancia de todas estas razones, el factor más importante en el éxito o el fracaso en el
aprendizaje de idiomas es la motivación.
Por último, nos gustaría terminar con algunos comentarios acerca de los factores motivacionales que afectan a los
niños en su aprendizaje de una lengua extranjera. Más que nada, los niños son curiosos, y esto en sí mismo es motivación.
Al mismo tiempo, es probable que sea cierto que su tiempo de atención o concentración es menor que la de un adulto.
Se sugiere que los niños necesitan cambios constantes en la actividad: necesitan actividades que sean
emocionantes y estimulen su curiosidad: tienen que estar involucrados en alguna actividad (que no sea sólo sentarse y
escuchar), y necesitan ser valorados por el profesor, una figura importante para ellos. Será muy poco probable que tengan
alguna motivación fuera de estas consideraciones, por lo que casi todo para ellos va a depender de la actitud y el
comportamiento del profesor.
7. Referencias Bibliográficas
Asher, J. (1977). Learning another Language. London: Sky Oaks Productions.
Gardner, R.C. & Lambert, W.E. (1972). Attitudes and Motivation. London: Newbury House.
Harmer, J. (1983). The Practice of English Language Teaching. London: Longman.
Harmer, J. (1998). How to Teach English: An Introduction to the Practice of English Language Teaching. London: Longman.
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Haycraft, J. (1992). An Introduction to English Language Teaching. Harlow: Longman.
Littlewood, W. (1982). Communicative Language Teaching. Cambridge: Cambridge University Press.
Richards, J.C. & Rodgers, T. (1986). Approaches and Methods in Language Teaching. Cambridge: Cambridge University
Press.
Sinclair, J. McH. (1982). Teacher Talk. Oxford: Oxford University Press.
Wright, T. (1987). Roles of Teachers and Learners. Oxford: Oxford University Press.
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