Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 “ LA EVALUACIÓN EXTERNA EN LOS CENTROS EDUCATIVOS” AUTORIA MAGDALENA FERNÁNDEZ GALLEGO TEMÁTICA DIDACTICA DE LA EDUCACIÓN ETAPA PRIMARIA RESUMEN: El artículo trata sobre la evaluación externa. Primero intentamos explicar y acercar su concepto al lector, a través de la metodología de este proceso , señalando las diferentes técnicas para obtener los datos pertinentes y analizarlos. Por último, se señalará diferentes modelos de la evaluación externa. Palabras clave: ‐ Evaluación. ‐ Enfoque cualitativo. ‐ Enfoque cuantitativo. ‐ Metaevaluación 1. INTRODUCCIÓN. La evaluación externa de los centros educativos es de vital importancia. Esta evaluación debe de ser en todos sus ámbitos, desde sus proyectos y logros hasta sus estructuras, recursos, dinámica de relaciones y actividades. Debe de ser responsabilidad de la Inspección Educativa y de los propios centros los agentes de esta valoración. Esto introduce dos modalidades en la tarea evaluativa: la evaluación externa y la evaluación interna. Las instancias políticas entienden esta valoración como un proceso de cara a la mejora del sistema educativo, donde se unen la evaluación con la calidad educativa. 2. EVALUACIÓN EXTERNA DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS. 2.1. Cuestiones previas. C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 La evaluación externa de los centros debe ser asumida como un elemento intrínseco del proceso educativo desarrollado en estos; ha de considerarse como una pieza clave entre las variables de esa cultura, de ese funcionamiento. La evaluación es un proceso orientado a la búsqueda de unos datos que fundamenten debidamente juicios de valor de cara a las decisiones a tomar. Con independencia de cuál sea su focalización espacial (Rodríguez Diéguez, J.L., 1986:199), esto es, bien se trate de una actividad protagonizada por agentes externos o internos a la propia institución educativa, la evaluación ha de concebirse como el proceso de identificar, obtener y proporcionar información útil y descriptiva acerca del valor del mérito de las metas, la planificación, la realización y el impacto de un objeto determinado (en nuestro caso, el centro docente), con el fin de servir de guía para la toma de decisiones, solucionar los problemas de responsabilidad y promover la comprensión de los fenómenos implicados (Stufflebeam, D. L., 1987:183). En coherencia con esa concepción, el citado autor fundamenta la estructura de su propio modelo (CIPP), que, superando militancias en uno u otro enfoque, nos da un mensaje universalmente válido para guiar intervenciones valorativas de cualquier objeto: la evaluación del contexto como ayuda para la designación de las metas, la evaluación de entrada como ayuda para dar forma a las propuestas, la evaluación del proceso como guía de su realización y la evaluación del producto al servicio de las decisiones de reciclaje. 2.2. Profundizando en su concepto. La evaluación educativa tiene el carácter instrumental, pues se evalúa para decidir acerca del objeto valorado; cuando, en los centros, este proceso es protagonizado por representantes del poder o por grupos o equipos de expertos contratados, y si bien les admitimos como fin último la mejora de las mencionadas instituciones, nos hallamos ante la evaluación externa de las mismas o heteroevaluación. Gardner, D. (1977), entre los cinco tipos de evaluación que contempla, se refiere a la evaluación como juicio profesional, en tanto que centrada esencialmente en la opinión de expertos o de instancias profesionales. Este concepto de valorar es el que más sintoniza con el carácter externo a que nos estamos refiriendo. Para Casanova , estamos ante una evaluación externa del centro cuando agentes no integrantes del mismo evalúan el funcionamiento de éste, que suelen ser expertos en la materia pero externos, y ajenos, a su funcionamiento habitual, y que, en consecuencias, no están implicados en la vida diaria del entro (Casanova, M.A., 1992) En los procesos de evaluación externa el objeto valorado y el agente que valora son diferentes y guardan una relación meramente coyuntural, duradera tan sólo mientras se desarrolla la intervención. C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 2.3. La metodología en la evaluación externa. Desde hace relativamente poco tiempo son conocidas las aportaciones en el ámbito de la evaluación institucional, muchas de ellas promovidas desde dos grandes áreas de conocimiento en auge en la historia de la ciencia próximo pasada y aún actual; nos estamos refiriendo a la sociología y al propio desarrollo de la teoría organizativa. El paradigma de las escuelas eficaces, por ejemplo, y que constituye uno de los desafíos a la teoría clásica de las organizaciones, asume como una dimensión para la eficacia la realización permanente de procesos de diagnóstico, evaluación y feed-back (Mackenzie, D. E., 1983, citado en Martín-Moreno, Q., 1996: 161). Incorporar, pues, a la cultura del sistema educativo, y de cada centro docente que lo integra, actuaciones de esta naturaleza se constituye en un factor de eficacia y de calidad institucional. Sobre este enfoque, aparecen y se consolidan dos enfoques que se nos presentan como complementarios; los enfoques cuantitativo y cualitativo. Para construir conocimiento acerca de las instituciones para mejorar su funcionamiento y cualificar sus ofertas de formación, toda decisión para intervenir desde una intención evaluadora habrá que tener en cuenta ambas perspectivas e integrarlas en un proyecto común. a. El enfoque cuantitativo emerge desde el paradigma positivista y que enfatiza lo evaluable y medible, mostrándose muy preocupado por conseguir la univocidad del dato o de la información que precisa para la fundamentación de sus juicios de valor. Los puntos clave de este paradigma son: ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ Aboga por el empleo de métodos cuantitativos. Positivismo lógico; busca las causas de los fenómenos sociales, con escasa atención a lo subjetivo. Medición penetrante y muy controlada. Objetivo, al margen de los datos; perspectiva desde fuera. No fundamentado en la realidad, orientado a la comprobación, confirmatorio, reduccionista, inferencial e hipotético-deductivo. Orientado al resultado. Fiable: datos repetibles. Generalizable: estudio de casos múltiples. Particularista. Asume una realidad estable. b. El enfoque cualitativo, fundamentado desde el paradigma naturalista, concibe la evaluación institucional situada en una dimensión etnográfica y cuya intención esencial sería reconstruir la realidad desde una C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 perspectiva crítica, para lo que aparece como necesario interpretarla, conocer el origen de los comportamientos, las causas de las diversas actuaciones (Santos, M. A., 1990). Los puntos clave de este paradigma son: ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ ‐ Aboga por el empleo de métodos cualitativos. Fenomenologismo y comprensión de la conducta humana desde el propio marco de referencia de quien actúa. Observación naturalista y sin control. Subjetivo, próximo a los datos; perspectiva desde dentro. Fundamento en la realidad orientada al descubrir, exploratoria, expansionista, descriptiva e inductiva. Orientado a los procesos. Válido: datos reales, ricos y profundos. No generalizable: estudio de casos aislados. Holista. Asume una realidad dinámica. 2.3.1. Técnicas para la obtención y análisis de datos. a. Técnicas para la obtención de información. De acuerdo con el consenso generalizado, podemos destacar para esta función del evaluador las siguientes: ‐ ‐ ‐ El cuestionario, caracterizado por presentar un conjunto de interrogantes o preguntas, a responder por escrito, y que se refieren a un aspecto, previamente determinado, que se desea investigar o valorar. Se ha definido también como un documento en que aparece una serie de preguntas o enunciados a los que los portadores de la información deberán constestar según su situación (Pérez, R. y Martínez, L. 1989:94). La entrevista, o técnica fundamentada en el diálogo entre dos (entrevistador- entrevistado) o más personas (entrevistador/es, entrevistado/s), y orientada a conseguir los datos necesarios para la evaluación del aspecto pertinente. Para Medina Rivilla, A., consiste en una técnica de análisis de la realidad basada en el intercambio comunicativo entre dos o más personas (1989:264). La observación, que facilita construir conocimiento mediante la percepción atenta de la realidad que se intenta valorar. En el contexto que nos ocupa, la observación es la acción de contemplar atentamente los fenómenos que acontecen en una situación objeto de investigación o valoración con la finalidad de profundizar en su análisis crítico, elaborar conocimiento acerca de la misma y poder emitir propuestas para su mejora. C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 b. Técnica para el análisis de datos. Recoge la información, el evaluador se le plantea el problema de su análisis adecuado, al objeto de llegar a unas conclusiones, que, además de científicas, sean operativas, es decir, singularizadas y útiles a los objetivos planteados. Con esta finalidad, la teoría evaluadora pone a su disposición una serie de técnicas, de validez debidamente contrastadas, y que le van a permitir el análisis e interpretación de la ingente cantidad de datos que su trabajo de campo le ha proporcionado. Dos fases aparecen como imprescindibles es este complejo proceso; nos referimos a la categorización y codificación. A partir de aquí, las exigencias que plantea el análisis de la información se orientan hacia procedimientos en armonía con el carácter de su intervención, es decir, en función del rol que desempeñe. Si como evaluador externo, habrá de orientar su trabajo de análisis a la confección del informe valorativo y la correspondiente propuesta de estrategias de cálculos complejos, tales como estudios correlacionales, análisis de regresión, de la varianza o de búsqueda de funciones discriminantes, y que le permitan confirmar o refutar planteamientos apriorísticos o hipótesis de trabajo, avanzando de esta manera en la construcción de la teoría evaluadora. 3. HACIA UN MODELO DE EVALUACIÓN EXTERNA. Todo modelo de evaluación institucional debe contemplar unos indicadores desde lo que fundamentar la búsqueda e información acerca del objeto evaluado. Antes de profundizar en este aspecto en el modelo actual propuesto por la administración española, veamos otras aportaciones desde la teoría evaluadora en diferentes contextos. 3.1. El Modelo Auditoría. El autor de este modelo es Lucio Martínez. Su modelo auditoria para la evaluación de los establecimientos escolares lo ha concebido para su aplicación por evaluadores externos a los centros, esto es por la propia inspección o por otras empresas profesionales, pero siempre ajenas a la propia comunidad escolar. Una intervención desde este modelo puede aportar tanto un diagnóstico sobre la estructura y funcionamiento de la escuela como organización y sistema, como los elementos necesarios que fundamenten estrategias retroalimentadoras. La teoría que sustenta este modelo proviene de los enfoques empresariales, siendo sus parámetros básicos los que a continuación relacionamos: a. b. c. d. Planificación exhaustiva de cada tarea. Máximo aprovechamiento de la información acumulada. Máximo interés por comprender la estructura, organización, funcionamiento y resultados del centro. Asumir los riesgos. C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 e. Definir con claridad los objetivos a conseguir por la institución. f. Identificar controles clave anticipadamente, utilizando procedimientos variados de información. g. Emitir el informe correspondiente. Así estructurado aparece con validez suficiente para la evaluación externa de centros docentes, tanto por sus presupuestos básicos, como por la propia significación del término que lo denomina, auditoría, que definida en el contexto escolar se refiere a un examen independiente de los recursos, organización, funcionamiento y resultados de un centro realizada por un profesional (Pérez, R., y Martínez, L., 1989:156). 3.2. Plan EVA. Entendida y proclamada la evaluación como un factor importante, para mejorar la calidad de la enseñanza, el Ministerio de Educación puso en marcha a partir del curso 1991-1992, y con carácter experimental el Plan de Evaluación de Centros Docentes no universitarios, señalando con él las metas siguientes: a. Desarrollar en esta materia la filosofía contenida en el Libro Blanco de la reforma y elevada a norma en la propia Ley General de Ordenación del Sistema Educativo (LOGSE)de mil novecientos noventa. b. Iniciar la evaluación externa, así como, desde ella, suscitar actitudes positivas hacia la emergencia de procesos autoevaluadores, al menos en los centros-piloto del Plan. c. Difundir una cultura evaluadora entre todos los agentes educativos, que facilite la desaparición progresiva de la resistencia a ser valorados registrada históricamente en la mayoría de las instituciones docentes del país. 3.3. El Modelo Administración/96. Su agente principal es el Servicio de Inspección Técnica Educativa aunque también tiene que colaborar la propia comunidad educativa de cada centro. 3.3.1. Características básicas del modelo. Las características principales de este modelo son: a. Su naturaleza referencial, orientada a las circunstancias reales de las que se parte, a la consideración de la situación inicial del centro evaluado. b. Respeto por una dimensión temporal, que asume, las variables de entrada y la valoración tanto del proceso, como de los propios resultados. c. Su reconocimiento del liderazgo pedagógico de la dirección, otorgando al director una función clave y en una línea dinamizadora de la reflexión del profesorado hacia la innovación a partir de las disfunciones detectadas; se concibe al director como líder instructivo, como figura impulsora en el centro de la experimentación e investigación pedagógica. C/Maestro Cebrián, 4 - Bajo 9. - Teléfono 958 10 72 90 - 18003- GRANADA ESPAÑA revistadigital@didacta21.com Revista Digital: Reflexiones y Experiencias Innovadoras en el Aula. ISSN 1989-2152 3.3.2. DEP. LEGAL: GR 2327/2008 Nº-26 –NOVIEMBRE DE 2010 Las grandes áreas de incidencia. Con anterioridad se asignaba a este modelo un enfoque holístico; entendemos que ello es así por el gran número de variables, tanto de proceso como de producto, acerca de las que demanda información con vistas a la toma de decisiones. En nuestra opinión, podemos distribuir las grandes áreas que aborda en torno a estos dos planos y aspectos: a. Plano de las macrodimensiones, desde el que se muestra una especial sensibilización por los procesos educativos, así como también por los resultados de los mismos, y en el que explícitamente se consideran la organización del centro, su gestión, su funcionamiento y el conjunto de actividades de enseñanza y aprendizaje como objetivos prioritarios de valoración. b. Plano de los aspectos más específicos: desde esta perspectiva, y mediante la construcción de los indicadores de valoración pertinentes, se evaluarán, al menos, aspectos como los siguientes: ‐ En el ámbito de los procesos educativas, esencialmente se actuará sobre: la labor del director y del resto de componentes del equipo directivo, la participación de aquellos sectores responsables en la elaboración de los proyectos educativos y curricular del centro y la calidad de los mismos, la propia preparación del profesorado y su implicación en procesos de formación e innovación, el ambiente educativo y el clima de estudio existente en el centro y la capacidad de éste para atender a la diversidad de los alumnos. ‐ Al ámbito de los resultados obtenidos, habrá de incidirse, sobre todo, en: los resultados educativos de los alumnos de acuerdo con sus posibilidades, nivel de satisfacción del funcionamiento del centro de los distintos sectores de la comunidad educativa, relaciones del centro con su entorno social o grado de apertura del mismo a la comunidad donde se inserta, y amplitud y adecuación de la oferta educativa. Las grandes áreas y aspectos que conforman ambos planos no hacen sino confirmar el enfoque holístico que guía a este modelo; sin embargo, esta característica del mismo demanda la necesidad de poner a disposición de su desarrollo los recursos adecuados su se desean conseguir los objetivos que se pretenden en él. En el futuro la metaevaluación será una meta o reto para la Administración Educativa. 4. BIBLIOGRAFÍA. CASANOVA, M.A. (1992): La evaluación, garantía de calidad para el Centro educativo. Edelvives, Zaragoza. CASANOVA, M.A. y otros (1991): La evaluación del centro educativo. Mec, Subdirección General de Formación del profesorado, Madrid. GARDNER, D.E. (1977): “Five evaluation framework”. En Journal of Higher Education, vol. 48, núm. 5, septiembreoctubre. MACKEINZIE, D.E. (1983): Reseach for school improviment. An Appraisal of some recent trends.Educational Researchcher, 12, 4, 5-7 MEDINA RIVILLA, A. (1989):” El clima social de centro y del aula”. En MARTÍN- MORENO,Q. 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